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¿Tienes cinco minutos? (Khai)
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¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Llevaba toda la noche dando vueltas en mi cama. Esa canción sonaba de fondo. Una y otra vez. O quizás es que estaba en mi cabeza. No lo sabía. Mordí mi labio inferior y suspiré mientras me levantaba de la cama. Me acerqué arrastrando los pies hasta la estantería donde tenía la caja de música.
La miré y ladeé la cabeza. Todavía sentía las palabras de Khai en mi cabeza, como si me taladraran una y otra vez y no me abandonaban.. Habían pasado ya unos días y la verdad es que las cosas no mejoraban. No había vuelto a hablar con él. No quería y no podía hacerlo. Me pasaba el día en el hospital y la noche leyendo. Y siempre, a todas horas, sonaba esa canción de fondo, como si fuera una banda sonora macabra.
Miré el reloj. Era bastante pronto. El sol apenas comenzaba a salir, pero yo ya no aguantaba más tiempo en mi cuarto. Había tomado una decisión. Y no iba a ser fácil...porque significaba verle,pero...No podía seguir así. Fui a por mi móvil, que estaba en la mesilla y busqué su número. Tragué saliva, antes de comenzar a escribir.
¿Tienes cinco minutos antes de empezar a trabajar? Necesito hablar contigo. Nos vemos en el Granny´s.
Listo. Escrito y enviado, aunque no estaba del todo segura de cómo iba a decírselo. ¿Cómo iba a hablar con él? Mordí mi labio inferior y sacudí la cabeza. Me fui a la ducha y me vestí corriendo. Tomé mi bolso y la caja y me dirigí hasta donde estaba la cafetería. Granny´s. Me senté en el bordillo de la acera. No faltaba mucho para que abrieran. O al menos eso esperaba. Jugueteé con la caja de música que él me había regalado, dándole cuerda para que sonara la canción. Otra vez.
La miré y ladeé la cabeza. Todavía sentía las palabras de Khai en mi cabeza, como si me taladraran una y otra vez y no me abandonaban.. Habían pasado ya unos días y la verdad es que las cosas no mejoraban. No había vuelto a hablar con él. No quería y no podía hacerlo. Me pasaba el día en el hospital y la noche leyendo. Y siempre, a todas horas, sonaba esa canción de fondo, como si fuera una banda sonora macabra.
Miré el reloj. Era bastante pronto. El sol apenas comenzaba a salir, pero yo ya no aguantaba más tiempo en mi cuarto. Había tomado una decisión. Y no iba a ser fácil...porque significaba verle,pero...No podía seguir así. Fui a por mi móvil, que estaba en la mesilla y busqué su número. Tragué saliva, antes de comenzar a escribir.
¿Tienes cinco minutos antes de empezar a trabajar? Necesito hablar contigo. Nos vemos en el Granny´s.
Listo. Escrito y enviado, aunque no estaba del todo segura de cómo iba a decírselo. ¿Cómo iba a hablar con él? Mordí mi labio inferior y sacudí la cabeza. Me fui a la ducha y me vestí corriendo. Tomé mi bolso y la caja y me dirigí hasta donde estaba la cafetería. Granny´s. Me senté en el bordillo de la acera. No faltaba mucho para que abrieran. O al menos eso esperaba. Jugueteé con la caja de música que él me había regalado, dándole cuerda para que sonara la canción. Otra vez.
Nereida A. Mellington- Humanos
- Soy : Wendy Darling
Mensajes : 119
Empleo /Ocio : Estudiante
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Gris. Su panorama se pintaba de un grisáceo bastante deprimente. Había tenido unos días bastantes agitados: Le confesó a sus amigos que le gustaba enormemente una chica de dieciséis años, lo cual no se tomaron del todo bien y tras eso, Willow había tenido un comportamiento extraño cada que le mencionaba algo, aunque sea chiquitito acerca de Nereida. Luego se reencontró con Violette, lo que todavía no sabía como tomar ese reencuentro. Por lo que todo se estaba tornando muy rápido como para que sus emociones pudieran asentarse correctamente.
Sentía que no la volvería a ver, así que se estaba preparando para olvidarla. Era muy difícil, puesto que no había tenido la oportunidad suficiente de disfrutar esa faceta de Nereida que le hizo prendarse completamente de ella. Pero precisamente por no decirle lo que sentía de una vez, así ella le rechazara, quizá estuvieran todavía hablándose.
Si tuviera una segunda oportunidad de verle, de sentirle su piel y escuchar su voz, se lo diría, ¡Se lo diría!, ya que no tenía nada qué perder, ya le había dicho a sus amigos, y ya sabe la opinión que tienen ellos acerca de la relación y prácticamente eso era lo que más le importaban.... y no les haría caso, se arriesgaría si era necesario, pero todo ya era muy tarde y eso era el principal factor de su estado anímico. Incluso, fue tal la situación, que le pidió a la abuela que le diera el día libre ya que si iba, estaba seguro que envenenaría a muchas personas por error, tratando de disipar muchas cosas en su mente.
Fue en ese entonces, que aquel mensaje que sonó cayó como anillo al dedo. Sin duda se asustó, no se lo creyó, es que ¿Cómo se lo iba a creer si pensaba que ella le odiaba? pero aún así, dejó a un lado todas las inseguridades que le rodeaban y con todas las fuerzas que le rodeaban, se levantó, se visitó y trató de ducharse lo más rápido posible, aunque capaz y por la emoción, lo único que hizo fue mojarse el cabello y luego ponerse colonia.
Se fue corriendo hasta Granny's, y ahí a unos metros la vio. Paró abruptamente, para luego caminar como si nunca hubiera pegado la carrera de su vida, por supuesto, ser "cool" era la clave... bueno, no sabía ya cual era la clave, pero que ella lo viera todo desesperado tampoco era la idea.
- Hey... - Dijo débilmente cuando ya por fin se encontró directamente con ella y su corazón se puso chiquito -... ¿Me querías ver? - Y sí, no faltaba las preguntas redundantes, totalmente resbuscadas, obvias y todo sinónimo que se le pudiera encontrar.
Sentía que no la volvería a ver, así que se estaba preparando para olvidarla. Era muy difícil, puesto que no había tenido la oportunidad suficiente de disfrutar esa faceta de Nereida que le hizo prendarse completamente de ella. Pero precisamente por no decirle lo que sentía de una vez, así ella le rechazara, quizá estuvieran todavía hablándose.
Si tuviera una segunda oportunidad de verle, de sentirle su piel y escuchar su voz, se lo diría, ¡Se lo diría!, ya que no tenía nada qué perder, ya le había dicho a sus amigos, y ya sabe la opinión que tienen ellos acerca de la relación y prácticamente eso era lo que más le importaban.... y no les haría caso, se arriesgaría si era necesario, pero todo ya era muy tarde y eso era el principal factor de su estado anímico. Incluso, fue tal la situación, que le pidió a la abuela que le diera el día libre ya que si iba, estaba seguro que envenenaría a muchas personas por error, tratando de disipar muchas cosas en su mente.
Fue en ese entonces, que aquel mensaje que sonó cayó como anillo al dedo. Sin duda se asustó, no se lo creyó, es que ¿Cómo se lo iba a creer si pensaba que ella le odiaba? pero aún así, dejó a un lado todas las inseguridades que le rodeaban y con todas las fuerzas que le rodeaban, se levantó, se visitó y trató de ducharse lo más rápido posible, aunque capaz y por la emoción, lo único que hizo fue mojarse el cabello y luego ponerse colonia.
Se fue corriendo hasta Granny's, y ahí a unos metros la vio. Paró abruptamente, para luego caminar como si nunca hubiera pegado la carrera de su vida, por supuesto, ser "cool" era la clave... bueno, no sabía ya cual era la clave, pero que ella lo viera todo desesperado tampoco era la idea.
- Hey... - Dijo débilmente cuando ya por fin se encontró directamente con ella y su corazón se puso chiquito -... ¿Me querías ver? - Y sí, no faltaba las preguntas redundantes, totalmente resbuscadas, obvias y todo sinónimo que se le pudiera encontrar.
Mordekhai B. Fletcher- Humanos
- Soy : Flynn Rider (a.k.a Eugene)
Mensajes : 161
Empleo /Ocio : Cocinero del Granny's
Edad : 35
Fecha de inscripción : 27/06/2012
Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
No había hablado con nadie. Y quizás tendría que haberlo hecho con Noah, eso era lo que se supone que hacen las mejores amigas en situaciones como esta, pero no podía. No podía decir en voz alta todo lo que se me había pasado por la cabeza, porque eso significaría que sería real. Y no es que pensara que no lo era, al contrario, era lo más real que había vivido en mucho tiempo, pero también era doloroso. Y tenía que olvidarlo. Apartarlo de mi cabeza. Y por eso me lo había guardado para mí, porque era algo mío. Algo que no estaba preparada para escuchar en voz alta, ni siquiera saliendo de mis labios.
Olvidarle. Eso era lo que tenía que hacer. Eso era lo que me repetía una vez y otra, pero no era tan fácil. No después de ver cómo era realmente él, más allá de nuestras discusiones, más allá de nuestros contínuos piques verbales. Por un segundo, solo por un segundo, quise que ese día no hubiera ocurrido nunca. Todo sería mucho más fácil si no nos hubiéramos encontrado, si no hubiera accedido a esa tregua, y si no hubiera aceptado ir a la playa. Todo sería mucho más fácil si me hubiera quedado en casa. Pero eso ya no lo podía cambiar. Y una parte de mí no quería hacerlo, aunque pudiera.
Sí. Definitivamente era una estúpida. Había miles de cosas que yo no podía llegar a entender, aunque realmente lo intentaba. Me pasaba las horas muertas intentando aclararme, intentando encontrarle sentido a todo. O mejor dicho, encontrarle otro sentido que no fuera que yo estaba...porque no podía ser. Él mismo lo había dicho, puede que no con esas palabras, puede que sutilmente, pero...eso era lo que había querido decir. Me mordí el labio inferior y volví a posar mis ojos en la caja. La acaricié con una mezcla de ternura y dolor y cerré los ojos, recordando ese día...
No. No podía seguir así. Tenía que hacer algo, todo esto estaba siendo una tortura y...y me superaba, la verdad. No sabía cómo enfrentarme a él y me hubiera gustado no formular aquellas preguntas en voz alta y poder ser amigos, como estábamos demostrando que podíamos ser hasta...hasta que yo metí la pata y hablé más de la cuenta. O quizás no podíamos ser amigos. Quizás simplemente podíamos discutir o...chasqueé la lengua y tragué saliva intentando deshacer el nudo que tenía en mi garganta.
Y entonces llegó él. Me levanté del suelo y asentí levemente.-Sí, pero no te preocupes. No te molestaré mucho tiempo-comencé a decir sin poder mirarlo directamente a los ojos-Solo serán cinco minutos y ya no me tendrás que aguantar, te lo prometo-añadí mientras tendía la caja de música-No creo que deba quedármela, no después de...-de lo que pasó dije para mí misma.
Olvidarle. Eso era lo que tenía que hacer. Eso era lo que me repetía una vez y otra, pero no era tan fácil. No después de ver cómo era realmente él, más allá de nuestras discusiones, más allá de nuestros contínuos piques verbales. Por un segundo, solo por un segundo, quise que ese día no hubiera ocurrido nunca. Todo sería mucho más fácil si no nos hubiéramos encontrado, si no hubiera accedido a esa tregua, y si no hubiera aceptado ir a la playa. Todo sería mucho más fácil si me hubiera quedado en casa. Pero eso ya no lo podía cambiar. Y una parte de mí no quería hacerlo, aunque pudiera.
Sí. Definitivamente era una estúpida. Había miles de cosas que yo no podía llegar a entender, aunque realmente lo intentaba. Me pasaba las horas muertas intentando aclararme, intentando encontrarle sentido a todo. O mejor dicho, encontrarle otro sentido que no fuera que yo estaba...porque no podía ser. Él mismo lo había dicho, puede que no con esas palabras, puede que sutilmente, pero...eso era lo que había querido decir. Me mordí el labio inferior y volví a posar mis ojos en la caja. La acaricié con una mezcla de ternura y dolor y cerré los ojos, recordando ese día...
