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Lost Then Found
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:: Alrededores :: Bosque
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Lost Then Found
¿Alguna rutina que siga en mi vida? Pues no, la verdad es que no. Podría decirse que no soy una persona de rutinas, menos aquellas que son para mi trabajo. Recuerdo con tanto detalle cada uno de mis días que no quiero hacer lo mismo una y otra vez. Se me antojaría demasiado igual, demasiado monótono y no es lo que deseo, por eso pocas veces hago lo mismo dos días seguidos, aunque eso sí, siempre que tengo día libre aprovecho para salir a andar por la mañana, no siempre sigo el mismo recorrido, por lo mismo que he dicho antes, pero la cuestión es… que me gusta andar, me gusta observar mi entorno y ver los posibles cambios que ha habido en el. Son cosas de las que me doy cuenta de una forma inconsciente. Totalmente inconsciente.
Si no fuera porque Salem es un gato y es extraño sacar a pasear a un gato (aunque si, sé perfectamente que hay gente que lo hace) lo habría sacado de paseo ya unas cuantas veces mientras yo caminaba, pero no, él como todos los felinos era completamente independiente y pasaba bastante de mí cuando no le convenía. A veces pensaba seriamente que debería haber cogido un perro que me hiciera compañía en mis paseos matutinos, pero bueno, lo hecho, hecho estaba y ya no podía dar marcha atrás por mucho que quisiera, ¿no? Además… Adoro a Salem, todo sea dicho.
Últimamente el pueblo se ha llenado de rumores de los más dispares. Empezando por los que han empezado a correr por el hospital sobre William Sullivan que a mí parecer no son ciertos, pero la gente cada día se los está creyendo más y no es de extrañar con la fuerza, la convicción y la rapidez con la que se está moviendo dicho rumor. Luego está, el otro “rumor”, porque este se de primera mano que es cierto. El hecho de que el causante de la pelea en el parque fuese nada más y nada menos Sebastian Jones, que parecía tener alguna clase de flirteo con Grace. Ya decía yo que ese retraso que llevaba muchos días Grace con sus pacientes (y que habíamos tenido que solucionar otras) no era normal. Ahora suponía posiblemente acertadamente que era debido al hecho de que pasaba más tiempo del debido en la habitación de Jones. No entendía como la jefa de planta no había pedido un traslado de la enfermera, dado que nos retrasaba a todas. No podíamos permitirnos casi nunca sentarnos a hablar demasiado tiempo con los pacientes. Eran demasiados y eso suponía un retraso importante en el resto de la planta.
Como fuese, no es algo que me tenga que preocupar justamente a mí y no lo va a hacer. Simplemente hay cosas como esas que no entenderé nunca y esa mujer va a tener un problema conmigo y es que… Bueno, no olvidaré estos rumores (ni querría) y no voy a poder tratarla igual. No es que haya sido nunca muy cercana a ella, pero bueno, ahora con una relación cordial de trabajo iba a bastar, ya no iba a intentar mantener una mejor relación con ella desde luego.
Tan perdida estoy en mis pensamientos que no caigo en la cuenta de que estoy llegando a la linde del bosque hasta que los árboles son demasiado evidentes ahí frente a mí. Sonrió y me apoyó sobre el más cercano virando la vista hacia el pueblo que esta algo alejado de aquel lugar, aunque hay casas cercanas al bosque. No sé cómo soporta vivir alejado del centro, sobretodo en un pueblo como en el que vivimos nosotros donde ya estamos lo suficiente apartados, porque vale, si viviéramos en una gran ciudad lo entendería pero… ¿Storybrooke? Aún así tengo la suposición de que hay gente que prefiere vivir más tranquilo y no con todo el ajetreo que hay en pleno centro del pequeño y pintoresco pueblo.
Estoy decidida a emprender de nuevo la marcha cuando un sonido que proviene claramente de dentro del bosque capta mi atención haciendo que me vuelva hacia el, casi segura de que hay una figura saliendo del mismo…, pero sin ser capaz aún de distinguir quién o qué es.
Si no fuera porque Salem es un gato y es extraño sacar a pasear a un gato (aunque si, sé perfectamente que hay gente que lo hace) lo habría sacado de paseo ya unas cuantas veces mientras yo caminaba, pero no, él como todos los felinos era completamente independiente y pasaba bastante de mí cuando no le convenía. A veces pensaba seriamente que debería haber cogido un perro que me hiciera compañía en mis paseos matutinos, pero bueno, lo hecho, hecho estaba y ya no podía dar marcha atrás por mucho que quisiera, ¿no? Además… Adoro a Salem, todo sea dicho.
Últimamente el pueblo se ha llenado de rumores de los más dispares. Empezando por los que han empezado a correr por el hospital sobre William Sullivan que a mí parecer no son ciertos, pero la gente cada día se los está creyendo más y no es de extrañar con la fuerza, la convicción y la rapidez con la que se está moviendo dicho rumor. Luego está, el otro “rumor”, porque este se de primera mano que es cierto. El hecho de que el causante de la pelea en el parque fuese nada más y nada menos Sebastian Jones, que parecía tener alguna clase de flirteo con Grace. Ya decía yo que ese retraso que llevaba muchos días Grace con sus pacientes (y que habíamos tenido que solucionar otras) no era normal. Ahora suponía posiblemente acertadamente que era debido al hecho de que pasaba más tiempo del debido en la habitación de Jones. No entendía como la jefa de planta no había pedido un traslado de la enfermera, dado que nos retrasaba a todas. No podíamos permitirnos casi nunca sentarnos a hablar demasiado tiempo con los pacientes. Eran demasiados y eso suponía un retraso importante en el resto de la planta.
Como fuese, no es algo que me tenga que preocupar justamente a mí y no lo va a hacer. Simplemente hay cosas como esas que no entenderé nunca y esa mujer va a tener un problema conmigo y es que… Bueno, no olvidaré estos rumores (ni querría) y no voy a poder tratarla igual. No es que haya sido nunca muy cercana a ella, pero bueno, ahora con una relación cordial de trabajo iba a bastar, ya no iba a intentar mantener una mejor relación con ella desde luego.
Tan perdida estoy en mis pensamientos que no caigo en la cuenta de que estoy llegando a la linde del bosque hasta que los árboles son demasiado evidentes ahí frente a mí. Sonrió y me apoyó sobre el más cercano virando la vista hacia el pueblo que esta algo alejado de aquel lugar, aunque hay casas cercanas al bosque. No sé cómo soporta vivir alejado del centro, sobretodo en un pueblo como en el que vivimos nosotros donde ya estamos lo suficiente apartados, porque vale, si viviéramos en una gran ciudad lo entendería pero… ¿Storybrooke? Aún así tengo la suposición de que hay gente que prefiere vivir más tranquilo y no con todo el ajetreo que hay en pleno centro del pequeño y pintoresco pueblo.
Estoy decidida a emprender de nuevo la marcha cuando un sonido que proviene claramente de dentro del bosque capta mi atención haciendo que me vuelva hacia el, casi segura de que hay una figura saliendo del mismo…, pero sin ser capaz aún de distinguir quién o qué es.
Sutton N. Faraday- Humanos
- Soy : Mad Hatter's Wife
Mensajes : 108
Empleo /Ocio : Enfermera y madre a tiempo completo
Localización : Storybrooke - Maine - United States of America
Fecha de inscripción : 05/09/2012
Re: Lost Then Found
Pues la verdad era que la naturaleza siempre lo tranquilizaba de todo. No importa que tan pequeño era Storybrooke, para él la naturaleza siempre era algo fundamental que no podía faltar en su día a día, ya que nada podía reemplazar el sonido de los pájaros, el de las hojas de los árboles moviéndose al azar y sobre todo sentir esa brisa fresca o recibir los rayos solares en un ambiente calmado. No, la verdad era que nada podía reemplazarlo, así que era muy normal que sus visitas en el bosques fuesen frecuentes, para nada más estar ahí sin hacer nada, simplemente nutriéndose de la locación.
