Cronología de James H. Downey

Increíble y dolorosamente sincero. Cuando conoce a otra persona no tiene miedo a decir lo primero que se le viene a la cabeza, incluyendo insultos, por supuesto. Da su opinión sobre la otra persona sin miramientos, tan pronto llama a la otra persona atractiva para luego insultar su forma de ser o al contrario, según lo que piense. Suele ser muy hiriente puesto que no mide sus palabras.

Tiene un carácter inestable, enfadándose enormemente con cualquier cosa, malinterpretando las palabras que le dicen (aunque siempre echará la culpa a la otra persona). Todo lo "malo" que le pasa es a causa de los demás. Ellos tienen la culpa de todo lo que pasa, que las cosas no salgan como él quiere.

Es demasiado competitivo. Desde joven aprendió a ser el mejor, a que debía ser el mejor para ser importante. Se enfada mucho cuando pierde, pero nunca se sabe exactamente como reaccionará. Algunas veces mentirá, felicitará a aquel que ha sido capaz de arrebatarle la victoria y truncar sus planes, pero siempre irónicamente, con una sonrisa demasiado falsa mientras su mente planea una venganza.

Le encanta la venganza. Le encanta regodearse del dolor de los demás, le satisface. Basta con que se rían de él, de algo que haga para que jure venganza. Y hay que tener por seguro que la llevará a cabo le cueste lo que le cueste. Se le da bien juzgar los puntos débiles de la gente. Es, pues, una persona muy calculadora.

Tiene trastorno por déficit de atención, cuyas consecuencias en su carácter son bastante claras: se distrae mucho en cualquier tipo de situación (muchas veces acaba perdido por la ciudad), es incapaz de estar quieto, siempre moviendo algún objeto o su propio cuerpo (moviendo los dedos de las manos, los pies, pestañeando mucho).

Envidioso. Tiene envidia a todo lo que poseen los demás, aunque no le guste esa determinada cosa. Por ejemplo, si ve a un niño por la calle con un helado, querrá ese helado, odiará al niño por tener el helado que él no. Es un poco infantil en ese aspecto.

Sin embargo, uno de sus rasgos más destacados, aquel que se ve a simple vista, es su torpeza. Tropieza con todo, lo pierde todo. Vamos, es un payaso que no pretende serlo, puesto que acaba metido en situaciones muy ridículas. No es bueno menospreciarlo por ello.