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Got the beat +18
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:: Alrededores :: Parque
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Got the beat +18
La música inundaba el alegre parque. Era viernes y muchos niños jugaban al salir de clases bajo las atentas miradas de sus madres. Inyectaban vida al pueblo, ya que sin ellos todo sería muy callado y aburrido. Steffan había salido de comer, estaba en su descanso de una hora. Su trabajo le fascinaba y se sentía como pez en el agua en el mundo editorial pero a veces era necesario un respiro. Y el parque, tan lleno de sucesos, era el lugar indicado. Granny's le parecía bastante aburrido a esas horas y su apetito requería saciarse con algo sabroso, grasoso y barato. Y ese tipo de comida abundaba en carritos alrededor del parque.Silbando una canción, caminó sobre toda la acerca. Si alguien le saludaba, correspondía el saludo con una amable sonrisa. Si no, se limitaba a mirar.
Dio una rápida pasada sobre los carritos vendedores de comida. ¿Pizza o banderillas? ¿Hot.dogs? Nah. ¡Hamburguesas!En un carrito compró una hamburguesa doble con piña y queso. Su estómago rugió levemente indicando que si estaba hambriento. La aderezó con salsa catsup, mostaza y mayonesa. Obviamente pidió papas también y una soda de manzana. Se sentó en una banca que estaba a unos cuantos pasos de ahí y comenzó a comer su rico manjar con singular alegría. Mientras masticaba trozos normales, su mirada iba y venía. Analizaba lo que pasaba en el aire, impregnandose en el ambiente.
Conforme la música cambiaba sus pies también lo hacían. No podía cantar por que había mucha gente que podría molestarse pero le entraron ganas de tocar la guitarra. Chasqueó los dedos y comió algunas papas. Frunció ligeramente el ceño mientras mordía su comida. Mientras seguía comiendo, un balón le llegó a sus pies. Unos niños le sonrieron y le gritaron que se las aventara, cosa que escuchó hasta que ladeó su cabeza hacia su lado izquierdo .El joven limpió su boca con una servilleta y en una mano sostuvo lo que le quedaba se hamburguesa. Nate sonrió, asintió y dio un pase largo que cayó en los pies del niño. Había practicado fútbol en sus años de infancia, al igual que el hockey sobre hielo. Por eso tenía buena puntería.
Al voltearse, notó que su lugar ya estaba ocupado por una pelirroja. Se sentó al lado de ella y le sonrió . - Buenas Tardes, Señorita- saludó cortésmente mientras agarraba su refresco y daba un sorbo refrescante.
Dio una rápida pasada sobre los carritos vendedores de comida. ¿Pizza o banderillas? ¿Hot.dogs? Nah. ¡Hamburguesas!En un carrito compró una hamburguesa doble con piña y queso. Su estómago rugió levemente indicando que si estaba hambriento. La aderezó con salsa catsup, mostaza y mayonesa. Obviamente pidió papas también y una soda de manzana. Se sentó en una banca que estaba a unos cuantos pasos de ahí y comenzó a comer su rico manjar con singular alegría. Mientras masticaba trozos normales, su mirada iba y venía. Analizaba lo que pasaba en el aire, impregnandose en el ambiente.
Conforme la música cambiaba sus pies también lo hacían. No podía cantar por que había mucha gente que podría molestarse pero le entraron ganas de tocar la guitarra. Chasqueó los dedos y comió algunas papas. Frunció ligeramente el ceño mientras mordía su comida. Mientras seguía comiendo, un balón le llegó a sus pies. Unos niños le sonrieron y le gritaron que se las aventara, cosa que escuchó hasta que ladeó su cabeza hacia su lado izquierdo .El joven limpió su boca con una servilleta y en una mano sostuvo lo que le quedaba se hamburguesa. Nate sonrió, asintió y dio un pase largo que cayó en los pies del niño. Había practicado fútbol en sus años de infancia, al igual que el hockey sobre hielo. Por eso tenía buena puntería.
Al voltearse, notó que su lugar ya estaba ocupado por una pelirroja. Se sentó al lado de ella y le sonrió . - Buenas Tardes, Señorita- saludó cortésmente mientras agarraba su refresco y daba un sorbo refrescante.
Steffan N. Cartwright- Realeza
- Soy : Príncipe Eric
Mensajes : 87
Empleo /Ocio : Redactor en el periodico.
Fecha de inscripción : 28/06/2012
Re: Got the beat +18
Hoy, a pesar de que normalmente hacía fotografías para el periódico, me apetecía hacer fotos de lugares que por algo me llamaran la atención. Así que me decidí a ir al parque porque me inspiraba dulzura, la infancia que quizás no tuve tan normal como el resto de niños. De hecho para hacer buenas fotos me subí arriba del pequeño tejado que tenía la zona de juegos de los niños, me asomaba colgada de un lateral y hacía fotos por doquier. Era capaz incluso de subirme a cualquier árbol para hacer alguna de aquellas fotos.
Hacía un rato que había comido, aunque siempre que me enfrascaba en las fotos solía perder la noción del tiempo. Muchas veces me había olvidado de hacer algo o incluso de comer porque estaba haciendo fotos. La música que había acompañaba mis movimientos, era como si mi dedo sobre el botón fuera pulsandolo al ritmo de ésta. Había hecho unas cuantas fotos en tan sólo unos minutos que llevaba allí en el parque. Al final tuve que parar e irme a sentar a un banco a mirar todas las fotos que había hecho. Quería mirarlas antes de irme porque así borraría algunas y me daría pie a hacer muchas más.
De pronto observé cómo chico moreno, sin darme cuenta de dónde salía, chutaba un balón. Hice una foto del momento en la que el chico salía en movimiento mientras que el balón estaba algo ya adelantado debido al chute. La foto era genial, espontánea y natural, como a mi me gustaban. Aunque esperaba que el chico no se molestase por que le hubiera hecho una foto. Seguí el recorrido del balón hasta que llegó a los niños, a los cuales les hice una foto mientras jugaban también. Sonreí con aquella estampa disfrutando unos segundos de la vista mientras ya estaba sentada en uno de los bancos cerca del chico.
El chico moreno de ojos azules se sentó a mi lado y me saludó. Le miré con una gran sonrisa, aunque no pude evitar reírme por el trato. -Hola chico ojiazul. Reí levemente mientras miraba las fotos. -¿Sabías que eres muy fotogénico? Dije enseñandole la pantalla de la cámara de fotos sin sacar la cinta de mi cuello puesto que era algo que no le dejaba a nadie, con ese objeto era muy recelosa y temía que se me rompiera. -Además se te da muy bien el fútbol, podrías ser jugador. Dije con verdadero entusiasmo.
Hacía un rato que había comido, aunque siempre que me enfrascaba en las fotos solía perder la noción del tiempo. Muchas veces me había olvidado de hacer algo o incluso de comer porque estaba haciendo fotos. La música que había acompañaba mis movimientos, era como si mi dedo sobre el botón fuera pulsandolo al ritmo de ésta. Había hecho unas cuantas fotos en tan sólo unos minutos que llevaba allí en el parque. Al final tuve que parar e irme a sentar a un banco a mirar todas las fotos que había hecho. Quería mirarlas antes de irme porque así borraría algunas y me daría pie a hacer muchas más.
De pronto observé cómo chico moreno, sin darme cuenta de dónde salía, chutaba un balón. Hice una foto del momento en la que el chico salía en movimiento mientras que el balón estaba algo ya adelantado debido al chute. La foto era genial, espontánea y natural, como a mi me gustaban. Aunque esperaba que el chico no se molestase por que le hubiera hecho una foto. Seguí el recorrido del balón hasta que llegó a los niños, a los cuales les hice una foto mientras jugaban también. Sonreí con aquella estampa disfrutando unos segundos de la vista mientras ya estaba sentada en uno de los bancos cerca del chico.
El chico moreno de ojos azules se sentó a mi lado y me saludó. Le miré con una gran sonrisa, aunque no pude evitar reírme por el trato. -Hola chico ojiazul. Reí levemente mientras miraba las fotos. -¿Sabías que eres muy fotogénico? Dije enseñandole la pantalla de la cámara de fotos sin sacar la cinta de mi cuello puesto que era algo que no le dejaba a nadie, con ese objeto era muy recelosa y temía que se me rompiera. -Además se te da muy bien el fútbol, podrías ser jugador. Dije con verdadero entusiasmo.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
- Soy : Ariel
Mensajes : 80
Empleo /Ocio : Fotógrafa del Periódico
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Re: Got the beat +18
- Chica de cabello de fuego- saludó contestándole a Kaileigh con una sonrisa cortés y galante mientras tomaba asiento junto a ella. Le hubiera saludado de beso en la mejilla pero estaba comiendo y tal vez sería desagradale acercarse a ella oliendo a papas y a catsup. Rió alzando sus cejas, recargandose en el respaldo del banco del parque. La observó con aire curioso. - ¿Tú crees? preguntó frunciendo el ceño. A veces tenía que ser modesto con las peronas, él ya sabía que era bastante atractivo y fotogénico. No obstante, a veces se escuchaba tan pedante.... - Tú eres la experta, tu sabras- comentó dándole la razón al ver las fotografias recién tomadas por la chica. La cámara era preciosa, cuidada como el objeto valioso que era. Steffan pensó que él cuidaba de esa manera su moto y su coche y sonrió por la analogía.
Encogió sus hombros sin borrar su sonrisa. - Practiqué hockey durante un largo tiempo- comentó mientras respiraba profundamente, recordando el olor de hielo recién pulido y el sonido de los patines en el hielo liso. Carraspeó y continuó hablando con su voz varonil y grave.- El soccer también lo practiqué pero no era tan apasionante- confesó sosteniendo la mirada de la muchacha pelirroja. - ¿Tú haz practicado algún deporte?- preguntó interesado compartiendo el entusiasmo de su compañera de trabajo.
Chasqueó sus dedos levantándose y tendió su mano libre hacia la ojiverde. - Te invito una hamburgesa, sale?- preguntó cortés mientras le sonreía. - ¿Dices sí o si?- volvió a preguntar, esta vez riendo al final. Así era la naturaleza del joven Cartwright: al nacer en una familia pudiente, sus modales eran excelentes y con más razón al tener a una compañera de trabajo tan guapa y tan agradable, no podía quedarse cruzado de brazos sin actuar.
Encogió sus hombros sin borrar su sonrisa. - Practiqué hockey durante un largo tiempo- comentó mientras respiraba profundamente, recordando el olor de hielo recién pulido y el sonido de los patines en el hielo liso. Carraspeó y continuó hablando con su voz varonil y grave.- El soccer también lo practiqué pero no era tan apasionante- confesó sosteniendo la mirada de la muchacha pelirroja. - ¿Tú haz practicado algún deporte?- preguntó interesado compartiendo el entusiasmo de su compañera de trabajo.
Chasqueó sus dedos levantándose y tendió su mano libre hacia la ojiverde. - Te invito una hamburgesa, sale?- preguntó cortés mientras le sonreía. - ¿Dices sí o si?- volvió a preguntar, esta vez riendo al final. Así era la naturaleza del joven Cartwright: al nacer en una familia pudiente, sus modales eran excelentes y con más razón al tener a una compañera de trabajo tan guapa y tan agradable, no podía quedarse cruzado de brazos sin actuar.
Steffan N. Cartwright- Realeza
- Soy : Príncipe Eric
Mensajes : 87
Empleo /Ocio : Redactor en el periodico.
