Petición y casting de personajes canon

Para poder acceder a un personaje canon primero tienes que asegurarte que esté libre consultando la lista de más abajo y luego proceder a realizar un casting. Puedes reservar un personaje cannon y se te guardará durante 24 horas en las cuales tendrás tiempo de subir el casting, después de este periodo volverá a quedar libre en caso de no llegar a publicarlo. Los personajes tachados estan ocupados. Los personajes subrayados estan reservados. Los personajes en rojo se necesitan con urgencia.

Si te quedas con un personaje canon, una vez tu casting sea aceptado, administración te mandará un mp para que sepas a que personaje de cuento estás roleando y puedas darle más realismo y más matices al mismo.

Los castings se tienen que hacer posteando a continuación, según el siguiente modelo:

Código:

[b]Nombre del personaje:[/b]
[b]Porque quieres tomarlo:[/b]
[b]Prueba de rol:[/b] (Mínimo 10 líneas)

Me gustaría reservar a Lucy para casting. (:

Reservada! Tienes 24 horas para realizar el casting =D

Pido a Kate. Aquí está mi casting.

Nombre del Personaje: Kate Mary Bennet.
Por qué quieres tomarlo: Me gusta su carácter e historia, me llama la atención su relación con Lucas. Y, sobre todo, me gusta su avatar
Prueba de rol:

Spoiler:

Nombre del personaje: Charlie James Hudson
Porque quieres tomarlo: Creo que puedo interpretar bien el papel
Prueba de rol:

Spoiler:

Ya tengo mejor amiga *-*

Nombre del personaje: William P. Sullivan
Porque quieres tomarlo: Su historia y la manera en que se relaciona con los demás me parece muy interesante, además rolear este personaje será muy entretenido
Prueba de rol: (Mínimo 10 líneas)

Spoiler:

Hey! Quiero reservar a Robert ^^

¡Tuyo! Tienes 24 horas para el casting =D

Y yo reservo a Lucas

(que mona es Grace)

Tuyo. Tienes 24 horas para hacer el casting (aunque si me sigues diciendo lo mona que soy igual a ti te dejo tardar un poquito más *^^*)

Nombre del personaje: Robert Thomas Monroe.
Porque quieres tomarlo: Porque es un sheriff macizorro y respetado. Ahora en serio, me gusta el pj y su carácter.

Prueba de rol:

(aunque haya posteado cuando tocaba puedo seguir diciendote lo mona que eres)

Nombre del personaje: Lucas Ryan Gilbert.
Porque quieres tomarlo: Me gusta eso de que sea asquerosamente rico y un poco consentido.

Prueba de rol:

Nombre del personaje:Phoebe Earhard Montgomery

Porque quieres tomarlo:Porque como usuaria soy una obsesa del mal que está encantada con el foro (?). Y Pheebs es tiernita. *-*

Prueba de rol: La misma rutina de todos los días; despertar temprano por la mañana, limpiar un poco lo que hubiera que atender antes de marchar al hostal, arreglarse para ir al trabajo, atender al abuela, servir el desayuno y sacar el perro al jardín, pues todo el mundo en casa iba siempre tan ocupado que nadie recordaba de sacar al pobre Knobes y después lo reñían cuando hacía sus travesuras en la sala. A ella no le molestaba limpiar detrás de él, así como no le molestaban sus mañanas tan rutinarias y predecibles. Lo primero, por le angustiaba que regañaran al pobre animalito su no hacía nada malo en realidad. Lo segundo, porque estar al pendiente de su familia no era algo que le supusiera mucho sacrificio, lo hacía porque quería, porque los quería. Quizá por eso era incapaz de decirles que no a nada.

Con su primer sueldo, recordaba bien, había pasado a la panadería de Savannah y Grace para llevar un enorme pastel de chocolate a casa y celebrar, porque esa era su manera de festejar: algo pequeñito, tranquilo e íntimo con sus personas más cercanas. Nunca se había sentido muy a gusto en las fiestas de luces brillantes y música estridente. Se sentía ahí como pez fuera del agua, más porque siempre solía quedase apoyada contra una pared, sola y temerosa por acercarse a tratar de armar conversación con alguien. Le daba la impresión de que con una sola mirada que le dirigieran irían a descartarla como si no perteneciera allí, y le daba vergüenza confesar que a sus 23 años ese tipo de situaciones aún la intimidaban. Si le fuera sencillo el llegar con alguien desconocido y conversar elocuente y alegre, mostrarse encantadora e interesante, entonces no le daría tanto miedo cuando lo veía a [i]él[/] pasar.

La bicicleta que le pertenecía la había conseguido de segunda mano ya, algo oxidada y maltratada, pero con paciencia y un poco de trabajo había conseguido restaruarla. Era un diseño poco anticuado, como el de aquellas pinturas de la vida diaria en un parque que colgaban en los muros de la cafetería, pero eso era en parte lo que le gustaba. Ella misma había pintado la carrocería de un bonito color azul cielo, y la canasta que había colgado del manubrio la había forrado con tela de un patrón colorido que le daban un toque muy propio, “muy Phoebe” según su abuela. Se subía en ella todos los días para ir a trabajar. Su casa quedaba algo retirada de Granny’s, pero ni hablar de pensar en conseguir un coche, no podría permitírselo ni ahorrando todo su salario por los próximos cinco años.

Y hablando de su abuela, no cansaba de decirle que tenía que aventurarse más, salir de su caparazón y disfrutar de su juventud mientras la tuviera, porque el tiempo se iba demasiado rápido de tus manos, aunque en el pequeño pueblo de Storybrooke a veces diera la impresión que ahí el reloj hubiera dejado de correr. Que eso era algo muy propio de los pueblitos como ese, le decía, que debería aspirar a más, a salir y conocer, a divertirse como quisiera hacerlo y no preocuparse por nada de las cosas que le estresaban y que trataba de contener siempre con una dulce sonrisa. Si quería despilfarrar en un coche, que lo hiciera. Y que si quería acercarse a hablarle a aquel muchacho al que siempre miraba, ¿qué la detenía?

La primera vez que su abuela le había dejado entrever que sabía bien lo que sentía por Lucas Gilbert, Phoebe había dejado caer un plato por la impresión. No se había cortado con los bordes de cerámica filosa, pero las mejillas se le habían encendido de un brillante rojo como la sangre. La abuela no entendía que para él ella ni siquiera debía existir. Que no era la clase de muchacha de plática fascinante y glamour en cada movimiento como las que lo rodeaban a donde fuera que se dirigiera. Ella era tan solo una chica más, común y corriente, con problemas comunes y corrientes, que no tenía nada en común con alguien como él. Por eso no le quedaba más que mirarlo de lejos y suspirar con tristeza, tal vez dejándose llevar por la fantasía de lo que podría pasar si las cosas fueran distintas… si ella no fuera tan cobarde, si no hubiera un abismo entre los dos…

Y esa parte de su rutina, en la que lo único que podía hacer era soñar en imposibles, la que más infeliz la hacía.