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Un paseo por la plaza - Libre
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Un paseo por la plaza - Libre
Aquel día había decidido salir a dar un paseo por el pueblo, me lo conocía al dedillo. No era un problema mi ceguera la verdad. Gracias a eso podía tener un oído demasiado fino como para oir hasta el aleteo de una mosca. Hoy me sentía especialmente feliz, hacía sol, se podía oler el perfume de las flores en la plaza. Me daban ganas de ponerme a bailar en medio de la calle, tenía ganas de divertirme un rato. Caminaba con aires alegres y la sonrisa en los labios.
Me paseé por toda la plaza tocando cada rincón de ella, me paré a oler todas y cada una de las flores que allí habían. -¡Oh qué bien huelen! Dije contenta y feliz por ver el buen ambiente que reinaba en aquel día. Aunque últimamente las cosas estaban algo turbias, podía notarlo en el aire. Era algo raro, pero siempre había sido muy intuitiva. Me senté en uno de los bancos de la plaza y saqué un libro de mi bolso. Pero sentada bien estaba incómoda. Me descalcé y me senté como si fuera una india en el banco. Abrí el libro y comencé a leerlo.
En ese momento escuché como un pajarillo comenzaba a piar. Me quedé quieta con la cabeza en dirección al frente. Dejé el libro a un lado y seguí el sonido de aquel pajarillo. Pero por mucho que encontrara al animalito me daba miedo intentar ayudarle y hacerle daño. Me acerqué hasta que estaba segura de que estaba por allí. Me había dado contra un bordillo, aunque no muy fuerte. Puse la mano en el bordillo y sin separarla nunca del suelo comencé a buscarlo. -¿Dónde estás?
Me paseé por toda la plaza tocando cada rincón de ella, me paré a oler todas y cada una de las flores que allí habían. -¡Oh qué bien huelen! Dije contenta y feliz por ver el buen ambiente que reinaba en aquel día. Aunque últimamente las cosas estaban algo turbias, podía notarlo en el aire. Era algo raro, pero siempre había sido muy intuitiva. Me senté en uno de los bancos de la plaza y saqué un libro de mi bolso. Pero sentada bien estaba incómoda. Me descalcé y me senté como si fuera una india en el banco. Abrí el libro y comencé a leerlo.
En ese momento escuché como un pajarillo comenzaba a piar. Me quedé quieta con la cabeza en dirección al frente. Dejé el libro a un lado y seguí el sonido de aquel pajarillo. Pero por mucho que encontrara al animalito me daba miedo intentar ayudarle y hacerle daño. Me acerqué hasta que estaba segura de que estaba por allí. Me había dado contra un bordillo, aunque no muy fuerte. Puse la mano en el bordillo y sin separarla nunca del suelo comencé a buscarlo. -¿Dónde estás?
Akeiyla V. Seldomridge- Chicas de Storybrooke
- Soy : Misterio, misterioso e.e
Mensajes : 61
Empleo /Ocio : Dueña del herbolario
Fecha de inscripción : 28/08/2012
Re: Un paseo por la plaza - Libre
La señora Pierce había tenido que salir temprano del trabajo hoy. Ser directora de la escuela de Story Brooke podía ser complicado pero aún más lo era el ser madre soltera. La pequeña Nellie se había lastimado en la guardería jugando con los amigos. Era muy pequeña aún y a Blair le daba realmente bastante pena dejarla en aquel lugar pero debía trabajar y no podía tener allí a la pequeña consigo. A pesar de estar en una gran guardería era normal que con tantos niños juntos se lastimasen y sufriesen, eso no significaba que los monitores fueran malos.
Se marchó del colegio tan rápido como pudo para llegar cuanto antes al rescate de su pequeña. El camino en el coche era imposible porque lo había dejado en casa. Le encantaba pasear pero ahora debía correr cuanto más mejor. Entre sonrisas y saludos iba casi corriendo por las calles de ese pequeño pueblo sin poder pararse a hablar con nadie. Era una de las mujeres más conocidas en el pueblo y siempre alguien quería hablar con ella pero ahora no podía. Tardó lo menos que pudo y lo que se encontró fue a su pequeña con una herida en el labio. Le explicaron que jugando se resbaló y se clavó su pequeño diente en su labio y de ahí la herida. No era grave, de hecho no necesitaba puntos siquiera pero al ser pequeña se había llevado un buen susto.