Fecha de inscripción : 28/06/2012
Re: Got the beat +18
Sonreí mirando a Steffan, instintivamente llevé una de mis manos a mi cabello enredando un mechón de pelo en mi dedo índice. Decían que eso era signo de coqueteo, pero me salió instintivamente sin que fuera aquella la pretensión que tenía aquel gesto. No podía negar que el chico era atractivo, y que en cierto modo era inevitable coquetear con él, pero mi naturaleza era así, simple. No hacía las cosas pensando en un por qué, simplemente las hacía. -Vamos, no seré la primera que lo dice Le miré alzando una ceja manteniendo aquella sonrisa en mi rostro. Algo tan identificativo en mí como el color de mi cabello. Le miré fijamente clavando mis ojos en los suyos. -No hace falta ser una experta para darse cuenta. A veces creo que incluso en una foto se puede averiguar cómo es el alma de una persona. Comenté divertida. Antiguamente se creía que la cámara de fotos capturaba el alma de la persona. Era curioso y divertido a la vez pensar que algo tan maravilloso como una fotografía estaba tan mal considerado en sus inicios.
Le escuchaba atentamente, interesada en su historia. -¿No lo echas de menos? Pregunté inocentemente sin caer en la cuenta de que a lo mejor le recordaba tiempos pasados y los añoraba verdaderamente. No quería que se pusiera melancólico ni nada por el estilo. -Bueno, para mi lo más apasionante es el deporte de riesgo, aunque si tuviera que decantarme por algo me quedo con la natación, pero si es en mar abierto mejor. Miré al horizonte, perdiendo la vista en el cielo. Como si realmente echara de menos algo pero ni yo misma sabía el qué. -Me siento tan libre, tan pequeña que te das cuenta de todo lo que tienes en el mundo terrenal. Además me da mucha paz. En ese momento me dí cuenta de que estaba hablando de más y tapé mi boca con una mano. -¡Oh! Lo siento, no pretendía aburrirte. Dije con sinceridad y es que cuando algo me entusiasmaba me encantaba hablar de ello, podía estar horas y horas.
Miré hacia arriba cuando se levantó uniendo mi mirada con la suya una vez más. Cogí su mano y me levanté cuando hizo la segunda pregunta. -Pero si otro día me dejas invitarte. Le guiñé el ojo con una sonrisa, ciertamente no iba a rechazar su invitación puesto que me agradaba pasar tiempo con él. -Y no aceptaré un no por respuesta. Una de las cosas que más me gustaban era cocinar y quizás podría invitarlo un día a casa para cenar juntos. Aunque primero tendría que preguntarle a mi padre si me dejaba invitarle, no era mi casa ni mucho menos.
Le escuchaba atentamente, interesada en su historia. -¿No lo echas de menos? Pregunté inocentemente sin caer en la cuenta de que a lo mejor le recordaba tiempos pasados y los añoraba verdaderamente. No quería que se pusiera melancólico ni nada por el estilo. -Bueno, para mi lo más apasionante es el deporte de riesgo, aunque si tuviera que decantarme por algo me quedo con la natación, pero si es en mar abierto mejor. Miré al horizonte, perdiendo la vista en el cielo. Como si realmente echara de menos algo pero ni yo misma sabía el qué. -Me siento tan libre, tan pequeña que te das cuenta de todo lo que tienes en el mundo terrenal. Además me da mucha paz. En ese momento me dí cuenta de que estaba hablando de más y tapé mi boca con una mano. -¡Oh! Lo siento, no pretendía aburrirte. Dije con sinceridad y es que cuando algo me entusiasmaba me encantaba hablar de ello, podía estar horas y horas.
Miré hacia arriba cuando se levantó uniendo mi mirada con la suya una vez más. Cogí su mano y me levanté cuando hizo la segunda pregunta. -Pero si otro día me dejas invitarte. Le guiñé el ojo con una sonrisa, ciertamente no iba a rechazar su invitación puesto que me agradaba pasar tiempo con él. -Y no aceptaré un no por respuesta. Una de las cosas que más me gustaban era cocinar y quizás podría invitarlo un día a casa para cenar juntos. Aunque primero tendría que preguntarle a mi padre si me dejaba invitarle, no era mi casa ni mucho menos.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
- Soy : Ariel
Mensajes : 80
Empleo /Ocio : Fotógrafa del Periódico
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Re: Got the beat +18
-Si eres una experta- musitó mientras le sonreía. La verdad era que las fotografías de la Srita Murdock eran de las más solicitadas en el periodico, solía ponerlas en primera plana y casi todos las halagaban. En fin, Nate no era un chico que tomara fotografías buenas pero al menos salía muy bien en ellas. - Creo lo mismo. Entonces nostros tenemos unas almas muy bellas- comentó bromeando mientras reía poco y comenzaban a caminar hacia el puesto de hamburgesas.
El joven de 19 años sonrió sutilmente, recordando sus días gloriosos en el hockey sobre hielo. - A decir verdad si lo extraño bastante- comentó sinceramente mientras ofrecía su brazo a Kaileigh gracias a sus modales. En el hielo se sentía rápido, fuerte, importante. Nunca sobresalió en la escuela ya que poseía unas calificaciones normales, no obstante, en el hockey sobresalió enormemente. - Pero aqui no hay ninguna pista de hielo y desde el accidente bajé mi rendimiento- comentó encogiendo sus hombros, restándole importancia. Ese pequeño percance le había arrebatado su fino oido y lo aquejaba con dolores en él.
Escuchó con atención y sonrió abiertamente. Esta chica era interesante, parecía decir lo que el ojiazul pensaba. negó con la cabeza riendo un poco mientras no borraba su sonrisa. - ¡Qué va! Si yo pienso lo mismo. En el agua...es decir, es como si ahi todo fuera tan claro y sencillo. comentó con un aire de sencillez inexplicable. Sostuvo la mirada de la muchacha haciendo que esta se sonrojara levemente. - Deberíamos ir a playa- musitó con seguridad. Esperaba que mordiera el anzuelo, eran pocos los minutos que estaban juntos pero se le pasaban muy bien y si le agregaban un lugar tan afin a ambos el resultado sería más que divertido.
Arqueó una ceja y su semblante se puso serio. - ¿Ah, en serio? Pues tú di rana y yo salto.- comentó divertido. Obviamente no dejaría que kaileigh lo invitara pero no mataría la idea tan rápido. - Te aviso que tengo un apetito voraz- advirtió con tono amenazante. Llegaron al puesto y Steffan sonrió al que atendía. - ¿Qué vas a querer, Kaileigh?- preguntó cortes mientras él veía las variedades de hamurgesas, saboreando cada una y tratando de elegir.
El joven de 19 años sonrió sutilmente, recordando sus días gloriosos en el hockey sobre hielo. - A decir verdad si lo extraño bastante- comentó sinceramente mientras ofrecía su brazo a Kaileigh gracias a sus modales. En el hielo se sentía rápido, fuerte, importante. Nunca sobresalió en la escuela ya que poseía unas calificaciones normales, no obstante, en el hockey sobresalió enormemente. - Pero aqui no hay ninguna pista de hielo y desde el accidente bajé mi rendimiento- comentó encogiendo sus hombros, restándole importancia. Ese pequeño percance le había arrebatado su fino oido y lo aquejaba con dolores en él.
Escuchó con atención y sonrió abiertamente. Esta chica era interesante, parecía decir lo que el ojiazul pensaba. negó con la cabeza riendo un poco mientras no borraba su sonrisa. - ¡Qué va! Si yo pienso lo mismo. En el agua...es decir, es como si ahi todo fuera tan claro y sencillo. comentó con un aire de sencillez inexplicable. Sostuvo la mirada de la muchacha haciendo que esta se sonrojara levemente. - Deberíamos ir a playa- musitó con seguridad. Esperaba que mordiera el anzuelo, eran pocos los minutos que estaban juntos pero se le pasaban muy bien y si le agregaban un lugar tan afin a ambos el resultado sería más que divertido.
Arqueó una ceja y su semblante se puso serio. - ¿Ah, en serio? Pues tú di rana y yo salto.- comentó divertido. Obviamente no dejaría que kaileigh lo invitara pero no mataría la idea tan rápido. - Te aviso que tengo un apetito voraz- advirtió con tono amenazante. Llegaron al puesto y Steffan sonrió al que atendía. - ¿Qué vas a querer, Kaileigh?- preguntó cortes mientras él veía las variedades de hamurgesas, saboreando cada una y tratando de elegir.
Steffan N. Cartwright- Realeza
- Soy : Príncipe Eric
Mensajes : 87
Empleo /Ocio : Redactor en el periodico.
Fecha de inscripción : 28/06/2012
Re: Got the beat +18
Sonreí agradecida por sus palabras, simplemente me desvivía por mi profesión, quizás eso hacía que fuera mejor profesional de lo que yo misma me creía. No me gustaba ser vanidosa ni ególatra, quizás si era una experta pero no me vanagloriaba de ello. Me reí con ternura con su comentario, indirectamente me había llamado bella y ¿a quién le amargaba un dulce? Caminaba a su lado en dirección al puesto de hamburguesas mirandole de reojo. Tenía razón, no iba a negar que él lo era. -Al menos uno de nosotros sí Dije mirandolo directamente ahora y sonreí dulcemente.
Me agarré de su brazo cuando lo ofreció, era todo un caballero y eso en una persona joven era algo raro, pero me gustaba que fuera así. Seguía escuchandolo atentamente mientras caminabamos. -Es una pena, me habría gustado verte jugar e ir a animarte Dije con entusiasmo y sinceridad. ¿Su accidente? Eso me resultó curioso y no pude evitar preguntar. -¿Has tenido un accidente? ¿Estás bien? Dije realmente preocupada por él. Esperaba que no le hubiera pasado nada grave, aunque ya hubiera pasado me sentiría mal si así fuera y si aún necesitaba ayuda lo haría encantada, me gustaba ser útil a la gente. Quizás era así por el hecho de que me había criado sin madre y nunca había sabido quién era mi padre. Me apoyé en su brazo con la cabeza mientras seguía cogida a él.
Volví a incorporarme al escuchar decir que le gustaba. Lo miré con verdadero entusiasmo. -Estoy de acuerdo, ¡tenemos que ir un día a la playa! ¡Será divertido! Lo cierto es que nadie había conocido a nadie que le gustara tanto el mar como a mí. Todo el mundo lo veía con simpleza, como un divertimento más, pero para mí el mar era mucho más que diversión. Siempre que me ocurría algo me iba a nadar, dejaba allí los malos pensamientos. Era como sentirme como en casa, me daba paz y tranquilidad. -¿No te ocurre que el mar te da paz? Comenté de manera tierna con una sonrisa dulce.
-No importa, puedo cocinar tantas cosas como desees Dije con simpleza mientras reía un poco por su primer comentario. -Por que dinero no es que me sobre, así que prefiero invitarte a casa, si no te parece mala idea, claro. Comenté torciendo mis labios, quizás no le parecía tan buena idea... Al llegar al puesto me puse a mirar los tipos de hamburguesa, pero no me apetecía nada raro ni especial. -Una hamburguesa sin lechuga ni pepinillos. Dije mirando al hombre del puesto. Luego me quedé un tanto embobada con Steffan. Hacía que me sintiera bien, que me riera y no sé estaba muy a gusto con él. Me apoyé con ambas manos en su hombro mientras le miraba y sin más le di un dulce beso en la mejilla -Gracias Sonreí con cariño.
