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No hay que esperar a que la tormenta pase, si no aprender a bailar bajo la lluvia. Onlineyf

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Mensaje por Lorianne S. Signoret Jue Dic 06, 2012 2:01 pm

Aquel suspiro duró varios segundos, cualquiera que lo hubiese oído podía adivinar que estaba cansada. Hacía varios días que no había descansado lo suficiente y aquello le estaba empezando a pasar factura, pero es que no tenía más remedio que trabajar y más en esa época que se les acumulaba el trabajo. Era un sinfín de gente yendo y viniendo de un lado para otro, haciendo sus compras y uno de los típicos regalos que siempre se regalaban, indistintamente de la época o mes en el que se encontraban, eran también algunas joyas. Se pasó una mano por la frente quitándose el sudor y siguió apuntando en el ordenador uno de los muchos encargos que ese día estaban teniendo. Aquel día le había tocado trabajar algo más de la cuenta, ya que una de sus compañeras no había podido asistir y le había tocado a ella hacer su turno de mañana más las horas que le correspondían a su compañera. Llevaba ya bastantes horas trabajando y el no haber podido descansar lo suficiente la estaba matando, la mayor parte del tiempo que estaba en casa se lo tiraba ordenando documentos que tenía pendientes y el llevarse trabajo a casa no lo llevaba tan bien, ya que se suponía que cuando salía de trabajar era para descansar y Lori no estaba haciendo precisamente eso. Pero no tenía más remedio que hacerlo si quería llevar al día su trabajo y no tener que hacer más trabajo del que ya hacía.

Se le dibujó una sonrisa de oreja a oreja cuando Evelyn le dijo que ya se podía ir a casa porque era suficiente el trabajo que había hecho por ese día. Así que fue hasta el almacén y cogió sus cosas, saliendo con algo de prisa del establecimiento y dirigiéndose al parking para coger su coche. Se había sentado en el asiento del piloto en cuanto había llegado a la plaza del aparcamiento donde estaba su coche y estaba a punto de arrancar cuando le llegó un SMS al móvil. Era de Alex diciéndole que no hiciera planes puesto que tenían que quedar para su habitual café y sus charlas repostiles como solían hacer siempre. No tardó mucho en devolverle el mensaje aceptando su “invitación” cotidiana. Así que en cuanto guardó el teléfono móvil en su bolso, arrancó el coche y condujo hasta su casa, cuando llegó se dio una ducha rápida y se puso algo más adecuado que la ropa que solía llevar para trabajar. Salió por la puerta de su casa y fue andando hasta llegar a Granny’s.

A los pocos segundos de haber entrado en el establecimiento, reconoció fácilmente la reconocible figura de su buen amigo, hasta de espaldas lo conocía. Fue hasta donde él estaba y pasó sus brazos por los hombros del muchacho, dejándolos así por delante a la altura del cuello y le dejó un tierno beso en su mejilla. Después se sentó frente a él y hizo un gesto a una de las camareras para que le trajera lo de siempre. Estuvieron todo el rato hablando de todo lo que siempre solían hablar y de si había alguna novedad en sus vidas, la verdad es que cuando estaba en compañía del ojiazul se le pasaba el tiempo volando y cuando se quiso dar cuenta de qué hora era, habían pasado ya dos horas ahí cascando como si fueran dos loros y como si no se hubieran visto en años, aunque no era del todo cierto puesto que por el trabajo de ambos no se podían ver todos los días, pero sí que intentaban verse al menos una o dos veces por semana.

Se iba a levantar para irse y despedirse del muchacho, pero cuando fue a darle dos besos de despedida, Alex le propuso ir a cenar a su casa y ver una peli o hacer cualquier otra cosa juntos, así que Lori no tuvo más remedio que aceptar puesto que si le decía que no, el muchacho le iba a insistir varias veces más hasta que se cansara y la castaña no quería llegar a esa situación, eso y que le apetecía pasar un rato agradable y tranquilo apartada de las cosas del trabajo y demás que la estresaban.

