Hora de descanso [Dandelion Dollanganger]

por **Kate M. Bennet** Vie Jul 20, 2012 9:56 am

Aburrida. Solo esa palabra podía describir como estaba en aquel momento: aburrida. Me aburría estar allí, sentada, cuando podía estar trabajando y dando mis servicios como camarera a la cafetería. Me habían entrado ganas de nadar, de estar en la playa y disfrutar de la espuma de las olas. No sabía por qué, pero sentía que el agua era mi hogar... el único sitio en donde me sentía a gusto, era muy feliz allí. Por desgracia, debía permanecer ahí sentada, por obligación. Me dedicaba a beber de la malteada de plátano mientras observaba a la gente comer entusiasmada. ¡Charlaban tan animados! ¡Cuanto deseaba poder estar entre ellos! Suspiré de aburrimiento mientras me recostaba sobre la mesa con tristeza.

Mientras veía a la gente pasar frente a la mesa, sin siquiera dirigirme la mirada, solo sonreí ocultando la tristeza que sentía. Nunca debes dejar de sonreír, Kate. Nunca. Empecé a sorber de la malteada mientras empezaba a creer que debería pedir que no me dieran descanso nunca más. Quise levantarme pero sin querer golpee a alguien que estaba detrás de mi. Sin querer, le derramé toda la malteada de plátano, de dulce, en la ropa.

-¡Ay, no!-grité, disgustada-. ¡Lo siento muchísimo, de verdad!-dije, luchando por contener las lágrimas, tomando una servilleta y empezando a limpiar el vestido.

por **Dandelion Dollanganger** Sáb Jul 21, 2012 3:29 am

Ese dia el sol golpeaba suavemente sobre el pequeño pueblo, sin duda se notaba que la bajada de temperaturas habia llegado. Dandelion suspiro con hastio si habia algo que detestaba era que el propio verano no parecia verano. Asi que con pereza y pocas ganas de pasear se dirigio al restaurante para tomarse algo que le levantara el animo.

La ropa que llevaba era simple, un vestido blanco que se le ajustaba por debajo del pecho y luego caia libre hasta la mitad de los muslos, dejando entrever su manifica figura. Y asi entro en el lugar que tenia como destino.

Con observando los pequeños detalles y por último yendose a sentar a un taburete, al contemplar el ir y venir de la gente, se fijo en una joven que tenia pinta de estar aburrida, se dio cuenta de que trabajaba alli por el unifome y sonrio pensando en la suerte que tenía de poder darse el lujo de no trabajar.

Cuando se aburrio de mirar a la gente se pidio un batido de fresa y lo degusto contranquilidad, entonces una pareja abandono una delas mesas que habia al lado de la ventana y echo a andar hacia alli, pero al momento noto un golpe, y su batido se callo al suelo, ademas de que su vestido estaba completamente mojado por la bebuda de la camarera. Suspiro al oir las disculpas.

- No importa de verdad, no te preocupes. - Le sonrio con tranquilidad.- No pasa nada por que se haya manchado. Vivo aqui al lado y puedo ir en un momento a cambiarme, pero si quieres puedes invitarme a otro batido y asi hablamos un rato, tienes pinta de estar aburrida.

Señale la mesa con una sonrisa y espere a que contestara.

por **Kate M. Bennet** Sáb Jul 21, 2012 10:17 am

Para mi sorpresa y desconcierto, la chica no parecía enfadada. Más bien, me dijo que su casa estaba cerca de ahí. Suspiré de alivio, mientras la miraba con pena y trataba de mantener mi sonrisa. Siempre sonreía ante la gente, pero en aquel momento... Me asombré sobre todo cuando la chica me preguntó si quería sentarme con ella. Me limité a asentir. Todo con tal de compensar aquel accidente que había provocado. Me senté en la mesa mientras sentía que una especie de calor se apoderaba de mi cuerpo.

-Pues... yo...-dije con pena. No podía aguantar estar sentada con alguien a quién le eché encima toda la malteada. Traté de mantener la serenidad.

Miré hacia donde la ventana señalaba, y mostraba el horizonte con el sol, en todo su esplendor. No sabía que decir ni comentar, de modo que me dedicaba a beber malteada de plátano y a observar la malteada que sorbía la chica. Al fin, reuní valor, alcé la vista y le comenté:

-A propósito, no nos hemos presentado. Me llamo Kate, Kate Bennet. Un placer-dije con toda la educación que podía decir. Sin embargo, yo deseaba poder estar bajo la lluvia y descansar. Además, también quería decir algo, pero las palabras no me salían de la boca.

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