Me agarré de su brazo cuando lo ofreció, era todo un caballero y eso en una persona joven era algo raro, pero me gustaba que fuera así. Seguía escuchandolo atentamente mientras caminabamos. -Es una pena, me habría gustado verte jugar e ir a animarte Dije con entusiasmo y sinceridad. ¿Su accidente? Eso me resultó curioso y no pude evitar preguntar. -¿Has tenido un accidente? ¿Estás bien? Dije realmente preocupada por él. Esperaba que no le hubiera pasado nada grave, aunque ya hubiera pasado me sentiría mal si así fuera y si aún necesitaba ayuda lo haría encantada, me gustaba ser útil a la gente. Quizás era así por el hecho de que me había criado sin madre y nunca había sabido quién era mi padre. Me apoyé en su brazo con la cabeza mientras seguía cogida a él.
Volví a incorporarme al escuchar decir que le gustaba. Lo miré con verdadero entusiasmo. -Estoy de acuerdo, ¡tenemos que ir un día a la playa! ¡Será divertido! Lo cierto es que nadie había conocido a nadie que le gustara tanto el mar como a mí. Todo el mundo lo veía con simpleza, como un divertimento más, pero para mí el mar era mucho más que diversión. Siempre que me ocurría algo me iba a nadar, dejaba allí los malos pensamientos. Era como sentirme como en casa, me daba paz y tranquilidad. -¿No te ocurre que el mar te da paz? Comenté de manera tierna con una sonrisa dulce.
-No importa, puedo cocinar tantas cosas como desees Dije con simpleza mientras reía un poco por su primer comentario. -Por que dinero no es que me sobre, así que prefiero invitarte a casa, si no te parece mala idea, claro. Comenté torciendo mis labios, quizás no le parecía tan buena idea... Al llegar al puesto me puse a mirar los tipos de hamburguesa, pero no me apetecía nada raro ni especial. -Una hamburguesa sin lechuga ni pepinillos. Dije mirando al hombre del puesto. Luego me quedé un tanto embobada con Steffan. Hacía que me sintiera bien, que me riera y no sé estaba muy a gusto con él. Me apoyé con ambas manos en su hombro mientras le miraba y sin más le di un dulce beso en la mejilla -Gracias Sonreí con cariño.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Fecha de inscripción : 30/08/2012
Re: Got the beat +18
Negó restándole importancia. - Bueno, cuando era pequeño un disco de hockey me golpeó mi oreja derecha- comentó llevandose instintivamente su mano libre hacia dicha oreja. Frunció el ceño recordando el susto al ver sangre correr por su rostro. - Perdí ccapacidad auditiva en ese oido. Digamos que de un 100% escucha un 75%- explicó sin sonar drástico ni catrastófrico. Simplemente había pasado y...lo único que destrozó a Nate fue la rehabilitación y la prohibición de jugar deportes de alto contacto fisico.
Asintió dándole la razón a la pelirroja y sonrió abiertamente al sentir cómo apoyaba su cabeza en el hombro de él. - Es el único lugar en el que puedo pensar- confesó sonriente mientras encogia sus hombros. Caviló la idea durante unos segundos. Arrugó las cejas y asintió amablemente mientras daba el visto bueno. - Ya te advertí, dejaré tu refrigerador vacio. Cuando desees vamos a las playa y después a cenar a tu casa- comentó mientras se imaginaba el plan, sintiendose extrañamente emocionado.
Saludó al hombre que despachaba como si lo conociera de toda la vida, así era él a pesar de ser uno de los ·ricos" de Storybrooke. - Hamburgesa doble con piña, queso y tocino- comentó mientras asentía al escuchar la cuenta. Sacó unos billetes de sus bolsillos y pagó. Agarró dos refrescos y avanzaron hacia una mesita que estaba desocupada. Y fue ahí cuando sintio el suave tacto de los labios de Kaileigh, no se sonrojó pero le sonrió galantamente como respuesta.
Agarraron sus respectivas hamburgesas y tomaron asiento. - Dime Lei, ¿Qué tal el trabajo?- preguntó cortesmente mientras le daba una gran mordida a su comida humeante.
Asintió dándole la razón a la pelirroja y sonrió abiertamente al sentir cómo apoyaba su cabeza en el hombro de él. - Es el único lugar en el que puedo pensar- confesó sonriente mientras encogia sus hombros. Caviló la idea durante unos segundos. Arrugó las cejas y asintió amablemente mientras daba el visto bueno. - Ya te advertí, dejaré tu refrigerador vacio. Cuando desees vamos a las playa y después a cenar a tu casa- comentó mientras se imaginaba el plan, sintiendose extrañamente emocionado.
Saludó al hombre que despachaba como si lo conociera de toda la vida, así era él a pesar de ser uno de los ·ricos" de Storybrooke. - Hamburgesa doble con piña, queso y tocino- comentó mientras asentía al escuchar la cuenta. Sacó unos billetes de sus bolsillos y pagó. Agarró dos refrescos y avanzaron hacia una mesita que estaba desocupada. Y fue ahí cuando sintio el suave tacto de los labios de Kaileigh, no se sonrojó pero le sonrió galantamente como respuesta.
Agarraron sus respectivas hamburgesas y tomaron asiento. - Dime Lei, ¿Qué tal el trabajo?- preguntó cortesmente mientras le daba una gran mordida a su comida humeante.
Steffan N. Cartwright- Realeza
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Fecha de inscripción : 28/06/2012
Re: Got the beat +18
Me quedé mirandole con sorpresa en mi rostro, cuando dijo que el disco le había golpeado en la oreja derecha no pude evitar hacer una mueca de dolor. Yo como mucho me había quedado afónica de tanto cantar pero vamos que nada en comparación con él, siempre recuperaba la voz. -Bueno, pudo ser peor. Dije siendo positiva, para qué ser negativo... era una pérdida de tiempo. Además el hecho de que él lo explicara con normalidad, sin nigún tipo de dramatismo hacía que la situación fuese mucho más natural. -Podrías haberte quedado sin oreja como Van Gogh Bromeé para después reirme suavemente dejando una leve sonrisa al final en mis labios.
-Bueno, a mi eso de pensar me da dolor de cabeza Volví a bromear, aunque era cierto, cuando estaba preocupada o nerviosa me dolía la cabeza. Y tampoco es que fuera una persona que reflexionara sobre sus acciones, simplemente lo hacía y punto. -Pero supongo que sí, da la tanquilidad suficiente para pensar. Me encogí de hombros mientras caminábamos en aquella posición. Sonreí de oreja a oreja cuando dijo aquello de ir a la playa y a cenar a casa. -Es un buen plan, aunque tendría que comentárselo a mi padre, espero que no ponga ningún problema. Le miré fijamente con una sonrisa en mis labios apartando mi cabeza de su hombro.
Era un chico muy caballeroso, se veían pocos la verdad, y me inspiraba cierta curiosidad. Sus ojos me inspiraban tranquilidad como el mar, en cierto modo era extraño todo aquello. Nunca me había sentido tan a gusto con nadie. Nos acercamos a una mesita dónde fue cuando le di aquel beso en la mejilla. Ladeé la cabeza cuando me sonrió de aquella manera. -Eres muy caballeroso. Dije con aquella sonrisa aún en mi cara. Me senté a su lado y comencé a comer mi hamburguesa. -Bien, aunque ahora estaba haciendo fotos en el parque para mi colección. Nada de trabajo. Me encogí de hombros. -Este lugar me da melancolía. Resoplando haciendo que mi flequillo se alzara un poco y volviera rápido a su lugar. -¿Y tú que tal el trabajo? Pregunté con curiosidad apoyando mi cabeza sobre la mano.
-Bueno, a mi eso de pensar me da dolor de cabeza Volví a bromear, aunque era cierto, cuando estaba preocupada o nerviosa me dolía la cabeza. Y tampoco es que fuera una persona que reflexionara sobre sus acciones, simplemente lo hacía y punto. -Pero supongo que sí, da la tanquilidad suficiente para pensar. Me encogí de hombros mientras caminábamos en aquella posición. Sonreí de oreja a oreja cuando dijo aquello de ir a la playa y a cenar a casa. -Es un buen plan, aunque tendría que comentárselo a mi padre, espero que no ponga ningún problema. Le miré fijamente con una sonrisa en mis labios apartando mi cabeza de su hombro.
Era un chico muy caballeroso, se veían pocos la verdad, y me inspiraba cierta curiosidad. Sus ojos me inspiraban tranquilidad como el mar, en cierto modo era extraño todo aquello. Nunca me había sentido tan a gusto con nadie. Nos acercamos a una mesita dónde fue cuando le di aquel beso en la mejilla. Ladeé la cabeza cuando me sonrió de aquella manera. -Eres muy caballeroso. Dije con aquella sonrisa aún en mi cara. Me senté a su lado y comencé a comer mi hamburguesa. -Bien, aunque ahora estaba haciendo fotos en el parque para mi colección. Nada de trabajo. Me encogí de hombros. -Este lugar me da melancolía. Resoplando haciendo que mi flequillo se alzara un poco y volviera rápido a su lugar. -¿Y tú que tal el trabajo? Pregunté con curiosidad apoyando mi cabeza sobre la mano.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Re: Got the beat +18
Asintio con un semblante grave, digno de un actor de teatro. - Así es. Sin una oreja...o me hubieran operado si me hubiera roto el craneo- comentó estremeciendose ligeramente ante esa perspectiva. Rascó detrás de su oreja mientras le daba otro gran mordisco a su deliciosa hamburgesa. masticó y cuando hubo terminado el bocado, sonrió. - ¿A ti no te ha pasado nada aparatoso?- preguntó curioso. Su accidente solía despertar la tristeza y preocupación de casi todos.
Bebió un sorbo de refresco mientras escuchaba a su acompañante. Su risa le era muy agradable y la luz le daba un aspecto bastante atractivo. Aunado a su sonrisa y su cabello, Nate se encontró durante unos segundos mirándola fijamente, cosa extraña en él que era n casanova emperdenido. - Pensar es un problema a veces- dijo coincidiendo con lo dicho por la ojiazul. Mordió su hamburgesa, agarró papas a la francesa y tomó refresco. Tenía un apetito bastante grande.
Escuchó lo que decía y sonrió cortésmente. Era caballeroso por que así lo habían educado, estaba en él ser así. No soportaba ver a hombres haciendose los machos o simplemente siendo ridículos. No dijo nada más respecto a eso y siguió escuchándola. Asintió, comprendiendo lo que le decía. - Es necesario desprenderse del trabajo- agregó con una sonrisa mientras bebía refresco. - No exactamente, a mí me inyecta energía y ganas de brincar- musitó riendo al ver el parque en el cual seguía el bullicio típico de las tardas. Ladeó su cabeza mientras masticaba una papa frita. - Bueno, podría ser mejor pero no me molesta la editorial- confesó. Además, él no tenía la necesidad de trabajar para vivir gracias a la fortuna de sus padres. Trabajaba en lo que le gustaba para distraerse un poco.
Sonrió alzando sus cejas, riendo ligeramente. La mayoría conocis la fama que tenía, seguramente el padre de Lei no era la excepción. padre. Fuerte palabra, carraspeó. - O podemos ir a mi casa- ofreció mirándola fijamente, analizandola. sin borrar una pícara sonrisa de su rostro.
