En busca de la pieza perfecta para completar este puzzle - Elliot -

Llevo toda la mañana organizando papeleo en mi escritorio. El nuevo programa de hermanos mayores era todo un lío, pero sin duda era algo que me complacía mucho. He puesto anuncios por todo el pueblo... hay muchos niños y será muy dificil conseguir hermanos mayores para todos... por no decir imposible. Pero hay niños que lo necesitan mas que otros. Para mi desgracia el telefono no ha sonado demasiadas veces desde que publiqué los anuncios del programa. A veces pienso que hay demasiada gente egoísta en este pueblo. Pero ellos no tienen culpa de ser asi, ni tampoco de que haya niños huérfanos. Hay gente que bastante tiene ya con su propia vida... y otros... bueno, otros sencillamente prefería que nunca se acercaran al orfanato. A veces era mejor no tener "hermano mayor" que tener a una mala influencia como tal. No es como si el mundo fuera anunciandolo a viva voz, pero todos sabemos que hay gente con un alma muy oscura en el pueblo, aunque nadie dice nombres. Sencillamente se nota. Y creo que es mejor que ese tipo de gente no se acerque a los niños. Bastante caracter tienen algunos ya como para que los inciten a hacer fechorías. Ni hablar. Al menos puedo sentirme medianamente positiva el día de hoy. Esta mañana me ha llegado una llamada de un tal Elliot. No me suena el nombre, pero por la voz y su forma de hablar parecía bastante agradable. Al menos, aunque fuera poco a poco, alguna que otra persona se iba interesando en el programa. No se como es el chico, pero aun asi ya me he puesto a buscar entre las fichas de todos los niños cual podría ser el adecuado para asignarselo. Hay niños que tienen preferencia, pero eso no significa que sean compatibles. Tendré que esperar a que venga el chico y ver que tanta compatibilidad puede tener con mis niños. Siempre le irá mejor un hermano mayor al pequeño Walter que no recibe mas que burlas y está todo el día solo que a Dylan, que es todo un líder y tiene media docena de niños besando el suelo que pisa. Alzo la vista en cuanto oigo unos golpes en la puerta del despacho y veo a Mery, mi subdirectora, diciendo que hay un chico preguntando por mi. Sonrío, pensando que al menos es puntual, lo que ya me hace formarme una buena impresión. Hazle pasar... es para los hermanos mayores. Cojo nerviosa la decena de fichas que he preseleccionado, variadas y a la vez preferentes todas excepto una o dos. Es muy importante para mi elegir al chico correcto. No puedo hacer cambios luego, podría ser incluso un error si luego el anterior niño veía a su hermano mayor con otro. Pese a que lo intentamos con todas nuestras fuerzas, hay algunos niños que tienen la autoestima muy baja. Al ser huérfana los comprendo muy bien. Pensar que estas en un orfanato porque tus padres no te quieren, porque no hay nadie que quiera llevarte contigo... te hace sentir inferior, pensar que no vales nada... y acabas infravalorandote a ti mismo.
Salgo de mis cavilaciones en cuanto la puerta deja paso a un chico alto y moreno, bastante atractivo y con una sonrisa presente. Bueno, empieza bien la cosa. Elliott, ¿no? Yo soy Nora, la directora del orfanato. Le tiendo la mano y le explico un poco por encima que antes de conocer a los chicos tengo que hacerle un test para optimizar la compatibilidad con el niño que le asignemos. Si planea llevarlo a hacer deporte no estaría bien dejarle a un niño torpe y que prefiere la lectura... Por otra parte si piensa dar paseos por el bosque tranquilamente y charlar ese niño devoralibros si sería adecuado, porque tendría un lugar para expresarse y dar rienda suelta a su imaginación.

- Traed, ya lo arreglo yo. Sabéis que no me cuesta nada, además de que para algo Michelle me contrató como técnico de mantenimiento y aunque también realice otras tareas, no me gusta que las damas como vosotras se manchen las manos. Así que no os preocupéis y dejadlo en mis manos. – Llevaba ya como unos cinco minutos o así escuchando a Michelle y a Phoebe hablando sobre quién iba a arreglar el pequeño problema de las calderas y de quién se quedaba a cargo del bar. No es que Elliot no se hubiera enterado antes acerca de lo que hablaban, si no que ambas preferían que el ojiazul no se enterara de lo que había pasado, porque sabían que cualquier cosa que pasara o se rompiera hay estaría él para arreglarlo, y a veces preferían intentar arreglarlo ellas mismas que decirle a Elliot que se ocupara. – No tardaré mucho, ya sabéis que si preguntan por mi decidle que dejen su nombre y número, que los llamaré más tarde. – Cogió la caja de herramientas que solía llevar casi a menudo en las pequeñas reparaciones que a veces habían en el hostal y se despidió de ambas con una agradable sonrisa, dirigiéndose así hasta el sótano donde se ubicaban las grandes calderas que daban agua caliente y calefacción al establecimiento.

