Un fin de semana cargado de novedades [Ender/Zack/Alex]

Llevaba toda la mañana nervioso y estaba seguro del porque. Sabía que su tio y su amigo Ender tenían algo, pero que lo hubiera invitado a pasar el fin de semana tenía que ser una buena señal. Le gustaba Ender, y mas todavía si era el novio de su tio. Porque nadie se lo había dicho, pero él lo suponía. Y esperaba no equivocarse, el rubio le caía demasiado bien.
Además le había prometido hacía unas pocas semanas que le regalaría un cachorro de perro y esperaba impaciente el dia que esa promesa se cumpliera. Cuando su tio había hablado con el otro por teléfono a primera hora este le había dicho que tenía algo especial para el mas jóven y enseguida se puso a pensar que podía ser. Él estaba seguro de que era el cachorro prometido. Ansiaba tenerlo. Tenían un jardin lo suficientemente grande para que un perro se sintiera a gusto, y a veces, cuando Paula estaba castigada y su tio estaba trabajando, Alex se encontraba un poco solo. No era que le molestase, pero a veces le asustaba un poco estar solo en una casa tan grande. Normalmente se ponía a jugar a la consola o a leer algun libro y se le pasaba, pero lo peor eran los dias de viento. La gata de su tio Zack no era lo mismo que un perro. Era demasiado independiente y Alex pensaba que no le caía demasiado bien, pues casi nunca dejaba que la tocara y algunas ocasiones incluso le había bufado.
Sonó el timbre y el muchacho salió corriendo hacia la puerta, abriendola incluso antes de que a su tio le diese tiempo a reaccionar. Sabía a quien encontraría en el otro lado y estaba expectante, pero al abrir la sorpresa y la alegría fueron todavía mayores al ver al cachorro tricolor que el chico llevaba en brazos. ¡Ender!¡Lo has conseguido! Se apartó enseguida a un lado, mucho mas contento de pronto, esperando con ansias el momento en que pudiera tener al cachorro con él. Le encantaban los perros. Te dije que lo haría, ¿no? Yo siempre cumplo mis promesas. Notó como le revolvía el pelo con la mano libre. Era algo que odiaba que hicieran con él, pero en aquel momento no le importó. Esperó con paciencia, pero apenas tuvo que hacerlo unos segundos porque el mayor debió de oler sus ansias y le pasó al cachorro. Es un macho, tiene un mes y medio y es muy mimoso. Tendrás que ponerle un nombre bonito. Notó que el mayor, al mismo modo que él, estaba impaciente por algo y enseguida supo por qué. Lo observó dejar un paquete que no sabía que debía de ser sobre la mesa del salón y aprovechó el momento. ¡TITO ZACK!¡HA LLEGADO ENDER! Observó al cachorro en sus brazos con la mayor de sus sonrisas, soltando una risotada cuando le lamió la barbilla. Es genial Ender, ¡gracias! Te prometo que lo cuidaré bien. Le rascó entre las orejas y lo dejó en el suelo, observandolo mientras el muy curioso olisqueaba sus pies. Le gustaba el cachorro, muchisimo. Tendría que pensar en una forma de agradecerselo a Ender, pensó mientras oía los pasos de su tío en la parte mas alta de la escalera en dirección a la planta baja.

cachorro:

Estaba muy nervioso, no sabía cómo se iba a tomar Alex que Ender y yo estuviéramos juntos como más que amigos. Sabía que mi chico y él habían hecho buenas migas y me alegraba por eso, pero no era lo mismo que Ender fuera mi amigo a que fuera mi novio. Había estado todo el día sin atinar en lo que hacía, no solía ser así de despistado pero por más que intentaba ocultar mi nerviosismo no podía. En la mañana había sido capaz de romper un vaso que se me había caído en el desayuno, darme de bruces contra la puerta que daba al jardín, tropezarme con la mesita que había al lado del sofá con el teléfono, meter la ropa para lavar en la secadora sin lavarse e incluso ponerle a Luna una lata de paté en vez de su lata de atún. La gata me había mirado con cara de "¿Qué hace este?". No daba pie con bola.

Tenía ganas de ver la cara de Alex al recibir el perro que Ender le había prometido. Me encantaban los animales pero me preocupaba saber cómo se iba a llevar con Luna. Era una gata independiente aunque conmigo siempre había sido cariñosa, con Alex le costaba más adaptarse ya que era nuevo por así decirlo, pero sabía que aunque le hubiera bufado más de una vez le protegería como a nadie. Así era nuestra gata.

Me había metido en la ducha hacía pocos minutos, me encontraba como siempre cantando y con la música puesta. Me encantaba estar bajo el agua caliente con la música puesta. No sabía qué estaba pasando abajo hasta que salí de la ducha y apagué la música. Entonces pude reconocer ambas voces hablando. -Mierda! Dije poniendome aún más nervioso y salí corriendo a vestirme, claro que pies mojados y correr no era buena mezcla por lo que patiné cayendome de culo en el pasillo. -Joder! Exclamé levantandome mientras me acariciaba el trasero por el dolor. Entré en la habitación mientras ellos hablaban y me puse lo primero que pillé, unos tejanos rotos y una camisa de cuadros azul.

Escuché un leve ladrido de perro por lo que ya intuí que Ender se lo había dado. Sonreí de oreja a oreja entrando en el lavabo de nuevo para peinarme y acicalarme. Ante el grito de Alex que me avisaba de la llegada de Ender no dije nada, estaba demasiado ocupado arreglandome. Pronto empecé a bajar las escaleras cuando vi al perro olisquear los pies de Alex, acostumbrandose a él. Sonreí de oreja a oreja y me acerqué a Ender dándole un fuerte abrazo. -Ender! Dije con suma alegría y amor en mis ojos. Le habría dado un beso pero hasta que no se lo dijeramos a Alex prefería no hacer evidente que éramos pareja. -Vaya! Qué bonito! Dije agachandome a acariciar al perro por el lomo. -¿Has pensado en el nombre Alex? Dije viendo como de la nada aparecía Luna estirandose. -¿Se llevarán bien? Dije señalando con la cabeza. Me había quedado al lado de Ender, y antes de seguir la noche quería hablar con Alex de lo nuestro.

-Alex... Tengo que decirte algo... Miré de reojo a Ender con una sonrisa leve pero preocupada. Suspiré tomando fuerzas para contarselo de una vez porque quería estar con ellos como lo que éramos, una "familia". -Bueno, verás... es que... yo... Ender... mmm bueno... No atinaba cómo decirselo y me empezaba a poner nervioso por ver su reacción.