No. No podía seguir así. Tenía que hacer algo, todo esto estaba siendo una tortura y...y me superaba, la verdad. No sabía cómo enfrentarme a él y me hubiera gustado no formular aquellas preguntas en voz alta y poder ser amigos, como estábamos demostrando que podíamos ser hasta...hasta que yo metí la pata y hablé más de la cuenta. O quizás no podíamos ser amigos. Quizás simplemente podíamos discutir o...chasqueé la lengua y tragué saliva intentando deshacer el nudo que tenía en mi garganta.
Y entonces llegó él. Me levanté del suelo y asentí levemente.-Sí, pero no te preocupes. No te molestaré mucho tiempo-comencé a decir sin poder mirarlo directamente a los ojos-Solo serán cinco minutos y ya no me tendrás que aguantar, te lo prometo-añadí mientras tendía la caja de música-No creo que deba quedármela, no después de...-de lo que pasó dije para mí misma.
Nereida A. Mellington- Humanos
- Soy : Wendy Darling
Mensajes : 119
Empleo /Ocio : Estudiante
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Y así fue como descubrió que en realidad Nereida no era que estaba muy interesada en reanudar cabos sueltos que se dejaron aquella vez, sino que era simplemente en devolverle la caja musical que le había comprado. Sintió como su corazón lo hubieran amarrado y por el cordón en el que estaba sujeto, halado de él para apretarlo. Miró hacia abajo con un poco de tristeza, puesto que esa caja musical tenía significado más allá de un par de dólares que había gastado por un buen acto. Esa caja musical significaba la tregua que tenían ambos y lo que dio paso a... una nueva etapa entre ellos, o por lo menos eso pretendía ser.
- Insisto en que te lo quedes - Dijo sombrío. De repente las palabras de Willow saltaron a su mente, aquella discusión esa noche, donde prácticamente él había pataleado por defender el sentimiento que tenía a la chica, ¿Lo iba a desbordar tan fácilmente?, ¿En realidad iba a dejar que ella ganara?. Apretó el puño las cosas no podían terminar de esa manera... Bueno al menos tenía que intentarlo, ya que no tenía más nada que perder, al fin y al cabo, planeaba disculparse por su comportamiento con ella eventualmente, pero no lo iba a hacer porque estuviera equivocado, aparte que realmente no quería verla con el rabo entre las patas. Tenía que arriesgarse, a apostar que sí podía funcionar lo de ellos.
Miró nuevamente y con toda la determinación con la que siempre ha tenido le dirigió una mirada.
- Sí - Dijo simplemente. Sabía que estaba hablando de una manera bastante desordenada pero tenía que contestar lo que de la playa que dejó al aire y por ende las cosas habían terminado tal como estaban - Sí... Sí me gustaría que hubiera algo más... - Inhaló. Era prácticamente la primera vez que pedía una relación a alguien de esa manera tan formal - ¿Te acuerdas?, ¿En la playa?, esas preguntas que nunca contesté - Se rascó un poco la cabeza -... No te quise contestar en ese momento porque simplemente no sabía lo que estaba pasando por dentro, bueno y francamente tampoco sé qué está pasando ahora, pero lo único en lo que estoy seguro era que... ¡Sí! Si, me gustaría intentarlo contigo... ¡Y al diablo el pasado, te lo estoy pidiendo aquí y en el ahora! - Tenía que arriesgarlo, tenía que decirlo, puesto que la verdad es que a lo largo de esos días ha pasado por una serie de obstáculos tanto internos como externo y la verdad era que, puede que él no había tomado la iniciativa para que se diera ese encuentro, pero tenía que decírselo por lo menos, y mirar con la frente en alto si en dado caso las cosas no se daban como él quería, pero por lo menos quedarse con la satisfacción de que lo había intentado, ya que al fin y al cabo errar es de humanos.
- Insisto en que te lo quedes - Dijo sombrío. De repente las palabras de Willow saltaron a su mente, aquella discusión esa noche, donde prácticamente él había pataleado por defender el sentimiento que tenía a la chica, ¿Lo iba a desbordar tan fácilmente?, ¿En realidad iba a dejar que ella ganara?. Apretó el puño las cosas no podían terminar de esa manera... Bueno al menos tenía que intentarlo, ya que no tenía más nada que perder, al fin y al cabo, planeaba disculparse por su comportamiento con ella eventualmente, pero no lo iba a hacer porque estuviera equivocado, aparte que realmente no quería verla con el rabo entre las patas. Tenía que arriesgarse, a apostar que sí podía funcionar lo de ellos.
Miró nuevamente y con toda la determinación con la que siempre ha tenido le dirigió una mirada.
- Sí - Dijo simplemente. Sabía que estaba hablando de una manera bastante desordenada pero tenía que contestar lo que de la playa que dejó al aire y por ende las cosas habían terminado tal como estaban - Sí... Sí me gustaría que hubiera algo más... - Inhaló. Era prácticamente la primera vez que pedía una relación a alguien de esa manera tan formal - ¿Te acuerdas?, ¿En la playa?, esas preguntas que nunca contesté - Se rascó un poco la cabeza -... No te quise contestar en ese momento porque simplemente no sabía lo que estaba pasando por dentro, bueno y francamente tampoco sé qué está pasando ahora, pero lo único en lo que estoy seguro era que... ¡Sí! Si, me gustaría intentarlo contigo... ¡Y al diablo el pasado, te lo estoy pidiendo aquí y en el ahora! - Tenía que arriesgarlo, tenía que decirlo, puesto que la verdad es que a lo largo de esos días ha pasado por una serie de obstáculos tanto internos como externo y la verdad era que, puede que él no había tomado la iniciativa para que se diera ese encuentro, pero tenía que decírselo por lo menos, y mirar con la frente en alto si en dado caso las cosas no se daban como él quería, pero por lo menos quedarse con la satisfacción de que lo había intentado, ya que al fin y al cabo errar es de humanos.
Mordekhai B. Fletcher- Humanos
- Soy : Flynn Rider (a.k.a Eugene)
Mensajes : 161
Empleo /Ocio : Cocinero del Granny's
Edad : 35
Fecha de inscripción : 27/06/2012
Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Suspiré. Tenerlo de nuevo enfrente hacía que me pusiera nerviosa. Si no había hecho nada más que pensar en lo ocurrido ese día, ahora que volvía a escuchar su voz todavía más. Parpadeé un par de veces, como si eso fuera a ayudarme, como si así fuera a despertar. Pero es que esto no era una pesadilla, ni siquiera un sueño. Necesitaba verlo. Esa era la verdad, aunque solo fuera para devolverle el regalo. Volví a mirar la caja de música. Significaba mucho para mí, era algo que me había dado él y tal vez por eso era tan doloroso tenerla, porque me recordaba que había visto cosas y sentido otras que no eran para nada correspondidas. ¿Cómo pude llegar a pensar lo contrario?
Él insistía en que me la quedara. ¿Es que no entendía que no podía? Me había pasado los días dándole cuerda a la caja y dejando que esa melodía envolviera mi habitación, me envolviera. Me había refugiado en ella, y eso había sido doloroso porque cada nota me recordaba un poco a él. A ese día, a las risas, a cada momento que pasamos... Y si pretendía olvidarme de todo lo ocurrido, así no iba a conseguir nada. Mordí mi labio inferior y dejé que un suspiro se escapara de mis labios. Levanté la vista y clavé mi mirada en la suya, sin saber si podría sostenérsela mucho tiempo. Respiré lentamente, mientras intentaba calmarme. Tenía el pelo húmedo y olía realmente bien. Por un momento quise acercarme más a él, pero me limité a apretar mis manos, en un gesto nervioso.
Y entonces Habló. Las palabras comenzaron a salir de sus labios y yo no pude evitar que una sonrisa se dibujara en los míos. Me parecía irreal todo lo que estaba escuchando, como si fuera todo producto de mi imaginación. Mordí mi mejilla por dentro, pero no desperté sobre mi cama. Khai estaba ahí, delante de mi, diciéndome todas aquellas cosas. Me acerqué a él. Mucho. Coloqué mis manos alrededor de él y hundí mi cara en su hombro, mientras lo abrazaba. -Claro que me acuerdo, Khai-comencé a decir-Me he pasado los últimos días pensando en lo que pasó en la playa. No podía evitar pensar que era una idiota por creer que tú podrías sentir algo más por mí. Creéme que pasara lo que pasara siempre acababa dando vueltas a esa misma escena-me separé ligeramente, sin romper el abrazo, y lo miré a los ojos. Sonreí.-¿Seguro que no te estás riendo de mí? No es que no confié en ti, al contrario. Solo es que después de lo que te pregunté, pensé que no querrías saber nada de mí. Pero creo que eso ya da igual ¿No crees?-le pregunté mientras me ponía de puntillas y le daba un ligero beso, simplemente dejando que nuestros labios se rozaran.
Él insistía en que me la quedara. ¿Es que no entendía que no podía? Me había pasado los días dándole cuerda a la caja y dejando que esa melodía envolviera mi habitación, me envolviera. Me había refugiado en ella, y eso había sido doloroso porque cada nota me recordaba un poco a él. A ese día, a las risas, a cada momento que pasamos... Y si pretendía olvidarme de todo lo ocurrido, así no iba a conseguir nada. Mordí mi labio inferior y dejé que un suspiro se escapara de mis labios. Levanté la vista y clavé mi mirada en la suya, sin saber si podría sostenérsela mucho tiempo. Respiré lentamente, mientras intentaba calmarme. Tenía el pelo húmedo y olía realmente bien. Por un momento quise acercarme más a él, pero me limité a apretar mis manos, en un gesto nervioso.
Y entonces Habló. Las palabras comenzaron a salir de sus labios y yo no pude evitar que una sonrisa se dibujara en los míos. Me parecía irreal todo lo que estaba escuchando, como si fuera todo producto de mi imaginación. Mordí mi mejilla por dentro, pero no desperté sobre mi cama. Khai estaba ahí, delante de mi, diciéndome todas aquellas cosas. Me acerqué a él. Mucho. Coloqué mis manos alrededor de él y hundí mi cara en su hombro, mientras lo abrazaba. -Claro que me acuerdo, Khai-comencé a decir-Me he pasado los últimos días pensando en lo que pasó en la playa. No podía evitar pensar que era una idiota por creer que tú podrías sentir algo más por mí. Creéme que pasara lo que pasara siempre acababa dando vueltas a esa misma escena-me separé ligeramente, sin romper el abrazo, y lo miré a los ojos. Sonreí.-¿Seguro que no te estás riendo de mí? No es que no confié en ti, al contrario. Solo es que después de lo que te pregunté, pensé que no querrías saber nada de mí. Pero creo que eso ya da igual ¿No crees?-le pregunté mientras me ponía de puntillas y le daba un ligero beso, simplemente dejando que nuestros labios se rozaran.
Nereida A. Mellington- Humanos
- Soy : Wendy Darling
Mensajes : 119
Empleo /Ocio : Estudiante
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Se había quedado expectante ante cualquier respuesta que hiciera la chica con respecto a lo que le había dicho. Todavía tenía el puño cerrado, nunca había sido tan determinante, en querer tener una relación con alguien con tanta fuerza. Tragó saliva mientras que quedaba inmutable, como si estuviera congelado. Eran los segundos más largos de la vida, no estaba dispuesto a dar un paso atrás, casi sentía como si fuera la apuesta de su vida y... sin duda tenía emociones encontradas, ya que una vocecita en su cabeza le hacía ver que había apostado o en todo caso había arriesgado la amistad de sus amigos por aquel momento; sabía que pronto tenía que disculparse con ellos, pero sabía que cualquiera de los casos estando con o sin Nereida, las cosas entre ellos no serían las mismas. Sin embargo, cuando la veía a los ojos, una oleada de fortaleza le hacía ver que sí, estaba en lo correcto y se atendría a las consecuencias.
