Conectarse
¿Quién está en línea?
En total hay 52 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 52 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 75 durante el Jue Nov 21, 2024 8:28 pm
Últimos temas
Un día por empezar { Savannah}
3 participantes
Página 1 de 1.
Un día por empezar { Savannah}
Un día por empezar.
8:10 am ∞ Frío, nublado. Rayitos de sol. ∞ Panadería ∞ Savannah
6:30 am
"In many ways, they'll miss the good old days. Someday, someday Yeah, it hurts to say, but I want you to stay Sometimes, sometimes"
La melódica voz de Casablancas inundó la habitación de la veintañera, quien estaba profundamente dormida hasta que su canción favorita, la cual funcionaba como despertador, la había sacado de su sueño. Refunfuñó en voz baja, deseando poder dormir más, pero poco a poco se fue despidiendo de la comodidad de su cálida cama hasta estar parada como zombie en la puerta de su regadera, esperando por el agua caliente que le devolviera la vida, ya que andaba con calidad de zombie.
Salió del baño lleno de blanca vapor y escogió su ropa con sumo cuidado, eligiendo unos skinny jeans oscuros, una blusa color menta con flores rosas y un suéter grueso tejido con puntos grises. Unas botas no estarían mal, pero se decidió por sus clásicos Converse color negro. Cepilló su cabello húmedo y se colocó un sombrero tejido color rojo, su favorito. Comió una manzana, un vaso de jugo de naranja y un puñado de nueces.
Abandonó su casa en su bicicleta para dirigirse a su panadería. El clima estaba frío con nubes amanazadoras, asi que la joven se alegró de haber escogido algo abrigador para la mañana. Sonreía a quien la saludaba, repartiendo "buenos días" al por mayor. Pasó por un pedido de una fiesta de cumpleaños a la casa de una de las mamás del colegio y siguió su camino hacia su segundo hogar.
Así, divisó a su mejor amiga a lo lejos, al otro extremo de la calle. Rió y pedaleó más fuerte. Agitó una mano, manteniendo su equilbrio en su bici y rió. - ¡ Savannah ! - gritó mientras estaban cada vez más cerca. Frenó, estacionó medió mal su vehículo y corrió hacia las puertas de cristal. Le sacó la lengua y alzó sus cejas. - Te gané, ¡ja!-
Ghostgirl para Source Code
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
Mensajes : 199
Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
¡No se lo podía creer! Se quedó estática durante unos segundos al otro lado de la calle mientras veía llegar a Rebecca hasta la panadería. Entrecerró ligeramente los ojos sin apartar su mirada de ella mientras la veía dejar la bici y entrar en el local. Ella por su parte, esperó a ver la calle despejada antes de cruzar a paso raudo hasta alcanzarla. ¡Encima le había sacado la lengua! El caso era que Savannah no había pretendido tomarse aquello en serio, pero cuando llegó hasta la puerta y la abrió entrando en el local, decidió que quizá sería divertido llevar a cabo una pequeña e inocente venganza contra su amiga.
- Me has ganado esta vez, pero, mañana me vengaré – Le dijo divertida mientras caminaba hasta la parte trasera de la pastelería donde dejaban sus cosas por la mañana y se quitaba el abrigo que llevaba sobre la ropa para colgarlo en la percha que tenían, al igual que el bolso, quedándose vestida con un bonito vestido a cuadros de color azul cielo y con tirantes. Se volvió hacia su amiga y le dedicó una bonita sonrisa – ¡Me levantaré antes si hace falta! – Exclamó de repente antes de reír por lo bajo.
Si hacía falta se levantaba y todo para llevar a cabo la venganza contra la joven. La miró unos segundos antes de dirigirse a la zona del horneaje, donde hacían todos los pasteles. Aún faltaba un rato para abrir, el rato que usaban para hacer las primeras remesas de pan, cruasanes, y demás variedades típicas de una pastelería. El caso es que a Savannah ya le habían empezado a sudar ligeramente las manos y no pudo evitar volver sus ojos castaños hacia el reloj, sabiendo que a no ser que hubiese tenido guardia, William Sullivan aparecería allí a la misma hora que cada día. Volvería a ponerla nerviosa y se volvería a sentir como una cría, que por más que intentaba luchar contra aquello no lo conseguía, y se maldecía por ello.
Decidió dedicar sus pensamientos a Robert e incluso agradeció en silencio que no supiera aquello que le pasaba, porque entonces la cosa hubiese ido a peor seguro. – Bueno... ¿con qué empezamos? – Le preguntó a Rebecca por encima del hombro mientras se ponía la bata que usaba para trabajar y no mancharse toda la ropa de harina y demás ingredientes que llegaban a usar allí – Hoy te toca decidir a ti. – Le dedico una pequeña sonrisa antes de llevarse las manos a la cadera y esperar una decisión por parte de su amiga.
- Me has ganado esta vez, pero, mañana me vengaré – Le dijo divertida mientras caminaba hasta la parte trasera de la pastelería donde dejaban sus cosas por la mañana y se quitaba el abrigo que llevaba sobre la ropa para colgarlo en la percha que tenían, al igual que el bolso, quedándose vestida con un bonito vestido a cuadros de color azul cielo y con tirantes. Se volvió hacia su amiga y le dedicó una bonita sonrisa – ¡Me levantaré antes si hace falta! – Exclamó de repente antes de reír por lo bajo.
Si hacía falta se levantaba y todo para llevar a cabo la venganza contra la joven. La miró unos segundos antes de dirigirse a la zona del horneaje, donde hacían todos los pasteles. Aún faltaba un rato para abrir, el rato que usaban para hacer las primeras remesas de pan, cruasanes, y demás variedades típicas de una pastelería. El caso es que a Savannah ya le habían empezado a sudar ligeramente las manos y no pudo evitar volver sus ojos castaños hacia el reloj, sabiendo que a no ser que hubiese tenido guardia, William Sullivan aparecería allí a la misma hora que cada día. Volvería a ponerla nerviosa y se volvería a sentir como una cría, que por más que intentaba luchar contra aquello no lo conseguía, y se maldecía por ello.
Decidió dedicar sus pensamientos a Robert e incluso agradeció en silencio que no supiera aquello que le pasaba, porque entonces la cosa hubiese ido a peor seguro. – Bueno... ¿con qué empezamos? – Le preguntó a Rebecca por encima del hombro mientras se ponía la bata que usaba para trabajar y no mancharse toda la ropa de harina y demás ingredientes que llegaban a usar allí – Hoy te toca decidir a ti. – Le dedico una pequeña sonrisa antes de llevarse las manos a la cadera y esperar una decisión por parte de su amiga.
Re: Un día por empezar { Savannah}
Un día por empezar.
8:10 am ∞ Frío, nublado. Rayitos de sol. ∞ Panadería ∞ Savannah
Rebecca rió junto con Savannah. - Hey, sabes que yo no puedo levantarme más temprano. - fingió estar enojada pero volvió a reir, mientras empujaba una de los dos puertas de cristal del local más querido de todo Storybrooke. - Si lo haces, tu venganza estaría completa y lloraré hasta secarme - comentó haciendo ojitos de cachorro a la par que se quitaba su sueter tejido y se ponía su delantal, el cual era color menta y le encantaba. Suspiró y tarareó una melodía alegre, diferente a la que la había despertado esa mañana.
Acomodó algunos sacos de harina en la mesa y, frunciendo del ceño, sacó de la alacena un libro de sus favoritos: eran postres y recetas de su abuela materna. Indicó con el dedo índice la receta que le atrajo y alzó sus cejas.- Podemos hacer esto: trufas de chocolate rellenas de licor de café y espolvoreadas con canela y azucar glassé- comentó pasándole la hoja amarillenta donde estaba la receta que tenía poco más de 50 años. - Aparte de los 2 pasteles de regla por algunos cumpleaños y...- ladeó la cabeza, buscando inspiración en el cuarto de trabajo. Abrió sus ojos.- ¿Cupcakes? ¿De cuatro sabres diferentes?- preguntó esperando la aprobacón y opnión de su mejor amiga, a quien vió medio dispersa con la mirada fija, clavada, en la puerta de cristal que daba a la calle.
Chasqueó sus dedos índice y pulgar de su mano derecha enfrente de los ojos de su amiga, no fue un acto grosero, sólo era para despertarla. Arrugú su pequeña nariz, tal y como lo hacía cuando sospechaba algo. - ¿Qué te traes, Savie? - preguntó curiosa e intrigada, aunque ya se temía la respuesta. El Doctor Sullivan aparecería enfrente de su local en pocos minutos, como lo venía haciendo desde hace unos días. También había notado el nerviosismo de Savannah cuando se acercaba esa hora y cómo se estaba vistiendo más...como decirlo? sexy? femenina? Rebecca había observado todo eso con ojos de lince, simplemente por que ella era así se daba cuenta de todo y callaba sobre lo que veía.
Ladeó su cabeza, esperando la respuesta sincera que llegaría.
Ghostgirl para Source Code
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
Mensajes : 199
Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
¿Sinceramente? No había oído nada de lo que le había dicho Rebecca en los últimos minutos. Bueno, mentira. Lo había oído, pero otra cosa era que su cerebro lo hubiese procesado. Cosa, que desde luego no hizo, o al menos, no con la rapidez con la que lo hacía normalmente. Fue el chasqueo de dedos justo frente a su cara. La mujer parpadeó varias veces antes de apartar la mirada de la puerta, el cristal e intentó alejar sus pensamientos de él. Sobretodo eso.
- ¿Qué decías...? – Preguntó cuando se volvió hacia ella. – ¡Ah sí! Trufas de chocolate rellanas de licor de café y espolvoreadas con canela y azúcar glasé. – Asintió dos veces – Sí, me parece buena idea. Los dos pasteles de cumpleaños... Cupcakes... ¿De 4 sabores diferentes? – Se quedó pensativa durante unos segundos – Sí, sí. Me parece bien. – Volvió a asentir tontamente, mientras se dirigía a los sacos de harina y tomaba la balanza para medir la cantidad de harina. Por supuesto, Savannah era consciente de la pregunta que le había hecho Rebecca, pero, por el momento no iba a responder. A veces prefería eludir algunas preguntas que le hacía la gente y aunque Rebecca fuese su mejor amiga, tenía que admitirse a sí misma que había cosas que prefería confiárselas a Malcolm. Tenía la sensación de que el chico jamás se reiría de ella, y era algo de agradecer.
Por eso siempre había cosas de sus pensamientos, sensaciones y sentimientos que o se guardaba para ella misma o que compartía solo con aquella gente que le daba la sensación de que no se iban a mofar de ella. No, prefería no sentirse humillada simplemente por decir que tenía esas sensaciones extrañas raras que le cruzaban por la cabeza. Y sí, quizás estaba actuando erróneamente, pero bueno, en ese caso ya se daría cuenta.
No obstante, notaba la mirada de Rebecca puesta sobre ella, de esa manera que conseguía ponerla nerviosa, así que al final dejó la harina, se quitó la que había quedado en sus manos y levantó la mirada hacía la chica – ¿A qué te refieres? – Preguntó haciéndose la despistada, a pesar de que sabía perfectamente a que se refería su amiga.
Pero... ¿Cómo vas a explicar algo que ni siquiera tu entiendes? ¿Cómo puedes tener la sensación de amar algo que nunca has tenido? ¿La sensación de que extrañas algo que nunca ha sucedido? ¿Qué ni siquiera recuerdas? Pero la sensación sigue ahí. Dando vueltas en tu cabeza, tu cuerpo, tu consciencia y hasta en tu propia alma, de una manera que no puedes escapar de ella siquiera.
