If you want to fly, just miss the floor {Finn}

Odiaba que mi casa estuviese alejado de toda civilización,no podía ir a pie sin tirarme la vida, otra cosa que les debía agradecer a mi familia y sus buenas elecciones en la vida.Por "buenas" me refería a que mi padre estaba empeñado a hacer miserable mi vida. Primero mudarnos desde Londres hasta aquí, la ciudad de Storybrooke de cero coma habitantes, dejando atrás lo que llegaba a ser prácticamente toda mi vida, mis amigos, mi familia, todo. No era fácil ser la nueva, no lo había sido estos últimos años y menos viviendo en una casa ausente. ¿Acaso no es bueno?¿Tener un padre eternamente trabajando? Hasta cierto punto, con suerte no había tenido problema en adaptarme a la ciudad y al instituto, no conocía a muchos pero por algo se comenzaba. Poseía grandes libertades, podía hacer lo que quisiera o eso es lo que todos se pensaban. Si tan solo fuera tan fácil...No es libertad si tu no la has escogido.No es libertad si la única preocupación de tu padre es si has ganado la dichosa medalla de oro o la de plata en la última competición.

Suspiré suavemente dejando escapar el aire entre mis labios, al igual que mis frustraciones.No iba a dejar que sacasen lo peor de mí, me negaba. La ventaja de mi casa era una muy simple: estaba cerca al bosque, de hecho hasta podía ver la cima de los árboles a lo lejos desde la ventana de mi habitación.Bajé por las escaleras, crujiendo las maderas bajo mis pies, a la vez que me subía la cremallera de la sudadera blanca que llevaba puesta y me coloqué los cascos de música antes de pulsar al botón de play. Deportivas y música, era todo lo que necesitaba para mi pequeño respiro de libertad. Cerré la puerta y corrí dirigiéndome hacía el bosque, aumenté la velocidad al ritmo de la música,mi aliada que me acompañaba en mi entrenamiento. Mis pulsaciones aumentaban con la subida de la adrenalina, al igual la respiración que trataba de mantener regulada, controlando para no quedarme sin aire. El viento azotaba contra mi rostro, me concentré en la suave brisa y por un momento olvidé que estaba atada al suelo con los pies que uno tras otro, se adelantaban de manera desenfrenada.Aquello era lo más parecido a volar.

Qué fácil lo tenían los pájaros, un batir de alas y ya podían escapar el pasado y volar hacia donde quisieran. Comencé a disminuir la velocidad cuando noté una sensación de agobio, antes de parar casi en seco. Me llevé la mano al bolsillo para sacar el inhalador que con un frescor devolvió el aire a mis pulmones. Lo mejor sería descansar, tan solo necesitaba sentarme, no me importaba donde, al final encontré una roca contra la que apoyé mi espalda y respiré, observando el cautivador paisaje. Muchos pensarían que solo eran árboles, pero yo lo consideraba la zona más especial de Storybrooke.