Una noche de peliculas de zombies [Caleb]

- Eso serían 14 dólares -
-¡Que son 16!-
- Sí, cierto, 16 dólares. Y tiene garantía de 5 años
- ¡SON 5 MESES!
- Eso era lo que iba a decir, solo que me confundí con otro, usted entenderá. Es un buen producto para las manos

Solo se pudo escuchar una palmada en la frente muy fuerte.
Y es que así eran sus días mientras trabajaba en la tienda "de los objetos chinos mágicos" de Jean Baptiste. Le gruñía, le corregía, le insultaba en la cara y a la final, llámelo destino, casualidad o porque el chico era de verdad muy carismático, pero siempre, siempre le terminaban comprando el producto y al final del día lo que de verdad importaba era la venta en sí. Era sin duda un misterio todo lo que le ocurría, pero sin duda su jefe no encontraba motivos para despedirlo ya que fuera de toda la torpeza, era de una manera a otra, un buen vendedor.

Tamborileó la mesa, como un niño esperando con desesperación los minutos finales para poder salir del trabajo. Era entretenido, sí. Le pagaban bien, sí. Se divertía, sí. Pero no importa si así trabajara en el Cirque du Solei, cuando escuchaba la palabra "trabajo" se le erizaban los pelos y podía casi escuchar un chirrido en una pizarra imaginaria. Así que ahí estaba, con su cabeza mirando fijamente el reloj de la pared, siguiendo con la vista el segundero y ahí estaba; el minutero había cambiado de posición indicando que ya por fin había terminado las horas de trabajo.

- ¡OH SI! - Exclamó de alegría elevando sus manos como si acabara de ver un partido de fútbol y el equipo el cual favorecía había marcado otra anotación. Agarró su abrigo rápidamente y se fue de la tienda con un "Pásala bien, Jean" y listo, solo iría a su casa a destapar una cerveza y ver la tele o algo así. Fue en ese momento cuando su celular vibró y el número de Evelynn salía. Atendió. Le invitaba a una tarde para ver películas de zombies, sus favoritas. Inmediatamente, sin pensarlo dos veces sonrió y aceptó.

- No tengo nada que hacer, ¡Voy directo para allá!-

Así que tomó otro rumbo totalmente diferente para ir a la casa de su amiga. Tampoco fue que se desvió demasiado, Storybrooke era quizá tan pequeño que muchas veces sentía que en dos pasos ya llegaba al límite fronterizo del lugar. Por lo tanto, llegó quizá en un lapso de tiempo muy corto para cualquiera que estuviera esperando.

- ¡Hola Evelynn!, ¡Que comience la diversión! - Dijo entusiasta una vez que le habían abierto la puerta.

Ese día estaba de verdad entusiasta, ya que las películas de zombies eran de sus favoritas y nada mejor que verlas al lado de una muy buena amiga como era Evelynn. Había pasado a su casa, de verdad el desorden que ella cargaba al hogar no le pareció repulsivo, ni siquiera incómodo puesto que en la casa con la que compartía con Tomas, quizá era hasta igual o peor por más bonita que se viera su fachada. Entró moviendo los brazos entusiasta, se sentó en el sillón y movió al lado una caja de pizza que seguramente ya tendría varios días ahí.

- Yeah, palomitas. ¡Ponlas bien grasientas y mantequillosas! - No era una propuesta muy sana, pero para Caleb si las palomitas no le llenaban las manos después del aceite y mantequilla, no importa si estaba viendo la nueva producción y dirección de Christopher Nolan, con Martin Scorsese y Francis Ford Coppola, con una nominación a todas y cada una de las categorías, inventando nuevas nada más para esa película, pero sin ese elemento, para Caleb no tenía sentido. Llámenlo infantil, llámenlo como quieran, pero así era como Caleb disfrutaba de las buenas cosas de la vida.

Se acercó nuevamente a la chica para ver qué películas traía diciéndole que tenía dos días para devolverlas.
- A ver, a ver ¿Cuáles tienes? - Dijo al tiempo que las iba viendo y hacía que un brillo dentro de sus ojos se incrementara - Creo que... ¡Tendremos que verlas todas! - Parecía como si las películas las hubieran escogido especialmente para él ya que todas eran una muy buena opción - Pero primero Zombieland - Y tras eso separó la película del resto, para luego volver a la sala y prender el dvd, para posterior poner la película.

- Ehhh... una cerveza - Y con eso se daría el toque especial de lo que se avecinaba una tarde perfecta: amigos viendo películas de zombies, con palomitas grasientas y una bebiendo cerveza.