Un animal salvaje-violador {Edmon Casanova}

El día no iba demasiado bien, así que me fuí a uno de los pocos lugares de todo Storybrooke donde se podía escribir tranquila, el bosque. No había discutido aquel día con mi familia, algo bastante raro a decir verdad, pero no me había sentido bien. Por primera vez en muchos años me atreví ha abrir el baul de los recuerdos recuperando el único recuerdo de mi padre, una vieja foto arrugada y bastante desgastada, el color a penas se distinguía, pero sí lo suficiente como para distinguir sus rasgos. Se parecía bastante a mi, ojos claro y pelo castaño, además teniamos la misma boca. Era un hombre bastante guapo y atractivo. Fué una pena que nos abandonara tras haber nacido yo, bueno a los pocos meses. Mi madre nunca me hablo bien de él, es más decía que nos pareciamos, y eso para ella es uno de los mayores defectos que se puede tener.

Camine durante un rato hasta que llegue a un pequeño clarito donde había un gran sauce llorón que daba sombra en aquel día tan soleado. Me sente apoyando mi espalda en el tronco. Era un arbol precioso, cuando era pequeña me escapaba e iba a mi lugar secreto el parque, pero casi siempre había niños jugando así que me encaminaba a el bosque, y un día por una mera casualidad me tope con este pequeño rinconcito de paz e insipiración. Saqué la pluma de mi bolso y mi pequeña libretita y comencé a escribir cada uno de mis sentimientos y sensaciones.

Es complicado ser abandonado, pero aun más
ser una incomprendida además de un estorbo para
el resto de tu familia. Jamás me sentí querida, aunque
esto ya lo sabes tu pequeño diario. A mis 19 años
he aprendido a afrontarme sola a esta vida, tan dura,
pero debo reconocer que he conocido a gente maravillosa
es este tiempo, pero no sé si me ha merecido la pena...

Paré de escribir en aquel instante. Un ruido llamó mi atención. Parecía una pisada, o algo parecido. Sentí miedo, como pocas veces había sentido en mi vida. Quizás era un animal salvaje, o un deprabado que intentaría violarme o algo peor. Pensé en aquel momento en mi heroe Michael, y en la noche que pasamos juntos, pero se me fué rapidamente de la cabeza ya que aquella pisada volvió a sonar y esta vez más cerca.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Intente hablar sin tartamudear pero no lo pude impedir.- Ha...ha..hay algui...alguien ahi?-pregunte alzando la mano donde tenía la pluma como si de un cuchillo se tratase.-Est...estoy ar...arma...armada... y soy mu...muy pel....peligro...peligrosa-Di vueltas, y mire cada detalle que había a mi alrededor, pero no conseguí ver nada que resaltara. De nuevo aquel ruido aterrador, esta vez acompañado de unos pasos ligeros.

Caminé hacia atras y choque contra el robusto tronco. Estaba atrapada, si era un violador o animal salvaje no saldría con vida de allí, pero eso sí no me estaría quieta lucharía fuera lo que fuese.

Si había una cosa que me encantaba de mi trabajo, eran los días libres. Un día a la semana, aparte del domingo y el sábado por la tarde, tenía el día para mi solo. Y podía hacer lo que quisiera. Podía dormir hasta tarde, pasarme el día remoloneando entre las sabanas si quería, o tumbarme en el sofá con un bol de ganchitos con sabor a queso a ver una pelicula.
Pero aquel día, puse el despertador temprano. Hacía un día maravilloso como para desperdiciarlo encerrado en casa, así que me di una ducha mañanera con agua bastante fria para que me quitase del cuerpo todo el sueño que pudiera tener y me vestí con la más sencilla de las camisetas blancas de manga corta y unos pantalones piratas tejanos. Eran frescos, y para caminar por donde tenia pensado caminar, no iban a ser molestos. Me calcé unas bambas finalmente y me guardé en una bandolera un paquete de cigarros, un par de botellas de agua, un bocara y la cámara, aunque esta última me la eché a cuello, como siempre.