Paso por la perrera temprano. No sabía exactamente que cachorro elegir, pero tengo claro que tengo que llevarlo hoy. Me muero de ganas por ver la cara de Alex, pero sobretodo me hace ilusión pasar un fin de semana entero con mi chico y su sobrino. Es como...¿cómo lo llamó? Un "intento de convivencia". Me subo a las nubes solo de pensar en la idea de vivir juntos, de estar veinticuatro horas al lado del otro. Tengo muy claro que en caso de una mudanza sería yo el que se mudaría con ellos. Estar todo el día rodeado del olor de Zack es algo demasiado genial como para hacerme ilusiones tan rapido. Al fin y al cabo solo hace un par de meses desde que hemos empezado con esto, nunca se sabe que camino pueden tomar las cosas... pero por mi arranco el freno y meto la sexta sin despegar el pie del acelerador. Todo recto y sin frenos.
Me he pasado casi una hora para prepararme una bolsa con ropa para este fin de semana. Tampoco es que fuera tan dificil, hoy ya voy vestido, siempre duermo en boxers...¡ropa para un solo dia no podía llevarme tanto tiempo! Pero si. Cada vez que veía a Zack, -pese a que nos hemos visto infinidad de veces desde que nos conocemos- tenía que intentar verme al menos, presentable. Es una completa tontería, lo sé, pero me sale inconscientemente.
Con la bolsa en el jeep, entro en la perrera y enseguida los ladridos de decenas de cachorritos y no tan cachorritos me recibe. Los tienen cerca de la entrada para que a la gente les den pena y se los lleven. No hay nadie en el mostrador asi que mientras espero me agacho frente a las jaulas, observando a todos los que se apelotonan mirandome con esas colitas tan alegres moviendose de lado a lado. Meto un dedo entre las rejas y uno de ellos me da un lametón. Me rio y rasco un par de hocicos hasta que me atienden y explico lo que vengo a buscar. De entre todos me sacan tres perros. Uno será grandecito, y el otro es uno de esos salchichas. Y luego esta el tercero, el que me ha conquistado nada mas mirarlo con esos ojitos de pena y esa carita que dice "vamos, llevame contigo".
Al final salgo de allí media hora mas tarde con el cachorrín en brazos. Me aseguro de atarlo bien a los pies del asiento de copiloto y salgo en dirección a casa de los chicos, parando frente a la puerta y tomando aire antes de coger al cachorro y bajar del coche, llamando una sola vez al timbre. No me da tiempo a dar una segunda timbrada cuando un sonriente Alex me abre la puerta.
Pasan unos minutos desde que le entrego al cachorro hasta que veo bajar a Zack por las escaleras. Joder, podría jurar que cada vez que lo veo me gusta mas. Contengo las ganas de darle un beso y simplemente respondo su abrazo, aprovechando para susurrar en su oido. Te he echado de menos... Me separo mas sonriente que nunca, pero su siguiente movimiento me toma por sorpresa. ¿De verdad se lo va a decir? Espero unos segundos, pero viendo como se retuerce las manos, juraría que no. Entonces es Alex el que me sorprende con una ligera risita entre dientes mientras nos mira a ambos. ¿Qué sois novios quieres decir? Ya lo sabía. Sube otra vez al cachorro en sus brazos y se queda tan ancho. Mi primera reacción es asombrarme, pero en cuanto veo la cara de Zack suelto una carcajada y rodeo su cintura con un brazo, dandole un beso en la mejilla. Alucina, ya te lee la mente. Bromeo, todavía riendome. Mejor si ya lo sabía, no parece que le siente mal ni que le disguste... eso lo hará todo mas fácil.

Sonreí ante lo que me susurró al oído muriendome de ganas por darle un beso cariñoso y tierno. Y fue entonces cuando me lancé a decirle a Alex que Ender y yo éramos pareja. Pero lo que dijo el pequeñajo me tomó por sorpresa. Abrí los ojos mirandole con fijeza. -L-lo sabías? Me llevé una mano a la nuca y me rasqué la cabeza sonriendo feliz de que se lo tomara bien. -Menos mal que me has cortado y así no he hecho el tonto. Me reí con ganas poniendo la mejilla cuando Ender me dio el beso. Me reí negando con la cabeza -Es muy listo Le acaricié la cara a Alex sonriendo.

-¿Bueno... y qué queréis de cenar? Pregunté para saber bien lo que hacer para cenar. Me gustaba cocinar y más si era para personas que quería como ellos dos. En aquel momento me sentía plenamente feliz de tenerlos a ambos, de formar aquella familia. No podía estar más contento y alegre por saber que estaba consiguiendo mi felicidad, de que Alex tendría una familia a pesar del accidente de su madre, Ender y yo podíamos ofrecerle un hogar, una familia y hacerle más feliz. Eso era sin duda lo mejor.

Entonces me fijé en que Luna se ponía a bufarle al perro que empezaba a juguetear con ella. Luna no estaba para juegos y temía que le sacara las uñas al pobre así que la cogí entre mis brazos acariciandola para que se calmara y así hizo. -Espero que se acostumbren, no me gustaría que se pelearan. Suspiré caminando con ella en los brazos. -Ahora tendremos que comprarlo todo para el nuevo miembro de la familia. Dije mirando a Ender como si fuera él el nuevo miembro. -¿Cómo te gustaría que fuera tu cama cielo? Bromeé divertido soltando una leve risa. Luego miré a Alex aún sonriendo. -Ahora no te quedarás tanto rato solo. Sonreí con algo de culpabilidad. Me sentía mal por tener que dejar a Alex muchas veces solo, sentía que estaba fallando.

No podía mas que emocionarse ante la idea de que su tio al final hubiese admitido estar de novios con Ender. El mayor le caía bien, y además se le daban bien los dulces...¡y anda que a Alex no le gustaban los dulces ni nada!
Desvió la mirada del cachorro sin nombre hasta su tio con los ojos brillantes, mirandolos alternativamente a él y a Ender. ¿Podemos hacer pizza?¿O Hamburguesas? Pizza mola mas...¿sabeis hacer pizza? Había hecho pizza con su madre algunas veces, pero era siempre ella la que se encargaba de preparar la masa, él solo se dedicaba a golpearla. Su madre lo dejaba hacerlo porque sabía que eso le divertía, pero nunca se había preocupado en fijarse para saber hacerla. Él solo golpeaba la masa y luego al extenderla le ponía todo tipo de ingredientes variopintos que nunca salían mezclados en las pizzas que se compraban. Solían llamarlas las pizzas de todo y un poquito mas.
Se rió por lo bajo cuando su tio hizo amago de tratar a Ender como una mascota. Por suerte este no pareció ofenderse. Le gustaba tener a Ender en casa, era divertido y siempre tenía ideas locas, como el día que llegó con un montón de pinturas y pinceles gordos y pintaron su habitación a base de brochazos de colores y todo salpicado de pintura. Hasta tiraron globos que dejaron manchas enormes donde luego cuando se secó pudieron colgar fotos. Desde entonces su habitación le gustaba mucho mas. Yo tengo algunas masas de pizza congeladas en casa... si me dais algo de tiempo puedo ir a buscarlas. O podemos ir al super a comprar ingredientes y preparamos otras... Cogió al cachorro, esperando a que su tio decidiera. Eso ya era cosa de los mayores, él ya estaba contento con la idea de tener pizza casera. Estaba mucho mas rica que las de compra, muchisimo. Le rascó entre las orejitas al animal, que no paraba de intentar morderlo entre juegos. Soltó una ligera risita y le dió un beso en el morro. Creo que lo llamaré Rush, como Ender... ¡asi siempre me acordaré de que me lo has regalado tu! Le dedicó una sonrisa y agarró mas fuerte al cachorro que se le escurría hacia el suelo, mirandolo. ¿Te gusta Rush?¿eh? Soltó una carcajada cuando el perro le lamío la nariz, sentandose en el suelo y dejando al perro corretear olisqueando a su alrededor.

