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Una tarde en el puerto {Privado}
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Una tarde en el puerto {Privado}
Solía quedarme después de clase hablando con algún que otro profesor, no es que quisiera hacerles la pelota como muchos creían sino que me llevaba bien con ellos y les preguntaba alguna cosa que, muchas veces, no tenía nada que ver con la asignatura que daba. Un gran ejemplo era el de aquel día, me había quedado con Everett y no habíamos estado hablando de física sino de otras cosas, el tema principal habían sido mis problemas en casa, que aunque habían ido a menos seguía teniendo. Siempre se preocupaba mucho por mi, pero le había dicho que podía estar tranquilo y que, poco a poco volvería a ser la de antes en los estudios. Después de aquello me despedí de él y me fui, él tenía que irse y yo también debería hacerlo.
Como tenía dinero y no quería volver a casa aún decidí pasar por la panadería de Savannah y Rebecca para así comprar algo de merienda, siempre hacían unas pastas deliciosas, me encantaban y nunca me cansaba de ir a comprar allí siempre que podía, aquel día había escogido una napolitana de crema que me fui comiendo mientras andaba sin destino, no sabía hacia donde ir así que simplemente andaba por las calles de Storybrooke saludando a la gente conocida que me encontraba. De pronto, a lo lejos, me pareció ver un pequeño gato negro por lo que fui hacia donde estaba, estaba en el puerto, justo al borde y mirando al agua. Cuando estuve más cerca pude oír que maullaba, seguro que le pasaba algo así que aceleré el paso y al llegar allí vi que, lo que parecía su madre, había caído. Rápidamente cogí al gato y le sequé con mi jersey, suerte que llevaba una camiseta debajo y pude quitármelo, una vez seco se fueron la gata y su pequeño hijo, sonreí mientras se alejaban.
Cuando perdí a los dos animales de vista miré a mi alrededor, me gustaba el puerto y hacía bastante que no iba así que me quedé por allí dando vueltas y viendo los distintos barcos que allí estaban amarrados, el sonido de las olas me relajaba y cuando creí haber andado lo suficiente me senté en un banco para ver el agua, no sabía que hora era pero estaba segura de que ni mi madre ni mi hermano se preocuparían por mi, sabían que después de clase solía ayudar en alguna tienda o entretenerme con alguien, eso me daba toda la tarde libre para hacer lo que quisiera. Por un día que me lo tomara de "fiesta" y no tuviera que ayudar a nadie no pasaría nada ¿verdad?
Como tenía dinero y no quería volver a casa aún decidí pasar por la panadería de Savannah y Rebecca para así comprar algo de merienda, siempre hacían unas pastas deliciosas, me encantaban y nunca me cansaba de ir a comprar allí siempre que podía, aquel día había escogido una napolitana de crema que me fui comiendo mientras andaba sin destino, no sabía hacia donde ir así que simplemente andaba por las calles de Storybrooke saludando a la gente conocida que me encontraba. De pronto, a lo lejos, me pareció ver un pequeño gato negro por lo que fui hacia donde estaba, estaba en el puerto, justo al borde y mirando al agua. Cuando estuve más cerca pude oír que maullaba, seguro que le pasaba algo así que aceleré el paso y al llegar allí vi que, lo que parecía su madre, había caído. Rápidamente cogí al gato y le sequé con mi jersey, suerte que llevaba una camiseta debajo y pude quitármelo, una vez seco se fueron la gata y su pequeño hijo, sonreí mientras se alejaban.
Cuando perdí a los dos animales de vista miré a mi alrededor, me gustaba el puerto y hacía bastante que no iba así que me quedé por allí dando vueltas y viendo los distintos barcos que allí estaban amarrados, el sonido de las olas me relajaba y cuando creí haber andado lo suficiente me senté en un banco para ver el agua, no sabía que hora era pero estaba segura de que ni mi madre ni mi hermano se preocuparían por mi, sabían que después de clase solía ayudar en alguna tienda o entretenerme con alguien, eso me daba toda la tarde libre para hacer lo que quisiera. Por un día que me lo tomara de "fiesta" y no tuviera que ayudar a nadie no pasaría nada ¿verdad?
Noah M. Stoner- Humanos
- Soy : Gretel
Mensajes : 215
Empleo /Ocio : Estudiante, medio comodín y ayudante de Haley
Edad : 28
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Una tarde en el puerto {Privado}
Paso, paso, paso, paso. Me detuve en medio de mi caminata y mire por el escaparate de la tienda de antigüedades del señor Gold. Ese hombre me daba algo de...miedo, como si fuera algún tipo de gnomo malvado que solo quería hacer tratos diabólicos. Supongo que esa era también una exageración pero aun así me daba mala espina. Me entretuve mirando las polvorientas y geniales cosas que había allí adentro. Entonces vi un monóculo, un monóculo de verdad, y sin poder evitarlo sonreí y entre con decisión.