Bebió un sorbo de refresco mientras escuchaba a su acompañante. Su risa le era muy agradable y la luz le daba un aspecto bastante atractivo. Aunado a su sonrisa y su cabello, Nate se encontró durante unos segundos mirándola fijamente, cosa extraña en él que era n casanova emperdenido. - Pensar es un problema a veces- dijo coincidiendo con lo dicho por la ojiazul. Mordió su hamburgesa, agarró papas a la francesa y tomó refresco. Tenía un apetito bastante grande.
Escuchó lo que decía y sonrió cortésmente. Era caballeroso por que así lo habían educado, estaba en él ser así. No soportaba ver a hombres haciendose los machos o simplemente siendo ridículos. No dijo nada más respecto a eso y siguió escuchándola. Asintió, comprendiendo lo que le decía. - Es necesario desprenderse del trabajo- agregó con una sonrisa mientras bebía refresco. - No exactamente, a mí me inyecta energía y ganas de brincar- musitó riendo al ver el parque en el cual seguía el bullicio típico de las tardas. Ladeó su cabeza mientras masticaba una papa frita. - Bueno, podría ser mejor pero no me molesta la editorial- confesó. Además, él no tenía la necesidad de trabajar para vivir gracias a la fortuna de sus padres. Trabajaba en lo que le gustaba para distraerse un poco.
Sonrió alzando sus cejas, riendo ligeramente. La mayoría conocis la fama que tenía, seguramente el padre de Lei no era la excepción. padre. Fuerte palabra, carraspeó. - O podemos ir a mi casa- ofreció mirándola fijamente, analizandola. sin borrar una pícara sonrisa de su rostro.
Steffan N. Cartwright- Realeza
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Re: Got the beat +18
Le miré preocupada por lo siguiente que dijo, lo cierto es que si le hubiera pasado eso quién sabe si ahora nos estaríamos conociendo. Suspiré al decir aquello pero pronto sonreí. -Bueno, pero no ha pasado así que no merece la pena Dije acariciando su cara con suavidad antes de darle otro bocado a mi hamburguesa. Pronto me quedé pensativa por si me había pasado algo. -Hace poco me caí en el bosque, me hice daño en el tobillo, las costillas y la muñeca pero no fue grave. Volví a quedarme pensativa pensando en algo en mi vida que hubiera sido más aparatoso pero nada más lejos de la realidad. -No, como mucho, que desde que me quedé afónica ahora tengo muchos problemas de garganta pero vamos que normal. Dije encogiendome de hombros dando un sorbo a mi refresco mientras le miraba fijamente.
Asentí fervientemente a lo que dijo sobre pensar. -Por eso creo que es mejor actuar según lo que dicta el corazón. Dije sonriendo mientras le miraba con una sonrisa tierna en mi rostro. Seguí comiendo pensando que normalmente la gente la trataba de loca, de irresponsable, de inmadura por hacer lo que me dictaba lo que yo sentía. Era de las que creía que si no hacías lo que el corazón te dictaba no eras sincero contigo mismo. Es obvio que habían cosas que no era de recibo a hacer pero si se podía sin infringir las leyes se debía hacer. Comí otro bocado quedandome un poco de ella ya, daba mordiscos grandes debido a que tenía hambre.
Sonreí bebiendo de mi refresco mientras pensaba que tenía razón. Estaba bien trabajar en lo que te gustaba pero eso no significaba que a veces no te cansaras. -A mi me pasa eso porque bueno, no tuve tiempo de pequeña de jugar, mis padres nunca me trajeron al parque. Me encogí de hombros restándole importancia al asunto, no quería que sintiera compasión puesto que eso me había hecho crecer más fuerte. Le escuché atentamente mientras asentía dándole a entender que lo comprendía a la perfección.
Escuché cómo carraspeaba, por lo que torcí mis labios pensando que algo no había dicho adecuadamente. -Pero... de todos modos tendré que decírselo al jefe Me reí suavemente mientras negaba con la cabeza. -Bueno como tu quieras. Yo no tengo problemas. Dije encogiéndome de hombros mientras le miraba con una sonrisa. -Sólo tienes que llamarme cuando quieras volver a verme. Dije guiñandole un ojo con una sonrisa ladeada. Pasé la mano por mi flequillo para echarlo hacia atrás ya que me molestaba nuevamente. -La verdad es que últimamente salgo poco. Rodé los ojos indicando que eso me desagradaba.
Asentí fervientemente a lo que dijo sobre pensar. -Por eso creo que es mejor actuar según lo que dicta el corazón. Dije sonriendo mientras le miraba con una sonrisa tierna en mi rostro. Seguí comiendo pensando que normalmente la gente la trataba de loca, de irresponsable, de inmadura por hacer lo que me dictaba lo que yo sentía. Era de las que creía que si no hacías lo que el corazón te dictaba no eras sincero contigo mismo. Es obvio que habían cosas que no era de recibo a hacer pero si se podía sin infringir las leyes se debía hacer. Comí otro bocado quedandome un poco de ella ya, daba mordiscos grandes debido a que tenía hambre.
Sonreí bebiendo de mi refresco mientras pensaba que tenía razón. Estaba bien trabajar en lo que te gustaba pero eso no significaba que a veces no te cansaras. -A mi me pasa eso porque bueno, no tuve tiempo de pequeña de jugar, mis padres nunca me trajeron al parque. Me encogí de hombros restándole importancia al asunto, no quería que sintiera compasión puesto que eso me había hecho crecer más fuerte. Le escuché atentamente mientras asentía dándole a entender que lo comprendía a la perfección.
Escuché cómo carraspeaba, por lo que torcí mis labios pensando que algo no había dicho adecuadamente. -Pero... de todos modos tendré que decírselo al jefe Me reí suavemente mientras negaba con la cabeza. -Bueno como tu quieras. Yo no tengo problemas. Dije encogiéndome de hombros mientras le miraba con una sonrisa. -Sólo tienes que llamarme cuando quieras volver a verme. Dije guiñandole un ojo con una sonrisa ladeada. Pasé la mano por mi flequillo para echarlo hacia atrás ya que me molestaba nuevamente. -La verdad es que últimamente salgo poco. Rodé los ojos indicando que eso me desagradaba.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Re: Got the beat +18
Sonrió al sentir los finos dedos de la pelirroja toca su mejilla. No sabía exactamente por qué sonreía, se sentía bastante tonto. Con atención escuchó a su amiga y abrió sus ojos al escuchar sus percances. - Vaya - musitó después de comer un bocado. las caídas de los árboles eran normales, en especial cuando se era niño. Steffan se habia caido infinidad de veces al trepar como largarto. - ¿Te quedaste afónica?- preguntó extrañado imaginandose lo tedioso y aburrido que sería quedarse sin voz.
Lo que había dicho Lei se aplicaba en la vida del propio joven Cartwright. Él seguía sus propias reglas, buscaba sus objetivos y sus motivaciones. No le hacia caso a nadie ni a nada, simplemente seguía lo que, por mas cursi que suene, lo que su corazón dictaba. Era su vida y no viviría dos veces entonces había que disfrutar.
Ladeó la cabeza, frunciendo el ceño. ¿Nunca la habian traido a jugar? Eso era bastante triste. Los mejores recuerdos de la infancia de Steffan estaban en los parques, en la playa y en el hielo. Lugares abiertos llenos de libertad, energía, aire...ahí era donde pasaba horas y horas, estar ahí lo regresaba a esa época y no podía evitar sentirse bien.Escuchó a Lei y negó con la cabeza, sonriendo abiertamente y riendo un poco. - Oh, deberías decirle al jefe- acordó mientras bebía un sorbo de su refresco, el cual ya casi se terminaba - Imagimate que vas a mi casa y de repente irrumpe tu padre con un bat de beisbol o una escopeta, dispuesto a matarme- comentó exagerando, riendose entre dientes y aludiendo a ls tiuación clásica de las películas. Sostuvo su mirada, dedicándole una sonrisa pícara. Asintió. - Te llamaré - prometió con seriedad. -Escuchó que decía. No podía coincidir, ya que él tenia una vida social bastante activa. - ¿Por que no sales?- preguntó educadamente esperando no meter la pata.
Lo que había dicho Lei se aplicaba en la vida del propio joven Cartwright. Él seguía sus propias reglas, buscaba sus objetivos y sus motivaciones. No le hacia caso a nadie ni a nada, simplemente seguía lo que, por mas cursi que suene, lo que su corazón dictaba. Era su vida y no viviría dos veces entonces había que disfrutar.
Ladeó la cabeza, frunciendo el ceño. ¿Nunca la habian traido a jugar? Eso era bastante triste. Los mejores recuerdos de la infancia de Steffan estaban en los parques, en la playa y en el hielo. Lugares abiertos llenos de libertad, energía, aire...ahí era donde pasaba horas y horas, estar ahí lo regresaba a esa época y no podía evitar sentirse bien.Escuchó a Lei y negó con la cabeza, sonriendo abiertamente y riendo un poco. - Oh, deberías decirle al jefe- acordó mientras bebía un sorbo de su refresco, el cual ya casi se terminaba - Imagimate que vas a mi casa y de repente irrumpe tu padre con un bat de beisbol o una escopeta, dispuesto a matarme- comentó exagerando, riendose entre dientes y aludiendo a ls tiuación clásica de las películas. Sostuvo su mirada, dedicándole una sonrisa pícara. Asintió. - Te llamaré - prometió con seriedad. -Escuchó que decía. No podía coincidir, ya que él tenia una vida social bastante activa. - ¿Por que no sales?- preguntó educadamente esperando no meter la pata.
Steffan N. Cartwright- Realeza
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Re: Got the beat +18
Suspiré al recordar el día que me quedé sin hablar. Para mí fue más un castigo que algo pasajero. Me encantaba hablar y no podía, era horrible aquella sensación de impotencia que me invadío cuando pasó todo. -Ahá, bueno eso me pasa por cantar tanto. Reí negando con mi cabeza mientras rodaba los ojos pensando que era algo tonta y que esas cosas me pasaban con razón y motivo. -Recuerdo que iba a todos los sitios con una libreta de bolsillo y un boli para poder escribir, pero acababa con la mano cansada. Para una persona que habla tanto es una maldición quedarse afonica. Por suerte como usé la libreta y no forzaba la voz en poco tiempo me recuperé, pero ahora no puedo cantar muy seguido porque enseguida se me resiente la voz. Dije soltandole todo el rollo de la historia de mi afonía. Seguramente tampoco hubiera preguntado como para que yo le contara tantas cosas, pero lo acababa de decir, me gustaba hablar y no me importaba contar cosas de mi.
Me mordí el labio inferior pensativa en aquello de mis padres, pero no dije nada más, simplemente suspiré suavemente acabandome después el refresco. -Sinceramente, no creo que debiera decirle con quién voy, pero le diré que saldré, si pregunta con quién no pienso contestar, no me gusta tener que dar explicaciones. Me encogí de hombros con aquello, era realmente cierto, hacía lo que quería cuando me apetecía, y si encima se oponían a mis actos los hacía con más rebeldía. Me reí por la imagen de mi padre de esa guisa entrando en casa de Steffan. -Peor sería que entrara con una motosierra. Capaz de matarte a ti y luego a mi. Negué con la cabeza. -Mejor que no sepa dónde voy... Reí dejando al final una sonrisa dulce en mi rostro. -Me lo creo porque eres un caballero. Dije sonriendo de lado de manera divertida y pícara. -Pues porque tengo muchas cosas que hacer, y cómo me pasó lo del tobillo pues tuve que hacer reposo. Dije torciendo mis labios y encogiéndome de hombros. Por unos segundos me quedé mirando sus ojos azules, quedandome embobada en su mirada. -Sé que te parecerá una locura, pero tus ojos me tranquilizan como el mar... Dije con voz calmada sin apartar la vista de él, como si no pudiera hacerlo.
