¡Menos mal que estabas por aquí! [Privado]

¡Qué horror! ¡Qué horror! ¡Todo había resultado ser un auténtico desastre!

Everett daba vueltas sobre sí mismo completamente desorientado por el humo que le había cubierto la cara y le había dejado sin respiración durante unos segundos. Intentaba tranquilizarse, pero los cristalitos clavados en la mejilla y en el cuello le dolían bastante, ¡y estaba nerviosísimo! La mayoría de las veces siempre le pasaba algo, no lo podía evitar... ¡Y agradecía que no estuvieran los alumnos con él, ya que por entonces sí que habría sido caos absoluto! ¡Qué horror de tan solo pensarlo!

Se quitó la bata de laboratorio para tirarla al suelo y dirigirse hacia la pizarra del laboratorio. Entrecerró los ojos, intentando encontrar el error a sus cálculos. ¡Y allí estaba! ¡Terrible! ¡Terrible! Lo señaló y lo rectificó con la tiza, para después observar sus espaldas. Se llevó las manos a la cabeza y se estiró el pelo, arrancándose unos cuantos. ¡Terrible error! ¡Terrible! ¡Por un maldito error de cálculo, una nimiez! Pero ese era el terrible mundo de la ciencia, que un error podía conllevar graves consecuencias... Y en cierto modo eso traía riesgo, y el riesgo no le hacía ninguna gracia a Everett, pero amaba demasiado la ciencia.

El resultado de su error se podía apreciar a simple vista... Le había explotado un matraz de destilación, además de que el mortero estaba en el suelo destrozado debido al susto. ¿Tenía que llamar a Matt, a los bomberos? No lo sabía a ciencia cierta (nunca mejor dicho), ya que no se lo esperaba, ¡era un experimento sencillo! ¡Nada tendría que haber salido mal! No quiso mirarse al espejo ya que prefería no asustarse más, por lo que salió al pasillo, esperando encontrar al conserje o a alguien que le pudiera ayudar. Justo en ese momento se dio cuenta de que su móvil no tenía cobertura... ¡Tenía que llegar hasta un teléfono fijo!

Corrió por el pasillo hasta que se encontró con Vera, la profesora de Historia. Agitó los brazos enérgicamente, gritándole ayuda hasta que llegó hasta ella, algo extasiado por la situación.

-¡Necesito ayuda! ¡Un experimento ha salido mal y...! Uf... Me tiemblan las manos y todo, que curioso... -se miró las manos temblorosas, que apenas podían permanecer quietas-. ¿Me acompañarás hasta el laboratorio? ¿Te he pillado ocupada? ¡Lo siento tanto...! -se rascó la mejilla tembloroso y soltó un quejido de dolor, su dedo había chocado con uno de los cristales del matraz que se le había clavado en la mejilla.

Me había quedado en la sala de profesores corrigiendo unos cuantos test de mis alumnos, los pobres no se lo esperaban pero así podría saber cuanto de historia sabían. Era una buena forma de evaluar a los alumnos, aunque por supuesto no seria dura con ellos. La escuela ya estaba vacía, los alumnos se habían ido a sus casas y la mayoría de profesores eran igual que ellos, cuando sonaba el timbre salían corriendo.

No estaban tan mal como podrían haber estado, así que no fue difícil poner las calificaciones. Cuando estaba poniendo una de las ultimas notas, me pareció oír como un estallido. Me quede quieta, no podía imaginarme que podía causar un ruido así. De modo que me levante y salí del aula de profesores esperando encontrarme con la causa del ruido.

Fui por los pasillos mirando de en aula en aula cuando oí unos gritos, levante la mirada y allí estaba Everett, el primer pensamiento que paso por mi cabeza fue, claro quien iba a ser sino el. Pero cuando se acerco mas a mi y vi las heridas en la cara y lo nervioso que estaba, me preocupe.

- Tranquilo Everett...- Le agarre las manos he hice que me mirara.- Respira hondo...- Le agarre fuerte las manos y mire su cara con atención tenia al parecer unos cachitos de cristal.- No te preocupes yo te ayudo, pero primero hay que mirarte esas heridas, vamos y te quito lo que parecen cristales.- Sabia que le gustaba la ciencia, pero la verdad que debería de andarse con mas cuidado, algún día tendríamos alguna desgracia.- ¿Que a pasado Everett?- Le mire mientras tiraba de el para ir a por el botiquín y así con unas pinzas sacarle los cristales y curarle las heridas.- No tienes remedio, algún día te pasara algo grave...- No se lo dije muy serio, aunque era cierto. Le sonrei y negue con la cabeza.

