Vamos a desatar esa adrenalina, chicas. [Kateri/Evelynn]

Me estiro frente al espejo, crujiendome los huesos del cuello con un bostezo, apoyando las manos en el borde del lavabo, mirandome fijamente unos segundos, terminando de despertarme. No suelo madrugar tanto, pero parece que mi anuncio por el pueblo va dando sus frutos y esta semana me llegó un correo a mi e-mail. Dos chicas que querían hacer paracaidismo. Siempre sentía especial preferencia por las personas que me encargaban algo que tuviera que ver con el cielo. Adoro la sensación de volar.
Me lavo la cara y me pongo algo de gomina en el pelo, poniendolo en punta, algo hacia el centro en media cresta, volviendo a mi cuarto caminando descalzo, poniendome una camiseta roja y unos pantalones deportivos a la altura de la rodilla, bastante holgados. Me calzo mis nuevas zapatillas y me voy al trastero, revisando las mochilas que dejé preparadas anoche. Nunca esta de mas una nueva revisión, aunque ahora no pienso volver a desplegar los paracaidas, ni loco.
Entro de nuevo en casa con las mochilas al hombro y las dejo en el suelo, preparandome un enorme bol lleno de leche y cereales, comiendomelo en un santiamen sin ni siquiera sentarme, apoyado contra el borde de la encimera. Lo dejo en el fregadero, pensando en limpiarlo mas tarde y me acerco a la nevera, comiendome un par de rodajas de embutido y dandole un trago directamente de la botella a la limonada que la vecina me trajo la semana pasada. Da gusto tener una vecina con quien hacer estos tratos. Ella me trae todo tipo de comidas y cosas que prepara y yo a cambio le hago un par de masajes a la semana. Todo un chollo, porque es buenísima en la cocina.
Me doy por satisfecho y me cuelgo las mochilas al hombro, saliendo sin prisa en dirección al parque. He quedado allí con ellas porque el bosque es demasiado amplio como para quedar en ningun sitio concreto. Además, aqui hay suficiente espacio para que pueda aterrizar el avión que nos recogera, y también para explicarles lo básico. He quedado con el piloto a las diez y media, y todavía son las nueve menos veinte. He quedado en cinco minutos, pero el parque esta al lado de casa, asi que no llegaré tarde. De hecho llego y allí no hay nadie todavía, asi que dejo las mochilas sobre las tablas de madera que crujen con el peso y me siento en uno de los columpios, balanceandome un poco mientras espero, repasando mentalmente el contenido del e-mail y los nombres de las chicas.

Se levanto a las siete de la mañana, hiperactiva como ella sola, percatándose de que aun quedaban un par de horas para la hora a la que habían quedado. Intento volver a dormirse sin conseguirlo, quedándose tumbada en la cama un rato mirando el techo de su habitación. Tenia unas ganas de tirarse que no se aguantaba mas así que se levanto, preparándose unas tortitas con tres toneladas de chocolate para desayunar.

Se dio una ducha, aunque quizás no hubiera echo falta y se busco algo cómodo para ponerse, obviando los tacones, pues no creía que fueran el mejor calzado para ir a tirarse en paracaídas, encontró sus convers después de rebuscar en su montaña de zapatos durante media hora, se las puso y miro el reloj viendo que faltaban diez minutos para la hora y salio literalmente corriendo de casa. De su casa al parque había diez minutos si ibas corriendo que es lo que hizo.

Se echo a correr, saltando vallas y esquivando gente, sufriendo casi un atropello por el camino. Pero por suerte llegó a la hora justa, se paro en medio del parque avistando a un chico con unas cuantas mochilas a su alrededor, se acerco a el caminando tranquila, recuperando así el aliento Buenos días señor Rush, cierto? le tendió la mano con una sonrisa dibujada en sus labios soy Kateri un placer se acerco y le dio dos besos, mirando alrededor para ver si veía a Evelynn, pero no fue así.

Los días parecen pasar lentos, tirada en el sofá de casa. A mi alrededor, las cajas de comida chicna y los potes de helado se acumulan, invadiendo mi salón. Sigo con la temática de no querer reconstruir lo que James destrozó, eso me ayuda a pensar que aún tengo que vengarme de eso... Pero estos ultimos dias, James ha sido en lo que menos he pensado. Aunque en parte, sí he pensado en él. Si no hubiera pasado lo que pasó, es posible que no me hubiera enterado de todo.
Ayer mismo había decidido que no podía seguir así, que tenía que levantarme y buscar algo que me distrajera, sí que envié un correo a un entrenador del pueblo, alistandome a unas clases de paracaidismo.
Con un poco de suerte, el paracaidas no se abrirá...