La tensión se cortó, cuando la chica se acercó y le dio un abrazo. Alivio, en ese momento el alivio cubrió cualquier duda, despejó cualquier miedo, se sentía tan bien que al final si le haya correspondido. Eso le hizo tranquilizar inmediatamente y la otra situación que tenía con sus amistades se le olvidó completamente mientras la miraba fijamente y le acariciaba la mejilla, mientras seguían abrazados. Una media sonrisa se asomó por su rostro, aunque sus ojos mostraron algo de melancolía puesto que al escucharla, que gracias a él y no estar claro en su momento, había pasado todos esos días inquieta reiterando en su mente los sucesos que tuvieron en la playa. Se sentía un poco egoísta en ese momento, puesto que si no fuera por ella, él hubiera dado por sentado todo: de que le odiaba y no quería verle nunca en su vida. Eso quería decir que estuvo así de cerca de perderla. Le abrazó con mucha más fuerza, de una manera bastante protectora, ya que no quería volverla a perder.
Se habían separado y le había tomado la mano. De una manera a otra, ahora en adelante se había prometido a si mismo que no volvería a dar las cosas por sentado, ya que al fin y al cabo no habían adivinos para saber lo que había en la cabeza del otro. Quizá había hecho por experiencia anterior... ¡Craso error!, ahora tampoco seguiría el mismo protocolo que le había quedado en el pasado, pues por ser noticia de ayer; ahora tenía que vivir en el momento y empezar una nueva historia con ella.
La escuchó y sonrió ameno.
- Yo pensaba que era al que no querías ver nunca en tu vida... Nunca me reiría de ti Nereida - Dijo lo más serio que podía mientras consecutivamente, sus labios se unieron y ambas manos tocaron las mejillas de la chica - Casi te pierdo y no lo volveré hacer - Le dijo sencillamente mientras le abrazaba un rato más - Se que no soy el mejor, ni el más santo... mi historial es un asco, pero tú, Nereida Mellington, quiero ser mejor persona por ti - Y nuevamente le dio un beso tierno en los labios.
La tensión se cortó, cuando la chica se acercó y le dio un abrazo. Alivio, en ese momento el alivio cubrió cualquier duda, despejó cualquier miedo, se sentía tan bien que al final si le haya correspondido. Eso le hizo tranquilizar inmediatamente y la otra situación que tenía con sus amistades se le olvidó completamente mientras la miraba fijamente y le acariciaba la mejilla, mientras seguían abrazados. Una media sonrisa se asomó por su rostro, aunque sus ojos mostraron algo de melancolía puesto que al escucharla, que gracias a él y no estar claro en su momento, había pasado todos esos días inquieta reiterando en su mente los sucesos que tuvieron en la playa. Se sentía un poco egoísta en ese momento, puesto que si no fuera por ella, él hubiera dado por sentado todo: de que le odiaba y no quería verle nunca en su vida. Eso quería decir que estuvo así de cerca de perderla. Le abrazó con mucha más fuerza, de una manera bastante protectora, ya que no quería volverla a perder.
Se habían separado y le había tomado la mano. De una manera a otra, ahora en adelante se había prometido a si mismo que no volvería a dar las cosas por sentado, ya que al fin y al cabo no habían adivinos para saber lo que había en la cabeza del otro. Quizá había hecho por experiencia anterior... ¡Craso error!, ahora tampoco seguiría el mismo protocolo que le había quedado en el pasado, pues por ser noticia de ayer; ahora tenía que vivir en el momento y empezar una nueva historia con ella.
La escuchó y sonrió ameno.
- Yo pensaba que era al que no querías ver nunca en tu vida... Nunca me reiría de ti Nereida - Dijo lo más serio que podía mientras consecutivamente, sus labios se unieron y ambas manos tocaron las mejillas de la chica - Casi te pierdo y no lo volveré hacer - Le dijo sencillamente mientras le abrazaba un rato más - Se que no soy el mejor, ni el más santo... mi historial es un asco, pero tú, Nereida Mellington, quiero ser mejor persona por ti - Y nuevamente le dio un beso tierno en los labios.
Mordekhai B. Fletcher- Humanos
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Mensajes : 161
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Edad : 35
Fecha de inscripción : 27/06/2012
Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Las cosas cambian. Y mucho. Nosotros dos eramos un claro ejemplo de ello. Habíamos pasado de discutir y pelearnos a estar realmente enfadados o mejor dicho...dolidos y confusos y ahora...Mordí mi labio inferior y no puede evitar que una sonrisa se dibujara en mi rostro. Así, abrazada a él me sentía francamente bien. Muy cómoda. Incluso más que eso. Me sentía protegida, como no me había sentido hasta ahora y no me habría importado permanecer así todo el tiempo del mundo. Dejé que el olor que desprendía me inundara, al igual que aquél día en la playa, cuando me dejó su camisa para que mi ropa pudiera secarse al sol. -¿Sabes? Me gusta como hueles-confesé en un susurro para después reír ligeramente-Y me gusta estar así contigo-añadí. Me separé ligeramente y lo miré a los ojos, perdiéndome unos segundos en ellos y esbozando una amplia sonrisa. Coloqué un mechón tras mi oreja, pero no me moví ni un centímetro. No quería hacerlo.
Lo mal que lo había pasado los últimos días parecía no tener importancia porque ahora me encontraba realmente bien. El dolor se había difuminado y, realmente, estaba feliz. Realmente feliz. Aunque pudiera parecer algo tonto, ya que simplemente habíamos arreglado las cosas. O mejor dicho, habíamos hecho algo más que arreglarlas. No había pensado que esto ocurriría cuando le envié el mensaje. Había decidido romper con todo, intentar superar lo que había pasado en la playa. Y para eso necesitaba verlo una vez más y devolverle aquello que me había regalado. Porque tener la caja de música realmente me hacía daño. Ahora todo había cambiado. Iba a llamar a Noah. Sí, ahora sí que lo iba a hacer. En cuanto me despidiera de Khai y llegara a mi casa la pondría al corriente de muchas cosas, porque necesitaba contárselo a alguien. Volví a mirarlo y apoyé mi cabeza en su pecho, mientras acariciaba su camiseta con la yema de mis dedos.
Él me tomó de la mano y yo entrecerré mis dedos alrededor de los suyos mientras ladeaba la cabeza, dejando que mi cabello cayera de forma desordenada por mi hombro. ¡Y pensar que todo esto era por un mensaje! Me parecía algo surrealista, tal vez demasiado, pero...¿Así era todo, no? O al menos eso es lo que se suele decir. Yo, por mi parte, había decidido no pensar tanto. Lo iba a intentar, aunque fuera. Las cosas del amor y los sentimientos no se podían racionalizar. Era una lección que había aprendido.
-¿Qué no quería verte en mi vida? No. Claro que no pensaba eso. Más bien creía que pensabas que no era más que una estúpida por sentir algo por ti-dije algo avergonzada, bajando la mirada y clavándola en el suelo. La levanté cuando continuó hablando y lo miré a los ojos-Sé que no te reirías de mi Khai. Ahora lo sé-dije esbozando una tímida sonrisa.-¿No me quieres perder?-le pregunté mordiendo mi labio inferior y correspondí al abrazo.-No me importa nada de eso, Khai-le dije sinceramente-Yo tampoco soy perfecta. Al contrario. Tengo muchos defectos por los cuales podrías no sentir nada por mí, pero no me importa nada de eso. Khai me gustas de verdad-le dije. Y entonces él dijo que quería ser mejor persona por mí y no pude evitar sonreír ampliamente ante esas palabras y corresponder a ese beso que me había dado.
Al separarnos lo miré a los ojos y reí ligeramente-En el mensaje te dije que solo te robaría cinco minutos, pero...la verdad es que no me quiero ir-confesé-Si tienes que trabajar...Puedo entrar yo también y esperar a que termines-le comenté mientras acariciaba sus manos-¿O te incomoda tenerme en tu trabajo?-bromeé.
Lo mal que lo había pasado los últimos días parecía no tener importancia porque ahora me encontraba realmente bien. El dolor se había difuminado y, realmente, estaba feliz. Realmente feliz. Aunque pudiera parecer algo tonto, ya que simplemente habíamos arreglado las cosas. O mejor dicho, habíamos hecho algo más que arreglarlas. No había pensado que esto ocurriría cuando le envié el mensaje. Había decidido romper con todo, intentar superar lo que había pasado en la playa. Y para eso necesitaba verlo una vez más y devolverle aquello que me había regalado. Porque tener la caja de música realmente me hacía daño. Ahora todo había cambiado. Iba a llamar a Noah. Sí, ahora sí que lo iba a hacer. En cuanto me despidiera de Khai y llegara a mi casa la pondría al corriente de muchas cosas, porque necesitaba contárselo a alguien. Volví a mirarlo y apoyé mi cabeza en su pecho, mientras acariciaba su camiseta con la yema de mis dedos.
Él me tomó de la mano y yo entrecerré mis dedos alrededor de los suyos mientras ladeaba la cabeza, dejando que mi cabello cayera de forma desordenada por mi hombro. ¡Y pensar que todo esto era por un mensaje! Me parecía algo surrealista, tal vez demasiado, pero...¿Así era todo, no? O al menos eso es lo que se suele decir. Yo, por mi parte, había decidido no pensar tanto. Lo iba a intentar, aunque fuera. Las cosas del amor y los sentimientos no se podían racionalizar. Era una lección que había aprendido.
-¿Qué no quería verte en mi vida? No. Claro que no pensaba eso. Más bien creía que pensabas que no era más que una estúpida por sentir algo por ti-dije algo avergonzada, bajando la mirada y clavándola en el suelo. La levanté cuando continuó hablando y lo miré a los ojos-Sé que no te reirías de mi Khai. Ahora lo sé-dije esbozando una tímida sonrisa.-¿No me quieres perder?-le pregunté mordiendo mi labio inferior y correspondí al abrazo.-No me importa nada de eso, Khai-le dije sinceramente-Yo tampoco soy perfecta. Al contrario. Tengo muchos defectos por los cuales podrías no sentir nada por mí, pero no me importa nada de eso. Khai me gustas de verdad-le dije. Y entonces él dijo que quería ser mejor persona por mí y no pude evitar sonreír ampliamente ante esas palabras y corresponder a ese beso que me había dado.
Al separarnos lo miré a los ojos y reí ligeramente-En el mensaje te dije que solo te robaría cinco minutos, pero...la verdad es que no me quiero ir-confesé-Si tienes que trabajar...Puedo entrar yo también y esperar a que termines-le comenté mientras acariciaba sus manos-¿O te incomoda tenerme en tu trabajo?-bromeé.
Nereida A. Mellington- Humanos
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Su sonrisa se fue incrementando al escuchar como le correspondía la chica, aunque no solo era por eso que sus labios se expandían, sino también en la manera como se expresaba diciendo que en realidad no le importaba en absoluto su pasado tan desastroso. ¿Acaso era una especie de señal?, la verdad, cualquiera que le conociera bien y supiera de sus encrucijadas amorosas, ser desconfiado ante él era la manera más común como se expresaban ante él. Pero simplemente con saber que era aceptado por alguien más sin que le diera relevancia a sus mal pasos del pasado, era algo simplemente satisfactorio.
Francamente sentía como esa oscuridad de pronto le haya entrado un rayo de luz. Claro, sabía que todavía ese rayo no podía disipar toda esa densa masa de oscuridad que todavía sus actos, su pasado le perseguían incansablemente sin dejarle dormir, pero la esperanza era lo último que se perdía. Así igual a una semilla, tenía que cuidar de ese pequeño rayo de luz que había entrado en su vida para que creciera de tal forma para llegar a ser un gran halo y no ponerlo como un hilo dorado y débil.
- Nere... - Escuchó su voz, incluso su diminutivo se escuchaba tierno - Sé que todo lo nuestro ha sido muy apresurado y muy atropellado - Bastante, diría él - pero, ya te lo dije, quiero ser mejor persona por ti, ya que de alguna manera siento que tu enderezas esta garabato ambulante - Le volvió a dar un beso, uno pequeño pero con la suficiente ternura de uno grande en los labios.
