Enredados -en las sábanas- [Zackery]

Termino de acomodar los cojines, aplastandolos bien con la mano antes de recostarme sobre ellos, con el codo hundido en una de las almohadas y la mano apoyada en mi sien, mirando tranquilo al hombre que se cambia ante mis recocijados ojos. Observo su espalda con deleite y sonrío, solo con el pantalón del pijama puesto. Habíamos fijado la fecha de la boda mas bien pronto. No queríamos darnos la oportunidad de pensarlo demasiado, supongo. O quizá son las ganas de que ocurra la que nos han llevado a ello. La cuestión es que nos casamos en tres semanas y apenas llevamos un mes y medio de convivencia... de una muy buena convivencia.
He averiguado, pese a que él no me lo ha dicho nunca, que se siente algo desplazado en la vida de Alex desde que yo entre a formar parte... quizá porque tengo mucho mas tiempo para pasar con el muchacho. Asi que, poco a poco, había ido inculcandole una rutina al chaval en la que intentaba mantenerlo ocupado con las cosas de clase o invitando a su amiga Paula a casa siempre que Zack no estaba en casa, aprovechando los fines de semana y las tardes que este libraba para hacer cosas los tres juntos. No quiero que mi futuro marido tenga la sensación de que intento robarle a su hijo. Mi hijo dentro de poco, porque esta claro que quiero al niño como si lo fuera. Tan solo intentaba acercarme al chico al principio, para que no se tomara a mal nuestra relación... pero por lo visto me acerqué demasiado. O quizá no, solo era cuestión de tener en cuenta todos los puntos de vista. La verdad es que desde que había establecido esa rutina con Alex de guardar las cosas divertidas para cuando estuvieramos los tres a Zack se lo ve mas tranquilo y feliz, y eso me llena a mi de serenidad.
Le abrazo en cuanto se mete en la cama, rodeando su cintura desnuda con mis brazos y apoyando mi cabeza en la almohada, mirandolo con una sonrisita. ¿He dicho alguna vez que odio las matemáticas? En el próximo examen te toca encargarte de ayudar a Alex... yo me quedo con la biología, definitivamente. Me he pasado la tarde ayudandolo con el minimo común múltiplo y el máximo común divisor, que no termina de comprenderlo y se examina mañana... y al terminar me ha hecho falta media tableta de chocolate para volver a mi estado anímico normal.
Suspiro y me acomodo mas sobre la almohada, dandole un par de golpes mas para ablandarla. Recuerdo todavía el primer día que me quedé a dormir aqui... Alex me ayudó a hacer magdalenas bien temprano y preparamos también chocolate, desayunando los tres en esta misma cama, dejandola perdida de chocolate y migas. Pero fue divertido. Ya casi tenemos todo listo... Alex y Paula estan haciendo un gran trabajo con los recordatorios, ya verás que bonitos quedan. Buscabamos algo original, que no fuera el clásico recordatorio de boda... y un día Alex llegó con un puñado de estrellitas de colores que le había enseñado a hacer su profesor en el cole... asi que poco tardé en comprar botecitos de cristal donde ponerlas. Paula viene últimamente todos los días a merendar a casa y en cuanto acaban los deberes se ponen a hacer un montón de estrellitas para rellenar los botes. La verdad es que es casi mejor que cualquier cosa que pudiesemos haber comprado... aunque me ha tocado a mi el trabajo de escribir todas las tarjetitas que van dobladas en cada recordatorio... Queríamos hacer el ver que eran estrellas fugaces caidas a las que nadie había pedido un deseo... con lo que cada estrella representaría un deseo para cada invitado que quisiera gastar las suyas. Nos quedan las flores, la tarta... y a mi el traje. Habré dado como mil vueltas por el centro comercial, pero no consigo nada que me convenza para casarme. Haga lo que haga conseguirá estar mas guapo que yo.

