Una tarde libre que disfrutar. [Ender & Vick]

El segundo sábado del primer mes del verano y mis vacaciones empezaban hoy. Estaba deseando este día más que nada, pues así podría descansar de las rutinas en la estación y el trabajo agotador que nos hacía pasar el entrenador en el gimnasio mientras no ocurría ningún incidente en Storybrooke. Ya estaba harto de tanto entrenar y llegar molido a casa para esperarme a la simpática de mi hermana en ella, con una amplia sonrisa. Era lo único que esos días de trabajo tenía: Mi hermana.

Ahora, en cambio, me levantaba tarde, desayunaba un ligero vaso de leche con café y me salía a comprar la comida para hacer para comer unas horas después. Hoy era el primer día de vacaciones y ya tenía la mañana planeada con agotamiento.. y más con el calor que ahora estaba pegando en la plaza.
Terminé mis compras en el mercado: mitad de conejo congelado, arroz, azafrán -que no quedaba en casa-, cereales de chocolate como le gustaban a Noah, papel higiénico y algo de champu y gel.
Llevaba las bolsas de la compra en la mano. No me pesaban, no eran nada para mi, la verdad.. estaba acostumbrado a entrenar más duro.
Caminaba por la plaza, en dirección a mi casa, cogiendo el camino de la gran plaza, pues pillaba más cerca y era más ligero caminar por aquí. Me gustaba la plaza, siempre llena de madres con sus niños corriendo por ella.. era realmente hermoso ver esas madres con sus hijos. Los niños, esa fuente de energía inacabable que no dejaban de hacer travesuras e imaginarse un mundo de sueños donde todo era perfecto.. ese mundo de hadas donde más de uno desearía estar.

Me coloqué los auriculares conectados a mi móvil y encendí la radio y, mientras caminaba por el camino de piedra que pasaba por el medio de la plaza, escuchaba la nueva 'sensación del verano'. Miraba a mi alrededor y me fije en una persona familiar que venía de frente. Ender, el chico masajista que venía a veces a la estación. Sonreí acercándome a el y, llevándome dos bolsas de mi mano derecha a la izquierda, cargando con esta cuatro bolsas en una mano, le alcé la mano, tan amigo.

- ¡Ender, tío! -Le saludé con la mano y cuando lo tuve en frente mía se la estreché, como tan amigos.- ¿Qué tal estamos? Hace tiempo que no te veía la cara, marica. -Le di dos manotazos en la cara, débiles. Me eche a reír. Todos los insultos que le decía sabía que era de broma, pues ya había confianza con el al ser un buen amigo mio... más de una vez habíamos ido a tomar un café en nuestro rato libre.- ¿Qué haces por aquí, marica? ¿Sales a andar un sábado? -Puse mi mano libre en su hombro y me eché una risa floja, escuchando su contestación.

Era agradable tener una conversación con un amigo.. y más si no lo veías de hace un largo tiempo.

Me desato, moviendo los tobillos ahora que estan en libertad. Recojo sin prisas todas y cada una de las cuerdas y los mosquetones que he estado utilizando y lo pongo todo debidamente ordenado en la mochila. Odio cuando luego no encuentro las cosas, me gusta tenerlas listas para poder cogerlas y salir pitando. Casi media hora mas tarde estoy de nuevo en la ciudad. Guardo la mochila en el trastero junto a todas las demás y tras cerrar con llave entro en casa y subo a la segunda planta, a la ducha del gimnasio. Me gusta usar esa cuando tengo tiempo, porque tiene hidromasaje y es genial para los músculos después de ejercitarlos. Solo con pensar en ducharme allí me quito el mono de neopreno en menos de un segundo y me paso media hora bajo el agua, relajandome y destensando los músculos.
Cuando me decido a salir es cerca ya de mediodía, pero cuando abro la nevera me doy cuenta de que si quiero sobrevivir durante mas tiempo debería rellenar la nevera. Con un taco de queso y un ramillete de perejil seco no creo que viva demasiado.
Llego a la plaza del pueblo y reviso varios puestos, pero realmente me apetece muy poco cocinar hoy. Se me ocurren demasiadas cosas que hacer pero tengo muy pocas ganas. Es entonces cuando frente a mi veo al cachondo de Vick y antes de llegar hasta él ya se me escapa una de mis sonrisas. Le tiendo la mano, estrechando la suya con fuerza. ¡Vick! Claro que no nos vemos, desde que no teneis nada que hacer en ese parque os habeis vuelto unos vagos...¿para que me necesitais si teneis los musculos del culo la mar de entrenados de chupar sofá... Río levemente y le doy un golpecito en el hombro, mirandole. Por común no estaría aqui a estas horas, sino en el parque. No me digas que estas de vacaciones... vaya, vaya... A ver si te pasas un día por casa y hacemos algo interesante...
Nos movemos un poco hacia uno de los lados para no quedarnos en mitad del paseo, además de para que pudiera soltar las bolsas si queria. Supongo que el peso no es problema pero esas bolsas tienen la increible cualidad de cortarte la circulación en los dedos como las sostengas mucho rato. Tío, yo no soy tan vago como para salir a andar... me he pasado toda la mañana haciendo escalada en la pared vertical del bosque. Si no llego a necesitar llenar la nevera no me ves el pelo, tío.