Cada vez que rozaban sus labios sentía que se conectaba más a aquella felicidad que tanto anhelaba de alguna manera y había notado, o mejor dicho, había descubierto lo mucho que quería hacerlo desde hace un tiempo. La miró fijamente y le sonrió, tocando su mejilla nuevamente. Su piel era hermosa y lisa, tocarla era casi un privilegio, por lo que tenía que disfrutar de esa cálida sensación que tenía lo más que pudiera.
- No hay problema, la verdad es que ayer le pedí a la abuela que me dejara este día libre - Dijo tranquilamente. Era tan curioso como casi ignoraba que hace un par de días estaba algo angustiado.
Sin embargo, su calma se vio afectada por las últimas palabras que dijo la chica. Era como si de repente Willow apareciera detrás de ella y le mirara. Casi podía verla con una expresión sarcástica y escuchar sus palabras: ¿Y bien Romeo?, ¿Ella tiene permiso para quedarse después de las seis?. Esquivó la mirada de la chica para que no le viera.
¿¡Qué demonios le pasaba!?, Justo en ese momento. Por favor tenía que ser una broma. Se tocó la frente y se masajeó la misma.
- No te preocupes, Nere... Últimamente he tenido jaquecas. Solo necesito un par de minutos - Fingió. Ella no podía inmiscuirse de esa forma en sus pensamientos. No podía dejar que le arruinara tan pronto el poco de felicidad que había luchado por conseguir. Definitivamente, tenía que hablar con ella antes de que la relación que acaba de iniciar con Nereida empiece de mal a peor, al fin y al cabo, no podía dejar que debilitara ese rayo de luz, ¡No se lo permitiría!.
Suspiró y vio pasar los últimos días de manera rápida en una nube de pensamientos agitada... sabía que lo correcto era primero contarle la situación que estaba viviendo y empezar a ser honesto
- Olvida lo de la jaqueca, no es cierto - La miró nuevamente - Necesito contarte unas cosas antes de que las cosas crezcan en línea torcida, entremos para decírtelo de manera más cómoda, la abuela no me reprenderá... espero -
Francamente sentía como esa oscuridad de pronto le haya entrado un rayo de luz. Claro, sabía que todavía ese rayo no podía disipar toda esa densa masa de oscuridad que todavía sus actos, su pasado le perseguían incansablemente sin dejarle dormir, pero la esperanza era lo último que se perdía. Así igual a una semilla, tenía que cuidar de ese pequeño rayo de luz que había entrado en su vida para que creciera de tal forma para llegar a ser un gran halo y no ponerlo como un hilo dorado y débil.
- Nere... - Escuchó su voz, incluso su diminutivo se escuchaba tierno - Sé que todo lo nuestro ha sido muy apresurado y muy atropellado - Bastante, diría él - pero, ya te lo dije, quiero ser mejor persona por ti, ya que de alguna manera siento que tu enderezas esta garabato ambulante - Le volvió a dar un beso, uno pequeño pero con la suficiente ternura de uno grande en los labios.
Cada vez que rozaban sus labios sentía que se conectaba más a aquella felicidad que tanto anhelaba de alguna manera y había notado, o mejor dicho, había descubierto lo mucho que quería hacerlo desde hace un tiempo. La miró fijamente y le sonrió, tocando su mejilla nuevamente. Su piel era hermosa y lisa, tocarla era casi un privilegio, por lo que tenía que disfrutar de esa cálida sensación que tenía lo más que pudiera.
- No hay problema, la verdad es que ayer le pedí a la abuela que me dejara este día libre - Dijo tranquilamente. Era tan curioso como casi ignoraba que hace un par de días estaba algo angustiado.
Sin embargo, su calma se vio afectada por las últimas palabras que dijo la chica. Era como si de repente Willow apareciera detrás de ella y le mirara. Casi podía verla con una expresión sarcástica y escuchar sus palabras: ¿Y bien Romeo?, ¿Ella tiene permiso para quedarse después de las seis?. Esquivó la mirada de la chica para que no le viera.
¿¡Qué demonios le pasaba!?, Justo en ese momento. Por favor tenía que ser una broma. Se tocó la frente y se masajeó la misma.
- No te preocupes, Nere... Últimamente he tenido jaquecas. Solo necesito un par de minutos - Fingió. Ella no podía inmiscuirse de esa forma en sus pensamientos. No podía dejar que le arruinara tan pronto el poco de felicidad que había luchado por conseguir. Definitivamente, tenía que hablar con ella antes de que la relación que acaba de iniciar con Nereida empiece de mal a peor, al fin y al cabo, no podía dejar que debilitara ese rayo de luz, ¡No se lo permitiría!.
Suspiró y vio pasar los últimos días de manera rápida en una nube de pensamientos agitada... sabía que lo correcto era primero contarle la situación que estaba viviendo y empezar a ser honesto
- Olvida lo de la jaqueca, no es cierto - La miró nuevamente - Necesito contarte unas cosas antes de que las cosas crezcan en línea torcida, entremos para decírtelo de manera más cómoda, la abuela no me reprenderá... espero -
Mordekhai B. Fletcher- Humanos
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
No me importaba lo que hubiera hecho en el pasado. La verdad es que no. ¿Por qué iba a juzgarlo por algo que ya no tenía solución? ¿Cómo iba a molestarme algo que había hecho antes de que él y yo estuvieramos juntos? Además...el hecho de que quisiera cambiar por mi, que le importara tanto como para intentarlo decía mucho de él. Y hacía que me sintiera realmente bien. Esbocé una ligera sonrisa y me acerqué otra vez a él, para volver a abrazarlo. Tenía que reconocer que todo era demasiado raro, al menos para mí, pero eso no significaba que no me gustara. Al revés, me encantaba estar así con él. Le dediqué una sonrisa y me quedé mirándolo.
Tenía ganas de saltar, de gritar o de hacer cualquier cosa de ese estilo, pero no lo hice. No quería marcharme, ni tampoco quería hacer esas cosas delante de él. Eso se lo guardaría a Noah, puesto que estaba segura de que ella me entendería e incluso saltaría conmigo. No pude evitar reírme al imaginarme la escena. Tenía muchas, muchas ganas de hablar con ella. Nos teníamos que poner a día. Tenía mucho que contarle. No le había dicho nada hasta el momento, pero es que no había tenido ganas de hablar con nadie, simplemente había preferido encerrarme en mi cuarto en mi tiempo libre y adentrarme a los libros o a cualquier cosa que me evitara pensar.
Lo volví a mirar cuando me llamó, dedicándole una pequeña sonrisa.-Sí-le dije-Todo ha sido muy extraño. Muy...rápido-confirmé-Hace poco discutíamos cada dos por tres y no pensé que fuera a cambiar eso, pero si te soy sincera...me gusta estar así contigo, más que discutir-reí. Correspondí al beso mientras le acariciaba la nuca, para después separarme y mirarlo a los ojos.
No pude evitar suspirar levemente cuando noté sus labios sobre los mios de nuevo. Me encantaba que me besara. Lo hacía de tal forma que me sentía querida, con mucha ternura y como me miraba después...no podía evitar que se me dibujara una sonrisa en mis labios cuando lo hacía. Ladeé ligeramente mi cabeza y le dediqué una sonrisa.
-¿Y por qué le habías pedido el día libre?-le pregunté-¿Tenías algo que hacer? No me gustaría interrumpir nada-dije- ¿ O es que entonces me puedes dedicar todo el día?-le pregunté ilusionada mientras mordía mi labio inferior-Podríamos hacer algo juntos, lo del otro día, si le quitamos el final, me gustó mucho. Me gusta pasar tiempo contigo-le dije con una sonrisa mientras jugueteaba con un mechón de mi cabello-A no ser...que no quieras-puse durante un segundo una mueca triste y luego no pude evitar reírme.-Ahora en serio, si tienes algo que hacer podemos vernos en otro momento.
Y entonces él se masajeó la frente. Me quedé mirándolo y alcé una ceja. Iba a preguntarle si estaba bien, pero él se me adeantó explicándome que no me preocupara, que no era nada, simplemente que había tenido jaquecas últimamente. Lo miré preocupada y asentí levemente-¿Quieres que nos sentemos hasta que se te pase? ¿O prefieres ir a por alguna pastilla o algo así?-le pregunté mientras pasaba mi mano por su brazo, acariciándolo, como si así se fuera a poner mejor. Estaba claro que no iba a ser así, pero al menos de esta forma sabía que ahora yo estaba a su lado. Que podía contar conmigo. Pasara lo que pasara.
Y justo en ese momento me dijo que no era cierto lo de la jaqueca. Lo miré fijamente de arriba a abajo. -¿Qué te pasa? ¿Por qué me has mentido?-le pregunté. No me gustaban las mentiras, pero me imaginé que se trataba de algo importante si había considerado, aunque luego se hubiera arrepentido, contarme una mentira antes de decirme lo que realmente pasaba por su cabeza. Asentí levemente.-Está bien. Vamos dentro-le contesté mientras entraba en la cafetería y me sentaba en una de las mesas, esperando que él hiciera lo mismo.
Tenía ganas de saltar, de gritar o de hacer cualquier cosa de ese estilo, pero no lo hice. No quería marcharme, ni tampoco quería hacer esas cosas delante de él. Eso se lo guardaría a Noah, puesto que estaba segura de que ella me entendería e incluso saltaría conmigo. No pude evitar reírme al imaginarme la escena. Tenía muchas, muchas ganas de hablar con ella. Nos teníamos que poner a día. Tenía mucho que contarle. No le había dicho nada hasta el momento, pero es que no había tenido ganas de hablar con nadie, simplemente había preferido encerrarme en mi cuarto en mi tiempo libre y adentrarme a los libros o a cualquier cosa que me evitara pensar.
Lo volví a mirar cuando me llamó, dedicándole una pequeña sonrisa.-Sí-le dije-Todo ha sido muy extraño. Muy...rápido-confirmé-Hace poco discutíamos cada dos por tres y no pensé que fuera a cambiar eso, pero si te soy sincera...me gusta estar así contigo, más que discutir-reí. Correspondí al beso mientras le acariciaba la nuca, para después separarme y mirarlo a los ojos.
No pude evitar suspirar levemente cuando noté sus labios sobre los mios de nuevo. Me encantaba que me besara. Lo hacía de tal forma que me sentía querida, con mucha ternura y como me miraba después...no podía evitar que se me dibujara una sonrisa en mis labios cuando lo hacía. Ladeé ligeramente mi cabeza y le dediqué una sonrisa.
-¿Y por qué le habías pedido el día libre?-le pregunté-¿Tenías algo que hacer? No me gustaría interrumpir nada-dije- ¿ O es que entonces me puedes dedicar todo el día?-le pregunté ilusionada mientras mordía mi labio inferior-Podríamos hacer algo juntos, lo del otro día, si le quitamos el final, me gustó mucho. Me gusta pasar tiempo contigo-le dije con una sonrisa mientras jugueteaba con un mechón de mi cabello-A no ser...que no quieras-puse durante un segundo una mueca triste y luego no pude evitar reírme.-Ahora en serio, si tienes algo que hacer podemos vernos en otro momento.
Y entonces él se masajeó la frente. Me quedé mirándolo y alcé una ceja. Iba a preguntarle si estaba bien, pero él se me adeantó explicándome que no me preocupara, que no era nada, simplemente que había tenido jaquecas últimamente. Lo miré preocupada y asentí levemente-¿Quieres que nos sentemos hasta que se te pase? ¿O prefieres ir a por alguna pastilla o algo así?-le pregunté mientras pasaba mi mano por su brazo, acariciándolo, como si así se fuera a poner mejor. Estaba claro que no iba a ser así, pero al menos de esta forma sabía que ahora yo estaba a su lado. Que podía contar conmigo. Pasara lo que pasara.