Me alegraba poder estar con ellos dos sabiendo que ambos se caían bien. Iban a ser mi familia y aquello era muy importante para mí. Me reí viendo como Alex nos miraba, era un niño increíble, no tenía palabras para definir al chiquitajo. Sonreí asintiendo, su madre me había enseñado a preparar la masa en alguna cena en la que se había quedado con ella aún cuando Alex no había nacido. -Tú madre era una experta, espero que me salga igual que a ella. Asentí dándo a entender que sí que sabía hacer la masa. -Podemos hacer una pizza de todo y un poquito más. Conociendo a su madre sabía que le habría enseñado a hacer pizzas de aquel tipo. -Podríamos llamarla la Pizza Sue Dije totalmente encantado con mi idea pensando que sería un buen homenaje a su madre y a las pizzas tan buenas que solía hacer. Sabía que Ender no se iba a tomar a mal mi broma, me gustaba poder bromear con él. Me lo pasaba muy bien y me hacía reir mucho. ¿Qué más podía pedir? Miré a Ender con una sonrisa. -No hace falta amor, de vez en cuando hago pizzas así que tengo los ingredientes necesarios. Además hace dos días que hice la compra y no he gastado casi nada aún. La verdad es que no había tenido casi tiempo de hacer comidas elaboradas y sabía que para Alex tampoco era bueno comer cosas precocinadas, pero el tiempo no era demasiado. Vi cómo Alex jugueteaba con el cachorro, me enternecía demasiado como para contener las lágrimas, pero lo hacía. Miré a Ender sonriendo -Me gusta Rush, espero no confundirme al llamarlos. Me volví a reír bromeando negando con la cabeza. -¿Bueno, vamos a preprar las masas o cenamos mañana? Dije siempre manteniendo la sonrisa en mi rostro. Caminé hacia la cocina y al llegar a ella rebusqué entre los ingredientes necesarios para hacerla. Saqué la harina, el agua, la sal y la levadura. -Bueno, ¿cómo estáis de hambre? Saqué del armario de abajo tres fuentes y tres batidores. -Yo tengo mucha así que... Dije sonriendo. -¿Os parece si hacemos tres pizzas? Alterné la mirada entre ambos con una sonrisa. -Primero hay que lavarse esas manos niños Dije tomando un papel bromista de padre, llamaba niño a Ender porque a veces era como uno, lo que lo hacía más divertido. -¿Sabéis o os tengo que enseñar? Dije con ternura encantado de tener aquella escena tan familiar.

Observo al muchacho con el cachorro y lo bien que se desenvuelven ambos el uno con el otro no hace mas que asegurarme que he hecho una buena elección. No se como habría sido con cualquiera de los otros dos cachorros, pero esta claro que estos dos van a ser grandes amigos. Me acerco a Zack con una leve sonrisa y le doy un mordisco en el cuello como respuesta por sus bromas. Yo prefiero Ender, llama Rush al perro. Le guiño un ojo y lo abrazo por la espalda una vez en la cocina, escuchando de fondo las risas del chico y los pequeños ladridos infantiles del cachorro. Apoyo la barbilla en su hombro y le doy un beso bajo la oreja. Aunque sin duda mi preferido es cuando me llamas a suspiros en la cama. Río levemente cuando veo que le suben los colores y acaricio brevemente su abdomen bajo la camiseta con uno de mis pulgares, dandole un beso tierno en ese punto en el cuello que he descubierto que lo hace temblar, separandome de él y ayudandole a mezclar los ingredientes de la base. ¿No le echas cerveza? Funciona mucho mejor que la levadura, aunque yo le pongo ambas cosas, asi el borde queda esponjoso y la base crujiente. Le guiño un ojo y preparo el bol de Alex con las medidas correctas de cada cosa, acercandome a la nevera y sacando un botellín de cerveza, repartiendolo entre los tres boles antes beberme el trago sobrante. Cuando tengas dieciséis, Alex, te invitaré a tu primera cerveza. Le hablo como si estuviera contandole un gran secreto del que Zack no tuviera que enterarse, aunque lo tuvieramos al lado y este plenamente consciente de nuestra conversación.
Veinte minutos mas tarde hay tres bandejas en el horno con tres pizzas similares pero a la vez muy diferentes. De hecho, a una de ellas habíamos acabado por añadir una capa de chocolate y lacasitos. Me han mirado los dos con cara de zombies cuando lo he propuesto pero al final se han arriesgado a probar. Será un postre exquisito. Le quito algo de harina a Alex del pelo y vuelvo a pasarle el brazo por los hombros, los tres sentados sobre la mesa de la cocina. Creo que ha quedado algo de bacon. ¿Se lo damos a Rush? Le he comprado algo de comida para cachorros en la perrera, pero creo que eso le gustará mas. Podrias enseñarle trucos, seguro que lo conviertes en un perro maravilla.

Aquello era un sueño, pero las sorpresas no habían acabado, al menos no para Alex, tenía algo más que contarle pero lo haría durante la cena esperando que le ilusionase la idea. Vale, no fue propio que me mordiera el labio inferior al sentir el mordisco en mi cuello por parte de mi chico, pero... era un punto demasiado débil como para poder evitarlo. Me reí seguido con su comentario negando con la cabeza de forma divertida. Mientras preparaba todo sentí su abrazo por la espalda acariciando sus brazos que rodeaban mi contura. Giré mi cabeza para mirarle como podía en aquella posición, escuchando de fondo las risas de mi hijo, porque para mi ya era mi hijo, y los ladridos del cachorro. Me sonrojé bastante cuando le oí decir aquello suspirando por el beso bajo la barbilla. -Tonto... Dije con una risilla nerviosa. -Muchas gracias por todo esto Le dije con una sonrisa sincera después de que me acariciara haciendome estremecer, al sentir el beso además, mordiendome el labio inferior nuevamente. Antes de que se pusiera a ayudarme a mezlcar los ingredientes le di un dulce beso en los labios y me puse a hacer lo que nos ocupaba. -Oh! Es verdad.. se me había olvidado! Negué rodando mis ojos por lo despistado que era muchas veces. Vi como se dirigía a la nevera y echaba el botellín en los tres boles repartiendolo con justa medida. -Cuando Alex tenga dieciséis más vale que se centre en sus estudios... Dije de espaldas a ellos mientras dejaba todo listo para luego girarme y darle un enorme beso en la mejilla a Alex, de esos sonoros haciendo un poco de broma con ello. -A ver si os tendré que castigar a los dos... Les miré alzando una ceja como si les reprendiera para luego sonreír con cariño completamente feliz ante aquella escena. No me acababa de convencer la idea de Ender de pringar una de las pizzas con chocolate y lacasitos... no sabía como iba a acabar el asunto la verdad, pero todo era probarlo. Viendo que Ender le quitaba la harina del pelo del chico, sentados los tres en la mesa esperando que se hicieran las pizzas se me ocurrió algo un tanto infantil, pero que tenía muchas ganas de hacer. Mientras Ender hablaba con Alex sobre el perro me levanté con una sonrisa pícara y cogí la harina. -Yo sé hacer un truco mirad. Cogí un puñado de harina en mi mano la abrí cual mago y soplé llenandoles a los dos la cara con harina para luego coger otro puñado y lanzarselo en la distancia. Me eché a reir a carcajadas. -Parecéis dos muñecos de nieve! Dije señalandolos continuando con mis carcajadas.