Suspiro, mirando el reloj que hay en el suelo y me levanto del sofá con el mismo sol del cielo. Tomo una ducha, vistiendome con un sencillo tejano short por medio muslo y una camiseta básica gris de manga corta. Desayuno un café frio y magdalenas de chocolate y cuando el reloj de la pared de la cocina marca la hora, salgo de casa en dirección a la plaza.
Conozco a Kateri de alguna vez, de vista por el pueblo, poco más, pero un día surgió la idea y miranos, ahora vamos a saltar las dos de una avioneta.

Llego a la plaza, observando a dos figuras allí y me maldigo mentalmente a mi misma por no llevar un reloj. Pero es que son incomodos, y aunque me los deje sueltos siento que me aprietan siempre en la muñeca, además de que me estorban siempre. Dedico una media sonrisa a Kateri cuando llego a su lado y miro al chico que hay allí. Por un momento pienso que es otro chico que ha venido a saltar en paracaidas con nosotras, pero cuando veo las mochilas que hay allí, caigo en la cuenta de que él es el instructor. En mi mente, la imagen de un instructor adulto y mayor con experiencia, se esfuma en un abrir y cerrar de ojos, y por un momento me planteo echarme atras. Pero no lo hago.
-Hola Kateri... -dirijo la mirada al chico y le tiendo la mano. -Señor Rush, supongo.
Ya no me acompaña ese ánimo feliciano que me caracteriza. Ahora, mi pequeño mundo feliz ha estallado, como una burbuja de jabón y se ha convertido en una mierda de mundo. No sé con qué sonreir, no sé con qué animarme. Con un poco de suerte, esto me subirá algo la moral. Y si no, puede que acabe en la mesa de James y le dé algo de trabajo.

Me balanceo un poco, perdido en mis pensamientos, subiendo cada vez mas hasta que al final freno de golpe con los pies sobre la arena porque sino acabaré dando la vuelta entera. No sería la primera vez. Me quedo quieto, con las piernas estiradas y dobladas a la altura de las rodillas. Apoyo la sien en una de las cadenas y cierro los ojos, sin volver a abrirlos hasta que oigo unos pasos. Por favor, nada de señor Rush. Ender es suficiente. Cojo la mano que me tiende y me levanto, acercandome a darle dos besos. Estoy a punto de decir algo cuando veo a lo lejos a alguien mas que se acerca. Bueno, parece que ya estamos todos.-digo cuando esta ya lo suficientemente cerca como para escucharme. Estrecho su mano también y me acerco a darle dos besos, sonriendo. Prohibido lo de señor Rush, como alguna de las dos vuelva a decirlo la tiro del avión sin paracaidas. Ender esta bien. Les sonrío y meto mis manos en mis bolsillos, encogiendome un pcoo de hombros, mirandolas con una sonrisa. Por vuestros mails entiendo que no habeis saltado nunca, ¿no? Espero que no esteis asustadas... no se disfruta del mismo modo.
Me giro hacia la caseta y cojo una de las mochilas, agarrandola del asa superior para que cuelgue frente a mi. Les voy explicando las cosas básicas, bromeando continuamente. Les muestro sobretodo las anillas del paracaidas principal y del de emergencia, asi como la forma de manejarlo para que se incline hacia donde les interese. Normalmente suelo ofrecer saltar conmigo, pero siendo dos lo veo un poco complicado, a menos que querais saltar por separado. De todos modos no es complicado, los paracaidas estan en perfecto estado y en caso de que pasara algo yo podría ayudaros, asi que no teneis nada por lo que temer. Limitaos a disfrutar. Personalmente, el par de minutos de los que dispone la caida libre son los que mas disfruto entre todas las cosas que hago en mi rutina de deportes extremos. Es como volar sin alas.

Se lo miro sonriendo esta bien Ender entonces se giro ante la siguiente afirmación de el, sonriendo al ver a Eve, saludándola en cuanto llego. Hacia días que no la veía y no sabia de ella, y realmente parecía un zombie. Quería preguntarle que le pasaba, pero pensó que quizás no era el mejor momento de hacerlo, así que se guardo sus preguntas, atendiendo a lo que Ender decía.

Soltó una carcajada ante la amenaza de él captado, solo Ender, no quiero terminar estampada contra el suelo volvió a reírse, si era obvio que por el mail no había saltado nunca, se había explayado demasiado, solía enrollarse a veces cuando explicaba algo .

Asustada? porque debería estar asustada?, tengo unas ganas que no quepo en mi, hagamoslo ya bueno quizás se estaba acelerando un poco. Se calmo levemente, observando como cogía la mochila y les explicaba el funcionamiento de esta, se quedo con todo, no quería equivocarse al saltar y que no se le abriera el paracaídas. hombre yo prefiero saltar sola, pero si Eve quiere saltar contigo por ni no hay problema, no tengo inconveniente alguno disfrutar, era poco lo que haría, tenia unas ganas ya de saltar desde ese avión y vamos a tardar mucho en saltar? es que ya tengo muchas ganas ella creía que se notaba pues llevaba un buen rato inquieta, sin poder estarse en un mismo lugar mas de dos segundos.