Se dirigió hasta la barra y pagó lo que ambos habían tomado, esta vez le tocaba pagar a ella ya que la última pagó Alex y antes de que se le adelantara, había caminado más rápido para pagar ella. Salió sonriendo del lugar por su “victoria” ante el pago y antes de que pudiera salir del pequeño techado que había en la puerta del local, miró a Alex con una leve mueca en sus labios. – ¡Lo que nos faltaba! – Aquello era lo último que le faltaba a la joyera para que su día se calificara como el peor de todos, ya que aparte de todo el trabajo que había tenido, las horas que había hecho de mas, el no haber descansado lo suficiente en días y tantas cosas que le rondaban por la cabeza, no eran suficiente como para que ahora le pasara lo que estaba pasando. Había empezado a llover mientras que estaban dentro del pequeño establecimiento aunque con el jaleo que había en el local (ya que era fin de semana y la hora de cenar casi) no habían podido percatarse de la llovizna que había estado cayendo, aunque en esos momentos en los que ambos se dirigían a salir por la puerta había aumentado de tal forma que como no corrieran era más probable que cogieran una pulmonía o algo parecido. Pero es que ninguno de los dos se había llevado el coche ni siquiera un pequeño paraguas para resguardarse de la lluvia, claro porque tampoco sabían ni eran adivinos como para saber que se iba a poner a llover de un momento a otro, ya que el cielo tampoco les había dado pistas de que iba a llover. – Esto es la guinda del pastel, pero habrá que ser valientes y no rendirnos ante esta malvada lluvia que amenaza con mojarnos de cabeza a pies y que estemos expuestos a que caigamos enfermos. ¿Preparado? – Le dijo riéndose divertida antes de salir corriendo hacia la calle. Se dio la vuelta para mirarle a la cara a pesar de que con la lluvia no distinguiera mucho. – ¡Vamos! ¿O es que tienes miedo? – Le dijo sacándole la lengua a modo de burla, tampoco es que se fueran a morir por estar un rato debajo de la lluvia. La situación divertía a Lori ya que cuando era pequeña, en los días de lluvia le gustaba salir a saltar en los charcos con sus botas de agua y su chubasquero y en esos momentos se lo estaba pasando bien a pesar de que se estuviera empapando de agua. Un recuerdo de su infancia le vino a la mente y como si lo estuviera reviviendo se puso a dar vueltas bajo la lluvia como si estuviera bailando, con los brazos abiertos y sin dejar de reírse. Ella era feliz así y en esos momentos no se podía quejar de nada, aunque tal vez se quejara el lunes o el martes o alguno de los días laborables.
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Mensaje por Alexander R. Dallacosta Jue Dic 06, 2012 10:52 pm

Trabajo, trabajo, trabajo y más trabajo. ¿Es que es lo único que se podía hacer en aquel pueblo? Alex llevaba toda la mañana cuadrando cuentas, incluso le habían subido los colores de tanto pensar. Si bien lo bueno que tenia su despacho era que no solía pasar mucha gente un sábado y podía dedicarlo a terminar todo el trabajo atrasado que se había ido dejando… siempre es más cómodo hacer las cosas mañana, hasta que el mañana llega y no queda otra que hacerlo.

Se tomo un descanso para tomarse un café, no hacia mucho que había comprado una nueva cafetera y la había instalado en su despachito por lo que ahora poder descansar un poco se agradecía. Se quedo mirando pensativo uno de los documentos que estaba apunto de firmar y enviar por correo postal cuando como si una luz lo iluminase se acordó que hoy era sábado, día oficial de charlar y pasar la tarde con Lori. Lori era su mejor amiga, se habían visto desde que tenían uso de memoria y aunque siempre tuvieran trabajo de por medio encontraban un momento para quedar, a Alex le encantaba su sonrisa y si había algún día que no la veía sentía que le faltaba algo importante, le gustaba bastante pero a veces ni el mismo sabia que era aquel sentimiento. De hecho prefería que las cosas no cambiaran, él ya estaba bien así.

Cogió el teléfono móvil y le envió un SMS recordándole que quedarían aquella tarde y que tenia muchas ganas de verlo, era curioso como podían verse varios días seguidos y aun así hablar y hablar sin cansarse.
No tardo mucho en llegar la hora de plegar, se subió en su coche, cargo al lado varias carpetas con documentos que tendría que enviar a sus destinatarios y se dirigió hacia su casa. Iba algo justo de tiempo, se quedo mirando un momento su elegante casa, herencia de sus padres, por lo visto la habían conseguido con un trato ventajoso…. O al menos eso creía él. Sacudió la cabeza y se llevo las carpetas dentro dejándolos en la mesa del comedor, luego ya tendría tiempo de ordenarlas.

