Escenas de matrimonio [William]

Desde que había tenido su tarde de chicas con Willow, que al final había terminado degenerando en una tarde de confesiones lacrimogenas, que tenía claro que debía hablar con William. Que trabajara menos para que pudieran pasar más tiempo juntos y ella pudiera dejarse de tonterías que solo podrían traerle problemas.

Sabía muy de primera mano lo que opinaban los habitantes de Storybrooke acerca de las infidelidades y aquellos que las cometían. Resultaba ser que su esposo tenía bastante relación con Evelyn Aldridge y... bueno, ya todo el mundo sabía de su historia y lo mal que lo había pasado con los cuchicheos a sus espaldas, las miraditas críticas y todo lo demás. Y sinceramente ella no creía ser lo suficientemente fuerte para pasar por todo aquello. De hecho, no sabía ni porque estaba pensando en infidelidades y sus consecuencias.

Una patadita en su abdomen la devolvió a la realidad de su cocina donde se agachó con dificultades para sacar la lasaña del horno. Aunque sabía que las órdenes de Will eran que estuviera en casa descansando sin hacer esfuerzos, había decicido hacer la cena aquella noche. La lasaña era su plato preferido y además, no era por presumir, pero a ella le salía bastante bien.
Ya con la comida fuera del horno se dirigió al comedor. Tenía ya la mesa preparada y un par de velas que encendió, calculando que William, que esa noche le había prometido salir pronto del hospital, no podría tardar en llegar.

Dudó unos momentos sobre si poner música sería excesivo. Pero al final también puso uno de los cd's favoritos de Will. Sabía que pedirle que reduciera su jornada en el hospital era un tema delicado, y necesitaba que estuviera del mejor humor posible para que así accediera a hacerlo. No quería que Willow volviera a ofrecerse para hackear los ordenadores del hospital y reducirle así las horas, las visitas, las cirugías y lo que hiciera falta.

Se quitó el delantal, que dejó colgado detrás de la puerta de la cocina y miró su propio reflejo en uno de los cristales de las ventanas. Su prominente barriga hizo que arrugara la nariz, resignandose a que todo estaria perfecto menos ella enfundada en ese vestido, que parecía casi un transatlántico.

Fue justo entonces cuando oyó las llaves en la cerradura de la puerta de entrada y se volvió en esa direcicón con una sonrisa. Si conseguía distraerle del hecho de que se había pasado la tarde de pie preparando la cena, lo demás sería sencillo.

Quedaban ya pocas cosas por acomodar y planear para el día siguiente y sabía que no le iba a tomar demasiado tiempo lo cual era buena noticia ya que no llegaría tarde como se lo había prometido a Grace. Y es que sabía que a ella no le gustaba quedarse sin hacer mucho dentro de la casa como él mismo se lo había pedido así que prefería llegar antes para poder hacer algo él y también porque dentro de todo sabía que no podía mantener el mismo ritmo de siempre por la simple razón que las circunstancias habían cambiado, y vaya de qué manera. Sabía que Grace no podía quedarse sola mucho tiempo y William tampoco quería que lo estuviese, sentía que debía compensarla mucho por eso, por no estar más tiempo en casa.

Lo de ir mas temprano ese día era parte de eso, y no sabía cuantas veces podría hacerlo y si es que sería posible para hacer tratar de poner algo de continuidad a ese asunto pero Will quería que Grace viera que por lo menos ponía el empeño que se podría esperar de él. Era verdad que las cosas ya no iban como cuando se casaron pero qué mejor que la llegada de un bebé como para poner todos los problemas atrás y tratar de buscar un nuevo comienzo. Había tantísimas cosas que ver respecto a la personita que iba a nacer pronto que no sabía donde empezar y poder ir viendo lo de los nombres no era mala idea, podría ir introduciendo el tema cuando llegara a casa y conversara con Grace.

A pesar que podía ser mucho que procesar si se sentía feliz de lo que estaba pasando y además sabía que Grace sería estupenda como mamá, eso tenía que decírselo mas seguido por que últimamente no lo había hecho. Eran demasiadas cosas que pensar durante el trayecto a casa y el tiempo no le alcanzó para “terminar”, casi sin darse cuenta ya había llegado a casa y se dispuso a abrir la puerta, antes de hacerlo levantó la mano para echarle un vistazo a su reloj. Bien, esta a tiempo y no había roto la promesa que le había hecho.