Estaba realmente feliz, como si por dentro cada día hubieran fuegos artificiales, nervioso como un flan, más torpe de lo normal y aún así jamás podía dejar de sonreir, me encontraba en un punto en el que hacía tiempo no me encontraba y no podía creerlo. Mi humor era completamente alegre, desde que me levantaba hasta que me acostaba y eso en casa se notaba. Me encantaba escuchar a Alex reir, ver a End tan feliz también. No podía quejarme de nada. Mientras mi prometido acomodaba los cojines yo me iba quitando la ropa para luego ponerme un pantaloncito corto con el que dormía todas las noches. Quedaban tres semanas para la boda y buff no sabía si llorar de felicidad y emoción, o reir como un loco. Había notado como Ender había marcado ciertas rutinas en la vida de Alex, haciendo que yo formara parte no sólo de los momentos más serios si no de los divertidos también, y no sabía si él mismo se había dado cuenta de lo que me pasaba o simplemente había sido casualidad. Jamás había pensado que quería robarmelo o algo así, pero sí me había puesto celoso de que Alex siempre hablara de Ender de la manera que lo hacía, y yo me sentía frustrado por que no podía hacer esas cosas con él, o enseñarle nada, aunque ahora había decidido enseñarle a tocar la guitarra. Poca gente sabía que yo había aprendido hace tiempo a tocar la guitarra y el piano, por que apenas tenía tiempo con el trabajo, pero sí, sabía y cuando Alex aprendiera a tocar la guitarra le regalaría la mía, y le contaría la historia que venía con ella. De pronto cuando me estaba acostando apareció por allí Luna, la gata, siempre andaba a su aire y pocas veces te dabas cuenta de que pululaba por allí. Se me puso a los pies cuando me senté en la cama y empezó a acariciarse mientras ronroneaba. De fondo escuchaba a Rush ladrar un poco desde la habitación de Alex, siempre se colaba todas las noches al igual que la gata en nuestra habitación. También escuché la risa de Alex, que seguramente andaría jugando con el perro. Me levanté abriendo la puerta. -Shhhhh a dormir los dos! Grité pero con cierta ternura en mi voz aún así no menos autoritaria. La gata se arremolinó entre mis zapatillas sobre la alfombrilla que tenía en el suelo. Me metí en la cama a gatas casi encima de mi prometido. Me reí con ganas al escucharle dandole un besito en el cuello. -Bueno, sólo si me dejas a mi las lenguas también Dije sonriendo besandole tiernamente en los labios. Me dejé caer a un lado dejando mi brazo sobre su abdomen y apoyando mi cabeza en su pecho. Hice circulitos con el dedo sobre su ombligo mientras le miraba tiernamente. -Seguro que sí, esos dos tienen mucha creatividad.... Sonreí con cariño dandole un beso en el pecho. -Esta mañana me encontré con Ake, y me preguntó que cómo lo ibamos a hacer para el convite.. bueno le comenté que habíamos llamado para que lo llevara un catering, pero que nos habían dicho que estaba complicada la cosa. Y la mujer se me ha ofrecido para hacer ella la comida, que intentaría convencer a alguien más para que la ayudara con eso. Me encogí de hombros mirandole a ver si le parecía bien aunque a mi me sabía mal que la mujer hiciera todo eso. -Me sabe mal, pero no me he podido negar, ya sabes cómo es... y me ha dicho que será nuestro regalo de boda. Me reí suavemente mientras seguía con las caricias. Le miré atentamente sin desdibujar mi sonrisa. -La tarta podríamos pedirla en la pastelería de Becca y Savannah, podríamso hablar con ellas para hacer una prueba y ver qué tarta nos gusta. Aunque yo una vez probé una tarta que llevaba sirope de fresa con petazetas, estaba buenísma Reí con cariño aún acomodado en su pecho. -Suerte que mi traje ya lo tengo, Alex me ayudó a encontrarlo, no te habrá chivado nada no? Dije bromeando mientras me alzaba para mirarle apoyando aun la mano sobre su pecho. -Y en cuanto a las flores... la verdad es que a mi me gustan todas... Me encogí de hombros mirandole con cariño y me acerqué a morderle la nariz.

