Una noche para conocer... y quizas algo más... (Lucas R. Gilbert)

La noche había caído y Dande tenia claro una cosa, no quería que la magia de la noche la pillara sola en su casa. Así que con la más firme determinación se dirige a su ropero, cogiendo de el un bonito vestido celeste de gasa y satén, que se deja caer por su cuerpo revelando sus perfectas curvas.

Y así con solo un leve toque de maquillaje para acentuar su mirada se dirigió al puerto, pues le habían hablado de un pub que estaba muy bien. Y allí se dirigía, dispuesta a pasar un buen rato. Cuando entro sonrió de medio lado, pues el ambiente era calido, pero a la misma vez invitaba a miradas y pasiones prohibidas. Con su paso elegante y a la vez natural, paso de bailarina, se dirigió a la barra y mirando fijamente al camarero le pidio un coctel de piña colada, pues le encantaba notar el dulce sabor en su paladar. Asi que cuando se lo sirvio tomo la cañita suavemente y sorbio lentamente, mientras que cerraba los ojos ante el disfrute.

Poco después comenzó a sonar una musica que invitaba a bailar y dejarse llevar, asi que dando un ultimo sorbo salio a la pista para dejarse llevar, pues la música era pura adrenalina por sus venas. Al terminar la canción se dirige de nuevo a la barra para terminarse su bebida, notando la presencia de cierto joven que antes no estaba sentado en el taburete de al lado.

Ya era la enésima vez que se sentía frustrado debido a Phoebe; y aunque habían conseguido hablar y parecía que la chica había dejado de tenerle miedo, las cosas seguían sin evolucionar entre ellos. De verdad que quería conocerla mejor y entender el porque de esa necesidad que sentía, pero no podía hacerlo si ella no le dejaba.

Tenía que desahogarse, desquitarse y olvidarse de todo. Lo necesitaba. Pensó en llamar a Benjamín, estaba bien salir a beber con él, pero sabía perfectamente que como se le escapara una sola silaba de Phoebe la noche se iría al traste. Con Grace tampoco podía contar pues con su embarazo le echaría más bronca que ayudarlo...

Fue descartando a gente mientras se vestía con unos tejanos y un jersey; nada sofisticado, pero como era él, ya se miró que le quedara bien. Al final, salió de casa resignado a desahogar las penas con cualquier camarero del puerto, como un borracho más.

Cuando entró en el pub estaba sonando ya la música y ya había gente bailando, solos o en parejas o en pequeños grupos que reían haciendo el tonto. Sonrió divertido, al menos había gente que se divertía. Buscó la barra con la mirada, pero antes de llegar a ella una figura femenina llamó su atención; Dandelion Dollanganger. La conocía, no perfectamente, pero si que sabía quien era ella; era imposible que pasara desapercibida en ningún lado.

Como no estaba de humor para bailar siguió su objetivo, se sentó en un taburete y pidió un par de chupitos (shots para los mejicanos xD) que no duraron ni 10 segundos. Luego se pidió un vodka al que empezó a dar vueltas cuando notó que una de las chicas más hermosas que conocía se sentaba a su lado.

- ¿Que hace una chica como tu en un lugar como este? - No sonrió, sólo la miró de reojo jugando con su copa. Era la frase más vieja del mundo, pero en ese momento le pareció una buena manera de empezar con buen pie.

De los labios de aquel joven salio una pregunta, lo primero que Dande hizo fue sonreír de medio lado, no respondería de inmediato, quería que ese joven terminara mirándola, no solo de reojo como ya hacía. De manera, que para provocarle cogió delicadamente la cañita y le dio un leve sorbo a su cóctel, saboreando de nuevo su dulce sabor.

Después de ello se giro levemente para observar el concurrir de la gente, cada quién en su mundo, gente feliz, triste... Melancólica o con ganas de fiesta como ella. Suspiro y se giro al joven. Primero evaluando-le con la mirada, era guapo y atractivo, pero de la misma manera jugaba con las jóvenes, al menos esos eran los rumores que a ella habían llegado. Y segundo fijándose en esos ojos que destilaban frustración y en su cuerpo que se encontraba tenso. Sonrió y respondió a la pregunta que el joven hacia unos minutos había formulado.