Salí de casa y en lugar de coger el coche decidí ir caminando. Tenía todo el día para mi solo, así que no iba a ir con prisas. Me entretuve echando fotos de camino al bosque, pues me gustaba sobre todo fotografiar a los animales con los que me cruzaba. Sobre todo los ciervos. Adoraba esos magnificos animales.
Sonreí ampliamente cuando llegué al bosque, aspirando varias veces el aire limpio que allí se respiraba y me interné en la espesura del lugar, entre troncos, ramas, follaje y hojas. Nada mejor que una cámara y un bosque para hacerme feliz... Aunque bueno, en realidad, había otras cosas que me habían feliz, pero ahora mismo, no contaba con ellas.

Seguí adentrandome en el bosque, cámara en mano hasta que me perdí, y daba vueltas en circulo tratando de encontrar donde me hallaba cuando escuché una voz asustada que gritaba y preguntaba quien habia aqui, alegando que estaba armada y peligrosa. Aunque no me podía ver, alcé las cejas sorprendido y me asomé por unos arboles, observando una hermosa, y joven chica, acorralada contra un trondo de un arbol. No sé porqué, pero decidí sacarle primero una foto y luego salir de mi escondite tras el arbol, dejándome ver.

-Pues yo ni voy armado ni soy peligroso... A no ser que puedas considerar la cámara de fotos como arma.. le dije señalando la cámara con una mano mientras sonreia levemente, tratando de calmar a la chica. Pero no te preocupes, no tengo intencion de tirartela a la cabeza ni nada de eso... Solo estaba... haciendo fotos.. di un paso hacia la chica, que parecía todavía bastante asustada y le tendí una mano a la par que la sonrisa. -Soy Edmond... Eddie, o Ed, como prefieras añadi finalmente, acercandome un poco más a ella.

Escuché en click de una cámara de foto, además del resplador del flash que me cego un poco. Segundos más tardes un joven de pelo rubio salió de entre los arbustos. Estaba bastante asustada, pero deje de temblar y comené a tranquilizarme mientras el chico me pedía disculpas y se presentaba. Edmon, uno de los chicos más atractivos de Storybrooke por supuesto, tenía cara de galán, y esas caras yo Malvina DiDonato las conocía a la perfección.

Dió un paso y se acercó a mí, me puse algo nerviosa, pero me límite a sonreir.-Lo siento, creí que eras algo diferente como un violador o un animal salvaje, no pensé que sería un fotógrafo estraviado en mitad del bosque- Me acerqué a el y le di dos besos en las mejillas- Yo soy Malvina, nada de diminutivos ni acortaciones- Miré su camara de foto y me fijé en que era bastante buena, parecida a las que salían en la tele que usaban los fotógrafos para hacer los reportages. -Espero que no me hallas fotografiado con esa cámara sin mi consentimiento-dije mientras la cogía y la inspeccionaba como un insecto- Hoy no estoy muy arreglada como para una sesión de fotos, ¿no crees?-dije mientras señalaba mi ropa, llevaba un baquero corto de color claro era alto hasta la cintura, llevaba una camiseta simple negra metida por dentro de dicho pantalón y unas sandalias de colorines al igual que el collar de perlas. La melena suelta, algo ondulada, y un maquillaje muy suave.

-Pero bueno, si un día me avisas con antelación me la puedes hechar con uno de mis diseños, soy un intento de diseñadora-Le sonreí mientras guardaba en mi bolso la libreta y la pluma.- Y bueno, estamos en uno de esos momentos incomodos en los que ya no sabemos si despedirnos o seguir charlando juntos, ¿tu que piensas?- Le miré a los ojos directamente. Siempre me había gustado poner nervioso a los chicos, por ello di un paso hacia él y nuestra distacia se recortó considerablemente.

La chica obvió la mano que yo le tendia y tras expresarme sus pensamientos sobre que yo podía ser un violador, o un animal salvaje [no niego que fuera lo segundo en otro contexto totalmente diferente] me dió dos besos en las mejillas. Tengo que reconocer que me gustaban las chicas que tomaban la iniciativa, lanzadas. Y esa fue la impresión que me dio esa chica, Malvina, como me dijo segundos más tarde. Una chica con caracter y lanzada.
La escuché mientras se puso a mirar las fotos de la cámara, y a mi no me importaba. La verdad es que la foto que le habia sacado me gustaba, y no me agradaba la idea de que la borrase, pero se la habia hecho a traición y si quería borrarla, ya le haría más fotos a escondidas.
La examiné de arriba a abajo cuando dijo que no estaba en condiciones y alcé las cejas. A mi me parecía que estaba perfecta.