Lo miro entre enternecido y jugueton cuando lo veo acercarse a mi gateando por la cama, acariciando sus labios con dos dedos en cuanto se acerca a mi. Merlín, como me gusta este hombre. Esta bien, renuncio a las lenguas. ¡Lo que sea por librarme de las matemáticas! Finjo perfectamente un estado de total desesperación, lo que me hace ganarme una risa por su parte y un beso. La verdad es que para lo complicado que he pensado siempre que sería para alguien el convivir conmigo -porque soy un desastre bastante desordenado y a veces doy prioridad a una tarde de sofá a una colada- pero la verdad es que de momento se nos esta dando bastante bien. Al menos yo no he oido quejas.
Lo dejo que se recueste sobre mi, sonriendo. Escalofríos bastante intensos me recorren todo el cuerpo a causa de sus caricias en mi abdomen, pero no protesto porque realmente se esta a gusto asi. Llevo uno de mis brazos a rodearle, acariciando su espalda y sus hombros, subiendo de tanto en tanto a su pelo, jugueteando con sus mechones. Bajo la mirada hacia él cuando comenta lo de Ake, arrugando la nariz. No me parece justo que nos lo haga ella... menudos anfitriones estaremos hechos si los invitados nos tienen que hacer las cosas... podríamos contratar a alguien para que la ayudara... y por supuesto pagarle el favor. No pienso permitir que nos costee toda la comida de la boda... es una barbaridad de dinero. Niego con la cabeza, haciendome una nota mental para ir a hablar con la mujer. Acepto que nos ayude, que prepare el menú, que cocine si quiere cuando le consigamos ayuda... pero de pagarlo ni hablar. Bastante hace ya. Y lo de la pastelería me parece genial... no me ha dado tiempo a pasarme pero quizá el jueves si sigues teniendo la tarde libre puedo hacer un hueco en el gimnasio y vamos los dos a elegirla... Aunque Alex dijo que podíamos hacer eso de poner una tarta de tamaño normal y luego un montón de tartitas individuales... pero para eso tendriamos que ir terminando la lista de invitados... si te gusta la idea claro. La verdad es que para tener diez años el muchacho tiene a veces ideas realmente brillantes. No me ha dicho ni mu.. pero ahora ya se a quien debo acudir para que me acompañe a por el mio... asi se asegurara de que no desentonamos. Le guiño un ojo y le doy un suave beso antes de que me muerda la nariz, lo que me lleva a protestar medio entre risas, tirando al traste mi credibilidad. A mi con que sean blancas... el blanco es el color del amor puro. Le acaricio el brazo de forma ascendente, repasando su hombro y su mejilla, sonriendole con una de esas sonrisas que hacen que me brillen los ojos. Dejo que se recueste de nuevo sobre mi pecho. Me encanta que lo haga porque consigo a la vez un calorcito muy agradable y una increible sensación de paz y plenitud. Podría jurar que las noches, sin necesidad alguna de sexo, son los momentos en los que me siento mas unido a Zack que nunca. Es cuando no necesito palabras para comunicarme con él. Oye cari... ¿alguna vez te has planteado tener hijos? No se exactamente de donde sale la pregunta. Supongo que me ha salido, muchas veces le pregunto cosas sin sentido, a veces incluso me monto casos hipoteticos... solo por conocerlo un poco mas. Tampoco es que sea una pregunta tan rara al fin y al cabo. Son muchas -por no decir la inmensa mayoría - las parejas heterosexuales que nada mas casarse lo primero que hacen es ir a por un retoño. Que nunca me he parado a pensar en la idea de tener hijos en este matrimonio... quiero decir... tenemos a Alex. Pero no se. Bueno, ahora la pregunta ya esta hecha.