- Pues estoy aquí con motivo de divertirme, bailar y dejar que la magia de la noche me lleve, soy joven y no tengo porque quedarme en casa viendo mi vida pasar. - Sonrió levemente mientras bebía algo mas de su bebida.- Y tu ? Porque estas tan perdido y tienes esa mira tan ... Frustrada, agobiada? Una sonrisa luce mejor en tu rostro.

Le guiño un ojo y bajo de un ágil salto del taburete, de fondo había empezado a sonar una música que invitaba a perderse en ella. Se acerco al joven con seguridad y con una luz traviesa en sus ojos.

- Ven a bailar, dejate llevar, no pienses no sientas, solo baila y descarga todo lo que hay en ti. - Se llevo un dedo a los labios pensativa, y después le miro fijamente. - Si después de bailar no estas mejor, te invito a todas las rondas que quieras. Durante una semana.

Sentenció, mirando con un deje quizás de locura, o si no de promesas que juraban animarle aunque fuera durante unas horas.

Se acerco a su oído con un paso lento, seductor, hipnotizador y al llegar a su lado se puso de puntillas para susurrarle al oído con voz dulce " Vamos, no pierdes nada por probar ... " y después le tendió la mano para guiarle al centro de la pista.

Apoyó la cabeza en la mano y se giró para mirarla directamente después de un rato de silencio. Sonrió divertido. ¿Qué quería esa chica? Siguió bebiendo de su vodka mientras Dandelion se dedicaba a estudiar el local; se habría aburrido del chico callado y estaría buscando alguien más con quien distraerse. Pues le era bastante igual, la verdad, también se distraería él de alguna manera.

Se sorprendió un poco cuando volvió a girarse hacia él; o no había nadie interesante, o él era lo que encontraba más interesante. Genial entonces, Lucas decidió cambiar su humor en honor a su acompañante. Se quedó en la misma posición en la que estaba sabiendo que estaba siendo evaluado y le dejó hacer. Era algo que él también hacia a menudo.

Se rió con ganas al escuchar lo de la sonrisa, ¿no era eso lo que acostumbraba a decir a las chicas? Realmente Dandelion estaba consiguiendo que su humor cambiara a mejor por momentos, o quizás era la combinación de la chica y el alcohol.

- Más bien es una mirada frustrada y cansada. – Susurró, no esperaba que ella le escuchara las penas. Se terminó finalmente la copa, qué poco le había durado. - ¿Todas las rondas? ¿Una semana entera? – Como si él no pudiera pagárselas, y incluso pagar las de todos los presentes esa noche, pero le gustaba la propuesta.

Se levantó del taburete tranquilamente pasando de la mano que le tendía la chica, en lugar de eso la cogió del hombro y se dirigieron justo al centro; la música invitaba a moverse, como la gente que les rodeaba.

- Anímame. – Esta vez fue él quien se agachó para acercarse a su oído.

Sonrio cuando él en vez de aceptar su mano la garro del hombro y la llevo hacia la pista. En seguida empezo a notar como su cuerpo vibraba al con el ritmo de la música, le miro fijamente mientras que es se acercaba a su oido invitandola a que le provocara. Le guiño un ojo y antes de que el joven se apartara empezo a moverse al son de la canción, provocado asi que sus caderas rozaran y que las manos de el acariciasen por un breve instante su cintura. Después se alejo con una sonrisa traviesa en los labios.

- Quieres que siga animandote? . - Le pregunto con suavidad, de manera tranquila, invitandole a dar el siguiente paso.-

De esta manera, mientras le miraba a los ojos continuo moviendose, dejandose llevar, sintiendo como la magia corria por sus venas, ademas de acercandose a el, tan solo unos segundos a la vez, unos segundos en los que su piel estaba en contacto con la suya.

Hasta que ya casi al final de la canción se pego a el y empezó a bajar sensualmente moviendo las caderas mientras que seguidamente subía hasta alcanzar su oido.