La cafetería por suerte se encontraba relativamente cerca así que dejo el coche allí en un porche cubierto del enorme patio y camino hacia allá. No tardo en llegar, miró su reloj y se dio cuenta que incluso había llegado varios minutos antes, así que se sentó y encargo lo de siempre además de unos rollitos de canela que había visto antes que le habían parecido apetitosos. Cogió el diario y se sentó a echarle una ojeada, Lori solía ser puntual así que no le haría esperar mucho, de hecho aquello estaba pensando que noto como alguien le pasaba los brazos sobre los hombros y le daba un tierno beso en la mejilla.

-Oh, Lori, pero que dulce eres.

Se giro para devolverle el beso y la invito a sentarse delante ofreciéndole uno de los royitos que había pedido.

-Pruébalos, seguro que te gustarán.

Y allí estaban hablando de cosas, que si les había pasado tal, si tenían un cliente que les hizo reír… podían pasarse tanto tiempo así riendo al lado del otro que cuando quisieron darse cuenta este había volado, pero no solamente era la hora de cenar sino que además al mirar hacia fuera el tiempo había cambiado y llovía.

No le gustaba pasar solo las noches de lluvia, así que invito a su amiga a cenar en su casa que quedaba a pocas manzanas de allí y con suerte no se mojarían mucho. Ella acepto, seguro que se encontraba cansada, pero hasta el mismo por muy cansado que se encontraba prefería pasar el tiempo al lado de su amiga que tumbado leyendo en el sofá y en eso estaba pensando que cuando se quiso dar cuenta ella había pagado la cuenta. Alex hincho los mofletes en señal de protesta y para hacer reír a su acompañante quien parecía que se acababa dar cuenta que llovía, por eso precisamente la había invitado a quedarse a cenar con el, además en casa tenia paraguas y seguramente con unas horas más dejaría de llover.

-Malvada no sé, pero si sigues mirando como llueve con esos ojitos desesperados quizás se acaba apiadando de ti y se va…

Sonrió a la joven y le abrió la puerta mientras se quedaba mirando como llovía, realmente allí estaba lloviendo bastante, se iban a mojar bastante de eso estaba seguro.

-No es que tenga miedo, es que no quiero mojarme.

Se sorprendía gratamente al darse cuenta que su amiga estaba disfrutando bastante el ir bajo la lluvia y mojarse, Alex decidió unirse a ella y empezar a bailar al son de la lluvia dando vueltas a su lado, hasta que algo en la cabeza le dijo que seria mejor ir tirando si no querían morir mañana de una pulmonía, así que cogió de la mano a su amiga con una sonrisa al sentir cuan feliz estaba siendo y se dirigieron hacia su casa.

En poco rato estaban allí, no obstante se encontraban totalmente empapados. El joven abrió la puerta y la invitó a pasar, pese a lo grande del terreno y la modernidad de la casa esta no tenia tanas estancias como se podía imaginar pues estaba dotada de un comedor, sala de estar, cocina, baño y una habitación mediana que el chico utilizaba de despacho, en la planta de arriba se encontraba su habitación y otro baño, además de un gran balcón.
Se quedo mirando por un momento a Lori, estaba empapada, igual que él.

-Uf, que manera de llover… no puedo dejar que te quedes así, ¿puedo ofrecerte una toalla y una camisa? Ven conmigo, voy a la habitación a cambiarme, seguro que encontramos algo que puedas ponerte mientras se seca tu ropa.

Estaba tan encantadora con el cabello mojado que no podía hacer otra cosa que sonreírle. La invito a subir y abrió el armario, sacando una muda nueva para él con una camisa azul y tejanos y se dio la vuelta para volver a hablar con su amiga.

-Me parece que todo cuanto tengo aquí te va a venir grande, puedo cederte una camiseta/camisón si te parece bien.