Besé sus dedos cuando sentí que me acariciaba los labios mientras sonreía y después me acomodaba en la cama. Me reí con ganas al ver como fingía aquella desesperación por librarse de las mates. Tampoco eran mi fuerte pero se haría lo que se pudiera. -Qué bobo eres Dije con cariño sonriendo del mismo modo, por que no había otro en el que pudiera sonreirle y mirarle si no era con todo aquel amor. Atrás habían quedado mis días de amargado, sentía que volvía al Zack de siempre. Le di un suave beso en parte agradecido por todo lo que había hecho por mi y por toda la pacienciaque me había tenido siempre. La verdad es que antaño siempre había pensado que tarde o temprano me dejaría por que era insoportable. Mis dedos recorrían su piel lentamente viendo como se le erizaba mientras sentía como él me abrazaba y la verdad es que me sentía protegido entre sus brazos. -Eso diselo tú a ella... A mi tampoco me parece justo y se lo dije, pero casi me envió al fresco. Podríamos contratar a alguien de Granny's. Hablaré con Michelle a ver quién podría ayudar a Ake. Sabía que la mujer no iba a cejar en su empeño pero quizás End podía convencerla. -Iremos con Alex, nadie mejor que un crío para elegir una tarta Dije riendo con cariño. -Podríamos preguntar si se puede hacer y si no los podemos hacer nosotros mismos, como si fuera un segundo recuerdo de la boda, pero este para que lo disfruten. La verdad es que aquella idea me parecía de lo más original, nuestra boda iba a reflejar cómo éramos, no iba a ser convencional como todas. -Y tenemos que ir a mirar el suyo también. Le miré fijamente sonriendo, como embobado, era increíble que nos fuéramos a casar. Entonces fue cuando me besó, el cual correspondí con sumo agrado. Reí con él cuando se quejó por morderle la nariz mientras negaba con la cabeza divertido. -Lirios, es mi flor favorita. Dije en un impulso, por que apenas lo recordaba, hacía mucho tiempo que no pensaba en las pequeñas cosas. Acomodado en su pecho podía oir cómo latía su corazón, lo cual me relajaba muchisimo. -Y... y... podríamos poner farolillos? Se ven genial de noche y su luz es tan bonita, me encanta cuando se usan en celebraciones. Podría ser una tontería, que de hecho lo era, pero siempre me pasaba que habiendo un cumpleaños o una fiesta de ese tipo tenía que colocar farolillos, como si no hacerlo fuera algo malo. En cuanto le escuché alcé la mirada hacia él. -¿Hi...Hijos? Tenemos a Alex ¿no? Pregunté mirandole algo desconcertado. No me desagradaba la idea en absoluto por lo que acto seguido sonreí. -Pero... Dije tomandole la mano mientras la acariciaba mirandola. -Ahora que lo dices... sí me gustaría tenerlos, y cuando crecieran Alex no se sentiría tan solo. Es un asco ser hijo único. ¿A ti te gustaría? Le pregunté medio sonriendo, si lo había preguntado es que se lo había planteado... y posiblemente le gustara la idea.

Le guiño un ojo con descaro. Seré bobo, pero me quieres. Me recuesto cómodamente sobre la cama, regalandole caricias continuamente. Este es cada noche nuestro pequeño momento de relax y la verdad es que no hay cosa que espere mas en todo el día. Oh, ten por seguro que hablaré con esa mujer. Se va a enterar de con quien se pone firme. Asiento a la idea de buscar a alguien en el Granny's. No es que tengan demasiados empleados, pero es el mejor sitio del pueblo y las veces que he comido allí, pese a ser comida sencilla, he quedado mas que encantado con los sabores. Asiento también ante la afirmación de llevar a Álex a degustar los pasteles. Ese día no hará falta que hagamos cena... se va a poner como el quico con tanto pastel. Me quedo pensando unos segundos, visualizando diferentes tipos de pasteles. Habíamos mirado por internet con Alex para pillar ideas, solamente para eso. No pensaba encargar una tarta de boda a alguien a quien no tuviera confianza. Seguro que si les pedimos mini tartitas nos las hacen también... Eso no puede hacerse con antelación Zack, ¿piensas pasarte todo el dia anterior a la boda en la cocina? No creo que sea la mejor idea. Le hago un mimo en la mejilla acompañado de un suave beso, sonriendo al sentir como por leve que sea sus labios me corresponden siempre. Lirios entonces, me lo apunto. Me brillan los ojos automáticamente ante la idea de los farolillos. Yo había pensado en bombillitas de esas de luz blanca, colgadas en tiras... pero la idea de los farolillos es mucho mas mágica. ¿Sabes que podemos hacer? Me incorporo un poco porque necesito moverme cuando me emociono mucho con algo. Podemos preparar uno grande, y cuando leamos los votos los quemamos en el farolillo y lo lanzamos al aire, que se pierda en el cielo. Me acerco a él y le doy un besazo, emocionado solo con la idea. Algo asi como si hiciesemos esto realmente eterno. ¿Cómo no se me ha ocurrido antes?¡Farolillos! Vuelvo a acomodarme sobre la almohada, dejando que se apoyara en mi, rodeandolo con un brazo mientras con el otro me dedico a mimarlo, aun ensimismado, creando miles de opciones en mi cabeza. ¿Tener hijos? No lo se... siempre he pensado que soy una persona demasiado irresponsable como para cuidar de nadie, mucho menos para criar como toca... pero el estar con Álex me ha hecho darme cuenta de que quizá no sea tan malo para ser padre. Me encojo de hombros, acariciando sus labios con el pulgar antes de acercarme a darle un beso. Pero admito que la idea de un Zacky Jr. se me hace completamente adorable. Suelto una carcajada, imaginandome por un segundo a un pequeñajo con una mata de pelo negro corriendo por toda la casa montado a lomos de Rush. ¿Crees que Álex querría un hermanito?