Y justo en ese momento me dijo que no era cierto lo de la jaqueca. Lo miré fijamente de arriba a abajo. -¿Qué te pasa? ¿Por qué me has mentido?-le pregunté. No me gustaban las mentiras, pero me imaginé que se trataba de algo importante si había considerado, aunque luego se hubiera arrepentido, contarme una mentira antes de decirme lo que realmente pasaba por su cabeza. Asentí levemente.-Está bien. Vamos dentro-le contesté mientras entraba en la cafetería y me sentaba en una de las mesas, esperando que él hiciera lo mismo.
Nereida A. Mellington- Humanos
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
No le gustaba en absoluto comenzar de esa manera, por eso prefería ser franco de una vez, contarle los problemas que más le afectaban en ese momento y quien sabe, tal vez podía obtener un consejo útil de la chica. No importa la diferencia de edad que ellos tenían, Nereida siempre se había mostrado con mucha madurez y sabiduría que la que él poseía. Por lo tanto decidió que era mejor estar en un lugar más apartado para contestar todo.
Pero es que ella le acechaba casi como un fantasma buscando regresar a algún cuerpo sólido. Sus palabras hacían que su cabeza se llenara más de miseria y por ende tuviera una horrible sensación de una terrible jaqueca. Abrió la puerta del local y la mantuvo abierta para que la chica pudiera entrar primero que él. La abuela estaba tranquila, revisando un libro de contabilidad, le miró a través de sus gafas una vez sonada la campana de que había un nuevo cliente y le miró curiosa, con cierta picardía en su mirada.
- Con que esta es la razón por la cual me pediste un día libre, ¿eh?, picarón te atrapé - Le dijo la dulce viejecita, quien parecía más divertida que enfadada - No te preocupes Mordekhai, todavía te dejo el día libre, ¿Quieren café?, ¿Té? - Preguntó amablemente.
- Por mi parte no quiero nada, ¿Quieres algo? - Le preguntó a Nereida - Y no se preocupe, abuela, que mañana le trabajo temprano -Le respondió amenamente mientras se sentaba en una mesa y le preparaba la silla para que la chica también se sentara.
En lo que se había ido la abuela para preparar sus demás cosas, se volteó a Nereida, se rascó un poco la cabeza y le sonrió levemente.
- Bueno, la verdad es que pedí el día libre precisamente porque quería darme un tiempo para compensarme, ya que la situación que estaba entre nosotros me estaba tensando demasiado -Le fue franco, mientras puso las manos en la mesa buscando las suyas - Aunque por esa parte estamos bien - Le sonrió. Luego miró a su lado y suspiró, ya que no le parecía fácil ni tenía muchas ganas de repetir la situación con la rubia. Si bien, Khai se había pasado la mitad de su vida dependiendo de su cuenta... por supuesto, en ese entonces tomaba las peores decisiones y por ende su situación le hacía ver como un vago y vividor, ya que no tenía trabajo, ni techo, ni nada estable en su vida. Por ciertas cosas de la vida, consiguió la amistad de Willow y posterior la de Ian, así como acto de magia una vez que tenía amigos con quien confiar, reír y llorar, sentía una vez en su vida que las cosas no le estaban yendo bien, puesto que incluso fue la rubia la que siempre andaba pendiente de todo lo que pasaba en Storybrooke que leyó el anuncio que Charlie había puesto para buscar compañeros de piso. Así como más de una ocasión, ella iba a visitarle en la cafetería en esos momentos en que nadie parecía que le provocara comer y no había clientela, hablandole mil maravillas a la abuela sobre su cocina, nada más para que la anciana supiera que él era la persona indicada para permanecer en su puesto y quizá, era por eso, que hoy por hoy, la abuela le tenía aprecio, aparte claro que su desempeño también era muy bueno.
Así que hablar de la situación con la que vivía con Willow no era fácil, pero tenía que hacerlo, ya que sentía que estando con Nereida era una de las segundas decisiones más certeras que había hecho en mucho tiempo. Por lo que le miró por fin.
- Willow no está de acuerdo que estemos juntos. Ella es mi mejor amiga y una persona importante también en mi vida... pero no sé por qué colapsó de tal forma cuando le dije que quería estar contigo - Se aclaró la garganta - Pero quiero que sepas, que aún decido estar contigo porque aunque ella me ponga obstáculos, de verdad quiero estar contigo... solo que tener el desprecio de ella me confunde y... y... me duele... Así que tengo que decírtelo, porque no quiero comenzar mal... no otra vez - Esa última frase aunque dijo entre dientes, fue más para sus adentros. De verdad, quería romper ese karma que ya a esas alturas del partido estaba cansado y no quería echarlo a perder con Nereida.
Pero es que ella le acechaba casi como un fantasma buscando regresar a algún cuerpo sólido. Sus palabras hacían que su cabeza se llenara más de miseria y por ende tuviera una horrible sensación de una terrible jaqueca. Abrió la puerta del local y la mantuvo abierta para que la chica pudiera entrar primero que él. La abuela estaba tranquila, revisando un libro de contabilidad, le miró a través de sus gafas una vez sonada la campana de que había un nuevo cliente y le miró curiosa, con cierta picardía en su mirada.
- Con que esta es la razón por la cual me pediste un día libre, ¿eh?, picarón te atrapé - Le dijo la dulce viejecita, quien parecía más divertida que enfadada - No te preocupes Mordekhai, todavía te dejo el día libre, ¿Quieren café?, ¿Té? - Preguntó amablemente.
- Por mi parte no quiero nada, ¿Quieres algo? - Le preguntó a Nereida - Y no se preocupe, abuela, que mañana le trabajo temprano -Le respondió amenamente mientras se sentaba en una mesa y le preparaba la silla para que la chica también se sentara.
En lo que se había ido la abuela para preparar sus demás cosas, se volteó a Nereida, se rascó un poco la cabeza y le sonrió levemente.
- Bueno, la verdad es que pedí el día libre precisamente porque quería darme un tiempo para compensarme, ya que la situación que estaba entre nosotros me estaba tensando demasiado -Le fue franco, mientras puso las manos en la mesa buscando las suyas - Aunque por esa parte estamos bien - Le sonrió. Luego miró a su lado y suspiró, ya que no le parecía fácil ni tenía muchas ganas de repetir la situación con la rubia. Si bien, Khai se había pasado la mitad de su vida dependiendo de su cuenta... por supuesto, en ese entonces tomaba las peores decisiones y por ende su situación le hacía ver como un vago y vividor, ya que no tenía trabajo, ni techo, ni nada estable en su vida. Por ciertas cosas de la vida, consiguió la amistad de Willow y posterior la de Ian, así como acto de magia una vez que tenía amigos con quien confiar, reír y llorar, sentía una vez en su vida que las cosas no le estaban yendo bien, puesto que incluso fue la rubia la que siempre andaba pendiente de todo lo que pasaba en Storybrooke que leyó el anuncio que Charlie había puesto para buscar compañeros de piso. Así como más de una ocasión, ella iba a visitarle en la cafetería en esos momentos en que nadie parecía que le provocara comer y no había clientela, hablandole mil maravillas a la abuela sobre su cocina, nada más para que la anciana supiera que él era la persona indicada para permanecer en su puesto y quizá, era por eso, que hoy por hoy, la abuela le tenía aprecio, aparte claro que su desempeño también era muy bueno.
Así que hablar de la situación con la que vivía con Willow no era fácil, pero tenía que hacerlo, ya que sentía que estando con Nereida era una de las segundas decisiones más certeras que había hecho en mucho tiempo. Por lo que le miró por fin.
- Willow no está de acuerdo que estemos juntos. Ella es mi mejor amiga y una persona importante también en mi vida... pero no sé por qué colapsó de tal forma cuando le dije que quería estar contigo - Se aclaró la garganta - Pero quiero que sepas, que aún decido estar contigo porque aunque ella me ponga obstáculos, de verdad quiero estar contigo... solo que tener el desprecio de ella me confunde y... y... me duele... Así que tengo que decírtelo, porque no quiero comenzar mal... no otra vez - Esa última frase aunque dijo entre dientes, fue más para sus adentros. De verdad, quería romper ese karma que ya a esas alturas del partido estaba cansado y no quería echarlo a perder con Nereida.
Mordekhai B. Fletcher- Humanos
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
No me sentía demasiado bien. Sabía que algo pasaba. Algo grave, porque si no fuera así me lo habría dicho de inmediato. Estaba preocupada por Khai. Realmente lo estaba. Y es que intuía que él estaba metido en alguna especie de encrucijada, alguna que le hacía estar debatiéndose, como si algo le atormentara. Respiré profundamente, mientras intentaba calmarme. Aunque la verdad es que no funcionaba demasiado bien.
Quería saber lo que pasaba por su cabeza, lo que le hacía estar en ese estado. Quería que compartiera conmigo sus preocupaciones e intentar encontrar entre los dos una solución. No sabía si en mi mano estaba ayudarle, poder hacerlo, pero al menos lo intentaría y quería que supiera que podía confiar en mí, que iba a escucharlo y a apoyarlo. Porque me importaba. Simplemente por eso. Sonreí ligeramente cuando me dejó pasar y esbocé un gracias. No era la primera vez que estaba allí, pero por alguna razón me parecía distinto. Quizás era porque Khai no estaba tras la barra, sino que estaba a mi lado.
Entonces la anciana que se encargaba de llevar el local se acercó a nosotros y miró a Khai como quien mira a un familiar querido, mientras le reprendía con una sonrisa en los labios el motivo por el cual había pedido el día libre. Me sonrojé, no pude evitarlo. Yo era el motivo por el cual ella creía que Khai quería el día libre...Sonreí tímidamente y bajé la mirada, hasta que Khai volvió a hablar.-Em... Sí, un...batido estará bien-comenté dibujando una sonrisa-Gracias-y dicho esto me acerqué a la mesa para sentarme. Lo miré directamente a los ojos, sin decir nada. En silencio, ya que tampoco sabía muy bien qué decir. Opté por esperar a que él hablara.
-Te entiendo-me limité a decirle-Yo tampoco he pasado unos días buenos, en realidad...pero supongo que se puede decir que ha merecido la pena...-comenté mientras jugueteaba con mis dedos, dando golpecitos en la mesa, intentando soltar un poco de nervios, aunque no estaba muy segura de poder conseguirlo. En ese momento Khai acercó sus manos a las mías y las acaricié con la punta de mis dedos. No sabía muy bien a dónde quería llegar con esto. Quizás necesitaba su tiempo para aclarar sus ideas y que las palabras salieran de forma ordenada. Era por eso por lo que intuía que se trataba de un problema bastante serio. Tragué saliva y me dediqu a escucharlo.
Y lo que dijo me dejó helada. Willow...por alguna razón ella y yo no nos habíamos llevado demasiado bien nunca, aunque...mal lo que se dice mal no es que me cayera la chica. Mordí mi labio inferior y retiré la mano de la de Khai, dejando que cayera sobre mi regazo-Ya veo...el problema soy yo-comencé a decir con voz triste-Khai...tienes que hablar con ella, intentar arreglarlo. No puedo permitir que por mi culpa pierdas su amistad, menos todavía si es alguien tan importante en tu vida. Por favor, dime que hablarás con ella e intentarás arreglarlo.¿Lo harás?-le pregunté mirándolo a los ojos.
Quería saber lo que pasaba por su cabeza, lo que le hacía estar en ese estado. Quería que compartiera conmigo sus preocupaciones e intentar encontrar entre los dos una solución. No sabía si en mi mano estaba ayudarle, poder hacerlo, pero al menos lo intentaría y quería que supiera que podía confiar en mí, que iba a escucharlo y a apoyarlo. Porque me importaba. Simplemente por eso. Sonreí ligeramente cuando me dejó pasar y esbocé un gracias. No era la primera vez que estaba allí, pero por alguna razón me parecía distinto. Quizás era porque Khai no estaba tras la barra, sino que estaba a mi lado.
Entonces la anciana que se encargaba de llevar el local se acercó a nosotros y miró a Khai como quien mira a un familiar querido, mientras le reprendía con una sonrisa en los labios el motivo por el cual había pedido el día libre. Me sonrojé, no pude evitarlo. Yo era el motivo por el cual ella creía que Khai quería el día libre...Sonreí tímidamente y bajé la mirada, hasta que Khai volvió a hablar.-Em... Sí, un...batido estará bien-comenté dibujando una sonrisa-Gracias-y dicho esto me acerqué a la mesa para sentarme. Lo miré directamente a los ojos, sin decir nada. En silencio, ya que tampoco sabía muy bien qué decir. Opté por esperar a que él hablara.