Le tendió una de sus camisetas preferidas junto a una toalla mientras le señalaba que podía cambiarse aquí y que ya se cambiaria él en el baño, aunque en aquel momento le entraron ganas de decirle que se cambiasen juntos, tenia que contenerse.

-Deja la ropa mojada en esta silla que luego la tenderé para ver si se seca, lo dicho voy para adentro si tienes cualquier problema me das un toque y me dices, hasta ahora.

Cogió su montoncito de ropa y una toalla y se dirigió a cambiarse al baño, tenía ganas pues empezaba a sentir frio con aquella ropa empapada.
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Mensaje por Lorianne S. Signoret Vie Dic 07, 2012 2:04 am

No pudo evitar reirse más de lo que ya se estaba riendo cuando Alex se unió a ella a la danza bajo la lluvia, aquello la hacía feliz y que su amigo la acompañara a ello, más aún todavia. No se podía explicar con palabras todas las sensaciones que en ese momento estaba teniendo Lori, era indescriptible el estar mojándose completamente y seguir ahí riéndose como si nada, cualquiera que los viera podía pensar que se les había ido completamente la cabeza y que no estaban en sus casillas para estar haciendo semejante estupidez, pero qué más les daba a ellos si lo estaban pasando bien y eran felices así.

No pudo evitar que Alex la cogiera de la mano, cosa que la pilló algo desprevenida porque no se pensaba que quisiera irse tan pronto y dejar aquel baile a medias. Se dejó llevar por el ojiazul hasta la puerta de su casa, le hizo una pequeña reverencia cuando dejó que ella pasara primero y le sonrió ampliamente. - Sí, será mejor que nos cambiemos antes de que nos pongamos peor y la verdad que no sienta bien ponerse malo, pero por mí no te preocupes que mi primo es médico y seguro que tiene un remedio eficaz contra lo que sea. - Le dijo sonriendole mientras que se peinaba con la yema de los dedos el pelo empapado. Lo siguió hasta el piso de arriba donde estaba su habitación y se quedó apoyada en el marco de la puerta, aunque tuvieran demasiada confianza ella no era de las que se paseaban como pedro por su casa, le gusta pedir permiso para coger cualquier cosa ya fuera un vaso de agua o cualquier otra cosa, y hasta que él no le dijera de entrar en la habitación ella no lo iba a hacer. Miró sonriéndole cómo sacaba una camisa y unos pantalones para él y le hizo un gesto de aprobación con la mano hacia el atuendo que había elegido para si mismo. - Sí, una camiseta estará bien. No te preocupes que mejor que con esta ropa estaré. - Cogió la camiseta junto a la toalla que le estaba tendiendo y le volvió a sonreír en señal de que le había entendido.

Se desvistió y dejó la ropa mojada a un lado, se secó con la toalla y se puso la camiseta que Alex le había prestado, tal como le había dicho el ojiazul no parecía una camiseta si no un camisón para Lori, ya que le llegaba por las rodillas casi. Se miró en el espejo que había a un lado de la habitación y aunque las pintas que llevaba no eran del todo de su agrado, debía de reconocer que se veía bien. Dejó de contemplar su reflejo en el cristal y recogió la ropa que antes había dejado y la colocó en una de las sillas, dejándola casi cerca de donde estaba el radiador para que se secara lo más rápido posible. Cuando ya estuvo lista se acercó al baño donde Alex había dicho de ir a cambiarse y golpeó suavemente varias veces a la puerta, al ver que no le contestaba, la castaña se estaba empezando a preocupar. Y si le había pasado algo o si se había golpeado la cabeza con la bañera y estaba inconsciente, debía de comprobar que a pesar de que no le contestaba, él estaba bien así que giró el pomo de la puerta consiguiendo con suerte que el pestillo no estaba echado y así abrió la puerta de par en par.

- ¡Ups, cuanto lo siento! ¡De verdad que no pretendía hacerlo! Pero es que como vi que no me respondías cuando llamé pensaba que te había pasado algo. - Le dijo agachando la cabeza mientras que sus mejillas se tornaban de un color carmesí en señal de verguenza. Ni siquiera se hubiera imaginado que él estuviera bien y que no había oído los golpes que la castaña dio en la puerta, como tampoco sabía que estaría en ropa interior cuando abrió la puerta.