Se rie de las cosas que hacen su tio y Ender. Son un par de locos, pero le gustan. Osea, no es como si estuviesen locos de verdad... solo les gusta pasarselo bien. Eso esta guay, porque significa que también él se lo pasa bien, aunque solo sea viendolos. Como si tu no hubieses probado la cerveza hasta la mayoría de edad... He dicho probar, no dejar que se aficione hombre. Recibe un guiño de ojo del rubio y sonrie levemente. No entiende que le ven de interesante los mayores a la cerveza. Le basta con olerlas para saber que no le gustan. Es lo mismo que el vino o el champán. ¿Por qué les gusta si sabe tan mal? Su madre le había dejado probar alguna vez y desde luego él prefería sus refrescos.
No recuerda exactamente como tiene que hacerse, pero con la ayuda de Ender y de su tio y fijandose en como lo hacen ellos, acaba consiguiendo una masa bastante decente. Pasan un rato largo tonteando con los ingredientes ¡e incluso hacen una pizza de chocolate y lacasitos! Es raro, pero es divertido. Se sientan en la mesa de la cocina en cuanto acaban y no puede evitar mantener la mirada siempre un rato en el horno que su tio ha dejado con la luz encendida mientras las pizzas van haciendose poco a poco. Solo con el olor que desprenden ya se le hace la boca agua y cada vez tiene mas hambre.
Se puso a hablar con Ender sobre Rush. Nunca le ha enseñado trucos a un perro, pero tiene muchas ganas de probarlo. Si aprende a enseñarle hay un montón de cosas que se le ocurren. Hasta hacerlo un perro maravilla, como dice Ender. Mira a su tio cuando dice que sabe hacer un truco. Piensa que él solo le ha visto hacer trucos con las cartas, pero cuando se encuentra con toda la cara llena de harina le queda todo claro. Mira a su tio cruzado de brazos, con harina por todas partes. ¡Eh!¡Que yo ya me había duchado hoy! Odia las duchas. Y mas ahora que se esta calentito en la ducha y en cuanto sales te congelas de frio. No le gusta el invierno. Aunque tecnicamente todavía sea otoño, el frio que hace es caracteristico del invierno y no le gusta. Bufa, pero solo consigue que salga una nube de harina. Apenas le da tiempo a ver a Ender saltar de la mesa cuando ya ha soltado un puñado entero de harina sobre la cabeza de su tio. Empieza a entender de que va la cosa. Él no va a quedarse corto tampoco. Aprovecha que los dos mayores estan distraidos con sendos puñados de harina intentando tirarselo el uno al otro para coger uno él y acercarse a su tio por la espalda, tirando un poco de su pantalón y dejando caer el puñado de harina dentro de sus pantalones, notando como el cuerpo de su tio se tensa y se gira hacia él. Pone la cara de inocente mas buena que tiene y esconde la mano enharinada en la espalda, sonriendo levemente. Ups. Y antes de que puedan atraparlo echa a correr por la puerta de la cocina.

No pude evitar volver a lanzarle otra mirada, esta vez más seria, aunque estuviera de broma no me gustaba que diera esos ejemplos a Alex. No podía decir esas cosas, no me gustaría ver al pequeño hacer el idiota con el alcohol, por ende no me gustaban aquellas bromas. -Ender, por favor Le dije serio, normalmente cuando hablaba con seriedad pronunciando su nombre era como cuando reñía a Alex por algo que no había hecho bien. Aunque la madre de Alex le hubiera dejado probarla, yo no era, ni había sido nunca partidario de eso, y mucho menos ahora que lo había adoptado. No quería ser un "padre" cortarollos ni mucho menos pero, no iba a dejar que mi hijo probara la cerveza hasta que no tuviera la edad de hacerlo, al menos ante mis ojos.

Después de aquello hicimos la masa, preparamos las pizzas y las dejamos hacerse mientras aprovechaba para divertirme un poco. Ellos hablaban tranquilamente del perro. En aquel momento tuve claro quién iba a ser el "padre" enrollado y quién el aguafiestas y eso me molestaba, me molestaba conmigo mismo evidentemente, porque era culpa mía pasar tan poco tiempo con Alex y compartir tantas pocas cosas con él. No había ni un sólo día que no me fuera preocupado por esto a la cama pese a no decir nada, pero aquello me estaba matando porque yo ni si quiera recordaba a mi padre y me habría gustado recordarle. Vale que no era el padre biológico de Alex pero me sentía como si lo fuera. Y desde luego no quería fallarle, ni a él ni a su madre, pero sentía que les fallaba. Lejos de mostrar lo que a mi mente aturdía mostré una sonrisa.

En ese entonces fue cuando llené a ambos la cara de harina sin dejar de reirme con ganas al verlos todo blancos. Me reí más al escuchar a Alex -Oh, vaya... lo siento taaaaanto Dije en tono burlón mientras le sacaba la lengua para después reirme de nuevo. Seguí riendome al ver aquella nube de harina. -Eeeeeeeh! Eso no vale! Dije quejandome cuando mi chico me tiró la harina por la cabeza. Cogí otro puñado de harina intentando estirarle del cuello de la camiseta para dejarla caer por ahí pero al notar como el pequeño me tiraba harina por los pantalones di un respingo por la sensación. -Enano! Te vas a enterar! Dije girandome yendo a por él antes de que saliera de la cocina. Lo agarré como un saco de patatas y cambiando de plan Le hice lo mismo que me hizo a mí, le dejé caer la harina por debajo de sus pantalones. -Se siente bien? Me reí fuertemente mirando a Ender. -Tú no te preocupes que ahora te toca a tí! Dije acercandome a él intentando coger otro puñado de harina.

