¿Otro desayuno aburrido? (Anthony)

Volvía de pasear por el bosque, mi curiosidad no tenía límites así que allí podía explorar una y otra vez saciando mi curiosidad. Era genial porque siempre descubría algo en aquel sitio y hoy no había sido menos. Había encontrado otro lugar que explorar, aunque no había tenido más tiempo porque debía volver para ocuparme de más cosas durante el día. Volví caminando al pueblo, demasiado contenta, me daban ganas incluso de saltar, pero no lo iba a hacer.

Al llegar al pueblo mi estómago rugió casi como un león. No pude evitar reirme poniendo mis manos en mi abdomen. Tenía mucha hambre así que iría al Granny's y me comería una vaca. Me gustaba aquel sitio, todo el mundo me caía bien y la comida estaba muy buena. Iba casi cada día al lugar, si no era para desayunar, era para comer o para tomar algo. Aunque las pintas que llevaba no eran propias de una fotógrafa si no más bien de una montañera, con una camisa, unos shorts y las botas. Incluso me veía sexy así. Era divertido mirarme con aquellos ojos, pero que fuera así de dulce no significaba que no me gustara atraer a los hombres.

Entré en la cafetería y me senté en una de las mesas mirando qué desayuno me iba a pedir. La camarera enseguida vino para tomarme nota. -Pues quiero un café con leche, un zumo de piña y un croissant. Eso es todo de momento. Dije con una sonrisa mientras pensaba que quizás me apetecería algo salado. -Oh, y una tostada muy hecha. Ahora sí estaba mi desayuno completo. Quizás me había pasado un poco pero tenía la suerte de no engordar así que podía comer lo que quisiera. Miré a mi alrededor para ver si veía a alguien conocido, pero había poca gente allí y nadie con quien conversar un rato.

La hora del almuerzo, por lo que significaba que tenia cuarenta y cinco minutos para buscar un buen lugar donde almorzar y relajarme. No tenia ganas de hacerme el almuerzo, y mi secretaria estaba en una reunión con uno de mis socios por lo que no podía hacérmelo, por lo que la opción mas rápida y cómoda, ademas de que de ese modo podía desconectar un rato, era ir a buscar un bar o algún restaurante. Cogí mi coche y no tarde mucho tiempo en llegar al pueblo, mientras conducía observe un restaurante bastante agradable, por lo que decidí tomarme algo allí. Aparque en el parking y baje, no sin antes ponerme las gafas. Por lo que había escuchado aquel lugar tenia buen renombre, por lo que le iba a dar una oportunidad para saber que tal eran las camareras y como era de deliciosa la comida.

No mas pasar por la puerta inmediatamente una de las camareras se me acerco y me pregunto si deseaba mesa y para cuantos personas serian, le conteste que solamente seria yo solo, me dio una mesa cerca de una joven pelirroja, muy bella debo reconocer. El restaurante olía a café y tostadas recién hechas, se me abrió el apetito, hacia tiempo que no se me abría tanto el apetito, no tardaron en darme la carta. Me quite las gafas para leer mejor, pues al ser de sol se me hacia bastante difícil leerlo,bocadillos, picada, tostadas, café, zumos.. había bastante surtido de comida de todo tipo, y no tenia muy claro porque inclinarme.

La pelirroja pidió un café con leche, un zumo de piña y un croissant, junto con una tostada bien hecha. Era una buena opción, pero que demonios, hoy no estaba mi secretaria y podría comer lo que quisiera sin preocuparme de que me renegaran por no cuidar mi salud. La camarera no tardo en volver a preguntarme sobre que me pediría, me quede pensando y finalmente me decidí por un bocadillo de lomo con queso, con una cerveza y unas olivas para picar. Mientras esperaba lo que había pedido, me quede observando el lugar, incluyendo a la joven pelirroja.