- ¿Qué decías...? – Preguntó cuando se volvió hacia ella. – ¡Ah sí! Trufas de chocolate rellanas de licor de café y espolvoreadas con canela y azúcar glasé. – Asintió dos veces – Sí, me parece buena idea. Los dos pasteles de cumpleaños... Cupcakes... ¿De 4 sabores diferentes? – Se quedó pensativa durante unos segundos – Sí, sí. Me parece bien. – Volvió a asentir tontamente, mientras se dirigía a los sacos de harina y tomaba la balanza para medir la cantidad de harina. Por supuesto, Savannah era consciente de la pregunta que le había hecho Rebecca, pero, por el momento no iba a responder. A veces prefería eludir algunas preguntas que le hacía la gente y aunque Rebecca fuese su mejor amiga, tenía que admitirse a sí misma que había cosas que prefería confiárselas a Malcolm. Tenía la sensación de que el chico jamás se reiría de ella, y era algo de agradecer.
Por eso siempre había cosas de sus pensamientos, sensaciones y sentimientos que o se guardaba para ella misma o que compartía solo con aquella gente que le daba la sensación de que no se iban a mofar de ella. No, prefería no sentirse humillada simplemente por decir que tenía esas sensaciones extrañas raras que le cruzaban por la cabeza. Y sí, quizás estaba actuando erróneamente, pero bueno, en ese caso ya se daría cuenta.
No obstante, notaba la mirada de Rebecca puesta sobre ella, de esa manera que conseguía ponerla nerviosa, así que al final dejó la harina, se quitó la que había quedado en sus manos y levantó la mirada hacía la chica – ¿A qué te refieres? – Preguntó haciéndose la despistada, a pesar de que sabía perfectamente a que se refería su amiga.
Pero... ¿Cómo vas a explicar algo que ni siquiera tu entiendes? ¿Cómo puedes tener la sensación de amar algo que nunca has tenido? ¿La sensación de que extrañas algo que nunca ha sucedido? ¿Qué ni siquiera recuerdas? Pero la sensación sigue ahí. Dando vueltas en tu cabeza, tu cuerpo, tu consciencia y hasta en tu propia alma, de una manera que no puedes escapar de ella siquiera.
Re: Un día por empezar { Savannah}
"
Rebecca esbozó una sueva y cálida sonrisa de complicidad cuando Sav volvió a hacerse la desentendida. Sabía lo que era temer por la reacción de los demás si se abría y contaba lo que sentía y las razones de porqué su corazón se estremece, Ese miedo a parecer ridícula afloraba cuando veía a Charlie con X chica y sus amigos, preocupados, le cuestionaban a Campbell: ¿estás bien? ¿qué sientes? A veces era lo mejor pasar por alto sus sentimientos y seguir la vida.
Carraspeó, asintiendo con su cabeza a la vez que sus cabellos se movían al unísono. - ¿te parece bien? Entonces empecemos con los pasteles que es lo más laborioso - comentó mientras sacaba del refrigerador los huevos y la lecha para después sacar de la alacena unos moldes, las esencias, el azúcar y el fondant. Le aplicó un poco de agua al último ingrediediente para amasarlo y convertirlo en unas pequeñas rosas comestibles que adornarían el primer pastel.
Arqueó una ceja cuando Savannah se dió por vencida. - Creo que ambas estamos hechas un manojo de emociones, parecemos estambre enrededado - musitó con una pequeña sonrisa apagada, nada común en Becca. Suspiró audiblemente y apoyó su rostro en la palma de su mano. Mordió su labio inferior, encogió sus hombros mirando a su mejor amiga, que junto con Grace eran el trío Calavera de Storybrooke. Dejó salir un suave gruñido y con su mentón, hizo un movimiento que dirigia la mirada castaña de Sav hacia las puertas de cristal. En frente, estaba el Doctor Sullivan esperando entrar. Sólo faltaba que una de las dos chicas quitara el letrereo de cerrado para que pidiera lo usual. - A eso me refiero - comentó sonriéndole. Estiró sus brazos y junto sus palmas en el aire. Sacudió la poca harina en ellas. No deseaba presionarla así que se quedó callada con la mirada fija en Sullivan, que parecía estar ansioso y consternado.
Rebecca esbozó una sueva y cálida sonrisa de complicidad cuando Sav volvió a hacerse la desentendida. Sabía lo que era temer por la reacción de los demás si se abría y contaba lo que sentía y las razones de porqué su corazón se estremece, Ese miedo a parecer ridícula afloraba cuando veía a Charlie con X chica y sus amigos, preocupados, le cuestionaban a Campbell: ¿estás bien? ¿qué sientes? A veces era lo mejor pasar por alto sus sentimientos y seguir la vida.
Carraspeó, asintiendo con su cabeza a la vez que sus cabellos se movían al unísono. - ¿te parece bien? Entonces empecemos con los pasteles que es lo más laborioso - comentó mientras sacaba del refrigerador los huevos y la lecha para después sacar de la alacena unos moldes, las esencias, el azúcar y el fondant. Le aplicó un poco de agua al último ingrediediente para amasarlo y convertirlo en unas pequeñas rosas comestibles que adornarían el primer pastel.
Arqueó una ceja cuando Savannah se dió por vencida. - Creo que ambas estamos hechas un manojo de emociones, parecemos estambre enrededado - musitó con una pequeña sonrisa apagada, nada común en Becca. Suspiró audiblemente y apoyó su rostro en la palma de su mano. Mordió su labio inferior, encogió sus hombros mirando a su mejor amiga, que junto con Grace eran el trío Calavera de Storybrooke. Dejó salir un suave gruñido y con su mentón, hizo un movimiento que dirigia la mirada castaña de Sav hacia las puertas de cristal. En frente, estaba el Doctor Sullivan esperando entrar. Sólo faltaba que una de las dos chicas quitara el letrereo de cerrado para que pidiera lo usual. - A eso me refiero - comentó sonriéndole. Estiró sus brazos y junto sus palmas en el aire. Sacudió la poca harina en ellas. No deseaba presionarla así que se quedó callada con la mirada fija en Sullivan, que parecía estar ansioso y consternado.
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
Mensajes : 199
Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
- Sí, si. Me parece perfecto – Respondió mientras seguía con la mirada a su amiga que sacaba las cosas del refrigerador. Cosas que Savannah casi de inmediato se dedicó a colocar. Era horriblemente ordenada, sobretodo cuando se trataba de la cocina. Necesitaba tener las cosas ordenadas, limpias y al alcance. Por varios motivos, el primero es que se encontraban mejor las cosas y el segundo que al encontrarlas enseguida perdías menos tiempo buscándolo. Y el tiempo era oro.
- A veces he pensado… En vez de hacer rosas, podríamos arriesgarnos y experimentar y hacer otras formas, ¿no crees? – Le preguntó mientras posaba su mirada en el fondant al que Rebecca le había aplicado un poco de agua, para poder amasarlo posteriormente. – Así… innovamos un poco.
¿Hechas un manojo de emociones? Emociones y sensaciones, al menos en su caso en particular. Además, lo que más le “molestaba” de todo aquello, era precisamente que por mucho que intentase ignorar aquellas sensaciones, por mucho que quisiera empujarlas y sacarlas de su vida ahí seguían. ¡Encima parecían haber aparecido así de repente! Cosa que la hacía entender todo aquello mucho menos – Sí, la verdad es que parece que todas las emociones se hayan disparado de repente y se hayan enredado… - Le seguía pareciendo TAN extraño.
Se sacudió la poca harina que llevaba en las manos en el delantal y después se llevó una mano al cabello, peinándolo hacía atrás, notando como los dedo se metían entre las hebras de su oscuro cabello. Luego se llevo la mano a la cintura dejándola allí mientras observaba a su amiga y los gestos que hacia. Hasta que esta volvió a desviar la mirada hacia las puertas de cristal como había hecho ella momentos antes. “A eso me refiero”. Supo antes de volver la mirada hacia las puertas de cristal otra vez que allí se encontraba William Sullivan. – Le gusta venir aquí a comprar el desayuno – Se limitó a decir mientras se encogía de hombros y sonreía a su amiga y si, se hacía un poco la despistada. – ¿Qué tiene de malo? Es el marido de nuestra amiga…
Claro que ella no podía evitar desde hacia unas semanas sentir que le conocía de antes, que había algo que los unía. Del mismo modo que no podía evitar que le diese un vuelco al corazón cada vez que lo veía. Lo disimulaba, lo mejor que podía. No quería meterse en ningún tipo de problema por culpa de aquellas sensaciones extrañas. Prefería intentar ignorarlas, aunque hubiese llegado a pensar que no iba a ser capaz. – Voy a abrir… - Dijo bajando la mirada unos segundos hacia el suelo antes de volver a levantarla de camino hacia la puerta.
Sonrió ligeramente a William. Consiguió que la sonrisa no le temblase y que pareciese lo más natural del mundo. Muy a pesar de esa sensación de recordarlo de algún sitio que no era aquel, pero… ¿cómo era posible eso acaso? ¡Era una locura! ¡Totalmente insano! Giró el cartelito que decía en esos momentos “Abierto” y después abrió la puerta para dejar pasar al doctor – Buenos días William. Qué raro verte por aquí… - Dejó caer divertida y con cierto tono bromista en la voz – Lo de cada día supongo, ¿no?
O quién sabía, a lo mejor había decidido cambiar aquel día.
- A veces he pensado… En vez de hacer rosas, podríamos arriesgarnos y experimentar y hacer otras formas, ¿no crees? – Le preguntó mientras posaba su mirada en el fondant al que Rebecca le había aplicado un poco de agua, para poder amasarlo posteriormente. – Así… innovamos un poco.
¿Hechas un manojo de emociones? Emociones y sensaciones, al menos en su caso en particular. Además, lo que más le “molestaba” de todo aquello, era precisamente que por mucho que intentase ignorar aquellas sensaciones, por mucho que quisiera empujarlas y sacarlas de su vida ahí seguían. ¡Encima parecían haber aparecido así de repente! Cosa que la hacía entender todo aquello mucho menos – Sí, la verdad es que parece que todas las emociones se hayan disparado de repente y se hayan enredado… - Le seguía pareciendo TAN extraño.
Se sacudió la poca harina que llevaba en las manos en el delantal y después se llevó una mano al cabello, peinándolo hacía atrás, notando como los dedo se metían entre las hebras de su oscuro cabello. Luego se llevo la mano a la cintura dejándola allí mientras observaba a su amiga y los gestos que hacia. Hasta que esta volvió a desviar la mirada hacia las puertas de cristal como había hecho ella momentos antes. “A eso me refiero”. Supo antes de volver la mirada hacia las puertas de cristal otra vez que allí se encontraba William Sullivan. – Le gusta venir aquí a comprar el desayuno – Se limitó a decir mientras se encogía de hombros y sonreía a su amiga y si, se hacía un poco la despistada. – ¿Qué tiene de malo? Es el marido de nuestra amiga…
Claro que ella no podía evitar desde hacia unas semanas sentir que le conocía de antes, que había algo que los unía. Del mismo modo que no podía evitar que le diese un vuelco al corazón cada vez que lo veía. Lo disimulaba, lo mejor que podía. No quería meterse en ningún tipo de problema por culpa de aquellas sensaciones extrañas. Prefería intentar ignorarlas, aunque hubiese llegado a pensar que no iba a ser capaz. – Voy a abrir… - Dijo bajando la mirada unos segundos hacia el suelo antes de volver a levantarla de camino hacia la puerta.
Sonrió ligeramente a William. Consiguió que la sonrisa no le temblase y que pareciese lo más natural del mundo. Muy a pesar de esa sensación de recordarlo de algún sitio que no era aquel, pero… ¿cómo era posible eso acaso? ¡Era una locura! ¡Totalmente insano! Giró el cartelito que decía en esos momentos “Abierto” y después abrió la puerta para dejar pasar al doctor – Buenos días William. Qué raro verte por aquí… - Dejó caer divertida y con cierto tono bromista en la voz – Lo de cada día supongo, ¿no?
O quién sabía, a lo mejor había decidido cambiar aquel día.
Re: Un día por empezar { Savannah}
No sabía por qué pero el trecho entre su casa y el trabajo de un momento a otro se estaba convirtiendo en lo mejor de su día. Y es que últimamente era capaz de sobreponerse con mucha mayor facilidad al tortuoso hecho de tener que levantarse temprano en la mañana. Antes esa parte era de lo peor, es esa sensación de sentir que las sábanas y el propio cuerpo son imposibles de separarse. Pero vamos, eso era parte del oficio aunque también se estaba tomando unos minutos antes por haber encontrado un lugar fabuloso en donde tomar el desayuno. Y bueno, en realidad aquella pastelería había estado allí desde hace algún tiempo pero había sido recientemente donde se había enganchado muchísimo, quizás más por la atención que por los propios pasteles.