Estaba en su primer año, después de tanta lucha, en medicina. No sabía por qué, seguramente era por su afinidad de ser voluntario en el hospital que la carrera pues le encantaba simplemente. El hecho de poder ayudar a los que más lo necesitaran y sobre todo poder salvarlos, era algo que simplemente le llenaba y aquello le llegaba profundamente en el alma. Ese tipo de satisfacción espiritual que no importa si te pagaban, pero con el hecho de tener en mente de que había hecho una buena acción, era algo que simplemente era único y hacía que su día fuese especial.
La verdad, era que él era la mata de lo desapegado material; es decir, solo utiliza lo necesario, porque si fuera por él de verdad viviera en el bosque cual Tarzán, pero bueno una buena casa tampoco le iba mal y era de esas que estaban cerca del bosque.
Sin embargo no llevaba ningún tipo de envase o cantimplora para tomar agua, así que decidió devolverse a su casa, que por cierto no estaba tan alejado de allí a tomar un poco. En lo que iba saliendo, se encontró con Sutton, la joven enfermera del hospital y una de las que le apoyó para que estudiara medicina, le tenía un enorme aprecio por ello.
- Hola, Hola Sutton - Saludó alegremente - ¿Extrañada de verme por aquí? - Quienes le conocían, sabían perfectamente que ese lugar era muy frecuentado por él, así que lo utilizó como parte de una pequeña broma
Estaba en su primer año, después de tanta lucha, en medicina. No sabía por qué, seguramente era por su afinidad de ser voluntario en el hospital que la carrera pues le encantaba simplemente. El hecho de poder ayudar a los que más lo necesitaran y sobre todo poder salvarlos, era algo que simplemente le llenaba y aquello le llegaba profundamente en el alma. Ese tipo de satisfacción espiritual que no importa si te pagaban, pero con el hecho de tener en mente de que había hecho una buena acción, era algo que simplemente era único y hacía que su día fuese especial.
La verdad, era que él era la mata de lo desapegado material; es decir, solo utiliza lo necesario, porque si fuera por él de verdad viviera en el bosque cual Tarzán, pero bueno una buena casa tampoco le iba mal y era de esas que estaban cerca del bosque.
Sin embargo no llevaba ningún tipo de envase o cantimplora para tomar agua, así que decidió devolverse a su casa, que por cierto no estaba tan alejado de allí a tomar un poco. En lo que iba saliendo, se encontró con Sutton, la joven enfermera del hospital y una de las que le apoyó para que estudiara medicina, le tenía un enorme aprecio por ello.
- Hola, Hola Sutton - Saludó alegremente - ¿Extrañada de verme por aquí? - Quienes le conocían, sabían perfectamente que ese lugar era muy frecuentado por él, así que lo utilizó como parte de una pequeña broma
Radd Malakhova- Chicos de Storybrooke
- Soy : Secreto / Voluntario en el Hospital
Mensajes : 27
Empleo /Ocio : Estudiante de medicina
Fecha de inscripción : 14/07/2012
Re: Lost Then Found
Me lleva cerca de medio minuto distinguir la figura que emerge del bosque como Radd Malkhova. Le miro durante unos segundos extrañada antes de sonreír ligeramente. Los rumores y las habladurías corren por Storybrooke como la pólvora así que no es raro que cualquiera sepa que a Radd le gusta frecuentar el bosque. Mantengo la sonrisa en mi rostro al tiempo que niego con la cabeza – Hola Radd… - Ladeo la cabeza y decido acercarme hasta donde esta él. – No, la verdad es que no me extraña…
Siento curiosidad. Curiosidad por saber a qué se debe ese especie de apego que parece sentir para con el bosque, lo malo es que si se lo pregunto y me responde sé que nunca me sacaré esa información de la cabeza… ¿Y si es por algún recuerdo triste y oscuro? Ese tipo de cosas no me gusta almacenarlas y ojala pudiera quitármelas de la cabeza como hace la gente ordinaria, pero no… Ahí se quedaran de por vida. Igual que toda la situación que estoy viviendo ahora mismo, mis pensamientos, los olores, las sensaciones, Radd. Radd y sus expresiones, sus gestos, sus palabras… como si de una película se tratara que puedo volver a ver las veces que quiera.
Por otra parte, tengo la posibilidad de que sea algo bonito, que no tenga nada que ver con un recuerdo horrible y traumático y que el acudir a este momento me vuelva a hacer sonreír en un futuro. Claro que todo eso yo no iba a poder saberlo a no ser que se lo preguntase. – Siempre he sentido curiosidad… - Entrecierro ligeramente los ojos mientras le examino – ¿Por qué te gusta tanto el bosque? – Esbozo una media sonrisa al tiempo que he dicho eso – Ya sabes…, en los hospitales y eso se habla y…, bueno, lo han comentado… En este pueblo todo se comenta. – Y era algo que era bien sabido por todos, fuésemos asiduos a los cotilleos o no.
No es que yo sea muy asidua a los chismorreos, pero obviamente trabajando en un hospital te enteras de muchas cosas, demasiadas incluso y otras cuantas que no deberías de saber, como alguna relación entre compañeros de la cual hablan mis compañeras entre ellas. – ¿Cómo llevas el voluntariado? – Le sonrió. Soy perfectamente consciente de que le encanta el mundo de la medicina y es gracias a mí que se ha decidido finalmente a dar el paso y eso me alegra para que mentir – Ya sabes que cualquier cosa que necesites, por pequeña que sea… me tienes por ahí – Le guiñó un ojo alegre. Siempre suelo estar alegre es algo que viene impreso en mi personalidad.
Siento curiosidad. Curiosidad por saber a qué se debe ese especie de apego que parece sentir para con el bosque, lo malo es que si se lo pregunto y me responde sé que nunca me sacaré esa información de la cabeza… ¿Y si es por algún recuerdo triste y oscuro? Ese tipo de cosas no me gusta almacenarlas y ojala pudiera quitármelas de la cabeza como hace la gente ordinaria, pero no… Ahí se quedaran de por vida. Igual que toda la situación que estoy viviendo ahora mismo, mis pensamientos, los olores, las sensaciones, Radd. Radd y sus expresiones, sus gestos, sus palabras… como si de una película se tratara que puedo volver a ver las veces que quiera.
Por otra parte, tengo la posibilidad de que sea algo bonito, que no tenga nada que ver con un recuerdo horrible y traumático y que el acudir a este momento me vuelva a hacer sonreír en un futuro. Claro que todo eso yo no iba a poder saberlo a no ser que se lo preguntase. – Siempre he sentido curiosidad… - Entrecierro ligeramente los ojos mientras le examino – ¿Por qué te gusta tanto el bosque? – Esbozo una media sonrisa al tiempo que he dicho eso – Ya sabes…, en los hospitales y eso se habla y…, bueno, lo han comentado… En este pueblo todo se comenta. – Y era algo que era bien sabido por todos, fuésemos asiduos a los cotilleos o no.
No es que yo sea muy asidua a los chismorreos, pero obviamente trabajando en un hospital te enteras de muchas cosas, demasiadas incluso y otras cuantas que no deberías de saber, como alguna relación entre compañeros de la cual hablan mis compañeras entre ellas. – ¿Cómo llevas el voluntariado? – Le sonrió. Soy perfectamente consciente de que le encanta el mundo de la medicina y es gracias a mí que se ha decidido finalmente a dar el paso y eso me alegra para que mentir – Ya sabes que cualquier cosa que necesites, por pequeña que sea… me tienes por ahí – Le guiñó un ojo alegre. Siempre suelo estar alegre es algo que viene impreso en mi personalidad.