Me hice el tonto bromeando mientras sonreía de forma chulesca. -Mmmmm no sé, no sé. Dije riendome después antes de darle otro suave beso. Me gustaba estar así con él, era nuestro momento de paz y disfrutaba de ello como disfrutaba cada momento con él. Le miré fijamente cuando se puso con aquella determinación sobre el tema de Akeiyla. -No sabes lo cabezona que puede ser esa mujer Sonreí con cariño, a mi me había costado intentar convencerla. -Le encantará y no será el único que no cene. Me reí puesto que yo también era muy goloso y me encantaba todo tipo de dulce. Torcí mis labios pensativo mientras le miraba atento a sus palabras. -No, no creo que sea la mejor idea, estaré más nervioso de lo normal... Supongo que sí los harán, sería lo lógico vamos. Dije antes de corresponderle el beso nuevamente, no me cansaba de ello. Le miré entusiasmado viendo como él también se interesaba ante la idea de los farolillos. Me apoyé con el codo en la cama incorporandome levemente mientras le observo moverse. -Me encanta esa idea nene. Es genial!! Incluso podemos hacer que la gente lance farolillos con nosotros Le dije sonriendo de oreja a oreja. Me volví a apoyar sobre él cuando éste se acomodó nuevamente acariciando su pecho lentamente con la yema de los dedos de forma cariñosa. Nunca me habría imaginado poder estar así con alguien y llegar al punto al que estábamos llegando. -No lo eres, mira, no hay un manual para ser padre, nadie es perfecto, sé lo que es pensar que uno no es bueno para ser padre. De hecho yo lo pienso cada día, pero sabes? Intento hacer lo mejor para él. Le dije tranquilamente intentando darle ánimos o algo así que viera que no era algo que se naciera sabiendo. Disfruté de su beso una vez más. -No no, un Ender Jr. Le dije negando mientras reía con suavidad notando en ese momento como la gata se ponía a mis pies en la cama. -Seguro, yo creo que incluso será bueno para él. Al menos eso esperaba.

Sonrío bobamente ante su beso. Es capaz de anularme por completo. Sabes que podría ser el mas tonto del mundo y seguirías queriendome... Le miro con ternura y le acaricio la mejilla con el dorso del índice, observando detalladamente cada pequeño poro de su piel, queriendo recordar cada detalle. Que sea lo cabezona que quiera... ya sabes que yo también puedo ser muy insistente cuando quiero... y en su invitación lo pone muy claro, es una invitada, no nuestra cheff. Le doy un beso en la sien y sigo acariciandole el pelo, encantado con la suavidad de los mechones entre mis dedos. Es algo que se que a él le encanta y le relaja que haga a partes iguales... y a mi en cierto modo también me relaja hacerlo. No cenaremos ninguno de los tres... con lo que te gusta el dulce tendré que vigilar que no vuelvas a coger un empacho, todavía me acuerdo del mal día que pasaste cuando te comiste tu solito los dos cuencos de gelatina que había preparado... Bestia.