La pequeña amenaza de Ender de tirarnos del avión sin paracaidas si volvemos a llamarle de señor me hace sonreir levemente, una pequeña mueca, apenas elevando las comisuras de los labios.
-Ender solo.. anotado.. añado a su comentario, aunque lo añado en voz baja. Realmente necesito esto. Necesito sacarme de la cabeza todo lo malo. Aunque quien sabe, eso de tirarme sin paracaidas tampoco me parece una mala idea...
Escucho atenta todas las instrucciones que el chico nos va dando, las anillas, como se abren y todo lo que tenemos que hacer, sin perderme ni un detalle de todo ello.
Miro a Katari unos segundos y le dedico una sonrisa cuando Ender nos comenta que si alguna de nosotras quiere saltar con él. Vuelvo a mirar a Katari y escucho como habla. Se la nota de lo más ilusionada con esto. No es que yo no quiera, porque no me importaría saltar con él.. se supone que es lo normal cuando empiezas, pero siendo dos, como el dice, prefiero que por mi parte vayamos separados y nos vaya enseñando todo.

-Yo no tengo ningún problema por saltar sola.. Hace ya tiempo que quería probarlo... Está apuntado en mi lista de deportes de riesgo que he de probar... comento tranquilamente, pero decido no hablar mucho, porque no quiero monopolizar la conversacion. Lo siguiente que probaré será el puenting. Sin duda.
Rio ante la actitud excitada de Kata y le pongo una mano en el hombro. -Relaja... cuanto mas prisa tengas más rápido se pasará el momento... Le dedico una sonrisa y luego otra a Ender. La verdad es que esto ya empieza a animarme por dentro... -Cuando quieras, Ender... Creo que sino, Kata va a salir volando de puras ganas... esbozo una sonrisa un poco más ancha. Si, sin duda, esto me va a hacer olvidarme un poco.

Río levemente ante la emoción de las chicas. Todavía recuerdo la primera vez que salté, no cabía en mi de la emoción y tampoco quería esperar un solo segundo. Vamos, vamos, calma. Todavía no ha llegado la avioneta. ¿Pensais saltar desde el tejado del castillito de madera o que? Río levemente y saco un paracaidas en miniatura, una pequeña maqueta de poco mas de un metro, explicandoles mas gráficamente como manejarlo, además de unas cuantas cosas básicas como las distancias de seguridad en el aire.
Saco dos micrófonos de una de las mochilas y les paso uno a cada una, enganchandoselos a modo de diadema sobre la nuca, poniendoles un auricular en el interior del oido y ajustandoles el micro. Cualquier cosa que necesites solo teneis que hablar, al igual que haced caso si yo os digo algo, ¿entendido? No tiene porque pasar nada, es simple precaución por si os pasais del tiempo en caida libre o algo por el estilo. A mucha gente le gusta tanto la sensación que se olvida de que tiene que abrir el paracaidas. Ruedo los ojos. Una vez incluso hubo un tío al que tuve que cazar a apenas mil quinientos metros y abrirle yo mismo el paracaidas.
Nos sentamos en el parquecito mientras esperamos al avión. Miro el reloj. Debería estar aqui en cinco minutos. ¿Has dicho que tienes una lista de deportes de riesgo por probar, Evelynn? Que sepas que tienes aqui monitor para cualquier cosa que necesites... mientras sea deporte o riesgo lo sé hacer todo. Menos mal que no vivo solo de entrenador, porque sino no llegaba ni a medio mes.

Intento calmarse cuando Eve se lo dijo, aunque solo logro tener un tic nervioso en la pierna parada donde estaba, vio de reojo como Eve sonreía y eso la hizo muy feliz, pues cuando había llegado parecía realmente deprimida.

Se miro el castillo de madera, ladeando levemente la cabeza bueno si tuviéramos el tamaño de un pulgar, seria divertido saltar desde el castillo, pero así de grandes... como que nos comeríamos el suelo demasiado deprisa sonrió volviendo a escucharle atentamente, pues no quería perderse nada, viendo lo que hacia con esa pequeña maqueta .

Probando, probando... justo ahora me siento como espía o algo así... se lo quedo mirando, escuchando la explicación a quien se le ocurre olvidarse de abrir el paracaídas? es que la gente tiene instintos suicidas o que?.... se rio espero que no se me olvide a mi abrirlo... se acerco a Evelynn, caminando de lado como los cangrejos y se pego a su costado abrazándola la miro y le sonrió he compuesto una canción., bueno un trocito solo pero espero que te pases por casa esbozo otra sonrisa y se soltó, a veces tenia la manía de invadir los espacios personales de los demás, y había gente a la que no le gustaba así que había aprendido a controlarse un poco.