Sutton N. Faraday- Humanos
- Soy : Mad Hatter's Wife
Mensajes : 108
Empleo /Ocio : Enfermera y madre a tiempo completo
Localización : Storybrooke - Maine - United States of America
Fecha de inscripción : 05/09/2012
Re: Lost Then Found
Le había sonreído cordialmente ante su pregunta un tanto inquieta al respecto de por qué le gustaba tanto el bosque, sumado que después alegó a que en el Hospital comentaban muchas cosas. La verdad, era que no le molestaba en absoluto de lo que hablaran de él, ya que Radd se conocía lo suficientemente bien como para dejarse influenciar por los comentarios ajenos que no entran al sistema de valores que el mismo tenía... aunque claro, por una parte los podía comprender bajo cierto punto cultural, puesto que no es muy común encontrar a alguien con rastas y de ropa algo humildes siendo de voluntario para el Hospital y por ende, esté estudiando medicina; sin duda, era poco común. Aunque ya, por otra parte, las pestes que se hablaban y de lo que se inventaban la gente más conservadora pues no entraba en el juego así que simplemente le hacía caso omiso, siempre y cuando no le afectara directamente, y cuando decía directamente se refería a un daño mayor que simples habladurías y esparcir rumores.
Sin embargo, no le respondió de inmediato ya que la chica le preguntó acerca de su trabajo como tal en el Hospital y por consiguiente, entendía entre líneas que le contara más de su experiencia en sus primeros meses como estudiante... o al menos eso era lo que quería comentar.
- Pues bueno, como sabrás, luego de que entré como estudiante, he disminuido un poco el ritmo que tenía como voluntario pero la verdad no es algo que lamentar ya que trato de distribuirlo equitativamente - ¿Y cuándo era que tenía vida social?, la verdad era que poco salía de parranda, claro, no era que se la pasa encerrado como un ermitaño, sino más bien entre el voluntariado y los estudios le consumían más de lo normal su tiempo para divertirse... y tenía que resolverlo porque las cosas entre Simone, su novia y él no estaban yendo de la mejor forma - Por supuesto, yo sé que siempre puedo contar contigo, ya que bueno... digamos que eres la razón por la que estoy estudiando medicina - Le sonrió cortando en seco sus pensamientos un tanto negativos con respecto a su decadente relación y sobre que parecía más interesado en ayudar a los que más necesitaban que al resto del mundo con sus trivialidades. Así también poco se dio cuenta de que lo que le había dicho a la enfermera era un tanto comprometedor si se veía bajo otra forma, pero la verdad es que Radd era por encima sincero y hasta algo relajado ya que las cosas que le salían eran "del alma", así que sus palabras poco carecían de doble sentido.
De esa forma, en un acto sorpresivo tomó la mano de Sutton ya que le iba a enseñar lo que en un principio le preguntó.
- Ven, te enseñaré la razón por la cual me gusta mucho el bosque - Dijo tranquilamente mientras halaba de su brazo suavemente para que le siguiera - Tranquila, no soy un asesino en serie. No voy a enseñarte la tumba de mi madre, ni tengo una campo secreto de Marihuana - Bromeó en contestación a los rumores que se hablaban de él que era prácticamente los que había nombrado.
Sin embargo, no le respondió de inmediato ya que la chica le preguntó acerca de su trabajo como tal en el Hospital y por consiguiente, entendía entre líneas que le contara más de su experiencia en sus primeros meses como estudiante... o al menos eso era lo que quería comentar.
- Pues bueno, como sabrás, luego de que entré como estudiante, he disminuido un poco el ritmo que tenía como voluntario pero la verdad no es algo que lamentar ya que trato de distribuirlo equitativamente - ¿Y cuándo era que tenía vida social?, la verdad era que poco salía de parranda, claro, no era que se la pasa encerrado como un ermitaño, sino más bien entre el voluntariado y los estudios le consumían más de lo normal su tiempo para divertirse... y tenía que resolverlo porque las cosas entre Simone, su novia y él no estaban yendo de la mejor forma - Por supuesto, yo sé que siempre puedo contar contigo, ya que bueno... digamos que eres la razón por la que estoy estudiando medicina - Le sonrió cortando en seco sus pensamientos un tanto negativos con respecto a su decadente relación y sobre que parecía más interesado en ayudar a los que más necesitaban que al resto del mundo con sus trivialidades. Así también poco se dio cuenta de que lo que le había dicho a la enfermera era un tanto comprometedor si se veía bajo otra forma, pero la verdad es que Radd era por encima sincero y hasta algo relajado ya que las cosas que le salían eran "del alma", así que sus palabras poco carecían de doble sentido.
De esa forma, en un acto sorpresivo tomó la mano de Sutton ya que le iba a enseñar lo que en un principio le preguntó.
- Ven, te enseñaré la razón por la cual me gusta mucho el bosque - Dijo tranquilamente mientras halaba de su brazo suavemente para que le siguiera - Tranquila, no soy un asesino en serie. No voy a enseñarte la tumba de mi madre, ni tengo una campo secreto de Marihuana - Bromeó en contestación a los rumores que se hablaban de él que era prácticamente los que había nombrado.
Radd Malakhova- Chicos de Storybrooke
- Soy : Secreto / Voluntario en el Hospital
Mensajes : 27
Empleo /Ocio : Estudiante de medicina
Fecha de inscripción : 14/07/2012
Re: Lost Then Found
Noto como mis labios se curvan en una sonrisa al tiempo que me echo el pelo ligeramente hacia atrás, pero no aparto los ojos del joven con rastras ni un solo segundo. Si no hubiese disminuido el ritmo como voluntario yo habría llegado a dos conclusiones: o era súperdotado o tenía la misma capacidad de memoria que yo, ambas cosas igual de extrañas, sobre todo lo mío que era más bien poco corriente. Al menos él parece haber encontrado un método de llevar a cabo las dos cosas de forma equitativa lo cual me alegra. Bastante. – Es normal que tengas que dedicar menos tiempo al voluntariado, pero siempre has de hacerlo pensando que luego podrás hacer por ellos mucho más de lo que haces ahora, que no es poco. – Apunto. Nunca me ha parecido que el trabajo de los voluntarios sea en vano. Muchas veces algunas manos extras nos vienen realmente bien.
Me halaga que diga que soy la razón por la que estudia medicina, aunque yo sé que hay más. Es decir, se perfectamente que para meterte en este campo tienes que tener vocación, tienes que sentir cierta pasión por el trabajo y por el estudio en general que va enfocado a ello. No es algo que pueda hacer cualquier persona, no. Se ha de ser “especial” en ciertos aspectos. Le devuelvo la sonrisa. – Yo solo te di el pequeño empujoncito que necesitabas – Digo al tiempo que muevo mis manos como si estuviese empujando algo invisible. Río durante una fracción de segundo antes de darme cuenta de que me ha tomado de la mano.
No sé bien cómo reaccionar a eso. Por una parte mi cabeza me dice que aparte la mano, que tiré de ella hacía mí, pero no lo hago. Dejo que me tome la mano al tiempo que empieza a hablar. Una nueva sonrisa se forma en mi rostro. Me siento ligeramente emocionada, tanto que las siguientes palabras del chico hacen que una carcajada salga de entre mis labios – Mira por dónde…, no había pensado en esa posibilidad. – Me quedo pensativa durante unos segundos que por algún motivo se me antojan una eternidad. – Porque… ¿no lo eres verdad? – Bromeo con una enorme sonrisa en el rostro – En realidad siento curiosidad por saber esa razón por la que te gusta tanto el bosque. Cualquiera diría que sobre lo último mientes. Cualquiera que se deje llevar por las apariencias y las pintas que lleva una persona, por supuesto.
¿Quién no había asociado muchas veces a alguien de las pintas de Radd, con aquellas rastras y esa forma de vestir, con un aficionado a la Marihuana? Incluso yo misma admito haberlo pensado, quizá con Radd no me pasó porque no es que le prestase demasiada atención a cómo iba vestido o como eran sus pintas cuando estaba en el hospital. Siempre me había fijado y percatado de otras cosas. Cosas más invisibles a ojos de aquellos que se podían considerar personas superficiales. – ¿Me vas a dar al menos una pista de lo que es? – Le pregunto mientras me dejo guiar por el chico bosque adentro, segura de que ese camino no se me va a olvidar en la vida. Cualquier secreto que se me muestre… será siempre mío también.
