Escapando de la fiesta del pueblo

Música rock a todo volumen en el estéreo detrás de él, la guitarra eléctrica y batería inundaban las paredes de aquel taller mecánico. A Chalie no le gustaba su trabajo, así que era la única forma que tenia para mantenerse cuerdo en aquellas jornadas laborales. No sabía por que había elegido ser mecánico, solo lo hacia. Era un trabajo que le gustaba por el esfuerzo físico que representaba, pero que definitivamente odiaba.

La música seguía sonando, él estaba debajo de un auto ajustando unas tuercas cuando algo interrumpió aquella melodía y dejo en silencio el lugar. Alzó la ceja y se deslizo debajo de aquel móvil sacando solamente la cabeza. Lo que vio solamente pudo sacarle una sonrisa socarrona de los labios, un par de tacones y una minifalda acercándose a él, ni siquiera podía recordar el nombre de la chica, pero ¿Que importaba?.

No iras a la fiesta anual, dulzura?...- decía la mujer con exagerado lápiz labial, él solamente suspiro y volvió a su lugar de trabajo.

Pff... solamente excusas de la alcaldesa para malgastar el dinero, no creo que mi presencia sea requerida o incluso indispensable. Ya habrá lugar para una fiesta privada más tarde, si es lo que quieres....

A la mujer parecía no haberle gustado aquella respuesta, puesto que después de escucharla, lanzo un trapo al suelo y se fue taconeando a la salida. Charlie solamente suspiro, la mujer había dejado el estéreo apagado. Tuvo que salir a regañadientes de su lugar y levantarse para ir a poner nuevamente aquella canción.

¿Por que era tan importante una fiesta en storybrooke? ¿Por que hacían tanto esfuerzo por algo como eso?... no lo entendía, pero sabía que Becca estaría allí, que posiblemente la vería y posiblemente terminarían peleados nuevamente. Contrario de lo que muchos pensaban, no era un patán y sabía respetar cuando los otros se divertían, no iba a arruinar esa fiesta para ambos.

Volvió a escuchar unos pasos detrás de él justo antes de que encendiera otra vez el estéreo, se dio la vuelta ligeramente y luego sonrió.

Esta cerrado por festejos.... ¿No tienes otro lugar donde deberías estar?.

Sin duda alguna, Willow le había comentado sobre la fiesta que se haría en Storybrooke, la había acompañado a comprar la ropa, ayudar a escoger el maquillaje y si, bien ella dijo que se encargaría del peinado. Ophelie, por su parte, también había comprado y hecho una serie de combinaciones para alistarse a la fiesta. Pero había cierta negación con respecto al asunto, ¿de verdad quería ir?, ¿Era obligatoria la asistencia?. Realmente no estaba muy animada por la fiesta, eran las mismas personas de costumbre y para eso estaban todos los días del año para pasarla bien.

Su teléfono vibró, se trataba de un sms de Willow preguntando en donde se encontraría. Al ver el mensaje dio un largo suspiro y dijo que se sentía un poco mal, que posiblemente llegara tarde. Sí, tal vez esa era la solución: llegar tarde como si se tratara de alguna diva Hollywoodense, puesto que ya estaba vestida. Cargaba puesto un hermoso vestido de encaje negro y su habitual maquillaje: Ojos delineados y labios carmesí. No se había preocupado por su peinado, ya que no quería ningún moño encima, además el tenerlo suelto siempre era de su preferencia.

Salió de la casa, tras una discusión mental en la que decidía ir a la final. Sus pasos eran lentos y disfrutando de la brisa rozar su piel y volar algunas de sus hebras. Suspiraba, ningún pensamiento en particular pasaba por su mente, solo era la sensación de fastidio de los protocolos sociales en Storybrooke, aparte que había algo en la alcaldesa que le ponía los nervios de punta, posiblemente porque era muy imponente en todos y cada unos de sus aspectos.

Y ya sin darse cuenta, estaba en el pueblo a mitad del camino, todo desierto y con luces encendidas. Pasó, ya que por ahí era la vía, por el taller de Charlie, creyó que él ya estaba en la fiesta hasta que escuchó algunos crujidos y giros mecánicos... y por supuesto, música a todo volumen, tan típico de él. Decidió acercarse, ya que estaba de espalda a ellas.

- Mmm... ya te hacía en la fiesta y con unas cuantas chicas de lado a lado - Le dijo en forma casi de susurro y acompañado de una sonrisa socarrona, mientras se recostaba a un lado del estéreo.

