Un desayuno Solitario [ALEXANDER HAWKE]

Me había levantado temprano aquella mañana. Me puse lo primero que ví en el armario y salí de casa sin hacer apenas ruido, no quería despertar a mi madre y mucho menos a ninguna de mis dos hermanas. Salí con bastante sigilo, como si se tratase de un ladrón. Cuando porfín estuve en la calle respire tranquila. Saqué de mi bolsillo el Ipod y me coloqué los auricolares. Estaba sonando una canción de los Beatles, [i]All my loving era una canción preciosa. Me gustaba escuchar música, me hacía compañía. Se podría decir que era mi única "amiga". Cuando llegue a la Café, me quite los cascos y los volví a guardar.

Fuí hacia la barra, allí estaba la camarera, creo que se llamaba Ruby, pero solo me atreví a pedirle el chocolate caliente y un croissant con mantequilla. Cuando estuvo listo me senté en una de las mesas con el chocolate en una mano, y el croissant en la otra. Me dispuse a morder el croissant pero cuando miré por la ventana, una felíz familia paseaba tranquilamente. Eran felices, sonreían, y se abrazaban. "ojala mi vida hubiera sido así" pensé. Era triste no tener ningun recuerdo felíz de tu infancia y aun peor no tener a nadie a quien contarselo. Tomé el chocolate y le di un pequeño sorbo, pero torpe como yo misma, un poco calló en mi camisa blanca haciendome una mancha y qemandome.

Grité-¡Mierda!- algunas miradas se volvierón hacia mí, pero se fuerón apartando poco a poco. De nuevo me volvía a sentir incomoda, debil y sobre todo insegura. Seguro que pensarían que era una tonta o algo parecido y se estarían riendo de mí. Siempre que iba por la calle y alguna mirada se dirigía a mí pensaba que era para burlarse de mí... porque siempre fué así.

Me sentía avenrgonzada, "torpe, torpe y más que torpe" pensé. Iba a tener razón mi madre y todo lo hago mal hasta desayunar, cansada de frotar en la mancha que había dejado el chocolate, que por otra parte había dejado un peor resultado, tire la servilleta a la mesa.

Cuando alcé la mirada un hombre de ojos claros me "pedía asiento" ya lo había hecho antews de que hubiera respondido. Hizo un comentario sobre la manchita de mi camiseta, era gracioso pero no me quise reir, y aguante.

-si claro tome asiento- dije con cinismo.

La camarera trajo el pedido del muchacho a la mesa, y vaya si que se alimentaba biencapicchino, zumo y un sandwich para rematar la faena.

-Vaya no pasará hambre durante todo el día- le dije mientras le di otro sorbo al chocolate, seguramente había dejado un poco en los labios, así que lo quite pasando la punta de la lengua sobre él labio superior.

-Así que usted es de los que actua y luego pregunta ¿no?- intente parecer amable, pero no sabía realmente si lo estaba consiguiendo o no...- Me llamo Malvina, y puede llamarme Malvina, nada de diminutivos ni acortaciones.

Mordí el Croissant mientras sonreía para mis adentros pensando aun en el comentario que había soltado sobre la mancha de mi camiseta.

Lo mire con curiosidad, mientras el me hablaba de la cantidad de comida que sería capaz de engullir en el día, que a mi parecer era demasiada.
Me dijo un halago. Que yo parecía una modelo, "que más quisiera" pensé, mientras le obsservaba distraida. En realidad, no era fea, no. Aunque en casa mi madre y mis hermanas nunca me habían valorado, jamás recibí unas palabras bonitas de ellas ni un "que guapa" o "hoy estas preciosa", entre ellas si se solían realizas esas "valoraciones o muestras de cariño".

Según mi madre había destruido su vida, fuí su primera hija, ella decía tener una gran carrera por delante como modelo, pero yo arruiné todo. No aborto ya que mi padre se había negado a esa opción desde el principio, aunque después de mi nacimiento se acabó largando y dejandonos solas.

Salí de mis pensamientos, y me fije en el hombre que tenía delante. Se presento se llamaba Alexander un nombre bastante bonito a decir verdad, pero no dije nada solo me límite a sonreirle, intentando no parecer estupida.

Me tomó la mano casi por sorpresa cuando estaba soltando el croissant.La beso, como haría un caballero en una novela de amor en el momento en que conoce a la mujer de su vida "bobadas" pensé.

-Me gusta el nombre de Alexander, tiene garra- Le observé mientras hablaba. Era guapo, y tenía un pelo bonito, siempre me fijaba en el pelo de la gente. Sería capaz de distinguir a alguien por el cabello. Era bastante atractivo y creo que yo también se lo parecía a el- Yo tengo 19 años ¿y tu?- le pregunté decidida a volver a hablar y no dejarle contestar en aquel momento. -Sabe esta hecho todo un galán me ha soltado tres piropos en menos de cuatro minutos-Le sonreí de la manera más inocente que pude.

-¿a que se dedica?, yo soy ayudante de diseñadora, más bien aprendíz...-Tomé la taza de chocolate y me quede mirando sus ojos, parecía un tipo seguro e inteligente, alguien con quien se puede hablar de todo, muy afable, y muy atractivo, llevaba bartbita de 3 días y le quedaba bastante bien a decir verdad. Pero de nuevo mi yo patoso volvió a mi, un poco de chocolate calló de nuevo en mi blusa blanca. Me dispuse a dejar la taza en la mesa, estaba nerviosa, "eres ridicula" dije para mí.

Le miré sin daber que decir. Ahí estaba yo, sentada con uno de los hombres más atractivos de Storybrooke, nerviosa como una cria y llena de manchas.

Le observe divertida mientras me hablaba. Era bastante más guapo de lo que me había parecido en un principio. Cuando me acerque más a el me di cuenta de como miraba mis labios, sonreí levemente.

-Tendras 20 años pero mucha más experiencia que yo, se te ve en la mirada- me acerqué algo más a el hata la altura de su oreja y le susurre- lo intuyo- me aleje y lo miré divertida, puse una sonrisa picara.

Me habló sobre su profesión, un pintor, todo un artista al parecer, y tambien profesor. - ¿ que tal si empeizas por dibujarme tu numero de telefono en mi muñeca?- pensé en como me vería el, pero no supe que pensar exactamente no había muchas opciones, simplemente le podía gustar o no.

-quizás podrias darme algunas clases de arte, sobre todo de pintura con mi trabajo de "ayudante de diseñadora" me hace bastante falta- Era una simple excusa para poder volver a quedar con ese chico tan atractivo. Yo dibujaba bastante bien, y seguro que a él le gustaría ver mis dibujos "artísticos".- que tal esta tarde, ¿te viene bien?- Quizás parecia algo desesperada, pero me daba igual. Si algo me gustaba iba a por el, y Alex me gustaba y mucho, no lo dejaría escapar asi como así, aunque claro esta que tendriamos que conocernos mejor.- Espero que aceptes-Sonreí, saqué un boli de mi bolsillo y se lo dí para que pudiera escribir su número en mi muñeca.