Me halaga que diga que soy la razón por la que estudia medicina, aunque yo sé que hay más. Es decir, se perfectamente que para meterte en este campo tienes que tener vocación, tienes que sentir cierta pasión por el trabajo y por el estudio en general que va enfocado a ello. No es algo que pueda hacer cualquier persona, no. Se ha de ser “especial” en ciertos aspectos. Le devuelvo la sonrisa. – Yo solo te di el pequeño empujoncito que necesitabas – Digo al tiempo que muevo mis manos como si estuviese empujando algo invisible. Río durante una fracción de segundo antes de darme cuenta de que me ha tomado de la mano.
No sé bien cómo reaccionar a eso. Por una parte mi cabeza me dice que aparte la mano, que tiré de ella hacía mí, pero no lo hago. Dejo que me tome la mano al tiempo que empieza a hablar. Una nueva sonrisa se forma en mi rostro. Me siento ligeramente emocionada, tanto que las siguientes palabras del chico hacen que una carcajada salga de entre mis labios – Mira por dónde…, no había pensado en esa posibilidad. – Me quedo pensativa durante unos segundos que por algún motivo se me antojan una eternidad. – Porque… ¿no lo eres verdad? – Bromeo con una enorme sonrisa en el rostro – En realidad siento curiosidad por saber esa razón por la que te gusta tanto el bosque. Cualquiera diría que sobre lo último mientes. Cualquiera que se deje llevar por las apariencias y las pintas que lleva una persona, por supuesto.
¿Quién no había asociado muchas veces a alguien de las pintas de Radd, con aquellas rastras y esa forma de vestir, con un aficionado a la Marihuana? Incluso yo misma admito haberlo pensado, quizá con Radd no me pasó porque no es que le prestase demasiada atención a cómo iba vestido o como eran sus pintas cuando estaba en el hospital. Siempre me había fijado y percatado de otras cosas. Cosas más invisibles a ojos de aquellos que se podían considerar personas superficiales. – ¿Me vas a dar al menos una pista de lo que es? – Le pregunto mientras me dejo guiar por el chico bosque adentro, segura de que ese camino no se me va a olvidar en la vida. Cualquier secreto que se me muestre… será siempre mío también.
Sutton N. Faraday- Humanos
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Localización : Storybrooke - Maine - United States of America
Fecha de inscripción : 05/09/2012
Re: Lost Then Found
- ¡No!, por supuesto que no - Le contestó con una flasa indignación, devolviéndole la sonrisa a lo que había dicho la chica sin poder ocultar algo más. Aunque tampoco no podía negar del todo que él fumaba y que en alguna ocasión o varias había aspirado de la susodicha hierba que tenía mala fama entre los más conservadores, pero la verdad es que no por eso él era una persona poco sana que andaban esparciendo el mal ejemplo a diestra y siniestra; eso más que todo se podía mostrar en las veces que había ido al hospital como voluntario, puede que no tenía mejor ropa pero su aliento siempre era limpio al igual que sus ropajes.
Pero eso no era el caso, iba a paso firme por el bosque en un camino que solo él se sabía a la perfección, podía incluso caminar con los ojos cerrados e igual llegaría a su meta sin ninguna dificultad. Volteó cuando la rubia le había dicho que sentía curiosidad por lo que le iba a mostrar, él simplemente le pudo responder con una sonrisa, pues la verdad no sabía que tipo de cosas se estaba imaginando la enfermera pero él le iba a mostrar su sitio favorito de todo el bosque.
- Aquí es - Dijo de repente, mientras paraba de manera abrupta, casi sin darle mucho tiempo a frenar. La verdad era que para ojos comunes, el lugar en el que estaban parado no había nada "especial", pues como todo en el bosque simplemente había pasto, una que otra maleza y árboles. No había tan siquiera algo que se le asemejaba a lo que había mencionado en mera broma; para el resto del mundo solo estaban parado en un punto aleatorio de los terrenos del bosque. Sin embargo, si todas las personas vieran no solo el bosque, sino ese pedazo en particular con los ojos con los que veía Radd, era un concepto totalmente distinto.
- Mira - Señaló al cielo, que realmente no se podía ver ya que en esa parte los árboles estaban muy juntos y lo tupido de sus hojas le tapaban en mayoría los rayos del sol. Sin embargo, delante de ellos, había un pequeño estanque y en ese punto estaba despajado de árboles por lo que se podía apreciar los rayos del sol sin estar en ellos directamente. A su lado estaban varios arbustos con flores silvestres que hacían que el olor de la humedad natural del lugar se alejara para impregnarlos de un hermoso aroma. Y por si fuera poco, en donde estaban parados había un poco más de pasto que en otras partes, por lo que la tierra y el fango se veían opacados ya que el pasto le daba bastante firmeza, a pesar de que estuviera fría, no había demasiado problemas de pisar y enterrarse los zapatos para llenárselos de tierra - Esto es lo que me encanta - Dijo simplemente mientras admiraba todo a su alrededor - A este punto en donde estamos en el bosque, no escuchamos el bullicio de la ciudad - Porque cabe decir que a la entrada del mismo se podía escuchar los carros que pasaban y estacionaban y la gente que pasaban a trotar - Y ellos no nos escuchan a nosotros. Aquí he practicado con la guitarra sin que nadie me interrumpa - Porque ese era su otro gran talento la música - O simplemente vengo aquí cuando quiero pensar las cosas más calmadamente y el aire que se respira por aquí es mucho más fresco que en cualquier otra parte. No sé, por alguna razón hace que me alivie y me sienta más tranquilo, como si fuera parte de mí - Era algo que simplemente no podía explicar más allá de eso, pero sentía una gran conexión con el bosque desde que tenía memoria - No sé si entiendas realmente a lo que me estoy refiriendo -
Pero eso no era el caso, iba a paso firme por el bosque en un camino que solo él se sabía a la perfección, podía incluso caminar con los ojos cerrados e igual llegaría a su meta sin ninguna dificultad. Volteó cuando la rubia le había dicho que sentía curiosidad por lo que le iba a mostrar, él simplemente le pudo responder con una sonrisa, pues la verdad no sabía que tipo de cosas se estaba imaginando la enfermera pero él le iba a mostrar su sitio favorito de todo el bosque.
- Aquí es - Dijo de repente, mientras paraba de manera abrupta, casi sin darle mucho tiempo a frenar. La verdad era que para ojos comunes, el lugar en el que estaban parado no había nada "especial", pues como todo en el bosque simplemente había pasto, una que otra maleza y árboles. No había tan siquiera algo que se le asemejaba a lo que había mencionado en mera broma; para el resto del mundo solo estaban parado en un punto aleatorio de los terrenos del bosque. Sin embargo, si todas las personas vieran no solo el bosque, sino ese pedazo en particular con los ojos con los que veía Radd, era un concepto totalmente distinto.
- Mira - Señaló al cielo, que realmente no se podía ver ya que en esa parte los árboles estaban muy juntos y lo tupido de sus hojas le tapaban en mayoría los rayos del sol. Sin embargo, delante de ellos, había un pequeño estanque y en ese punto estaba despajado de árboles por lo que se podía apreciar los rayos del sol sin estar en ellos directamente. A su lado estaban varios arbustos con flores silvestres que hacían que el olor de la humedad natural del lugar se alejara para impregnarlos de un hermoso aroma. Y por si fuera poco, en donde estaban parados había un poco más de pasto que en otras partes, por lo que la tierra y el fango se veían opacados ya que el pasto le daba bastante firmeza, a pesar de que estuviera fría, no había demasiado problemas de pisar y enterrarse los zapatos para llenárselos de tierra - Esto es lo que me encanta - Dijo simplemente mientras admiraba todo a su alrededor - A este punto en donde estamos en el bosque, no escuchamos el bullicio de la ciudad - Porque cabe decir que a la entrada del mismo se podía escuchar los carros que pasaban y estacionaban y la gente que pasaban a trotar - Y ellos no nos escuchan a nosotros. Aquí he practicado con la guitarra sin que nadie me interrumpa - Porque ese era su otro gran talento la música - O simplemente vengo aquí cuando quiero pensar las cosas más calmadamente y el aire que se respira por aquí es mucho más fresco que en cualquier otra parte. No sé, por alguna razón hace que me alivie y me sienta más tranquilo, como si fuera parte de mí - Era algo que simplemente no podía explicar más allá de eso, pero sentía una gran conexión con el bosque desde que tenía memoria - No sé si entiendas realmente a lo que me estoy refiriendo -
- donde están:
- http://www.fondosypantallas.com/wp-content/uploads/2010/08/ph-10220.jpg
Radd Malakhova- Chicos de Storybrooke
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Re: Lost Then Found
El paso firme con el que camina por el bosque me llena de confianza. Hace que deposite toda mi confianza en él y en el camino que está tomando, sin pararme a preguntar realmente donde me está llevando. Una sonrisa asoma en los labios de Radd cuando le digo que siento curiosidad por el lugar a donde me va a llevar y esa curiosidad noto que crece dentro de mi interior a medida que esa sonrisa se forma en su rostro. Como si aquel gesto me estuviera retando a sentir una mayor ansia y curiosidad. De lo que estoy segura es de que eso sitio supone algo realmente importante para Radd y una parte de mi se siente incluso halagada de que me esté llevando hasta ese preciado lugar, porque esos tipos de lugares no son de aquellos que enseñas a cualquier persona a la primera de cambio, no, normalmente son ese tipo de lugares que te guardas para ti mismo y nadie más. Por eso, en cierto sentido se me antoja especial el hecho de que quiera mostrarme algo preciado para él.