Ruedo los ojos con una risita. No te pongas tan seriote. No es como si fuera a dejar que se convirtiera en un alcoholico... solo que creo que es mejor que pruebe en casa a que pruebe fuera, ¿no? Me acerco a él y le froto un poco los hombros para que se tranquilice. Aunque poco dura la tranquilidad cuando la batalla con la harina empieza.
Forcejeo un poco con Zack antes de que de pronto se queda tieso como un palo y alcanzo a ver al muchacho soltando la cintura de su tejano antes de salir corriendo. Reacciona rápido y carga al muchacho al hombro, llenandole también los pantalones de harina y entonces me amenaza a mi. No... no, no, no. Ni hablar. No me he traido tantas mudas como para llenarme de harina. No. Voy retrocediendo hasta que mi culo va a parar contra el borde del horno. Esta calentito pero por lo menos no quema. No me gustaría acabar en el hospital con una quemadura. Veo como logra hacerse con un puñado de harina y me pego todavía mas al aparato a mi espalda. Justo en ese momento suena el timbre del horno y suspiro. ¡La cena!¡La cena esta lista! Me aparto del horno y lo abro deprisa, sacando una de las pizzas. Si me tiran la harina la estropearan y no será comestible. Venga niños, id a asearos un poco y mientras las cortaré para que se enfríen mas rápido. Saco un par de platos llanos y bastante grandes y pongo las pizzas en ellos, dejando la de chocolate algo apartada. Busco entre los cajones hasta dar con un cortapizza mientras los oigo en el piso superior andando del baño a sus habitaciones. Corto las pizzas y limpio la harina de la cocina, poniendo la mesa y acercandome también al baño a quitarme la harina del pelo y las manos, quitandome la camiseta que esta llena de harina y volviendo al salón sin ella. ¡Chicooooos a cenar!

Suspiré mirandole a los ojos fijamente. -Sé que no lo ibas a dejar que se convierta en un alcohólico, pero no quiero ni que lo pruebe aquí ni fuera... Dije tranquilo mientras le miraba con cariño. No me gustaba y no iba a permitirlo aunque quedara como el aguafiestas. Me relajé al sentir como masajeaba mis hombros levemente antes de empezar la guerra de harina. Ender y yo forcejeamos antes de que el enano me llenara todo el culo de harina pero lo cogí y le devolví el golpe llenandolo a él de harina mientras me reía. Pero Ender no se iba a quedar así por eso me giré cargando a Alex -Me da igual, te puedo dejar ropa Sonreí con malícia viendo como se quedaba entre nosotros y el horno. Justo en el momento que iba a tirarle el puño de harina el horno pitó, así que no pude tirarlo porque estropearía las pizzas. Gruñí medio molesto. -No te librarás tan fácilmente. Dije riendo de nuevo mientras bajaba a Alex de mi hombro. Tomé al pequeñajo de la mano y me lo llevé al baño -Ya has oído a papá Ender, a la ducha Dije haciendole un par de cosquillas antes de caminar hacia el lavabo. Una vez allí abrí el grifo y miré a Alex. -Venga, al agua, duchate rapidito que después me tengo que duchar yo. Dije sonriendo mientras esperaba que se duchara. Mientras fui a coger las toallas y el pijama ya que estábamos. Al salir puse la calefacción para que no le diera frío al salir. -Aquí te dejo la ropa y la toalla. Dije dejandola encima de la tapa de la taza del váter. Cuando él acabó me metí yo lavandome rápidamente poniendome una camiseta de tirantes ancha que enseñaba más piel que otra cosa y unos pantalones cortos. -Hala limpitos. Dije saliendo del baño revolviendome el pelo. Cogí toda la ropa sucia -Por hoy te la bajo yo eh, pero no te acostumbres Le dije sonriendo y bajé abajo dejando la ropa sucia en el cuarto de la lavadora. Fui al comedor y le di un beso a Ender. -¿Falta algo nene? Pregunté antes de ver que no faltaba nada y me dispuse a sentarme para esperarlos a cenar.

Tio Zack lo llevaba al mas puro estilo saco de patatas mientras él seguía con todo el trasero y la cabeza cubiertos de harina. Tito Zack, ¿No sabes que contra mas se prohibe algo lo haces mas deseable y por tanto es mas probable que se haga? Lo decían unos científicos en una revista de no se qué... Se chupa un dedo por costumbre y al instante hace una mueca al notar el sabor de la harina. Buaj. No es que esté de parte de Ender, tiene el interes mas mínimo posible en probar la cerveza. Siempre le ha parecido que huele mal y no sabe como los adultos tienen esa pasión por ella. Pero la cuestión es divertirse, y la cara que pone su tio es todo un poema.
Subieron a la ducha ambos y tal y como le dijo su tio, se duchó lo mas rápido que pudo. No le gustaba demasiado ducharse en cuanto empezaba a hacer frío. Luego salías fuera y te congelabas. Se lavó bien el pelo para quitarse toda la pasta de harina que se le había quedado en la cabeza y se separó del chorro del agua, saliendo de la ducha y secandose bien todo el cuerpo. Vaya... parecía que el tio se iba acostumbrando a lo que le gustaba ponerse. Con la ropa que le había dejado estaría cómodo toda la noche.
Bajó al comedor en cuanto estuvo listo y no pudo retener una carcajada cuando el pequeño Rush se le acercó corriendo para que jugara con él. Le gustaba mucho ese perro, le estaría agradecido a Ender toda la vida. Ve aparecer a su tio y sonríe levemente cuando le da un beso a Ender, aunque se sonroja un poco, avergonzado. Su madre nunca tuvo novio, no está acostumbrado a ese tipo de muestras de cariño. Pero le gustaban, eso seguro. Faltais vosotros... Venga Álex, a la mesa. Se fué enseguida al baño a lavarse las manos antes de que su tio le dijese nada por cenar con las manos después de haber acariciado a Rush. Se sentó a la mesa y no pudo evitar relamerse el labio inferior al ver la pizza casi derritiendose por el borde del plato. Menudo montón de bacon, atún y queso de cabra. No tardó en cogerlo con ambas manos -porque Ender le había servido un pedazo enorme- y llevarselo a la boca con ganas. ¡¡¡Efto ezta buhnizhimo!!!

Miré a Alex suspirando, no me gustaba la idea de que Alex probara algo que no debía, quizás en ese aspecto podía ser muy estricto pero es que solo quería hacer lo mejor, quería cumplir bien con mi papel y la verdad que no era fácil yo no sabía cómo hacerlo. No dije nada ante su comentario aunque me tuve que reir al ver su cara después de haberse chupado el dedo lleno de harina. -Aixxx si es que... Me reí. -Te pasa como cuando coges una cucharada de colacao y te la llevas a la boca Volví a reirme con ganas..

En cuanto el pequeñajo se duchó me metí yo quitandome toda la harina bien, quedando limpito. La verdad es que al principio no sabía muy bien lo que le gustaba a Alex en el día a día porque yo lo veía de vez en cuando y no convivía con ellos entonces esas cosas cotidianas no las sabía a ciencia cierta. Pero poco a poco la convivencia hacía que fuera conociendo al pequeño. Antes de que se bajara decidí peinarlo de manera que pareciera un niño bueno con el pelo relamido. -Ves, así pareces un niño bueno Me volví a reir con ganas antes de coger la ropa y bajarme.

