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Mala puntería
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:: Alrededores :: Parque
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Mala puntería
Eran alrededor del mediodía y la joven pastelera salió a dar un paseo por el parque. El sol bañaba toda la plaza dándole un aspecto primaveral, las personas caminaban sonrientes y algunos niños jugaban con la pelota. Por su parte, ella paseaba junto a Kuma ,su bonita perrita de 6 meses de edad. Jugaba con ella lanzándole un frisbee, mientras ella estaba sentada en una banquita bajo la sombra de un frondoso roble. Le divertía ver a su cachorra ir y venir como pelota y ,además, estaba relajada. Sintió cómo su estómago reclamaba algo de alimento, por lo que refunfuñó y se levantó, lanzando por última vez el frisbee color azul marino.
Sin embargo, su lanzada fue demasiado fuerte y golpeó la cabeza rubia de una chica que estaba no muy lejos de ahí. Obviamente, Kuma salió disparada hacia su frisbee, chocando con la pobre joven que de por sí, ya estaba en el suelo. - ¡ Kuma, no! - gritó como una orden su ama de cabellos azabaches y corrió hacia la escena del crimen. Se puso en cuclillas, apartó con su brazo a su mascota alejándola del rostro de la rubia, ya que Kuma había empezado a lamerle el rostro en señal de "lo siento".
Rebecca se sintió morir y titubeó. - ¿Estás bien? - preguntó muy apenada. - Lo siento tanto, no nos fijamos...- mordió su labio inferior con remordimiento y simplemente, sonrió avergonzada. - ¿ Te hicimos daño? ¿Quieres ir al hospital?- preguntó mientras la ayudaba a ponerse de pie. Parecía que estaba bien, sólo se había llevado un chichón, seuramente. Amarró a su cachorra con su correa, dando por entendido que la diversión para ella ya había acabado. Lo único que esperaba era que la joven no hiciera un drama y se molestara mucho, aunque estaba en todo su derecho.
Sin embargo, su lanzada fue demasiado fuerte y golpeó la cabeza rubia de una chica que estaba no muy lejos de ahí. Obviamente, Kuma salió disparada hacia su frisbee, chocando con la pobre joven que de por sí, ya estaba en el suelo. - ¡ Kuma, no! - gritó como una orden su ama de cabellos azabaches y corrió hacia la escena del crimen. Se puso en cuclillas, apartó con su brazo a su mascota alejándola del rostro de la rubia, ya que Kuma había empezado a lamerle el rostro en señal de "lo siento".
Rebecca se sintió morir y titubeó. - ¿Estás bien? - preguntó muy apenada. - Lo siento tanto, no nos fijamos...- mordió su labio inferior con remordimiento y simplemente, sonrió avergonzada. - ¿ Te hicimos daño? ¿Quieres ir al hospital?- preguntó mientras la ayudaba a ponerse de pie. Parecía que estaba bien, sólo se había llevado un chichón, seuramente. Amarró a su cachorra con su correa, dando por entendido que la diversión para ella ya había acabado. Lo único que esperaba era que la joven no hiciera un drama y se molestara mucho, aunque estaba en todo su derecho.
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
Mensajes : 199
Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Mala puntería
8 Lo lógico era que cuando uno quería ponerse a tomar el sol, pues ir a la playa, ¿qué no? Pues sí, era lo más sensato, pero la motocicleta la tenía en el taller para modificarle el trabajo de pintura e ir en bicicleta hasta allá… ohh, que le gustaba caminar y mucho, pero ese día en especial se sentía floja. ¿Y quién iba a decirle nada si tenía la maravilla de ser ella misma su jefa? Podía ir y venir a donde le diera la gana, y lo mejor de todo, cuando le diera la gana. Y si alguien la necesitaba para eso traía el móvil, tan sencillo como eso. Storybrooke podría ser un pueblo pequeñito en el que nada interesante pasaba nunca, pero ser Willow Abigail Swartz viviendo en él no estaba nada mal.
No había ley que impidiera ir a tomar el sol en el parque - ¡lo había investigado, Sheriff mamón! – pero de igual manera encima del bikini se había puesto un par de pantaloncillos bien cortitos y una camiseta. La camiseta se la quitaría en cuanto encontrara donde irse a tirar, los shorts se los dejaba para evitar el escándalo público. Y tras andar un rato en el parque disfrutando de la tarde y del simple hecho de pasear por ahí, encontraba libre de árboles del cual pensaba era un buen lugar para hacer lo que quería.