Blair decidió llevarla a casa ya y así fue. Le dieron el pequeño carrito que tenían allí desde por la mañana y se marcharon. La mañana estaba estupenda y apetecía caminar, así que se le ocurrió pasear por la plaza un poco. Aquello alegraría a Nellie porque si algo le gustaba era encontrarse a gente y el ambiente de la plaza era idóneo para ello. Así era, muchas personas iban y venían y la rubita sonreía desde su carrito. Hubo algo que le sorprendió bastante a la directora; Akeiyla, la amable y mayor dueña del herbolario estaba apoyada en un bordillo. Rapidamente se acercó a ella con el carrito del bebé.-Señora Seldomridge, ¿se encuentra bien?-preguntó preocupada. La anciana era ciega pero eso no impedía que hiciese vida normal y tal vez por eso o su amabilidad era una de las personas más queridas de toda la ciudad.
Se marchó del colegio tan rápido como pudo para llegar cuanto antes al rescate de su pequeña. El camino en el coche era imposible porque lo había dejado en casa. Le encantaba pasear pero ahora debía correr cuanto más mejor. Entre sonrisas y saludos iba casi corriendo por las calles de ese pequeño pueblo sin poder pararse a hablar con nadie. Era una de las mujeres más conocidas en el pueblo y siempre alguien quería hablar con ella pero ahora no podía. Tardó lo menos que pudo y lo que se encontró fue a su pequeña con una herida en el labio. Le explicaron que jugando se resbaló y se clavó su pequeño diente en su labio y de ahí la herida. No era grave, de hecho no necesitaba puntos siquiera pero al ser pequeña se había llevado un buen susto.
Blair decidió llevarla a casa ya y así fue. Le dieron el pequeño carrito que tenían allí desde por la mañana y se marcharon. La mañana estaba estupenda y apetecía caminar, así que se le ocurrió pasear por la plaza un poco. Aquello alegraría a Nellie porque si algo le gustaba era encontrarse a gente y el ambiente de la plaza era idóneo para ello. Así era, muchas personas iban y venían y la rubita sonreía desde su carrito. Hubo algo que le sorprendió bastante a la directora; Akeiyla, la amable y mayor dueña del herbolario estaba apoyada en un bordillo. Rapidamente se acercó a ella con el carrito del bebé.-Señora Seldomridge, ¿se encuentra bien?-preguntó preocupada. La anciana era ciega pero eso no impedía que hiciese vida normal y tal vez por eso o su amabilidad era una de las personas más queridas de toda la ciudad.
Blair Pierce- Chicas de Storybrooke
- Soy : Una mujer con una hermosa voz
Mensajes : 21
Empleo /Ocio : Directora del Colegio de Storybrooke
Fecha de inscripción : 08/08/2012
Re: Un paseo por la plaza - Libre
No podía alcanzar al pobre pajarito que seguramente se habría caído del árbol. Me empezaba a sentir algo apenada por él, si no lo encontraba no podría ayudarle, aunque si lo tocaba la madre no lo querría. Pero podría alimentarlo y cuidarlo en mi casa. Sería genial tener un animalillo así. Seguro que me alegraría cada mañana con sus cantos y eso era fantástico.
Seguía con el mismo método para no chafarlo o hacerle daño pero así era un poco inútil, aún así no perdía la esperanza de encontrarlo. De pronto unos pasos junto con un ruido de más se acercaron a mi. Por la voz reconocí enseguida a la señorita Pierce. Era una mujer encantadora y su trabajo me fascinaba, para mi era una mujer digna de admiración. Todo el mundo en Storybrooke debería sentirse orgullosa de ella.
-Oh, señorita Pierce. Yo sí, pero hay un pobre pajarillo por aquí, y no lo encuentro. ¿Lo ve usted? Pregunté con una sonrisa en mis labios volteandome para mirarla. Volví a lo que antes me ocupaba con la misma táctica. -Creo que el pobre se ha caído del árbol, y ya su madre no lo va a querer. Me da pena, pero así es la naturaleza de extraña. Me encogí de hombros asumiendo que las cosas eran así por que tenían que ser así. -Tendré que llevarmelo a casa para cuidarlo. ¿Usted ha tenido alguna vez un animal en casa? Pregunté con curiosidad.
Seguía con el mismo método para no chafarlo o hacerle daño pero así era un poco inútil, aún así no perdía la esperanza de encontrarlo. De pronto unos pasos junto con un ruido de más se acercaron a mi. Por la voz reconocí enseguida a la señorita Pierce. Era una mujer encantadora y su trabajo me fascinaba, para mi era una mujer digna de admiración. Todo el mundo en Storybrooke debería sentirse orgullosa de ella.