Sonreí al ver como Alex jugaba con Rush mientras que le devolvía aquel beso a Ender. Vi como Alex se sonrojaba y no pude sonreir con ternura. Cuando éste se fue al baño volví a besar a Ender. -Creo que a Alex le da algo de vergüenza vernos besarnos Le comenté con cariño antes de que volviera del lavabo y me senté con ellos en la mesa. Cogí un trozo para probarla, la verdad es que nos había salido riquísima. -Aleeeex... no se habla con la boca llena. Dije en forma de reproche pero con algo de cariño en mi tono de voz. Después le di otro bocado a mi trozo y sonreí mirandolos a ambos. -Tengo otra noticia que daros... Bebí de mi cerveza para hacer una pausa dramática y observar sus caras. Miré a Ender con complicidad para luego hablar -He conseguido tener siempre el turno de mañana, lo que implica que podremos pasar más tiempo juntos Desvié la mirada a Alex con una enorme sonrisa.

Sonrío al verlos bajar a ambos, primero Álex, que se pone a jugar con Rush mientras esperamos a su tio. No puedo evitarlo y tal y como hago siempre acabo picoteando de los ingredientes de la pizza. Tanto es asi que uno de los trozos casi no tiene mas que el tomate la cebolla y el queso. Bueno, yo mismo me serviré ese trozo. Es culpa del hambre, si, pero mas de los nervios. Me pasa siempre que estoy en casa ajena, aunque sea la casa de mi novio. Hablando -pensando- del rey de Roma, por las escaleras baja. Le doy un beso en cuanto llega a mi altura y sonrio ante lo que dice de Álex. Nos contendremos un poco delante de él... Aunque parece haberselo tomado bastante bien, ¿no? Yo creo que no le caigo mal. Le doy otro beso y en cuanto el niño sale del baño nos sentamos a la mesa, sirviendonos enseguida como si llevaramos tres semanas sin probar bocado. Tanto que hasta el niño habla antes de acabar el primer bocado. Me río por lo bajo ante la leve bronca de Zack, pero evito que el niño me vea. Tampoco quiero que piense que me hace gracia o que desafíe la autoridad de Zack. Al fin y al cabo se ha de comportar como su padre y como su madre al mismo tiempo... y necesita que el chico lo respete cuanto menos.
Levanto la mirada en cuanto dice tener una noticia y sonrío viendo su nuez subir y bajar al tragar de la cerveza. Joder... una mas de esas y acabaré con un mástil bajo los pantalones. Sonrío cuando oigo su noticia y me levanto, yendo a la nevera a por la botella de cava que había traido y un par de copas, incluyendo una para Álex, aunque dudo que quiera. Pocos niños he conocido que les guste el cava. Aun asi, sirvo las tres copas aunque solo sea para brindar. cojo mi copa aun burbujeante y la levanto un poco. Pues entonces... por muchas mas horas juntos.

Suspiré al oir el comentario de Ender nuevamente. No quería ponerme de mal humor ni estropear la cena, pero si aquello seguía así lo iban a conseguir. La pizza estaba realmente buena, la verdad, siempre había creído que lo que se hacía de forma casera siempre estaba mucho más bueno que todo lo que estaba ya preparado o cocinado. En cuanto reñí a Alex observé a Ender de reojo. Alex quizás no lo hubiera visto pero yo sí que observé que se reía. Había tenido la decencia de que el pequeño no lo viera pero me sentó realmente mal. Muy mal. Y la gota que colmó el vaso fue que trajera una copa para Alex, negué con la cabeza levantandome para coger la del niño cuando Ender la llenó. Sin decir nada, lancé una mirada a Ender y me fui a la cocina bebiendome yo mismo la copa. ¿Acaso hablaba en chino? No quería que Alex bebiera, no quería eso en absoluto. Había un motivo para ello, un motivo que Alex no sabía, pero que yo sí y por eso aunque bebiera, lo hacía poco. Alex no conocía el verdadero problema de su madre y no quería que a él le pasara lo mismo. Si bien era cierto que él era tan solo un niño, cuanto más alejado del alcohol estuviera mejor. Aunque la única razón que la mantenía medio sobria era su hijo y que no viera que su madre era alcohólica. La noche del accidente habían encontrado en su organismo alcohol. Había bebido, nadie sabía el motivo por el cual se había adiccionado a la bebida, nadie excepto yo y me martirizaba no haber podido hacer nada por ella, no haber estado ahí como buen amigo, ni haber hecho que la internaran, no hice nada y me mataba. Pensando esto mientras estaba en la cocina no pude evitar derrumbarme, intenté serenarme para poder hablar. -Id cenando que ahora voy yo... Grité intentando que no se me notara en la voz que estaba llorando. Me apoyé en la encimera de espaldas a la puerta por si a Alex se le ocurría venir para que me diera tiempo a secarme las lágrimas.

Siempre he sido descuidado, pero no tonto. No se me ha pasado por alto la reacción de mi novio y he alzado las cejas en cuanto se ha retirado a la cocina. Alex me mira con cara de "¿Qué ha pasado?" y sinceramente no se que ha pasado. Miro hacia la cocina un segundo y en cuanto oigo la voz de Zack sé que no esta del todo bien aunque haya intentado disimularlo. Ahora vuelvo. No nos dejes sin pizza, ¿eh? Le hago un cariño en la mejilla y me levanto, caminando hasta la cocina y volviendo a cerrar la puerta tras de mi. Ví como enseguida se limpiaba los ojos de espaldas a mi y me acerqué, rodeando cuidadosamente su cintura con mis brazos, besando con suavidad su nuca, manteniendome tranquilo para que él no se alterara mas. Eh.. no iba a dejarlo beber, pero da mala suerte brindar con agua...Si lo he dicho, solo quería que brindara con nosotros. Lo estrecho un poco mas fuerte en mis brazos, apoyando mi frente en su nuca, aún algo humeda por el beso anterior. ¿Quieres contarmelo? No pretendo malcriar a Alex, ni de lejos. Ni tampoco permitirle hacer las cosas a las que su tío diga que no. De todas formas, incluso a los bebés se les permite dar un traguito de cava y no pasa nada. Aun asi, si no quiere que Alex pruebe el alcohol no seré yo quien le contradiga.. pero soy el primero que sabe que contra mas prohíbes algo mas tentador lo haces.
Suspiro y lo rodeo, parandome frente a él, casi obligandolo a elevar el rostro, limpiandole los restos de lágrimas. Zacky cariño... vamos. No me gusta verte asi... Le acaricio las mejillas con mis pulgares, suspirando. Cuentamelo...no quiero cagarla mas. Sé que si esta asi ha sido por mi culpa, porque he hecho varias cosas esta noche que no han terminado de agradarle. Y me siento fatal por ello. Se supone que tenía que ser una buena noche.