“Aquí es” Me quedo parada. Observo a mí alrededor. A primera vista es un lugar normal y corriente. Solo es otro punto en el bosque. Un lugar que te podrías haber encontrado por casualidad, pero algo en mi interior me dice que tiene que tener un algo para que Radd lo considere especial y me haya llevado hasta allí. Lo escudriño con la mirada, buscando algo que haga saltar la chispa dentro de mí pero pasados unos segundos desisto. Seguramente sin su ayuda no seré capaz de ver lo que él ve. Aquello que ahora mismo me está totalmente vetado. No hace falta que espere demasiado cuando él me señala hacia el cielo y me dice que mire.
Mis ojos claros se encuentran con las copas de los árboles y sus ojos, que tapan el cielo, pero aún así dejan pasar una luz que lo hace especial. Sonrío levemente al tiempo que centro mi vista justo enfrente nuestra y la sonrisa se ensancha. Un pequeño estanque adorna parte del paisaje y soy capaz de distinguir los rayos del sol cayendo sobre la tierra y el agua, reflejándose en esta última a pesar de estar a una cierta distancia de todo ello. Es la primera vez que me pasa, siento una conexión muy fuerte con el bosque y todo lo que representa, como si en cierto modo estuviésemos en armonía. Por primera vez en mucho tiempo siento que podría vivir alejada de la civilización en un lugar como el que tengo delante ahora mismo.
- Es simplemente… - Mis palabras no salen y mis ojos viajan hasta los arbustos con flores silvestres que hay cerca de nosotros. En este momento un lugar común se ha convertido ante mis ojos en un sitio… - Precioso. – Le miró a los ojos esbozando una sonrisa. Realmente ha conseguido transmitirme aquello que quería transmitirme enseñándome este lugar. Agudizo el oído a ver si lograba captar algún sonido que no fuera de la naturaleza, pero nada. No se oye nada. Ni coches, ni sus respectivos cláxones ni ninguno de los típicos sonidos que se pueden escuchar cuando caminas por el pueblo. Vuelvo a sonreír mientras le doy un apretón con la mano que aún mantengo unida a una de las suyas. Es curioso pero no he necesitado la necesidad imperiosa de deshacer ese contacto y soltarle la mano. – Cierto. Es como si estuviésemos casi en otro mundo… Algo extraño. Como si estuviésemos muy lejos del pueblo y realmente… ¿a cuánto estamos? ¿Una media hora a pie? ¿Quizás un poco más?
Le miro pasándome la mano libre entre mis cabellos rubios. La verdad es que un sitio perfecto para todo lo que me está diciendo - ¿Te has dado cuenta de que acabas de compartir tu sitio secreto conmigo? – Y bueno… quedaría grabado a fuego en mi mente. – Aún no te he oído tocar nunca… - Añado volviéndome hacia él. – Aunque qué quieres que te diga. Entiendo perfectamente que vengas aquí a tocar o calmarte y pensar en las cosas… es como el sitio perfecto para ello. Sin interrupciones, sin nada que distraiga tu mente… - Rio unos segundos antes de volverme nuevamente al paisaje – Y también tienes razón en lo de que el aire se respira mejor, parece que entra mejor en los pulmones y todo – Aunque esto a lo mejor son simplemente imaginaciones mías – ¿Cómo encontraste este lugar? – Ahora es la curiosidad la que vuelve a adueñarse de mi boca y mi mente. Es algo que no puedo remediar.
“Aquí es” Me quedo parada. Observo a mí alrededor. A primera vista es un lugar normal y corriente. Solo es otro punto en el bosque. Un lugar que te podrías haber encontrado por casualidad, pero algo en mi interior me dice que tiene que tener un algo para que Radd lo considere especial y me haya llevado hasta allí. Lo escudriño con la mirada, buscando algo que haga saltar la chispa dentro de mí pero pasados unos segundos desisto. Seguramente sin su ayuda no seré capaz de ver lo que él ve. Aquello que ahora mismo me está totalmente vetado. No hace falta que espere demasiado cuando él me señala hacia el cielo y me dice que mire.
Mis ojos claros se encuentran con las copas de los árboles y sus ojos, que tapan el cielo, pero aún así dejan pasar una luz que lo hace especial. Sonrío levemente al tiempo que centro mi vista justo enfrente nuestra y la sonrisa se ensancha. Un pequeño estanque adorna parte del paisaje y soy capaz de distinguir los rayos del sol cayendo sobre la tierra y el agua, reflejándose en esta última a pesar de estar a una cierta distancia de todo ello. Es la primera vez que me pasa, siento una conexión muy fuerte con el bosque y todo lo que representa, como si en cierto modo estuviésemos en armonía. Por primera vez en mucho tiempo siento que podría vivir alejada de la civilización en un lugar como el que tengo delante ahora mismo.
- Es simplemente… - Mis palabras no salen y mis ojos viajan hasta los arbustos con flores silvestres que hay cerca de nosotros. En este momento un lugar común se ha convertido ante mis ojos en un sitio… - Precioso. – Le miró a los ojos esbozando una sonrisa. Realmente ha conseguido transmitirme aquello que quería transmitirme enseñándome este lugar. Agudizo el oído a ver si lograba captar algún sonido que no fuera de la naturaleza, pero nada. No se oye nada. Ni coches, ni sus respectivos cláxones ni ninguno de los típicos sonidos que se pueden escuchar cuando caminas por el pueblo. Vuelvo a sonreír mientras le doy un apretón con la mano que aún mantengo unida a una de las suyas. Es curioso pero no he necesitado la necesidad imperiosa de deshacer ese contacto y soltarle la mano. – Cierto. Es como si estuviésemos casi en otro mundo… Algo extraño. Como si estuviésemos muy lejos del pueblo y realmente… ¿a cuánto estamos? ¿Una media hora a pie? ¿Quizás un poco más?
Le miro pasándome la mano libre entre mis cabellos rubios. La verdad es que un sitio perfecto para todo lo que me está diciendo - ¿Te has dado cuenta de que acabas de compartir tu sitio secreto conmigo? – Y bueno… quedaría grabado a fuego en mi mente. – Aún no te he oído tocar nunca… - Añado volviéndome hacia él. – Aunque qué quieres que te diga. Entiendo perfectamente que vengas aquí a tocar o calmarte y pensar en las cosas… es como el sitio perfecto para ello. Sin interrupciones, sin nada que distraiga tu mente… - Rio unos segundos antes de volverme nuevamente al paisaje – Y también tienes razón en lo de que el aire se respira mejor, parece que entra mejor en los pulmones y todo – Aunque esto a lo mejor son simplemente imaginaciones mías – ¿Cómo encontraste este lugar? – Ahora es la curiosidad la que vuelve a adueñarse de mi boca y mi mente. Es algo que no puedo remediar.