-Nada de diminutivos, Malvina a secas. Lamento decirte que sí, te hice una foto, y espero sinceramente que no la borres... a mi me parece que has quedado preciosa... No hace falta vestirse de punta en blanco para venir al bosque, al fin y al cabo la ropa puede acabar ensuciandose.. le dediqué una sonrisa mientras volvia a tomar la cámara en mis manos, sin apartar la mirada de la joven.
Era una chica muy bonita, y la verdad es que me sorprendía no haberla tenido en mi lista. Me pregunté para mis adentros porqué no la conocía. Tal vez salía poco... pero era una lástima no haberla conocido antes... Repasé su ropa a medida que iba hablando, fijandome no solo en su vestimenta, sino tambien en el cuerpo que tenia, en sus finas y largas piernas, su cintura estrecha y sus curvas pronunciadas. Era esa clase de mujer que me hacía perder la cabeza. Además, tenia unos ojos intensos y una boca que incitaba a más puro deseo. Pero por suerte para mi, sabia controlar mis instintos y mi cuerpo, por eso no me puse nerioso cuando se acercó un paso más, acortando la distancia. -¿Y no me permitirias hacerte esas sesion ahora? Yo creo que te ves genial así... No hace falta ni mucho maquillaje.. ni ropa cara ni vestidos... Además el bosque ofrece muchas posibilidades... alcé una mano unos segundos, acariciando con los dedos las puntas enroscadas de su cabello. Tenía una cabellera magnifica, larga, ondulada, y brillaba bajo los rayos del sol que se filtraban a traves de las hojas de los arboles. -Tienes un cabello predioso... Dime ¿Cómo es que no nos hemos conocido antes...? le pregunté sin apartar la vista de sus intensos ojos azules y esta vez, fui yo quien dio un paso hacia ella.

El chico apuntó que la ropa no era importante, y que pdría acabar ensuciandola en el bosque, además de que para una sesión de fotos no era importante ir muy arreglada, aunque dependía de la sesión claro esta. Me pidió que no le borrará la foto, y claro deseo concedido, estaba de buenas, y no se la borraría. Me examinó de arriba a bajo, y eso me gustaba, por ello sonreí de manera pícara mientras le miraba intensamente. Me parecía el tímpico galan, el que tenía a muchas chicas y a ninguna, el tipo con el que nadie se quería comprometer.

Me ofreció hecharme una sesión allí mismo y ahora, en aquel instante, la verdad es que se me presentaba un buen plan y no tenía nada mejor que hacer, además hecharme fotos siempre me había gustado eso de posar y poner caritas y morritos era lo mío a la par de diseñar claro. -Oh claro, aunque me debes prometer otra algo más en condiciones, y por cierto ¿no crees que vamos un poco rapido?, me acabas de conocer y ya me quieres hechar fotos- Paré unos segundo y observé como jugaba con mi cabello. El me parecía muy interesante y creo que yo también a él.- ¿Que pasa quieres tener un recuerdo mío?- Reí divertida, y me separé un poco, me puse pegada al tronco del árbol y pasé mi mano derecha por mi cabeza poniendo una pose algo profesional- ¿te gusta esta pose o que, o te pongo morritos?- solté una caracajada la tarde se presentaba divertida.

En las fotos familiares, no solía aparecer yo, mi madre siempre decidía no avisarme y solo salían ella y mis dos hermanas, y se la mandaban al resto de la familia, que pensarían que yo habría muerto o sería una drogadicta o una mala hija que no quería hacerme fotos con mi familia. Deje mis pensamiento de lado y comencé hablar.-Bueno me hechas fotos ¿o que?- Bromee y me acerqué un poco más a el otra vez y agarré su camiseta y lo atraje hacia mí.- o prefieres que nos hechemos una juntos y así fardas con los amigotes-Tomé yo misma la camara y junte mi cara con la suya, el flash se disparo y el clik sonó.- Ten cuidado que no te la vea tu novia, si es que tienes- solte divertida mientras le devolvía la camara. La verdad es que lancé esa pregunta porque en mi vida no me gustaría ser la otra de nadie, y mucho menos no quería meterme en medio de ninguna relación, y ese chico me estaba empezando a gustar y esa información era demasiado importante.