Tras decir todo eso, cerró la puerta y bajó las escaleras dirigiendose a la sala de estar, se sentó en el sofá y se puso a jugar con mechones aún mojados de su pelo, esperando que Alex terminara de cambiarse y bajara. No podía dejar de pensar en la imagen que acababa de ver y la verdad que no le desagradaba del todo, era obvio que su amigo era guapo y que tenía un bonito cuerpo pero nunca en todo el tiempo que se conocían habían llegado a verse en ropa interior, a pesar de haber dormido más de una vez juntos ya que en la casa del ojiazul solo había una cama y él nunca había permitido dejar dormir a Lori en el sofá, así que no les había quedado otra que dormir en la misma cama juntos. Pero nunca lo había visto como lo acababa de ver en el baño y la verdad que no le disgustaba lo que acababa de pasar. ¡¡¡Lori, por dios!!! ¿Acaso estás enferma o qué? ¡¡¡Es tu amigo, por todo los dioses!!! Aquel revuelo era el que le estaba montando su conciencia por aquel pequeño incidente, y en parte tenía razón era uno de sus mejores amigos y no estaba bien que ella pensara así de él, pero qué quería si era humana, no era de piedra y tenía sentimientos. Tampoco era tan malo que pensara así, no se lo iba a hacer llegar a él sobre lo que pensaba o cómo lo veía, así que no había problema mientras que todo eso se mantuviera en su cabeza.
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Mensaje por Alexander R. Dallacosta Vie Dic 07, 2012 10:11 am

Estaba tan sexy allí, apoyada en el marco de la puerta… tuvo que hacer esfuerzos por no abrazarla antes de meterse en el baño para cambiarse.
Se quito rápidamente la camiseta y se miro al espejo, no paraba de venirle en mente la imagen de su amiga, con la ropa mojada sonriéndole desde el umbral de la puerta… no debería de hacerse ilusiones, era su amiga y así debería de seguir. Se quito los pantalones y empezó a secarse la cabeza, la misma que seguía dándole vueltas a Lori ¿Cómo estaría con su camiseta? Seguro que le quedaba genial, justo en ese momento se dio cuenta que ella iría sin pantalones así que podría disfrutar de aquellas infinitas piernas paseándose por casa, que delicia. Estaba apenándose por no haberle dado una camiseta más corta cundo se abrió la puerta de par en par y allí estaba ella, al parecer se había evadido de tal manera que no había escuchado los toques en la puerta y la joven pues se preocupo.

Estallo en una carcajada al notar el rubor de la joven, estaba en ropa interior… no era nada raro aunque si que era verdad que nunca antes lo había visto así y eso que habían incluso dormido juntos. Lori salió corriendo escaleras abajo seguramente avergonzada ante lo que había ocurrido, aunque a él le pareció una escena más bien divertida.

Se estaba terminando de vestir y peinarse cuando un gran estruendo proveniente de un trueno le hizo sobresaltarse, no solamente llovía ya, sino que aquello se había convertido en una tormenta ¡que manera de llover! Se imagino en ese momento mientras miraba por la ventana de su habitación a su amiga marcharse de allí mojándose igualmente por mucho paraguas que llevase, negó con la cabeza y bajo hacia abajo con una sonrisa de oreja a oreja.

-Loooooriiii, ¿Qué te he parecido? Ya que me has visto, opina… No pasa nada.

Saco la lengua a modo bromista y continuo hablando.

-Has visto como llueve ¿no? He pensado que después de lo que ha pasado y como ahora hemos estrechado aun más lazos, podrías quedarte a dormir y así me haces compañía, no me gustan muchos los truenos, ya lo sabes… pero que si no quieres te alcanzo con el coche en un momento ehhhh… ya sabes que hay confianza. Recuerda que mi casa es tu casa, así que tomate todas las confianzas que quieras.