Ender era un buen amigo desde que entré en el cuerpo de bomberos, por no decir que lo conocía desde hace tiempo y siempre hablábamos y quedábamos con unos amigos más del cuerpo para salir de fiesta o para aprovechar nuestra edad. Era uno de mis amigos con el que más hablaba ahora, pues desde que mi hermana vino a vivir conmigo hace dos o tres años no salía mucho ni me relacionaba.. pero ahora me encantó ver a mi mejor amigo.
Le estreché la mano, con fuerza. Siempre nos encantaba hacer pulsos y apostarnos unos buenos masajes y siempre ganaba yo.. y siempre me ganaba yo el buen masaje.

- Que marica eres. -Le insulté, con una risa, dándole una palmada en la espalda por lo que dijo.- Seremos vagos pero el sofá nos ama mucho y aun no se a roto.. pero poco le queda con lo gordo que se esta poniendo Erick. Será mejor que te pases por ahí, nene, que ya te echamos de menos. -Reí, levemente. Fue ahí cuando, con una leve palmada en la espalda, nos echemos hacía un lado del paso para no estorbar a la gente que pasaba por nuestro lado. Nos quedemos a un lado del paso y el me invitó a pasar un rato con el, como en los viejos tiempos.- Cuando quieras, tío. Una tarde, si quieres, me paso por tu casa o nos vamos a tomar algo por ahí, lo que quieras. -Le sonreí. El era como un hermano para mi, siempre estábamos juntos.. y ahora, poder volver a verlo, estaba muy contento de haber salido ahora de comprar.- Y luego me dices que yo soy el vago, ¿eh, marica? -Le golpee débilmente en su hombro, con una risa. Me encantaba picarle, me encantaba hacerle reír.. pues su risa siempre era contagiosa. Terminé de reírme y saqué mi móvil para ver que hora era. Las una y media y mi hermana llegaría en un cuarto de hora seguramente. Mire el móvil y le mire a el y, de pronto, me vino una pregunta a mi cabeza.- Oye, ¿tenías mi móvil? Es que me cambie de móvil y tal. ¿Quieres que te lo de? Así quedamos algún día, marica.

No puedo contener una carcajada, metiendo ambas manos en los bolsillos de mis tejanos piratas, mirandole con ambas cejas alzadas. Lo único que hace que ese sofá siga sin romperse es el montón de remaches que le habéis puesto ya, panda de vagos. Si en lugar de Tuck os entrenara yo.... ese sofá estaría como nuevo. La verdad es que me habría gustado llegar a ser el entrenador personal del parque de bomberos, pero uno de los exbomberos se había apalancado allí y era imposible acceder a ese puesto. Toda una lástima, porque era un verdadero cabrón. Intentaré pasarme, pero no prometo nada. Ultimamente la gente se esta aficionando mucho a los deportes de riesgo, tengo la agenda llena de citas. Y extrañamente es cierto. Antes tenía que vermelas para llegar a fin de mes porque si no llega a ser por los masajes apenas tenía clientes... y ahora de pronto la gente no para de contratarme como monitor. Quizá eso signifique que el negocio empieza a prosperar y puedo ir olvidandome de tener que buscar un trabajo y dejar de lado mi verdadera vocación.
¿Tomar algo por ahí?¿Tu y yo? Venga tio no me seas gallina... hagamos algo mas interesante. ¿Qué tal barranquismo? Ahora con el deshielo he encontrado uno bastante complicado que es una pasada hacerlo, eso si, se necesita bastante tiempo... Aunque bueno, si no estas preparado para ello podemos tomar ese café... Le saco la lengua a modo de burla, él sabe perfectamente que yo no soy precisamente vago. No me gusta estar quieto nunca, excepto cuando me da un día vago y entonces nadie me mueve del sofá.
Le veo mirar el movil y por la cara que pone se que poco tiempo de conversación nos queda. Pues lo tenía, pero si me dices que lo has cambiado esta claro que ya no lo tengo... Me llevo la mano al bolsillo trasero de mis pantalones y saco mi cartera, buscando una de mis tarjetas y tendiendosela. Es el número de la consulta, pero lo tengo desviado a mi movil asi que me puedes localizar siempre ahí.

