El sol & el torbellino. {Solagne & Vick}

Acababa de dejar a Alegna en su casa cuando me crucé con el parque y pensé que la buena noche que estaba haciendo y la animada que estaba siendo, estaría bien quedarse. Mire la hora. Las diez y media y, seguramente, Noah estaría en casa o por ahí, así que solo le envié un mensaje diciendo que vendría tarde y que cerrase la casa y solo me encaminé al parque, aparcando la moto detrás de este. Me bajé de la moto, quitándome el casco y fui hacía el gran parque lleno de niños jugando con sus bicis, sus pelotas o entre ellos. Era bonito siempre ver a los niños.. me encantaba verlos y más cuando iba al orfanato de Nora y veía a mi Mike, ese niño que le tenía un cariño extraño..

Caminé por el parque, por un lado, y vi una cafetería donde podría estar tranquilo, sin tener el peligro de toparme con ningún niño con el balón y de ser atropeyado por alguna bici. Fui a esa pequeña cafetería, mientras pasaba mi vista hacía mi lado derecho donde veía el parque y los niños jugando en el. Últimamente era ver a un niño y recordar al pequeño Mike jugando y corriendo.. y ahora estaba en el hospital por una torcedura de tobillo.
Me senté en una mesa y esperé a que fuese atendido mientras sacaba el móvil y le di a la aplicación de escribir un mensaje.. un mensaje de amor para Alegna, aunque seguramente me salga solo con un 'hola' y un 'como vas o que haces'. Siempre lo mismo.. y nunca me expresaba bien pero tiempo al tiempo, pues aun solo era una leve obsesión.

Estaba cansada de tanto trabajo, era de noche ya, y lo cierto es que tenía ganas de acabar. En Granny's siempre me quedaba a limpiarlo todo al bajar las persianas del local. Pero aquella noche había decidido no hacerlo. Estaba como nueva después del masaje de Ender el otro día así que no quería cargarme la espalda de nuevo. Así que al cerrar aquella noche salí a dar un paseo nocturno por el pueblo. Caminaba sobre mis tacones con paso tranquilo observando las calles, sintiendome algo sola, extrañamente. El haber conocido a Edmond me había desestabilizado bastante y comenzaba a odiarlo por ello. No me gustaba esa sensación tonta que se te ponía en el cuerpo cuando alguien te gustaba.

Mientras pensaba y repensaba en mi situación y en mi vida allí, acabé llegando al parque. La gente aún paseaba y estaba en la calle. Me dio por pensar en todo lo que me había perdido por irme directa del trabajo a casa y encerrarme allí como si fuera una monja de clausura. ¿Pero qué más podía hacer? Tenía un problema, y al final tendría que ir a ver a la psicóloga del pueblo. Quizás tendría que buscar un nuevo empleo, o uno más, eso haría que tuviera más dinero y por qué no, más caprichos. No era una persona ahorradora, lo justo para pagar la casa y el coche, lo necesario para vivir y poco más. El resto me lo gastaba en mi, que para eso era mi dinero, aunque trabajar en Granny's no daba para mucho más.

Al pasear por el parque me fijé en una pequeña cafetería así que por una vez quise que me atendieran a mi. Caminé hasta allí observando a la gente, pero me llamó especialmente la atención un hombre con el móvil en la mano, pensativo. Sonreí y recordé los momentos en los que yo me tiraba mirando el móvil sin saber qué escribir a los chicos que me gustaban. Me acerqué a él y sonreí. -Si no te inspiras, mejor no escribas nada. Dije como si fuera alguien para decirle aquello. -Perdón por la intromisión, pero si le escribes algo por escribir sonará más falso de lo que crees. Me encogí de hombros y miré haber si había alguna mesa libre.

No sabía que poner. ¿Cómo podría empezar un mensaje? Intenté sacar de poseía pero enseguida lo borré, pues el texto estaba mal escrito en verso y no tenia ni reglas ni nada. Ahora intenté ser más formal.. pero nada. Fueron quince intentos para empezar un bonito mensaje que sol le diría: 'Mañana a las cinco en mi casa, que vamos a ver a Nora al orfanato'.
Mire hacía mi alrededor intentando inspirarme con algo pero solo veía gente a mi alrededor. Me fije en una pequeña niña que tiraba de la camiseta de su padre intentándolo convencer para que le comprase un helado y el se negaba. Me hizo gracia la escena.. pues si fuera yo la hubiese comprado a esa pequeña rubita de vestido rojo tres helados para ella y sus amigas. Si, era bueno pero a veces me pasaba mucho.
Me conmovió tanto esa escena entre padre e hija que me llegué a imaginar dos recuerdos en mi mente: Noah cuando era aun una niña y yo solía cuidarla cuando salíamos con nuestros padres y que pasaría si Mike me pidiera lo mismo que la niña. El segundo pensamiento me dejó más parado y con esa sonrisa dulce que siempre ponía al pensar en la divertida risa de lo que se podría considerar un hijo para mi.

- 'Vick, Vick, Mirame, soy un pájaro' - y ahí fue cuando Mike cayó al suelo y se desplomó.

Al estar metido en mis recuerdos, no me di cuenta de que una voz femenina apareció por mi lado y me aconsejo que lo dejase si no tenía inspiración. Salí, de golpe, de mi hilo de voces mentales, la voz de Mike llorar, y la mire, aturdido. Mire al móvil y lo bloquee, con una sonrisa nerviosa.