Su compañera de trabajo le aconsejaba que se tranquilizara, que respirara hondo, pero el humo que había inspirado tras haber explotado su experimento había hecho que se sintiera asmático, que le faltara el aire... Para su suerte, no llegaba al límite de poder desmayarse incluso, pero lo parecía por su nerviosismo. Quizás debería haber llamado a Matthew o a Sydney, pero no se le ocurría, no se le pasaba por la cabeza en esos momentos. No podía dejar de pensar lo que podría haber ocurrido si hubiera realizado ese experimento con sus alumnos delante, ¡miles de matraces explotando! ¡Menudo horror! Aunque quizás, esa situación no se habría dado si uno de sus alumnos le avisara del error. Los dos errores de Everett habían sido el numérico y el haber estado solo en el laboratorio. Pero él siempre había estado en el laboratorio...

Everett suspiró, respirando con energía e intentando tranquilizarse, al y como le había sugerido Vera. Se dejó llevar por ella hasta la enfermería, donde estaría el botiquín de emergencias (especialmente preparado para casos como aquellos, ya que los encargados ya conocían al desastre de Everett). Everett no pudo evitar sonreír cuando su compañera también sonrió, comenzaba a ver la situación de una manera más optimista, más él.

-Un experimento fallido, me había equivocado en un número... En vez de restar, sumé y bueno... Ya ves aquí los fantásticos resultados -se señaló con la mano libre la cara-. Espero no tener un aspecto muy horrible -volvió a suspirar-. Ahora tengo que volver a empezar de cero, a prepararlo todo de nuevo... Creo que mejor lo dejaré para mañana -ambos entraron en la enfermería y él se sentó en la camilla, desconociendo por completo la localización del botiquín-. ¿Y eso que estabas a estas horas en la escuela? ¿Exámenes? ¿O te gusta el ambiente escolar? -soltó bromista, pero al final tuvo que soltar un quejido por el movimiento de los músculos de su cara y a su vez, los cristales clavados ahí.

En cuanto se sentó en la camilla fui a por el botiquín, las heridas no parecían profundas, pero el susto habría sido grande de haber sido algún vaso de precipitaciones o como narices se llamaran mas grande de lo que hubiera usado. Abrí el botiquín y mire que había centro: pinzas, agua oxigenada, betadine, gasas... Lo cerré y me dirigí hasta Everett poniéndome justo a su lado.

- Te adoro, pero algún día tendrás una desgracia mayor...- Deje el botiquín al lado de el y cogí las pinzas.- Esto te va a doler, así que intenta no gesticular...- Cuando dijo que esperaba no estar horrible...- Tu siempre lo estas...- Le saque la lengua y reí.- No es nada, la mayoría son rasguños pero tienes cachitos de cristales.- Fui sacando poquito a poco mientras los iba dejando en una mesita que había al lado de la camilla. No podía parar de gesticular mientras le sacaba los cristales ya que me parecía sentir su dolor.- Perdona mis caras... creo que gesticulo yo por ti...

Cuando termine de quitarle todo de la cara, moje una gasa con un poco de agua oxigenada.- Lo siento...- Le escocería pero al menos desinfectaría, fui pasando con suavidad por los rasguños de la cara y del cuello, mientras le iba diciendo.- De cero no empezaras después de todo ya sabes donde esta el error. - Cuando pase por todo, le pase otra gasa para secar.- Por eso adoro la historia, no me pasan estas cosas...- Le guiñe un ojo y pensé en si debería ponerle una gasa en la mejilla, quizá era demasiado exagerado...- Exámenes para evaluar el nivel, nada importante, pero ni se te ocurra decirlo delante de los alumnos de momento quiero seguir siendo la profe malvada

Vera encontró fácilmente el botiquín, algo que sacó de un gran apuro a Everett, quien aparte de perderse por los lugares que conocía, pocas veces resultaba tener una buena memoria espacial (para su desgracia en el laboratorio tenía que llevar un croquis para saber dónde se encontraba cada cosa). Hizo una mueca de dolor cuando le fue quitando uno a uno los pequeños cristales incrustados en su rostro, los restos del matraz... ¿Habría dinero para comprar otro? Últimamente Everett solamente podía pensar en el dinero, ya que hacía dos meses que no recibía su sueldo por lo que tanto Matthew y él habían tenido que hacer sus sacrificios (uno de los cuales significó la pérdida de todos sus ahorros con tal de pagar los dos meses de retraso al señor Gold).

-Gracias por halagarme querida Vera, siempre me complace saber que estoy horrible. La verdad es que me esfuerzo mucho -soltó bastante bromista y ya mucho más relajado que antes. Everett rara vez estaba mucho tiempo enfadado, ofuscado o nervioso, normalmente solía prevalecer en él la alegría y la espontaneidad. Además que también se podía decir que intentaba captar lo mejor de la gente, en el caso de Vera su optimismo y su sentido del humor-. Gracias por arreglarme la cara, pensaba que había perdido un ojo aunque siguiera viendo por él -volvió a reír pero justo en ese instante le quitó el último cristal y se transformó en una mueca de dolor que acompañó la de Vera.