Se quedo mirando a su amiga y se sorprendió admirándola de aquella manera, estaba tan guapa, le quedaba tan bien su camiseta. Tenia un algo especial que hacia que le costase apartar la mirada de ella, de sus piernas, sus curvas, sus ojos, su sonrisa…

-Ahhhh, eso si. Ya que tu me has visto en ropa interior, como hay confianza dormimos en ropa interior, ehhh…

Hablo en su tono bromista, aunque deseaba que la broma se hiciese realidad, de hecho deseaba irse a dormir ya, con ella a su lado pudiendo aspirar su aroma y poder dormir escuchando tronar mientras a su lado tenía a su amiga haciéndole compañía.

Se acercó a ella y la abrazó, tenia ganas de hacerlo y no creyó que tuviese que dar explicaciones, acto seguido se dirigió hacia la cocina.

-¿Me ayudas a hacer la cena? No te he preguntado que te apetecería, ven vamos a mirar que tengo para hacer.

Abrió la nevera y le invito a mirar, algo habría que le apetecería y ya verían con que lo combinaban… iba a ser una larga noche que seguro que iba a disfrutar en muy buena compañía.
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Mensaje por Lorianne S. Signoret Sáb Dic 08, 2012 7:17 am

Deambulaba de un lado a otro del salón mirando la gran estantería de libros que tenía Alex, quedándose detenidamente en uno en especial. Nunca supondría que su amigo pudiera llegar a tener aquel libro que tan especial era para ella, uno de sus libros favoritos el cual se había leído tantas veces ya que se sabía cada diálogo, cada acción y pensamiento que el autor describía como la palma de su mano. Aquel libro no era más que otros si no que era especial para la castaña, un libro que tenía por nombre El diario de Noah. Sonrió cuando pasó un dedo acariciando el lateral del libro, le encantaba leerlo y volverlo a leer, era como si cada vez que lo leyera sintiera que estaba dentro de la historia, que ella era Allie la protagonista y que vivía cada segundo y minuto lo que pasaba en ella. Estaba tan absorta en el libro y su historia que no se había dado cuenta en ningún momento que Alex había bajado hasta donde estaba ella.

- ¡Oh, lo siento! Estaba distraída mirando toda la colección de libros que tienes. - Le sonrió encantadoramente intentando disimular que lo que le había preguntado la había pillado por sorpresa. En todo el tiempo que se conocían nunca le había preguntado nada por el estilo, ni siquiera habían hablado cómo se veían ambos fuera de lo que eran, sólo eran buenos amigos y ni tanto como uno ni el otro es que hubieran dado señales de que sintieran algo diferente a cualquier otra cosa que no fuera de amistad. - ¿Qué me has parecido? - Le dijo riéndo divertida. - Pero Alex si ya lo sabes de sobra lo que me pareces, te lo digo constantemente. Eres un buenísimo amigo, cariñoso, divertido, alegre y todas esas cosas que siempre te digo, me parece feo por tu parte que no lo sepas cuando siempre te lo estoy repetiendo. - Imitó el gesto del chico y le sacó la lengua ella también, riéndose al rato. Estaba claro que a Lori le gustaba pero no iba a decirle todo lo que le había pasado y le estaba pasando por su cabeza cuando lo había visto en el baño casi desnudo. ¡Por supuesto que no! Aquello se lo iba a guardar en su cabeza bajo cadenas, candados y con llave si hacía falta y por mucho que se muriera de ganas por contárselo y que él lo supiera, ella no iba a dar aquel paso, no si no quería morirse de la verguenza más todavia. - Te queda muy bien el pelo mojado ¡eh! -

Levantó la mirada hacia la ventana y pudo comprobar que tal como le había dicho su amigo, estaba lloviendo bastante fuerte y habían truenos. Que lloviera mucho o que hubiera tormenta, la verdad es que a Lori no le afectaba en lo más mínimo en cuanto a su estado anímico se refería, a ella no le asustaba ni le disgustaba que lloviera aunque disfrutaba saltando en los charcos y bailando bajo la lluvia. Le asintió con la cabeza cuando le dijo que podría quedarse a dormir y hacerle compañía esa noche y le sonrió cuando dijo que había confianza para que se sintiera como en su casa. Se rió a pequeñas carcajadas cuando le dijo que tendrían que dormir en ropa interior y hizo un gesto con la mano restándole importancia al asunto.