Mientras pedía miré de reojo a un hombre que se había sentado cerca mío. Mientras esperaba a que me fueran trajendo todo mi pedido le miré más decididamente con una sonrisa en mis labios. Oí cómo se pedía un bocadillo con su pertinente bebida. -Buena elección Comenté mientras le miraba con una gran sonrisa. Había probado esos bocadillos aquí y estaban buenísimos, no sabía cómo los hacían pero se lucían. Enseguida me trajeron el zumo y el café. Entonces miré a la camarera y sonreí poniendole ojitos. -¿Podrían pasarme el croissant por la plancha? Cuando me contestó que sí sonreí más feliz. Podía parecer tonta, pero me daba igual, era feliz y si el resto no lo era que se apañara.

Di un pequeño sorbo a mi café mientras cogía una servilleta y comenzaba a hacer una figurita con ella. Me aparté un poco de la mesa para poder cruzar las piernas. Lo hice de lado como si fuera una señorita, aunque con aquella pinta de exploradora poco señorita parecía. Miré nuevamente al caballero que estaba sentado cerca. Le sonreí mientras me dedicaba a mirarle simplemente. Me producía curiosidad, no sé, no sabía decir qué era lo que me producía aquella curiosidad. Cogí mi café y mi zumo, lo puse sobre su mesa y me senté enfrente suyo. -Espero no molestarle. Dije ladeando mi cabeza y sonriendole de nuevo.

Le tendí mi mano con aquella sonrisa dulce -Soy Kaileigh ¿Y usted? Pregunté con curiosidad. Cogí el café nuevamente y volví a darle un sorbo. Aquel hombre se veía experimentado en todos los aspectos, de esos hombres de los que se podían aprender muchas cosas. Me encantaba saber cosas nuevas y experimentar. Era atractivo, seguro de sí mismo y se notaba simplemente por cómo miraba. Tenía pinta de llevar un nivel de vida alto. En contraposición a mi que parecía ser una sexy leñadora. Me reí internamente por mi pensamiento. Volví a cruzarme de piernas mientras esperaba a que me trajeran todo el desayuno y a entablar una conversación con aquel desconocido.

Al decirle el menú que iba a almorzar a la camarera, al parecer del mismo modo que yo había escuchado lo que la jovencita de la mesa de al lado había pedido, ella había escuchado lo que yo había pedido, pues comento que había hecho una buena elección. Parecía una jovencita simpática, pero de nuevo jovencita¿acaso yo era el mas mayor del pueblo? ¿o no existían mujeres adultas? DE todas maneras le devolví a la joven la sonrisa que había recibido.

Luego se puso a realizar figurillas con las servilletas, para luego cruzar las piernas, de nuevo ella me miro, volvió a sonreírme. Finalmente me trajeron mi comida, justo cuando la jovencita cogió la suya y lo dejo encima de la mesa en la que me encontraba. Saco la silla y se sentó¿estaba permitido hacer eso en aquel restaurante? Bueno realmente yo lo había hecho incluso en lugares donde no debía. Tranquila no molestas, al contrario es todo un placer que una joven tan hermosa se siente en mi misma mesa. Hice un gesto con la mano, invitándola a que se sentara y se quedara.

Me tendió la mano como presentación, y se presento con el nombre de Kaileigh, un nombre bastante peculiar, jamas lo hubiera averiguador Yo soy Anthony Jackson, un placer conocerla. Tal vez ya se lo hayan dicho varias veces, o no , quien sabe, pero usted tiene un nombre muy peculiar, si no me equivoco creo que es la primera vez que lo escucho.¿Acaso es usted extranjera? Tal vez había hablado muy rápido y con demasiada información en mi frase, o no quería hablar de ello, quien sabe.
Observe como cogía el café y daba un sorbo, yo la imite pero con la cerveza. Note como el sabor de aquel liquido pasaba atravesando mi garganta y se posaba en mi estomago, después de una noche de trabajo aquel trago era una buena sensación.
Me llamo la atención su vestimenta, aunque la joven era pelirroja con muchas pecas, se me hacia bastante familiar.¿te he visto antes? Tal vez me sonara de alguna fiesta, o de haberla visto por el pueblo las veces que había asistido.

