¿Unas cervezas?

Llamó al timbre de la casa de la familia Jones. No había avisado a Sebastian de que iría, y realmente esperaba que estuviera solo, cuando eran más pequeños la madre del chico le miraba con muy malos ojos cuando estaba por su casa; y aunque eso ya no pasaba, Lucas no quería arriesgarse a que la mujer pensara que seguía siendo una mala influencia para su hijo. Y las cervezas que llevaba en la mano no ayudarían nada.

Desde el día en que descubrió a Sebastian y a Grace en su casa había querido hablar con los dos: ambos eran sus amigos y ambos lo habían pasado mal, lo sabía, y no quería que volvieran a pasarlo mal. Bueno, más bien no quería que Grace volviera a hundirse, y ahora mismo el que tenía más números para hacerlo era Sebastian con alguna metedura de pata.

No hacía mucho que había visto a su amigo, pero sí que hacía mucho que no hablaban largo y tendido de sus vidas, y ése día era el día perfecto. Después de que la chica confesara su relación, el siguiente era él. Tenía que asegurarse que Sebastian tenía las cosas claras y que no acabaría Grace peor de lo que empezó.

Al esperar un par de minutos en la entrada sin recibir respuesta volvió a llamar impaciente. Se veían luces encendidas, así que alguien tenía que haber en casa. Llamó nuevamente con insistencia cuando escuchó unos pasos que se dirigían hacia la puerta y dibujó su mejor sonrisa a la vez que escondía las cervezas detrás suyo por si acaso no era su amigo el que abría. Por suerte fue él.

- ¡Ey! – Saludó. - ¿Te apetecen unas cervezas? – Las levantó para que Sebastian las viera. –Hay que ponerse al día. – Y sin esperar ninguna respuesta entró en la casa de su amigo, eran muchos años de confianza.

Hoy era uno de esos días en el que las notas habían salido y tenía el teléfono de la casa sonando sin parar. Había atendido al menos a diez de las veinte personas que probablemente me estarían llamando mientras paseaba por la casa engullendo básicamente un paquete de galletas que parecía interminable. La mitad llamaban para preguntar que podían hacer, hace mucho tiempo que no tenía padres retrógrados que tenían la osadía de echarme la culpa de los fracasos de sus hijos, pero ciertamente entre explicarles lo que debían hacer y mantenerlos además calmados ya tenía trabajo de sobra. - Pero no le chille señora Jhonson, solo ha sido un suspenso en matemáticas... si si, ya se que es un suspenso pero... no espere... bueno tal vez tenga razón y no termine siendo médico pero... igualmente... - Ni siquiera sé por qué discuto sobre ésto. La mayor parte de los padres esperan que sus hijos sean jodidamente buenos en todo lo que hacen y se equivocan, deben ser buenos en algo, lo demás sobra.

Llega un momento en el que mientras discuto con aquella madre voy por la casa organizando cosas. O lo que se dice "Organizando" porque en realidad estoy moviendo trastos de un lado para otro. Cada vez que biene Grace a casa le da por reacomodar cosas que según ella deben ir en otra parte, pero no entiende la teoría del caos de mi casa y luego cuando se va, me lo deja todo como debería estar y no cómo estaba lo que acarrea que no encuentre ni siquiera los bolis. - Lo que estoy intentando decirle es que no importa. Su hijo puede no ser bueno en matemáticas pero ha visto sus redacciones de lengua? son impresionantes - Doy un salto cerrando la puerta del armario al mismo tiempo que equilibrio unas cosas que llevo apretujadas contra mi costado bajo el brazo. Al escuchar la puerta lo dejo todo regado en el escritorio avanzando hacia allí.