- ¡Qué bromista eres Alex! Pero sólo hay trato si tú también te pones sujetador, si no nada. - Le dijo riéndose a carcajadas, en parte lo decía en broma pero debía de admitir que el verlo en boxers y sujetador resultaba de lo más gracioso y tentador a la vez. Sabía que Alex era muy bromista y aquello le agradaba mucho ya que le hacía reír bastante. Le correspondió al abrazo y lo siguió hasta la cocina, yendo detrás de él en todo momento. - Claro, seguro que hay algo que podemos hacer y que nos guste a los dos. - Echo un rápido vistazo a lo que había dentro de la nevera y a los pocos segundos sabía ya lo que podían cenar, al menos a Lori le gustaba y esperaba que a él también. - Creo que esto puede servir, le podemos añadir cualquier cosa que queramos. - Dijo mientras que sacaba una bolsa que contenía cosas preparadas para una ensalada. Cuando ya lo tuvo entre sus manos, se dirigió hacia la encimera y abrió varios armarios para buscar un bol donde poner la ensalada y todo los demás condimentos que le echaran luego. Aunque había estado varias veces en casa del ojiazul, aún no se había aprendido de memoria donde estaban cada cosa en su lugar, ya que las veces que había ido allí no tenía por costumbre el ir abriendo armarios. Encontró un bol de cristal y fue a llevarlo hasta donde había dejado la bolsa con la ensalada, con tan mala suerte que se le resbaló de las manos y se cayó al suelo, rompiéndose en pequeños trozos de cristal que se esparcieron por toda la zona donde estaba. Miró sorprendida a Alex e inmediatamente se agachó para recoger algunos de los cristales con cuidado de no cortarse.

- Lo siento, no era mi intención. Se me ha resbalado de las manos.. Te pagaré otra, no te preocupes -
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Mensaje por Alexander R. Dallacosta Sáb Dic 08, 2012 10:31 am

-Oh, ¿y quien ha dicho que este bromeando? Por mi vale, pero hay un problema… que no se de donde vamos a sacar dos, no tengo ninguno aquí…

Siguió sonriendo junto a su broma mientras se acercaban a la nevera y se ponían manos a la obra con la cena. Lori había cogido una bolsa para preparar la ensalada así que el joven empezó a ir de aquí para allá para acercar condimentos y así ir preparando la sana cena, advirtiendo de reojo que la chica se dirigía a los armarios buscando ves a saber que… seguramente un bol donde preparar la cena.

Como suponía, efectivamente la castaña había ido a por un bol de cristal y al volver para dejarlo al lado de la bolsa se le resbalo de las manos, haciendo un estruendoso sonido ha roto… el bol había explosionado en pequeños trocitos de cristal.

-Oh, no te preocupes, tengo más y no me va de un bol.

Le guiño un ojo y puso cara de no preocuparse, agachándose también para recoger y en ese momento que iba a coger un trozo de cristal las manos de ambos chocaron. Alex miro a su amiga con cara divertida y dispuesto a seguir bromeando.

-¿Qué, no has tenido bastante que ahora necesitas tocarme? A ver si esta noche me vas a hacer algo maloooo…

Sonrió como solía hacer, realmente le había gustado suave tacto de la mano de su amiga y por otra parte ya le gustaría a él que ella quisiera hacerle algo por la noche, debería de conformarse con dormir a su lado y con suerte, ella lo abrazaría… con suerte.

Se levanto para coger otro bol y lo dejó en la encimera, señalándole a Lori si podía terminar ella, que ahora acababa de recoger todo, que iba a por escoba y recogedor. Mientras barría iba con cuidado de no cortarse y miraba de reojo a Lori.

-Estoy sexy barriendo, ehhh, no lo puedes negar.

Terminó por fin de barrer y volvió donde se encontraba la chica con una sonrisa de oreja a oreja.

-Bueno esto ya esta, tiene buena pinta, ¿Preparas la mesa mientras bajo a la bodega?

La bodega de la casa era un pequeño sótano formado por una pequeña repisa y dos grandes estanterías llenas de botellas de vino, cogió una que le pareció adecuada y volvió a subir, cogiendo dos copas y sirviéndolo en la mesa.

-Creo que esta todo, que aproveeeecheeee!!!

Miro el reloj atentamente, todavía no era tarde.