Estos siempre eran muy ricos, sin dudas, pero había otra cosa. Muy complicado de describir, además toda la situación lo hacía todavía más difícil. Grace mas embarazada que nunca, consultorios cada vez mas llenos de gente, en fin, muchas cosas. Podía ser que esos minutos en donde no pensaba en nada de eso y solamente se dedicaba en disfrutar de un café, un pastel y una buena conversación tenía gran parte que ver en lo bien que se sentía cuando iba a la pastelería de Savannah. Bueno… esa era una muy buena excusa que explicaba en su nivel mas superficial todo la cantidad de cosas que tenía adentro.
Vio su reloj y notó que todavía era temprano, a esa hora la pastelería todavía no estaría abierta y tendría que esperar, cosa que no era demasiado de agrado, siempre había sido algo impaciente. ¿Tan ansioso estaba? Tenía que aprender a controlar un poco mas eso, y era que Savannah no trabajaba sola, tenía amigas allí y pues ¿les parecería raro lo asiduo que se había vuelto últimamente? Se quedó afuera de las puertas de cristal notando que como era de esperarse estaba Savannah y Rebecca, que también trabajaba allí. Estaban hablando y hasta le pareció que lo mirando. No, podía ser que estaba siendo más neurótico de la cuenta. Esperaría a la hora.
Savannah se acercó. Le devolvió la sonrisa y es que solo verla provocaba tal gesto. Trató de sacudirse de toda la impaciencia y ansiedad que había estado siendo para verse tranquilo y relajado, como cualquier cliente que va a desayunar sin tener que preocuparse por nada más. Y es que no había razón para ello ¿no? Savannah era amiga de Grace y estaba casada, todo el mundo sabía eso. Estaba distraído pensando en eso cuando lo dejó pasar pero su voz de inmediato lo trajo a la realidad. Rió levemente por el sarcasmo que llevaba la frase mientras se sacaba el abrigo para dejarlo en la silla de siempre y a ver qué pedía. Claro, sería más rápido lo de siempre y todo.
-Buenos días Savannah… Rebecca- dijo buscando con la mirada a la compañera de Savannah y saludarla también. – Y si, lo de siempre… a menos que hayas hecho algún cambio en el menú que deba probar- comentó en tono bromista buscando una silla. Parecía que no podía dejar de verla por momentos y que no tuviera demasiado control sobre eso pero disimulaba ante todo. -¿Qué planes para hoy?- Preguntó de manera entusiasta. Si, algo de conversación casual, podía ayudar un poco.
William P. Sullivan- Realeza
- Soy : Príncipe Encantador/James
Mensajes : 27
Empleo /Ocio : Médico
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
El amor implica muchas cosas conforme va avanzando en las etapas de éste mismo. Justo ahora, Rebecca estaba pasando por la etapa que seguía al rompimiento, asi que significaba tres cosas: dolor, impotencia y lágrimas escondidas. Sentimientos a flor de piel disfrazados de fría indiferencia. Ganas de volver a tocarlo pero sólo lo evitas. Esa etapa,a la que nunca deseas llegar en una relación. Suspiró audiblemente, tratando de disipar lo abrumado de su corazón y le sonrió a Savannha, la cuál fue a abrir las puertas de cristal. Silenciosa, Becca notó como sus miradas se iluminaban al verse. Sabía cuál era esa etapa. William parecía aliviado y su mejor amiga, aunque no estuviese consciente, sonrió como no lo había hecho en muchas semanas. Apenas y se tocaron pero parecía haber una atracción eléctrica. Y Katherine sonrió sutilmente por ellos. A pesar de todo lo que envolvía, simplemente se sintió feliz.
Le dedicó una ancha y cálida a William, ya que era un amigo cercano, esposo de Grace. - Buenos Días, Doc- saludó mientras se acercaba al mostrador para sacar las llaves donde guardaban las copas/vasos para café. Apenas y despegó su mirada para saludar a la ojiverde, la cual volvía del interior de la cocina. - ¿Capuccino, latte, Mocca? No nos vengas con lo de "siempre", atrévete y prueba algo nuevo- comentó muy alegre la menuda chica de cabellos azabaches. Su habitual humor había vuelto ya que no quería complicar las cosas enfrente del susodicho y Savannah, que ya de porsí luecía bastante nerviosa. Recordó algo y le sonrió, frunciendo el ceño suavemente en seña de interrogación. - Puedo prepararte una tarta de pera y manzana con canela...aunque tendrías que esperar 20 minutos en lo que se hornea. No es mucho tiempo, puedes aprovechar y platicar con nosotras - musitó sin parar de sonreír. Estuvo a punto de decir " platicar con Savannah" pero eso haría el ambiente más tenso, así que decidió incluirse, por muy colada que sonara. De todos modos, se escabulliría unos momentos para dejar que se violaran con la mirada (?) - Advierto que es una tarta d-e-l-i-c-i-o-s-a - comentó haciendo un énfasis en la cualidad de su creación. Esperó la respuesta con sus brazos ligeramente cruzados, fijando su mirada en Savannah.
Le dedicó una ancha y cálida a William, ya que era un amigo cercano, esposo de Grace. - Buenos Días, Doc- saludó mientras se acercaba al mostrador para sacar las llaves donde guardaban las copas/vasos para café. Apenas y despegó su mirada para saludar a la ojiverde, la cual volvía del interior de la cocina. - ¿Capuccino, latte, Mocca? No nos vengas con lo de "siempre", atrévete y prueba algo nuevo- comentó muy alegre la menuda chica de cabellos azabaches. Su habitual humor había vuelto ya que no quería complicar las cosas enfrente del susodicho y Savannah, que ya de porsí luecía bastante nerviosa. Recordó algo y le sonrió, frunciendo el ceño suavemente en seña de interrogación. - Puedo prepararte una tarta de pera y manzana con canela...aunque tendrías que esperar 20 minutos en lo que se hornea. No es mucho tiempo, puedes aprovechar y platicar con nosotras - musitó sin parar de sonreír. Estuvo a punto de decir " platicar con Savannah" pero eso haría el ambiente más tenso, así que decidió incluirse, por muy colada que sonara. De todos modos, se escabulliría unos momentos para dejar que se violaran con la mirada (?) - Advierto que es una tarta d-e-l-i-c-i-o-s-a - comentó haciendo un énfasis en la cualidad de su creación. Esperó la respuesta con sus brazos ligeramente cruzados, fijando su mirada en Savannah.
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
Mensajes : 199
Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
Tenía la sensación de estar vigilando constantemente todos sus movimientos, sobretodo los que hacía estando cerca de William, como si quisiera evitar tener contacto alguno con él. Como si de alguna manera creyese que por tocarle o simplemente rozarle se fuera a quemar, o le diese una corriente eléctrica. ¡Menudas estupideces! Y no obstante, no podía evitarlo. Tenía la sensación de que de hacerlo todo en ella y en su cabeza iba a cambiar irreversiblemente... ¿Lo peor? Que tenía el presentimiento de que eso haría daño a Robert. Ella era una buena persona, una buena esposa y quería seguir manteniéndolo así. Ni siquiera estaba segura de cuando había empezado a tener la sensación de pertenecer a William, de que una parte de ella tenía que estar con él. Simplemente un día se había levantado y cuando sus miradas se cruzaron aquello había acudido a su mente, como un deja vu, un flashback...
Uno que intentaba ignorar con todas sus fuerzas.
Sonrió divertida ante la ocurrencia de William – No, por ahora el menú sigue siendo el mismo de siempre. Nuestra inspiración culinaria creo que nos ha abandonado un poco – Pero ya volvería, a ella le encantaba experimentar con la comida y inventarse nuevas recetas. Probarlas era lo más divertido, en especial hacérselas probar a terceros y ver las expresiones que se formaban en sus rostros. Más de una vez Savannah se había reído a costa de eso. Estaba por caminar hacia la cocina para traerle lo de siempre con Rebecca, cuando su mejor amiga le propuso a William ser más atrevido y probar algo nuevo. La miró a ella unos segundos y luego volvió a mirarle a él, con una sonrisa y cruzando los brazos bajo el pecho – Tiene razón. Prueba algo nuevo... ¡Fíate de nosotras!
Aunque sabía de sobras que se fiaba de ellas, vamos eso pensaba ella. Después de todo ambas eran amigas de Grace y se conocían desde... Desde que podía recordar. ¿A qué venía esa laguna mental de repente? Sacudió la cabeza antes de volver el rostro hacía Becca que le proponía a Will tomar aquella especialidad suya – Yo no le diría que no. Esta deliciosa ciertamente, lo confirmo. La probé. – Siempre tenía la sensación de que aquel pastel al ser creación de Rebecca a ella no le quedaba la mitad de bien y acababa diciéndole que lo hiciera ella.
- ¿Planes para hoy? – Intercambió una mirada divertida con Rebecca. Realmente no tenía ningún plan en mente, posiblemente cuando saliera de allí, iría a casa, se metería en la cocina y le prepararía la cena a Robert. Era algo que le gustaba hacer, además se le notaba que disfrutaba de la comida hecha por ella. Además de todas las otras sensaciones, había sido en las últimas semanas que también había empezado a tener la sensación de que nunca había querido a Robert del modo que le quería ella a él. Se mordió el labio inferior ante aquel pensamiento pues odiaba pensar eso, odiaba sentir eso. Odiaba la incomodidad que reinaba en ella cuando Robert estaba cerca, cuando la tomaba por los hombros o la cintura, como si fuese su dueño, como si no pudiera decidir por ella misma a donde quería ir o con quién. Como si todo lo que hiciera estuviese mal. Al menos así la hacía sentirse a ella – Trabajar supongo y luego bueno... quizá irme a dar una vuelta antes de volver a casa. ¿A ti como se te presenta el día? ¿Muchos pacientes a los que atender?
Apoyó una de las manos en el respaldo de la silla que tenía Sullivan en frente, después de todo tenían que esperar su respuesta sobre el pastel también, ¿no? Y aunque evitará totalmente tener contacto físico con él, tenía que admitir (y sobretodo a sí misma) que le gustaba la sensación que la embargaba cuando estaba cerca.
Lo que no conseguía llegar a acertar era qué diablos significaba.
Uno que intentaba ignorar con todas sus fuerzas.
Sonrió divertida ante la ocurrencia de William – No, por ahora el menú sigue siendo el mismo de siempre. Nuestra inspiración culinaria creo que nos ha abandonado un poco – Pero ya volvería, a ella le encantaba experimentar con la comida y inventarse nuevas recetas. Probarlas era lo más divertido, en especial hacérselas probar a terceros y ver las expresiones que se formaban en sus rostros. Más de una vez Savannah se había reído a costa de eso. Estaba por caminar hacia la cocina para traerle lo de siempre con Rebecca, cuando su mejor amiga le propuso a William ser más atrevido y probar algo nuevo. La miró a ella unos segundos y luego volvió a mirarle a él, con una sonrisa y cruzando los brazos bajo el pecho – Tiene razón. Prueba algo nuevo... ¡Fíate de nosotras!
Aunque sabía de sobras que se fiaba de ellas, vamos eso pensaba ella. Después de todo ambas eran amigas de Grace y se conocían desde... Desde que podía recordar. ¿A qué venía esa laguna mental de repente? Sacudió la cabeza antes de volver el rostro hacía Becca que le proponía a Will tomar aquella especialidad suya – Yo no le diría que no. Esta deliciosa ciertamente, lo confirmo. La probé. – Siempre tenía la sensación de que aquel pastel al ser creación de Rebecca a ella no le quedaba la mitad de bien y acababa diciéndole que lo hiciera ella.