Sonreí de oreja a oreja ante el cumplido de aquel hombre. Me resultaba agradable, aunque claro, viniendo de mí no era tampoco raro, me fiaba de todo el mundo. No sé, pero tampoco estaba tan mal pensar que todo el mundo era bueno ¿no? Quizás no todo el mundo lo era, pero sí todas las personas se merecían una segunda oportunidad. Si a la tercera ya lo fastidiaban es que no merecía la pena.

Me senté sin mucho reparo, como si aquello fuese lo más normal del mundo. La silla chirrió un poco y la gente miró enseguida, aunque rápido se pusieron a lo suyo. -Encantada Anthony. Reí cortamente, sí, tenía un nombre peculiar, y sí, muchas personas me habían preguntado por él o me habían dicho que era raro. Me encogí de hombros -Si quiere puede llamarme Kai, y si no le importa ¿puedo llamarle Tony? Pregunté con curiosidad, lo cierto es que no tenía un nombre excesivamente largo pero me gusta abreviarlos porque me daba más confianza. -No, soy de aquí, desde que tengo uso de memoria que vivo aquí. ¿Y usted? Dije con una sonrisa en mis labios de nuevo. Siempre andaba sonriendo, todo el mundo debería hacerlo más.

Enseguida me trajeron el croissant y la tostada. Di un sorbo a mi zumo y un bocado a mi tostada. Sería lo primero que me comería aunque al café ya le hubiera dado más de un trago. -Mmm que yo recuerde no... Intenté hacer memoria mientras comía mi tostada, pero no, no solía ir a muchas fiestas, tenían que ser extremadamente divertidas como apra que me atreviera a ir.

Off: Lo he situado antes de tu fiesta porque como no ha avanzado, peor si eso lo cambio ^^

La joven sonrió de oreja a oreja ante mi cumplido. Parecía ser una persona que no le cuesta confiar en los desconocidos, sea para bien o para mal. Hacia mi, aquel era un punto a favor pues me gustaría llevarme bien con aquella joven, pues se me hacia familiar, aunque la idea de que se fiara de todo el mundo era preocupante, nunca sabría donde se esta metiendo, o si la están timando o usando.

Se sentó con normalidad y confianza, sin preocuparse de lo que pudieran decir de ella en el bar, claramente, que una jovencita se sentara con un hombre de mi edad, quedaba un poco extraño, a mi las habladurías me daban igual, es mas, estaba ya mas que acostumbrado, pero la joven tenia pinta de nunca haber estado sometida a aquel tipo de rumores, y por ello no debía porque pasar por aquello. Lo mismo digo Kaileigh. Era un nombre difícil de recordar y pronunciar, pero la joven no tardo en añadir que si gustaba podía llamarla kai, si ella me podía llamar Tony. Claro, será un placer. Comento que llevaba viviendo alli toda la vida, ¿acaso en eaquel pueblo todos llevaban viviendo allí toda la vida?Lo mismo que usted, vivo aquí desde que recuerdo, aunque asta ahora he estado viviendo con mi hijo adoptivo en mi casa. Le conteste devolviendole la sonrisa. Ella era una persona agradable y sonriente, cualquiera querría llevarse bien con ella, ademas tenia un aspecto frágil, con lo que me provocaba la sensación de querer cuidarla.

Comentó que a ella no le sonaba a verme visto nunca, tal vez la habría confundido con otra persona, o mi mente me había provocado una mala pasada. Entonces habrá sido mi imaginación, no se lo tome como la típica frase de ligar, ¿de acuerdo? Comente entre risas.