Me las ingenio para seguir hablando por el teléfono y abrir. - Es que no tiene que ser bueno en todo, solo necesita un poco de refuerzos en matemáticas y estará al nivel de los demás pronto/ahora no tío! - Le espeto a Lucas lo último medio hablando por el teléfono medio con él cuando le veo. Estoy a punto de cerrarle la puerta en las narices a la par que me disculpo con la persona del otro lado pero entonces dice la palabra cerveza y detengo la puerta antes de que se cierre. - No, eso último no era para usted señora Jhonson - La pateo luego cuando está dentro agradeciendo que se haya auto invitado haciendo un gesto con mi mano de que me de un segundo. - Déjele que disfrute de las vacaciones, luego yo me encargo de él en el próximo trimestre le parece? No necesita regañarle por eso, no es un mal alumno, se le dan bien otras cosas que también importan - Al final me enrollo con la madre un par de minutos más antes de colgar porque ella insiste en que reventará a su hijo a palos pero yo intento que no lo haga.

Suelto un suspiro algo cansado dándome tres segundos para descansar antes de dejar el teléfono por ahí muy a la mano que probablemente no tarde en sonar otra vez. - Haz dicho cerveza ¿verdad? - Chasco la lengua en señal de aprobación al verla con un repentino entusiasmo porque esa siempre ha sido mi palabra favorita. - Esto de cerrar notas es una birria. No sé por qué todos los padres quieren convencerse de que su hijo es un genio andante y si no es bueno en todo no sirve como persona - Agarro una de las cervezas antes de tirarme en el sofá colocándomela en la frente un instante sintiendo el frío relajarme la sien donde repentinamente empieza un dolor de cabeza provocado por el estrés. - Deberías venir más a menudo con cervezas a mi casa. Me tienes abandonado - Suelto aquello en un suspiro medio broma medio en serio pareciendo por un instante que estoy a punto de dormir del todo disfrutando del fresquito que produce la botella contra mi piel.

Mientras Sebastian acababa de hablar con la señora Jhonson, Lucas se acomodó en una de las butacas que encontró en su paso y abrió la primera cerveza. Le hacía gracia como su amigo hablaba con los padres de los alumnos, parecía que todos los niños tenían algo especial para él; habría estado bien tenerlo como profesor, quizás así sus padres no le habría llamado vago tantas veces… aunque un poco de razón tenían.

- Si, si… No todo el mundo es bueno para todo. – Murmuró mas para sí mismo dando un trago.

Iba a pasar una de las cervezas, pero el otro fue más rápido. ¿Hacia mucho que no se pasaba por su casa? Quizás si… Últimamente había estado bastante fuera de órbita; primero consiguió salir con Phoebe y casi ni se lo creía, y luego la perdida de la niña de Grace. Si, definitivamente hacía mucho que no se pasaba por ahí.

- Lo sé, lo sé… Tenía demasiadas cosas en la cabeza. – Se sintió extremadamente raro después de decir eso. Lucas nunca tenía demasiadas cosas en la cabeza. Y después de un rato de silencio en que parecía que Sebastian ya se había dormido, mientras Lucas ya iba por la mitad de la botella reaccionó pegando un grito. - ¡Eh! ¡Solo me quieres por la cerveza!

Ya le había dado suficiente tiempo a su amigo para olvidar sus conversaciones telefónicas y ahora ya podía estresarle con lo que le interesaba a él. Esperó todavía un poco más a que abriera su cerveza y diera algún sorbo.

- Bueno Seb, ¿Qué hay? ¿No tienes nada que contarme? – Preguntó un poco para empezar de alguna manera. – Yo hacía siglos que no venia, pero tu tampoco vienes a visitarme a mí… ya sabes que yo siempre tengo cerveza. – Sabía que aunque no le había ido a ver a él, si que había ido a su casa, pero no quería saltar directamente “¡sé que tu y Grace tenéis algo!” - Y no me creo que todo tu tiempo vaya dedicado a las evaluaciones… hay algo más. – Sonrió instándole a que le contara su vida amorosa. Lucas no era cotilla, pero esa vez le interesaba.





LO SIENTO MUCHO!!!
Se que no tengo perdón de dios u.u