- ¿Planes para hoy? – Intercambió una mirada divertida con Rebecca. Realmente no tenía ningún plan en mente, posiblemente cuando saliera de allí, iría a casa, se metería en la cocina y le prepararía la cena a Robert. Era algo que le gustaba hacer, además se le notaba que disfrutaba de la comida hecha por ella. Además de todas las otras sensaciones, había sido en las últimas semanas que también había empezado a tener la sensación de que nunca había querido a Robert del modo que le quería ella a él. Se mordió el labio inferior ante aquel pensamiento pues odiaba pensar eso, odiaba sentir eso. Odiaba la incomodidad que reinaba en ella cuando Robert estaba cerca, cuando la tomaba por los hombros o la cintura, como si fuese su dueño, como si no pudiera decidir por ella misma a donde quería ir o con quién. Como si todo lo que hiciera estuviese mal. Al menos así la hacía sentirse a ella – Trabajar supongo y luego bueno... quizá irme a dar una vuelta antes de volver a casa. ¿A ti como se te presenta el día? ¿Muchos pacientes a los que atender?
Apoyó una de las manos en el respaldo de la silla que tenía Sullivan en frente, después de todo tenían que esperar su respuesta sobre el pastel también, ¿no? Y aunque evitará totalmente tener contacto físico con él, tenía que admitir (y sobretodo a sí misma) que le gustaba la sensación que la embargaba cuando estaba cerca.
Lo que no conseguía llegar a acertar era qué diablos significaba.
Re: Un día por empezar { Savannah}
Parecía que sería lo de siempre. Normalmente la rutina era algo que Will siempre solía evitar, casi en todo aspecto menos en la comida y mucho menos en los postres. Es que era que se enganchaba con algún pastel o algo parecido y fácilmente podía aceptar alguna otra cosa por buen tiempo, casi hasta que se aburriera un poco y ese mismo proceso tardaba su tiempo. Cuando primero Rebecca propuso lo de cambiar un poco se lo pensó pero en el fondo le gustaba la idea, sentir el cambio y disfrutar de cosas nuevas sin preocuparse por demasiado más que solo eso. Darse ese tipo de gustos sin tener ningún tipo de problema, y aquella analogía era curiosa porque se aplicaba no solo a su gusto por los postres.
Veinte minutos más no era problema sino que mas bien los agradecía, le daban una excusa (que realmente sentía que no necesitaba) para quedarse un rato más de la compañía que Savannah y Rebecca le daban. Por supuesto que se iba a fiar, tenía muchas razones para hacerlo además del hecho del agradecido tiempo extra que le ofrecían.
-Pues ya está decidido, tan recomendada está la tarta que es imposible decir no. Que sea eso y un café… para que vean cuando me fio, les dejo a ustedes elegir con cual café va mejor la tarta, si no me gusta puede que ya no regrese…-
Les dijo sonriéndoles a ambas, dejando en ellas toda la responsabilidad de un éxito rotundo o un fracaso monumental. Pero por supuesto que bromeaba, no lo decía en serio, no estaba en sus planes del futuro cercano ni de más allá el dejar de ir a la pastelería de ambas pero eso ellas no lo tenían tan seguro ¿o si?. Lo bueno era que tenía unos buenos veinte minutos por delante y hablar y conversar un rato definitivamente sería una muy buena manera de pasar el tiempo. Siempre lo era. La respuesta de Savannah se le hizo normal pero al mismo tiempo fue como que no le gustó demasiado saber que luego estaría con Robert, a pesar que eso era lo obvio, era su esposo después de todo.
Alguna vez Grace le había comentado que existía cierto malestar algunas veces entre ellos dos, peleas, que a veces no la trataba muy bien y extrañamente se veía a si mismo mucho mas enfadado por ese hecho, tanto que se sorprendía de eso. Se controló y no dijo nada de eso a pesar que su curiosidad le llamaba a preguntar un poco más, saber como iban las cosas entre ellos dos. Y claro, lo haría sonar como si fuera el amigo preocupado que se interesa por ella, aunque eso fuera parcialmente cierto y las intenciones fueran saber como estaban las cosas en su casa. Seguro que Grace algo le podía haber comentado, sentía que no tenía toda la información.
-Bueno, hoy no demasiado aunque creo que pueden haber un par de casos complicados, puede que salga temprano. ¿A qué hora vas a dar esa vuelta? Te puedo llamar y vemos… -
Lo dijo sin pensarlo demasiado ¿Rebecca lo habría oído? Pero tampoco era algo grave ¿no? Es decir, vivían cerca, su casa estaba casi en el camino de la de ella, eran amigos y de las mejores amigas de su esposa, se conocían desde siempre, no podría hacérsele tan raro a Rebecca ni pensar cosas que no eran.
-Podrías ir a la casa y ver a Grace, creo que quería conversar contigo o contarte algo, no recuerdo… - sintió la necesidad de completar y rellenar vacíos que realmente no existían. En realidad la idea de la vuelta con ella se le hacía ideal y lo mas seguro era que su esposa estaría ocupada y habría paseo al final de cuentas. Pero había que esperar a la respuesta.
William P. Sullivan- Realeza
- Soy : Príncipe Encantador/James
Mensajes : 27
Empleo /Ocio : Médico
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
Rutina. Becca extrañaba esas emociones que hacían que valiera la pena su día, su semana, su mes. Extrañba la presencia de Hudson ya que lo más cercano a estar con él era caminar en los extremos opuestos de la calle. Y eso le dolía en el alma. Por eso, últimamente tenía en sus pensamiento la palabra "a t r e v e t e". Quería darle un giro a su vida, quería atreverse a seguir o a ponerle un punto final a ese capítulo. Como sea, Katherine le sonreía a Savie y a Will mientras todo eso pasaba por su atolondrada mente.
Infló sus mejillas y le lanzó a modo de juego una bolillito que tenía cerca, cayendo sobre la mesa. Sí, podría tener 23 años pero eso no signifcaba que no pudiera jugar ni hacer bromas. - hey, no nos amenazes con eso...tu puedes ser nuestro cliente potencial #1. Te traeré tal manjar que te quedarás todas las mañanas para comerlo y engordarás 30 kilos y tendremos que llevarte en un carrito a donde quieras ir- comentó entre risas ligeras, melódicas, sin ganas de ofender y con el propósito de alegrar el ambiente. Fuera de bromas, si que sería un manjar lo que Sullivan estaba a punto de comer. 20 minutos más y estaría probando un cachito del paraíso en su paladar. 20 minutos que le darían tanto a Savannah como a él, un respiro de sus vidas.
Anudó de nuevo su delantal por detrás de su cintura, caminó hacia Savannah y, tomándola desde lo hombros, la sentó en la silla que estaba enfrente de William. Un acto pensado, considerado por Katherine como inofensivo. Dió unos cuantos pasos hacia la puerta, puso el letrero de Cerrado de nuevo y corrió las cortinas color crema que cubrían el cristal. Así, nadie vería qué pasaba dentro de la pastelería. Esperaba que no molestara ese movimiento ni a William ni a Savannah pero...¿qué podía decir? Lo hacía por que quería a Savannah. Y la quería ver feliz. Y en los últimos días, ella sonreía mucho más después de platicar con el Doc. Recordó a Grace, su mejor amiga también y se sintió morir. Este vaivén de hechos, miradas y sentimientos palpables no le harían nada bien a la pobre becca que en poco tiempo estaría entre la espada y la pared. Agradeció infinitamente que Charlie estuviera en sus cosas, por que si no, se sentiría abrumada con tantos sucesos pasando a su alrededor.
Suspirando ligeramente, le sonrió a ambos. Los observó. - Entonces prepararé las tartitas y los cafés. - comentó, ignorando lo que William había dicho ya que,juzgando su rostro, no quería que becca escuchara. Prudente como era, se escabulló sin hacer mucho ruido hacia la cocina, donde comenzó a elaborar lo prometido: tartas de pera con canela y cafés, lo necesario para prolongar ese break unos 20 minutos más. ¿se lo agradecerían? No le importaba. Sólo quería despejarse y hacer lo que más le gustaba era lo mejor.
Infló sus mejillas y le lanzó a modo de juego una bolillito que tenía cerca, cayendo sobre la mesa. Sí, podría tener 23 años pero eso no signifcaba que no pudiera jugar ni hacer bromas. - hey, no nos amenazes con eso...tu puedes ser nuestro cliente potencial #1. Te traeré tal manjar que te quedarás todas las mañanas para comerlo y engordarás 30 kilos y tendremos que llevarte en un carrito a donde quieras ir- comentó entre risas ligeras, melódicas, sin ganas de ofender y con el propósito de alegrar el ambiente. Fuera de bromas, si que sería un manjar lo que Sullivan estaba a punto de comer. 20 minutos más y estaría probando un cachito del paraíso en su paladar. 20 minutos que le darían tanto a Savannah como a él, un respiro de sus vidas.
Anudó de nuevo su delantal por detrás de su cintura, caminó hacia Savannah y, tomándola desde lo hombros, la sentó en la silla que estaba enfrente de William. Un acto pensado, considerado por Katherine como inofensivo. Dió unos cuantos pasos hacia la puerta, puso el letrero de Cerrado de nuevo y corrió las cortinas color crema que cubrían el cristal. Así, nadie vería qué pasaba dentro de la pastelería. Esperaba que no molestara ese movimiento ni a William ni a Savannah pero...¿qué podía decir? Lo hacía por que quería a Savannah. Y la quería ver feliz. Y en los últimos días, ella sonreía mucho más después de platicar con el Doc. Recordó a Grace, su mejor amiga también y se sintió morir. Este vaivén de hechos, miradas y sentimientos palpables no le harían nada bien a la pobre becca que en poco tiempo estaría entre la espada y la pared. Agradeció infinitamente que Charlie estuviera en sus cosas, por que si no, se sentiría abrumada con tantos sucesos pasando a su alrededor.
Suspirando ligeramente, le sonrió a ambos. Los observó. - Entonces prepararé las tartitas y los cafés. - comentó, ignorando lo que William había dicho ya que,juzgando su rostro, no quería que becca escuchara. Prudente como era, se escabulló sin hacer mucho ruido hacia la cocina, donde comenzó a elaborar lo prometido: tartas de pera con canela y cafés, lo necesario para prolongar ese break unos 20 minutos más. ¿se lo agradecerían? No le importaba. Sólo quería despejarse y hacer lo que más le gustaba era lo mejor.
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
Mensajes : 199
Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
Savannah frunció el entrecejo ante aquellas palabras de William, durante unas milésimas de segundo estuvo casi segura de que había dicho aquello en serio, que no regresaría y esa sensación de vacío dentro de ella se hizo extrañamente más grande. ¿Se estaba volviendo loca acaso? De todos modos todo aquello cambió casi radicalmente cuando dejó ver que era una broma y una sonrisa se dibujó en el rostro de la morena, que pasó a ser una carcajada ante las palabras de Rebecca. Becca siempre tan alegre a pesar de todo. Bueno, ella también llevaba una sonrisa en los labios a pesar de todo.
- Bueno, quizás tampoco haya que exagerar... – Puntualizó la joven al tiempo que intercambiaba una mirada con Becca. Sabía que a pesar de esa pequeña broma, el manjar que le iba a dar la muchacha era cuanto menos delicioso. Tenía un don para la cocina. Ambas lo tenían o al menos eso no dejaba de repetirle Robert siempre que podía. La halagaba, enormemente que dijera aquellas cosas. Incluso podría jurar que a pesar de no querer se le sonrojaban ligeramente sus blancas mejillas. Posiblemente era demasiado modesta, pero, ¿acaso era eso algo malo?
¿No, verdad?
De súbito notó las manos de su amiga en sus hombros y como la impulsaban hacia abajo haciendo que sentara en la silla. La miró atónita y la siguió con la mirada viendo todo lo qué hacía. ¿Qué se le había pasado por la cabeza a esa muchachita? – Pero... – Musitó, pero parecía que la joven Campbell estaba dispuesta a ignorar aquello. Tenía que admitir que no entendía nada e incluso la siguió con la mirada cuando se perdió en la cocina, haciendo un ademán de levantarse antes de volver a poner la mirada en William. Aunque pareciera mentira había escuchado lo que le había dicho a pesar de estar pendiente de su amiga.