-Oh, señorita Pierce. Yo sí, pero hay un pobre pajarillo por aquí, y no lo encuentro. ¿Lo ve usted? Pregunté con una sonrisa en mis labios volteandome para mirarla. Volví a lo que antes me ocupaba con la misma táctica. -Creo que el pobre se ha caído del árbol, y ya su madre no lo va a querer. Me da pena, pero así es la naturaleza de extraña. Me encogí de hombros asumiendo que las cosas eran así por que tenían que ser así. -Tendré que llevarmelo a casa para cuidarlo. ¿Usted ha tenido alguna vez un animal en casa? Pregunté con curiosidad.
Akeiyla V. Seldomridge- Chicas de Storybrooke
- Soy : Misterio, misterioso e.e
Mensajes : 61
Empleo /Ocio : Dueña del herbolario
Fecha de inscripción : 28/08/2012
Re: Un paseo por la plaza - Libre
La señora Seldomridge era de las personas más queridas del pueblo. Siempre iba a todos lados con una de sus enormes sonrisas y soltando piropos a la gente. Los niños la querían como una abuela y los mayores la respetaban como a una madre.Era la típica persona que daba todo por los demás si hiciese falta y por eso su herbolario era muy visitado por todos aquellos que necesitaban hablar. Tambien era cierto que sus infusiones quitaban todos los males de la gente como si de una medicina se tratase y lo que Blair pensaba era que todo se debía al amor que ella daba a esas plantas y eso le proporcionaba poderes curativos.
De hecho, ella mas de una vez acudió para comprar algunas hierbas para la pequeña Nellie cuando se encontraba mal. Blair soltó un momento el carrito para agacharse.-Lo veo...-dijo y se acercó hacia un pequeño pajarito con casi ninguna pluma y lo cogió con cuidado.-Parece ser que se ha caído como usted dice, pero tranquila que está bien.-desde su carro, Nellie hacía ruiditos para que su madre le dejase ver al pajarito.-Ten cuidado Nellie.-dijo ante el amago de la pequeña por coger el animalillo.-Ahora que lo dice sí, he tenido alguno. Recuerdo haber tenido perros e incluso algún que otro pájaro.Lo que ocurre es que cuando se mueren lo paso muy mal ¿Entiende? Llego a cogerle tanto cariño que no me hago a la idea de perderlos.-se encogió de hombros.-Tome.-llevó al pajarillo hasta una de las manos de Akeiyla para depositarlo con cuidado.
De hecho, ella mas de una vez acudió para comprar algunas hierbas para la pequeña Nellie cuando se encontraba mal. Blair soltó un momento el carrito para agacharse.-Lo veo...-dijo y se acercó hacia un pequeño pajarito con casi ninguna pluma y lo cogió con cuidado.-Parece ser que se ha caído como usted dice, pero tranquila que está bien.-desde su carro, Nellie hacía ruiditos para que su madre le dejase ver al pajarito.-Ten cuidado Nellie.-dijo ante el amago de la pequeña por coger el animalillo.-Ahora que lo dice sí, he tenido alguno. Recuerdo haber tenido perros e incluso algún que otro pájaro.Lo que ocurre es que cuando se mueren lo paso muy mal ¿Entiende? Llego a cogerle tanto cariño que no me hago a la idea de perderlos.-se encogió de hombros.-Tome.-llevó al pajarillo hasta una de las manos de Akeiyla para depositarlo con cuidado.
Blair Pierce- Chicas de Storybrooke
- Soy : Una mujer con una hermosa voz
Mensajes : 21
Empleo /Ocio : Directora del Colegio de Storybrooke
Fecha de inscripción : 08/08/2012
Re: Un paseo por la plaza - Libre
Me sentí muy aliviada cuando dijo que veía a aquel pobre animalito que estaba tan indefenso. Sentía lástima por aquel polluelo que ahora se había quedado sin familia. Me coloqué bien y suspiré sonriendo. -Es una gran noticia señorita Pierce. Sonreí de oreja a oreja aunque me dieron ganas de saltar, pero por una vez iba a comportarme. Entonces escuché los pequeños ruidos de la pequeña Nellie. Me sorprendí gratamente, caminé hacia la señorita Pierce. -¿Oh, está la pequeña aquí? Dije con una sonrisa en mis labios. Por lo que decía la madre quizás estaba haciendo algo para que debiera tener cuidado, aunque por el tiempo que pasaba sin tener el pajarillo en mi mano suspuse que la pequeña quería verlo. -¿Te gusta el pajarito, bonita? Mirando hacia la dirección de dónde provenían los ruiditos que ella hacía. Giré mi cabeza en dirección a la voz de Blair. -Oh, pero no debe sentirse triste, piense que cuando alguien, o algún animal deja esta vida pasa a otra mejor. Dije con una sonrisa, y es que era mejor pensar las cosas en positivo que no en negativo. Cogí el pajarillo con cuidado acariciando su cabeza con el dedo índice de la otra mano.