Lo cierto es que al notar las miradas me puse un poco incómoda, pero ya me tomaban por loca e infantil, así que qué más daba lo que pensaran de mí. Podía ser sensible pero en el fondo tenía mi carácter y sabía quién era. No necesitaba el apoyo de nadie ni el reconocimiento. Era lo bueno, que dijeran lo que dijeran si no era alguien conocido me daba igual. En eso sí que era muy sensible, me preocupaba por lo que la gente que me conocía pensara y nunca me gustaba hacer sentir mal a nadie, pero a veces por mi ingenuidad lo hacía.

Volví a sonreír de manera dulce antes de acabarme la tostada, la había devorado, pero tenía mucha hambre. Un trago de zumo vino que ni pintado. Normalmente siempre comía lo que menos me gustaba y luego con lo que disfrutaba más. -Genial, es que como tengo un nombre tan complicado así es más fácil. Dije soltando una pequeña risita. Mis padres se habían lucido la verdad, pero me gustaba tener un nombre raro, era original. Abrí los ojos curiosa, me resultaba intrigante aquello de que todo el mundo lleváramos viviendo allí toda la vida y todos desde que recordábamos. Aunque suponía que llevar tanto tiempo allí había hecho que nos olvidaramos de muchas cosas, sería l costumbre. -¡Oh! Dije con los ojos brillantes de ilusión. -¿Tiene un hijo? Me encantan los niños, son tan divertidos, ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? Casi ni respiré cuando hice las preguntas. Me solía pasar debido a mi curiosidad.

Me reí al oirle y negué con la cabeza. Hice un gesto con la mano restándole importancia. No pensaba que estuviera ligando, éramos de diferentes edades, seguramente lejanas entre sí y eso si hubiéramos ligado sería complicado. -No te preocupes Tony. Me di cuenta de que le había tuteado y entonces llevé la mano a mi boca. -Oh lo siento no quería abusar de confianza. Discúlpeme. Dije torciendo mis labios, aunque después me acabé el zumo y comencé a comer el croissant con el café. Estaba riquísimo.

Por unos segundos note como se sonrojaba, pero no le duro por mucho tiempo, ya que por lo visto pasaba un poco del asunto de los cotilleos.
Volvió a sonreír de manera dulce, sonrisa que le devolví sin pensármelo, mientras le daba un mordisco a mi bocadillo. La joven tenia razón, el bocadillo estaba bastante sabroso, el queso estaba derretido a su punto, y al parecer le habían puesto algún tipo de aceite que le daba ese toque especial pero delicioso. Termine de comerme lo que tenia en la boca y le di un sorbo a la cerveza para bajar la comida y poder contestar sin problemas.- Si la verdad, tu madre rebusco seguramente en el libro de los nombres raros.- observe como abría los ojos curiosa, ante mi respuesta, aunque pareció mas sorprendida cuando le comente que tenia un hijo. Me pregunto si tenia un hijo, seguramente para confirmar lo que acababa de escuchar, y luego comento que le encantaban los niños, ya que eran divertidos, sin dejarme responder pregunto por su nombre y su edad. Reí y cuando por fin tuve un momento para responder, conteste a sus preguntas:- Si que tengo un hijo, aunque sea adoptado, lo quiero como si tuviera mi sangre. Tiene unos 12 años, y su nombre es Hunter.-Solía llevar una foto de hunter en la cartera, pero como hace poco que la cambie, todavía no me había pasado los objetos personales.- La próxima vez te lo presentare o te enseñare una foto.-comente con una sonrisa.

Cuando le comente que no era una frase para ligar se rió y negó con la cabeza. Hizo un gesto con la mano para quitarle importancia, yo mientras tanto le daba un par de mordiscos mas al bocadillo, pues la comida fría no era realmente de mi agrado, y cogía un par de olivas. Me comento que no me preocupara, lo hizo de manera informal. Desde siempre yo había preferido que me trataran de tu, que de señor, así que no le di mucha importancia.-tranquila no te disculpes, esta bien que me tutees, de esa manera me siento menos viejo.- Comente entre risas. No me importaba bromear con mi edad, pues ya tenia asumido que muchas personas pensaran que al tener mas viejo debía ser menos gracioso y divertido, ademas que ya no podía rejuvenecer.