Everett quiso morderse la lengua cuando notó la gasa mojada sobre las heridas. Escocía mucho, y aunque normalmente fuese un torpe, todavía le resultaba extraño la acción del agua oxigenada sobre su piel (obviamente, conocía cómo actuaba químicamente, pero eso no podía evitar que le doliese).

-Tienes razón... Ahora toca limpiar el laboratorio, aunque supongo que de eso me encargaré mañana. Um... Si tú lo dices... ¡Siempre te puedes cortar el dedo con las páginas de un libro antiguo! ¡Es todo un riesgo! ¿No crees? -alzó las cejas muy sonriente, casi emocionado. Ya volvía a ser el Everett de siempre-. ¿Una evaluación de conocimientos adquiridos como lo llamo yo? Mis alumnos suelen caer en esa pequeña trampa... ¿La profe malvada? Bueno, se quejan de ti porque no paras de hablar y hablar... ¡Es broma, broma! -comentó antes de recibir un golpe amistoso por parte de Vera-. La historia es muy dura, te lo digo yo que fui y sigo siendo pésimo en esa asignatura... Es terrible. Todos esos hechos, fechas... -se rascó la nuca y suspiró.

Le guiñe un ojo cuando me agradeció mi super piropo, me reí suavemente.- Desde luego si te queda cicatriz seras un hombre sexy y peligroso...- Levante las cejas y volví a reír, me encantaba bromear con Everett. Le mire la cara detenidamente cuando dijo lo del ojo le mire y negué con la cabeza.- Lo que te faltaba tener que llevar un parche en el ojo cual pirata...- Deje la gasa y me quede mirándolo.- Creo que sera mejor que te ponga una gasa para que no se te infecte, no son heridas graves pero...- Me puse a tararear la canción del pirata intentando no reírme.

- Por lo del laboratorio, ya lo limpio yo. Tu vete a casa tranquilo y descansas.- Le fui diciendo eso mientras le ponía la gasa limpia. Me eche a reír cuando dijo lo del libro teniendo que parar para no hacerle daño.- O... si desde luego...- Aguante la risa pero no pude contenerme.- Es dolorosisimo cortarte con el papel... Ni Indiana Jones es capaz de aguantar ese dolor...

Una vez tranquilizada termine poniéndole una gasa mas en el cuello.- Esto ya esta...- Le hice pucheros.- Jo... yo que quería ser la mala de la película... y resulta que soy la profe plasta...- Me reí suavemente.- Que le voy a hacer, en fin tendré que hacerles ver que la historia es como una película de acción, guerras, secretos, conspiraciones...- Me encogí de hombros.- Al menos yo siempre lo he visto así, es mas fácil aprender historia si lo ves como una película o un juego, si no puedes morir de aburrimiento...- Le ayudo a que se baje de la camilla por si acaso, bastante a habido por este día.- Bueno a mi con la ciencia me pasaban cosas como las que te han pasado a ti, era una patosa, así que decidí por ir a lo seguro...

-De pequeño quería ser un científico loco... Llevar parche, un traje de protección que me cubriera todo el cuerpo. ¡Eso sí que es sexy y muy peligroso! -soltó a modo de respuesta por el comentario de Vera.

Siempre le había apasionado la ciencia de muy pequeño, le había inspirado un sentimiento extraño al querer conocer todo lo rodeaba y al poder conocerlo además. De pequeño siempre había mostrado una curiosidad innata, impropia de los niños de su edad. Quizás (aunque Everett no se había percatado todavía de ese detalle) necesitara aprender para poder tapar ese vacío que sentía en el pecho, del que se había percatado actualmente. ¡Necesitaba encontrar a esa persona y no sabía ni por dónde comenzar!

-¿Una gasa? ¡Mejor ponme el parche! ¡Quiero que mis alumnos se asusten mañana cuando me vean con miles de parches cubriéndome la cara! ¡Qué divertido! -y a su vez, Everett siguió el tarareo de Vera cuando comenzó con su canción pirata-. No, no... Me niego a que tengas que arreglar mi estropicio. Simplemente cierro el laboratorio tras limpiar las sustancias peligrosas y mañana me encargo de limpiar los desperfectos más materiales... -dijo negando con la cabeza, pero al final tuvo que dejar de moverse para que Vera pudiera ponerle una gasa en el cuello-. ¿Una película de acción? Nunca me había parado a pensar que sería algo como éso... Yo tuve un profesor bastante... mmm... mayor que nos hacía dormir en clase, aunque supongo que ese no será tu caso, claro... Quizás yo tendría que haberme dedicado a otra cosa, pero me gusta demasiado este mundo...

