Deberes [Steffan]

por **Paula A. Mills** Miér Ene 23, 2013 10:34 am

La estampa de Paula sentada en una de las mesas de la cafetería, con una taza de chocolate humeante delante y la mesa llena de papeles era algo bastante frecuente. La explicación que la niña estaba haciendo deberes era la más probable para cualquiera que la viese, y de hecho a ella le parecía perfecto que fuera aquello lo que todos pensaran. Pero en realidad Paula trabajaba en algo bastante distinto. Algo importante, con lo que seguramente necesitaba un poco de ayuda.

Su gran proyecto tenía dos partes fundamentales: la parte en la que tenía que conseguir que Lucy creyera en la maldición para que los pudiera salvar era una de las más importantes, pero la segunda, la que involucraba la Operación Cobra, era también de suma importancia. Saber quién era quién era importante, porqué le daría pistas de que cabos tirar para intentar que alguien recordara algo y quizás se pusiera de su parte... Y era precisamente con eso que tenía problemas. Se había quedado atascada porque necesitaba más información de los habitantes de Storybrooke de la que podía conseguir una niña de ocho años. Y era por eso que su posición en el Granny's era completamente estratégica.

Esperaba a Steffan, y no precisamente porque lo conociera tan bien. Había hablado alguna vez con él, claro, porque a fin de cuentas Storybrooke era un pueblo relativamente pequeño, pero no tenía con él la confianza que podía tener con Lucas o con Sebastian, su profe preferido del cole. A pesar de eso trabajaba en el periódico. Escribía notícias de todo lo importante que pasaba en el pueblo y eso suponía que conocía a todos mejor que ella, ¿no? O al menos le daría algunos buenos trucos de como conseguir buena información.

En varias ocasiones había observado como algunos trabajadores del periódico pasaban a tomar algo en el Granny's al final de su jornada laboral, y antes de irse a casa, y por eso precisamente estaba allí. Una sonrisa se dibujó en su cara cuando, al cabo de un rato de esperar vio como, en efecto, varios reporteros entraban, Steffan entre ellos. Ensanchó su sonrisa y le hizo señas con la mano para que se acercara. Tenía su excusa perfectamente memorizada.

- ¡Hola! Estamos dando el tema de los medios de comunicación en el cole, y a mi me ha tocado hacer un trabajo sobre el periódico. ¿Puedo hacerte algunas preguntas o te molesto mucho? - y a esto añadió su mejor cara de niña inocente que sabía poner. Tenía comprobado que eran pocos los que se podían negar a lo que pedía cuando lo hacía.

por **Steffan N. Cartwright** Jue Ene 24, 2013 1:49 pm

Una tarde apacible. El trabajo en el periódico era arduo pero gratificante. Steffan era escritor, es decir, solía escribir artículos de lo que fuese en el periódico. A veces escribía sobre las noticias mencionadas páginas antes, sobre los numerosos conciertos que quedaban lejos de ahí, sobre nuevos avances en la ciencia, sobre viajes a lugares paradisiacos...escribía lo que sentía y su columna gustaba bastante. Gente que la leía, decía que transmitía tranquilidad. Conocimientos a la par con una tranquilidad suave..así era su misma vida.

Esa tarde habían salido algunos compañeros a comer a Granny's. Siguió a sus amigos sin decir mucho, ya que tenía la mente en otro lado. Enfocada en una muchacha fotografa de cabello del color de fuego...en fin, sonreía distraídamente. Entraron al local y el olor a comida hizo que el estómago le gruñera. Rápidamente pensó en lo que iba a pedir y ya se dirigía a sentarse a la mesa seleccionada por sus camaradas cuando la mano de una niña apareció enfrente de él. Estudió a la chica, era Paula Mills, la imaginativa hija de la alcaldesa. Cartwrigth frunció el ceño. ¿Qué hacía ahí sola? Encogió sus hombros y se dirigió a sus amigos. - Empiecen sin mi- chocó algunas palmas en señal de despedida y avanzó hacia la mesa que ocupaba la ojiverde.