Se tendió ahí, audífonos en los oídos y manos tras su cabeza escuchando su música sin que nada ni nadie le molestara, o eso hasta sentir tremendo pedradón en la cabeza. Que al final no era una piedra, sino un fresbee perdido de a saber dónde seguido por lengüetazos enérgicos de un perrito que había aparecido igual de repentinamente a bañarle toda la cara.
Por el frisbee había maldecido lo suyo con lenguaje de esos que harían sonrojar hasta a albañiles y camioneros, pero por el perrito no había manera de mantenerse molesta. Trataba de tomar aire para quitárselo de encima pero no podía ni por su ataque de risa ni por la insistencia del cachorrito en querer meterle la lengua hasta las amígdalas.
El bichito no se detenía hasta que su sueña llegaba a ponerlo en paz, y Willow finalmente podía incorporarse un poco para tratar de llevar aire a sus pulmones una vez más. Se había sorprendido de ver a Rebecca con la correa en la mano y tenía que admitir que, por ser ella, no le había dado en la cabeza con su bolso en retribución por el trastazo que el frisbee le había dado. Si seguro se le iba a hinchar…
- Naaah, pffft, no es nada. Un chichoncito y babitas de cachorro y ya. ¿¿Es tuyo?? – Si es que los ojos se le iban con los animalitos tiernos, no había remedio. – No sabía que tenías un perro, ¿cómo le dijiste? ¿Kuma? Veeen Kuma, ven, a que eres un perrito bonito, siiii… – Y así tan sencillo, todo el enojo se le desvanecía frente a una barriguita apachurrable y un rabito muy meneado.
No había ley que impidiera ir a tomar el sol en el parque - ¡lo había investigado, Sheriff mamón! – pero de igual manera encima del bikini se había puesto un par de pantaloncillos bien cortitos y una camiseta. La camiseta se la quitaría en cuanto encontrara donde irse a tirar, los shorts se los dejaba para evitar el escándalo público. Y tras andar un rato en el parque disfrutando de la tarde y del simple hecho de pasear por ahí, encontraba libre de árboles del cual pensaba era un buen lugar para hacer lo que quería.
Se tendió ahí, audífonos en los oídos y manos tras su cabeza escuchando su música sin que nada ni nadie le molestara, o eso hasta sentir tremendo pedradón en la cabeza. Que al final no era una piedra, sino un fresbee perdido de a saber dónde seguido por lengüetazos enérgicos de un perrito que había aparecido igual de repentinamente a bañarle toda la cara.
Por el frisbee había maldecido lo suyo con lenguaje de esos que harían sonrojar hasta a albañiles y camioneros, pero por el perrito no había manera de mantenerse molesta. Trataba de tomar aire para quitárselo de encima pero no podía ni por su ataque de risa ni por la insistencia del cachorrito en querer meterle la lengua hasta las amígdalas.
El bichito no se detenía hasta que su sueña llegaba a ponerlo en paz, y Willow finalmente podía incorporarse un poco para tratar de llevar aire a sus pulmones una vez más. Se había sorprendido de ver a Rebecca con la correa en la mano y tenía que admitir que, por ser ella, no le había dado en la cabeza con su bolso en retribución por el trastazo que el frisbee le había dado. Si seguro se le iba a hinchar…
- Naaah, pffft, no es nada. Un chichoncito y babitas de cachorro y ya. ¿¿Es tuyo?? – Si es que los ojos se le iban con los animalitos tiernos, no había remedio. – No sabía que tenías un perro, ¿cómo le dijiste? ¿Kuma? Veeen Kuma, ven, a que eres un perrito bonito, siiii… – Y así tan sencillo, todo el enojo se le desvanecía frente a una barriguita apachurrable y un rabito muy meneado.