-Grace, amor? Ya llegué-

Dijo en voz alta casi como era su costumbre, ya casi estaba listo a preguntar el “donde estás” pero no hubo necesidad porque estaba cerca, lo había estado esperando. Se veía guapísima y le sacó una sonrisa de inmediato, se acercó a ella sonriendo acomodándose como podía para poder besarla en los labios y no incomodar demasiado a su pancita ni nada.

-Oye, ¿Has estado cocinando? Huele muy bien… pero ojala que no te haya tomado mucho tiempo-

Le dijo en un tono que parecía reprobatorio pero que no era para nada así y que era neutralizado por la sonrisa con la que se lo dijo. Y si, por lo menos podía quitarse lo médico y dejar todas las recomendaciones que seguro Grace ya se sabía de memoria por todas las veces que las había oído, las dejaría por un rato al llegar a casa y cuando estaba con ella porque tampoco quería fastidiar ni tampoco asfixiar con eso, que vamos, sabía que si se ponía insistente podía ser bastante molesto. Tampoco era tiempo para eso, ella se había tomado todas las molestias en prepararle la cena y reconoció una de sus canciones en el ambiente, aroma de velas, todo estaba perfecto.

-¿Y a qué se debe todo esto eh? Sea lo que sea, me gusta-

Bien, no parecía enfadado, sólo preocupado por si se había pasado demasiado tiempo en la cocina. Recibió el beso de Will con una sonrisa, convenciendose a si misma que todo estaba bien entre ellos, sin darse cuenta de que si todo hubiera estado bien no tendría que autoconvencerse de nada. Hasta se abrazó brevemente a él, como si con ese gesto pudiera estar a salvo de todo lo demás, de todo lo que había dentro de su cabeza.

- He cocinado, si. Tengo que enseñarte lo que te pierdes los días que no llegas pronto para intentar que cambies de idea. - le dijo con una sonrisita antes de agregar - He preparado lasaña.

Claro que ella tenía sus trucos femeninos. ¿Que mujer no los tenía y los usaba para conseguir exactamente lo que se quería? No le pediría directamente que trabajara menos y pudieran pasar más rato juntos, pero Will la conocía lo suficiente como para sacar aquella conclusión de la cena y sus palabras.

- Siéntate. Esto estará listo en seguida. - dijo mientras volvía a la cocina a buscar la lasaña. Sólo faltaba servirla. La dejó encima de la mesa y se la alcanzó a Will para que se sirviera la que quisiera. - ¿Que tal el dia? ¿Como están las cosas por el hospital?

Ni siquiera estando de baja podía dejar de pensar en el hospital y de algún modo Will era su única linia directa con lo que sucedía. A veces le gustaba oír novedades, y internamente se regodeaba siempre que oía que reinaba el caos en enfermería, alegrándose secretamente al pensar que ella era fundamental para el buen funcionamiento del hospital.

Negó con la cabeza sin borrar la sonrisa cuando él terminó por preguntarle a que se debía todo aquello. Vale que últimamente había estado descuidando aquel tipo de detalles... ¿Pero en verdad era tan raro que lo hiciera sin más?

- ¿En serio tengo que tener un motivo para hacerle la cena a mi marido? - dijo, haciendo una pausa antes de agregar - Aunque bueno... Quizás es para intentar disculparme por haber sido una embarazada insoportable estas últimas semanas... Y por haber ido demasiado a la mía.

Y si, aquella era su forma de decir que aunque las cosas habían estado extrañas y ella no había puesto nada de su parte para que mejoraran. Que lo sentía y que, al menos ella, estaba más que dispuesta a poner de toda su voluntad para que las cosas fueran mejores. Al fin y al cabo un bebé iba de camino, y necesitaba tener una família unida... ¿cierto?

Claro, eso lo hacía pensar. Y la verdad que sonaba mucho mejor de lejos a lo que se estaba convirtiendo en la rutina. Llegar cansado y sinceramente sin tener muchas ganas de hablar del trabajo, porque casi compartiendo también ese entorno además del familiar pues se convertía en un tema recurrente, quizás demasiado para alguien que se pasaba todo el día allí y que buscaba descanso en su casa encontrando a veces más de la misma conversación y que por eso de vez en cuando trataba de sacudirse ese mal humor prefiriendo evadir un poco el interés que pudiera tener Grace que posiblemente y muy a su pesar podría considerarse como que no le estuviera prestando la atención necesaria. Ponerse a ver TV o a pasar el rato en la Notebook eran excusas comunes, pero como ella decía se estaba perdiendo de cosas muy agradables.