Everett bajó de la camilla con la ayuda de su compañera y amiga, y tras eso salió de la enfermería junto a ella para dirigirse al laboratorio. Le indicó con las manos que no se asustara y que llevara cuidado al caminar. Entró al laboratorio y tras limpiar con un neutralizante y pasar un paño por la zona "sucia", cogió su mochila, borró la pizarra memorizando de algún modo lo que estaba escrito y cerró con llave. Sonrió abiertamente, despreocupado a Vera y le preguntó:

-¿Te apetece que nos tomemos algo en la sala de profesores? La verdad es que aún es algo temprano...

Me reí cuando dijo lo de científico sexy, me lo imagine con un buzo.- No sabria decirte por que a penas se te veria entre proteccion y buzo...- Me gustaba estar con Everett, las bromas y las risas siempre estaban, era un gran compañero. - Bueno puedes exagerarlo poniendote un parche... todo un pirata fiero...- Le di un golpe cariñoso en el hombro y sonrei. Guarde el botiquin en su sitio y le seguí fuera de la enfermería.

- Al menos dejame ayudarte, no lo vas a limpiar solo ¿Por que, que hacemos si te caes de culo?- Me rei y segui andando a su lado por el pasillo. Cuando entramos en el laboratorio hice lo que me recomendo ir despacio y con cuidado, menos mal que llevaba zapatillas y no tacones.- Madre mia, parece como si hubiera caido una bomba...- Vi como cogio la fregona asi que cogi la escoba e intente barrer los cristales.- No por favor no cambies de puesto, eres el perfecto profesor de ciencias

Cuando me dijo de tomar algo en la sala de profesores asenti.- Claro, podemos charlar antes de ir para casa. Así me explicas para que era ese experimento, tengo curiosidad de saber que has mezclado...- Pense que al menos que en mi aula entrara la tercera guerra mundial no se veria tanto desastre. Entramos a la sala de profesores y fui hacia el frigorifico y la cafetera que teniamos.- ¿Que quieres tomar? Yo creo que me cogere uno de los refrescos que tengo por aqui, no me atrevo con el cafe...

-Pues casi... -respondió como si no fuera nada grave él haber tenido delante de sus narices una casi-bomba.

Sonrió abiertamente ante el halago de Vera, sin creérselo del todo, ya que había tenido miles de disputas o más bien regañinas por parte de la directora supuestamente porque "no era el profesor indicado, el que estaban buscando para el puesto, pero como que era el único en el pueblo, no podían echarlo ahora y esperar a que les trajeran un sustituto". Esa y otras más palabras le dedicaban a Everett, y él nunca se las tomaba a mal. ¿Qué podía hacer si era un patoso, un feliz de la vida misma? Era responsable, pero había otras veces que se comportaba de una manera un tanto inmadura (dentro del aspecto adulto). Era un tanto complicado, más aún sumándole el hecho que él tampoco comprendía cómo una mujer como Sydney le aguantara sus "mañacadas" y fuera tan buena con él.

-¿Estás segura que quieres saber qué hacía? -alzó las cejas de manera sugerente y a la vez divertida. Sí, se podía decir que estaba haciendo algo bastante peligroso. Ambos fueron a la sala de profesores y Vera le preguntó lo que quería, y mientras Everett se sentaba en uno de los sofá, soltando un suspiro y rascándose la mejilla con la gasa, respondió-. El café está envenenado, te lo digo yo que soy el profesor de química... Creo que el otro día le heché cianuro... Es broma, es broma. ¿Me puedes lanzar el zumo de piña? Creo recordar que todavía quedaba uno -y cuando los dos ya estaban con sus bebidas, Everett se permitió estirarse en el sofá. Estaba cansado, la ciencia, el trabajo, todo le resultaba demasiado cansado, pero al final conseguía sacar fuerzas no sabía de dónde-. ¿Y cómo te está yendo todo últimamente? Ya sabes que yo siempre estoy en mi mundo y me entero de muy poco...

Y así era, ya que él nunca cotilleaba, no preguntaba por los demás (prefería que si tenían algo que contar, fueran ellos los que hablasen) y más que nada, se encontraba encerrado en su feliz mundo de bosques y de búsquedas de personas importantes.

Me reí ante su respuesta, solo el podía decir tan tranquilo que casi había hecho una bomba, sabia que era buen profesor por que los chavales disfrutaban con las clases, no hacían mas que hablar de lo que les esperaría en la siguiente clase y eso era algo admirable para mi, a pesar de que tuviera sus accidentes o fuera un poco despistadillo.- Creo que me arriesgo a saberlo, venga va, dime lo que hacías...- Le guiñe un ojo y sonreí.