- Seguimos jugando con fuego? .- Dijo mientras que una mano acariciaba los labios de él.- Dime, he conseguido animarte minino?

Dejo que su aliento recorriera el cuello de él y después se separo unos cm para mirarle a los ojos. Retandole a ir más lejos, insitandole a jugar con fuego. Y asi con sus ojos fijos en los de el continuo bailando, mientras que la lujuria se prendia en sus ojos y en sus labios florecia una media sonrisa.

Dandelion sabía lo que hacía, vaya si lo sabía. Le gustaba jugar y a Lucas en ése momento eso le iba de perlas para no pensar en sus frustraciones; mierda, ya había vuelto a ellas. Necesitaba otra copa con urgencia para poder seguirle el juego, pero ella no le dio tiempo a pensar demasiado cuando empezó a mover las caderas al ritmo de la música. Lucas no era un excelente bailarín, pero se defendía perfectamente y podía seguir el ritmo, y eso hizo, seguir el ritmo tanto de la música como de Dande.

- Casi lo has conseguido. – No hacían falta las palabras, lo sabía, pero se sentía idiota sin decir nada.

Estaba claro que la que llevaba el control de la situación era ella, y no le importaba lo más mínimo, era bueno para la autoestima de vez en cuando sentirse “presa” de vez en cuando, en lugar de ser el que insistía sin parar sin conseguir nada con la chica que le gustaba… Mierda, de nuevo con lo mismo.

“Eres estúpido Lucas, tienes a esta preciosidad bailando contigo y tus pensamientos no paran de saltar hacia Phoebe… ¡Déjalo!” Estaba enfadado con él mismo; sabía lo que sentía, sabía cómo estaban las cosas, y también sabía que ése día había decidido olvidarse de todo, al menos por unas horas y recuperar su personalidad habitual. Cuando volviera a ser el Lucas de siempre, volvería a la carga y esta vez conseguiría Phoebe. Mientras tanto… él era un chico sano.

Sus pensamientos volvieron rápidamente a Dandelion, aunque no resultaba muy difícil con ella arrimándose. La hizo girar sobre sí misma para que quedara de espaldas a él y siguieron bailando así un rato, mientras respiraba cerca de su cuello y le rodeaba la cintura con los brazos.

- Eres buena animando… Juguemos. – Volvió a susurrar al oído.

La situación iba tal y como ella quería, el poco a poco se había ido dejando llevar, y eso era bueno. Mientras bailaba dejo que su cuerpo tomara el control y ella comenzó a valorar la situación, estaba claro que entre ellos había química, hecho que provocara una creciente tensión sexual, lo bueno de todo eso era que no había sentimientos de por medio. Eran dos jóvenes con ganas de divertirse y evadirse del mundo. Por ello Dande acabo dejándose llevar, permitiendo que su instinto la guiara.

Por eso cuando él contesto a su pregunta una sonrisa afloro en sus labios, una aun más abierta y deslumbrante que las anteriores. Le guiño un ojo divertida, pero no dijo nada, simplemente siguió bailando con la misma gracilidad que antes, pues sabía que llevaba el control, y eso le gustaba, porque mientras que ella manejara la situación y esta siguiera yendo tal y como iba, Lucas conseguiría olvidarse de sus problemas durante un rato.

Aun así, cuando la hizo girar y la dejo de espaldas a él, no pudo evitar sentir el contacto de esas manos en su cintura, lo que produjo un escalofrió por todo su cuerpo, un escalofrió de placer. Pero esto no impidió que ella reaccionara elevando sus brazos para dejar que sus manos se posaran en el cuello de él jugando con su pelo, recortando así la distancia que separaba sus cuerpos. Entonces el le hablo al oído y ella se giro poniéndose de puntillas acercándose a los labios de el.

- Podrías quemarte… - murmuro, de tal manera que mientras hablaba sus labios rozaban levemente los de Lucas. -

No esperaba que Dandelion siguiera sus palabras al pie de la letra ni tan rápido; cuando se quiso dar cuenta ya la estaba besando. ¿Realmente quien podía controlarse cuando los labios de una chica cono ella rozaban los propios?