-¿Vas a querer hacer algo después de cenar? Creo que tengo algún juego de mesa en el despacho… o si se te ocurre algo mejor…

Dijo el ojiazul entre un guiño de ojos.
Alexander R. Dallacosta
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No hay que esperar a que la tormenta pase, si no aprender a bailar bajo la lluvia. Empty Re: No hay que esperar a que la tormenta pase, si no aprender a bailar bajo la lluvia.

Mensaje por Lorianne S. Signoret Dom Dic 09, 2012 4:27 am

Poco a poco fue recogiendo algunos cristales con mucho cuidado de no cortarse y vio también como Alex se agachó para ayudarla a recoger, pero cuando ambos iban a coger el mismo trozo, sus manos chocaron. Lori le sonrió un poco nerviosa y para restarle importancia al asunto dejó ver una leve sonrisa. – ¿Yo? ¿Hacerte algo malo? – Negó con la cabeza. – Sabes que sería incapaz de hacer algo malo a nadie y menos a ti, aparte de que te tengo mucho aprecio y no podría hacerte nada. – Le dijo sonriéndole de oreja a oreja. En parte era verdad que le había gustado verle como le había visto minutos antes en el baño y que el haberse chocado sus manos también le había sido de su agrado, pero ni que tuviera la mente sucia como para estar todo el día pensando en cosas impuras con su amigo de protagonista. Le gustaba sí, pero eso no era motivo para estar todo el día pensando en cosas como verle desnudo y demás, ella no era una malpensada.

Iba a terminar de recoger los cristales que faltaban pero Alex le hizo un gesto con la mano indicándole si podía terminar ella de hacer la ensalada puesto que le había sacado otro bol y se lo había dejado donde estaba la bolsa de la ensalada y los demás condimentos. Le asintió con la cabeza y se levantó para acercarse hasta la encimera, ésta vez se lo tomó con algo más de calma y fue echando uno a uno los condimentos que él había elegido. Cuando ya lo tuvo todo, aliñó la ensalada y se volteó para mirar a su amigo el cual había terminado de barrer y se dirigía a donde estaba ella. - Sé que eres muy bromista, así que es una broma por mucho que parezca que lo digas enserio. Pero como no tienes un sujetador pues entonces no hay trato, ¿verdad?. Debo decirte que te queda muy bien el tener una escoba en la mano, a lo mejor has nacido para eso y no lo sabes. – Se rio después de decir eso y le volvió a asentir con la cabeza cuando le dijo si preparaba la mesa y acto seguido después de irse él hacia la bodega, Lori buscó los cubiertos, los platos y demás enseres que tenía que colocar en la mesa y así lo hizo, fue poniendo cada cosa en su sitio. Cuando vio que estaba todo listo, le dio un toque final con una vela roja en un porta velas que había encontrado en uno de los armarios del comedor y la encendió con ayuda de un mechero. Ahora si que estaba todo listo y perfecto, sonrió para sí misma y de camino a la cocina para coger la ensalada, vio llegar a Alex con una botella de vino y dos copas.

- Falta la ensalada, así que voy a por ella y enseguida regreso. – Fue en busca de la cena y cuando la tuvo entre sus manos, caminó con cuidado mirando por donde pisaba, ya que no quería que volviera a pasar lo mismo que había pasado minutos antes con el otro bol. Lo dejó sobre la mesa y se sentó frente a él. – Ahora si está todo perfecto, ¡que aproveche!. – Se sirvió un poco de ensalada del bol a su plato y le sonrió a él antes de coger el tenedor y llevarse un bocado a la boca. Sabía deliciosa y el comer sano le gustaba a la castaña, aunque más de una vez se lo había saltado para comer las ricas hamburguesas que preparaban en Granny’s, era algo que no podía evitar, le encantaban y la mayoría de veces que las comía iba acompañada de su primo.

- El plan película + manta + palomitas en un día lluvioso como hoy, creo que viene a la perfección. ¿No crees? – Al menos era lo que le gustaba hacer a ella en esos días así.
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No hay que esperar a que la tormenta pase, si no aprender a bailar bajo la lluvia. Empty Re: No hay que esperar a que la tormenta pase, si no aprender a bailar bajo la lluvia.

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