De todas maneras William sabía que eso podía ser la introducción a una conversación que posiblemente se vendría en el futuro cercano, pero esos pensamientos se alejaron cuando Grace dijo Lasaña. ¿Hace cuanto que no la había comido? Bastante tiempo de verdad, ella sabía cuanto le gustaba, de hecho era su plato preferido, así que algo mas iba a venir, estaba seguro de eso. No obstante eso no era razón para no disfrutar de lo que su esposa había preparado y sobretodo que se había dado el trabajo de tomarse todas esas molestias por lo que era algo que en realidad apreciaba mucho. La besó una vez mas sonriendo mientras asentía y esperaba que viniera la comida… ya la podía sentir el aroma y cada vez le daba mas hambre.

Tal como había dicho, la comida no tardó nada en llegar y si, había escuchado su pregunta, pero se tomó el tiempo de servirse un gran pedazo y darle el primer bocado antes de responder. Estaba exquisita.

-Hoy ha estado tranquilo, pero todo bien, ningún caso demasiado grave. Y ya sabes… las otras chicas preguntan por ti y mandan saludos, pero vamos, en realidad no pueden esperar a que regreses para que les hagas la vida mas fácil. Sin ti no pueden con el ritmo… y esto está buenísimo, te luciste con lasaña-

Le comentó sonriendo. Claro, cuando lleva temprano y más descansado no tenía problema de hablar todo lo que ella quisiera sobre el hospital sabiendo que lo más seguro era que se aburría muchísimo en casa sola. Le había dicho a Savannah que la fuera a visitar y esperaba que no fuera cosa de una sola vez, pensó en que no estaría mal comentárselo a Rebecca el día siguiente cuando se pasara por la pastelería de ambas para tomar algo de desayuno. La compañía le haría bastante bien y de paso hacía mas leve el tiempo que pasaba sola.

Correspondió a la sonrisa de Grace de inmediato. Asintió mientras se acercaba a ella para besarla otra vez. El también tenía mucho que ver en ese asunto, claro que si, esas cosas siempre terminaban siendo de los dos. El había preferido dejar estar las cosas y siendo sinceros Grace hasta tenía justificación, estaba embarazada y el carácter no era el mismo. Podía ser que él había fallado como esposo en ese sentido, primero por presionar a que se tomara tiempo libre del trabajo que sabía que le encantaba y luego por dejarla sola tanto tiempo, por descuidarla.

-No, mas bien perdóname a mi. Cada vez estaba más ocupado con el trabajo y todo cuando debería ser al revés. Tu tienes permiso para todo, solo debes preocuparte en cuidar bien a este chiquitín… O chiquitina-

Comentó sonriendo con amplitud aunque esa primera parte lo hacía dudar, no sabía si es que podía darse el lujo de llegar temprano todos los días, no sabía si le sería posible no dejarla sola más tiempo ni tampoco eso de salir muy temprano de casa o ponerse a descansar apenas llegaba a su casa. Lo otro fue lo que le hizo sonreir y se acordó de algo que había estado pasando por su mente pero que todavía no se lo había comentado todavía. Antes le dio otro bocado a la lasaña. Estaba fabulosa.

-Por cierto, ¿has pensado en algún nombre ya? De alguna de las dos opciones para ir viendo ¿-no? No vaya a ser que nos tome por sorpresa-

Claro que le gustaba oír que ella era necesaria para que el trabajo en enfermería no fuera un caos. Necesitaba saber que era útil y más todavía, que la echaban de menos. En sus labios se formó una sonrisa satisfecha. Comentarios como ese eran los que le alegraban sus días de baja, sin embargo no insistió en el tema, porque sabía que era mejor no hablar demasiado del hospital. Suficientes horas se pasaba William trabajando ahí...

- ¿En serio? Tengo la sensación de que perdí un poco la práctica. Antes me salía mejor... - dijo crítica, sirviendose ella misma un poco y probando un poco con el tenedor. Estaba buena, si, pero quizás le faltaba algo para estar a la altura de la que había llegado a preparar meses atrás.

Negó levemente con la cabeza cuando Will le dijo que por el embarazo le estaba todo permitido. Aunque le agradecía sus palabras, sabía que aunque fuera ella la que cargara con la barriga no era excusa suficiente para el comportamiento que había tenido ni para todas las otras cosas que él no sabía y que básicamente eran las que la hacían sentir peor.

- No hay nada que perdonar. - le dijo ella a su vez dedicándole una sonrisa. Tenía la sensación de que era la primera vez en mucho tiempo que hablaban. Hablaban de verdad. Sin tele, sin cacharros electrónicos en los que seguir haciendo cosas del trabajo. Y era una novedad buena - Aunque deberías intentar que haya más días como hoy a partir de ahora. Por nosotros, por el pequeño... Y porque necesitarás disfrutar de la experiencia. - y eso era todo lo que iba a pedirle. No que dejara el trabajo, ni que se redujera el horario. Con que pudiera salir cada día a una hora normal se conformaba, y creía que con eso tendrían suficiente para que su família funcionara.

