Picnic fotográfico [Ophelie A. Haine]

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¡Por fín, su día libre! Se levantó de la cama con una sonrisa de oreja a oreja, no le había hecho falta apagar el despertador ya que se había despertado dos minutos antes de que sonara aquel enorme estruendo de alarma. ¡Ni que lo fuera hecho a propósito!. Se puso de pie y mientras que iba de camino al baño, se estiró por completo y se colocó la toalla que minutos antes llevaba en la mano, en el hombro. Abrió el grifo, dejándo a un lado la toalla mientras se desvestía y se llenaba un poco la bañera, lo suficiente para estar un buen rato disfrutando de su baño matutino con burbujas.

Cuando ya terminó, se dirigió a su habitación para vestirse. No se puso nada elegante, ni de etiqueta, sólo se puso ropa informal aunque si que había cuidado su aspecto, esmerándose en su peinado y dedicándole un poco más de tiempo a su pelo. Fue hasta la cocina y tomó su desayuno cotidiano, el de siempre. Se dió algo más de prisa en acabárselo ya que no quería desperdiciar nada de tiempo de su día libre.

Se levantó cuando se acabó lo que le quedaba y se dirigió al recibidor de la casa, cogió sus gafas de sol, las llaves de su casa y las de su moto y se llevó también la mochila donde transportaba su cámara de fotos. Hacía buen día, algo caluroso por la estación en la que estaban y el tipo de clima que había pero era el perfecto día para sacar buenas fotos e interesantes.

Condujo a una velocidad ni muy lenta ni demasiado rápida, pero sí lo suficiente para que notara el viento bastante, moviendo su camiseta sin ton ni son. Llegó hasta el parque de Storybrooke, sin olvidar antes pasarse por la pastelería para comprar algo de comida por si le diera hambre y haberse traído algunos sandwiches de su casa antes de salir junto a algunas bebidas. Parecía que se iba de picnic, pero ¿y si le entraba hambre a mitad de hacer las fotos? Tenía que ir preparado, porque no sabía si podría tener hambre o no.

Se dirigió a sentarse debajo de la sombra de un árbol, poniendo a su lado las cosas que había traído. Cogió la cámara de la mochila donde iba y empezó a "jugar" con ella, cambiando los diferentes modos para hacer la foto, los diferentes efectos y matices y demás cosas que tenía la fotografía.

En donde trabajaba, no había el mayor de los problemas. Es recepcionista en la oficina de correos del pueblo y lo único que tenía que hacer, era permanecer sentada, toda bonita, responder a las llamadas y orientar a todos los que quisieran hacer una carta y no comprendían el proceso. Pero lo curioso del asunto, era que en Storybrooke, las cartas eran entre los habitantes, así como también los paquetes... era algo curioso, ya que no recordaba cuando fue la última vez que llegó una carta o un paquete fuera del pueblo.

En fin, seguro eran ideas suyas. El asunto de todo, era que al ser tan reducido las cosas, pues tenía medio día libre y ese día en particular, pues ya practicamente había terminado de trabajar, ya que si al inicio no hay movimiento era muy poco probable de que ya más tarde existiera trabajo extenuante, y pues, era un día en que la actividad de cartas y paquetes era escasa.

Así que, ¡No iba a desperdiciar medio día haciendo nada!, por lo que fue primero antes a su casa a cambiarse de ropa, ya que no iba a andar por ahí con el uniforme de la oficina. Además, siendo un día fresco, decidió irse de manera casual, y decidió ir a un lugar que casi no visitaba, que era el parque.

Quizá por ser día libre, o porque ahí sentía más ventilación que en otros lugares, pues decidió ir allá. Respiró profundamente, tratando de aspirar lo más posible aire fresco una vez llegado y observar con determinación dicho sitio, ya que la verdad sí que pasaba muy poco por esos lares, le hizo llegar una extraña sensación de tranquilidad.

A lo lejos divisó una cara muy singular. Así que se acercó sigilosamente por detrás, para luego taparle los ojos. Ambos ya se conocían y se trataban bien, supuso que no había ningún problema en hacer aquello

- Adivina, adivinador, adivina quién soy yo - Le dijo aún tapandole los ojos

Aún seguía trasteando la cámara, que si un efecto por aquí, otro por allí, vueltas y más vueltas le daba a la cámara. Quería que las fotos que hiciera que salieran perfectas, así que tenía que poner todo su empeño en hacer todo lo posible para que salieran lo mejor que sabía hacer.