No tardó más de una hora puesto que el problema parecía ser que el quemador de la caldera no se encendía, se debía a que el filtro del agua estaba sucio y tan solo había que limpiarlo, así que eso fue lo que Elliot hizo. Cuando terminó, subió hasta la recepción del hostal donde su jefa se encontraba y con una de sus sonrisas se acercó hasta el mostrador. – Terminado, era el filtro del agua que hay que limpiarlo de vez en cuando. Así que si ocurre lo mismo, primero hay que echarle un vistazo al filtro. – A la misma vez que le estaba hablando, miró unos segundos a su reloj fijándose en que era la hora de comer y miró a Michelle, haciéndole el mismo gesto que siempre acostumbraba a hacer cuando era su hora de salir a comer. Normalmente no solía salir fuera a comer, si no que se traía la comida al hostal y comía con su jefa o con Phoebe para no comer en soledad; pero ese día necesitaba salir del hostal, necesitaba relajarse y disfrutar de la tranquilidad que a veces tenía el comer solo. No tenías que hablarle a nadie a menos de que te encontraras con alguien conocido o cuando alguna de las camareras venía a tomarte el pedido, tampoco tenías que mirar continuamente a la persona con la que estuvieras comiendo y nada de tener que esperar a que la otra persona terminara de comer. Adoraba tener gente alrededor y su compañía, pero algunas veces le gustaba pasar tiempo para él. Se despidió con la mano y salió del hostal, dirigiéndose a Granny’s.

Se tomo el tiempo que tenía de descanso para la comida y salió diez minutos antes de la hora que tenía que volver a regresar al trabajo, le gustaba llegar unos cuantos minutos antes porque la puntualidad era algo que definía al ojiazul y más cuando era algo importante o trabajo. Iba caminando volviendo sobre sus pasos que antes había dado, pero al ir andando se le había pegado un papel en la suela de su zapato y no tuvo más remedio que cogerlo para quitárselo. No lo arrugó ni lo tiró inmediatamente, si no que se quedó observando lo que era, leyendo lo que al parecer era una especie de anuncio. ”Hermano mayor”, leyó en voz alta el título de lo que según Elliot estaba leyendo, era un programa para hacer compañía a niños huérfanos del orfanato de Storybrooke. En su cara se le dibujó una amplia sonrisa, le gustaba la compañía y más si se trataban de niños; y que esos niños fuesen huérfanos aún le importaba más al ojiazul, puesto que él fue abandonado en un orfanato, aunque después de pasar varios años allí fue adoptado por el que él aún llamaba su padre. No se apenaba para nada el haber crecido en un orfanato ni tampoco de que el que él llamaba papá no fuera su padre biológico, pero sabía lo que era pasar por esas situaciones, por lo que tanto había pasado él y aunque en esos momentos, Elliot no viviera con Jacques, iba a visitarlo cuando podía e intentaba pasar el mayor tiempo a su lado, porque lo había llenado de vida y de cariño desde que lo adoptó.

Sacó su móvil del bolsillo, marcó el número que ponía en el anuncio y llamó para ofrecerse como voluntario. Abrió la puerta del hostal con una sonrisa de oreja a oreja, mostrándole el anuncio a Michelle y contándole que se había ofrecido voluntario. No tardó ni varios segundos más cuando a su jefa se le contagió la sonrisa y le dio lo que quedaba de día libre para que pudiera ir a ver a la directora del orfanato. Así que dicho y hecho, que Elliot se dio una ducha rápida en el baño que tenían para los empleados y se puso una ropa cómoda. Saliendo disparado hacia el orfanato donde había quedado dentro de diez minutos con la directora.

No tardó mucho en llegar, ya que debía admitir que la bicicleta que hace unos cuantos años le regalo Jacques, iba a la perfección y su ritmo de pedalear era bastante rápido gracias a su condición física. Dejó aparcada la bicicleta en un árbol a la entrada del orfanato, la amarró con la cadena aunque dudaba sobre que se la fuera a robar, ya que no eran muy comunes los robos en el pequeño pueblo. Y cuando ya estuvo dentro del lugar, se dirigió hacia el único lugar que sus ojos veían: la recepción. - Vengo a ver a la señorita McAllister, soy Elliot Collins. Hemos quedado para lo del programa hermano mayor. - Le dijo a la recepcionista con una sonrisa amable. No tardó en mandarle hasta donde estaba el despacho de la directora, aunque cuando iba a cruzar la puerta una chica que al parecer debía de ser otra recepcionista, la cual lo paró y le dijo que se esperara hasta que no le diera el pase.