Entonces recordé que la pequeña debería estar en la guardería. Quizás es que le pasaba algo y ella podría ayudarlas. -Señorita Pierce, no quisiera parecer impertinente, pero ¿le ha pasado algo a la pequeña Nellie? Dije con preocupación por la pequeña, quizás en mi tienda tuviera algún remedio para poderle ayudar a curarse.
Entonces recordé que la pequeña debería estar en la guardería. Quizás es que le pasaba algo y ella podría ayudarlas. -Señorita Pierce, no quisiera parecer impertinente, pero ¿le ha pasado algo a la pequeña Nellie? Dije con preocupación por la pequeña, quizás en mi tienda tuviera algún remedio para poderle ayudar a curarse.
Akeiyla V. Seldomridge- Chicas de Storybrooke
- Soy : Misterio, misterioso e.e
Mensajes : 61
Empleo /Ocio : Dueña del herbolario
Fecha de inscripción : 28/08/2012
Re: Un paseo por la plaza - Libre
Blair parecía haber llegado en el momento justo para salvar a aquel pajarito que se acababa de caer. Aunque Akeiyla estaba por allí le costaría encontrarle, al menos que alguien le ayudase.-La verdad es que sí, parece estar perfecto.-sonrió mirando a la señora aunque sabía que ésta no podría ver su sonrisa.-Si, señora Seldomridge, la traviesa de Nellie está en su carrito queriendo coger al pajarillo pero me da miedo no le vaya a hacer algo.-dijo preocupada. Nellie apenas tenía año y medio pero con poca fuerza podía lastimar al animal que también era un bebé. Ante laas palabras de Akeiyla, la pequeña comenzó a reir y hacer sus característicos ruidos de bebé.-Dile hola a la señora Seldomridge.-sugirió Blair a lo que la pequeña contestó.-Hooula.-dijo casi como pudo y la madre se rió. Estaba comenzando a decir sus primeras palabras y aún no le salían todo lo perfectas que se esperaba.
-Ya, siemmpre van a un lugar mejor pero da pena el dejarlos marchar.-se encogió de hombros cediendo el pájaro a la señora, quien lo acarició dulcemente.-¡Ah, nada! Estaba jugando en la guardería y al parecer tuvo una caída y entonces se ha clavado uno de sus dientecitos en los labios. Nada grave, solo que me llamaron y dejé el colegio corriendo y para cuando llegué estaba jugando de nuevo. Así que viendo la hora decidí llevarla ya para casa y darle un paseo antes por aquí.-sonrió. Akeiyla se comportaba como una madre para el pueblo y todos sabían que sus preocupaciones por ellos eran reales.
-Ya, siemmpre van a un lugar mejor pero da pena el dejarlos marchar.-se encogió de hombros cediendo el pájaro a la señora, quien lo acarició dulcemente.-¡Ah, nada! Estaba jugando en la guardería y al parecer tuvo una caída y entonces se ha clavado uno de sus dientecitos en los labios. Nada grave, solo que me llamaron y dejé el colegio corriendo y para cuando llegué estaba jugando de nuevo. Así que viendo la hora decidí llevarla ya para casa y darle un paseo antes por aquí.-sonrió. Akeiyla se comportaba como una madre para el pueblo y todos sabían que sus preocupaciones por ellos eran reales.
Blair Pierce- Chicas de Storybrooke
- Soy : Una mujer con una hermosa voz
Mensajes : 21
Empleo /Ocio : Directora del Colegio de Storybrooke
Fecha de inscripción : 08/08/2012
Re: Un paseo por la plaza - Libre
Si no hubiera por la inestimable ayuda de la señorita Pierce no habría podido salvar a aquel pajarito. Era agradable saber que aún había gente con buen corazón como ella. Ahora me sentía mucho más feliz que antes y en mi cara se reflejaba la enorme sonrisa que aquello producía. -Oh! Es genial! Aunque estoy pensado que a lo mejor sería propio llevarlo a la veterinaria, la señorita Brendan. A aquella chica la quería como mi hija, era una de las personas más emprendedoras que conocía, llena de vitalidad y energía. Era un torbellino encantador. -¿No cree señorita Pierce? Pregunté para asentar mis ideas, y ver si no era una de esas tonterías que se me solían ocurrir.