Me mordí el labio inferior pensativa en aquello de mis padres, pero no dije nada más, simplemente suspiré suavemente acabandome después el refresco. -Sinceramente, no creo que debiera decirle con quién voy, pero le diré que saldré, si pregunta con quién no pienso contestar, no me gusta tener que dar explicaciones. Me encogí de hombros con aquello, era realmente cierto, hacía lo que quería cuando me apetecía, y si encima se oponían a mis actos los hacía con más rebeldía. Me reí por la imagen de mi padre de esa guisa entrando en casa de Steffan. -Peor sería que entrara con una motosierra. Capaz de matarte a ti y luego a mi. Negué con la cabeza. -Mejor que no sepa dónde voy... Reí dejando al final una sonrisa dulce en mi rostro. -Me lo creo porque eres un caballero. Dije sonriendo de lado de manera divertida y pícara. -Pues porque tengo muchas cosas que hacer, y cómo me pasó lo del tobillo pues tuve que hacer reposo. Dije torciendo mis labios y encogiéndome de hombros. Por unos segundos me quedé mirando sus ojos azules, quedandome embobada en su mirada. -Sé que te parecerá una locura, pero tus ojos me tranquilizan como el mar... Dije con voz calmada sin apartar la vista de él, como si no pudiera hacerlo.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Re: Got the beat +18
Hizo una mueca de disgusto al escucharla. Quedarse afonica...una muchacha tan platicadora como Lei debía ser tortura. Frunció el ceño, pensando en lo tedioso que debía ser llevar una libreta a todos lados para hacerte escuchar y entender. Alzó sus cejas, curioso y se acercó un poco a Lei. - ¿Cantas?- preguntò un tanto fascinando. Rió enre dientes. - Yo canto pero sólo en la ducha-. aclaró divertido.
Dió otro gran mordisco a su hamburgesa mientras la escuchaba. Digamos que los padres sabían de Steffan al ser un pueblo pequeño. Digamos también que él era un muchacho correcto, caballeroso, educado e inteligente pero no entendía lo que compromiso ni relación seria significaba. Sólo sabía que había vivir. Y se dejaba llevar.
Rió ligeramente imaginando una escena con ellos 3. - Mejor que sólo sepa que estarás afuera- musitó. Sería una mentira a medias, sin nada de que preocuparse. Asintió con su cabeza dándole la razón, a veces los quehaceres diarios y las actividades no permitían que uno saliera. Cartwright era de los jóvenes que siempre encontraban el tiempo necesario para salir a divertirse sin importar se podía o no.
Sostuvo la mirada de ella por mucho tiempo sin decir ni una sola palabra. Era muy apacible, como si las palabras sobraran y con la simple conexión dentre ojos fuera suficiente. Parpadeó algunas veces, acercándose de nuevo a ella estirando su mano para tomar la de ella. Sonrió encantadoramente, una de esas sonrisas capaces de derretir un témpano de hielo. - Gracias. - murmuró sin saber que decir y simplemente le volvió a sonreír.
Dió otro gran mordisco a su hamburgesa mientras la escuchaba. Digamos que los padres sabían de Steffan al ser un pueblo pequeño. Digamos también que él era un muchacho correcto, caballeroso, educado e inteligente pero no entendía lo que compromiso ni relación seria significaba. Sólo sabía que había vivir. Y se dejaba llevar.
Rió ligeramente imaginando una escena con ellos 3. - Mejor que sólo sepa que estarás afuera- musitó. Sería una mentira a medias, sin nada de que preocuparse. Asintió con su cabeza dándole la razón, a veces los quehaceres diarios y las actividades no permitían que uno saliera. Cartwright era de los jóvenes que siempre encontraban el tiempo necesario para salir a divertirse sin importar se podía o no.
Sostuvo la mirada de ella por mucho tiempo sin decir ni una sola palabra. Era muy apacible, como si las palabras sobraran y con la simple conexión dentre ojos fuera suficiente. Parpadeó algunas veces, acercándose de nuevo a ella estirando su mano para tomar la de ella. Sonrió encantadoramente, una de esas sonrisas capaces de derretir un témpano de hielo. - Gracias. - murmuró sin saber que decir y simplemente le volvió a sonreír.
Steffan N. Cartwright- Realeza
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Re: Got the beat +18
Sonreí quitandole importancia a ese hecho cuando vi que hacía una mueca de disgusto. Me reí cuando frunció el ceño ya que su cara me hizo bastante gracia la verdad. Le miré fijamente a los ojos cuando se acercó un poco a mi, pero antes de que pudiera decir nada él volvió a hablar lo que me hizo reirme de nuevo como antes. -Creo que todo el mundo canta en la ducha. Negué con la cabeza con una sonrisa en mi cara. -Canto y toco el piano, bueno, estoy aprendiendo a tocarlo. Sonreí enormemente, me gustaba cantar, aunque tocar el piano a veces me atormentaba, sobretodo cuando no me salía lo que quería tocar y me equivocaba. Solía acabar enfadada muchas veces aporreando el piano.
-Sí mejor, total para qué le voy a comentar quién eres o decirle tu nombre si lo más seguro es que ni te conozca... y es sólo un día de playa y una cena... Me encogí de hombros siendo algo brusca en mis palabras. A veces decía las cosas tal cual pensaba sin pararme a pensar en cómo lo decía. No me solía dar cuenta si no veía que a la otra persona le sentaban mal mis palabras. -Además que no es mi padre verdadero, así que... y ya soy mayorcita para hacer lo que quiera. Me encogí de hombros con cara de póker, indicando que me daba realmente igual.
Me quedé mirandole fijamente, cierto era que se veía un chico muy guapo, seguramente tendría miles de chicas detrás suyo. Y sin saber cómo agarró mi mano... aquello sumado a su sonrisa hizo que me acercara aún más a él, hasta unir mis labios con los suyos. En aquel momento hice lo que me dictaba el corazón, pero cuando me separé del beso me ruboricé por completo llevandome la mano que me tomaba a la boca, le miraba con disculpa. -Lo siento.. no debí... y-yo... bueno.. esto.. No sabía qué decir, me solía poner nerviosa muchas veces puesto que no me consideraba una de esas chicas que ligaban con chicos y estaban acostumbradas a eso. -S-será mejor que... Dije señalando hacia un árbol totalmente nerviosa. -Digo.. me tengo que ir... Me moría de vergüenza y notaba como mis mejillas estaban encendidas como mi pelo.
-Sí mejor, total para qué le voy a comentar quién eres o decirle tu nombre si lo más seguro es que ni te conozca... y es sólo un día de playa y una cena... Me encogí de hombros siendo algo brusca en mis palabras. A veces decía las cosas tal cual pensaba sin pararme a pensar en cómo lo decía. No me solía dar cuenta si no veía que a la otra persona le sentaban mal mis palabras. -Además que no es mi padre verdadero, así que... y ya soy mayorcita para hacer lo que quiera. Me encogí de hombros con cara de póker, indicando que me daba realmente igual.
Me quedé mirandole fijamente, cierto era que se veía un chico muy guapo, seguramente tendría miles de chicas detrás suyo. Y sin saber cómo agarró mi mano... aquello sumado a su sonrisa hizo que me acercara aún más a él, hasta unir mis labios con los suyos. En aquel momento hice lo que me dictaba el corazón, pero cuando me separé del beso me ruboricé por completo llevandome la mano que me tomaba a la boca, le miraba con disculpa. -Lo siento.. no debí... y-yo... bueno.. esto.. No sabía qué decir, me solía poner nerviosa muchas veces puesto que no me consideraba una de esas chicas que ligaban con chicos y estaban acostumbradas a eso. -S-será mejor que... Dije señalando hacia un árbol totalmente nerviosa. -Digo.. me tengo que ir... Me moría de vergüenza y notaba como mis mejillas estaban encendidas como mi pelo.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Re: Got the beat +18
Steffan sonrió con una extraña curiosidad reflejada en sus ojos. Esta chica era una joya, por asi decirlo. Carraspeó un poco para ordenarse sus ideas y habló alegremente. - Yo toco piano y guitarra, podríamos hacer canciones- comentó su idea mientras se imaginaba como sonaría...seguramente sería preciosa una canción cantada por Lei, su timbre de voz era suave al hablar seguramente era soprano.
No borró su sonrisa al escucharla hablar a pesar de su tono brusco y rudo, es más, le hizo gracia. Si no se equivocaba, la pelirroja era mayor que él. No eran muchos años, 3 quizás que se veían compensando con la perspectiva de Steffan a pesar de sus aires de adolescente sin remedio. Ya habían acabado de comer sus hamburgesas, Nate no se había percatado de que seguía jugando la delicada mano de ella. Generalmente en sus citas no hacía eso. Iba directo al grano pero esta muchacha...
le ganó. Los dos se habían inclinado sobre la mesa acortando la distancia entre ambos. De pronto sintió el suave tacto de los labios de Lei, la calidez de su aliento y el aroma inundaba sus fosas nasales. Duró pocos segundos y se separó ella, apenada y tartamudeando. Se levantó y comenzó a caminar hacia un árbol. Steffan sonrió, siguiendola. La alcanzó en unas 3 zancadas, la tomó de la mano, le dió la vuelta con elegancia para que quedaran frente a frente. Las mejillas de ella estaban encedidas, Nate recorrió con un dedo el contorno de su bonito rostro para volver a besarla. Se mostró incómoda al principio pero se dejó llevar. Era un beso lento, el ojiauzl descurbió que se moría de ganas por besarla. Y al fin lo estaba haciendo. Sus labios cálidos, el latido de su corazón en su pecho y el mundo se detenía alrededor de ellos sin saber exactamente el porqué.
No borró su sonrisa al escucharla hablar a pesar de su tono brusco y rudo, es más, le hizo gracia. Si no se equivocaba, la pelirroja era mayor que él. No eran muchos años, 3 quizás que se veían compensando con la perspectiva de Steffan a pesar de sus aires de adolescente sin remedio. Ya habían acabado de comer sus hamburgesas, Nate no se había percatado de que seguía jugando la delicada mano de ella. Generalmente en sus citas no hacía eso. Iba directo al grano pero esta muchacha...
le ganó. Los dos se habían inclinado sobre la mesa acortando la distancia entre ambos. De pronto sintió el suave tacto de los labios de Lei, la calidez de su aliento y el aroma inundaba sus fosas nasales. Duró pocos segundos y se separó ella, apenada y tartamudeando. Se levantó y comenzó a caminar hacia un árbol. Steffan sonrió, siguiendola. La alcanzó en unas 3 zancadas, la tomó de la mano, le dió la vuelta con elegancia para que quedaran frente a frente. Las mejillas de ella estaban encedidas, Nate recorrió con un dedo el contorno de su bonito rostro para volver a besarla. Se mostró incómoda al principio pero se dejó llevar. Era un beso lento, el ojiauzl descurbió que se moría de ganas por besarla. Y al fin lo estaba haciendo. Sus labios cálidos, el latido de su corazón en su pecho y el mundo se detenía alrededor de ellos sin saber exactamente el porqué.