Intentaba calmarme por que no quería estropear la noche y debía ser fuerte por Alex, por que ya tenía suficiente con lo que tenía así que simplemente intentaba reponerme en la cocina después de una pequeña caída. Suspiraba con la respiración entrecortada aguantando los sollozos. Escuché como la puerta se cerraba de mi así que sequé mis lágrimas rápidamente intentando que no me viera. Noté como me abrazaba por la espalda tomando mi cintura y sentí su beso cerrando los ojos sintiendome el peor novio del mundo. Él no se merecía esto. -No quiero que beba nada nene, por favor... Le supliqué aún con los ojos cerrados notando como me abrazaba más fuerte provocando que nuevas lágrimas cayeran por mis mejillas nuevamente. -Su madre era alcoholica... Murmuré con un hilo de voz casi quebrado por lo mal que me sentía. Le miré lentamente cuando noté que se me quedaba en frente limpiando mis lágrimas. -Cuando su madre tuvo el accidente de coche había bebido. Sollocé levemente. -No pude hacer nada, nada, entiendes? Fui el peor amigo que pudo tener, y ahora me da miedo que él... sé que no tiene por qué pero... no quiero que beba, así que si no se le ofrece no hay que negarselo, simplemente no darle la opción... Dije apartando la mirada intentando no llorar de nuevo suspirando fuertemente. -Deberíamos salir... sospechará que algo pasa. Dije esperando que el pequeño no se diera cuenta de que algo malo pasaba aunque no era tonto. Alguna excusa tendría que poner.

No tenía ni la mas remota idea de lo que le ocurría a su tio, pero tenía claro que le pasaba algo. Se había levantado de golpe de la mesa y había ido a la cocina intentando disimular, pero parecía enfadado. Pocas veces había visto enfadado a su tio, pero no le gustaban los adultos enfadados. Siempre gritaban y decían cosas que luego decían que no querían haber dicho. O lloraban y entonces era mucho peor.
Miró la copa de champán burbujeando y alzó la vista cuando Ender se levantó, advirtiendole que no les dejara sin pizza, aunque era obvio que bromeaba. Escuchó como se cerraba la puerta y suspiró, observando la copa de nuevo y acercandosela a la nariz, olisqueando. Buaj. Y eso que ni siquiera lo había probado. No entendía como los adultos querian beberlo constantemente.
Miró dos o tres veces en dirección a la puerta de la cocina, preocupado. Suspiró y terminó dandole un bocado al trozo de pizza que tenía en el plato, pero ya no sabía igual de bueno. Suspiró de nuevo y notó a Rush que correteaba bajo sus pies, haciendo que asomara la cabeza bajo la mesa, sonriendo levemente al ver al cachorro. ¿Tu no te enteras de nada eh? Va a alargar un momento la mano para acariciarlo pero luego recuerda a su tio y la idea de que tendrá que volver a lavarse antes de probar bocado de nuevo. Sin embargo, coge un trocito de bacon de una de las pizzas y se lo alarga, haciendo que el perrito se ponga a dos patas y estire bien el cuello para alcanzar el bacon, haciendole reir levemente. Toma goloso. Justo cuando el perro termina de relamerse el hocico oigo de nuevo la puerta y me quedo quieto en la silla, como si no le hubiese dado nada a Rush. No se si el tío quiere que le demos algo que no sea pienso... y sé que si se le malcria luego puede estar pidiendo todo el rato mientras comemos. Pero es que me hace mucha gracia.

Bueno, debía reconocer que al confesarle la verdad a Ender me sentía mucho más aliviado, aunque el sentimiento de culpa ahí seguía, por eso podía llegar a intentar proteger a Alex lo que pudiera, es cierto que sabía que no se les debía proteger tanto y tampoco quería convertirme en un padre autoritario ni nada de eso. Así que quizás sí debiera relajarme con el tema. Suspiré haciendo el enorme esfuerzo de tomar la copa para volverla a sacar fuera. Antes de salir miré a Ender y le di un dulce beso en los labios totalmente agradecido. -Te amo Ender... gracias por todo. Acaricié su cara lentamente sin querer apartar la mano de él hasta que mis dedos se despegaron por la distancia. Abrí la puerta con ésta mano mientras sostenía la copa en la otra y miraba hacia afuera con una gran sonrisa. -Alex, te he visto! Le dije bromeando viendo como se me quedaba mirando sin entender nada. Luego miré a Ender guiñandole un ojo y riendo. -Parece que te han quitado el champán Dije aunque la copa estuviera en el mismo sitio de antes. Miré a Alex con ternura sonriendo -Chicos... no tenemos comida para Rush... Miré al cachorro como si ya me hubiera llegado al corazón nada más haberle visto. Me acerqué a la mesa lentamente agachandome frente al perro. -Tienes hambre pequeño? Dije como si le hablara a un bebé. Luego alcé la vista hacia Ender -Qué le podemos dar de comer? Yo no sabía nada de animales, él era mucho más experto que yo así que por eso le preguntaba. Luego me alcé y cogí la botella de champán llenando la copa que yo mismo había vaciado y la dejaba en el lugar de Alex mirando a mi chico buscando su apoyo. -Bueno, espero que no se haya enfriado la pizza Dije sonriendo lejos de mostrarme preocupado como antes me había mostrado.

Le observo salir de la cocina con una leve sonrisa, animado por el hecho de que las cosas no hayan llegado a mas. Le sigo haciendole una leve caricia en la cintura y la bajaespalda antes de llegar a la mesa, viendolo interactuar con el perrito que poco tarda en intentar echarsele encima, con demasiado éxito. La verdad es que le he comprado unas cositas.. no podía traerlo sin mas. Estan en el coche. ¿Qué tal si acabamos de cenar y luego voy a por ellas? Echo un leve vistazo al cachorrito y esa carita de pena me puede, asi que levanto las manos en señal de rendición. Esta bien, esta bien. Ahora mismo vuelvo. Cojo las llaves del Jeep de la entrada donde las había dejado y salgo, volviendo con una bolsa enorme de la que saco un comedero doble, con un lado para la comida y otro para el agua, de aluminio para que no fuera fácil romperlo. Una cama roja y negra, muy mullida para que estuviese cómodo. Lo suficientemente grande para que cupiera incluso de adulto. Un par de juguetes, un hueso duro para que no fuera mordiendo los muebles y un pequeño saco de pienso para cachorros de pelo corto. Dejo el comedero en el suelo tras haberle arrancado la etiqueta y abro el saco de la comida, llenando el comedero y rascandole la cabecita al cachorro en cuanto se abalanza sobre su comida. Ahora si, podemos sentarnos a cenar tranquilos. Me doy un segundo para pasar por el lavabo y limpiarme las manos antes de volver a la mesa, viendo la copa de Alex llena. Te lo ponemos para brindar, pero ni una gota ¿eh? Las borracheras para los mayores. Asi mañana puedes reirte de nosotros cuando andemos de resaca. Le guiño un ojo al pequeño, sabiendo todos que es mas que obvio que no nos vamos a emborrachar, y mucho menos por una copita de champán. Recuerdo tardes viendo partidos con mas de seis cervezas por cabeza y no ha pasado nada.