Esperó paciente varios minutos, contemplando las vistas que se podían apreciar desde los ventanales y la voz de la segunda recepcionista lo sacó de su observación. - Señorito Collins, ya puede pasar. La señorita McAllister lo está esperando. - Bajó levemente la cabeza a modo de agradecimiento y se dispuso a cruzar la puerta, no sin antes dar dos golpes leves en ella para anunciar su pase. - Elliot Collins. Un placer conocerla, señorita McAllister. - Estrechó su mano con la de ella y se sentó en la silla después de que ella lo hiciera, no quería ser para nada descortés. Escuchó atentamente lo que Nora le iba explicando y asintió mostrandole una de sus mejores sonrisas. - Por supuesto, estaré encantado. Puede comenzar cuando quiera. -

Siento el agarre firme y seguro del chico y sonrío aún mas. Hay gente que, pese a tener buena voluntad y predisposición no son demasiado adecuados para ser hermanos mayores. Sin embargo alguien en apariencia seguro y decidido ayuda mucho mas que alguien nervioso o temeroso. Al fin y al cabo a los niños se les hace entender que un hermano mayor es para "jugar"... pero a los adultos hay que dejarles claro que en cierto modo van a ser una influencia para el chico que les sea asignado... y siempre es mejor que tengan a alguien al lado lleno de optimismo y autoestima. Que les ayude a valorarse a si mismos. No es solo diversión, aunque los chiquillos vayan a verlo de ese modo. Oh, llamame solo Nora por favor... no me gustan las formalidades. De hecho, creo que todos o casi todos los niños me llaman Nanny directamente, a lo sumo algunos solo Nora. Veamos... tiene que estar por aqui. Empiezo a rebuscar entre las pilas de papeles, muerta de verguenza. Perdoname el desorden... estaba ojeando un poco las fichas de los chicos y se me ha ido un poco de las manos... no es fácil poner orden en un sitio donde siempre hay tanto que hacer y tan pocas manos disponibles... Le dedico una pequeña sonrisa y al final doy con la hoja del cuestionario, sacando un bolígrafo de uno de los cajones. Bien... Elliot Collins, ¿no? Apunto el nombre en la casilla correspondiente en el formulario. Sería mas sencillo darselo directamente para que rellenara él, pero siendo que hay pocos voluntarios prefiero hacerlo yo. Es quizá una forma de conocer mejor a la gente. Es muy fácil escribir que se es amable en un papel, pero no lo es tanto decirlo a la cara y mucho menos demostrarlo. Suelen decirse mas verdades cara a cara que escribiendo en un papel. ¿Edad, dirección y un teléfono de contacto? Puro trámite, al menos la primera parte del cuestionario. Me interesaban mas las cuestiones personales. Le pregunto unos cuantos datos mas, como su DNI, la fecha de nacimiento y el estado civil. Había cosas que no sabía ni porque tenían que saberse, pero las preguntaba de igual modo. Nunca está de mas saber un poco. Sonrío un poco mas. Bueno... pasada la zona típica de todo cuestionario, llegamos a la parte interesante. Dejo el bolígrafo sobre el papel, apoyando los antebrazos sobre la mesa. ¿Qué crees que te hace apto para ser el hermano mayor de uno de mis chicos? O de una de mis chicas. Lo añado como aclaración. No tiene porque ser un niño el infante mas compatible con él. También puede ser una niña y eso es algo que me gusta dejar claro. No porque venga una chica voy a asignarle a una niña y porque venga un chico un niño, aunque es lo mas común porque se pueden hacer actividades mas clásicas de un sexo o de otro.

- Está bien, entonces la llamaré Nora a secas. - Le sonrió divertido mientras observaba como la mujer rebuscaba entre una gran pila de papeles desordenados. Negó con la cabeza, restándole importancia al asunto. - No se preocupe, comprendo perfectamente que lleve tantas cosas sola. A mi jefa también le pasa, porque lleva dos locales ella sola, aunque sabe que siempre me tiene a mi para ayudarle en lo que haga falta. Y lo mismo le digo a usted. - Asintió levemente con la cabeza, dándole a entender que podía contar con su ayuda con los chicos del orfanato y cualquier cosa que tuviera que ver con el programa. Sonrió cuando al final dio con una hoja que al parecer era un formulario para la ficha del voluntariado y volvió a asentir con la cabeza cuando le escuchó decir su nombre. Respondió amablemente a las preguntas que le hacía, diciendo su edad, su dirección y su teléfono móvil junto después con su DNI. - 04/01/1989 y soltero. -