Mire el frigorífico mientras oía a Everett, no pude evitar una carcajada al oír su comentario del café.- Siempre me había preguntado que le echaban...- Cogí mi refresco y el zumo de Everett y se lo acerque.- Ahora lo entiendo, quieres matarnos a todos... Y hacerte con el poder en el instituto...- Le mire con cara como si sospechara de el. Reí suavemente y me senté en el sillón que estaba al lado del de el e imite lo que hacia estirarme y suspirar de gusto. Pensé en su pregunta.- Bueno, pues como siempre el domingo fui a la playa a relajarme y conocí a un hombre y a su perra, cosa que hizo que me replanteara el tener yo uno...- Le di un trago al refresco y me acomode algo mas.- ¿Y tu que? ¿Nada nuevo en el presente?

Miró a ambos lados, como si en aquellos momentos estuvieran siendo espiados para después sonreír ampliamente.

-¿Estás segura de querer arriesgarte? Mejor lo dejaré en incertidumbre y cuando consiga lo que me propuse, ya te enseñaré los resultados, porque así contándolo tal cual... No tiene mucho sentido que te lo explique si no lo ves... Ahora que ya sé dónde me equivoqué, seguro que me saldrá, pero no creo que mañana pueda volver a quedarme en el laboratorio, tengo cosas que hacer... -comentó por encima.

La verdad es que había quedado con Matthew para hacer maratón de la serie de dibujos animados de Batman. A los dos les chiflaban ese tipo de cosas y ese tipo de actividades no requerían mucho dinero. Rió cuando Vera continuó su broma sobre el café (aunque él había iniciado teorías conspiratorias de joven en referente al café, con que sí le echaban algo en verdad, para mantener a la gente tranquila). Extendió los brazos horizontalmente y rió de manera malvada para después rascarse la barba.

-¡Me has descubierto! Ahora tendré que acabar contigo, obligándote a que te tragues todo el café de golpe y te haga el efecto inmediato. ¡Mi plan era perfecto! ¡Yo, Everett O'Connor, gobernando el instituto! Así haré que todos los jóvenes amen las ciencias y exlcuiré asignaturas tales como la historia -soltó simplemente para bromear por supuesto, aunque de pequeño hubiera deseado que ocurriera algo parecido. Después Vera le resumió lo que le había pasado los últimos días, haciendo que asintiera varias veces, vaya, ella sí que sabía aprovechar su tiempo libre, él deseaba ser más organizado aún así...-. Bueno, no sé si te acordarás, pero hice como un taller sobre la ciencia, por la mañana los chavales venían al laboratorio a hacer experimentos, y por la tarde los adultos, padres apuntados venían a experimentar con la ciencia también. He estado algo ocupado, pero voy bien, me gusta lo que hago, menos mal... Y por el momento, no, nada fuera de lo normal -mintió descaradamente con una sonrisa en la cara. Por supuesto, aunque las personas más cercanas a él supieran de su relación con Syd, debía mantener el secreto, no quería que por un despiste todo Storybrooke se enterara de su relación con la psicóloga. odiaba que la gente hablara.

Me reí sin poder evitarlo cuando puso esa voz, intente no derramar el refresco al darme la vuelta para verle mejor la cara.- Bueno pues cuando lo tenga querido profesor chiflado, me cuentas que estabas haciendo...- Yo tenia que empezar a buscarme planes últimamente me había vuelto demasiado ermitaña incluso para mi gusto.

Cuando dijo lo del café intente no reírme y seguirle el juego.- No por favor, te lo suplico piensa en nuestra amistad... Puedo ayudarte...- No pude evitarlo y empece a reírme.- Que bien hace la risa...- Asentí.- Es verdad ¿Y como van las cosas con los padres volviendo a clase? ¿Mejor o peor que con los chavales?- Algunos padres podían ser una pesadilla y eso que solo los había visto en las reuniones para hablarles de sus hijos, pero algunos no aceptaban que sus hijos fueran muy maleducados o cosas así.

- No se si te conté, pero finalmente mi hermana es bombera... creo que volverá a todos locos...- Sonrei al imaginar a la locuela de mi hermana, la quería con locura aunque me preocupaba eso de los incendios.- Por suerte no hay muchos incendios por aquí...- Suspire e intente quitarme esa idea de la cabeza.- ¿Que tal con tu compañero de piso?

-¿Puedes ayudarme? ¿Piensas ayudarme? -Everett finalizó su actuación con aquellas misteriosas palabras. Asintió levemente dándole la razón a Vera, sí que hacía bien la risa, sí... Y pensar que hacía pocos minutos el profesor de ciencias estaba al borde del pánico (porque estaba solo, en cambio cuando Michelle sufrió de su ataque alérgico había mantenido la calma y había organizados a los demás. Se rascó la barba algo pensativo y siseó-. Bueno... Hay de todo, como con los niños. Creo que más bien los padres que más revolotean es porque sus hijos son así, ocurre lo mismo con los más aplicados, aunque como en todo hay excepciones. Tengo una alumna, Noah se llama, muy aplicada pero muy despistada y que estoy sospechando que podría tener algunos problemas en casa... Creo que tiene un hermano bombero ahora que comentas lo de tu hermana... -sonrió abiertamente apuntándolo con el dedo también para después reír por la coincidencia. Así era.