Sonreí ante su carícia mirandole con ternura, la verdad es que tenía que darle las gracias por todo el apoyo que me daba, por la comprensión y por su paciencia, que tenía demasaida conmigo. Se me tiró encima y caí al suelo mientras me lamía toda la cara y yo me empezaba a reir. -Oyeee que ya tengo novio y se me va a poner celoso Rush Dije riendo con más ganas mientras le acariciaba el lomo. Miré a Ender del revés tumbado en el suelo aún mientras hablaba. Asentí incorporandome para ir a lavarme las manos y la cara. Al salir Ender no estaba, alcé una ceja viendo la puerta abierta y me giré hacia Alex. -Se ha ido? Pregunté para luego mirar a Rush -Ves... te lo dije... ahora me he quedado sin novio El perro ladeó su cabeza sin entender nada y volví a reir sentandome de nuevo en la mesa. A los pocos minutos le vi entrar con un montón de cosas, observando como le ponía de comer y Rush enseguida se ponía a comer. -Es muy juguetón sólo me faltaba otro trasto en casa, ahora ya tengo tres Dije de nuevo divertido, dejando atrás aquella melancolía y tristeza que me había embargado anteriormente. Asentí mirando a Ender cuando volvió, le sonreí agradecido intentando no llorar de la emoción y es que era lo que tenía, que los pequeños detalles me llegaban demasiado. Entonces puse el grito en el ceilo abriendo bien los ojos -Oh Dios mío! No hemos bendecido la mesa! Exclamé como si fuera enserio. Adopté la típica forma de rezar y seguí hablando. -Padre nuestro que estás en el cielo... Dije solemnemente -Mi padre cuida las vacas y yo los becerros. Amén. Dije riendo aún más, tenía ganas de bromear y pasarlo bien con mis dos hombres y verles la cara que se les había quedado cuando había empezado a rezar fue lo más. -Os parece si después vemos una peli? Sonreí mientras seguía comiendo aquella deliciosa pizza.

Decididamente, cada día que pasaba estaba mas seguro de la locura que envolvía a su tío. De todas formas eso no era algo que lo molestara, al contrario. Solía gustarle bastante. Miró al cachorro de perro, que se abalanzó sobre la comida que Ender le dió en cuanto esta toco el plato. Iba a ser divertido tener un perro. Alex siempre había querido uno pero su madre decía que era mucha responsabilidad... y mucho gasto. Esa era la parte que hacía que ella no terminara de dejarle. Estaba muy contento de poder tenerlo ahora. Y ver la forma en que su tio y Ender se miraban le daba a entender que no iban a tener problemas. Que iba a haber mas días como aquel, divirtiendose y diciendo tonterías. Peleando con harina y cenando pizza casera. Se quedó un poco en shock cuando su tío hizo amago de rezar. Anda que no había cenado veces con él y no le había visto jamás hacer algo como aquello. Sin embargo el shock se le pasó enseguida cuando escuchó nombrar las películas. ¡Hala si!¿Podemos ir al videoclub a buscar alguna?¡He visto que ha salido una nueva de superheroes! De hecho creía tener todavía la tarjeta de socio del videoclub. Su madre la había hecho a su nombre porque siempre decía que en casa el verdadero cinéfilo era él, a ella solo le gustaba verlas, pero Alex se dedicaba a analizar cada aspecto de una película... aunque a la hora de escogerlas era como cualquier niño normal. Monstruos, robots, coches, superheroes y películas de animación.

En el momento en el que vi como Rush se ponía a comer caí en la cuenta de que íbamos a ser uno más... la cosa se complicaba y más con mi reducción de jornada. El dinero no es que sobrara, pero bueno algunos ajustes tendríamos que hacer para poder mantener al perro con nosotros. Lo que fuera por tener a Alex contento y feliz, por ese niño daría lo que fuera. Me reí al ver la cara de Alex cuando hice aquella tontería de rezar, a veces me pasaba de idiota y mis bromas no hacían ni pizca de gracia. En fin... -¿Cual? Puedo pasarme un segundo por el videoclub a sacarla por el cajero, mientras vosotros recogéis Dije sonriendo, no lo hacía por escaquearme si no por rentabilizar el tiempo. -Puff yo no quiero más Dije echandome hacia atrás en la mesa, apenas había comido, un par de trozos o tres, pero no me entraba más, se me había cerrado el estómago con lo de antes. Así que no dudé en recoger mis cosas y dejarlas en el fregadero para salir fuera y acabarme el champán mientras ellos acababan de comer. Y aún quedaba la pizza de chocolate que habíamos hecho, creo que nos habíamos pasado con la cena aquella noche, pero bueno, por una noche no pasaba nada, además aquella era especial.

¡La de los vengadores!¡Sale Iron Man!¡Y ojo de halcón! Ender, Ender...¿tu sabes disparar con el arco? Me menea del brazo con intensidad queriendo respuestas, completamente emocionado. Río levemente y asiento, llevandome otro trozo de pizza a la boca. Trago antes de volver a hablar, diriendole una mirada divertida a Zackery. Puedo enseñarte si quieres. Conseguiré un arco pequeño para que puedas probar. Solo tengo para adultos, pero sé que los hay mas pequeños. No te preocupes. Le guiño un ojo y me termino el trozo, mirando a Zack con una mirada tierna. Lo veo como si estuviera entre agobiado y lleno y sonrío de medio lado. Es que las hemos cargado mucho... miralas, ¡tienen dos dedos de alto! Me como un trozo mas y suspiro, observandolo salir hacia fuera. Aun asi, me quedo con Alex, bromeando y comiendo un poco mas. En lugar de las palomitas podríamos picar la pizza de chocolate, ¿eh? Y la que sobre de esta la guardamos en la nevera. No hay nada mas bueno que pizza fria de la noche anterior para desayunar. Asiente completamente emocionado, acabandose el trozo que tiene en el plato. ¿Te vas a quedar a dormir? Veo la ilusión en su mirada y se entonces que realmente le gusta la idea de que su tio y yo estemos juntos. Claro que me quedaré... todas las noches que tu tío me deje, ya verás. Le quiero mucho, ¿sabes? Le hago un cariño en la mejilla. Bueno... casi una pizza entera de desayuno. Ya verás que bueno. Junto todos los trozos en uno solo de los platos y me lo llevo hacia la cocina, guardandolo en la nevera, recogiendo la mesa con el chiquillo antes de salir a la entrada con Zack, abrazandolo por la espalda y dandole un beso en la nuca. Alex esta dentro intentando enseñar a Rush a darle la pata... creo que va demasiado rápido. El próximo día le busco algo en la biblioteca sobre como entrenar perros.