Sutton N. Faraday- Humanos
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Re: Lost Then Found
- ¿Ves que es cierto? - Respondió a la afirmación que hizo la enfermera cuando dijo que estar ahí era como estar en otro mundo. Y lo cual no era ni muy jalado de los cabellos, ya que la verdad a comparación en donde estaban hace unos minutos a donde estaban ahora, era algo tan drástico de cambio de paisaje, que parecía como si hubieran entrado por un portal mágico y hubieran parado ahí. Pero muy a sus adentros le alegraba de sobre manera que la chica apreciara cada uno de los detalles de la misma forma en las que él hacía.
- Yo diría que...- Vio su reloj de muñeca y luego miró hacia arriba otra vez pensando ya que su reloj nunca era de fiar, ya ni sabía porqué lo cargaba - Sí, más o menos unos 30 a 45 minutos caminando. Esa es otra ventaja, llegar aquí te pone en forma - Rió por lo bajo, ya que la verdad el siempre había sido muy delgado y hasta blandengue, ya que el voluntariado le absorbía tanto que llegó un momento a comer solo latas de atún en lo que iba de día y más con ese "ejercicio" casi diario, pues si había adelgazado bastante. Sus más allegados le decían en broma y a la vez con un poco de preocupación que si seguía así iba a desaparecer, cosa que él no había visto la gravedad a la que había llegado que comenzó a comer mejor... Solo un poco más, que era un chico de mal comer al fin de cuentas y descuidado en cosas de él de paso.
Pero la medicina le había abierto un poco más los ojos en ese aspecto, ya que al comprender más como se manejaba el cuerpo entendía que tenía que cuidarse más. Y es que para Radd a veces no tenía limites en el "dar", siempre estaba dando a los demás y casi nunca le interesaba las cosas de él. Ahora ya estaba viendo otra cosa bajo otra perspectiva.
- ¿En serio lo hice? - Se preguntó extrañado. Retomando el hecho que el "dar" para él era demasiado automático, ya que el egoísmo era casi extraño en él y muchas veces necesitaba de eso. Aunque claro, con Sutton era caso aparte - Jajaja, bueno ya sabes cuando también quieras estar tranquila unos minutos. Te hace bien, ya que respirar el aire acondicionado siempre del hospital a veces te intoxica - No lo decía de manera metafórica ya que lo sentía así. Sonrió con cierto brillo en los ojos cuando le mencionó sobre que aun no lo escuchaba tocar la guitarra - También canto... - No en una manera destacable, como decía Indiana, pero al menos llegaba a las armonías.
Puso una mano en su rostro recordando cuando fue que había encontrado ese lugar
- Esa sí es una muy buena pregunta - Se dijo, ya que algo extraño sucedía, puesto que por más que intentara recordar cual fue el primer momento en que consiguió ese lugar se le hacía imposible hacerlo... como si.... - Es como si siempre hubiera estado aquí. Es extraño lo sé.... pero supongo que tengo un par de años ya que lo conseguí - Era la única explicación lógica a su falta de memoria. Y hablando de eso, también se le hacía extraño que se manejara también por lugares abiertos y sobre todo más como lo que era el bosque - ¿Y tú?, ¿Tienes algún lugar a donde ir?, ¿Quieres oírme cantar? -
- Yo diría que...- Vio su reloj de muñeca y luego miró hacia arriba otra vez pensando ya que su reloj nunca era de fiar, ya ni sabía porqué lo cargaba - Sí, más o menos unos 30 a 45 minutos caminando. Esa es otra ventaja, llegar aquí te pone en forma - Rió por lo bajo, ya que la verdad el siempre había sido muy delgado y hasta blandengue, ya que el voluntariado le absorbía tanto que llegó un momento a comer solo latas de atún en lo que iba de día y más con ese "ejercicio" casi diario, pues si había adelgazado bastante. Sus más allegados le decían en broma y a la vez con un poco de preocupación que si seguía así iba a desaparecer, cosa que él no había visto la gravedad a la que había llegado que comenzó a comer mejor... Solo un poco más, que era un chico de mal comer al fin de cuentas y descuidado en cosas de él de paso.
Pero la medicina le había abierto un poco más los ojos en ese aspecto, ya que al comprender más como se manejaba el cuerpo entendía que tenía que cuidarse más. Y es que para Radd a veces no tenía limites en el "dar", siempre estaba dando a los demás y casi nunca le interesaba las cosas de él. Ahora ya estaba viendo otra cosa bajo otra perspectiva.
- ¿En serio lo hice? - Se preguntó extrañado. Retomando el hecho que el "dar" para él era demasiado automático, ya que el egoísmo era casi extraño en él y muchas veces necesitaba de eso. Aunque claro, con Sutton era caso aparte - Jajaja, bueno ya sabes cuando también quieras estar tranquila unos minutos. Te hace bien, ya que respirar el aire acondicionado siempre del hospital a veces te intoxica - No lo decía de manera metafórica ya que lo sentía así. Sonrió con cierto brillo en los ojos cuando le mencionó sobre que aun no lo escuchaba tocar la guitarra - También canto... - No en una manera destacable, como decía Indiana, pero al menos llegaba a las armonías.
Puso una mano en su rostro recordando cuando fue que había encontrado ese lugar
- Esa sí es una muy buena pregunta - Se dijo, ya que algo extraño sucedía, puesto que por más que intentara recordar cual fue el primer momento en que consiguió ese lugar se le hacía imposible hacerlo... como si.... - Es como si siempre hubiera estado aquí. Es extraño lo sé.... pero supongo que tengo un par de años ya que lo conseguí - Era la única explicación lógica a su falta de memoria. Y hablando de eso, también se le hacía extraño que se manejara también por lugares abiertos y sobre todo más como lo que era el bosque - ¿Y tú?, ¿Tienes algún lugar a donde ir?, ¿Quieres oírme cantar? -
Radd Malakhova- Chicos de Storybrooke
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Re: Lost Then Found
Me hace gracia eso de que otra de las ventajas de caminar hasta ese punto concreto del bosque te pone en forma y no puedo evitar soltar unas cuantas carcajadas – Lástima que no crea necesitar ponerme en forma. – Bromeo al respecto mientras señalo mi propio cuerpo con mi mano libre. No, en realidad nunca me ha preocupado demasiado ni mi peso ni m figura en sí. Siempre he sido de las que han pensado: a quien no le guste que no mire. Ese ha sido siempre mi lema y dudo mucho que a estas alturas vaya a cambiarlo. Además considero que ir para aquí y para allá todo el día en el hospital ya conlleva cierto ejercicio, que vale, quizá no sea igual que ir andando hasta el bosque casi cada día, pero… El estrés también ayuda mucho a la hora de perder algunos kilos, al menos a mí.
Sí, lo ha hecho. Sonrío. Realmente no soy plenamente consciente de si sabe de mi condición de memoria infinita, por decirlo de alguna manera, no es algo que me guste compartir con todo el mundo por la simple razón de que me da miedo que luego ya no quieran compartir nada conmigo al saber que no olvido absolutamente nada – Aja. Lo has hecho. – Rio divertida durante unos segundos. Me da la impresión de que realmente no es algo que le preocupe sobremanera y me siento hasta aliviada por ello. –Te enferma también. La de veces que he cogido un resfriado por culpa del aire acondicionado, por eso en casa no tengo. Demasiado… ¿Artificial? – Prefiero aguantar un poco el calor que ponerme enferma cada dos por tres.
Lo que me sorprende es que cante, bueno, que me diga que canta. Vuelvo el rostro hacia él e incluso noto como mi boca se abre ligeramente por la sorpresa, cosa que hace que en cuanto me doy cuenta de ello vuelva a cerrarla. Me quedo unos segundos parada sin saber realmente que decirle. – ¿De verdad? Nunca lo hubiese imaginado… - En realidad llego a la conclusión de que es una de esas cosas que nunca llegas a esperarte realmente de otra persona. De esas pequeñas cosas que te suponen una pequeña y agradable sorpresa.