Everett siempre se preocupaba por la situación familiar de sus alumnos, pero aquella chica le preocupaba, incluso había intentado convencerla para que se quedara después de clase a hablar con él, simplemente charlar. Al parecer trabajaba o era ayudante de alguien, ¡con trabajo ya y todo! En esos instantes, el profesor de ciencias se paró a pensar en lo que fue esa época de su vida y encontró neblina. Ddecidió pues no darle mucha importancia.

-¿Tu hermana bombera? Entonces los bomberos son oficialmente el club de los locos, porque teniendo dentro a Matthew también... Mi compañero de piso, ya sabes. Con él las cosas van bien, como siempre. No tenemos problemas, hacemos lo que queremos en Caja de Cartón, salvo lo que es pagar el alquiler claro, que es un rollo. Pero sí, Matt y yo nos compenetramos bastante bien... Yo cocino y él limpia básicamente -estalló en una carcajada para después tomarse un trago del zumo y saborearlo. Que rico estaba.

Pense en lo de la niña, no me gustaba saber que los chavales tenian problemas graves para mi a esa edad había de ciertas cosas que no deberían preocuparse.- Si quieres le pido a mi hermana que pregunte... o que vea como es el hermano, al menos para que sepas que puede estar pasando...- Me quede pensando en esa chica, esperaba que no fuera nada grave.- Quizá solo sea una mala racha familiar...

Me quede pensando si se podía hacer algo por esa chica sabia que Everett haría lo que estuviera en su mano y mas.- Si necesitas que hable con ella... quizá con una chica se sienta mas a gusto, aunque si da clases contigo tendrás mas confianza...- Le mire, menudo par estábamos hechos, los dos tirados en sendos sofás como gatos panza arriba.

- Supongo que para hacerse bombero hay que estar un poco loco...- Sonreí, no había hablado mucho con Matthew, básicamente casi hola y adiós pero si vivía con Everett serian muy parecidos.- Bueno si os organizáis al menos no os tirareis los trastos a la cabeza como una pareja de ancianos... En mi caso yo soy la que cocino, mi hermana esta aprendiendo... pero siempre bajo supervision, que sea bombera no equivale a que pueda quemar la casa...- Reí suavemente, estaba progresando mucho en la cocina.- ¿Y que tal se te da cocinar? ¿ También estas probando con Matthew lo de envenenarle o solo lo haces con el colegio?

-Puede... De todas maneras esta semana intentaré hablar con ella a ver si se encuentra más animada... ¿Tu hermana no sabía cocinar? Vaya, vaya... Que haya como yo. Yo antes tampoco sabía hasta que descubrí que era como la química. Ahora siempre que puedo voy compartiendo mis descubrimientos con Savannah, la pastelera o con el propio Matthew, que es la cobaya en mis experimento. Si quieres puedo pasarte algunas recetas sencillas que para los novatos como nosotros, son magníficas para trabajar... -se estiró en el sofá, incorporándose después y se tomó el zumo de piña por completo. Se rascó de nuevo donde había sido curado. Un pensamiento le cruzó la mente y lo comentó como si estuviera solo (había veces que estaba solo y hablaba consigo mismo)-. ¿Has sentido alguna vez que te faltaba alguien a tu lado? ¿Y que además, necesitas buscar a esa persona? No quiero decir que sea infeliz, ni mucho menos... -se excusó negándolo con las manos.

Ni siquiera sabía por qué le estaba comentando aquello a Vera. Había confianza entre ellos dos, por supuesto. Eran buenos compañeros de trabajo, que reían juntos y que incluso se ayudaban (tal y como se ha podido comprobar ahora), sin embargo Everett siempre fue muy receloso con sus problemas, demasiado independiente para las personas más cercanas a él. ¿Por qué? Más que nada porque ha crecido así, creciendo y cuidándose él solo, por lo que se siente culpable pidiendo ayuda a los demás sabiendo de lo que es capaz de hacer. Aún así confiaba en Vera, necesitaba comentarlo con alguien más que no fuera Matt o Syd, por lo que dejó que las palabras salieran de su boca.

-Hay veces que sueño y sueño... Y parece que en verdad nunca he despertado, es un tanto extraño pero de momento no me quiero sacar mi propio cerebro para descubrirlo... -rió por su comentario. No, de momento no se iba a hacer una lobotomía a sí mismo, ya sería lo que faltaba-. Creo que me gusta tanto la ciencia porque me demuestra que todo esto es real, ¿no te lo parece? No creo que mi mente prepare todas las fuerzas que existen aquí o... que sé yo, las explosiones, el dolor... Es complicado -se cruzó de brazos pensativo mientras miraba a Vera y su café.