Él solamente la observo, era bella, más de lo que eran muchas de las jóvenes en StoryBrooke, Ophelia tenía ese “algo” que atraía a los hombres, que los hacía embriagarse en su sensualidad para quedar envueltos en sus garras, era toda una maestra en la seducción, si no, al menos ese aire dejaba ver por las noches, cuando disfrutaba poner en aprietos tanto a él como a su compañero de casa, Fletcher. James sonrió de medio lado, se recargo de igual manera en la mesa donde el estéreo reposaba y la observo fijamente.

¿Para que buscar a unas cuantas chicas, cuando la más bella de todas esta frente a mi? … No, además soy más del tipo que le gustan las “fiestas privadas” pensé que ya lo sabrías.

Se acerco a ella para acariciarle el mentón tras decir esta frase, su mirada paso de los ojos de Ophelie hasta sus labios y luego de regreso; la soltó después de unos segundos y tomo un pañuelo que yacía en la mesa, se dio la vuelta en dirección al auto que tenía que reparar.

¿Y tu? Pensé que estarías ya en la fiesta engatusando a unos cuantos muchachos, ¿Qué te hace pasar por el taller siendo que pensabas estaba en la fiesta?. …

Realmente la relación que tenia con la joven era muy superficial, sentía que dentro de él, algo no estaba bien, algo no era real. Era como si estuviera en un sueño y supiera perfectamente que eso era un sueño, sin embargo no quería pararse a pensar en esas cosas, en cómo es que había llegado a vivir con esas dos personalidades en su casa, en cómo es que aun seguía añorando las palabras de Rebecca, en como ninguna mujer podía hacerle sentir nuevamente algo…

Se te hará tarde para la fiesta… - Dijo con un tono de sarcasmo mientras limpiaba sus manos.

Juegos de seducción. Eso era lo que tenía con aquel hombre: juegos de seducción. Quién sabe cómo fue que se inició todo eso, pero parecía una especie de juego adictivo que en lo que se veían ambos, no había retorno. Le sonrió abiertamente, mientras sentía el tacto del chico hacia ella y un hormigueo le recorrió todo el cuerpo. Si ella sabía como iniciar algo, él era un maestro para que la situación se diera.

- Muy halagador, Charlie, supongo que con eso caen rendidas las chicas a tus pies - Miró con cierto recelo y sonrió con un semblante un tanto irónico, pero con cierto deje de diversión en esos labios curvados que tenía por la sonrisa. Era cierto que con Charlie nunca se aburría, pero la situación sentimental que tenían ambos era un tanto implícita y hedonista, puesto que todo lo disfrutaban cuando se tenía que disfrutar y cuando querían hacerlo, pero estaba seguro que más allá que la parte carnal las cosas no iban a funcionar, por lo que algo le decía muy en el fondo que el hombre también tenía ese mismo sentimiento - Humm, pensé que las fiestas privadas eran siempre- Se encogió de hombros, mientras seguía algo divertida por las palabras del chico.

Sacó de su pequeñísima cartera, una caja de cigarros y un encendedor. Era un hábito que poco sacaba a relucir y que tampoco era muy común que se diga en ella, pero de alguna manera en las fiestas y situaciones en los que sabría que habría muchas personas lo hacía... quizá porque le ayudaba a relajarse un tanto, antes de entrar en acción.

Puso el cigarro en sus labios, tomándolo delicadamente y luego, al escuchar lo que decía el chico, puso una cara de sorprendida, pasando el cigarro de sus labios a sus dedos, mientras que con la otra mano se la ponía en el pecho, como un gesto de indignación. Aunque claro, todo era fingido, pero así le gustaba jugar.

- ¿Yo?, ¿Engatusando?, Ja, Charlie ¿Qué clase de cazafortunas crees que soy?, al menos trato de fingir interés y armar una conversación, antes de poder engatusarlo como tal - Rió por lo bajo y luego terminó de encender el cigarro, exhalando del humo y procurando no encender nada, a menos que tratara del chico, claro está -... pues simplemente me vine porque creí escuchar algo, ya que, como te dije, te creía ya con dos chicas a los lados - Se quedó un rato viendo el horizonte, hasta que después se volteó hacia él cuyas palabras le hicieron despertar - No tengo mucho interés en llegar temprano, al fin y al cabo es el mismo discurso año tras año, ¿Por qué?, ¿Quieres hacer algo?