- Ah, es que me quede empanado y no se me ocurre nada. -Sonreí. Mire a los ojos de la chica y, esta vez, pensé en no fijarme mucho en ella. Estaba a punto de soltarle mi típica frase 'ligona' cuando mi mente y mi corazón me detuieron gritando el nombre de Alegna y todo cambió a otra frase.- No, si es que últimamente estoy muy ido y cansado. -Reí, nervioso.- Como se nota que los hombres somos algo pato patosos. -La veía y la veía más de cerca, mientras hablaba con un tono amigable, y me seguía sondando de algo.. hasta que caí.- Oye, tu trabajas en el Granny's, ¿No? Es que me suena tu cara... eras Sol, ¿verdad? -Sonreí, alcanzando la silla de mi lado y poniéndosela a su lado.- Sientaté, mujer, no me molestas. -2]]Si, siempre tan social y servicial.[/b]

Vick se había quedado empanado, no sabía hasta qué punto me ignoraba o estaba realmente ensimismado con ese mensaje que quería enviar. Vi cuando se dio cuenta que bloqueó el móvil enseguida sonriendo nervioso. -Tranquilo, que no me importa lo que escribieras. Dije con una leve sonrisa, como siempre tan simpática y encantadora. Pero era verdad, realmente me daba igual lo que escribiera, aunque podía entender que se sintiera incómodo al saber que había visto que quería escribir algo en él. Quizás a alguien especial, porque si no, no habría tanto nerviosismo en sus gestos.

Reí levemente mientras negaba con la cabeza. -No te preocupes que ya se te ocurrirá algo. Dije mirandole fijamente. Era de los pocos hombres que me miraba a los ojos. ¿Sería gay? Daba igual, no estaba para ligar. Aunque el tonteo siempre me gustaba, a decir verdad, así había empezado todo con Edmond, con ese tonteo que hacemos cuando alguien nos parece atractivo. -Creo que más de uno estamos así, aunque conozco un buen masajista que me ha dejado como nueva. Sonreí tranquilamente. -Bueno, hay a algunos que se les da demasiado bien algunas cosas Dije torciendo mis labios recordando todas las malas historias con hombres que había tenido a lo largo de la vida, y eso me hacía preguntarme si Edmond y su encantadora forma de ser era porque era así con todas o solo conmigo... Suspiré ante este pensamiento pero pronto volví a centrarme en Vick.

-Exacto a todo Reí sutilmente. -Gracias Vick Dije sentandome en la silla que acababa de alcanzar para mi. Me senté con él viendo cómo venían a atender. -Quiero un café con leche gracias. A esas horas no me apetecía nada más que un simple café. -Y qué te trae por aquí? Pregunté curiosa ante su presencia en aquella cafetería, y además también por hablar de algo.

Al final terminñe por guardar el móvil. Si el me vencía, siempre quedaba el plan B: 'al bolsillo y para la saca'. La verdad era una buena manera de rendirme e ir por el camino fácil si siempre pensaba así pero, en fin, si no tenía inspiración no podía exprimir ahora a mi cabeza que pensase algo en lo que carecía, más que dolor de cabeza y malos recuerdos del pequeño Mike.

Sabía que era Solange muchas veces se lo veía puesto al lado de su pecho y siempre me fijaba en esos pequeños detalles a parte de averiguar cual sería la talla de su sostén; entretenimiento en mis horas libres, eso era todo un deporte olímpico. Muchas veces ella me habría atendido a traerme un café con tostadas o algo pero nunca había hablado con ella hasta ahora; ultimamente me daba mucho por hablar con las personas de por aquí desde que conocía Aly.. si, ella me cambio la vida a ser un chico con la cabeza asentada y más feliz.

- No te crea, soy mu' tonto a la hora de escribir cosas sobre el amor. Se me da mejor decir las cosas a la cara o en otros lugares. -Reí con picardía, pero era verdad.. ¿por qué me pondría romántico esos momentos? Era bonito saber que, al menos, la quería por su corazón y eso ella me lo tenía valorado y era la verdad.- Como a mi los mensajes de texto y a ti no quemarme los bordes de mi tostada. -Volví a reír, con ironía por lo que dijo. Me encantaba gastar la tipica broma donde solo la persona la entendería.- Pero, tranquila, a mi me encantan las tostasdas que me haces por las mañanas. -Le puse una man en mi hombro, con una sonrisa y asintiendo. Yo era de esas personas que le encantaba tocar a la gente, como decía mi madre: 'muy pegajosa', por eso no aparté su mano hasta que no me di cuenta y me eché a reír.- ¿Ves? Es que te tengo vigilada y nunca olvido a los angelitos como tu, querida. -Le guiñe un ojo. Justamente vino el camarero a atendernos y yo le mire, con una amplia sonrisa.- 2]]A mi dame un café con leche con un belmonte mismo.[/b] -Y el camarero se fue, dejándonos solos otra vez.- Bueno, estoy aquí porque estar en casa solo y amargado me aburre un poco, ¿sabes? Y como estoy de vacaciones y mi señorita no quiere salir de casa, pues salgo solo. -Le expliqué, con una leve sonrisa.- Solo, solo, solo. -Canturré en un tono grave, como si pareciese un cante de copla antiguo y me eché a reír.- Perdona, se me va mucho la olla.. estoy de vacaciones y no me controlo. -Dije, con ironía y esa risa divertida y dicharrachera tan característica en mi a la hora de hablar con gente.- ¿Y tu? ¿Ya saliste de trabajar?