Me hacía mucha gracia pensar en Ender como el entrenador del cuerpo de bomberos y luego puse una mueca de dolor, soltando un suspiro y echándome a reír, dándole un leve empujón en su hombro. Era duro verle como entrenador, pues yo sabía que era de los típicos deportistas que adoraba el deporte y los deportes de riesgo. Era duro verle sentado en un lugar, pues siempre estaba en movimiento.. pero era un ejemplo a seguir. Ender siempre me había demostrado que el deporte daba sus frutos, desde muy jóvenes.. y ahora estoy así gracias a sus consejos. Era un buen amigo solo que a veces se pasaba de deporte.

- Bu, tengo miedo de tenerte de entrenador, tío.. aunque yo el miedo no lo tengo, lo que tengo miedo es por James, que el pobre esta hecho una saco de patatas. -Me daba pena imaginarme a mi cuerpo entrenando una tarde con Ender, eso si que sería un reto, por eso reí con el.-A mi no me dices gallina a la cara cuento estemos en un barranco. Ya verás como muerdes hielo, marica. -Reí con ironía. ¿Qué acababa de hacer? No quería aceptar su propuesta pero, a pesar de eso, lo hice por esas palabras que me picaron bastante. Le mire atentamente a sus ojos, como si soltasen rayitos. Tras unos segundos de estar así, me reí y suspiré.- Venga, pues si quieres mañana te llamo por la tarde, si no estas ocupado, y nos vamos a hacer barranquismo, nenita. -Cogí la tarjeta y me la guardé en el bolsillo, con mi móvil en ese mismo bolsillo. Le di un golpe en su hombro y sonreí.- Bueno, nene, ¿a donde vas? Yo tengo que volver ya a casa que la enana espera la comida. ¿Te hace si te llamo esta tarde y hablamos para lo de mañana o cuando puedas? Pero luego no me des plantón por una chica guapa, que te pego. -Le di un puñetazo débil en su hombro y me eché a reír. Eramos siempre buenos amigos..

Cobarde... no aguantaríais ni una semana si me tuvierais a mi en el parque trabajandoos los cuerpos. Pandilla de vagos. Río levemente, dandole un golpecito en el hombro, contento. Hacía dias que no me sentía asi de animado, pero es que ver a Vick siempre tiene ese efecto en mi. Lo conocía desde el primer momento que llego a ser capaz de recordar y siempre hemos sido buenos amigos. Me rio a carcajadas cuando insinúa que puede hacer lo que quiera conmigo haciendo barranquismo. Tio, eres bombero, vale, pero no me ganarás en mi propio terreno. Sabes lo bien que se me dá el barranquismo. De hecho, habíamos empezado a practicarlo juntos. Todo el que me conoce sabe lo amante que soy del ala delta, pero después de ello lo que mas me gusta es la escalada o cualquier deporte que implique paredes rocosas, como lo es también el barranquismo. Tengo la tarde de mañana disponible, tienes suerte... podré pegarte la paliza de tu vida. Le guiño un ojo y río de nuevo, revolviendole el pelo. Te acompañaría pero tengo que conseguir algo para alimentarme el resto de la semana. Le doy una palmadita en el brazo, caminando un poco ya de nuevo hacia el centro de la calle, sabiendo que se acercaba el final de la conversación. Pero me parece bien, llamame luego y hablamos, o pasate por casa si quieres, sabes que tienes siempre la puerta abierta...aunque no te aseguro lo del plantón, ¿eh? ya sabes que el que tiene caché... tiene caché. Río levemente y le guiño un ojo con un saludo, perdiendome entre la gente en busca de algunas cosas para, por lo menos, comer y cenar hoy. Mañana ya veré que hago.