Dejó la cámara a un lado para alargar la mano y coger uno de los sándwiches que había traído acompañado de una cerveza. Le dio un bocado al sándwich para después darle un sorbo a la cerveza y de nuevo volvió a coger la cámara, no quería malgastar el tiempo libre que tenía, así que para un día que tenía libre no quería hacer otras cosas que no fuera lo que más le gustaba, la fotografía.

Iba a darle otro bocado al sándwich cuando sintió que alguien le tapaba los ojos, su primera reacción fue quitar las manos de la persona que se los estaba tapando y decirle cuatro cosas bien dichas, pero no lo hizo cuando oyó de quien se trataba. La conocía, conocía su voz a la perfección y el saber que era ella le hizo sonreír. Con mucha delicadeza le levantó las manos haciendo que le destapara los ojos. Y la cogió de la mano que tenía agarrada a la de ella, haciéndole que la llevara a sentarse a su lado.

- Offy, ¡qué alegría verte! ¿Cómo estás? - Hacía varios días que no la veía, ya que el joven fotógrafo había tenido mucho trabajo entre el taller y las fotos, que no tenía tiempo para nada. Le sonrió y le señalo con la mano la comida y la bebida que había traído, ofreciéndole para que cogiera lo que quisiera. - Coge lo que quieras, sabes que no hay problema. - Le dijo guiñándole un ojo.

No sabía qué hechizo tenía puesto el chico, pero cada que él sonreía era completamente inevitable que ella también lo hiciera y automáticamente se sintiera mejor. Sí, bastante extraño; pero lo más raro del asunto es que esa sensación de calidez que le brindaba era tal que casi involuntariamente le dio un leve abrazo desde su posición.

Luego se puso de rodillas hasta donde él estaba, para finalmente sentarse y quedarse a la misma posición que él le estaba indicando una vez que la había dirigido con su mano.
- Muy bien ¿y tú? - Le dijo amablemente y repleta de buenos ánimos que le llegaron misteriosamente. Luego le invitó a comer algo; la verdad era que no tenía demasiada hambre, pero no quería ser descortés con el chico así que agarró la mitad de un sandwich que estaba picado y le dio un mordisco. Para su sorpresa estaba totalmente delicioso, así que sin pensarlo dos veces le dio otro bocado - ¡Está muy bueno!, déjame felicitarte por tan buen chef resultaste ser - Dijo bromeando y dejando el sandwich envuelto en una servilleta para comérselo más tarde.

Nahuel había sido uno de los pocos casos en los que ella no quería cruzar el límite de esa forma como había hecho con los demás. Ella había tenido tantos fracasos amorosos en su pasado que había optado por dejarse de tonterías fantasiosas de lo que era el amor, así que había llevado sus relaciones a un plano un tanto más superficial. Una vez, Einstein dijo que para obtener diferentes resultados, se tenía que hacer cosas distintas... y francamente era la primera vez que estaba haciendo las cosas despacio con él, y se sentía cómoda con eso, ya que estaba pensándose mucho el invitarlo a salir en plan de cita.

¡Vaya! ella otra vez teniendo citas... eso era algo digno de contarle a Willow, pero mientras tanto regresó a la realidad y vio que tenía una cámara, algo natural para la profesión de él.
- Deberías tomar una foto de este encuentro, tú sabes, para recordarlo, ya que quién sabe cuándo nos volveremos a ver - Exageraba, pero era solo una excusa para tomarse unas fotos con él.

Le devolvió el abrazo que Ophelie le había dado y le sonrió a la misma vez que le guiñaba un ojo. Se sentía cómodo con su compañía y alguna vez que otra se le había ocurrido de invitarla a salir o al cine, pero.. ¿Y si ella no pensaba lo mismo? Seguro que no veía para nada interesante a Nahuel, así que por eso demomento no le había dicho nada al respecto.

- Ahora que llegastes tú estoy genial. - Le dijo sonriendo ampliamente mientras miraba como cogía uno de los sándwiches y le daba varios bocados. - Gracias, pero tampoco es para tanto. Sólo son unos sándwiches, es fácil de hacer. Aunque debo de reconocer que la cocina se me da bastante bien, se defenderme al menos. - Le dijo mientras que le daba otro bocado al sándwich y otro sorbo a la cerveza.