-Te entiendo-me limité a decirle-Yo tampoco he pasado unos días buenos, en realidad...pero supongo que se puede decir que ha merecido la pena...-comenté mientras jugueteaba con mis dedos, dando golpecitos en la mesa, intentando soltar un poco de nervios, aunque no estaba muy segura de poder conseguirlo. En ese momento Khai acercó sus manos a las mías y las acaricié con la punta de mis dedos. No sabía muy bien a dónde quería llegar con esto. Quizás necesitaba su tiempo para aclarar sus ideas y que las palabras salieran de forma ordenada. Era por eso por lo que intuía que se trataba de un problema bastante serio. Tragué saliva y me dediqu a escucharlo.
Y lo que dijo me dejó helada. Willow...por alguna razón ella y yo no nos habíamos llevado demasiado bien nunca, aunque...mal lo que se dice mal no es que me cayera la chica. Mordí mi labio inferior y retiré la mano de la de Khai, dejando que cayera sobre mi regazo-Ya veo...el problema soy yo-comencé a decir con voz triste-Khai...tienes que hablar con ella, intentar arreglarlo. No puedo permitir que por mi culpa pierdas su amistad, menos todavía si es alguien tan importante en tu vida. Por favor, dime que hablarás con ella e intentarás arreglarlo.¿Lo harás?-le pregunté mirándolo a los ojos.
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Sonrió. Sí, su rostro había mostrado una sonrisa, quizá una muy abierta, pero sus músculos se contrajeron para esbozar una leve sonrisa. Había escuchado de la chica que ella también había pasado un mal rato por culpa de él y de toda la situación que le hacía sombra. Lo único que se le había ocurrido era mostrar una leve sonrisa y agarrar su mano cuando sintió el roce de sus dedos, ya que un poco de culpa le invadió ¡Es que a veces era tan egoísta! que no se tomaba el tiempo para pensar bien si sus acciones dañarían a los demás.
Entonces había llegado el momento de la verdad y sobre todo el asunto que le venía atormentando. Se le quedó mirando un par de segundo, seguramente que la noticia le había consternado un tanto; y no la culpaba, no era fácil -bueno, nada de lo que habían pasado esos últimos días no era nada fácil- de asimilar aquella noticia y más tan de golpe como solo Khai podía hacer. Pero tuvo que decírselo así, sin anestesia de por medio ya que Willow era alguien muy cercano a él y desde que tenía uso de razón hace mucho tiempo que no sabía de su familia... incluso comenzaba a dudar si de verdad tenía una, pero tenía un grave problema para recordar su pasado.
Aún con todo, ella pudo responder claramente y algo muy lógico: tenía que hablar con ella para cortar el problema de raíz. Eso podía ser muy fácil, de hecho sí lo era, sonaba muy sencillo; sin embargo, Willow era tan voluble y él a veces detonaba sin más, que esa combinación era simplemente fatal cuando se quería hablar civilizadamente.... Y sí, muy en lo profundo tenía un tanto de miedo hablar con ella. Así que la miró, estaba al frente de ella, y aún en esa situación sintió que quería a Nereida todavía más, ya que a pesar del balde de agua fría que por desgracia le había arrojado, supo como manejar bien y responder. Le admiraba y le quería mucho, por eso y muchas cosas más tenía que ser una mejor persona por ella.
Se acercó y le depositó un beso, uno tierno nuevamente. Se merecía eso y mucho más.
- Lo haré. Arreglaré las cosas con ella - Buscó su mano nuevamente y suspiró - intentaré lo más que pueda con Willow... no va a ser fácil, pero lo haré, porque no pienso renunciar en esto... al fin y al cabo... eres... eres mi novia -Sonrió un poco más abierto con lo último, se sentía un poco extraño, pero era una sensación desconocida y positiva al mismo tiempo.
Entonces había llegado el momento de la verdad y sobre todo el asunto que le venía atormentando. Se le quedó mirando un par de segundo, seguramente que la noticia le había consternado un tanto; y no la culpaba, no era fácil -bueno, nada de lo que habían pasado esos últimos días no era nada fácil- de asimilar aquella noticia y más tan de golpe como solo Khai podía hacer. Pero tuvo que decírselo así, sin anestesia de por medio ya que Willow era alguien muy cercano a él y desde que tenía uso de razón hace mucho tiempo que no sabía de su familia... incluso comenzaba a dudar si de verdad tenía una, pero tenía un grave problema para recordar su pasado.
Aún con todo, ella pudo responder claramente y algo muy lógico: tenía que hablar con ella para cortar el problema de raíz. Eso podía ser muy fácil, de hecho sí lo era, sonaba muy sencillo; sin embargo, Willow era tan voluble y él a veces detonaba sin más, que esa combinación era simplemente fatal cuando se quería hablar civilizadamente.... Y sí, muy en lo profundo tenía un tanto de miedo hablar con ella. Así que la miró, estaba al frente de ella, y aún en esa situación sintió que quería a Nereida todavía más, ya que a pesar del balde de agua fría que por desgracia le había arrojado, supo como manejar bien y responder. Le admiraba y le quería mucho, por eso y muchas cosas más tenía que ser una mejor persona por ella.
Se acercó y le depositó un beso, uno tierno nuevamente. Se merecía eso y mucho más.
- Lo haré. Arreglaré las cosas con ella - Buscó su mano nuevamente y suspiró - intentaré lo más que pueda con Willow... no va a ser fácil, pero lo haré, porque no pienso renunciar en esto... al fin y al cabo... eres... eres mi novia -Sonrió un poco más abierto con lo último, se sentía un poco extraño, pero era una sensación desconocida y positiva al mismo tiempo.
Mordekhai B. Fletcher- Humanos
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Intenté tragar saliva. Tenía la garganta seca. Justo en ese momento apareció la anciana con el batido que yo había pedido. La miré y esbocé la sonrisa más amplia que era capaz de esbozar en ese momento. Clavé mis ojos en el batido, mientras lo removía con la cuchara. No podía pensar, o mejor dicho, no podía dejar de hacerlo. Las palabras de Khai se agolpanan en mi mente, como si no existiera otra cosa en ese momento. Suspiré y bebí un trago. Se había peleado con su mejor amiga por mi culpa. Habían discutido porque...porque él sentía algo más por mí. Parpadeé un par de veces y volví a mirar a Khai.
Me sentí pequeña, un ser diminuto. Por alguna extraña razón la situación me hacía sentir así. Khai se había peleado por defender que sentía algo por mí. Hundí mi rostro entre mis manos y respiré lentamente. -Supongo que es normal-comencé a decir-Si ella te aprecia y yo...no le gusto...es normal que se moleste porque estemos juntos. Supongo que es lo que hacen los amigos. Preocuparse. Yo lo haría con Noah si pasara algo así...-tragué saliva y lo miré- Pero Khai, yo no quiero ser una molestia ni que tu vida esté patas arriba por mi culpa-comencé a decir-¿Estás...seguro de esto?-le pregunté intentando deshacer el nudo que se había formado en mi garganta.
No es que dudara de lo que sentía, ahora ya no, lo que pasaba era que habían pasado muchas cosas antes de llegar a...salir. Y no sabía si él creía que merecía la pena o no lo merecía, pero eso no me iba a frenar. Si él se había enfrentado a sus amigos por mí yo también lucharía-¿Sabes que me tienes para lo que necesites, verdad?-le pregunté en apenas un susurro, incapaz de alzar más la voz en ese momento.
Y entonces él depositó un beso sobre mis labios. Cerré los ojos y disfruté de ese gesto, de su contacto. Respondí al beso. Era algo que necesitaba. -Sé que hablarás con ella, que intentarás solucionarlo por todos los medios. De eso no me cabe la menor duda-le dije esbozando media sonrisa mientras entrelazaba mi mano con la suya y bebía un poco. Lo mire a los ojos y ladeé ligeramente la cabeza. -¿Qué has dicho?-le pregunté divertida mientras me levantaba y me sentaba en una silla a su lado-Repítelo-le pedí con una sonrisa pícara en mis labios. Me acerqué más a él y rodeé su cuello con mis manos.-Te quiero-le susurré al oído para después depositar un beso sobre sus labios, uno lento.
Me sentí pequeña, un ser diminuto. Por alguna extraña razón la situación me hacía sentir así. Khai se había peleado por defender que sentía algo por mí. Hundí mi rostro entre mis manos y respiré lentamente. -Supongo que es normal-comencé a decir-Si ella te aprecia y yo...no le gusto...es normal que se moleste porque estemos juntos. Supongo que es lo que hacen los amigos. Preocuparse. Yo lo haría con Noah si pasara algo así...-tragué saliva y lo miré- Pero Khai, yo no quiero ser una molestia ni que tu vida esté patas arriba por mi culpa-comencé a decir-¿Estás...seguro de esto?-le pregunté intentando deshacer el nudo que se había formado en mi garganta.
No es que dudara de lo que sentía, ahora ya no, lo que pasaba era que habían pasado muchas cosas antes de llegar a...salir. Y no sabía si él creía que merecía la pena o no lo merecía, pero eso no me iba a frenar. Si él se había enfrentado a sus amigos por mí yo también lucharía-¿Sabes que me tienes para lo que necesites, verdad?-le pregunté en apenas un susurro, incapaz de alzar más la voz en ese momento.
Y entonces él depositó un beso sobre mis labios. Cerré los ojos y disfruté de ese gesto, de su contacto. Respondí al beso. Era algo que necesitaba. -Sé que hablarás con ella, que intentarás solucionarlo por todos los medios. De eso no me cabe la menor duda-le dije esbozando media sonrisa mientras entrelazaba mi mano con la suya y bebía un poco. Lo mire a los ojos y ladeé ligeramente la cabeza. -¿Qué has dicho?-le pregunté divertida mientras me levantaba y me sentaba en una silla a su lado-Repítelo-le pedí con una sonrisa pícara en mis labios. Me acerqué más a él y rodeé su cuello con mis manos.-Te quiero-le susurré al oído para después depositar un beso sobre sus labios, uno lento.
Nereida A. Mellington- Humanos
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
No importaba lo que pasara, verla ahí, centrada e inclusive siendo sensata sobre la situación hacia quererla muchísimo más. Sí, estaba seguro que eso era lo que necesitaba en la vida, un poco de centro, ya que estaba más que cansado de irse siempre de la tangente en cuanto a las relaciones se refería. No sabía como haría, pero tenía que convencer a Willow de alguna forma; no era para nada tarea fácil, pero de alguna forma tenía que conseguirlo. En eso había llegado la abuela con el batido y una vez más le dirigió una sonrisa a la ancianita, seguro que era lo más cercano que tenía una madre, Khai en ese momento.
Suspiró. No quería que Nereida pensara que por ella estaba de malas con Willow, pero tampoco podía decir que no estaba seguro de haber hecho lo correcto, de haber defendido sus sentimientos hacia ella, eso no lo podía hacer, porque no era cierto. Nunca antes había estado tan decido por alguien que como lo era Nereida, así que de alguna manera trataría de arreglar las cosas, a pesar de que la rubia le era un tormento en esos momentos, puesto que sus palabras le habían llegado de tal forma que parecía un fantasma rondando por su mente.