Fue a sentarse en un columpio, así al menos se mantendría un poco entretenida en lo que llegaba el avión, se dejo caer hacia atrás, balanceándose mientras miraba las nubes mas allá en el cielo cuando dijiste que iba a llegar el avión? inquirió como quien no quiere la cosa, eso si sin dejar de balancearse perdida en las miles de formas de las nubes.

No me pierdo un solo detalle de la explicación de Ender, de todos los consejos que nos da, dejando que me ponga la diadema de los micros en la cabeza , enganchandome despues el pinganillo al oido. Le dedico una sonrisa tranquila y asiento cuando me dice que tengo un monitor para los deportes de riesgo que quiera probar.
-No te preocupes, te avisaré cuando quiera volver a hacer algo, y no creo que tarde mucho... necesito esto para desestresarme.. comento tranquilamente mientras Kateri habla y habla sin parar.
Me encanta, porque creo que es incapaz de callar ni bajo el agua, esta chica. Estoy segura de que le puedes sumergir la cabeza y ella seguirá charra que charra.

Ladeo la sonrisa con una ancha sonrisa cuando se acerca a mi, caminando de lado hasta abrazarme y le paso un brazo por la cintura. Me gusta porque me cae bien, es super alegre, y no sé como lo hace siemore acaba por sacarme una sonrisa. Tendras que enseñarmela... A ver si me puedo pasar esta semana, he estado algo liada ultimamente... sonrio, rascandome la nuca y lo digo un poco a modo de disculpa..

La veo irse al columpio, sentada como una niña y rio, negando con la cabeza, apoyando la cadera en el borde de madera del columpio, cruzandome de brazos. -Tengo ganas de probarlo ya.. se me está acelerando el cuerpo solo de pensarlo... me muevo un poco hasta ponerme detras de Kateri y pongo mis manos en su espalda, empujandole un poquito, dándole algo de impulso.

Se me escapa una sonrisa de oreja a oreja cuando Kateri nombra a los espías. Bueno, siempre puedes creerte una espía... creamos un código secreto y te vas en misión de alto riesgo, de esas que en los finales de película se tiran en paracaídas después de recorrer todo el país en un avión ultrarrapido que les hace llegar en el momento justo al lugar justo. Me monto la película yo solo y cuando quiero darme cuenta y parar ambas estan ya mirandome con cara de "¿tu te has fumado algo?" Soy fanático de las de acción, ¿vale? Me encojo de hombros y me siento en el otro columpio, con los pies el en suelo, balanceandome un poco adelante y atras, mirandolas mientras se levanta un leve viento. Esta empezando a hacer viento... si cuando estemos arriba hay viento, seguid siempre la dirección en la que os lleve, no intenteis ir en ninguna otra porque puede enredaros los hilos o el paracaidas, ¿queda claro? Asienten ambas y las dejo que hablen de sus cosas hasta que oigo un ruido de motor demasiado conocido para mi a lo lejos. Oigo a Kateri preguntar por el horario de llegada del avión y le sonrio de medio lado. Dentro de cinco minutos... pero de hecho ya está aqui. Vuestras mochilas son las de las cintas blancas, la del pañuelo rojo es la mia. Ajustaos bien las correas a los brazos, que no quede espacio para moveos. Cuando esteis listas subid al avión en los asientos de atrás.
Me cuelgo la mochila de un hombro, subiendome de un salto al avión y saludando al piloto, al que ya conozco desde hace bastante tiempo, aunque no sabría decir cuanto. Es como si lo hubiese olvidado. Hablamos un rato y cuando veo por el retrovisor que las chicas ya estan a bordo voy con ellas, indicandoles un cuartito detrás con un montón de monos de neopreno colgados de las paredes. Aunque haya muy buena temperatura hoy, puedo aseguraros que a cuatro mil metros de altura hace frio. Poneos uno de esos de ahí, de los de debajo del listón verde. Os tienen que ir bien. Coged también un casco y tened cuidado de ajustaroslo bien con el auricular para que no os moleste. Cuando esteis listas despegaremos.
Saco yo mismo mi mono rojo y gris de la mochila, poniendome los pantalones solamente, esperando a que ambas terminen de enfundarselo para cerrar la puerta e indicarle al piloto que puede despegar, mostrandoles a ellas como abrocharse el cinturón tan complicado que llevan estas avionetas al mismo tiempo que oimos rugir el motor. ¿Listas?¡Despegamos!