- Perdona, es que... – Estaba confundida. Aquello se le estaba haciendo en esos momentos hasta bizarro y aunque una parte le decía que se levantase y se metiera también en la cocina como solía hacer todas las mañanas cuando William estaba allí, pues después de todo era su trabajo, la otra parte de sí misma le dijo que sería de mala educación, sobretodo por el hecho de que él le había hecho una ¿propuesta? y ella aún no había contestado.
Respiró hondo acomodándose en la silla y volvió a mirar a la persona que tenía frente a ella, sonriéndole ligeramente – Sobre lo que has dicho... Salgo sobre las cinco de la tarde, cuando cerramos. Si quieres pasarte por aquí sobre esa hora, podemos volver juntos – Se encogió de hombros. No estarían haciendo nada malo, ¿no? – Podría pasarme a ver a Grace y hacerle un poco de compañía hasta que sea la hora que llega Robert a casa... – Torció ligeramente el gesto durante unos segundos sustituyéndolo inmediatamente por una sonrisa más que consciente. Una de esas que esbozaba con una intención, ocultar sus verdaderos sentimientos. Algo que al parecer se le daba bien o eso quería creer ella – ¿Alguna idea del tema del que quiere hablar conmigo? – Si, recordaba todo menos que le había dicho que no tenía ni idea de que quería hablarle.
Apoyó los codos en la mesa sujetándose la cabeza con ambas manos, desviando los ojos marrones unos segundos hacia la cocina antes de volver a mirarle a él – ¿No tiene pensado cogerse la baja por maternidad?
- Bueno, quizás tampoco haya que exagerar... – Puntualizó la joven al tiempo que intercambiaba una mirada con Becca. Sabía que a pesar de esa pequeña broma, el manjar que le iba a dar la muchacha era cuanto menos delicioso. Tenía un don para la cocina. Ambas lo tenían o al menos eso no dejaba de repetirle Robert siempre que podía. La halagaba, enormemente que dijera aquellas cosas. Incluso podría jurar que a pesar de no querer se le sonrojaban ligeramente sus blancas mejillas. Posiblemente era demasiado modesta, pero, ¿acaso era eso algo malo?
¿No, verdad?
De súbito notó las manos de su amiga en sus hombros y como la impulsaban hacia abajo haciendo que sentara en la silla. La miró atónita y la siguió con la mirada viendo todo lo qué hacía. ¿Qué se le había pasado por la cabeza a esa muchachita? – Pero... – Musitó, pero parecía que la joven Campbell estaba dispuesta a ignorar aquello. Tenía que admitir que no entendía nada e incluso la siguió con la mirada cuando se perdió en la cocina, haciendo un ademán de levantarse antes de volver a poner la mirada en William. Aunque pareciera mentira había escuchado lo que le había dicho a pesar de estar pendiente de su amiga.
- Perdona, es que... – Estaba confundida. Aquello se le estaba haciendo en esos momentos hasta bizarro y aunque una parte le decía que se levantase y se metiera también en la cocina como solía hacer todas las mañanas cuando William estaba allí, pues después de todo era su trabajo, la otra parte de sí misma le dijo que sería de mala educación, sobretodo por el hecho de que él le había hecho una ¿propuesta? y ella aún no había contestado.
Respiró hondo acomodándose en la silla y volvió a mirar a la persona que tenía frente a ella, sonriéndole ligeramente – Sobre lo que has dicho... Salgo sobre las cinco de la tarde, cuando cerramos. Si quieres pasarte por aquí sobre esa hora, podemos volver juntos – Se encogió de hombros. No estarían haciendo nada malo, ¿no? – Podría pasarme a ver a Grace y hacerle un poco de compañía hasta que sea la hora que llega Robert a casa... – Torció ligeramente el gesto durante unos segundos sustituyéndolo inmediatamente por una sonrisa más que consciente. Una de esas que esbozaba con una intención, ocultar sus verdaderos sentimientos. Algo que al parecer se le daba bien o eso quería creer ella – ¿Alguna idea del tema del que quiere hablar conmigo? – Si, recordaba todo menos que le había dicho que no tenía ni idea de que quería hablarle.
Apoyó los codos en la mesa sujetándose la cabeza con ambas manos, desviando los ojos marrones unos segundos hacia la cocina antes de volver a mirarle a él – ¿No tiene pensado cogerse la baja por maternidad?
Última edición por Savannah L. Monroe el Mar Jul 10, 2012 1:36 am, editado 1 vez
Re: Un día por empezar { Savannah}
Si, podía ser que lo había dicho en broma pero Will sabía que debía estar por lo menos en el top 3 de clientes de la pastelería de Savannah y Rebecca. Y todavía más con la mayor frecuencia con la que había estado yendo de manera habitual todos los desayunos para tomarlos ahí con el pretexto de tener aquel acogedor lugar de camino al trabajo y para tampoco molestar a Grace. Así que eso de “potencial” iba sobrando un poco en la frase de Rebecca por que ya era cliente, si que lo era. El caso era que lo que no debían saber, o sospechar, era que había mas que la debilidad por los postres dentro de la razón por lo asiduo que era. Pero eso era mejor ¿no?. De todas maneras se rió mucho con la broma de Rebecca. No era tan exagerado.
Siempre le habían gustado los postres, helados, las cosas dulces. Desde que podía recordar siempre había tenido especial predilección por ellos… o bueno, dentro de la nebulosa que eran sus recuerdos de la niñez seguramente debían estar ahí. Will pensaba que era un tipo con autocontrol, que no sería de esos que se atiborrara de comida hasta engordar tanto que tendría que tumbar una pared y una puerta y en lo relacionado a comida esto podría ser verdad, pero es que tal símil no se podía aplicar a todas los aspectos de su vida. Las ideas eran mucho mas incesantes, le daban vueltas en la cabeza y pocas veces se desprendían del todo, eso era lo que le estaba pasando; además últimamente había un pensamiento recurrente… o mejor dicho, alguien en quien pensar.
La notó algo dispersa momentos después, como si tuviera la mente en otro asunto. Dudó si es que la había escuchado porque para él lo mejor en ese momento hubiera sido una respuesta rápida, pero es que también sentía curiosidad por la respuesta aunque la propuesta en sí había sido de lo más inocente, camuflada además con la visita de Savannah a Grace, que si bien no había tal invitación en si, pues las visitas entre ellas dos si eran bastante cotidianas. Amigas de toda la vida ¿no?. Igual, nada de lo que dijo en ese momento evitó que se sintiera por algunos minutos como un chico de quince años esperando respuesta ¿qué era lo que le pasaba?. Trató de ocultar la sensación de ojos ajenos y la verdad es que parecía tenerlo controlado.
O quizás no tanto. Cuando la escuchó hablar se relajó mucho más. Distraída y todo si lo había escuchado. Todo pintaba muy bien. Cinco de la tarde… eso le era manejable, probablemente tendría que hacer más cortas algunas consultas pero no sería nada grave. Si, ya se había comprometido un poco al haber metido a Grace en el asunto pero nada que una llamada no pudiera solucionar, tipo: “Me encontré con Savannah, va a ir a visitarnos al salir del trabajo” o algo así. También sabía que tendría que caminar lentísimo y hacer la caminata lo más larga posible si es que quería pasar más rato con ella y pues toda la idea que pasaba por su mente terminó reflejándose en la enorme sonrisa que mostró su rostro. Feliz.
-No. En realidad creo que no me dijo, solo fue eso que quería hablar contigo pero no se de qué. ¿No tienes idea? Bueno, de todas maneras se alegrará de verte y siempre terminan hablando de cualquier cosa…-
Muchas veces las sesiones de conversación y verborrea de su esposa y Savannah dejaba perplejo a Will, pero esperaba poder conversar con ella todo el trayecto antes de llegar. –Savy, dime ¿Cómo está Rob?- Había querido evitar la pregunta, pero eso era lo educado, preguntar por el esposo ¿no?, que además eran “amigos” o bueno, conocidos cordiales en realidad. La miraba atentamente esperando captar algo que le dijera que tal vez las cosas no estaban tan bien como aparentaba, miraba su rostro, miraba sus ojos como esperando que le dijeran algo. Y si no, pues tendría que esperar a ver si Noah se había enterado de algo.
William P. Sullivan- Realeza
- Soy : Príncipe Encantador/James
Mensajes : 27
Empleo /Ocio : Médico
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
¿Por qué de repente se sentía tan mal consigo misma por haber aceptado aquella proposición? Como si realmente estuviese haciendo algo malo, cuando no era ni de lejos así por mucho que tuviese aquellas sensaciones extrañas paseándose por su mente. Además, si se encontraban a Robert por algún casual siempre podría decirle que se habían encontrado al salir del trabajo y habían decidido caminar hasta casa juntos. Podía tragárselo (además, sabía que era el marido de su mejor amiga, por Dios) pero aún así seguramente luego estaría de morros el resto del día, aunque llegados al punto en el que se encontraban a ella en cierto modo le daba igual. Se había acabado acostumbrando a esos episodios de enfado.
Al principio siempre había creído fervientemente que era culpa suya, que era algo que ella estaba haciendo mal o de forma incorrecta y que por eso se enfadaba de aquella manera, pero al final había llegado a la conclusión de que por mucho que se esforzará en hacer las cosas de la forma correcta siempre acababan igual. Todo porque tenía amigos y él no parecía verlo con buenos ojos. El caso es que había llegado a lidiar con ella y llegada al punto en el que se encontraba le daba incluso igual. Mientras él no hiciera daño a nadie...
- No, la verdad que no tengo ni idea. A lo mejor simplemente quiere desahogarse – Se encogió de hombros – Ya sabes, no debe ser fácil cargar con la barriga y las hormonas revueltas, por mucho que seas su marido hay cosas que solo entendemos entre mujeres – Posó ambos brazos sobre la mesa apoyándose en los mismos – Yo también me alegraré de verla... A ver si consigo convencerla de que se dé de baja, a este paso tiene al bebé en pleno turno – Rió ante su ocurrencia antes de apartarse un mechón de cabello del rostro.
En ese momento se sentía tan bien que se olvidó incluso de las sensaciones extrañas y aquellos especies de deja vus que tenía de vez en cuando y que parecían incrementarse cuando estaba en compañía de William. Una vaga sensación de ya haber vivido algo como aquello y con la misma persona... Totalmente insano e ilógico. William estaba casado con Grace desde... ¿cuándo? Intentó hacer memoria pero al final desistió echándole la culpa de todo aquello al hecho de haberse levantado temprano, y además del matrimonio entre ambos, ella estaba casada con Robert también desde hacia tiempo.
Y fue entonces cuando William le preguntó precisamente por Robert. La morena desvió unos segundos la mirada antes de volver a posarla en William esbozando una sonrisa un tanto forzada. No le gustaba demasiado que le preguntasen por su marido, tenía la sensación de que podrían leer a través de ella y ver que no se sentía en lo absoluto cómoda con su situación en casa (sobretodo desde que las cosas habían empezado a cambiar de un día a otro) a pesar de que ella decía que todo iba perfectamente.
- ¿Robert? – Preguntó como queriendo confirmar que estaba preguntándole por él, a pesar de que estaba cien por cien segura – Está bien, como siempre... – Desvió nuevamente la mirada unos segundos pero esta vez con la intención de mirar el reloj que había colgado en la pared – A punto de comenzar su turno... – Y pensar que ella debería estar trabajando y le estaba dejando toda la tarea pesada a Rebecca y ¿ella? Mejor ni se paraba a pensarlo, aunque claro, también había sido una encerrona por parte de Becks. Se la devolvería, eso seguro. – Aunque seguro que se entera de esto y no le hace la mínima gracia... – Dejó escapar un suspiro y casi al momento lamento haber dicho eso – Pero no pasa nada. ¡No te vayas a sentir culpable o algo ahora! Estoy más que acostumbrada. Rob es algo... especial en cuanto a que me relacione con la gente, creo que tiene miedo... – Pero no sabía porque debía de tener miedo cuando ella siempre le había demostrado ser una persona decente.