- Claro que estoy seguro, Nere. Nunca en la vida he estado más seguro con algo que con esto y con eso, no quiero decir que eres un problema. En sí, las cosas derivan más por la forma en que nos dijimos las cosas... y yo... yo exploté - Admitió - Al principio parecía una broma, más que todo porque somos un tanto diferentes - Le sonrió - Pero luego se tornaron como ataques a mi parecer y sencillamente no aguanté, te tuve que defender así y bueno, todo terminó en ese caos que tengo ahora - Terminó de confesar un tanto triste, la verdad era que no le gustaba pelearse de esa manera con sus amigos, pero él se sintió en necesidad de hacerlo -... ¡Y es que no comprendo a Willow! actuó como si fueras una arpía... como si... como si le hubieras hecho algo muy malo o no sé... como si en otra vida hubieran sido enemigas - Se dice que la memoria se activa por muchos factores: auditivos, visuales, olfativos, sensitivos. Una palabra, una imagen, un olor, un roce... cualquiera era perfecto para brindar un recuerdo que se haya quedado en el olvido; fue entonces que en lo que él terminaba de decir aquello de pronto un recuerdo fue propulsado tan fuertemente como si alguien le hubiera pegado por detrás.
Se encontraba en una especie de barco pequeño, podría presumir que una góndola, con muchas linternas flotantes, como si fuera Año Nuevo y de pronto vio una larga cabellera dorada. No distinguió de quién era, solo que parecía que ambos estaban pasando un rato agradable y totalmente mágico. Parpadeó un par de veces, el recuerdo había terminado y él se había congelado por completo, fue la voz de Nereida que le llevó nuevamente a la realidad. Se tocó una vez más el puente de la nariz, no comprendía a qué venía aquello que había imaginado... porque seguro fue algo que su mente se había encargado de hacer. Apostaba de que estaba muy cansado de todo el asunto, así que prefirió no decir nada, ya que lo único que había hecho ese día era alarma a su pobre Nereida y no se merecía más alarmas. Así que subió la mirada y le sonrió tiernamente.
- Sé que puedo contar contigo - le dijo y una vez intercambiado el beso, afirmar que ella era su novia, le pidió que lo repitiera. Una sonrisa abierta y algo tonta apareció en su rostro, puesto que sentía que volvía a ser un niño que le estaba hablando a su primera novia de toda su vida - Que eres mi novia, sordita - Jugueteó divertido con el asunto. Luego ella le dijo que le quería y una emoción un tanto infantil le surgió - Yo también - Le respondió y se inclinó para darle un beso la mejilla, mientras le envolvía en sus brazos.
Suspiró. No quería que Nereida pensara que por ella estaba de malas con Willow, pero tampoco podía decir que no estaba seguro de haber hecho lo correcto, de haber defendido sus sentimientos hacia ella, eso no lo podía hacer, porque no era cierto. Nunca antes había estado tan decido por alguien que como lo era Nereida, así que de alguna manera trataría de arreglar las cosas, a pesar de que la rubia le era un tormento en esos momentos, puesto que sus palabras le habían llegado de tal forma que parecía un fantasma rondando por su mente.
- Claro que estoy seguro, Nere. Nunca en la vida he estado más seguro con algo que con esto y con eso, no quiero decir que eres un problema. En sí, las cosas derivan más por la forma en que nos dijimos las cosas... y yo... yo exploté - Admitió - Al principio parecía una broma, más que todo porque somos un tanto diferentes - Le sonrió - Pero luego se tornaron como ataques a mi parecer y sencillamente no aguanté, te tuve que defender así y bueno, todo terminó en ese caos que tengo ahora - Terminó de confesar un tanto triste, la verdad era que no le gustaba pelearse de esa manera con sus amigos, pero él se sintió en necesidad de hacerlo -... ¡Y es que no comprendo a Willow! actuó como si fueras una arpía... como si... como si le hubieras hecho algo muy malo o no sé... como si en otra vida hubieran sido enemigas - Se dice que la memoria se activa por muchos factores: auditivos, visuales, olfativos, sensitivos. Una palabra, una imagen, un olor, un roce... cualquiera era perfecto para brindar un recuerdo que se haya quedado en el olvido; fue entonces que en lo que él terminaba de decir aquello de pronto un recuerdo fue propulsado tan fuertemente como si alguien le hubiera pegado por detrás.
Se encontraba en una especie de barco pequeño, podría presumir que una góndola, con muchas linternas flotantes, como si fuera Año Nuevo y de pronto vio una larga cabellera dorada. No distinguió de quién era, solo que parecía que ambos estaban pasando un rato agradable y totalmente mágico. Parpadeó un par de veces, el recuerdo había terminado y él se había congelado por completo, fue la voz de Nereida que le llevó nuevamente a la realidad. Se tocó una vez más el puente de la nariz, no comprendía a qué venía aquello que había imaginado... porque seguro fue algo que su mente se había encargado de hacer. Apostaba de que estaba muy cansado de todo el asunto, así que prefirió no decir nada, ya que lo único que había hecho ese día era alarma a su pobre Nereida y no se merecía más alarmas. Así que subió la mirada y le sonrió tiernamente.
- Sé que puedo contar contigo - le dijo y una vez intercambiado el beso, afirmar que ella era su novia, le pidió que lo repitiera. Una sonrisa abierta y algo tonta apareció en su rostro, puesto que sentía que volvía a ser un niño que le estaba hablando a su primera novia de toda su vida - Que eres mi novia, sordita - Jugueteó divertido con el asunto. Luego ella le dijo que le quería y una emoción un tanto infantil le surgió - Yo también - Le respondió y se inclinó para darle un beso la mejilla, mientras le envolvía en sus brazos.
Mordekhai B. Fletcher- Humanos
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
La verdad era que todo esto me preoupada. ¿Para qué negarlo? Por alguna razón Willow y yo no nos llevábamos bien. No sabía cuál era la razón, pero no terminábamos de congeniar. Y eso que ella en sí no me caí mal, pero...pero había algo que no conseguía explicar que hacía que no nos lleváramos demasiado bien. Mordí mi labio inferior. Ella era una de las mejores amigas de Khai y el hecho de que nosotros estuviéramos saliendo lo afecta, ya que eso mismo había hecho que discutieran. Los sentimientos que sentía hacia mí habían hecho que pelearan y no me gustaba en absoluto. Chasqueé la lengua y lo miré, sin saber qué decir.
¿Pero qué iba a decir ante una situación así? Todo esto me superaba. Me superaba y mucho. Parpadeé un par de veces e intenté calmarme, algo imposible por descontado. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? No lo podía entender. Sí, vale que yo no supiera mucho sobre relaciones, pero...¿no se supone que todo tendría que ser menos complicado? Al parecer no...La vida era complicada. Eso era lo que decían y yo lo estaba viviendo en mis propias carnes. Delante de mí estaba la prueba. Khai era la muestra más evidente de ello, al menos en mi vida. O puede que yo fuera la muestra más evidente en la suya, no estaba muy segura.
Sonreí ligeramente cuando dijo que claro que estaba seguro. Una voz en mi interior me decía que decía la verdad, porque si no fuera así no se habría arriesgado a perder a sus amigos simplemente por defenderme, por defender un sentimiento. Porque cuando habían discutido ni siquiera estábamos juntos. Eso me dejó un amargo sabor de boca porque la verdad es que me parecía un detalle muy bonito que decía que realmente sentía algo por mí, pero por otra parte no me gustaba nada porque eso había supuesto que se peleara con sus amigos, concretamente con Willow.¿Y por qué no me habías dicho nada de esto? Si sentías algo por mí desde hace unos días...¿por qué no me llamaste? Si no llega a ser por mi mensaje...quizás no nos habríamos visto y entonces, seguro, que tu pelea con ella no habría tenido razón de ser. No digo que el hecho de estar juntos justifique que riñérais, pero...Ya me entiendes...-no sabía cómo explicarlo mejor, la verdad. No tenía ni idea de como contarlo de otra manera. No podía pensar con claridad, la verdad era que no podía. Mis palabras no salían de otro modo, era incapaz de despejar mi mente. Era como un barubio de cosas inconexas y atropellas...Suspiré y sacudí la cabeza.
Miré el batido, como si este fuera a solucionar todos mis problemas, todos nuestros problemas. Suspiré y chasqueé la lengua. La verdad es que no podía pensar algo, o al menos algo con claridad. Me empezaba a doler la cabeza, demasiado. Y estaba nerviosa. Nerviosa y preocupada. Empecé a juguetear con la camiseta, enrollándola una y otra vez entre mis dedos. Bebí un poco más del batido, intentando que el sabor dulce me inundara y me hiciera olvidarme de las cosas por unos segundos. Aunque claro, eso no funcionada. Era ago obvio que no iba a poder dejar de pensar en esto en absoluto. ¿Cómo iba a hacerlo? Era una tontería pensar lo contrario. Conociéndome iba a estar dándole vueltas al tema mucho tiempo. Como si así fuera a poder solucionarlo, aunque sabía que no era así. Era algo que tenían que solucionar Willow y Khai...yo no podía hacer nada más que estar a su lado.
Sonreí cuando dijo que sabía que podía contar conmigo. -Eso no lo dudes, cariño-le dije con una sonrisa en mis labios-Para todo lo que quieras-añadí. Sonreí más cuando repitió que era su novia y no puede evitar reír-Es que me gusta como lo dices-le dije mirándolo a los ojos, cerca muy cerca, disfrutando de su presencia. Me apoyé en su hombro cuando él me abrazó y me acomodé en la silla. -Se ve que todas nuestras citas, o mejor dicho encuentros, tienen que ser raros y complicados-comenté mientras acariciaba su mano de forma distraida.
¿Pero qué iba a decir ante una situación así? Todo esto me superaba. Me superaba y mucho. Parpadeé un par de veces e intenté calmarme, algo imposible por descontado. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? No lo podía entender. Sí, vale que yo no supiera mucho sobre relaciones, pero...¿no se supone que todo tendría que ser menos complicado? Al parecer no...La vida era complicada. Eso era lo que decían y yo lo estaba viviendo en mis propias carnes. Delante de mí estaba la prueba. Khai era la muestra más evidente de ello, al menos en mi vida. O puede que yo fuera la muestra más evidente en la suya, no estaba muy segura.
Sonreí ligeramente cuando dijo que claro que estaba seguro. Una voz en mi interior me decía que decía la verdad, porque si no fuera así no se habría arriesgado a perder a sus amigos simplemente por defenderme, por defender un sentimiento. Porque cuando habían discutido ni siquiera estábamos juntos. Eso me dejó un amargo sabor de boca porque la verdad es que me parecía un detalle muy bonito que decía que realmente sentía algo por mí, pero por otra parte no me gustaba nada porque eso había supuesto que se peleara con sus amigos, concretamente con Willow.¿Y por qué no me habías dicho nada de esto? Si sentías algo por mí desde hace unos días...¿por qué no me llamaste? Si no llega a ser por mi mensaje...quizás no nos habríamos visto y entonces, seguro, que tu pelea con ella no habría tenido razón de ser. No digo que el hecho de estar juntos justifique que riñérais, pero...Ya me entiendes...-no sabía cómo explicarlo mejor, la verdad. No tenía ni idea de como contarlo de otra manera. No podía pensar con claridad, la verdad era que no podía. Mis palabras no salían de otro modo, era incapaz de despejar mi mente. Era como un barubio de cosas inconexas y atropellas...Suspiré y sacudí la cabeza.
Miré el batido, como si este fuera a solucionar todos mis problemas, todos nuestros problemas. Suspiré y chasqueé la lengua. La verdad es que no podía pensar algo, o al menos algo con claridad. Me empezaba a doler la cabeza, demasiado. Y estaba nerviosa. Nerviosa y preocupada. Empecé a juguetear con la camiseta, enrollándola una y otra vez entre mis dedos. Bebí un poco más del batido, intentando que el sabor dulce me inundara y me hiciera olvidarme de las cosas por unos segundos. Aunque claro, eso no funcionada. Era ago obvio que no iba a poder dejar de pensar en esto en absoluto. ¿Cómo iba a hacerlo? Era una tontería pensar lo contrario. Conociéndome iba a estar dándole vueltas al tema mucho tiempo. Como si así fuera a poder solucionarlo, aunque sabía que no era así. Era algo que tenían que solucionar Willow y Khai...yo no podía hacer nada más que estar a su lado.