Willow Swartz- Seres Mágicos
- Soy : Campanilla
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Empleo /Ocio : Técnica reparadora ordenadores
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Mala puntería
Rebecca sabía lo asfixiante que podía ser un cachorro con ganas de jugar y lamer a una persona, así que se limitó a controlar a Kuma y a ofrecerle ayuda a la rubiaque parecía disfrutar de la compañía del perritou. La reconoció después de unos instantes, era Willow, la divertida ye nérgica técnica que solía componer los desastres tecnológicos en Storybrooke. Una chica activa que siempre estaba en movimiento, por lo que a Becca le extrañó un poco verla en el parque, tumbada, sin mover ni un músculo. En fin, todos necesitaban relajarse de vez en cuando para dejar las preocupaciones a un lado y no deja que arrugen el rostro.
- Es que si te dimos bien duro, hasta donde estábamos oímos el golpazo, ¿verdad, Kuma?- comentó más aliviada la ojiverde mientras dejaba que apapachara a su perra. Asintió ante lo que la rubia le preguntó y sonrió ligeramente, ladeando su cabeza y observando como Will y Kuma jugaban. Al parecer, Becca y la accidentada compartían el gusto por los animalitos apachurrables y juguetones, por lo que no evitó seguir la plática. - ¿Tú tienes alguna mascota? - preguntó, curiosa, fiel a su naturaleza platicadora. Pasó una mano sobre el torso de su cachorro, sacó una pelota de goma y le extendió a will. -¿Quieres lanzársela?- cuestionó con la mano extendida y una sonrisa abierta, amable y transparente.
A su alrededor, la gente continuaba con su día pacífico. Por allá, unos adolescentes escuchaban a todo volumen la canción de moda en la radio, niños seguían riendo y unos llorando si se habían caído, parejitas estaban acurrucadas bajo la sombra de los grandes árboles. Era un día tan fresco y apacible que Becca quería sacarle el máximo de provecho.
- Es que si te dimos bien duro, hasta donde estábamos oímos el golpazo, ¿verdad, Kuma?- comentó más aliviada la ojiverde mientras dejaba que apapachara a su perra. Asintió ante lo que la rubia le preguntó y sonrió ligeramente, ladeando su cabeza y observando como Will y Kuma jugaban. Al parecer, Becca y la accidentada compartían el gusto por los animalitos apachurrables y juguetones, por lo que no evitó seguir la plática. - ¿Tú tienes alguna mascota? - preguntó, curiosa, fiel a su naturaleza platicadora. Pasó una mano sobre el torso de su cachorro, sacó una pelota de goma y le extendió a will. -¿Quieres lanzársela?- cuestionó con la mano extendida y una sonrisa abierta, amable y transparente.
A su alrededor, la gente continuaba con su día pacífico. Por allá, unos adolescentes escuchaban a todo volumen la canción de moda en la radio, niños seguían riendo y unos llorando si se habían caído, parejitas estaban acurrucadas bajo la sombra de los grandes árboles. Era un día tan fresco y apacible que Becca quería sacarle el máximo de provecho.
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
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Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Mala puntería
- Pfft, tú tranquila, no te preocupes. Tengo la cabeza más dura de lo que crees. – Le dijo entre risas jocosas para tratar de tranquilizarse, aunque muchos pudieran decir que en efecto Willow era una cabezona terca a la que una vez se le metía algo entre ceja y ceja no quitaba el dedo del renglón por nada, no importaba cuando la obligaran. Era como si sólo pudiera centrarse en un objetivo a la vez, completamente contradictorio a la manera en que siempre parecía estar a todos lados al mismo tiempo. Se dio incluso un par de golpecitos en la corinilla con los nudillos. Ahí lo tenía, duro como piedra.
No quería que Rebecca anduviera mortificada por eso, además Kuma era apenas un cachorrito – no se había fijado que en realidad era “cachorrita” -, no quería que lo culpara ni lo regañara de nada. Seguro que si ella tuviera alguna mascota sería la más malcriada y malportada de Storybrooke porque no iba a soportar aleccionarla ni se podría hacer frente a esos ojitos de animalito adorable. No podía, simplemente no podía.