Pense en ello, no estaria mal e incluso no me importaria probar con esas recetas.- ¿Y Michael no teme ser envenenado por un maestro como tu, teniendo en cuanta que envenenas el cafe?- Le guiñe un ojo y reí suavemente.- Ahora enserio, no me parece mala idea lo de las recetas... gracias.

Me quede pensando en su pregunta, la verdad que no me lo esperaba y menos una que preguntaba lo mismo que yo sentía, que alguien faltaba en mi vida como si Vanessa no fuera la única persona importante de ella.- Pues la verdad...- Mire a Everett me senté y deje el refresco en la mesa baja.- Es que si... siento como si me faltara algo, como si tuviera que dedicarme a buscar... pero no se que o quien... Es algo extraño... ¿Te pasa a menudo?

Jamas lo habia hablado con nadie, exceptuando cuando a las noches me despertaba con una angustia y tenia que ir a la habitacion de mi hermana para ver que ella estaba alli.- Nunca se lo habia contado a nadie que no fuera Nessa... ¿Quien crees que te falta?

-Mañana mismo te traeré mi libro especial de recetas, así Vanessa se las podrá ingeniar. ¡Ya verás! No te quemará la cocina... Utilizo un idioma que solamente los novatos podemos entender -señaló Everett con un dedo y bastante sonriente. Por supuesto, le encantaba enseñar, pasar conocimientos, sobre todo si iba a ayudar a los demás. Por ese motivo se había hecho profesor, además de que le fascinaban las ciencias, quería transmitirles su entusiasmo a los alumnos, a los más jóvenes.

Pronto pasaron al tema de conversación que había iniciado el mismo Everett. Se sorprendió bastante al escuchar a Vera. Pensó durante unos instantes que se iba a reír de él, que quizás diría que esos eran pensamientos confusos, tonterías simples, locuras o que la ciencia le estaba destrozando el cerebro. Sin embargo... ¿Pensaba lo mismo que él? Increíble. No era el único, bueno en realidad... Todos últimamente estaban sufriendo de una manera u otra. Sydney con sus pesadillas, Matthew con la alfombra y seguramente (según su razonamiento) no serían los únicos, sino que era algo que se estaba expandiendo por todo Storybrooke. ¿Una enfermedad? ¿Una enfermedad psicológica que afectaba al cerebro? ¿En serio? Ni siquiera esa teoría tan descabellada convencía al joven profesor de ciencias. Para nada y éso que él creía en la existencia de los ovnis.

-¡Sí, exacto! -exclamó Everett emocionado, al fin alguien que le estaba comprendiendo-. ¡Buscar! ¡Yo ahora mismo estoy buscando y no sé el qué exactamente! Creo que es una persona que es verdaderamente importante a mí... Pero es extraño siempre he estado solo, nadie me espera, aparte de todos vosotros, claro. Es algo extraño, extrañísimo... Porque no tengo ni la más remota idea... Creo que es alguien relacionado con el bosque, no sé muy bien. Aunque el bosque de Storybrooke normalmente lo suelen frecuentar muchas personas y yo rara vez, ya que es un lugar en el que es más fácil perderse... -se levantó del sofá algo excitado por la situación-. ¡Es tan complicado todo! ¿Y si nos estamos volviendo locos? ¿O lo estábamos antes y es ahora cuando estamos cuerdos? ¿A quién andas buscando tú Vera? -preguntó curioso, quizá se podrían ayudar mutuamente.

Pense que seria raro que algun dia gracias a las recetas de Everett, no tuviera quue cocinar, seria algo raro ya que me gustaba cocinar mucho pero seria un cambio que se podria hacer de vez en cuando.- Te buscare para que me lo des...- Le guiñe un ojo mientras sonreia, seguramente a mi hermana le encantaria, no podia estar nunca quieta y hacer cosas nuevas le gustaba.

Siguiendo con el tema que habia sacado Everett, me senti algo extraña, me levante del sillon y me acerque al ventanal de la sala de profesores, era grande y dejaba ver bien la calle, se veian a los jovenes que salian de entrenamiento bromear entre ellos. Suspire, no tenia respuesta para mis sentimientos.- Sinceramente no se como responderte a eso Everett...- Me apoye en el marco de la ventana y mire hacia el.- Se que me falta un pedazo, que tengo que encontrarlo pero no se como, es como una de esas pesadillas que vas corriendo intentando atrapar algo pero nunca lo consigues. ¿Lo has soñado alguna vez?- Me quede mirandolo, se me hacia raro que sintieramos lo mismo, que tuviesemos que buscar, que no estuvieramos a gusto.- Quiero mucho a mi hermana y hasta hace poco me sentia completa pero llevo unas semanas muy rara..