Paso, paso, paso. Ajuste mi nuevo monóculo en mi ojo y le sonreí a los peatones que se me quedaban mirados extrañados. Me agache para anudar las cintas de mis tenis y volví a mi caminata por el pueblo. En realidad no me dirigía a ningún lugar en especial, simplemente que mi casa había resultado aburrida después de un rato y ya había terminado con mis tareas. Mi lema con mis estudiantes era Si yo tengo tiempo para hacerlo ustedes tambien y como buen ejemplo yo seguía esta regla así que toda tarea que les dejaba yo la hacia también, y si yo la olvidaba todos tenían diez. Era un tipo de enseñanza que muchos padres no aprobaban pero en realidad yo no le daba mucha importancia, mis clases eran mías y nadie cambiaría eso. No hasta que fuera un vejete arrugado que olvidara su propio nombre y aun así daría lucha contra los que quisieran sacarme. Mi vida eran mis estudiantes, el colegio...y los libros. Tenia el sueño de que cuando muriera mi espíritu permaneciera encadenado a mi salón hasta que el mundo acabara. ¿ Sádico?, no, simplemente un poco exagerado.
Paso, paso paso. Mire a mi alrededor sorprendido al notar que me encontraba en el puerto. El olor a sal y agua me lo había advertido pero supongo que a mi mente le tomo mucho tiempo seguir a mi olfato. El puerto estaba desierto, desierto a excepción de una figura sentada en un banco.
Cabello muy negro como la tinta chica y postura ligeramente curvada. No me fue difícil reconocer a Noah que miraba hacia el horizonte dándome la espalda. " ¡Curiosesco, Curiosesco!" comente para mi ajustándome de nuevo el monóculo antes de dirigirme en su dirección con curiosidad.
Paso, paso paso. Ella no noto mi llegada y yo me acomode detrás suyo con paso sigiloso, ese tipo de paso que hacia que todo el mundo se pusiera alerta cuando yo aparecía. "Je te plumerai le bec/Je te plumerai le bec/Et le bec, et le bec/Alouette, Alouette ! /Ah ! ah !ah !" canturree en su oído antes de fruncir ligeramente el ceño. "Es una canción de cuna francesa...que habla sobre desplumar a una alondra. Es un poco terroristico si me lo preguntas. En mi opinión a los niños franceses de les lava el cerebro para volverse un ejercito del mal que asesine alondras sin razón aparente, ¡las quemaran vivas como hacían con los judíos!" me estremecí antes de sentarme a su lado, ajustar de nuevo mi monóculo y mirarla con atención. "Cualquiera imaginaria que estarías en casa a estas horas, ¿a caso los gnomos te han arrastrado hasta aquí para usarte en uno de esos rituales gnomescos?"
Paso, paso, paso. Ajuste mi nuevo monóculo en mi ojo y le sonreí a los peatones que se me quedaban mirados extrañados. Me agache para anudar las cintas de mis tenis y volví a mi caminata por el pueblo. En realidad no me dirigía a ningún lugar en especial, simplemente que mi casa había resultado aburrida después de un rato y ya había terminado con mis tareas. Mi lema con mis estudiantes era Si yo tengo tiempo para hacerlo ustedes tambien y como buen ejemplo yo seguía esta regla así que toda tarea que les dejaba yo la hacia también, y si yo la olvidaba todos tenían diez. Era un tipo de enseñanza que muchos padres no aprobaban pero en realidad yo no le daba mucha importancia, mis clases eran mías y nadie cambiaría eso. No hasta que fuera un vejete arrugado que olvidara su propio nombre y aun así daría lucha contra los que quisieran sacarme. Mi vida eran mis estudiantes, el colegio...y los libros. Tenia el sueño de que cuando muriera mi espíritu permaneciera encadenado a mi salón hasta que el mundo acabara. ¿ Sádico?, no, simplemente un poco exagerado.
Paso, paso paso. Mire a mi alrededor sorprendido al notar que me encontraba en el puerto. El olor a sal y agua me lo había advertido pero supongo que a mi mente le tomo mucho tiempo seguir a mi olfato. El puerto estaba desierto, desierto a excepción de una figura sentada en un banco.
Cabello muy negro como la tinta chica y postura ligeramente curvada. No me fue difícil reconocer a Noah que miraba hacia el horizonte dándome la espalda. " ¡Curiosesco, Curiosesco!" comente para mi ajustándome de nuevo el monóculo antes de dirigirme en su dirección con curiosidad.
Paso, paso paso. Ella no noto mi llegada y yo me acomode detrás suyo con paso sigiloso, ese tipo de paso que hacia que todo el mundo se pusiera alerta cuando yo aparecía. "Je te plumerai le bec/Je te plumerai le bec/Et le bec, et le bec/Alouette, Alouette ! /Ah ! ah !ah !" canturree en su oído antes de fruncir ligeramente el ceño. "Es una canción de cuna francesa...que habla sobre desplumar a una alondra. Es un poco terroristico si me lo preguntas. En mi opinión a los niños franceses de les lava el cerebro para volverse un ejercito del mal que asesine alondras sin razón aparente, ¡las quemaran vivas como hacían con los judíos!" me estremecí antes de sentarme a su lado, ajustar de nuevo mi monóculo y mirarla con atención. "Cualquiera imaginaria que estarías en casa a estas horas, ¿a caso los gnomos te han arrastrado hasta aquí para usarte en uno de esos rituales gnomescos?"