Era como si la morenita le leyera la mente porque al instante le preguntaba si acaso ella tenía algún animalito a su cuidado. Willow, que ya casi estaba de nuevo con el vientre pegado al césped para ponerse a la altura de la perrita le miro con sus ojos verdes bien abiertos y sorprendidos y rápido contestó con una media sonrisa y una negación. – ¿Yo? Uff, no, ¡me encantan! Pero ando todo el día fuera de casa, me sentiría muy mal de dejar a un pobrecito todo solito y abandonado sin nadie que lo cuide y todo eso. Además ando viendo si consigo un compañero de piso así que hasta no tener eso claro, mehhh, ya sabes… – Se encogió de hombros. Quien quitaba y terminaba compartiendo espacio con un alérgico a los gatos o perrofóbico.
La sonrisa se le iluminó en cuanto sacaba la pelota y sin dudarlo la tomó para poder jugar con Kuma. – ¡Anda! ¿Ya sabe ir por la pelota y todo? Ohhh a que eres un perrito inteligente Kuma, chiiiii chi lo eresh. – El colmo de la ridiculez, pero no le importaba si alguien le escuchaba hablándole al animalito como si fuera un bebé. Le hizo una seña a Rebecca de que iba a lanzar para que soltara a la cachorrita de su correa y al instante la aventó. Ver a la pequeñaja corriendo a todo galope y con la lenguilla de fuera persiguiendo la pelota casi la mata de risa. – ¡Ay me encanta es lo más adorable! ¿Cómo haces para hacerte tiempo para ella? Si es que parece que pasaran todo el día en la pastelería. –
Y egoístamente ella casi prefería que Savannah trabajara tanto porque eso la tenía lejos del odioso celoso de su esposo. No era algo muy bonito y amable de pensar, pero es que le sacaba de quicio verla siempre tan tensa y teniendo que cuidarse hasta de con quien hablaba porque dios no quisiera alguien le llegara con el chisme al Sheriff.
No quería que Rebecca anduviera mortificada por eso, además Kuma era apenas un cachorrito – no se había fijado que en realidad era “cachorrita” -, no quería que lo culpara ni lo regañara de nada. Seguro que si ella tuviera alguna mascota sería la más malcriada y malportada de Storybrooke porque no iba a soportar aleccionarla ni se podría hacer frente a esos ojitos de animalito adorable. No podía, simplemente no podía.
Era como si la morenita le leyera la mente porque al instante le preguntaba si acaso ella tenía algún animalito a su cuidado. Willow, que ya casi estaba de nuevo con el vientre pegado al césped para ponerse a la altura de la perrita le miro con sus ojos verdes bien abiertos y sorprendidos y rápido contestó con una media sonrisa y una negación. – ¿Yo? Uff, no, ¡me encantan! Pero ando todo el día fuera de casa, me sentiría muy mal de dejar a un pobrecito todo solito y abandonado sin nadie que lo cuide y todo eso. Además ando viendo si consigo un compañero de piso así que hasta no tener eso claro, mehhh, ya sabes… – Se encogió de hombros. Quien quitaba y terminaba compartiendo espacio con un alérgico a los gatos o perrofóbico.
La sonrisa se le iluminó en cuanto sacaba la pelota y sin dudarlo la tomó para poder jugar con Kuma. – ¡Anda! ¿Ya sabe ir por la pelota y todo? Ohhh a que eres un perrito inteligente Kuma, chiiiii chi lo eresh. – El colmo de la ridiculez, pero no le importaba si alguien le escuchaba hablándole al animalito como si fuera un bebé. Le hizo una seña a Rebecca de que iba a lanzar para que soltara a la cachorrita de su correa y al instante la aventó. Ver a la pequeñaja corriendo a todo galope y con la lenguilla de fuera persiguiendo la pelota casi la mata de risa. – ¡Ay me encanta es lo más adorable! ¿Cómo haces para hacerte tiempo para ella? Si es que parece que pasaran todo el día en la pastelería. –
Y egoístamente ella casi prefería que Savannah trabajara tanto porque eso la tenía lejos del odioso celoso de su esposo. No era algo muy bonito y amable de pensar, pero es que le sacaba de quicio verla siempre tan tensa y teniendo que cuidarse hasta de con quien hablaba porque dios no quisiera alguien le llegara con el chisme al Sheriff.