Sonreí cuando dijo que sabía que podía contar conmigo. -Eso no lo dudes, cariño-le dije con una sonrisa en mis labios-Para todo lo que quieras-añadí. Sonreí más cuando repitió que era su novia y no puede evitar reír-Es que me gusta como lo dices-le dije mirándolo a los ojos, cerca muy cerca, disfrutando de su presencia. Me apoyé en su hombro cuando él me abrazó y me acomodé en la silla. -Se ve que todas nuestras citas, o mejor dicho encuentros, tienen que ser raros y complicados-comenté mientras acariciaba su mano de forma distraida.
Nereida A. Mellington- Humanos
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
No sabía la realidad de cómo la chica estaba manejando toda esa información tan repentinamente, pero para él, la veía asumir todo con mucha madurez, con mucha más de la que se pudiera imaginar y eso hacía que la admiraba un poco más. Le preguntaba entonces algo bastante común y lógico: Si sentía algo por ella, ¿Por qué había dejado que las cosas se fueran más allá del límite llegando al punto que tenía que enojarse con sus amigos más allegados?, y no solo eso, sino también, ¿Por qué había dejado todo hasta el final, hasta que ella tomara la iniciativa de mandarle un mensaje?. Eran preguntas, que aunque las dijo con un tanto de inseguridad y mezcladas, eran bastante concretas. Miró a la mesa y luego suspiró.
- Yo soy… un tanto lento con esta situación de los sentimientos. Es como si de repente se mezclara todo al mismo tiempo y la verdad es que me vuelvo un garabato – No era que Khai tuviera problemas emocionales, pero muchas veces cuando sentía algo verdaderamente profundo, le costaba sacarlo a flote más de lo normal. No sabía por qué pasaba eso, pero era un proceso un poco más denso de lo usual cuando le pasaba aquello. Y muchas veces, necesitaba de que le dieran una bofetada para que despertara y admitiera en totalidad lo que sentía, tal parecía que es bofetada despertadora fue la pelea – Te lo juro, que si hubiera sabido desde un principio lo que sentía, seguro me hubiera evitado la discusión y muchas cosas más – Se rascó la cabeza un tanto apenad, mientras bajaba la mirada – Y… Bueno, de verdad pensaba que no me querías ver más en tu vida, por lo que sentí miedo de que cada que vieras mi rostro fuera enojo y me escondí, hasta el día de hoy que al leer tu mensaje dije “No puedo fallar esta vez, puede ser mi única oportunidad”… y aquí estamos, me siento como un idiota siendo tan oportunista e irresponsable - Y la verdad era que se sentía un tanto horrible por hacer las cosas así, por lo que era verdad que quizá se estaba desmoralizando por pensar que ella no lo querría ver más en la vida cuando la verdad era lo contrario; era el más puro ejemplo de que las cosas nunca podían darse por sentadas.
Pero a pesar de todo, sabía que todo eso era real, de que muy a pesar de que fuesen las cosas atropelladas para él, lo que sentía por ella era totalmente sincero y de verdad tenía la intención de limpiar todo el desastre que había hecho en un pasado, para que el futuro empezara con el pie derecho. Y le gustaba que pudiera contar con ella para todo, eso le hacía sentir un poco más en calma.
- Nere… - Dijo nuevamente ya que hasta él le molestaba que las cosas siempre terminaran así cuando estaba con ella – Quiero decir que de verdad no dudes lo que siento por ti – Le dirigió una mirada sincera y fija – Y sí, es verdad lo que dices, al parecer nuestros encuentros son atropellados, pero si nos comprometemos en esta relación, te puedo asegurar que podemos seguir adelante y con el pie derecho – Le sonrió ameno y no importaba cuantas veces lo hiciera, no se iba a cansar de hacerlo, por lo que esta vez le dio un beso tierno en la mejilla - ¿Estamos en esto juntos para un futuro más calmado? – Le dijo sonriendo un poco más ampliamente, puesto que sonaba a una campaña de mejorar el ambiente, pero lo decía en serio.
- Yo soy… un tanto lento con esta situación de los sentimientos. Es como si de repente se mezclara todo al mismo tiempo y la verdad es que me vuelvo un garabato – No era que Khai tuviera problemas emocionales, pero muchas veces cuando sentía algo verdaderamente profundo, le costaba sacarlo a flote más de lo normal. No sabía por qué pasaba eso, pero era un proceso un poco más denso de lo usual cuando le pasaba aquello. Y muchas veces, necesitaba de que le dieran una bofetada para que despertara y admitiera en totalidad lo que sentía, tal parecía que es bofetada despertadora fue la pelea – Te lo juro, que si hubiera sabido desde un principio lo que sentía, seguro me hubiera evitado la discusión y muchas cosas más – Se rascó la cabeza un tanto apenad, mientras bajaba la mirada – Y… Bueno, de verdad pensaba que no me querías ver más en tu vida, por lo que sentí miedo de que cada que vieras mi rostro fuera enojo y me escondí, hasta el día de hoy que al leer tu mensaje dije “No puedo fallar esta vez, puede ser mi única oportunidad”… y aquí estamos, me siento como un idiota siendo tan oportunista e irresponsable - Y la verdad era que se sentía un tanto horrible por hacer las cosas así, por lo que era verdad que quizá se estaba desmoralizando por pensar que ella no lo querría ver más en la vida cuando la verdad era lo contrario; era el más puro ejemplo de que las cosas nunca podían darse por sentadas.
Pero a pesar de todo, sabía que todo eso era real, de que muy a pesar de que fuesen las cosas atropelladas para él, lo que sentía por ella era totalmente sincero y de verdad tenía la intención de limpiar todo el desastre que había hecho en un pasado, para que el futuro empezara con el pie derecho. Y le gustaba que pudiera contar con ella para todo, eso le hacía sentir un poco más en calma.
- Nere… - Dijo nuevamente ya que hasta él le molestaba que las cosas siempre terminaran así cuando estaba con ella – Quiero decir que de verdad no dudes lo que siento por ti – Le dirigió una mirada sincera y fija – Y sí, es verdad lo que dices, al parecer nuestros encuentros son atropellados, pero si nos comprometemos en esta relación, te puedo asegurar que podemos seguir adelante y con el pie derecho – Le sonrió ameno y no importaba cuantas veces lo hiciera, no se iba a cansar de hacerlo, por lo que esta vez le dio un beso tierno en la mejilla - ¿Estamos en esto juntos para un futuro más calmado? – Le dijo sonriendo un poco más ampliamente, puesto que sonaba a una campaña de mejorar el ambiente, pero lo decía en serio.
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Re: ¿Tienes cinco minutos? (Khai)
Necesitaba un respiro. El exceso de información estaba haciendo que mi cabeza estallara. No es que no lo hubiera querido saber, por supuesto que no, pero es que todo era tan...tan complicado que no sabía cómo afrontar esa situación. Y es que todo esto me superaba. Y mucho. Mordí mi mejilla por dentro y removí con la pajita el batido, aunque no es que tuviera muchas ganas de seguir bebiendo, más que nada era por hacer algo que consiguiera mantenerme distraída, aunque eso era algo imposible. ¿Cómo iba a poder distraerme simplemente con mover el batido que me estaba tomando? Era una absoluta tontería, pero la verdad es que tenía que intentar hacer algo para despejarme. Y no se me ocurría nada más.
-Te entiendo-le dije-De verdad que sí. Me pasa algo parecido-añadí-No sé muy bien como afrontar todo esto...quiero decir, todo lo que tiene que ver con sentimientos y esas cosas.-Mordí mi labio inferior. Y es que esa era la verdad. No sabía muy bien como hacer todo esto, como poder llevar todo...Y es que no cabía duda de que la situación me superaba. Lo quería, por supuesto que lo quería, pero...pero al parecer todo era más complicado de lo que en un principio podía imaginar. Por la mañana había pensado que simplemente se iba a tratar de devolverle la caja de música, porque no quería nada que me recordara a él, porque lo que había pasado en la playa había hecho que no pegara ojo en varios días y varias noches. Me había pasado el tiempo en vela y sin ganas de hacer nada. No me entraba comida, aunque eso no había cambiado mucho actualmente, porque ni siquiera el batido me entraba. Lo volví a remover y suspiré, apoyando mi cabeza en mi mano. -Pero ahora todo es diferente ¿no? Quiero decir que da igual que no te atrevieras a hablar conmigo porque creías que no quería volver a verte. Da igual lo que pasó en la playa...Podríamos hacer borrón y cuenta nueva o algo así ¿no crees? Olvidarnos de lo que pasó y centrarnos en el ahora...¿Te parece bien?-le pregunté con una ligera sonrisa en mis labios.
Lo miré a los ojos cuando comenzó a hablar. -No dudo de lo que sientes por mí, de verdad-susurré mientras me abrazaba a él-Y sí, es cierto que nuestros encuentros son...atropellados, por así decirlo, pero estoy de acuerdo contigo. Estoy segura de que es algo pasajero, y de que podremos empezar con buen pie si le ponemos ganas. Y yo le pondré ganas, tenlo por seguro-sonreí mientras asentía levemente ante lo que decía, ampliando un poco más mi sonrisa.-Estamos juntos, de eso no dudes-le dije mientras me acomodaba en la silla, apoyando mi cabeza en su hombro y mirando al techo mientras jugaba con su mano, entrelazando mis dedos entre los suyos.
-Y siempre podemos planear un encuentro normal-reí-Incluso podríamos aprovechar que hoy te han dado el día libre, aunque los motivos fueran muy distintos ¿no crees? Y yo puedo venir a desayunar aquí, así te veo antes de ir a clase y volverme a pasar por la tarde, antes de ir al hospital, y así nos podríamos ver aunque trabajes-le dije con una sonrisa en mis labios-¿Te parece?
-Te entiendo-le dije-De verdad que sí. Me pasa algo parecido-añadí-No sé muy bien como afrontar todo esto...quiero decir, todo lo que tiene que ver con sentimientos y esas cosas.-Mordí mi labio inferior. Y es que esa era la verdad. No sabía muy bien como hacer todo esto, como poder llevar todo...Y es que no cabía duda de que la situación me superaba. Lo quería, por supuesto que lo quería, pero...pero al parecer todo era más complicado de lo que en un principio podía imaginar. Por la mañana había pensado que simplemente se iba a tratar de devolverle la caja de música, porque no quería nada que me recordara a él, porque lo que había pasado en la playa había hecho que no pegara ojo en varios días y varias noches. Me había pasado el tiempo en vela y sin ganas de hacer nada. No me entraba comida, aunque eso no había cambiado mucho actualmente, porque ni siquiera el batido me entraba. Lo volví a remover y suspiré, apoyando mi cabeza en mi mano. -Pero ahora todo es diferente ¿no? Quiero decir que da igual que no te atrevieras a hablar conmigo porque creías que no quería volver a verte. Da igual lo que pasó en la playa...Podríamos hacer borrón y cuenta nueva o algo así ¿no crees? Olvidarnos de lo que pasó y centrarnos en el ahora...¿Te parece bien?-le pregunté con una ligera sonrisa en mis labios.
Lo miré a los ojos cuando comenzó a hablar. -No dudo de lo que sientes por mí, de verdad-susurré mientras me abrazaba a él-Y sí, es cierto que nuestros encuentros son...atropellados, por así decirlo, pero estoy de acuerdo contigo. Estoy segura de que es algo pasajero, y de que podremos empezar con buen pie si le ponemos ganas. Y yo le pondré ganas, tenlo por seguro-sonreí mientras asentía levemente ante lo que decía, ampliando un poco más mi sonrisa.-Estamos juntos, de eso no dudes-le dije mientras me acomodaba en la silla, apoyando mi cabeza en su hombro y mirando al techo mientras jugaba con su mano, entrelazando mis dedos entre los suyos.
-Y siempre podemos planear un encuentro normal-reí-Incluso podríamos aprovechar que hoy te han dado el día libre, aunque los motivos fueran muy distintos ¿no crees? Y yo puedo venir a desayunar aquí, así te veo antes de ir a clase y volverme a pasar por la tarde, antes de ir al hospital, y así nos podríamos ver aunque trabajes-le dije con una sonrisa en mis labios-¿Te parece?
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Lun Jul 29, 2013 12:41 pm por Adah S. Hunter
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