Discutimos tranquilamente el tema de los farolillos, aunque la verdad es que contra mas lo hablábamos mas me emociono por ello. Lo estoy visualizando en mi mente conforme lo vamos decidiento y me dan ganas de llorar de la propia emoción. Podemos hacer uno grande para nosotros dos y luego hacer un montón de pequeñitos, a nivel individual... Me gustan los farolillos de colores pero creo que mejor sería que fueran todos blancos o de color pergamino, ¿no crees? Al menos para este día. ¿Alguna vez has fabricado farolillos? Yo aprendí una vez... tendré que enseñar a Alex a hacerlos. Y asi cada año para nuestro aniversario podemos lanzar algunos. Le doy un beso tierno en la frente y lo rodeo con mis brazos, estrechandolo contra mi cuerpo pero sin ejercer demasiada fuerza. Hay que ver lo que ha cambiado todo en unos meses... hace nada era un chaval sin mas que mi tele y mi bol de cheetos y de pronto voy a ser un hombre casado, con un hijo a cargo, probablemente pronto con alguno mas...y con mis cheetos. Mi semblante cambia al instante cuando vuelve a decirme que no siente estar haciendolo bien con Alex. Que la duda lo inunda cada día. Cariño... lo estas haciendo bien con Álex. Muy bien de hecho. Esta haciendolo bien en clase, tiene amigos, no hay día que no suelte una de esas reconfortantes carcajadas suyas. Es feliz. Aqui, con nosotros. Lo acuno un poco, deseando que de una vez por todas crea en mis palabras, totalmente sinceras y ciertas. Realmente veo feliz al chaval. Quizá estaba mas decaido al principio, pero ahora es un muchacho sano, feliz y alegre. Un niño en toda regla. Sonrío suavemente pese a que se que esto nos va a llevar a una pacífica discusión. ¿Crees de verdad que voy a dejar que la genética nos dé a un niño medio tontaco como yo pudiendo tener a alguien como tu en casa? Nada, nada... o es un Zacky o no hay trato. Le doy un beso medio riendo, dejando bien claro que no es mas que otra broma, pero ocurre de pronto,, esa extraña chispa que aparece a veces cuando sus labios y los mios hacen contacto. Esa que hace que algo en la parte baja de mi estómago reaccione y haga que mi cuerpo se encienda en llamas. Y sino hagamos una locura. Total, teniendo que ser una in vitro si quieremos hacerlo, podemos programar mellizos... un Zacky y un Endercito... y asi llueve a gusto de todos. Me giro hasta quedar sobre él, completamente pegado a su cuerpo, siendo yo ahora el que se recuesta sobre su pecho, apoyando mi cabeza en su pectoral izquierdo, escuchando el suave latir de su corazón. Te amo, ¿lo sabes? Sé que lo sabe.. pero nunca me canso de recordarselo.

Tambaleé la cabeza a un lado y otro cuando le oí. -Sabes que aunque fueras más tonto aún te amaría igual. Le dije entre sincero y bromista por el "más tonto aún" por lo que me reí dulcemente dejando que me acariciara ¿Cómo negarme? Asentí al oirle, ambos eran muy cabezotas y aquello iba a ser una guerra de cabezonería a máximo nivel, por eso iba a dejárselo a él, yo solía rendirme bastante pronto si no era algo que me consternara profundamente. -Me parece bien, toda tuya Dije sonriendo con cariño cuando sentíe el beso en mi sien. Me sentía super relajado notando sus dedos en mi pelo, me encantaba que me tocaran la cabeza, era una manía que siempre había tenido aunque ni si quiera recordaba el por qué. Me sonrojé al oir como aseguraba que me encantaba el dulce. Puse cara inocente mirandole con fijeza. -Pero... pero.. es que estaba deliciosa amor, si no fueras tan buen cocinero Murmuré sonriendo aún inocente. -La culpa es tuya Le dije riendo acariciando uno de sus costados aprovechando para hacerle leves cosquillas. Me entusiasmaba sobremanera que le hubiera gustado la idea de los farolillos. La verdad es que me imaginaba el momento e iba a ser precioso. -Si si si!!! Dije completamente entusiasmado. -Es una gran idea, sí, en blanco mejor. Me quedé pensativo con su pregunta torciendo los labios -No, siempre los he visto