Willow Swartz- Seres Mágicos
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Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Mala puntería
Al ver la reacción de Willow, la dueña del perro supo que no había ningún problema y que no pasaría de un accidente medio divertido que no pasó a mayores. Dejó que su cachorra siguiera babeando a la rubia mientras sonreía. Era una amante de los animales en general, le apasionaba la naturaleza y todo lo que tuviera ver...era la chica que se derritía al ver un hamster o un perrito. En fin, alma de niña pequeña en cuerpo de una mujer de veintitrés años cumplidos.
Le sonrió a Will y rió por lo bajo cuando dijo que tenía la cabeza dura como roca. Becca era fuerte y saludable, pero, sinceramente, cuando algo le dolía solía hechar algunas lagrimillas de cocodrilo ,así que se limitó a pasar una mano por su cabeza, pensando en los golpes que había recibido en la cabeza cuando era niña...
Abrió sus ojos verdes y sonrió, brincando ligeramente de alegría cuando escuchó que Willow era como ella, una amante de los animalitos. - Chócalas - comentó divertida y las dos "chocaron" sus palmas con fuerza. - Creo que mi amor por los animales supera o iguala al de la pastelería - musitó, todos sabían que tanta Becca como Savannah se dedicaban a su negocio y ponían todo su empeño en ella.
Asintió a la vez que agarraba el frisbee y lo sostenía de la parte menos babeada. - Sí, es muy inteligente, sabe agarrar la pelota, lo del frisbee, brincar en dos patas y esquivar obstáculos - comentó, probablemente ignoraba una cosa pero no quería alardear ni presumir a su cachorra. Kuma era una Border Collie, una de las razas más inteligentes...fue por puro destino que se le encontrara perdida hace 3 meses en el bosque, cuando apenas era una cachorritita. Sonrió de lado, escuchando lo que decía Will. Suspiró a la vez que enredaba la correa en su mano. - Me escapo de la pastelería- comentó con una risa ligera - La verdad es que ahora no tengo compromisos, así que mi tiempo libre lo vuelco en Kuma, en paseos y en libros confesó mientras acariciaba la cabecita de su perra, que estaba viendo con ojos juguetones a la rubia. Rió un poco cuando escuchó cómo hablaba Willow, ya que ella hacía lo mismo. Observó como su cachorra se lanzaba hacia la pelota amarilla que fue lanzada con astucia por parte de su amiga.
Le sonrió a Will y rió por lo bajo cuando dijo que tenía la cabeza dura como roca. Becca era fuerte y saludable, pero, sinceramente, cuando algo le dolía solía hechar algunas lagrimillas de cocodrilo ,así que se limitó a pasar una mano por su cabeza, pensando en los golpes que había recibido en la cabeza cuando era niña...
Abrió sus ojos verdes y sonrió, brincando ligeramente de alegría cuando escuchó que Willow era como ella, una amante de los animalitos. - Chócalas - comentó divertida y las dos "chocaron" sus palmas con fuerza. - Creo que mi amor por los animales supera o iguala al de la pastelería - musitó, todos sabían que tanta Becca como Savannah se dedicaban a su negocio y ponían todo su empeño en ella.
Asintió a la vez que agarraba el frisbee y lo sostenía de la parte menos babeada. - Sí, es muy inteligente, sabe agarrar la pelota, lo del frisbee, brincar en dos patas y esquivar obstáculos - comentó, probablemente ignoraba una cosa pero no quería alardear ni presumir a su cachorra. Kuma era una Border Collie, una de las razas más inteligentes...fue por puro destino que se le encontrara perdida hace 3 meses en el bosque, cuando apenas era una cachorritita. Sonrió de lado, escuchando lo que decía Will. Suspiró a la vez que enredaba la correa en su mano. - Me escapo de la pastelería- comentó con una risa ligera - La verdad es que ahora no tengo compromisos, así que mi tiempo libre lo vuelco en Kuma, en paseos y en libros confesó mientras acariciaba la cabecita de su perra, que estaba viendo con ojos juguetones a la rubia. Rió un poco cuando escuchó cómo hablaba Willow, ya que ella hacía lo mismo. Observó como su cachorra se lanzaba hacia la pelota amarilla que fue lanzada con astucia por parte de su amiga.