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Re: Got the beat +18
Me quedé realmente sorprendida, mi boca se abrió con asombro para luego acabar sonriendo de oreja a oreja. Aquel chico me sorprendía más y más, era toda una caja de sorpresas. -Estaré encantada de hacerlas Dije ladeando la cabeza manteniendo mi sonrisa mientras le miraba atentamente a los ojos. Me moría de ganas por escucharle tocar, la música era una de mis pasiones, aunque como aún estaba aprendiendo a tocar el piano, me gustaba más cantar. -Quizás también podrías enseñarme a tocar, porque lo estoy haciendo de manera autodidacta. Me encogí de hombros apartando mi pelo hacia atrás de nuevo ya que al ladear la cabeza anteriormente se me había venido a la cara.
Me quedé más tranquila al ver que sonreía porque eso indicaba que mis palabras no le habían sentado mal. Lo cierto es que era una realidad lo que había dicho hacía unos segundos. Al acabar de comer las hamburguesas él seguía con su mano sobre la mía, lo que me hacía sentir bien, era un gesto bastante dulce que me encantaba. Me había puesto demasiado nerviosa con el beso, no era de las que se lanzaban y tampoco sabía muy bien por qué había tenido aquel impulso, pero lo había hecho, y a lo hecho pecho. Estaba sonrojada por completo por eso me había levantado y me había alejado un poco.
Me giró tomandome de la mano acariciando después mi cara. Esta vez cuando él me beso no me sentí nerviosa. Pude disfrutar del beso, saborear sus labios de forma lenta, pudiendo notarlos a la perfección. No era una de esas chicas que caían a la primera, sí era enamoradiza, pero eso no implicaba que hiciera cosas tan rápido como otras de mi edad. Era un tanto romántica y no me gustaba cuando las cosas eran de otra manera, pero Steffan se mostraba galán, quizás por su educación, quizás fuera una manera de conseguir chicas, o quizás era así realmente. En aquel momento no quería pensarlo, simplemente seguir lo que sentía y sentía que tenía ganas de estar así. Me separé despacio ahora menos sonrojada que antes y le miré fijamente a los ojos. -Debes pensar que soy una tonta.. Dije con una leve sonrisa refiriendome a que me había puesto muy nerviosa como si no hubiera besado a un chico antes.
Me quedé más tranquila al ver que sonreía porque eso indicaba que mis palabras no le habían sentado mal. Lo cierto es que era una realidad lo que había dicho hacía unos segundos. Al acabar de comer las hamburguesas él seguía con su mano sobre la mía, lo que me hacía sentir bien, era un gesto bastante dulce que me encantaba. Me había puesto demasiado nerviosa con el beso, no era de las que se lanzaban y tampoco sabía muy bien por qué había tenido aquel impulso, pero lo había hecho, y a lo hecho pecho. Estaba sonrojada por completo por eso me había levantado y me había alejado un poco.
Me giró tomandome de la mano acariciando después mi cara. Esta vez cuando él me beso no me sentí nerviosa. Pude disfrutar del beso, saborear sus labios de forma lenta, pudiendo notarlos a la perfección. No era una de esas chicas que caían a la primera, sí era enamoradiza, pero eso no implicaba que hiciera cosas tan rápido como otras de mi edad. Era un tanto romántica y no me gustaba cuando las cosas eran de otra manera, pero Steffan se mostraba galán, quizás por su educación, quizás fuera una manera de conseguir chicas, o quizás era así realmente. En aquel momento no quería pensarlo, simplemente seguir lo que sentía y sentía que tenía ganas de estar así. Me separé despacio ahora menos sonrojada que antes y le miré fijamente a los ojos. -Debes pensar que soy una tonta.. Dije con una leve sonrisa refiriendome a que me había puesto muy nerviosa como si no hubiera besado a un chico antes.
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Re: Got the beat +18
Las canciones, la música solía explicar cosas que no eran dichas en la vida. Constituian un perfecto background para cada momento, instante y situación. Steffan besaba a Kaileigh sin prisas, la melodía que iba en ese instante debia ser un piano alegre o una guitarra pacífica. Dejó de pensar en eso para concentrarse en el beso hasta que Lei se separó suavemente. Nate esperaba no haber metido la pata, simplemente habia seguido su impulso.
Su caballerosidad es natural. Educado estrictamente por sus padres, el muchacho siempre respetó las reglas y trató a cada mujer como lo que eran: seres preciados que merecian atención. Esa conducta suya lo llevó a ser considerado un galán en la preparatoria, donde todas las chicas encontraban fascinante esa cualidad de Steffan. Él no sabía por qué los hombres dejaban de lado la caballerosidad y, al ver el efecto en las muchachas, decidió usarla en su beneficio.
Revolvió el cabello de Lei, riendo por lo bajo. Su risa era , como su voz, grave y rasposa. Alzó sus cejas negando con la cabeza. - No lo eres- corrigió con una sonrisa galante mientras besaba su frente con afecto y la abrazaba. Encogió sus hombros y sostuvo su mirada, levantando la barbilla de Lei con su dedo indice. - Bien...¿y ahora?- preguntó divertido al ver las mejillas encendidas de la pelirroja,
Su caballerosidad es natural. Educado estrictamente por sus padres, el muchacho siempre respetó las reglas y trató a cada mujer como lo que eran: seres preciados que merecian atención. Esa conducta suya lo llevó a ser considerado un galán en la preparatoria, donde todas las chicas encontraban fascinante esa cualidad de Steffan. Él no sabía por qué los hombres dejaban de lado la caballerosidad y, al ver el efecto en las muchachas, decidió usarla en su beneficio.
Revolvió el cabello de Lei, riendo por lo bajo. Su risa era , como su voz, grave y rasposa. Alzó sus cejas negando con la cabeza. - No lo eres- corrigió con una sonrisa galante mientras besaba su frente con afecto y la abrazaba. Encogió sus hombros y sostuvo su mirada, levantando la barbilla de Lei con su dedo indice. - Bien...¿y ahora?- preguntó divertido al ver las mejillas encendidas de la pelirroja,
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Re: Got the beat +18
Reí con él cuando me revolvió el pelo, a veces me sentía como una cría tonta, sobre todo en estos temas. Me ponía nerviosa ante un chico y más en esa situación. No era una de esas chicas atrevidas aunque si me enamoraba podía luchar hasta la saciedad. Aunque él me hacía sentir diferente, como si realmente no fuera así, no era como el resto de chicos que me había encontrado que me tomaba por tonta. Era confiada con la gente y eso hacía que creyese las palabras de aquel chico. Le abracé con fuerza apoyando mi cabeza sobre su pecho. Su aroma me embriagaba por momentos dejandome algo atontada.
Pronto alzó mi barbilla con el dedo índice. Me mordí el labio inferior manteniendole la mirada. -¿A-ahora qué? Pregunté sin saber muy bien a lo que se refería. Suspiré pensativa y entonces se me ocurrió. -¿Por qué no vamos ahora a la playa? Propuse con entusiasmo separándome de él acariciando su brazo hasta tomar su mano y tirar de él. Me apetecía seguir estando con él y pasar un rato muy agradable como me lo estaba haciendo pasar. -Vamoos o ¿Es que te pesa el culo? Dije bromenado mientras le sacaba la lengua y andaba de espaldas tirando de él. -Hay que aprovechar el buen día que hace ¿No te parece? Pregunté con una sonrisa dulce, aunque por unos instantes la mostré algo pícara.
No me preocupaba por no llevar bañador, eso no era importante, sólo quería ir a la playa y disfrutar del agua fuera cual fuera el modo. Me dejaba llevar como las olas se dejaban llevar por la corriente hasta la orilla. En cierto modo me sentía como el mar, veces en calma y otras podía ser toda una furia, sólo si me cabreaban de verdad, y eso pasaba cuando me prohibian algo que quería hacer. Esperaba que no le importase ir a la playa, pero me apetecía mucho, quizás demasiado.
Pronto alzó mi barbilla con el dedo índice. Me mordí el labio inferior manteniendole la mirada. -¿A-ahora qué? Pregunté sin saber muy bien a lo que se refería. Suspiré pensativa y entonces se me ocurrió. -¿Por qué no vamos ahora a la playa? Propuse con entusiasmo separándome de él acariciando su brazo hasta tomar su mano y tirar de él. Me apetecía seguir estando con él y pasar un rato muy agradable como me lo estaba haciendo pasar. -Vamoos o ¿Es que te pesa el culo? Dije bromenado mientras le sacaba la lengua y andaba de espaldas tirando de él. -Hay que aprovechar el buen día que hace ¿No te parece? Pregunté con una sonrisa dulce, aunque por unos instantes la mostré algo pícara.
No me preocupaba por no llevar bañador, eso no era importante, sólo quería ir a la playa y disfrutar del agua fuera cual fuera el modo. Me dejaba llevar como las olas se dejaban llevar por la corriente hasta la orilla. En cierto modo me sentía como el mar, veces en calma y otras podía ser toda una furia, sólo si me cabreaban de verdad, y eso pasaba cuando me prohibian algo que quería hacer. Esperaba que no le importase ir a la playa, pero me apetecía mucho, quizás demasiado.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Re: Got the beat +18
El sentir los delgados brazos de Lei alrededor de su abdomen lo hizo sonreír. Generalmente Steffan no era de los chicos que se apresuraban tanto. Se tomaba su tiempo en ciertas cosas pero con Kai, simplemente había sucumbido ante su impulso de querer besarla. Rió ligeramente sacudiendo sus hombros, sintiendo la energía de Murdock. - Ea, está bien, vamos a la playa - contestó divertido mientras movía sus piernas. Rió más alto ante lo que decía la pelirroja. Le sacó la lengua también, imitandola y comenzó a andar más rápido. Era como un juego, uno que nunca antes había jugado. Sentirse bien al instante.
Tomó la mano de Lei para correr juntos. Podrían verse muy cliché pero no le importaba. - No me digas que ahora eres tú la tortuga - comentó alzando sus cejas, con un tono entre serio y bromista. Ambos llegaron a donde estaba estacionada la motocicleta de Nathaniel, el muchacho de ojos color zafiro le entregó el casco. - Póntelo tú, ok? Agárrate fuerte- indicó mientras le ayudaba a subir. Verificó que se hubiera puesto bien el casco y se subió él en un movimiento fuerte y ágil.
Una vez arriba, el motor rugió, despertando de un letargo. Cartwright amaba esa sensación de poder. Aceleró con precaución y tomó le carretera que desembocaba en la playa. Era un trayecto que recorría en 20 minutos o media hora. El clima era el adecuado para salir al mar, el viento golpeaba sus rostros haciéndolos sentir ligeros y el aroma de agua salada los refrescaba. Todo eso a una velocidad considerable, si el Sheriff lo veía seguramente lo multaría.
Después de poco tiempo, el mar comenzó a aparecer sobre la línea del horizonte, a su izquierda. Indicaba que estaban por llegar. No llevaban traje de baño ni toallas, nada. Sólo llevaban uno al otro. Y eso estaba perfecto. Subitamente, Steffan ansiaba nadar en las olas cristalinas del oceano que se extendía a un lado de ellos.