Le dedicó una amplia sonrisa al escuchar la siguiente pregunta y al principio puso pose de estar pensándoselo, apoyando su dedo índice en su mentón y poniendo cara de estar pensativo. Pero después dejó de estar en esa posición y se rió divertido. - Pues la verdad que diría lo que todo el mundo pueda decir en una entrevista, pero no me gusta ser otro como los demás; así que le diré que cumplo con los requisitos o al menos estoy de acuerdo con lo que pone en el anuncio. Soy divertido, amable, cariñoso y sí, también comparto con ellos el desamparo de unos padres al poco de nacer. Además de todo eso, me gustan los niños, la diversión sana, la naturaleza, hacer reír a los demás y qué decir de que las sonrisas me encantan; soy el mister smiles de Storybrooke. - Después de terminar de hablar, una amplia sonrisa apareció en su rostro. No es que fuera la mejor persona que había en aquel pequeño pueblo, pero sí que estaba de acuerdo con lo que le decían los demás acerca de él y su personalidad. Elliot siempre tenía una sonrisa en la cara tuviera un mal o buen día y así lo exteriorizaba a los demás. No le gustaba para nada el amargar a nadie, puesto que los demás ya tenían bastante con sus cosas y no tenían porqué aguantar también las pesadumbres del ojiazul.

- ¿Algo más que quiera/deba saber acerca de mi? - Le guiñó el ojo al mismo tiempo en que una sonrisa divertida asomaba. Cualquiera que no lo conociera debía pensar dos cosas; una, que había tenido un gran día o dos, que estaba un poco ido de la cabeza por estar siempre sonriendo; ya que mucha gente no veía desde su misma perspectiva la vida y más que de color rosa, era gris. Aunque a los ojos del moreno, no todo en la vida era lamentarse, arrepentirse o simplemente amargarse, era mucho más que eso y se debía disfrutar día a día; que tal como decía el refrán, la vida eran dos días y uno estaba lloviendo.

Voy rellenando el cuestionario tranquilamente. No tenemos ninguna prisa, o al menos yo no la tengo y me gusta conocer a los voluntarios a fondo, o al menos todo lo que puedo. Y si el tiene prisa eso implica que tiene poco tiempo y si tiene poco tiempo no se cual planearía dedicar al niño en concreto que le asignaramos, asi que puedo presuponer que tampoco a él le importa el tiempo que perdamos hoy aqui. O no debería importarle al menos. Escucho atentamente lo que responde a la pregunta. La verdad es que siempre he tenido muy poco tiempo para relacionarme con la gente del pueblo, asi que el chico no me suena, ni siquiera de vista. Supongo que mas allá de los locales que necesito visitar y sus dependientes, poco mas conozco aparte de mis propias instalaciones. Lo veo sonreir y automáticamente una sonrisa adorna mi rostro también. Parece realmente sincero, y eso me gusta. Además las personas alegres que hacen esto por voluntad y no por sentirse solos fuera son las mejores opciones a hermano mayor. Y lo mejor es que servirían practicamente para cualquier chaval. Apunto vagamente un par de cosas en el recuadro de la personalidad. Desde luego si que acepto que desde el primer momento me ha parecido alguien alegre y carismatico, con seguridad en si mismo. Si, me temo que nos quedan unas cuantas preguntas mas. Siento si esto te incomoda, es puro papeleo... pero realmente estos chicos me preocupan y no me gustaría dejarte a cargo de un chaval con quien puedas tener un enfrentamiento. Realmente me asusta la idea de que un hermano mayor pueda perjudicar mas que ayudar a alguno de los niños. Has hablado antes de tu jefa...¿donde trabajas y con que horario? Nos interesa gente que pueda pasarse por aqui por lo menos un par de veces a la semana... sé que no siempre es fácil, pero es lo mas adecuado. Es doloroso que venga una persona a encargarse de ti, a subirte a una nube de felicidad y que luego desaparezca durante días y no vuelvas a saber nada. Te hunde en un pozo mas hondo del que ya estabas en un principio. Y también necesito saber si tienes alguna idea sobre lo que hacer con el niño o la niña que te asignemos, la clase de actividades me refiero. Hay niños muy activos a los que ir a jugar al futbol todo el día les bastaría y hay otros que requieren de actividades mas variadas o simplemente mas intelectuales.