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
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Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Mala puntería
Casi se desternilla de risa cuando Rebecca le pedía aquel high five al que respondió sin dudarlo ni un segundo. Los animales le encantaban, todos, no era ni siquiera capaz de echar al ratón ocasional que se encontraba perdido en el taller. ¿Veneno y trampas? ¡Ni hablar! Si hasta comida le dejaba. También adoraba las plantas, y sobre todo estar al aire libre, sentirse así sin ataduras. Sabía que había gente en el pueblo a la que Storybrooke le parecía el lugar más aburrido del país en el que nunca pasaba nada, como si el tiempo se hubiera detenido. Pero entre la playa que tenían tan cerca y el bosque a sus alrededores... que va, ella no podía quejarse en lo absoluto de nada.
- ¿Sabes que leí el otro día en internet? Pastelerías que venden cupcakes para perros. ¡Para perros! Y aparentemente son un éxito. Kuma tiene cara de que seguro es un glotón empedernido. - Y en la nota decían algo sobre que los pastelitos de banana y mantequilla de maní eran los preferidos. Pero hablando precisamente del trabajo...
- ¿¿Que te escapas?? Rebecca Campbell, ¡que rebelde! - Se echó a reír. ¿Y quién era ella para decirle eso? Si Rebecca era tan dueña de la pastelería como lo era Savannah y podía hacer lo que quisiera con sus horarios, justo como Willow hacía con su taller. Y es que la chica era tan dulce y responsable que hasta costaba creerselo. Pero claro, suponía que si Becca iba a zafarse de sus responsabilidades tenía sentido que fuera por algo como prestar atención a su perrito, no como Willow hacía con el pretexto de vilmente perderse por ahí.
- ¿Sin compromisos, eh? Pues que mejor. Arriba con la soltería, que creo que un perro es menos baboso. - Rio entre dientes con un dejo de malicia. Y ahí la contradicción: le gustaba sentirse libre, pero no estar soltera. Tener a alguien a quién abrazar por las noches pero sin asfixiarse el uno al otro. ¿Era mucho pedir? - Oye, dicen que los cachorritos son imanes para conocer chicas. ¿Crees que funcione igual a la inversa? Por que andaban por aquí un grupo de corredores queeeee... pues ya me entiendes. -
- ¿Sabes que leí el otro día en internet? Pastelerías que venden cupcakes para perros. ¡Para perros! Y aparentemente son un éxito. Kuma tiene cara de que seguro es un glotón empedernido. - Y en la nota decían algo sobre que los pastelitos de banana y mantequilla de maní eran los preferidos. Pero hablando precisamente del trabajo...
- ¿¿Que te escapas?? Rebecca Campbell, ¡que rebelde! - Se echó a reír. ¿Y quién era ella para decirle eso? Si Rebecca era tan dueña de la pastelería como lo era Savannah y podía hacer lo que quisiera con sus horarios, justo como Willow hacía con su taller. Y es que la chica era tan dulce y responsable que hasta costaba creerselo. Pero claro, suponía que si Becca iba a zafarse de sus responsabilidades tenía sentido que fuera por algo como prestar atención a su perrito, no como Willow hacía con el pretexto de vilmente perderse por ahí.
- ¿Sin compromisos, eh? Pues que mejor. Arriba con la soltería, que creo que un perro es menos baboso. - Rio entre dientes con un dejo de malicia. Y ahí la contradicción: le gustaba sentirse libre, pero no estar soltera. Tener a alguien a quién abrazar por las noches pero sin asfixiarse el uno al otro. ¿Era mucho pedir? - Oye, dicen que los cachorritos son imanes para conocer chicas. ¿Crees que funcione igual a la inversa? Por que andaban por aquí un grupo de corredores queeeee... pues ya me entiendes. -
Willow Swartz- Seres Mágicos
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Re: Mala puntería
La risa de Becca se unió a la de Willow, formando asó una melodía enérgica que atrajo unas cuentas miradas extrañadas, al parecer en Storybrooke faltaban más risas alegres y menos miradas juzgadoras. Escuchó con atención lo que le decía su amiga y ladeó la cabeza, extrañada. ¿Restaurantes así? de esos habían en NY, solía ir ahí cuando aún no llegaba a ese pueblo. Ese hilo de pensamientos la llevó de nuevo a la pregunta primordial: ¿Cómo había llegado ahí? ¿fueron sus padres quienes la mandaron? ¿Quien era? En fin, decidió alejar esas telarañas mentales y seguir en el presente, en la realidad, junto a Willow y Kuma.