Ahí radica la diferencia entre la gente normal y yo. Esa pregunta que le acabo de hacer a Radd yo podría haberla respondido sin dificultad alguna de estar ahora mismo en su lugar. – Entiendo… De todos modos a veces recordar como encuentras un lugar no es lo más importante. Lo más importante es no perderlo, ¿no crees? – Y no perder los mejores recuerdos, que vale, yo no perdía ninguno, pero de poder perder alguno, me quedaría con los mejores que tengo rondando por mi cabeza a diario las veinticuatro horas del día. – Pues… no, la verdad que no tengo nada que hacer. – Esbozo una sonrisa al tiempo que decido sentarme sobre la hierba, soltando su mano sin importarme ensuciarme la ropa. ¿Repipi yo? ¡Ni hablar! – ¿Oírte cantar? ¿Lo dices en serio? – Posiblemente mis ojos han adquirido un brillo especial con esas palabras – ¡Me encantaría! – Exclamo juntando las palmas de mi mano y durante un momento estoy casi prácticamente segura de que parezco una niña pequeña con una larga melena dorada y enormes ojos azules que mira con la felicidad plasmada en el rostro a Radd.
En realidad sonreír nunca ha sido algo difícil para mí, en realidad lo contrario.
Sonreír es lo que hago con más facilidad.
Sí, lo ha hecho. Sonrío. Realmente no soy plenamente consciente de si sabe de mi condición de memoria infinita, por decirlo de alguna manera, no es algo que me guste compartir con todo el mundo por la simple razón de que me da miedo que luego ya no quieran compartir nada conmigo al saber que no olvido absolutamente nada – Aja. Lo has hecho. – Rio divertida durante unos segundos. Me da la impresión de que realmente no es algo que le preocupe sobremanera y me siento hasta aliviada por ello. –Te enferma también. La de veces que he cogido un resfriado por culpa del aire acondicionado, por eso en casa no tengo. Demasiado… ¿Artificial? – Prefiero aguantar un poco el calor que ponerme enferma cada dos por tres.
Lo que me sorprende es que cante, bueno, que me diga que canta. Vuelvo el rostro hacia él e incluso noto como mi boca se abre ligeramente por la sorpresa, cosa que hace que en cuanto me doy cuenta de ello vuelva a cerrarla. Me quedo unos segundos parada sin saber realmente que decirle. – ¿De verdad? Nunca lo hubiese imaginado… - En realidad llego a la conclusión de que es una de esas cosas que nunca llegas a esperarte realmente de otra persona. De esas pequeñas cosas que te suponen una pequeña y agradable sorpresa.
Ahí radica la diferencia entre la gente normal y yo. Esa pregunta que le acabo de hacer a Radd yo podría haberla respondido sin dificultad alguna de estar ahora mismo en su lugar. – Entiendo… De todos modos a veces recordar como encuentras un lugar no es lo más importante. Lo más importante es no perderlo, ¿no crees? – Y no perder los mejores recuerdos, que vale, yo no perdía ninguno, pero de poder perder alguno, me quedaría con los mejores que tengo rondando por mi cabeza a diario las veinticuatro horas del día. – Pues… no, la verdad que no tengo nada que hacer. – Esbozo una sonrisa al tiempo que decido sentarme sobre la hierba, soltando su mano sin importarme ensuciarme la ropa. ¿Repipi yo? ¡Ni hablar! – ¿Oírte cantar? ¿Lo dices en serio? – Posiblemente mis ojos han adquirido un brillo especial con esas palabras – ¡Me encantaría! – Exclamo juntando las palmas de mi mano y durante un momento estoy casi prácticamente segura de que parezco una niña pequeña con una larga melena dorada y enormes ojos azules que mira con la felicidad plasmada en el rostro a Radd.
En realidad sonreír nunca ha sido algo difícil para mí, en realidad lo contrario.
Sonreír es lo que hago con más facilidad.
Sutton N. Faraday- Humanos
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Re: Lost Then Found
Pues vaya sí que debía ser un despistado de primera el haberle contado a la chica donde quedaba su lugar secreto sin haberse dado cuenta del asunto; la única ventaja que tenía Radd era que él no ocultaba absolutamente nada, él era tan trasparente como el agua cristalina del lago así que el haber compartido un lugar que se le hacía tan especial con alguien más tampoco era un gran problema, así como también, pensando desde otra perspectiva, se le había mostrado a una persona que de verdad era bastante especial a su manera por todo el trasfondo académico actual.
- Bueno, al menos me alegra haberlo compartido con alguien especial - Le sonrió de forma amena y tan tranquilo como siempre, aunque cierta parte de él le hizo saber que ni con Simone con quien se suponía que tenía una buena relación a pesar de todos los problemas actuales no le había dedicado el tiempo de llevarla a ese lugar. Suspiró mientras escuchaba el comentario de que el aire acondicionado del hospital también enfermaba pues era artificial. No había nada más que comentar ya que estaba sumamente de acuerdo con aquello, y es que muchas veces el hospital no le agradaba por ese detalle... bueno, tampoco que el encierro le gustaba del todo, pero muchas veces omitía eso por amor a su carrera.
De pronto un brillo se formó en sus ojos cuando Sutton dijo que nunca se hubiera imaginado de aquel talento oculto que tenía, a lo que él simplemente se encogió de hombros, pero sobre todo el entusiasmo lo llenó una vez más cuando la chica accedió a escucharlo. Se aclaró la garganta y trató de recordar la canción que había compuesto hace ya un buen tiempo, y que recientemente la volvió a practicar en momentos de estrés. Sin embargo, algo le paraba en ese momento, ¿Acaso sentía... pena?, pues por algún motivo tardó más de lo habitual en prepararse a cantar. No es que Radd fuese el chico perfecto que no le teme a nadie, pero su actitud tan despreocupada le liberaba de muchos complejos y miedos comunes que la gente vivía y hasta ese momento no había sentido esa presión de hacer algo para que le agradara a otra persona, porque si, quería que le agradara a Sutton lo que iba a cantar.
Así que carraspeó un tanto, respirando más profundamente y moviendo un poco sus manos a los lados para sentirse mejor, ¡Vaya! si así se sentían muchas personas y de manera seguida, sin duda los compadecía mucho más que antes, ya que era una sensación un poco estresante. Sin embargo, se decidió por cerrar los ojos para olvidarse de su alrededor y empezar a cantar.
La melodía le salió así como también la letra, para dar como un resultado un buen canto. Por supuesto, el no era tenor ni nada por el estilo, pero al menos tenía un buen oído que le permitía no desafinar, por lo que las melodías las agarraba a las de una. Una vez terminado abrió los ojos y le miró con algo de nerviosismo, lo cual seguía preguntándose por qué se sentía así.
- ¿Y bien?, ¿Qué te pareció? - Dirigió su pregunta hacia Sutton esperando con ansia una respuesta de ella, como si se tratara de algún concurso en los que esperaba la calificación de los jueces para saber si pasaste a la siguiente ronda o te ibas a casa.
- Bueno, al menos me alegra haberlo compartido con alguien especial - Le sonrió de forma amena y tan tranquilo como siempre, aunque cierta parte de él le hizo saber que ni con Simone con quien se suponía que tenía una buena relación a pesar de todos los problemas actuales no le había dedicado el tiempo de llevarla a ese lugar. Suspiró mientras escuchaba el comentario de que el aire acondicionado del hospital también enfermaba pues era artificial. No había nada más que comentar ya que estaba sumamente de acuerdo con aquello, y es que muchas veces el hospital no le agradaba por ese detalle... bueno, tampoco que el encierro le gustaba del todo, pero muchas veces omitía eso por amor a su carrera.