Tomó la mano de Lei para correr juntos. Podrían verse muy cliché pero no le importaba. - No me digas que ahora eres tú la tortuga - comentó alzando sus cejas, con un tono entre serio y bromista. Ambos llegaron a donde estaba estacionada la motocicleta de Nathaniel, el muchacho de ojos color zafiro le entregó el casco. - Póntelo tú, ok? Agárrate fuerte- indicó mientras le ayudaba a subir. Verificó que se hubiera puesto bien el casco y se subió él en un movimiento fuerte y ágil.
Una vez arriba, el motor rugió, despertando de un letargo. Cartwright amaba esa sensación de poder. Aceleró con precaución y tomó le carretera que desembocaba en la playa. Era un trayecto que recorría en 20 minutos o media hora. El clima era el adecuado para salir al mar, el viento golpeaba sus rostros haciéndolos sentir ligeros y el aroma de agua salada los refrescaba. Todo eso a una velocidad considerable, si el Sheriff lo veía seguramente lo multaría.
Después de poco tiempo, el mar comenzó a aparecer sobre la línea del horizonte, a su izquierda. Indicaba que estaban por llegar. No llevaban traje de baño ni toallas, nada. Sólo llevaban uno al otro. Y eso estaba perfecto. Subitamente, Steffan ansiaba nadar en las olas cristalinas del oceano que se extendía a un lado de ellos.
Steffan N. Cartwright- Realeza
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Re: Got the beat +18
Sonreí aún abrazada a él, no solía ser tan cariñosa de buenas a primeras, más bien era algo desconfiada, pero no sé por qué exactamente estaba sucediendo aquello. Era como si lo conociera de toda la vida, me sentía realmente cómoda abrazada a él. Sonreí alegreente al oir que estaba de acuerdo en ir a la playa aunque tampoco le quedaba mucha elección, era eso o irse, cosa que esperaba que no se fuera claro. Pronto me adelantó con sus pasos y era él el que tiraba de mi. -Eeeh! Que tu tienes las piernas más largas y más fuertes! Dije negando con la cabeza mientras miraba nuestras manos agarradas y ambos corriendo... Me sonrojé automáticamente.
Pronto me impulsé y subí a su espalda. -Arre caballo! Estaba siendo demasiado infantil, pero me gustaba divertirme y reirme, hacer la tonta y esas cosas. Cuando llegamos a la moto me bajé de la espalda y le dejé un suave beso en el cuello. -Pero y tu? Pregunté torciendo mis labios con el casco en las manos, aunque se subió a la moto, por lo que me puse el casco e hice lo mismo que él sujetandome fuerte y con cuidado.
Me apoyé en su espalda en cuanto arrancó, no me daba miedo puesto que yo tenía una, así que estaba acostumbrada a correr, de hecho me encantaba, pero se sentía tan bien abrazada a él. Solté un suspiro allí detrás, disfrutando de la velocidad. Podía notar ya el ambiente a mar, la brisa fresca y el olor a sal que tanto me encantaba. Pronto el mar apareció al final haciendose mayor a medida que nos acercábamos. Por lo que no tardamos mucho en llegar.
Al hacerlo Steffan aparcó y rápidamente me bajé quitandome el casco y meneando mi melena como si fuera un anuncio de champú, pero así se me quedaba genial. Normalmente lo llevaba revuelto, era más salvaje y me encantaba. Me aparté el pelo del flequillo con la mano hacia atrás dejandolo caer. -Me encanta este ambiente. Dije dándole el casco con una gran sonrisa en mi rostro fijandome en que los ojos de Steffan se veían más azules con el mar de fondo. No pude evitar quedarme embobada y acercarme para volverle a besar por incercia. Disfrutando de sus labios nuevamente, mordisqueé su labio inferior y salí corriendo por la arena mientras me iba quitando la ropa hasta quedar en ropa interior. -Tonto el último Dije girandome para mirarle guiñandole el ojo.
Pronto me impulsé y subí a su espalda. -Arre caballo! Estaba siendo demasiado infantil, pero me gustaba divertirme y reirme, hacer la tonta y esas cosas. Cuando llegamos a la moto me bajé de la espalda y le dejé un suave beso en el cuello. -Pero y tu? Pregunté torciendo mis labios con el casco en las manos, aunque se subió a la moto, por lo que me puse el casco e hice lo mismo que él sujetandome fuerte y con cuidado.
Me apoyé en su espalda en cuanto arrancó, no me daba miedo puesto que yo tenía una, así que estaba acostumbrada a correr, de hecho me encantaba, pero se sentía tan bien abrazada a él. Solté un suspiro allí detrás, disfrutando de la velocidad. Podía notar ya el ambiente a mar, la brisa fresca y el olor a sal que tanto me encantaba. Pronto el mar apareció al final haciendose mayor a medida que nos acercábamos. Por lo que no tardamos mucho en llegar.
Al hacerlo Steffan aparcó y rápidamente me bajé quitandome el casco y meneando mi melena como si fuera un anuncio de champú, pero así se me quedaba genial. Normalmente lo llevaba revuelto, era más salvaje y me encantaba. Me aparté el pelo del flequillo con la mano hacia atrás dejandolo caer. -Me encanta este ambiente. Dije dándole el casco con una gran sonrisa en mi rostro fijandome en que los ojos de Steffan se veían más azules con el mar de fondo. No pude evitar quedarme embobada y acercarme para volverle a besar por incercia. Disfrutando de sus labios nuevamente, mordisqueé su labio inferior y salí corriendo por la arena mientras me iba quitando la ropa hasta quedar en ropa interior. -Tonto el último Dije girandome para mirarle guiñandole el ojo.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Re: Got the beat +18
El sol caía suavemente. Steffan aparco con cuidado su motocicleta en dos movimientos limpios que mostraban experiencia. El sonido de las olas se podía escuchar con claridad, un murmullo incesante que inyectaba paz y hacia sonreír al ojiazul.
Generalmente no pensaba mucho. Se dejaba guiar por sus impulsos, por sus aires de adolescente aún frescos en su persona. Nathaniel no era una persona muy sería, algunas palabras como "responsabilidad" o "compromiso" no figuraban en su léxico del día a día. Mientras sentía los brazos de ella alrededor suyo, sólo pensaba que se sentía bien. Una corriente eléctrica había recorrido su cuerpo desde que la beso por primera vez, seguía sintiendo la electricidad en el sin saber bien la razón.
Apago el motor, agarro el casco y lo dejo en su lugar. Observo cómo el cabello rojo de Lei se movía libremente por el travieso viento. Sonrió para sí, pensando en que le gustaría fotografiarla. La luz le daba un aspecto de ensueño, su cabello se veía precioso. Antes de que pudiera decirle algo, sintió sus labios sobre los suyos. Impaciente, la beso subiendo un poco de tono. Sonrió al sentir un ligero mordisco. Se separó, beso su cuello y la despeino.
-Ya veremos- comento mientras se hecha a correr junto a ella, ganándole por una distancia considerable en pocos segundos. Bajo la velocidad a medida que se acercaba al inicio del mar. Llegaron al mismo tiempo, empate técnico. Ambos caminaron sobre las olas blancas sin preocuparse.
Generalmente no pensaba mucho. Se dejaba guiar por sus impulsos, por sus aires de adolescente aún frescos en su persona. Nathaniel no era una persona muy sería, algunas palabras como "responsabilidad" o "compromiso" no figuraban en su léxico del día a día. Mientras sentía los brazos de ella alrededor suyo, sólo pensaba que se sentía bien. Una corriente eléctrica había recorrido su cuerpo desde que la beso por primera vez, seguía sintiendo la electricidad en el sin saber bien la razón.
Apago el motor, agarro el casco y lo dejo en su lugar. Observo cómo el cabello rojo de Lei se movía libremente por el travieso viento. Sonrió para sí, pensando en que le gustaría fotografiarla. La luz le daba un aspecto de ensueño, su cabello se veía precioso. Antes de que pudiera decirle algo, sintió sus labios sobre los suyos. Impaciente, la beso subiendo un poco de tono. Sonrió al sentir un ligero mordisco. Se separó, beso su cuello y la despeino.
-Ya veremos- comento mientras se hecha a correr junto a ella, ganándole por una distancia considerable en pocos segundos. Bajo la velocidad a medida que se acercaba al inicio del mar. Llegaron al mismo tiempo, empate técnico. Ambos caminaron sobre las olas blancas sin preocuparse.
Steffan N. Cartwright- Realeza
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Re: Got the beat +18
Aumenté la intensidad del beso justo cuando noté que él lo hacía, disfrutando del beso que me estaba dando, de alguna manera me extasiaba como nadie lo había hecho, esa sensación en el cuerpo era muy raro. Cuando besó mi cuello suspiré placenteramente ya que me encantaba que me besaran en esa zona. Luego me despeinó por lo que hice una mueca divertida y coloqué bien mi cabello. Luego eché a correr viendo como él me seguía adelantándome incluso. Dejé la ropa que llevaba en la mano y la dejé en la arena, cerca de la orilla pero no tanto como para que se pudiera mojar.
Al llegar a las olas le cogí del brazo intentando tirarlo al agua para mojarle. -Oh eres demasiado fuerte... Me quejé intentando una y otra vez que se cayera, pero claro él tenía más fuerza que yo por lo que me era más difícil. Así que intenté hacerle cosquillas para que perdiera fuerzas y así abatirle y poder tirarle al agua. Pero la que empezó a reirse fui yo por lo que perdí fuerza, -Vamos, seguro que mojadito estás más guapo. Decidí agacharme para coger agua entre mis manos viendo que mi plan no surtía efecto. Le eché el poco agua por la cabeza mojandolo apenas. -Ves, así mucho más guapo Dije colocando mis brazos alrededor de su cuello acariciando su cabello mientras me reía.
Le miraba a los ojos notando aquella extraña conexión entre ambos, provocando el chispazo que sentía en mi cuerpo. No pude evitar besarle con intensidad buscando su lengua para entrelazarla con la mía. Aprovechando pequeños espacios para mordisquearle el labio inferior. Me separé de sus labios nuevamente sonriendo como una tonta. -Esto es raro sabes... Le miré aún con aquella sonrisa dejando ese comentario al aire sin dar más explicaciones. Imaginaba que él lo entendería, aunque claro no todos éramos iguales ni sentíamos igual. Podía ser que él simplemente hubiera aprovechado la situación para disfrutar un rato sin sentir aquella conexión que sentía yo.
Al llegar a las olas le cogí del brazo intentando tirarlo al agua para mojarle. -Oh eres demasiado fuerte... Me quejé intentando una y otra vez que se cayera, pero claro él tenía más fuerza que yo por lo que me era más difícil. Así que intenté hacerle cosquillas para que perdiera fuerzas y así abatirle y poder tirarle al agua. Pero la que empezó a reirse fui yo por lo que perdí fuerza, -Vamos, seguro que mojadito estás más guapo. Decidí agacharme para coger agua entre mis manos viendo que mi plan no surtía efecto. Le eché el poco agua por la cabeza mojandolo apenas. -Ves, así mucho más guapo Dije colocando mis brazos alrededor de su cuello acariciando su cabello mientras me reía.