Se terminó lo poco que le quedaba del sándwich y escuchó lo que la muchacha le estaba diciendo, mirando a la misma vez la cámara que llevaba en sus manos. Le sonrió levemente cuando dijo lo de la foto y se puso de pie, ofreciendole la mano a ella cuando ya estuvo en la posición correcta.

- ¿Quién sabe cuando nos volveremos a ver? ¿Vas a desaparecer? ¿Me abandonas? - ¿Acaso es que iba a desaparecer del mapa? Aquel comentario de la chica, le había hecho pensar eso a Nahuel. Ni por asomo se le ocurrería a él desaparecer así como así, y menos "abandonar" a una de sus mejores amistades, o al menos así la veía. Aunque no podía negar que por otra parte sentía atracción por Offy y aquello era lo que le hacía permanecer de un modo a su lado. - ¡Venga que hago la foto! ¡Preparate! - Le dijo mientras que sacaba de la mochila donde metía su cámara, un trípode para apoyar la cámara sobre él. La colocó bien en la posición correcta para que saliera perfecta la foto y le dió al temporizador 10 segundos para que le diera tiempo a colocarse él también y que saliera en la foto entero, o al menos una parte de él. - ¡Sonríe, Offy, sonríe! - Le dijo colocándose a su lado.
Cuando ya tomaron la foto, la trajo hasta donde estaban y la quitó del trípode para comprobar como había salido la fotografía. Le acercó la cámara a Offy para que la viera ella también y la miró sonriendola cuando la vio. Miró por el objetivo y sin que ella pudiera decir nada, le tomó una foto de imprevisto.

- ¡Perfecta! Ha salido perfectamente bien, y he de decirte que hoy tus ojos resaltan más que nunca. - Le dijo mientras que le enseñaba la foto que le acababa de tomar.

Le dió otro sorbo a la cerveza que minutos antes había abierto y mientras que seguían comiendo de la comida y la bebida que Nahuel había traído, el joven tomaba una fotografía tras otra. Quería aprovechar el día y no había día mejor que ese, y encima estaba en la mejor compañía que podía tener. Acercó su mano a la cara de Ophelie y le apartó un mechón de la cara, bajando la mano hasta su mejilla para acariciarsela. - Offy.. Me preguntaba si.. ¿Te apetecería salir conmigo algún día al cine o a pasear o a cenar..? O lo que simplemente te apetezca.. - Le dijo al final decidido mientras que se terminaba la cerveza.

Le sonrió un tanto, ya que no se había dado cuenta lo mucho que le importaba al chico, cuando de una vez reaccionó cuando escuchó su comentario de qué no se sabía cuándo se volverían a ver. Se le hacía simplemente algo bastante tierno de su parte.

- Jajaja, calma, tampoco era en el más fiel sentido de la palabra. Es que tenemos mucho tiempo, a mi parecer, sin vernos - Le explicó y antes de que pudiera hacer algo más, el chico ya había agarrado su cámara para comenzar a tomar fotos. Automáticamente, comenzó a acomodarse en una buena posición de su cuerpo para que el ángulo de la cámara le favorezca, aparte de sonreír de una forma que en las fotos se verían bastante bien; sí, había agarrado un tanto de experiencia, siendo de modelo improvisada para Alexander, por lo que no vio problema en utilizar esos conocimientos a esa foto junto al muchacho. aparte que le llenaba de ilusión que el chico admirara lo bien que quedaban juntos en la foto.

¿Qué podía decir?, la sensación de calidez y lo bien que se sentía a su lado, hacía reconsiderar a abrirse a una nueva relación. Claro, primero le gustaría salir con él antes de pretender cualquier otra cosa.

- ¡Bien! me tienes que pasar las fotos, que de seguro deben de haber quedado geniales - Dijo una vez que ya él estaba recogiendo el trípode de la cámara y le había enseñado las fotos. De verdad, se veían bien juntos y le creaba mucho más entusiasmo.

Durante unos minutos, se animó a tomar de la cerveza que había ofrecido el chico al principio, también trataba de que fuera muy poco lo que tomara ya que como quien dicen, ya que por alguna razón el día tan claro, la paz del parque y el aire fresco no lo relacionaba del todo con una cerveza. Siempre había relacionado los licores con bares, la noche, vestidos cortos, maquillaje para la ocasión. Total, eran cosas suyas y se aventuró por un sandwich más. Pero antes de que diera un bocado, la mano del chico fue hasta su rostro y le apartó unos mechones; ella se le quedó viendo, hasta que soltó lo de la cita.