A veces la gente me parecía demasiado chismosa, pero mi determinación hacía que pareciese que no me importaba, aunque en realidad siempre hacía lo que mi corazón me dictaba aunque muchas veces pudiera equivocarme. Eso la gente no lo entendía muy bien y normalmente este comporamiento era criticado. A veces cuando hacía alguna locura era criticada y me tomaban por insensata, pero hacía lo que quería aunque luego tuviera que pedir perdon.

Me gustó ver cómo me devolvía aquella sonrisa dulce. A veces sentía que echaba de menos tener una família. Mi madre había muerto, y de mi padre no sabía nada. A veces me entristecía. Aquel hombre me daba tranquilidad, y apenas lo conocía, pero solía moverme por intuiciones e impulsos. El hablar sobre mi nombre me había hecho pensar en ello. -Bueno, no sé si lo hizo así, ella... murió, o eso me dijeron... Suspiré antes de seguir comiendo y bebiendo de aquel delicioso desayuno.

Me sonrojé por la emoción que había sentido en unos minutos. De pronto me encontraba escuchandole mientras me apoyaba en la mesa con ambos codos y sujetaba mi cabeza con las manos. Sonreía plenamente mientras me hablaba de su hijo. -Oh seguro que es adorable, debes ser un gran padre. Asentí con seguridad y es que tenía la apariencia de un hombre serio pero cariñoso. -Sí me encantará conocerlo! Dije totalmente ilusionada. Tomé más de mi desayuno el cual se iba terminando ya.

Me reí suavemente y le di un golpecito en el hombro -Vamos, yo odio ser una cría, tengo ganas de ser una gran mujer! Además vieja es una persona de cien años! Volví a reirme queriendo que no se sintiera viejo. Seguí comiendo mi croissant y bebiendo de mi café. -¿Y a qué te dedicas Anthony? Pregunté con curiosidad, hasta que de pronto me sonó el móvil.

Miré el número y ponía desconocido. Lo cogí de todas formas pero habría querido no cogerlo nunca. Mi cara cambió por completo, me quedaba sin piso... -Pero... le prometo que pagaré en cuanto cobre, bueno, ya sé que debo unos cuantos meses... Intenté controlar las ganas de llorar, pero las lágrimas me salían solas frente a aquel hombre. -Sí, sí, lo entiendo, pero si me diese la oportunidad... Porfa... Me colgaron -...vor Aparté el desayuno, se me había pasado las ganas de comer. Miré al hombre con tristeza. -Vaya... nunca sabes lo que te puede pasar. Suspiré negando con la cabeza. -Sin familia... sin trabajo... Tendré que dormir en un puente. Dije con media sonrisa.

Note como un cubo de agua fría caía sobre mi cuando escuche que su madre había muerto, anhelos y pensamientos de haber pasado por algo parecido recorrieron todo mi cuerpo. Agache la cabeza y la sostuve con una de las manos mientras apoyaba el codo en la mesa.-lo siento, yo no quería....-no tenia claro que decir, por lo que preferí quedarme callado, por primera vez, en mucho tiempo. ¿acaso yo había perdido alguna vez a alguien? Aunque tenia la sensación como si lo hubiera vivido, no tenia recuerdos de ello, tal vez solamente era empatia o que había visto muchas películas.

Después de comentar lo de mi hijo sonreí y dije: No lo creo, lo que ocurre es que tengo un gran hijo, yo no hago mucho, por lo tanto no soy tan buen padre como puedo aparentar desde el exterior.- si, era sincero, y no me importaba decir mis malas cualidades, mejor eso que hacerte el héroe y luego ser el villano.