De pronto un brillo se formó en sus ojos cuando Sutton dijo que nunca se hubiera imaginado de aquel talento oculto que tenía, a lo que él simplemente se encogió de hombros, pero sobre todo el entusiasmo lo llenó una vez más cuando la chica accedió a escucharlo. Se aclaró la garganta y trató de recordar la canción que había compuesto hace ya un buen tiempo, y que recientemente la volvió a practicar en momentos de estrés. Sin embargo, algo le paraba en ese momento, ¿Acaso sentía... pena?, pues por algún motivo tardó más de lo habitual en prepararse a cantar. No es que Radd fuese el chico perfecto que no le teme a nadie, pero su actitud tan despreocupada le liberaba de muchos complejos y miedos comunes que la gente vivía y hasta ese momento no había sentido esa presión de hacer algo para que le agradara a otra persona, porque si, quería que le agradara a Sutton lo que iba a cantar.
Así que carraspeó un tanto, respirando más profundamente y moviendo un poco sus manos a los lados para sentirse mejor, ¡Vaya! si así se sentían muchas personas y de manera seguida, sin duda los compadecía mucho más que antes, ya que era una sensación un poco estresante. Sin embargo, se decidió por cerrar los ojos para olvidarse de su alrededor y empezar a cantar.
La melodía le salió así como también la letra, para dar como un resultado un buen canto. Por supuesto, el no era tenor ni nada por el estilo, pero al menos tenía un buen oído que le permitía no desafinar, por lo que las melodías las agarraba a las de una. Una vez terminado abrió los ojos y le miró con algo de nerviosismo, lo cual seguía preguntándose por qué se sentía así.
- ¿Y bien?, ¿Qué te pareció? - Dirigió su pregunta hacia Sutton esperando con ansia una respuesta de ella, como si se tratara de algún concurso en los que esperaba la calificación de los jueces para saber si pasaste a la siguiente ronda o te ibas a casa.
- canción de Radd:
Radd Malakhova- Chicos de Storybrooke
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Re: Lost Then Found
Sí, compartir lugares especiales e importantes para uno mismo es algo que solo te reservas normalmente a compartir con personas que también son especiales para ti y por las palabras que me ha dirigido Radd en este momento deduzco que yo soy una persona especial para Radd, cosa que hace que una sonrisa curve mis labios. – Me alegra saber que me consideras… especial. – Consigo decir mientras escondo uno de los mechones rubios de mi cabello tras una de mis orejas.
Ese suspiro que se cuela entre sus labios me da a entender de una forma indirecta que el aire acondicionado no es algo que le agrade demasiado a él tampoco. Desde luego no es una cosa que me sorprenda, su forma de vestir y posiblemente de vivir, es algo que me da muchas pistas sobre como es realmente Radd Malakhova y puedo deducir que el aire libre es algo que ama y adora. ¿Si no por qué iba a ser un sitio como aquel su lugar favorito? Vuelvo a levantar la mirada hacia arriba encontrándome con las copas de los árboles que vuelven a hacerme sonreír. Sí, en cierto modo a mi también me gusta el aire libre, la tranquilidad que te ofrece y la libertad. El aire puro…Demasiadas ventajas en realidad y pocas desventajas, al menos a mi modo de ver.
Bajo la mirada justo a tiempo para ver como un brillo se forma en los ojos de Radd. En realidad aún me sorprende bastante ese talento oculto que el joven me acaba de confesar. Ladeo ligeramente la cabeza con la mirada fija en el joven antes de buscar algún sitio donde sentarme. Encuentro un tocón de madera que me quedo mirando durante unos largos segundos antes de acercarme y sentarme encima con la mirada fija en Radd que incluso parece un poco…¿nervioso?
Observó sus gestos, el carraspeo, su forma de respirar y el movimiento de sus manos. ¿De verdad se estaba poniendo nervioso? – No hace falta que lo hagas, Radd… En serio – Si, de repente me había sentido un poco mal por ponerle tan nervioso con aquella petición. No había sido mi intención ponerle nervioso o ponerle en un compromiso, aunque poco después de que estas palabras salgan de mi boca veo como el joven cierra los ojos y acto seguido empieza a cantar.
Al principio simplemente me quedo mirándole mientras la canción llega hasta mí y sonrío, pero pasados unos minutos no puedo evitar cerrar los ojos y que lo que está cantando Radd me llené por completo. Incluso noto como mi cuerpo se balancea ligeramente, del mismo modo que mis pies siguen el ritmo de la canción del chico hasta que esta se termina.
Vuelvo a abrir los ojos encontrándome con los de Radd al tiempo que esbozo una nueva sonrisa, posiblemente más grande que las anteriores. –¿Qué, qué me pareció? – Le pregunto con cierta sorpresa en mi voz. Realmente me sorprende que me pregunte qué me ha parecido, aunque es normal que le guste saber a la gente qué le ha parecido a sus seres queridos lo que han hecho – Me ha encantado. Tienes una voz realmente preciosa. – Asiento levantándome y acercándome hasta él. – ¿Por qué escondes semejante talento en vez de enseñárselo al mundo? – Vale, posiblemente tenga sus razones, pero si yo he sido capaz de disfrutar de ello, ¿por qué no podrían hacerlos los demás tampoco?
¿Lo mejor de esta experiencia? Que podré revivirla siempre que quiera. – Me has sorprendido para bien, en serio. – Soy sincera y eso se nota tanto en mi forma de hablar como en las palabras que le estoy diciendo al joven.
Ese suspiro que se cuela entre sus labios me da a entender de una forma indirecta que el aire acondicionado no es algo que le agrade demasiado a él tampoco. Desde luego no es una cosa que me sorprenda, su forma de vestir y posiblemente de vivir, es algo que me da muchas pistas sobre como es realmente Radd Malakhova y puedo deducir que el aire libre es algo que ama y adora. ¿Si no por qué iba a ser un sitio como aquel su lugar favorito? Vuelvo a levantar la mirada hacia arriba encontrándome con las copas de los árboles que vuelven a hacerme sonreír. Sí, en cierto modo a mi también me gusta el aire libre, la tranquilidad que te ofrece y la libertad. El aire puro…Demasiadas ventajas en realidad y pocas desventajas, al menos a mi modo de ver.
Bajo la mirada justo a tiempo para ver como un brillo se forma en los ojos de Radd. En realidad aún me sorprende bastante ese talento oculto que el joven me acaba de confesar. Ladeo ligeramente la cabeza con la mirada fija en el joven antes de buscar algún sitio donde sentarme. Encuentro un tocón de madera que me quedo mirando durante unos largos segundos antes de acercarme y sentarme encima con la mirada fija en Radd que incluso parece un poco…¿nervioso?
Observó sus gestos, el carraspeo, su forma de respirar y el movimiento de sus manos. ¿De verdad se estaba poniendo nervioso? – No hace falta que lo hagas, Radd… En serio – Si, de repente me había sentido un poco mal por ponerle tan nervioso con aquella petición. No había sido mi intención ponerle nervioso o ponerle en un compromiso, aunque poco después de que estas palabras salgan de mi boca veo como el joven cierra los ojos y acto seguido empieza a cantar.
Al principio simplemente me quedo mirándole mientras la canción llega hasta mí y sonrío, pero pasados unos minutos no puedo evitar cerrar los ojos y que lo que está cantando Radd me llené por completo. Incluso noto como mi cuerpo se balancea ligeramente, del mismo modo que mis pies siguen el ritmo de la canción del chico hasta que esta se termina.
Vuelvo a abrir los ojos encontrándome con los de Radd al tiempo que esbozo una nueva sonrisa, posiblemente más grande que las anteriores. –¿Qué, qué me pareció? – Le pregunto con cierta sorpresa en mi voz. Realmente me sorprende que me pregunte qué me ha parecido, aunque es normal que le guste saber a la gente qué le ha parecido a sus seres queridos lo que han hecho – Me ha encantado. Tienes una voz realmente preciosa. – Asiento levantándome y acercándome hasta él. – ¿Por qué escondes semejante talento en vez de enseñárselo al mundo? – Vale, posiblemente tenga sus razones, pero si yo he sido capaz de disfrutar de ello, ¿por qué no podrían hacerlos los demás tampoco?
¿Lo mejor de esta experiencia? Que podré revivirla siempre que quiera. – Me has sorprendido para bien, en serio. – Soy sincera y eso se nota tanto en mi forma de hablar como en las palabras que le estoy diciendo al joven.
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