¿Perdida? - Aaron

Ir al bosque era algo que Aaron siempre disfrutaba y era algo que hacía con gusto. Quizas porque significaba salir un poco del pueblo, por lo menos un poco. Y es que mientras estaba dentro del pueblo siempre era posible que algo pasara y que terminara de interrumpirlo en cualquier cosa que se le haya ocurrido hacer para pasar el rato en algo más que fuera solamente trabajo. No le gustaba demasiado ser interrumpido para nada en cualquier caso pero es que también el efecto se hacía mucho mas importante cuando se trataba de algo de su tiempo totalmente libre y personal. Por eso era que cualquier tipo de actividad al aire libre siempre era preferida a quedarse dentro, por lo que la playa, ir a pescar un rato o salir al bosque eran sus alternativas más recurrentes.

Y en esa ocasión terminó decidiendo ir al bosque. Caminar, salir a ver qué había y llevar sus armas consigo por si es que encontraba algo interesante que cazar. No mucha ciencia ni tampoco demasiados planes en mente, simplemente un tiempo libre que estaba dispuesto a disfrutar plenamente. No emprendió la marcha a paso tan rápido sino que se tomaba su tiempo examinando los alrededores a pesar que ya tenía muy buena idea de la geografía y demás características del bosque, lo que si cambiaban eran algunos animalejos que podría cazar si es que se presentaba la oportunidad. Caminar de ese modo se prestaba como buen ejercicio y disfrutar de la tranquilidad y belleza del paisaje.

El oficial de policía estaba en ello cuando escuchó una voz. Si hubiera sido un cuchicheo normal o un monólogo unipersonal de algún loco simplemente lo hubiera ignorado y se hubiera ido al otro lado del bosque a estar en paz. Pero no, esa voz era distinta, aquella voz femenina era clara y el mensaje que evocaba era inconfundible. Alguna chica estaba en algún aprieto y tenía que ir a ayudarla, eso ni se lo pensó un poco. Fueron varios gritos lo cual ayudó a que Aaron pudiera seguir el rastro de su voz para poder localizarla, eso fue una movida sensata. Pasaron algunos momentos más cuando de pronto la pudo ver.

Una hermosa pelirroja ahí en el árbol, aparentemente lesionada o con alguna cosa que evidentemente le producía dolor. Aaron dejó sus cosas a un costado para poder atenderla mejor, se veía que podría necesitar toda la ayuda posible, y vamos, para eso estaba él.

-Tranquila, por favor. A ver, dime que te ha pasado. Dime como puedo ayudarte-

A pesar de la situación algo problemática no pudo evitar sonreír de soslayo ante la evidente belleza de aquella chica.

El agente de policía no terminaba de decantarse sobre qué era lo que predominaba en esa situación, si es que debía sentirse totalmente apenado por lo que le había pasado a la chica o si es que por el contrario tampoco podía evitar sentir de lleno un poco de suerte dentro de lo que le había pasado a ella y pensar que quizás de otro modo no se habrían encontrado del modo en que lo habían hecho, que quizás si es que ella no hubiera caído y rodado hasta a aquel árbol no habrían tenido la oportunidad de conocerse o quizás lo hubieran hecho en el futuro.

Pero no, era mejor vivir aquella experiencia en ese momento y no hacer que las cosas se posterguen sin necesidad. Podría ser que aquella manera de pensar fuese terriblemente egoísta pero si había algo en tal situación, conocerla era precisamente aquella.

Aaron le había pedido que le dijera lo que le había pasado, más que todo para poder encausar la ayuda que quería darle por el lado correcto y no equivocarse o perder el tiempo. Era para esos casos que el curso de primero auxilios que se daba para poder convertirse en policía realmente tomaba mucha mas importancia. Sonrió al notar la claridad con la que la hermosa pelirroja le hablaba. Era algo conciso, que le daba todos los datos que necesitaba a pesar que podía ver que a ella le dolía con solo ver esa mueca de dolor dibujada en su rostro, un gesto que el quería eliminar y posiblemente reemplazar con una sonrisa.

-Ya veo, ha sido un accidente desafortunado. Pero no, creo que en estas condiciones es mejor que nos quedemos un rato, déjame examinarte un poco y ya luego vemos… yo mismo te puedo llevar al hospital-

Se ofreció sonriéndole y sin dejar de mirarla, perdiéndose por un momento en sus ojos esmeralda y luego llevando la mirada junto con sus manos a examinarla un poco, ver si algo no estaba y que algún movimiento no terminara de empeorar.