Le dedicó una sonrisa avergonzada cuando él le preguntó por los nombres. Aquello era su punto débil, porque era incapaz de decidirse. Había intentado hacer una lista de los nombres que más le gustaban pero a la hora de la verdad, la extensión de dicha lista era tan larga que cada vez le era más complicado quedarse con dos o tres de cada.
Rebuscó en su bolsillo y sacó la lista para enseñársela a Will. Había por lo menos veinte nombres de niña y casi quince de niño. Se encogió de hombros mientras se la tendía.

- Tengo ciertas dificultades para decidirme... - dijo con una sonrisita - ¿Que opciones tienes tu? Seguro que aparecen en mi lista. Creo que tengo todos los nombres del mundo.

La escuchó, claro que lo hizo y con toda la nitidez y claridad posible.

Asintió con la cabeza mientras comía un poco más de la lasaña que le había preparado Grace. Eso mismo lo hizo pensar un poco más en el asunto. Y es que ¿sería posible hacer lo que ella le acababa de decir? Si, le habló sobre más días como aquel y supo que evidentemente se refería al hecho que no había llegado exageradamente tarde sino al contrario, un poco antes de lo usual.

Había partes en las que no Will estaba del todo de acuerdo con Grace, como por ejemplo lo de la experiencia de la paternidad. Eso lo hacía arrepentirse un poco, perderse detalles como la primera vez que el bebé pateó o algún otro de sus movimientos, tampoco había sido de los que había ido a comprarle algo a Grace a la mitad de la noche por un antojo loco incontenible.

Esa última parte le trajo una pregunta mucho más densa a la mente ¿realmente lo hubiera hecho, hubiera querido hacerlo? Y no podía decir sin duda alguna que sí, que si lo hubiera querido, esa respuesta el mismo doctor la percibía como un síntoma que las cosas no estaban del todo bien. Lo sabía bien en el fondo, aunque no lo dijera, aunque tampoco lo aparentara. Savannah.

La pensaba cada vez más a pesar que su parte más racional le dijera que eso no podía ser, que ella seguía casada con Robert y que era feliz hasta donde él tenía entendido; además viendo su propio caso solamente afianzaba el pensamiento puramente racional que eso no podía ser. El también estaba casado y con bebé a la espera, por Dios. ¿Acaso necesitaba más razones? No, de hecho las tenía de sobra.

Al mismo tiempo dentro de la lógica a la que lo llevaba su mente tampoco podía negar lo que sentía, eso de sentir esa conexión tan fuerte que la que tenía con Grace palidecía un poco en comparación, casi como si hubieran estado juntos varias vidas atrás, y eso que Will no creía en la reencarnación. Tampoco podía expresar ni definirlo con palabras, era demasiado.

-¿De verdad crees que pueda venir igual que hoy más continuamente?-

Preguntó casi pensando en voz alta. De hecho no sabía como sería luego… De seguro Grace iba a querer volver al trabajo apenas pudiera ¿Qué iba a pasar mientras tanto? ¿Cómo iban a hacer para cuidar al bebé? Will ya podía vislumbrar que no dormiría casi nada en los próximos meses y al mismo tiempo ya tampoco se le hacía muy buena idea que su esposa regresara al trabajo teniendo al bebé pequeño, que mejor era que lo cuidase por algunos años, hasta que pudiera ir a la escuela pero dudaba seriamente que Grace aceptara algo así ¿o no? Tampoco perdería con preguntar. Anotó mentalmente el tema para sacarlo dentro de la conversación más adelante. La voz de Grace y su lista de nombres lo regresó a aquel momento, los nombres, sin duda una de las preocupaciones mas bonitas que tenía en la cabeza. Se sorprendió mucho por todos los nombres que ella tenía, casi se sintió mal de no tener tantas alternativas, tenía que ser sincero.

-Creo que por lo menos has avanzado un poco más que yo, yo tampoco logro decidirme pero tampoco he puesto los nombres al papel. Tranquila, entre los dos seguro que se nos ocurre algo bonito. ¿Te gustaría que fuera una nena o un hombrecito? Creo que yo prefiero lo segundo-

Comentó mientras la abrazaba una vez más, que si, que mejor era pensar en cosas agradables que en lo otro que solo lo terminaba de confundir cada vez más.