- Pues adelante, puede preguntarme todo lo que quiera. Le contestaré encantado. - Le sonrió cuando terminó de decirlo, aunque dejó a un lado su sonrisa para negarle levemente con la cabeza cuando le dijo que no le gustaría dejarle con un chico con el cual pudiera tener un enfrentamiento. - No suelo ser un joven problemático, ni siquiera en mis años de adolescente lo fui y en esa época es cuando se supone que todos los adolescentes son rebeldes; pero a pesar de no haberme criado con mis padres biológicos, mis padres adoptivos me dieron la educación suficiente para ser lo que he sido y soy. - Y la verdad que no tenía ninguna queja de ser quién era en esos momentos, porque gracias a la educación que sus padres adoptivos le habían dado, Elliot se podía sentir más que orgulloso.

- Trabajo en Granny’s, tanto en el hostal como en el café. El horario no es fijo, si no que voy cuando mi jefa me necesita. Pero como no hay mucho trabajo siempre suelo tener tiempo para todo, así que no habría problema ninguno en tener tiempo para el niño o niña que me toque. – Le sonrió haciéndole ver que no habría ningún problema y le asintió al mismo tiempo para dejárselo más claro. Elliot no tenía ningún inconveniente con el tiempo, puesto que siempre tenía tiempo para hacer de todo tipo de cosas, aunque él sólo utilizara una parte para hacerlo que le gustaba o lo que le apetecía en ese momento.

- Depende de cómo sea el niño o niña y de las edades que tengan, es decir, no a todos les va a gustar lo mismo ni tampoco a la mismas o diferentes edades. Tendría que saber cómo es cada niño/a, sus gustos y todas esas cosas que interfieran en el asunto. – Se aclaró un poco la garganta, pues le había empezado a picar y metió sus manos en los bolsillos, intentando buscar algún caramelo que llevara. Pero su búsqueda no dio éxito alguno y no tuvo más remedio que sacar las manos y llevarlas hasta los reposa brazos de la silla. – Perdóneme, si no le importa ¿podría echarme un vaso de agua? Es que tengo seca la garganta, me está empezando a picar y no llevo ningún caramelo para aliviar el picor. – Le preguntó mostrando una leve sonrisa y cuando la directora del orfanato le dio su aprobación, Elliot se levantó de la silla y fue hasta el dispensador de agua que siempre solía haber en las oficinas, cogió un vaso y lo llenó de agua. Mientras que estaba dándole varios tragos al agua, Nora fue haciéndole más preguntas que Elliot fue contestando casi al unísono que ella, mostrando siempre una de sus mejores sonrisas.

Su amena conversación no tardó mucho en disiparse, puesto que una de las secretarias, la segunda que había atendido a Elliot, entró apurada por la puerta del despacho. Al principio Elliot se sobresaltó un poco, pero luego su rostro se tornó preocupado; debía de pasar algo grave como para que la tranquila secretaria que había visto cuando entró en el edificio, en esos momentos estuviera tan alterada. No se enteró de todo lo que estaba hablando con la directora, pero lo que sí cogió fue que varios de los jóvenes del orfanato habían organizado una gran pelea y estaban liando una de las gordas. Elliot no tardó mucho tiempo en reaccionar, dejando el vaso de agua encima de la mesa y ofreciéndole su mano a Nora para que fueran a ver lo que estaba pasando. – ¡Vamos! – Fue lo único que logró decir mientras que echó a andar rápido hacia donde le guiaba la directora.; el lugar era lo que parecía ser el comedor del orfanato. Cuando llegaron al lugar de donde provenía la pelea, se podían ver cosas volando – lo que parecía ser comida - por los aires que eran lanzadas desde un extremo del lugar hasta el otro, jóvenes peleándose y todo el lugar hecho un asco. Elliot reaccionó casi a los segundos después de llegar al lugar y se metió por el medio para intentar hacer algo que fuera útil; y lo único que pasó en vez de que todo eso terminara, es que siguiera más de lo que ya estaba y que Nora también se incluyera en el asunto. También voló comida que fue a parar en el pelo de Elliot, que reaccionó lanzando también comida, uniéndose al juego. Estaba siendo muy divertido y el ojiazul no veía nada de malo a lo que estaba pasando, así que cogió una pequeña cantidad de una de las comidas que había en un plato por la mesa y se la lanzó a Nora, que ésta no dudo en devolvérsela, llenándole la cara a Elliot. – Así que declaras la guerra, pues si quieres guerra; la tendrás. – Dijo mientras que se quitaba los restos de comida de la cara y reía divertido. Cogió otra porción de comida para lanzársela de nuevo.