Paula habló rápidamente sin detenerse, poniendo una carita muy dulce. Steffan rió, cautivado por la ternura de la pequeña y tomó asiento. - Primero que nada, hola Paula - saludó mientras observaba con atención los papeles que decoraban la mesa. - Segundo, ¿cómo estás? Tercero, claro que te ayudo.- siguió hablando Nathaniel mientras aceptaba la carta que una mesera le ofrecía.

Leyó la carta y alzó la vista, Paula leía la suya con detenimiento. - Pide lo que quieras, yo invito - comentó amablemente. Era una pequeña que pedía su ayuda y a Steffan le apetecía pagar la cena. Además, tenía mucha hambre. Y las pláticas con Paula no son rápidas, no señor, son vastas e interesantes.

por **Paula A. Mills** Vie Feb 15, 2013 7:32 am

La sonrisa de su rostro se amplió un poco más cuando tuvo claro que Steffan se quedaría con ella. Aún cuando estaba acostumbrada a salirse con la suya la mayoría de las veces, le gustaba comprobar que seguía teniendo poder de convicción.

- ¡Hola Steffan! Estoy bien, algo ocupada, ya sabes... Deberes. - dijo sacudiendo la cabeza, como si los deberes de una niña de ocho años fueran el peor problema del mundo - Y gracias por la ayuda. - dijo al final, contestando a todos sus puntos.

No tenía pensado quedarse a cenar en Granny's. Seguramente su madre tenía algo preparado en casa, y no le haría la más mínima gracia. Pero evidentemente entre la verdura o la comida supuestamente sana que le esperaba en casa y las hamburguesas del Granny's, pronto estaba la elección hecha.

- Pueees... Una hamburguesa con muuuucho queso. Y una coca-cola. - le respondió ante su invitación - ¿Ibas a comer con alguien? Tampoco quiero molestarte mucho, pero el profesor se pone un poco pesado respecto a esto de los trabajos... - iba a crecerle la nariz. Las mentiras salían ya de su boca sin ningún tipo de compasión ni de duda. Sebastian, su profesor, era de todo menos pesado, y de lo más comprensivo con los trabajos... Pero ahora ya era tarde para arreglarlo de ninguna forma.

Fingió revolver algunos papeles que tenía delante, como si buscara lo que tenía que preguntar aunque evidentemente eso lo tenía más que claro. Quería que Steffan le dijera algún truco infalible para investigar y sacar información de la gente... Y ya que estaba, de donde sacaba los argumentos para convencer a la gente que sus notícias eran verdad. De hecho, como le corría más prisa todo ese tema de la credibilidad, pues Lucy no parecía estar muy por la labor de creerse lo que ella tenía que contar, decidió empezar por eso.

- Vale, primera pregunta: Alguna vez debes haber escrito alguna notícia... Difícil de creer... ¿no? ¿La gente la cree sólo porqué sale en el periódico o hay algún truco para... Que te crean? - se mordió el labio inferior y empezó a trazar círculos con el bolígrafo en el borde de la libreta que tenía delante. ¿Y si Steffan intuía que aquello no tenía nada que ver con un trabajo del cole? ¿Se enfadaría? ¿Le iría a contar a su madre lo que hacía mientras se suponía que tenía que estar llegando a casa para cenar? Definitivamente había cosas que eran mejor no pensarlas.

((Off: Perdooooon por tardar mil años! Problemas con la vida real xD Pero ya estoy de vuelta *-*))

por **Steffan N. Cartwright** Lun Feb 18, 2013 3:10 pm

Arrugo su nariz, haciendo una leve mueca de disgusto al ver los deberes de la chica., recordando su normal apatía y resistencia hacia el colegio y las tareas. Escuchó a Paula, asintió y repitió la orden a la mesera que sonreía amablemente. - Serán dos hamburguesas con muuuucho queso, dos cocacolas, una malteada de chocolate, dos órdenes de papas y aros de cebolla y el postre te lo pedimos después- comentó sonriendo encantadoramente, guiñándole un ojo.