- ¿¿Que te escapas?? Rebecca Campbell, ¡que rebelde! - La susodicha no pudo evitar reír y rascarse su cabeza con su mano derecha, algo apenada pero divertida. ¿Rebelde? Tal vez pero la verdad es que si Savannah iba a ver a su esposo, Katherine prefería saludar e irse por el otro lado. Había algo en él que no le daba buena espina no obstante, llevaba una relación cordial por respeto y cariño a su mejor amiga. Gruñó por l bajo, riendo de nuevo.- Entonces somos dos rebeldes, Swartz - comentó, sa sabiendas que Willow tenía su negocio también y que sdisfrutaba de las inumerables ventajas de ser su propio jefe.
Volvió a reír,esta vez un poco más fuere, cuando Willow le preguntó sobre los chicos y los imanes perfectos: perros bonitos. Rió melódicamente mientras acomodaba su cabello disimuladamente y fijaba su mirada en las piernas de los corredores. Lentamente fue subiendo su mirada repasando mentalmente su check-list: piernas listas,paquete listo , abdominales de fuego, torso esculpido y rostro de...- Oh por dios- comentó la oji verde mientras sentía como se sonrojaba. Le dió un ligero codazo a Willow que también admiraba la gloria masculina. - Qué buena vista tienes. Yo creo que sí funcionaría para conocer a esos corredores- musitó después de pensarlo un poco. Observó cómo Kuma ladeaba su cabecita, seguramente presentía que las dos chicas tramaban algo. - ¿nos ayudarías Kuma? ¿Shhi, verdad?- le preguntó a su cachorra mientras le acariciaba su torso y le depositaba un beso en su cachete
INtercambió una mirada de complicidad con Willow y Kuma, alzó sus cejas observándolas. - ¿nos lanzamos a conquistar a esos muchachones? - preguntó. Desde que rompió con Charlie, Rebecca no había pensado en chicos ni en ligues ni en nada por el estilo, estaba demasiado ocupada tratando de borrar su sonrisa, su tacto, todo él de su corazón, mente y cuerpo. Sin embargo, era un día excepcional y todo podía pasar. Carraspeó un poco. - Eso sí, estoy un poco oxidada en esta materia - comentó con una risa ligera.
- ¿¿Que te escapas?? Rebecca Campbell, ¡que rebelde! - La susodicha no pudo evitar reír y rascarse su cabeza con su mano derecha, algo apenada pero divertida. ¿Rebelde? Tal vez pero la verdad es que si Savannah iba a ver a su esposo, Katherine prefería saludar e irse por el otro lado. Había algo en él que no le daba buena espina no obstante, llevaba una relación cordial por respeto y cariño a su mejor amiga. Gruñó por l bajo, riendo de nuevo.- Entonces somos dos rebeldes, Swartz - comentó, sa sabiendas que Willow tenía su negocio también y que sdisfrutaba de las inumerables ventajas de ser su propio jefe.
Volvió a reír,esta vez un poco más fuere, cuando Willow le preguntó sobre los chicos y los imanes perfectos: perros bonitos. Rió melódicamente mientras acomodaba su cabello disimuladamente y fijaba su mirada en las piernas de los corredores. Lentamente fue subiendo su mirada repasando mentalmente su check-list: piernas listas,
INtercambió una mirada de complicidad con Willow y Kuma, alzó sus cejas observándolas. - ¿nos lanzamos a conquistar a esos muchachones? - preguntó. Desde que rompió con Charlie, Rebecca no había pensado en chicos ni en ligues ni en nada por el estilo, estaba demasiado ocupada tratando de borrar su sonrisa, su tacto, todo él de su corazón, mente y cuerpo. Sin embargo, era un día excepcional y todo podía pasar. Carraspeó un poco. - Eso sí, estoy un poco oxidada en esta materia - comentó con una risa ligera.
Rebecca K. Campbell- Humanos
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Lun Jul 29, 2013 12:45 pm por Adah S. Hunter
» Registro de avatar
Lun Jul 29, 2013 12:41 pm por Adah S. Hunter
» Adah Samantha Hunter {ID}
Lun Jul 29, 2013 12:37 pm por Adah S. Hunter