-¿Sabe qué? No me gustaría importunarle, pero creo que los niños, o humanos en general, deberíamos estar más en contacto con la naturaleza. El pajarito estará bien, dejele que lo toque. Le dije entusiasta, de haber tenido visión me habría encantado poder montar una granja, pero no una en la que se encerrara a los pobres animales, algo más libre, aunque sonaba un poco útopico. -Quién sabe cuando podrá volver a tocar un pajarito así. Volví a comentar como si tuviera que convencer a la señorita Pierce de que lo hiciera, pero no la convencía, la animaba a dejar que su hija experimentara.
Al escuchar la risa de la pequeña me reí yo también. -No hay mejor sonido que la risa de un niño Dije totalmente convencida y con un cariño tremendo en la voz. Pero escucharla decir "hola" con aquella vocecita me hizo enternecer sobremanera. -¿Sabes que eres muy bonita? Sí! Sí que lo eres Dije haciendo la tonta frente a la niña y luego me reí dulcemente.
Sonreí con amabilidad ante el comentario de la mujer. -Todos debemos partir algún día, y ¿Quién sabe? Quizás nos encontremos en otra vida totalmente diferente. Y es que la conexión que tenía con la naturaleza hacía que creyera en la reencarnación. No tenía miedo a morir, pero tampoco desperdiciaba mi vida como hacían algunas personas. Me gustaba vivirla hasta el último minuto.
Mientras le daba calor al animal escuchaba atentamente a la señorita Pierce. -Oh, vaya, travesuras de niños. Bueno, menos mal que no fue nada. Yo hace poco me puse a patinar por el pueblo con tan mala fortuna que no "vi" la farola. Soy peor que los niños.Bromeé con el hecho de que no viera la farola, puesto que evidentemente no la veía, pero aquella farola no la conocía. -Ahora ya tengo el gusto de conocer a la señora farola. Me reí enérgicamente mientras negaba con la cabeza. -Me alegra que la niña esté bien. ¿Y usted, como está? Pregunté curiosa mientras daba un par de pasos hacia el banco. -¿Le importa si nos sentamos? Comenté antes de seguir caminando.
-¿Sabe qué? No me gustaría importunarle, pero creo que los niños, o humanos en general, deberíamos estar más en contacto con la naturaleza. El pajarito estará bien, dejele que lo toque. Le dije entusiasta, de haber tenido visión me habría encantado poder montar una granja, pero no una en la que se encerrara a los pobres animales, algo más libre, aunque sonaba un poco útopico. -Quién sabe cuando podrá volver a tocar un pajarito así. Volví a comentar como si tuviera que convencer a la señorita Pierce de que lo hiciera, pero no la convencía, la animaba a dejar que su hija experimentara.
Al escuchar la risa de la pequeña me reí yo también. -No hay mejor sonido que la risa de un niño Dije totalmente convencida y con un cariño tremendo en la voz. Pero escucharla decir "hola" con aquella vocecita me hizo enternecer sobremanera. -¿Sabes que eres muy bonita? Sí! Sí que lo eres Dije haciendo la tonta frente a la niña y luego me reí dulcemente.
Sonreí con amabilidad ante el comentario de la mujer. -Todos debemos partir algún día, y ¿Quién sabe? Quizás nos encontremos en otra vida totalmente diferente. Y es que la conexión que tenía con la naturaleza hacía que creyera en la reencarnación. No tenía miedo a morir, pero tampoco desperdiciaba mi vida como hacían algunas personas. Me gustaba vivirla hasta el último minuto.
Mientras le daba calor al animal escuchaba atentamente a la señorita Pierce. -Oh, vaya, travesuras de niños. Bueno, menos mal que no fue nada. Yo hace poco me puse a patinar por el pueblo con tan mala fortuna que no "vi" la farola. Soy peor que los niños.Bromeé con el hecho de que no viera la farola, puesto que evidentemente no la veía, pero aquella farola no la conocía. -Ahora ya tengo el gusto de conocer a la señora farola. Me reí enérgicamente mientras negaba con la cabeza. -Me alegra que la niña esté bien. ¿Y usted, como está? Pregunté curiosa mientras daba un par de pasos hacia el banco. -¿Le importa si nos sentamos? Comenté antes de seguir caminando.
Akeiyla V. Seldomridge- Chicas de Storybrooke
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Empleo /Ocio : Dueña del herbolario
Fecha de inscripción : 28/08/2012
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