Escuche lo que dije y me reí:- en ese caso cambiemos edades, ojala volviera a tener yo tu edad.- Comente entre risas. Seguí comiéndome el bocadillo, a la vez que lo intercalaba de vez en cuando con algún sorbo de cerveza.- Soy empresario, lidero una empresa de tecnología.¿ y tu tienes algún trabajo? ¿o estudias?.-cuando termine de preguntarlo, la joven recibió una llamada y la atendió, yo mientras, me terminaba las olivas que me quedaban en el cuenco, no me gustaba tirar la comida.

La joven cambio la expresión de su cara, hablaba sobre pagar , y que debía algunas cosas, al parecer por su expresión le acababan de colgar el teléfono, aparto el desayuno, con cara de que se le acababa de pasar el hambre, me miro con tristeza y comento que nunca se sabia que podía pasar. No tenia familia, ni trabajo, y ahora tampoco casa. había disfrutado mucho de aquel almuerzo, tanto por la comida como por la compañía, y aquella jovencita me producía las mismas reacciones paternales como hunter, por lo que..¡ que narices.! -Si necesitas casa, puedes venirte a pasar una temporada a la mía, siempre me hubiera gustado saber que era tener una hija, ya sabes, dicen que son mas tranquilas que los chicos.

Lo cierto es que había crecido sola, me había hecho a mí misma. Era autosuficiente, tenía trabajo, y había conseguido las cosas por mí misma. Estaba orgullosa de quien era y de todo lo que tenía. Aunque tenía que reconocer que muchas veces echaba de menos el tener a unos padres a mi lado, o al menos una mínima família. Y sobre todo sentía curiosidad por saber quién era mi padre. No sabía nada de él, ni tan siquiera lo recordaba. Sonreí con dulzura para quitarle importancia al asunto. -No te preocupes pasó hace tanto tiempo que ni me acuerdo. Me encogí de hombros resignándome ante aquel suceso.

Negué con la cabeza totalmente convencida de que lo que decía no era tan real como él lo pintaba. No dudaba que su hijo fuera un buen chico, pero él tampoco parecía un mal hombre. -Dudo que tampoco seas mal padre. Ladeé la cabeza con una sonrisa. A veces no veíamos lo que éramos capaces de hacer por los demás, si no que veíamos lo que nos aportaban los demás. -¿Sabes qué creo? Que para darle un padre a ese niño hay que ser de corazón noble. Puede que él sea un gran hijo para tí, pero estoy segura de que tú eres un gran padre para él. Asentí segura de mi misma mientras me echaba hacia atrás apoyandome en el respaldo de la silla.

Me reí divertida. -Vale, cambiamos las edades pero no los cuerpos eh! Que yo estoy bien sin barba. Me reí otra vez sacando mi lado un poco bromista. Le escuché atentamente mientras me explicaba que era empresario. -¡Guau! ¿Pero tecnología aplicada a qué?Sólo pude decir eso, me resultaba interesante e impresionante su trabajo. -¿Estudiar? No, se me da fatal, prefiero observar la vida tras el objetivo. Comenté totalmente orgullosa de vivir mi vida como yo quería. -Soy fotógrafa del periódico, no es que sea de las mejores pero me desvivo por mi trabajo, supongo que eso ya es mucho ¿no? Y es que mi espíritu aventurero y curioso hacía que fotografiara los momentos y lugares más extraños y desde puntos de vista que otros no hacían.

Después de la noticia decaí, bufé para arriba haciendo que mi flequillo subiera un poco para caer de nuevo sobre mi cara. Me sorprendió su reacción, nos conocíamos de unos minutos y me ofrecía su casa, como si fuera su hija. Me quedé en shock, sintiendo como mi corazón latía más rápido debido a la emoción, debido a aquel giro inesperado y sobretodo por que vivir con él y su hijo sería cómo tener una familia, pero mi orgullo y mi cabezonería me hacían ser un poco reticente ante la idea. -Mmmm... Dije pensativa, aunque pronto le miré decidida. -Vale, pero sólo una temporada. Aseguré suspirando para volver a sonreír. -Aunque... ¿no le vas a consultar a tu hijo? No quisiera ser una molestia. Comenté torciendo mis labios.