en las tiendas y me han llamado la atención, pero nunca hice ninguno. Cuando me besó en la frente le tomé de las mejillas y le di un beso intenso pero con cariño. Me quedé rodeado por sus brazos pegadito a su cuerpo. -Sí, pero siempre hay cosas que se pueden mejorar, a eso me refiero. No es que piense como antes, pero si pensara que lo hago perfecto no buscaría siempre lo mejor para él. O sea que me refiero a que no eres irresponsable, nadie es perfecto, pero se trata de pensar siempre en él, y tú lo haces. Le miré fijamente sonriendo con ternura. -Yo también soy muy feliz con vosotros. Murmuré con amor en mi voz. Alcé una ceja y negué con la cabeza. -Tontaco pero guapísimo, chico no se puede tener todo Me reí con ganas antes de besarle y sonreir entre sus labios. Le miré atentamente para prestarle más atención, su idea es una locura, pero contra más la voy pensando más me parece una gran idea. -Cariño, tan tonto no eres eh Dije sonriendo de oreja a oreja. -Me parece perfecto, tengamos dos. Asentí muy seguro de lo que decía. Me dejé dar la vuelta rodeandole con mis brazos. Con una mano acariciaba su pelo y con la otra su brazo con la yema de mis dedos. -Anda... pues no.. no tenía ni idea... así que me amas eh? Vaya... yo... Ender... no.... no sé qué decir... esto... no... Dije sobreactuando como si de verdad no me lo esperara. -No podría hacerme más feliz estar contigo amor. Le dije finalmente con todo el amor que él me hacía sentir.

No puedo evitar reir ante su entusiasmo por los farolillos, igual que si fuera un niño pequeño. Es otra de las cosas que adoro de él. No es como si fuera asi siempre... de hecho normalmente es bastante mas seriote y adulto de lo que solía ser... pero sé que en el fondo sigue estando ese alma infantil que tanto me gusta y que soy capaz de sacar al exterior de tanto en tanto. Entonces te enseñaré a hacerlos a ti también. Correspondo a su beso, quedandome con su sabor dulzón en los mios, pasandome la lengua por ellos en cuanto nos separamos, afirmando mi abrazo alrededor de su cuerpo. Es que....¿quien no es feliz conmigo? Bromeo echandome flores, haciendonos reir un poco a ambos mientras paso mi mano cariñosamente por su pelo, notando su respiración en mi pecho ponerme los pelos de punta. Mira... sé que quizá yo solo no podría. Probablemente cuando la situación me sobrepasara simplemente me dejaría derrotar... pero teniendote a ti no temo a este problema. Sé que tengo a donde aferrarme y eso me hace mas fuerte. Inclino un poco la cabeza para hacer contacto con su mirada y le dedico la mejor de mis sonrisas, volviendo a acomodarme. Abro los ojos de golpe cuando afirma que mi idea es una buena idea. Osea...¿no sabemos si vamos a poder con un bebé y nos echamos dos encima? Suelto una carcajada, sintiendo la piel de mi espalda erizarse ante el contacto de sus manos y la falta de la calidez del colchón. Cierro los ojos cuando su mano sube a mi pelo, totalmente a gusto. Si existe el cielo tiene que ser algo parecido a esto, seguro. Sonrío cuando le oigo bromear y alzo la mirada hacia él, elevando las cejas siguiendole el juego y sonriendo cuando me dice que es feliz. La verdad es que yo también lo soy. Mas de lo que cabía esperar. Vuelvo a acomodarme en su pecho haciendo circulitos con mi dedo corazón en su costado, alejandome de la zona donde sé que tiene cosquillas. Dos bebés...espero que a Alex no le desagrade la idea, porque a mi me encanta. Sonrío levemente ante la imagen mental que me viene de lo que puede ser esta casa dentro de un par de años. Un par de bebés de un año y poco, pequeñas réplicas de nosotros dos, jugando entre ellos en el jardín o persiguiendo a Alex en la piscina metidos dentro de dos flotadores mas grandes que ellos. Y las risas. Estas irresistibles y adorables risas de bebés con mejillas regordetas. Ay... Río y le doy un beso sobre el corazón. Si se ha de morir de algo que sea de felicidad. Ya pueden ir cavandome el hoyo.