Fue un beso más bien corto, por no decir cortísimo. Su primera reacción fue separarse de manera brusca cuando se dio cuenta de donde estaba, con quien, y de lo que estaba haciendo cuando una fugaz imagen de un pelo rubio le vino de improvisto a la cabeza. ¿Qué estaba haciendo Phoebe? Esa era una pregunta fácil de responder… Nada… O mejor dicho le estaba dando calabazas continuamente.

La vida era dura y complicada… y llena de disgustos. No tenía que amargarse cuando podía disfrutar de una noche sin pensar absolutamente en nada, darse a la bebida y olvidarse de todo, disfrutar de la compañía y ahogar las penas en lo que fuera.

No tardó demasiado en arrepentirse y volvió a besarla, pero no con desesperación, ni siquiera con pasión, ni este tampoco fue un beso largo. Básicamente fue para demostrar que seguía en el particular juego en que se había metido sin buscarlo demasiado, aunque seguía sin tenerlo del todo claro.

- Ya me has quemado. – Hablaba muy pegado a su boca. – Creo que el alcohol ya no es necesario.

La volvió a besar, ahora con un poco más de urgencia, mientras rodeaba su cintura con las manos y la arrastraba alejándola un poco del centro de la pista. Podía dar el espectáculo, pero no hacía falta que fueran el centro de atención, literalmente, de la sala.

La reacción fue instantanea, sus labios se apoderaron de los de Dandelion, esta se quedo quieta, pues sabía que el no tardaría en separarse, en su interior el gozo se hizo evidente cuando vio que no se equivocaba, si se hubiera equivocado ella se habría alejado, pues si el duespués de acordarse de la joven que adueñaba su corazón no hubiera parado, habría demostrado ser un ser ruín.

Aun así cuando la volvio a besar se dejo hacer, siempre controlando la intensidad del beso, pues si el joven asi lo quería era evidente que necesitaba evadirse. Además esto le indicaba que el juego continuaba. Sonrio ante las palabras de él, relamiendose levemente los labios.

- Yo creo que en realidad, el alcohol nunca fue necesario, estabas deseando quemarte.

Entonces la volvio a besar y ella se dejo llevar hacia un lado de la pista, y cuando se quedaron quietos, primero pasando levemente su lengua por el labio inferior de él, y luego mordiendo, arrimo todo su cuerpo a el suyo, acariciando su pecho con una mano y con la otra jugueteando con el pelo de él, mientras que el beso se volvía más intenso. Cuando un tiempo después se separaron, no dudo en mirarle a los ojos, con una pregunta muda. ¿ Hasta donde quería llegar?

- Quizás si lo deseaba… Pero de desear a tener hay que actuar. Y para eso está el alcohol. – Porque así como tenía bien claro que Dandelion le atraía, también estaba bastante claro que Lucas estaba tremendamente encapirchado, porque no iba a aceptar ni reconocer tan pronto que estaba enamorado, de Phoebe y le costaba muchísimo sacársela de la cabeza. Y posiblemente un día normal, y en el que no hubiera consumido alcohol se habría inhibido un poco más; aunque tampoco lo tenía seguro si le ponían delante una chica como esa.

Leyó la pregunta muda en los ojos de ella. ¿Hasta donde quería llegar? Pues no lo sabía. Hacía rato que no era totalmente consciente de a lo que le llevaban sus actos; simplemente se dejaba llevar tanto por Dandelion como por sus instintos. No quería pensar. Supuso que con la mirada, ella ya entendió su respuesta.

Se tomó un momento para sentir como ella jugaba. Sonrió de medio lado al pensar que aquella noche no estaba tomando ninguna decisión, las estaba tomando todas ella; casi desde el momento en que se habían encontrado. Y su intención era que eso no cambiara, la verdad es que era bastante cómodo.

Se apoyó ligeramente en un saliente que había, de esta manera quedaban a la misma altura. La atrajo hacia él y la miró desafiante; ahora él le preguntaba si quería seguir así.