Rei suavemente cuando pregunto si todos estariamos locos, me mordi el labio pensando en esa opcion.- Siempre he pensado que todos tenemos un punto de locura, pero no sabria decirte si definitivamente la locura nos ha ganado y nos estamos imaginando cosas...- Pense si seria posible un amnesia parcial, pero seria algo complicado en un pueblo pequeño.- ¿Has pensado que fuera posible una amnesia generalizada en el pueblo? Quiza por algun shock o algo asi...

Mire por la ventana de nuevo cuando pregunto a quien buscaba. No sabia que contestar, que narices podia decir si ni siquiera yo tenia idea de a quien buscaba.- No lo se... he vivido aqui toda mi vida con mi hermana y no entiendo a que viene que sienta este vacio... ¿Por que no lo hemos sentido antes Everett?

¿Un pedazo? Las palabras de Vera coincidían perfectamente con lo que sentía Everett, simplemente que lo suyo llevaba ya mucho tiempo, quizás demasiado... Si no lo hubiera hablado con Sydney o con Matthew, probablemente se habría desquiciado por completo. Se rascó la nuca ante aquella comparación un sueño...

-Yo no sueño con nada parecido. Mis sueños, o más bien pesadillas, tienen lugar en un bosque en el que nunca he estado. Allí estoy, en mitad de un bosque desconocido, solo, desorientado y con esa sensación de haber perdido a alguien muy importante, ese mismo vacío del que has hablado. Comienzo a andar, intentando encontrar una salida, o simplemente encontrar a esa persona... Es complicado. ¿Sabes qué es lo mejor de todo? Que hay veces que me despierto y sigo pensando que estoy perdido, perdido en un mundo que no conozco en cierta manera. La imaginación, la mente, es un arma muy poderosa y... -se desordenó el pelo con una mano mientras miraba a Vera. ¿Habría más gente que pensaba como ellos? Lo dudaba, aunque cada vez eran más. Negó con la cabeza ante su pregunta-. Dudo mucho que sea una amnesia generalizda, no, imposible... Es demasiado surrealista, incluso para mí -reparó con una gran sonrisa-. Yo tampoco he salido de este lugar, y en cierta manera, siempre he estado bien. Quizás necesitemos un cambio todos...

Iba a continuar hablando, pero repentinamente le sonó el teléfono. Era Matthew, preguntaba por dónde iba ya que le tocaba preparar la cena. Le indicó un momento a Vera que esperase, para después colgar y tener que despedirse.

-Lo siento mucho, Matt me apremia, tiene mucha hambre al parecer. Gracias por haberme socorrido y por haber compartido esto conmigo, eres una buena amiga, ¡y una buena profesora de historia! -se le acercó y le dio un abrazo bien fuerte, para después ir a su pequeña taquilla y colgarse su mochila-. ¡Nos vemos mañana! Espero que estas pesadillas tengan un final pronto...

Y se marchó, pensando con más certeza de que algo ocurría en Storybrooke. ¡Experimentos del gobierno! ¡Seguro!

Off: Posteas y cerramos ;D

Me quede mirando a Everett mientras hablaba.- Me referia a la sensacion no a tener ese sueño...- Deje que continuara hablando, si no era una amnesia o algo asi, que narices podia ser que varias personas sintieramos que habiamos perdido algo y que debiamos buscarlo. Suspire, el dia que volviera a encontrarme con lo que narices tuviera que buscar definitivamente daria un grito de alegria.- Aunque no sea el mismo que tu sueño... quiza, no se te vengan recuerdos o cosas asi...

Pense en cambios, algo complicado en un pueblo tan pequeño, basicamente la vida solia ser muy monotona.- Es raro que nunca hayamos salido de aqui...- Murmure mas para mi que para que me escuchara Everett. Pero era un pensamiento que ultimamente tenia mucho en mi cabeza. El movil le empezo a sonar, espere a que terminara de hablar.- Tranquilo, yo tambien deberia irme ya a casa, despues de todo terminare alli con los examenes.- Vi como recogia sus cosas y se marchaba.- No hay de que, tu tambien eres muy buen amigo, pasatelo bien con Matt

Me quede sola en el aula de profesores, volvi a mirar por la ventana y al poco tiempo vi como salia Everett, le salude con la mano y vi como se alejaba, pense en lo que habia murmurado, en lo de salir del pueblo.- Quiza habria que probar a ir un dia a Boston o asi... - Negue con la cabeza y fue a coger el bolso y el abrigo, mejor ir a casa a ver si veia a Nessa y proponer ir a la cafeteria a comer algo juntas, hoy no me apetecia cocinar.

Apague las luces y me despedi del conserje con la mano, el dia de hoy terminaba y como habia dicho Everett esperaba que las pesadillas terminasen pronto.