Aunque lo que si era cierto es que aquel comportamiento por su parte, era precisamente lo que la estaba alejando de él, que no parecía entenderlo. O quizá simplemente no quería entenderlo.
Lo mejor sin duda, sería cambiar de tema y nada mejor que: ¿Y tú qué? ¿Ilusionado con la llegada de tu primer hijo? Supongo que siendo primerizos os debe de dar un poco de vértigo y todo...
Al principio siempre había creído fervientemente que era culpa suya, que era algo que ella estaba haciendo mal o de forma incorrecta y que por eso se enfadaba de aquella manera, pero al final había llegado a la conclusión de que por mucho que se esforzará en hacer las cosas de la forma correcta siempre acababan igual. Todo porque tenía amigos y él no parecía verlo con buenos ojos. El caso es que había llegado a lidiar con ella y llegada al punto en el que se encontraba le daba incluso igual. Mientras él no hiciera daño a nadie...
- No, la verdad que no tengo ni idea. A lo mejor simplemente quiere desahogarse – Se encogió de hombros – Ya sabes, no debe ser fácil cargar con la barriga y las hormonas revueltas, por mucho que seas su marido hay cosas que solo entendemos entre mujeres – Posó ambos brazos sobre la mesa apoyándose en los mismos – Yo también me alegraré de verla... A ver si consigo convencerla de que se dé de baja, a este paso tiene al bebé en pleno turno – Rió ante su ocurrencia antes de apartarse un mechón de cabello del rostro.
En ese momento se sentía tan bien que se olvidó incluso de las sensaciones extrañas y aquellos especies de deja vus que tenía de vez en cuando y que parecían incrementarse cuando estaba en compañía de William. Una vaga sensación de ya haber vivido algo como aquello y con la misma persona... Totalmente insano e ilógico. William estaba casado con Grace desde... ¿cuándo? Intentó hacer memoria pero al final desistió echándole la culpa de todo aquello al hecho de haberse levantado temprano, y además del matrimonio entre ambos, ella estaba casada con Robert también desde hacia tiempo.
Y fue entonces cuando William le preguntó precisamente por Robert. La morena desvió unos segundos la mirada antes de volver a posarla en William esbozando una sonrisa un tanto forzada. No le gustaba demasiado que le preguntasen por su marido, tenía la sensación de que podrían leer a través de ella y ver que no se sentía en lo absoluto cómoda con su situación en casa (sobretodo desde que las cosas habían empezado a cambiar de un día a otro) a pesar de que ella decía que todo iba perfectamente.
- ¿Robert? – Preguntó como queriendo confirmar que estaba preguntándole por él, a pesar de que estaba cien por cien segura – Está bien, como siempre... – Desvió nuevamente la mirada unos segundos pero esta vez con la intención de mirar el reloj que había colgado en la pared – A punto de comenzar su turno... – Y pensar que ella debería estar trabajando y le estaba dejando toda la tarea pesada a Rebecca y ¿ella? Mejor ni se paraba a pensarlo, aunque claro, también había sido una encerrona por parte de Becks. Se la devolvería, eso seguro. – Aunque seguro que se entera de esto y no le hace la mínima gracia... – Dejó escapar un suspiro y casi al momento lamento haber dicho eso – Pero no pasa nada. ¡No te vayas a sentir culpable o algo ahora! Estoy más que acostumbrada. Rob es algo... especial en cuanto a que me relacione con la gente, creo que tiene miedo... – Pero no sabía porque debía de tener miedo cuando ella siempre le había demostrado ser una persona decente.
Aunque lo que si era cierto es que aquel comportamiento por su parte, era precisamente lo que la estaba alejando de él, que no parecía entenderlo. O quizá simplemente no quería entenderlo.
Lo mejor sin duda, sería cambiar de tema y nada mejor que: ¿Y tú qué? ¿Ilusionado con la llegada de tu primer hijo? Supongo que siendo primerizos os debe de dar un poco de vértigo y todo...
Re: Un día por empezar { Savannah}
Eso que le había dicho era verdad. Estaba casi seguro que había cosas que a él no le contaba, teniendo en cuenta que era su esposo y todo, con la confianza que debería haber. Pero eso era normal, ellas siempre habían sido mejores amigas y siempre habían asuntos que en los que podrían entenderse mucho más por ser temas femeninos, casi como cuando él salía a beber alguna cerveza con algún amigo. El caso era que ese pensamiento, a pesar de ser de lo más lógico no lo dejaba del todo tranquilo. Podía ser que estaba pensando las cosas demasiado y que había entrado inconscientemente en una paranoia. ¿De qué podían hablar? Seguramente eras muchas cosas, demasiadas quizás, pero también tenía el presentimiento que si llegaban al tema “William” la situación podría ponerse más tensa.
Y es que todavía no sabía si a ella le pasaba lo que a él. Si, le parecía, pero había tantos matices de la intensidad que el mismo terminaba haciéndose problemas donde quizás no los había. También era que era difícil poder disfrutar tanto de los pocos minutos que podía pasar con ella al día y que ella no lo sintiese así. En ese momento ella comenzó a hablar y Will no estaba seguro de querer escuchar esa respuesta.
Casi prefería un poco de imprecisión a la claridad de: “A mi y a Robert nos va de maravilla”. La vio, quería poder percibir detalles en cosas que muchas veces eran pasadas por alto como gestos y miradas. Prestó atención y notó como la mirada de ella se alejaba un poco. ¿Nostalgia? Quizás estaba forzando esa deducción… Pero el resto de lo que le dijo hizo mas mella. Anuncios de celos que no deberían existir y eso solo le hacía preguntarse el por qué. Le pareció hasta sonreír un poco en un gesto inconsciente. Pistas.
Ella continuó como si hubiera podido oír esa pregunta en la mente de Will y de paso extendiendo la explicación y antes de eso, un suspiro que le resultó bastante elocuente al doctor.
Y no, él no se sentía culpable y en algún nivel prefería que Rob lo supiera a menos que eso se le hiciera muy complicado a Savannah. Le habló del posible miedo del Sheriff, pero ¿a qué? ¿Podría ser quizás por que las cosas no iban bien entre ellos dos? ¿Sería por qué Rob la notaba diferente últimamente? Quiso averiguarlo pero preguntarlo directamente no sería una buena opción, o bueno, podría ser, pero estando a solas. El mismo se sentía diferente desde hacía algunos días lo que resultaba una coincidencia más que llamativa. Y eso sumado a la sensación de conocerla tan bien y sentirse completo era mucho más importante, él mismo se había sorprendido de esa sensación al punto de sumar algunos libros sobre reencarnación y vidas pasadas a su colección.
-Si, ilusionado y bastante eh. Pero igual, da un poco de miedo. Es una personita que va a depender de uno en todo sentido, por lo que la idea de meter la pata o equivocarse es más temible…-
Al mismo momento en que decía aquello sintió una tranquilidad que internamente solo pudo ser descrita como experiencia. Pero eso no tenía sentido, era imposible, el estaba a punto de ser padre primerizo. No tenía más hijos por lo que la sensación de que solo estaría bien y que la experiencia de la paternidad no le era del todo desconocida lo desconcertó un poco. ¿Lo habría notado Savannah?. No dejó de verla y le sonrió… Un Déjà Vu. Savannah y él. Al parecer se estaba volviendo loco.
-¿Crees que sea niño o niña? Es que no sé. Es que hablan de la forma de la pancita de Grace para adivinar y yo me fío más en las ecografías…-
Dijo como tratando de sacar el anterior pensamiento de su mente. Y era se sentía tan vívido que mas locura parecía recuerdo y eso al mismo tiempo era más ilógico.
William P. Sullivan- Realeza
- Soy : Príncipe Encantador/James
Mensajes : 27
Empleo /Ocio : Médico
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
Todos hubieran pensando que Rebecca se sentía excluída. No era así. Ella sabía que ese pequeño momento era de William y Savannah, encubiertos gracias a las cortinas que descansaban sobre las puertas de cristal y gracias a la camaradería de la ojiverde. Entró a la cocina y lo primero que hizo fue encender el horno. Seguido de esto, sacó los ingredientes de las tartas: pasta hojaldre, peras picadas, canela, miel, etc. Esperó que el horno tuviera la temperatura adecuada. Poco a poco fue formando las tartas de un tamaño mediano para saciar el antojo y no quedarse todo empalagado. Las metió con cuidado y las dejó ahí, mientras veía como tomaban el color dorado.
Agarró un libro que estaba cerca de ella, en su esquina o así la llamaba, solía tener revistas y libros de todos sabores y colores. El elegido fue una revista semanal de cultura, llena de adivinanzas y acertijos. Arrugó ligeramente su nariz y escogió otra. Su corazón y mente estaban tan enredados que no necesitaba de preguntas capciosas. Salió el libro de un autor llamado murakami. Cuando lo abrió en la página 36, salió una pequeña nota en papel de color paja. Era la letra de Charlie. Un nudo en su garganta se formó y guardó el pequeño trozo de papel en su pantalón de mezclilla, decidida a no leerla por ahora.
Observó el contenido del horno con su mirada de lince, verificando que todo estuviera a tiempo. Comenzó a preparar el café que les habóa ofrecidoa los tortolos a sus amigos. En eso tardó 5 minutos y en cuanto hubo espolvoreado canela en sus bebidas, se las llevó con una gran sonrisa. claro, llevaba una taza para ella.
- Aquí están los cafés, ahora traigo las tartas- indicó con una suave sonrisilla. Colocó las tazas enfrente de los comensales y se dirigió a la cocina para sacar las tartas del horno. Dejó que se enfriaran ya que no quería que se quemaran al probar esas delicias. El olor le embriagó y mientras buscaba los platos y cubiertos, sonrió para si misma. Llevando los 3 platos para cada uno, entró a la zona de las mesas. Apenas y habían 4 mesas, era un local no muy grande a pesar de la demanda que estaban teniendo últimamente.
Puso las tartas enfrente de sus amigos y colocó la suya en la silla libre, sentándose por fin. Escuchó lo último que William había dicho, con toda naturalidad del mundo, Katherine externó su opinión. Esperaba no interrumpir nada, aunque una ligera vibra de tensión le recorrió la espina dorsal. Tomó su taza y le sopló sutilmente, el vapor que despedía se tambaleó.
- Yo creo que son gemelos- murmuró y al observar la expresión de ellos dos, rió bastante. Risa cantarina e ingenua.- Como creen, yo estoy casi segura de que será niño. Un presentimiento me lo dice. A mi madre le dijeron que sería niño por la forma de la panza y mira, fallaron. Esas adivinanzas no son muy fiables- comentó y después dió un sorbo a su bebida. Mordisqueó su tarta y sonrió. Estaba demasiado rica y, contenta, le dió otro buen mordisco.
Agarró un libro que estaba cerca de ella, en su esquina
Observó el contenido del horno con su mirada de lince, verificando que todo estuviera a tiempo. Comenzó a preparar el café que les habóa ofrecido
- Aquí están los cafés, ahora traigo las tartas- indicó con una suave sonrisilla. Colocó las tazas enfrente de los comensales y se dirigió a la cocina para sacar las tartas del horno. Dejó que se enfriaran ya que no quería que se quemaran al probar esas delicias. El olor le embriagó y mientras buscaba los platos y cubiertos, sonrió para si misma. Llevando los 3 platos para cada uno, entró a la zona de las mesas. Apenas y habían 4 mesas, era un local no muy grande a pesar de la demanda que estaban teniendo últimamente.
Puso las tartas enfrente de sus amigos y colocó la suya en la silla libre, sentándose por fin. Escuchó lo último que William había dicho, con toda naturalidad del mundo, Katherine externó su opinión. Esperaba no interrumpir nada, aunque una ligera vibra de tensión le recorrió la espina dorsal. Tomó su taza y le sopló sutilmente, el vapor que despedía se tambaleó.