Tosió para aclarar su garganta. Él había sido un niño muy travieso, hacía lo que quería y nada lo detenía. En otras palabras, un caso. Era el dolor de cabeza de sus maestros y de todo adulto en general, y esa chispa aún prevalecía en su traviesa mirada azul. Por esa razón supo que Paula tenía algo entre manos. Planeaba algo. Además, ningún niño pensaba en que el trabajo de un periodits fuera muy interesante o extremo. En esos caso todos se iban a la estación de policía y bomberos.

Sonrió mientras veía los papeles de la niña. Alzó sus cejas, entrecerró sus ojos e inclinó ligeramente su cuerpo hacia delante. -¿Truco?- preguntó extrañado. - El punto es saber cómo escribir la noticia. Iniciar con palabras que atraigan, continuar con la fluidez y terminar con algo de misterio. Escribir es un arte, el punto es atrapar al lector comentó tranquilo, tratando de describir bien su empleo. Bueno, la esencia de lo que hacía. Volteó a ver a la ojiverde, examinándola.

- Específicamente, ¿por qué la pregunta?- inquirió sutilmente el muchacho mientras alzaba sus cejas. La mesera llegó con su orden, las cocacolas y las órdenes de papas y aros. -Digo, necesito saber lo que quieres para poder ayudarte...una cosa es escribir y convencer y otra es hablar para convencer a los demás. - indicó sonriente mientras bebía de su cocacola. Esta niña tramaba algo,era seguro. Y Cartwright creía que la determinación en los niños debía prevalecer. La ayudaría estaba claro.

por **Paula A. Mills** Mar Feb 19, 2013 10:45 am

Pasara lo que pasara, haberle pedido ayuda a Steffan y quedarse a cenar con él se había convertido en una buena idea, desde el momento en que lo oyó pedir las patatas y los aros de cebolla como complemento a su cena, y decirle a la camarera que más tarde hablarían del postre. Seguramente Paula comía demasiadas porquerías, pero no podía evitarlo, le encantaba lo dulce y lo poco sano, todas esas cosas que hacían que su madre se pusiera las manos en la cabeza.

Arrugó las cejas cuando él empezó a hablar sobre escribir una notícia, y el arte que eso tenía y otras cosas que aunque ella intentó apuntar en el cuaderno que tenía delante, no logró encontrar las palabras precisas para ello. Y fue en ese momento, en ese preciso momento, cuando comprendió que con aquello que había planeado no iba a conseguir nada, justo cuando Steffan le preguntaba el porque de sus preguntas.

Se tomó su tiempo mientras cogía un aro de cebolla de los que les acababan de traer y lo masticaba, pensando en si le contaba la verdad o no. Paula llevaba un recuento minucioso de a todas las personas a las que les había contado directamente algo de la maldición o de la Operación Cobra. Obviamente, al ser Storybrooke un pueblo, las notícias volaban, y la mayoría de los habitantes sabían lo que les había oído llamar "las fantasías de Paula", cosa que la molestaba sobremanera.
Al final decidió contárselo. Steffan no parecía de los que iban a creer que estaba loca, y además la había invitado a cenar. Estaba feo seguir mintiendo.

- Vale, esto no tiene nada que ver con el colegio... Es que tengo un problema. O bueno, en realidad dos, sólo que uno más complicado que el otro - dijo completamente seria, como si realmente sus problemas fueran realmente graves y, probablemente, para Paula lo fueran - Mi madre... Bueno, Siobhan no claro, sino Lucy, no me cree. Le he contado lo de la maldición y cree que me lo invento todo, que he leido demasiados libros. Y si no me cree, no romperá la maldición, y si no rompe la maldición gana mi madre, no Lucy, sino Siobhan. Y vosotros no recordaréis nunca quienes sois y... ¡Todo es un desastre!

Se dio cuenta de que había hablado sin parar, y probablemente sin mucho sentido. Bajó los hombros y se hundió en su silla mientras picoteaba distraidamente el pan de su hamburguesa. Levantó la mirada para ver que cara estaba poniendo Steffan, que quizás para ese entonces ya se arrepentía de haber dejado a sus compañeros para quedarse con ella.

- Tu... ¿Me crees? - preguntó al final, simplemente, en voz muy baja.

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