Le miraba a los ojos notando aquella extraña conexión entre ambos, provocando el chispazo que sentía en mi cuerpo. No pude evitar besarle con intensidad buscando su lengua para entrelazarla con la mía. Aprovechando pequeños espacios para mordisquearle el labio inferior. Me separé de sus labios nuevamente sonriendo como una tonta. -Esto es raro sabes... Le miré aún con aquella sonrisa dejando ese comentario al aire sin dar más explicaciones. Imaginaba que él lo entendería, aunque claro no todos éramos iguales ni sentíamos igual. Podía ser que él simplemente hubiera aprovechado la situación para disfrutar un rato sin sentir aquella conexión que sentía yo.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Re: Got the beat +18
-Te pones a jugar con Sansón a las patadas- comentó entre risas al notar que la pobre lei intentaba empujarlo usando todas sus fuerzas. Era fuerte gracias a los años dedicados al hockey sobre hielo, tenía un condición perfecta gracias a la natación y futbol. Era un muchacho bastante sano, si excluian el hecho de que fumaba bastante. Una adicción que había comenzado años atrás por la ansiedad que le provocaban diversos asuntos.
Sintió cómo los finos dedos de la pelirroja trataban de hacerle cosquillas. Se retorció un poco, alejandose de ella y agarrando sus delicadas manos entre las suyas para detener el ataque del cual estaba siendo víctima. No obstante su pequeña victoria fue minima ya que de repente sintió el agua fría del mar mojar su cabeza. Frunció el ceño y rió entre dientes. Su cabello se oscureció ( de por si su cabello era de un negro intenso ) y comenzó a ondularse, a tomar su textura normal. Alzó sus cejas ante el comentario de ella, dudando ligeramente. -¿ No parezco perro mojado?- preguntó divertido. El agua comenzaba a mojarlos de la cintura para arriba, lo cual hacia que toda su playera húmeda se pegara contra su cuerpo. Notó cómo el definido, esbelto y proporcionado cuerpo de Kaileigh florecía. No tuvo palabras, simplemente le hechó más agua sus cabellos rojos. - Tú te ves muy bonita. Como una ninfa acuática - murmuró sonriendole.
De la nada Murdock volvió a besarlo, esta vez ella llevaba las riendas del apasionado beso. Nathaniel se dejó llevar, entrelanzando su lengua con la de ella, disfrutando de sus labios y de sus mordiscos. Instintivamente, recorrió el contorno del cuerpo de Lei. Sus manos se posaron sobre su cintura. Una mano se atrevió a bajar unos cuantos centímetros hacia abajo. Kaileigh se separó de él y sonrió encantadoramente, susurrando algo muy cierto.
Steffan sostuvo su mirada. Había algo ahí. No obstante, el mismo era un ser inmaduro lleno de matices, un barquito a la deriva en el mar de la vida. Asintió suavemente mientras besaba a lei en su cabeza, sonriendo por lo bajo. - A veces no se necesitan explicaciones- comentó mirando hacia el horizonte. Ella tenía razón: los ojos de Cartwright se veían preciosos. En parte era por el fondo azul que era proporcionado por el mar (le daban un aspecto más claro, ligeros hilillos de color dorado y verde se podían distintguir en sus iris) pero ese especial brillo se debía a ella.
Sintió cómo los finos dedos de la pelirroja trataban de hacerle cosquillas. Se retorció un poco, alejandose de ella y agarrando sus delicadas manos entre las suyas para detener el ataque del cual estaba siendo víctima. No obstante su pequeña victoria fue minima ya que de repente sintió el agua fría del mar mojar su cabeza. Frunció el ceño y rió entre dientes. Su cabello se oscureció ( de por si su cabello era de un negro intenso ) y comenzó a ondularse, a tomar su textura normal. Alzó sus cejas ante el comentario de ella, dudando ligeramente. -¿ No parezco perro mojado?- preguntó divertido. El agua comenzaba a mojarlos de la cintura para arriba, lo cual hacia que toda su playera húmeda se pegara contra su cuerpo. Notó cómo el definido, esbelto y proporcionado cuerpo de Kaileigh florecía. No tuvo palabras, simplemente le hechó más agua sus cabellos rojos. - Tú te ves muy bonita. Como una ninfa acuática - murmuró sonriendole.
De la nada Murdock volvió a besarlo, esta vez ella llevaba las riendas del apasionado beso. Nathaniel se dejó llevar, entrelanzando su lengua con la de ella, disfrutando de sus labios y de sus mordiscos. Instintivamente, recorrió el contorno del cuerpo de Lei. Sus manos se posaron sobre su cintura. Una mano se atrevió a bajar unos cuantos centímetros hacia abajo. Kaileigh se separó de él y sonrió encantadoramente, susurrando algo muy cierto.
Steffan sostuvo su mirada. Había algo ahí. No obstante, el mismo era un ser inmaduro lleno de matices, un barquito a la deriva en el mar de la vida. Asintió suavemente mientras besaba a lei en su cabeza, sonriendo por lo bajo. - A veces no se necesitan explicaciones- comentó mirando hacia el horizonte. Ella tenía razón: los ojos de Cartwright se veían preciosos. En parte era por el fondo azul que era proporcionado por el mar (le daban un aspecto más claro, ligeros hilillos de color dorado y verde se podían distintguir en sus iris) pero ese especial brillo se debía a ella.
Steffan N. Cartwright- Realeza
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Re: Got the beat +18
Fruncí mis labios con cierto enfado por no poder moverle. Quería hacerlo, quería tirarlo al agua para divertirme. A veces podía parecer bastante infantil, pero qué le íbamos a hacer, era mi carácter, eso no significaba que fuera tonta. Por eso intenté hacerle cosquillas para derrumbarlo, pero ni eso funcionó ya que se separó de mi pese a habers retorcido y me agarró las manos entre las suyas para que no pudiera hacerle nada. -Oh vamos! Sólo son cosquillas! Dije riendome y removiendome para soltarme y echarle agua por encima para que se mojara. No pude evitar reirme con ganas en cuanto preguntó aquello. -¡No! Sólo un chico guapo mojado. Le sonreí dulcemente mientras podía notar cómo el agua nos llegaba por la cintura, estaba fría y eso hizo que mi piel se erizase por completo. A él se le pegaba la camiseta al cuerpo dejandolo marcado, no pude evitar morderme el labio inferior. Pronto noté el agua por mi cabeza sacandome de mis pensamientos sobre él. -Mentira, las sirenas son mucho más guapas! Dije como si existieran y conociera a alguna, dando por hecho que con ninfas acuáticas se refería a éstas.
Sin más le besé, de manera apasionada, acariciando su cabello por la nuca mientras pegaba mi cuerpo al suyo. Noté sus manos acariciar mi cuerpo, cosa que no me importó, me gustaba sentir sus manos tocar mi cuerpo. El beso duró un poco más pero me separé para decir aquello. ¿Debería dejarme llevar? Por qué no hacerlo, aquello no sería más que una aventura más simplemente. Acepté a arriesgarme. Me apoyé en su pecho con la cabeza mientras miraba dónde él miraba, al horizonte. No pude evitar girarme y besar su pecho por encima de la camiseta, subiendo a su cuello, al cual le dediqué suaves caricias con los labios, dejandole besitos cortos sobre éste. Poco a poco subí a su cara y me dirigí a sus labios nuevamente dejando un corto y dulce beso sobre sus labios. -¿Qué piensas? Pregunté sonriendo mientras centraba mis ojos en los suyos.
Sin más le besé, de manera apasionada, acariciando su cabello por la nuca mientras pegaba mi cuerpo al suyo. Noté sus manos acariciar mi cuerpo, cosa que no me importó, me gustaba sentir sus manos tocar mi cuerpo. El beso duró un poco más pero me separé para decir aquello. ¿Debería dejarme llevar? Por qué no hacerlo, aquello no sería más que una aventura más simplemente. Acepté a arriesgarme. Me apoyé en su pecho con la cabeza mientras miraba dónde él miraba, al horizonte. No pude evitar girarme y besar su pecho por encima de la camiseta, subiendo a su cuello, al cual le dediqué suaves caricias con los labios, dejandole besitos cortos sobre éste. Poco a poco subí a su cara y me dirigí a sus labios nuevamente dejando un corto y dulce beso sobre sus labios. -¿Qué piensas? Pregunté sonriendo mientras centraba mis ojos en los suyos.
Kaileigh A. Murdock- Realeza
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Re: Got the beat +18
Steffan rió sonoramente, negando con la cabeza. - Espero que este chico guapo mojado siga siendo guapo después de esto...- murmuró. Lei no movió ni músculo: Steff se habia sumergido en el cristalino mar y, haciendo uso de su fuerza, agarró a la delgada pelirroja por sus piernas, elevandola por lo alto. Momento espontáneo que agarró por sorpresa a la ojiverde que sonrió abiertamente. Sin querer, Nate tenía una vista hermosa: el rostro delicado de ella le sonreía con calidez desde arriba y podía distinguirse la curva de sus pechos. Las grandes manos de él estaban sobre la curva de su cintura y sus brazos protegían las largas piernas de ella.
- Guau - suspiró. Guardó esa imagen de ella en el fondo de su corazón. El sol le daba un aura especial. Parecía hija de Neptuno, el dios de los mares. y, con la ensoñación disipándose de sus ojos color mar, la bajó. Apartó uno de sus cabellos y le sonrió, una sonrisa sincera sin pretensiones pero que resultaba irresistible, una sonrisa que nunca antes habia esbozado. Unieron sus labios en otro beso apasionado, lento, sin prisa alguna. Las manos de él se dieron el lujo de bajar unos centímetros. Sus dientes mordieron el cuello de su sirena. No sabían como lucían pero eran descritas como seres hermosos, perfectos. Robaban el aire con sus voz y con su apariencia. Y Lei tenía ese efecto en él.
Depositó un suave beso en la frente de la muchacha y rió ligeramente. - Pienso en que te ves preciosa.- susurró mientras la abrazaba con fuerza. La abrazaba por que no sabía que paso dar. No sabía que esperaba ella, ni que quería él. ¿Es bueno dejarse llevar? Nunca antes habia conocido a una chica tan linda. No quería lastimarla ni hacer nada estúpido. Sólo quería prolongar ese momento. Ella, él, rodeados del antiquisimo mar que les brindaba un espectaculo hermoso.
- Guau - suspiró. Guardó esa imagen de ella en el fondo de su corazón. El sol le daba un aura especial. Parecía hija de Neptuno, el dios de los mares. y, con la ensoñación disipándose de sus ojos color mar, la bajó. Apartó uno de sus cabellos y le sonrió, una sonrisa sincera sin pretensiones pero que resultaba irresistible, una sonrisa que nunca antes habia esbozado. Unieron sus labios en otro beso apasionado, lento, sin prisa alguna. Las manos de él se dieron el lujo de bajar unos centímetros. Sus dientes mordieron el cuello de su sirena. No sabían como lucían pero eran descritas como seres hermosos, perfectos. Robaban el aire con sus voz y con su apariencia. Y Lei tenía ese efecto en él.
Depositó un suave beso en la frente de la muchacha y rió ligeramente. - Pienso en que te ves preciosa.- susurró mientras la abrazaba con fuerza. La abrazaba por que no sabía que paso dar. No sabía que esperaba ella, ni que quería él. ¿Es bueno dejarse llevar? Nunca antes habia conocido a una chica tan linda. No quería lastimarla ni hacer nada estúpido. Sólo quería prolongar ese momento. Ella, él, rodeados del antiquisimo mar que les brindaba un espectaculo hermoso.
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