Dulzura a domicilio { Grace }

Rebecca frunció el ceño a la vez que un débil gemido se le escapaba de su garganta. ¿Qué era eso? ¿El sonido del dolor de su corazón que subía por su garganta?Tal vez, además de que su indiferencia para con él era más difícil de mantener y a la vez, más feo. Suspiró audiblemente, cerró sus ojos, dejó que sus pulmones se llenaran de aire y lo sacó fuertemente. - Sabes...- murmuró, dando una vuelta a su taza con sumo cuidado y fijando su mirada en el líquido amargo - él está rehaciendo su vida. Está conociendo chicas, sale con ellas, las lleva su cama...- su voz se fue apagando cuando llegó a esa última palabra. Reprimiendo las ganas de llorar, mordió su labio y dejó salir lo que estaba guardando. No podía mentirle a su mejor amiga, al trío Calavera de Storybrooke...- Estoy 100% segura de que no figuro en su pensamientos y que no siente nada por mí. Por eso ya no le hablo, lo ignoro deliberadamente...para hacer más llevadero esto. - comentó, poniendo sus fuerzas en esbozar una sonrisa que ocultara su tristeza y las crecientes ganas de ir con él. Tomó un largo sorbo de café y encogió sus hombros, sonriendo a Grace.

- Oh, pero te ves hermosa embarazada además, sólo son 9 meses - musitó con ganas de animarla, aunque, en sus pensamientos, la idea de que sería bastante incómodo estar embarazada no desaparecería. - ¿Cuántos meses llevas? Soy malísima calculando así que...ni idea- rió por su ser despistado a la vez que mordía su tarta con singular glotonería, ya que estaba deliciosa y ayudaría a recobrar su ánimo regular. Escuchó a Grace y abrió sus ojos verdes, ladeando su cabeza, visiblemente sorprendida. -¿Estas segura? Digo, amas tu trabajo y desde que te conozco, aunque estuvieras muriendote de gripe, nunca has faltado...- murmuró, pensativa, respecto a la baja de Grace. Le sonrió, estirando un brazo para apretarle la mano. -Lo que decidas estará bien, además debes vigilar tu salud y la del bebé Y...¿qué dice el Doctor Sullivan respecto a tu posible baja?- Antes de que pudiera decirle algo sobre Sebastian, Grace comenzó a hablar rápidamente sobre lo que becca había dicho de charlie, así que solamente sonrio débilmente y tomó otro sorbo de café.

Becca esbozó una sonrisa muy pequeña mientras miraba a la rubia. Sí, un buen chico necesitaba. Uno que la comprendiera, que le hiciera reír, que fuera inteligente, fuerte, con cabello oscuro, alto, de nombre Charlie James y apellido Hudson. Era muy desafortunado eso, ya que su hombre perfecto había sido Charlie. Y siempre lo sería. Su único amor, por siempre. Sonaba muy drástico pero así lo sentía y dudaba que eso cambiara rápidamente. Además, en los últimos meses la pobre estaba como en un letargo meláncolico. Aún sonreía y era la misma pero un sopor de tristeza le embargaba.El trabajo, sus amigas y su mascota, kuma, la sacaban a flote. Había bajado 5 kilos y sus clavículas se asomaban a la menor provocación.

Tomó un sorbo a su café caliente. - va a ser un poco difícil lograrlo - admitió la de cabellos azabaches con na risa ligera y frágil. Mordió su tarta y un comfort le embriagó el paladar. Sonrió sutilmente mientras seguía escuchando a su amiga, que ya se estaba preocupando por la situación de Kate. Se limpió con una manga de su sueter los restos de tarta, no le importaba. Suspiró mientras apretaba la mano de Grace. - Estoy bien, no te preocupes. ni tu ni yo somos de cristal- comentó recuperando una cálida sonrisa. - Pero mi opinión es que si estas muy cansadita, mejor descansa todo lo posible para seguir saludable arrugó su nariz al sentir un ligero estornudo y se acomodó de nuevo en el asiento.

- ¿y el doc cómo está? ¿emocionado por ser padre primerizo?- preguntó amablemente mientras abrazaba sus piernas por un momento para despues tomar más café. Imaginó cómo serías estar a punto de ser padre...sus vidas iban a cambiar 360 grados. Ya no iban a ser sólo ellos dos, si no una boquita más. Una gran responsabilidad. Hubiera idcho algo más sobre Will pero se detuvo rápidamente. Seguramente Grace no sabía nada de las visitas matutinas a la pastelería y si lo sabía, desconocía su opinión sobre eso. Calló sin saber si hacía bien o mal. Sólo quería tener paz y ver a sus mejores amigas felices con sus vidas, parejas, hijos...sólo le gustaría que la angustia que ultimamente sentía, se esfumara.

Mordisqueó su tarta de nuevo y se la acabó en un santiamén. Acercó su canasta estirando su brazo y sacó la segunda ronda, esta vez de brownies de chocolate con fresa y avellanas. Le dió el suyo a Grace, quien hizo un puchero. - nada de eso, Grace, eres la consentida y debes alimentarte bien- sonriéndole dulcemente. - Por cierto, ya tienen listas de nombres?- preguntó curiosa y más animada- Yo tengo algunas opciones...ay Grace, tu bebé va a ser muy querido por todos comentó con toda sinceridad y cariño.

Mientras tomaba su café despacio, Rebecca escuchaba a su amiga. Sonrió ligeramente, feliz por ella. Al parecer se veia muy entusisasmada con la llegada de su bebé. Estudió las expresiones de Grace por pura curiosidad y notó un repentino y profundo alivio cuando Kathe cambió el tema. Arrugó su nariz ligeramente, retomando sus respuestas. Afuera, la mañana se desarrollaba tranquilamente y al parecer no había ningún paciente crítico ya que no habían solicitado la presencia de Grace en piso.

- Para niña, me gusta mucho Anastasia, Charlotte y Caroline. Renata, también- musitó sonriente, pensando en más nombres. Habían muchos, algunos más poéticos, otros fuertes, otros dulces, otros difíciles de pronunciar...además los significados cambiaban para cada uno. A Rebecca la bastaba con que tuvieran personalidad y fueran poco comunes. Posó su mirada en la puerta gris del cuarto y frunció el ceño.- Para niño, Philip, William y Edward. James también me gusta muchísimo.- comentó lo último con una ligera melancolia en su voz que pronto se disipó. Sontió alejando la tristeza que podría asomarse en sus ojos verdes t carraspeó. Estiró su mano para garrar su tarta y darle otro buen mordisco. Ya casi se la acababa.

Dejó su plato en la mesa y acercó la canasta para sacar unos brownies, el más grande se lo pasó a su amiga. - No te creas que esto ha acabado- comentó divertida mientras volvía a colocar su canastilla en su lugar. Escuchó y esbozó una suave mueca que significaba que estaba pensando. - El doc encontrará la manera de hacer tiempo- comentó segura y apretó la mano de grace con dulzura. - Todo saldrá bien.- murmuró con confianza y afecto mientras le daba otro sorbo a su café.

- Y que tal tus pacientes?- preguntó, curiosa. A veces era necesario desahogarse en cuanto a cuestiones de trabajo se refería, así que becca escucharía todo lo que la enfermera quisiera decirle. Realmente los enfermes en gravedad no eran comunes en el pueblo, eran mas comunes los accidentes menores, en especial si alguien trataba de salir de Storybrooke. Esas cosas le hacían estremecerse a Katherine. era como si el mismo pueblo quisiera que todos se quedaran ahí.