-A ver, déjame verte-

Anunció para que no se sintiera incómoda en ese momento. Hizo el gesto para que ella viera que quería que se tumbara solo por un momento en el césped después de colocar la casaca que traía puesta debajo de ella y que de ese modo no la incomodase. Se acercó más a ella primero yendo hacia su pie, el tobillo.

–Espero que no seas muy cosquillosa – Bromeó con ella y sonrió un poco cuando hacía el movimiento de tratar de quitarle el zapato, primero examinando su tobillo, hizo un poco de presión para ver si es que ella se quejaba o algo. Si es que se quejaba tendría que cargarla, cosa que no le pareció del todo mala. Prosiguió el examen con su costado, colocándose de lado y casi abrazándola al tocar sus costillas, que parecían perfectas y no tenía nada malo más que el golpe que debería causar un moretón.

Siguió con su mano, su muñeca, haciendo presión nuevamente para la zona y ver si es que había una fractura o algo. Unos cortes parecían lo más grave en esa zona, en general no estaba tan mal, quizás solo el tobillo parecía lo que merecía algo más de preocupación, aunque definitivamente no era algo que no se pudiera solucionar.

-Lo bueno es que no te veo nada mal… y tranquila, no me molestas en lo absoluto. Me llamo Aaron…-

Dijo sonriendo después de bromear un poco en la primera parte de la frase, un halago engañoso que no sabía si es que iba a captar, y en la segunda parte la curiosidad del policía envuelta en la clásica presentación, que acompañó de un beso en la mejilla.

Mientras la examinaba no podía evitar sonreír, y es que tampoco podía quejarse de suerte sino mas bien al contrario, agradecerla. Ella le había dado su permiso sin tener algún tipo de reservas o alguna desconfianza o por lo menos eso era lo que le había parecido al agente de policía.

Es que en realidad ella no tenía que temer con él y él por su parte agradecía ese tipo de ocasiones donde hacer su trabajo era realmente más un placer que la pesadez de la labor obligatoria en si misma. En ese momento estar ahí con ella era un gusto, tanto así que ella en ese corto tiempo había hecho que se olvidara su plan original, de lo que supuestamente había ido a hacer al bosque.

Mostró preocupación genuina por ella y en ese momento todo lo externo, cualquier cosa que estuviese pasando a su alrededor estaba fuera de su enfoque ya que la pelirroja acaparaba toda su atención. Le sonrió mientras la examinaba y la ayudó cada vez que ella se lo pidió. Aaron rió ligeramente con los datos de Kai, que si, trataría de ser un poco más gentil, hacer menos presión en sus costados pero intercambiar de manera los típicos toques como los que un doctor examinaría a su paciente por un gesto que mejor podría ser descrito como una leve caricia, usando solamente la yema de sus dedos al rozar su piel.

Eso no quería decir que iba a descuidarla en ningún sentido ni tampoco a dejar todo el proceso del examen de lado por más tentado que se viese a hacerlo. Cuando ella se quejó del tobillo supo que iba a tener que quedarse con ella, mantenerla cerca de él y eso era buena noticia. Ya sea que ella prefiera que la llevara a su moto o que quizás aceptaría irse con él, ese hecho traía envuelto que de alguna manera u otra pasaría algún rato mas con ella.

Aaron pudo notar como ella sonreía levemente y eso quería decir que por lo menos estaba haciendo su trabajo medianamente bien y que ella ya no sentía todas las molestias de lleno, como hace un rato cuando no podía ni pararse. Había habido progreso.

Y bueno ese podría ser el motivo de la sonrisa de la pelirroja o quizás otro pero de cualquier modo el policía no era de esos que se apresuraban a nada y sacaban conclusiones que no venían al caso. La frase que había lanzado era una forma de tantear un poco y en eso ella le decía que si le había gustado. Lo que no podía negar fue la calidez del rostro ajeno a pesar que estaba corriendo un poco de viento, no era solo su imaginación y eso le hacía bien a su ego.

-Me gusta tu nombre, Kai… y no, no soy médico, soy policía. Espero que no te haya incomodado el examen inexperto-

Comentó sonriendo de soslayo. Aaron se sabía multifacético pero lo de él siempre había sido más infringir daño mas que aliviar dolor, por más obligatorio que haya sido para él el curso de primeros auxilios. Sabía que era hábil pero aparentar modestia en esas circunstancias no estaba mal.

-¿Cómo fue que te hiciste esto? No importa si la historia es larga, según mi diagnóstico mejor me quedo contigo un rato… a menos que no quieras…-

Completó sonriendo esperando a ver qué le decía ella. Y es que era así. Ya había hecho lo que la situación ameritaba, el resto era todo un bono extra.