- Por supuesto que me encantaría - Le dijo una vez terminada la proposición. Se acercó un poco más a él, poniendo un brazo en el hombro del chico rodeandolo y a su vez poniendo su cabeza ahí - Pero, ya que estamos aquí, ¿Por qué no hacemos de este encuentro la cita? - Dijo

- Ya sabes que yo ando muy ocupado, entre el taller y las fotos no tengo tiempo ni para mis cosas. Pero sabes que puedes visitarme las veces que quieras, tanto al taller como a mi casa. - Le dijo sonriendole cuando ella le había dicho que llevaban tiempo sin verse.

Y pensar que siempre que iba allí era para reflexionar sobre temas tipo amorosos o cualquier otra cosa, con la cual se estuviera comiendo la cabeza. Menos mal que se había traído con él, su cámara de fotos. Aunque la razón por la cual, se encontraba allí, era para pasar un día alejado de todas las cosas que lo distraían del ocio y tiempo libre. Algo que era como el trabajo, más o menos.

- Ya sabes que tienes mi teléfono, cualquier cosa no dudes en contar conmigo. Sabes que no hace falta que lo diga, pero te puedes sentir privilegiada por tenerme a tu disposición. - Esto último se lo había dicho riéndose. Le gustaba gastar bromas de vez en cuando, y con eso hacía reír a bastante gente.

Le asentía a cada cosa que le decía ella, haciéndole saber que la escuchaba. Mientras que le daba unos cuantos bocados al sandwich para después seguido, dar varios sorbos a la cerveza. La verdad esque se le daba bien cocinar y cualquier chica que había probado sus platos, le había dado un voto de confianza. Sumaba puntos en cuanto a ventajas con las mujeres, cualquiera que lo conociera bien, sabía que Nahuel era bastante apañado.

Estaba cómodo y pasando un rato agradable con su amiga. Era algo que agradecía bastante y así se lo hacía saber a ella. Estaba disfrutando con la compañía de Offy y aquellos momentos no los cambiaba por nada.

- Me alegro de que estés de acuerdo en aceptar salir conmigo. - Le dijo sonriendole y guiñando un ojo mientras que Offy se acercaba más a él y ponía un brazo en el hombro de él rodeandolo y apoyando su cabeza en el mismo sitio. Escuchó lo que ella le dijo de que aquellos momentos podían convertirse en la cita, Nahuel tragó saliva y se llevo el brazo que le quedaba libre (ya que en el otro estaba apoyada Offy xDD) detrás de la nuca y se rascó sonriendole levemente.

Lo que le había dicho no es que le pillara por sorpresa pero tampoco es que se lo fuera a esperar, era algo que le había pillado un poco de imprevisto.

- Entonces bien, ¿qué te apetece hacer? -

Felle no quería ser tachada de pervertida, pero la verdad que cuando el chico le mencionó acerca de arreglar su motocicleta, de estar en el taller y esas cosas, pues no pudo evitar tener la imagen mental de él sin camisa, sudado y arreglando el vehículo. Sonrió abiertamente a ello e inclusive sus pómulos tomaron un poco de color, se abanicó con su mano mientras seguía escuchando al chico de una manera un poco más alegre que anteriormente.

Pero que es sin duda, cuando su mente maquinaba algo no lo podía parar tan fácil, quien sabe si es por demasiado tiempo juntándose con sus amigos hombres o de que influencia salía todo aquello, pero hablando claro, cada que él chico le decía que estaba a su disposición, no se imaginaba precisamente a Nahuel esperando fervientemente tras el teléfono.... se lo imaginaba más ....¡OK! tuvo que agitar su cabeza de manera súbita ya que luego esa idea le iba a entrar otra peor y la verdad era que esa política que recién se había planteado la chica la iba a seguir, de querer al menos tener una cita con él y eso es lo que haría costara lo que costara.

A pesar de todo lo que su mente había volado, se sentía muy bien a su lado y ni un solo segundo su cabeza se retiró de su hombro, ya que se le hacía demasiado cómoda en el sentido de que simplemente estando a su lado sentía como cierta calma. Ahora llegaba el momento de la verdad, ¿Qué haría para la susodicha cita?

- ¿Qué tal si vemos una película? - Ofreció esta vez levantando por primera vez en el lapso que tuvo su cabeza sobre el hombro del chico.