- Yo creo que son gemelos- murmuró y al observar la expresión de ellos dos, rió bastante. Risa cantarina e ingenua.- Como creen, yo estoy casi segura de que será niño. Un presentimiento me lo dice. A mi madre le dijeron que sería niño por la forma de la panza y mira, fallaron. Esas adivinanzas no son muy fiables- comentó y después dió un sorbo a su bebida. Mordisqueó su tarta y sonrió. Estaba demasiado rica y, contenta, le dió otro buen mordisco.
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
Mensajes : 199
Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
Durante algunos momentos, Savannah desvió la mirada hacía la cocina. Le sabía mal que la joven Campbell que además de su socia era su mejor amiga estuviese haciendo todo el trabajo ella sola. No era tonta ni nada por el estilo, sabía perfectamente con que intenciones había hecho Rebecca aquello, aunque no lograba entender el porqué. Era algo que aún tenía que averiguar. Volvió a clavar su atención en William intentando quitarse de su cabeza y su cuerpo todas aquellas sensaciones de culpa.
Le escuchó hablar sobre el bebé y su pronto nacimiento sintiendo que en alguna parte de ella alguna vez pudo pasar eso, pero simple y llanamente Robert y ella nunca habían hablado de tener hijos. Ahora que se lo planteaba al menos en su cabeza, tenía que admitirse a sí misma que no sabía si querría tener algún hijo con su marido. No porque ella no se sintiera preparada o no tuviera ganas, simplemente porque no sabía si quería que él fuese el padre de la criatura. No sabía si a él lo veía capacitado para criar a un hijo y no llenarle la cabeza de absurdeces un tanto machistas y de otra época.
Podía sonar egoísta incluso, pero no quería ese futuro para sus hijos. Era justo lo que estaba diciendo William en esos precisos instantes.
- Ajá... Por eso yo no creo que vaya a tener hijos – Aunque no dijo específicamente “al menos con Robert”. No le gustaba crear cierta imagen de sí misma, y menos en esos momentos en que su cabeza era un caos de sensaciones, emociones y extraños deja vus. En los que solo una persona parecía tener algún sentido en su vida. La persona que no debía hacerla sentir de aquella manera. – No sé si podría encargarme de la educación de una personita... Es demasiada responsabilidad. No me gustaría hacer las cosas mal y luego sentirme responsable de que esa personita no sea como ya había esperado que fuese... Demasiado complicado. Grace a mi modo de ver es muy valiente – Le dedicó una sonrisa a William al tiempo que meditaba sobre todo aquello. Se requería valentía y coraje a su modo de ver. Desde luego criar a un hijo o hija no era tarea fácil – Y tu también, por supuesto.
Justo en ese momento reapareció Rebecca con unas tazas dejando una justo delante de ella, que miró a su amiga con el ceño ligeramente fruncido. ¡Eso ya era pasarse! Aunque al cabo de unos segundos esa expresión cambio a una cálida sonrisa, puesto que sabía que la morena simplemente estaba haciendo las cosas por ella. Se lo agradecería luego en privado a pesar de toda la confusión reinante en su ser.
Había necesitado de aquellos minutos con William, ahora lo veía claro.
La siguió con la mirada entrar en la cocina y volver a salir con las tartas que tenían un olor exquisito – Huelen tan bien como siempre... ¡Ninguna novedad! – Exclamó cuando Rebecca dejó una de las mismas frente a ella con los cubiertos. Estaba a punto de cortar un pedazo para llevárselo a la boca cuando la muchacha soltó aquel comentario que la hizo mirarla unos segundos boquiabierta, con la típica expresión de sorpresa. Solo imaginarse que podían ser dos. Si uno ya era trabajo y responsabilidad... ¡No quería imaginarse dos! – ¡No le des esos sustos a William! – Soltó divertida al tiempo que le daba un golpecito cariñoso en uno de los hombros sin borrar la sonrisa del rostro. – Yo realmente también me fio más de las ecografías... ¿No tiene que ir a hacerse alguna? Tenía entendido que cuando estás de más de cuatro meses ya se puede saber el sexo del bebé... A mí me gustaría saberlo de antemano, para poder prepararlo todo.
Sí, Savannah era así de precavida a veces. Se llevó al fin un trozo de la tarta a la boca y tragó antes de volverse a su amiga con ojos brillantes y una enorme sonrisa plasmada en el rostro - ¡Deliciosa! Creo que te ha salido mejor que nunca... – Luego volvió sus ojos marrones a William – Prueba y verás que tengo razón – Le animó la morena.
Le escuchó hablar sobre el bebé y su pronto nacimiento sintiendo que en alguna parte de ella alguna vez pudo pasar eso, pero simple y llanamente Robert y ella nunca habían hablado de tener hijos. Ahora que se lo planteaba al menos en su cabeza, tenía que admitirse a sí misma que no sabía si querría tener algún hijo con su marido. No porque ella no se sintiera preparada o no tuviera ganas, simplemente porque no sabía si quería que él fuese el padre de la criatura. No sabía si a él lo veía capacitado para criar a un hijo y no llenarle la cabeza de absurdeces un tanto machistas y de otra época.
Podía sonar egoísta incluso, pero no quería ese futuro para sus hijos. Era justo lo que estaba diciendo William en esos precisos instantes.
- Ajá... Por eso yo no creo que vaya a tener hijos – Aunque no dijo específicamente “al menos con Robert”. No le gustaba crear cierta imagen de sí misma, y menos en esos momentos en que su cabeza era un caos de sensaciones, emociones y extraños deja vus. En los que solo una persona parecía tener algún sentido en su vida. La persona que no debía hacerla sentir de aquella manera. – No sé si podría encargarme de la educación de una personita... Es demasiada responsabilidad. No me gustaría hacer las cosas mal y luego sentirme responsable de que esa personita no sea como ya había esperado que fuese... Demasiado complicado. Grace a mi modo de ver es muy valiente – Le dedicó una sonrisa a William al tiempo que meditaba sobre todo aquello. Se requería valentía y coraje a su modo de ver. Desde luego criar a un hijo o hija no era tarea fácil – Y tu también, por supuesto.
Justo en ese momento reapareció Rebecca con unas tazas dejando una justo delante de ella, que miró a su amiga con el ceño ligeramente fruncido. ¡Eso ya era pasarse! Aunque al cabo de unos segundos esa expresión cambio a una cálida sonrisa, puesto que sabía que la morena simplemente estaba haciendo las cosas por ella. Se lo agradecería luego en privado a pesar de toda la confusión reinante en su ser.
Había necesitado de aquellos minutos con William, ahora lo veía claro.
La siguió con la mirada entrar en la cocina y volver a salir con las tartas que tenían un olor exquisito – Huelen tan bien como siempre... ¡Ninguna novedad! – Exclamó cuando Rebecca dejó una de las mismas frente a ella con los cubiertos. Estaba a punto de cortar un pedazo para llevárselo a la boca cuando la muchacha soltó aquel comentario que la hizo mirarla unos segundos boquiabierta, con la típica expresión de sorpresa. Solo imaginarse que podían ser dos. Si uno ya era trabajo y responsabilidad... ¡No quería imaginarse dos! – ¡No le des esos sustos a William! – Soltó divertida al tiempo que le daba un golpecito cariñoso en uno de los hombros sin borrar la sonrisa del rostro. – Yo realmente también me fio más de las ecografías... ¿No tiene que ir a hacerse alguna? Tenía entendido que cuando estás de más de cuatro meses ya se puede saber el sexo del bebé... A mí me gustaría saberlo de antemano, para poder prepararlo todo.
Sí, Savannah era así de precavida a veces. Se llevó al fin un trozo de la tarta a la boca y tragó antes de volverse a su amiga con ojos brillantes y una enorme sonrisa plasmada en el rostro - ¡Deliciosa! Creo que te ha salido mejor que nunca... – Luego volvió sus ojos marrones a William – Prueba y verás que tengo razón – Le animó la morena.
Re: Un día por empezar { Savannah}
Le daba muchísima curiosidad saber, y de hecho no le había preguntado a Grace si es que ella también quería averiguar o era de las que prefería la sorpresa ahí mismo cuando le tocara y le entregasen al bebé aunque lo más seguro era que fuera como él y que cuando se pudiera verían la ecografía y podrían ir pensando en si pintar el cuarto del bebé de celeste o rosado pastel y si es que compraban juguetes de carritos y pelotas en vez muñecas, igual con la ropa, igual con todo.
Y obvio que tendría que haber los gastos de todo aquello… De verdad eran muchas cosas las que pasaban por la mente de William en ese momento y a pesar que a veces le parecía demasiado abrumador también sentía ya había sentido algo similar y que lo había podido superar de la mejor manera.
-¿Cómo que no? ¿Por qué lo dices? Si estoy completamente seguro que serías una madre estupenda, de verdad. Igual, seguro que nos vamos a equivocar pero creo que eso también es normal ¿no?. Yo creo que tú te equivocarías muy poco y piénsalo. Sería un niño o una niña muy feliz que su mamá lo consiente con dulces y pasteles todo el tiempo-
Le dijo sonriéndole porque le nació hacerlo. Y a pesar que estaba por preguntarle más cosas esperaría a que le dijese lo que ella quería contar y de paso animarla ya que de alguna manera y en algún nivel William podía apostar su cuello a que Savannah sería una madre fabulosa, como si fuera natural en ella.
Era un sentimiento extraño pero que se sentía con total claridad, casi como si el mismo hubiese sido testigo de eso. Estiró la mano tocando su hombro para acariciarlo levemente, movimiento acompañado por una sonrisa que hizo sin pensarlo mucho por eso anterior que le había dicho, había sido en serio y esa podría ser una forma de reafirmarlo.
En eso llegó Rebecca con todo lo que había traído. Cafés y las tan prometidas y tremendamente recomendadas tartas. Savannah le había quitado las palabras de la boca, solo con el olor se podía saber que estarían deliciosas. Él, que era intenso amante de los postres, no pudo aguantar demasiado y quiso llevarse la tarta a la boca cuando Rebecca soltó el comentario de los gemelos sacándole una risa que aumentó al oír lo que Savannah decía sobre el tema. Gemelos… nunca se lo habían planteado y en su mente solo habían dudas sobre niño o niña, nunca sobre si sería más de uno.
Podía ser que hasta le tocara uno de cada uno, no era imposible. No sabía si habían antecedentes en la familia de Grace y no podía recordar con claridad si es que en la suya si habían.
-¡Mira que nunca me lo había planteado!. No creo que sean gemelos. Y lo que me espera si es que si son. Me verían venir aquí, ojeroso de la mala noche con un bebé en brazos pero seguiría viniendo, me han vuelto adicto a estas exquisiteces que hacen-
Comentó divertido mientras asentía a lo que le decía Savannah y pudo probar un bocado de la tarta que había hecho Rebecca, estaba perfecta, deliciosa y mucho más, hasta faltaban adjetivos. Hizo los típicos ruiditos de gusto al comer y tras el primer bocado estaba a punto de halagar muchísimo a Rebecca pero miró otra vez a la tarta y le dio otro mordisco, ya podría explayarse con alabanzas cuando la tarta se terminara. Así de rápido ya se había olvidado del trabajo y ya tampoco quería ir a trabajar, prefería quedarse ahí, con Savannah y Rebecca y sus tartas.
William P. Sullivan- Realeza
- Soy : Príncipe Encantador/James
Mensajes : 27
Empleo /Ocio : Médico
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
becca subió sus pies a la silla , acomodándose mientras se echaba para atrás con cuidado. Así estaba más cómoda, perdiendo un poco de seriedad y sonriéndole a sus amigos. Las cortinas abajo apenas y permitían que le luz del sol entrara, lo que daba una atmósfera tranquila. Escuchó a sus compañeros y sonrió, ladeando su cabeza. - Sería con dos bebés. Y aunque sea uno, ofrezco mis servicios como niñera si ustedes gustan.- comentó mientras sonreía cálidamente a William. El chico le caía muy bien. Atento y amable, Becca se entusiasmó mucho cuando se comprometieron él y Grace. Kath había sido su madrina de lazo (?) y había ayudado a organizar y ayudar con la boda a su rubia amiga. Por eso estaba igual de perdida ante el panorama que el triángulo, cuadrado...icosaedro romántico pintaba. Bebió de su café y le agregó un poquito de leche para que el sabor se suavizara.