Tristan A. Devon- Chicos de Storybrooke
- Soy : Un misterio / Profesor de Literatura
Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 01/07/2012
Re: Una tarde en el puerto {Privado}
Definitivamente aquel día sería desconectar de todo y todos, problemas no es que hubiera tenido más que uno, que tampoco era un problema pero había bastado para ponerme de los nervios, siempre ocurría lo mismo. Suspiré, no quería pensar en él, aunque me molestara no podía hacer nada para evitarlo así que sólo me quedaba hacer una sesión de "relax" y olvidar todo. llevé mis piernas a lo alto del banco para sentarme con estas cruzadas, cual indio. Sí, sabía perfectamente que eso estaba mal pero ¿qué más daba? Miré a ambos lados, no había nadie más en el puerto, al menos no veía a nadie así que podía relajarme sin tener que preocuparme por lo que estaba bien o mal, no estaba quebrantando ninguna ley ni causando destrozos a nada más que no pudiera ser a mi espalda.
Cerré los ojos para dejar así mi mente en blanco, algo imposible ya que siempre estás pensando en algo así que, al ver que no lo lograba, decidí concentrarme en la suave brisa que acariciaba mi rostro, saber si cambiaría su intensidad o dirección, disfrutar de aquella sensación y dejarlo todo atrás. Sin embargo aquel estado de desconexión con el mundo duró poco ya que pude escuchar una canción, que a mi me parecía francesa, cantada junto a mi oído, aquello me sobresaltó un poco y no pude evitar mirar a mi lado para ver quien era. Me había puesto alerta más por instinto que por querer pero me relajé al ver que era Tristan, mi profesor de literatura.
-¡En ese caso tenemos que salvar todas las alondras! Al menos las que se encuentren en Francia, pobrecitas si las queman vivas.
No podíamos permitir que los niños franceses les hicieran daño a aquellos animalitos tan monos, esas aves tan bonitas, al menos para mi. Eso sí, nunca aceptaría que eran más lindas que los cuervos porque aquello no era verdad, aquellos animales de plumaje negro eran tan elegantes y gráciles que te enamoraban con sólo verlos de refilón, nunca entendería porque les tenían tanto miedo, asco o lo que fuera, sólo porque les hubieran relacionado con historias de miedo no significaba que fueran malos. Sacudí levemente la cabeza para poder prestar atención a lo que me decía el profesor. ¿Yo? ¿En casa? Al oír aquello no pude evitar reírme.
-¡A estas horas nunca estoy en casa! Siempre ayudo en un lugar u otro, pero hoy creo que, más que los gnomos, me secuestraron los gatos japoneses del sur para sus rituales gatuscos satánicos, ¡pero pude librarme de ellos!
((Off: Perdón por tardar en responder y por el post algo corto pero es que llevo una temporadita que mi inspiración anda bajo mínimos.))
Cerré los ojos para dejar así mi mente en blanco, algo imposible ya que siempre estás pensando en algo así que, al ver que no lo lograba, decidí concentrarme en la suave brisa que acariciaba mi rostro, saber si cambiaría su intensidad o dirección, disfrutar de aquella sensación y dejarlo todo atrás. Sin embargo aquel estado de desconexión con el mundo duró poco ya que pude escuchar una canción, que a mi me parecía francesa, cantada junto a mi oído, aquello me sobresaltó un poco y no pude evitar mirar a mi lado para ver quien era. Me había puesto alerta más por instinto que por querer pero me relajé al ver que era Tristan, mi profesor de literatura.
-¡En ese caso tenemos que salvar todas las alondras! Al menos las que se encuentren en Francia, pobrecitas si las queman vivas.
No podíamos permitir que los niños franceses les hicieran daño a aquellos animalitos tan monos, esas aves tan bonitas, al menos para mi. Eso sí, nunca aceptaría que eran más lindas que los cuervos porque aquello no era verdad, aquellos animales de plumaje negro eran tan elegantes y gráciles que te enamoraban con sólo verlos de refilón, nunca entendería porque les tenían tanto miedo, asco o lo que fuera, sólo porque les hubieran relacionado con historias de miedo no significaba que fueran malos. Sacudí levemente la cabeza para poder prestar atención a lo que me decía el profesor. ¿Yo? ¿En casa? Al oír aquello no pude evitar reírme.
-¡A estas horas nunca estoy en casa! Siempre ayudo en un lugar u otro, pero hoy creo que, más que los gnomos, me secuestraron los gatos japoneses del sur para sus rituales gatuscos satánicos, ¡pero pude librarme de ellos!
((Off: Perdón por tardar en responder y por el post algo corto pero es que llevo una temporadita que mi inspiración anda bajo mínimos.))
Noah M. Stoner- Humanos
- Soy : Gretel
Mensajes : 215
Empleo /Ocio : Estudiante, medio comodín y ayudante de Haley
Edad : 28
Fecha de inscripción : 26/06/2012
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