Negó con la cabeza, frunciendo la nariz. - Que el sexo del bebé sea sorpresa. Ha de ser muy emocionante esa espera, además podrían hacer apuestas y ganar dinero de ese modo- rió ligeramente- lo único sería que el baby shower y los regalos deberán de ser en colores neutro/ambiguos...como amarillo claro o verde menta, usables para niño y niña- comentó segura mientras su mente se imaginaba todo eso. Le encantaba planear eventos, diseñar, cocinar...cosas en las cuales distraerse de la rutina.
Se quedó pensando mientras daba un sorbo a su bebida. A ella le gustaría tener hijos. Como tres. Verlos crecer, ayudarlos, estar con ellos...Suspiró ligeramente. Alguna vez, cuando su relación con Charlie era fuerte y estaba en su áximo punto de confianza mutua, él comentó algo sobre casarse y tener bebés. "Imaginalos, Becca. tendrían tus ojos. Tu boca. " A esa inesperada opinión, la joven habóa sonreído, siguiendole la corriente a Charlie. Sí, ella también habría querido formar una familia con él. Por otra parte, Katherine amaba a los niños siempre y cuando no fueran muy revoltosos y sería un honor muy grato cuidar a bebé Sullivan. Además, coincidió con lo que Savie decía...un bebé es un compromiso de por vida y en ti recae toda su educación. Todo recae en ti.
Rió ligeramente al ver el rostro de Will cuando probó la tarta, olvidando su pensamiento. Chasqueó los dedos, sonriendo abiertamente. - ¡Te dijimos que estaban muy ricas!- exclamó divertida mientras ella le hincaba el diente a su porción de celestial postre. Acomodó su cabello en un chongo bajo y suspiró mientras daba otro mordisco. - ¿Ya tienen pensados algunos nombres?- preguntó curiosa mirando a Will, con su mirada brillosa y entusiasmada.
Negó con la cabeza, frunciendo la nariz. - Que el sexo del bebé sea sorpresa. Ha de ser muy emocionante esa espera, además podrían hacer apuestas y ganar dinero de ese modo- rió ligeramente- lo único sería que el baby shower y los regalos deberán de ser en colores neutro/ambiguos...como amarillo claro o verde menta, usables para niño y niña- comentó segura mientras su mente se imaginaba todo eso. Le encantaba planear eventos, diseñar, cocinar...cosas en las cuales distraerse de la rutina.
Se quedó pensando mientras daba un sorbo a su bebida. A ella le gustaría tener hijos. Como tres. Verlos crecer, ayudarlos, estar con ellos...Suspiró ligeramente. Alguna vez, cuando su relación con Charlie era fuerte y estaba en su áximo punto de confianza mutua, él comentó algo sobre casarse y tener bebés. "Imaginalos, Becca. tendrían tus ojos. Tu boca. " A esa inesperada opinión, la joven habóa sonreído, siguiendole la corriente a Charlie. Sí, ella también habría querido formar una familia con él. Por otra parte, Katherine amaba a los niños siempre y cuando no fueran muy revoltosos y sería un honor muy grato cuidar a bebé Sullivan. Además, coincidió con lo que Savie decía...un bebé es un compromiso de por vida y en ti recae toda su educación. Todo recae en ti.
Rió ligeramente al ver el rostro de Will cuando probó la tarta, olvidando su pensamiento. Chasqueó los dedos, sonriendo abiertamente. - ¡Te dijimos que estaban muy ricas!- exclamó divertida mientras ella le hincaba el diente a su porción de celestial postre. Acomodó su cabello en un chongo bajo y suspiró mientras daba otro mordisco. - ¿Ya tienen pensados algunos nombres?- preguntó curiosa mirando a Will, con su mirada brillosa y entusiasmada.
Rebecca K. Campbell- Humanos
- Soy : Caperucita Roja
Mensajes : 199
Empleo /Ocio : Pastelera.
Fecha de inscripción : 25/06/2012
Re: Un día por empezar { Savannah}
¿De verdad pensaba que podría ser una madre estupenda? Ojala ella se sintiera tan segura de ello, claro que si lo pensaba muy detenidamente llegaba a la conclusión de que era por Robert y no por ella misma que quería tener niños y que por eso buscaba como excusa que no creía ser una buena madre. – Sí, nadie nace sabiendo. Nadie nace sabiendo criar a un hijo desde luego – Todas las personas se equivocaban antes de hacer las cosas de forma correcta y criar a un hijo realmente no era nada que pudieras saber antes de tenerlo. No era algo que pudieran enseñarte, aunque Savannah era de aquellas personas que creían en el instinto maternal y en saber lo que tenías que hacer cuando lo tenías entre tus brazo – No sé yo si consentirle dulces y pasteles sería de buena madre – Bromeó antes de sonreír. No, aunque fuera pastelera ella no le hubiese consentido dulces y pasteles todo el día.
A Savannah le hizo gracia que William dijera que nunca se había planteado tener gemelos, aunque quizá de quedar ella embarazada tampoco se lo habría planteado. De todos modos fueran uno o dos, niño o niña, lo importante de todo aquello era que el bebé estuviera bien, y suponía que tanto William como Grace pensaban de la misma manera que ella – Vaya… Supongo que es bueno que seas adicto a nuestras exquisiteces… de otra manera no ganaríamos dinero – Le guiñó un ojo sonriendo dándole después un sorbo a la taza de café que le había traído Rebecca pasando su mirada a la muchacha que hablaba del sexo del bebé – Sí, yo también creo que preferiría que el sexo del bebé fuese una sorpresa, aunque eso lleve a tener que comprar cosas en colores neutros… ¿qué más da el sexo al final si el bebé está bien? – Preguntó manteniendo la taza de café sujeta con sus manos sin que tocase la mesa. – ¡Tienes que decirle a Grace que haga una baby shower! – Añadió de súbito. Seguro que sería algo divertido de celebrar con su amiga antes de la llegada del bebé.
Y entonces salió otra de las preguntas estrella cuando se trataba de bebés: el nombre. Savannah dejó la taza sobre la mesa atacando nuevamente el pastel con el tenedor y el cuchillo y llevándose sendos trozos a la boca. No sabía como podía ser un pastel algo tan exquisito como aquello. En realidad lo más curioso es que muchas veces se tardaban horas en realizar un pastel o una comida que luego era ingerida en cuestión de minutos. Posó la mirada en Rebecca dedicándole una sonrisa de agradecimiento y luego volvió a mirar a William manteniendo la sonrisa en el rostro – ¡Cierto! ¿Habéis pensado ya nombres para el futuro o futura Sullivan? Aunque seguro que Grace tiene una lista enorme de nombres – Rió ante aquello, pues estaba casi segura al cien por cien de lo que acababa de decir, después de todo las mujeres siempre eran más exageradas en esos aspectos a no ser que fuese una completa pasota. – ¿Tú tienes alguno pensado? Hay tantos nombres bonitos… Ese es el problema – Acabo diciendo, aunque ella creía que cuando veías la carita del bebé era cuando sabías exactamente que nombre le quedaba bien, cual era el nombre que le pertenecía.
La mujer se llevó nuevamente la taza a los labios dándole unos cuantos sorbos antes de que sus ojos marrones se desviaran de forma totalmente inconsciente hasta el reloj que tenían en la pastelería dándose cuenta de que prácticamente era la hora de que William se fuera al trabajo. Sintió un nudo en el estómago y que aquel tiempo en su compañía se le había hecho horriblemente corto y le habría gustado alargarlo, pero… - ¡Qué horas son! No me gustaría que llegases tarde al trabajo por nuestra culpa. – Totalmente cierto. Se sentiría culpable si le dijeran algo en el trabajo y fuese por haberse quedado allí con ellas. Con ella.
A Savannah le hizo gracia que William dijera que nunca se había planteado tener gemelos, aunque quizá de quedar ella embarazada tampoco se lo habría planteado. De todos modos fueran uno o dos, niño o niña, lo importante de todo aquello era que el bebé estuviera bien, y suponía que tanto William como Grace pensaban de la misma manera que ella – Vaya… Supongo que es bueno que seas adicto a nuestras exquisiteces… de otra manera no ganaríamos dinero – Le guiñó un ojo sonriendo dándole después un sorbo a la taza de café que le había traído Rebecca pasando su mirada a la muchacha que hablaba del sexo del bebé – Sí, yo también creo que preferiría que el sexo del bebé fuese una sorpresa, aunque eso lleve a tener que comprar cosas en colores neutros… ¿qué más da el sexo al final si el bebé está bien? – Preguntó manteniendo la taza de café sujeta con sus manos sin que tocase la mesa. – ¡Tienes que decirle a Grace que haga una baby shower! – Añadió de súbito. Seguro que sería algo divertido de celebrar con su amiga antes de la llegada del bebé.
Y entonces salió otra de las preguntas estrella cuando se trataba de bebés: el nombre. Savannah dejó la taza sobre la mesa atacando nuevamente el pastel con el tenedor y el cuchillo y llevándose sendos trozos a la boca. No sabía como podía ser un pastel algo tan exquisito como aquello. En realidad lo más curioso es que muchas veces se tardaban horas en realizar un pastel o una comida que luego era ingerida en cuestión de minutos. Posó la mirada en Rebecca dedicándole una sonrisa de agradecimiento y luego volvió a mirar a William manteniendo la sonrisa en el rostro – ¡Cierto! ¿Habéis pensado ya nombres para el futuro o futura Sullivan? Aunque seguro que Grace tiene una lista enorme de nombres – Rió ante aquello, pues estaba casi segura al cien por cien de lo que acababa de decir, después de todo las mujeres siempre eran más exageradas en esos aspectos a no ser que fuese una completa pasota. – ¿Tú tienes alguno pensado? Hay tantos nombres bonitos… Ese es el problema – Acabo diciendo, aunque ella creía que cuando veías la carita del bebé era cuando sabías exactamente que nombre le quedaba bien, cual era el nombre que le pertenecía.
La mujer se llevó nuevamente la taza a los labios dándole unos cuantos sorbos antes de que sus ojos marrones se desviaran de forma totalmente inconsciente hasta el reloj que tenían en la pastelería dándose cuenta de que prácticamente era la hora de que William se fuera al trabajo. Sintió un nudo en el estómago y que aquel tiempo en su compañía se le había hecho horriblemente corto y le habría gustado alargarlo, pero… - ¡Qué horas son! No me gustaría que llegases tarde al trabajo por nuestra culpa. – Totalmente cierto. Se sentiría culpable si le dijeran algo en el trabajo y fuese por haberse quedado allí con ellas. Con ella.
Temas similares
» Fue encontrarte y empezar a quererte. {Vick & Mike}
» Savannah Monroe
» El rinconcito de Savannah
» Y ahora, ¿qué? [Savannah]
» Aburrimiento por maternidad [Savannah]
» Savannah Monroe
» El rinconcito de Savannah
» Y ahora, ¿qué? [Savannah]
» Aburrimiento por maternidad [Savannah]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Nov 14, 2013 11:52 pm por Invitado
» fairy tales returns elite
Vie Oct 18, 2013 9:50 am por Invitado
» Ciudad Silenciosa (Cazadores de Sombras RPG) ~ Afiliación Elite
Dom Ago 04, 2013 4:28 am por Invitado
» ¡REVIVAMOS STORYBROOKE!
Sáb Ago 03, 2013 9:00 am por Evelynn Stratford
» Creando Mundos [Normal]
Vie Ago 02, 2013 2:37 pm por Invitado
» Registro de nombre y apellido
Lun Jul 29, 2013 12:46 pm por Adah S. Hunter
» Registro de Empleo
Lun Jul 29, 2013 12:45 pm por Adah S. Hunter
» Registro de avatar
Lun Jul 29, 2013 12:41 pm por Adah S. Hunter
» Adah Samantha Hunter {ID}
Lun Jul 29, 2013 12:37 pm por Adah S. Hunter