Un probador ocupado (Haley Nikeos)

Hay esta Malvina V.DiDonato en una de las tiendas de ropa más caras de Storybrooke. No tenía dinero para comprar nada, pero por probarse ropa no te combran ¿o si?. Caminé hasta uno de los estantes de vestidos. Los tejidos eran maravillosos, seda,Cachemira, estampadas, con pedrería. "Que maravilla" pensé mientras miraba los vestidos con admiración. Pero uno llamó mi atención notablemente. No sería más largo que a la mitad del muslo, de color dorado y lleno de pedrerías del mismo color. Toda la espalda era descubierta. Lo saqué de la percha para verlo aun mejor. Me imagine como me quedaría. era totalmente maravilloso.

-Seguro que te queda genial- Miré hacia la dependienta que me hablaba-Tienes un cuerpo maravilloso y ese vestido te irá genial ¿Te lo vas a probar?- Sonreí levemente mientras asentía. Estaba claro que me lo probaría, pero comprarlo no entraba dentro ni de las posibilidades ni de mi cartera, ya que ahora no contaba con el dinero. No había mirado el precio pero no sería demasiado barato, así que disimuladamente observé la etiqueta ¡1800 dolares!. Se iba muchisimo de precio, no podría tener aquel vestido nunca en la vida. Pero igualmente disimulé. -Bueno iré al probador a ver que tal me queda- Le dí la espalda a la pelirrubia y me encaminé hasta los probadores sin dejar de pensar en cuanto tiempo podría conseguir ese dinero, pero en menos de 3 meses no lo conseguiría y por ese tiempo ya lo habría comprado alguien. Cogí unos tacones de camino al probador.

No había demasiada gente pero no se muy bien el porque me dirigí a los del fondo, eran más grander y siempre tenían una sillita y la luminosidad mucho más amplia.
Abrí la cortina dandole vueltas al tema del vestido. Pero claro yo Malvina tenía que hacer siempre de las mias, el probador estaba ocupado, un chico estaba allí con una camisa blanca abierta que pareció sorprenderse mucho. -Lo siento, lo siento pensé que no estaba ocupado, no le molestare más- Pero en aquel momento recordé que lo ví alguna vez con un cámara de fotos por Storybrooke- Valla creo que te conozco, eres ese tipo que va al bosque y hecha muchas fotos, yo me pongo siempre debajo del sauce llorón y te he visto una que otra vez- Recordé que estaba con la camisa abierta y quizás mi presencia se le hacia molesta- Oh lo siento dejaré que te pruebes tranquilo- sonreí y le di la espalda

Bufé una vez mas observando la camisa. ¿Por qué siempre que sucedía algo sucedía cuando llevaba puesta la camisa blanca? Si me mancho la negra no se nota tanto y se puede disimular... pero esto... ya puedo darla por perdida. Es la quinta vez que froto y le echo de todo a esta camisa, pero esta claro que la sangre de Ness no va a irse ni por asomo. Y no es plan de llevar la camisa asi, van a pensar que me matado a alguien.
Resoplo y la rompo, dejandola en un cajón para trapos y me pongo una azul oscuro, remangandomela hasta el codo. Voy a tener que ir a comprarme otra. No soporto comprar ropa. Es una estupidez. ¿Mientras tengas que ponerte de que sirve gastar dinero en engrosar el armario? Me hace gracia hasta el punto de dar lástima esa gente que tiene cosas en el armario que se han puesto una o dos veces y les han costado un ojo de la cara.
Llego al centro comercial y entro en la primera tienda de ropa que veo. Sé que es bastante cara, pero todas las camisas que tengo las he comprado aqui. Prefiero gastarme mas dinero y no tener que venir en una buena temporada. La gente cree que no, pero la calidad dista mucho de una camisa de treinta dolares a una de cincuenta. Una de treinta te durará con suerte un par de temporadas, y la segunda estará medio descolorída o estropeada. Una camisa de cincuenta dolares puedes usarla un lustro entero que seguirá como nueva.
Localizo enseguida una camisa blanca, básica y sencilla, con un solo bolsillo a la altura del corazón y un pequeño bordado en la manga derecha, dos iniciales que imagino serán del diseñador. No hay que ser una estrella ni un genio para diseñar una camisa blanca básica, pero parece ser que hasta para eso hay gente mejor y peor.
Me meto en el probador y me deshago enseguida de la que llevo puesta, pasandome las mangas de la nueva para asegurarme de que me va bien. No quiero llegar a casa y tener que volver. Estoy empezando a abrocharme cuando la cortina se abre y una chica entra toda decidida al probador. Bueno, o casi entra porque se queda parada en la puerta y se disculpa a toda prisa, haciendo amago de cerrar pero volviendose a mirarme, reconociendome y explicandome algo antes de volver a disculparse y cerrar la cortina esta vez si, tras ella. No puedo evitarlo y se me escapa una leve carcajada mientras termino de abrocharme, mirandome en el espejo unos segundos, dando el visto bueno y cambiandome de nuevo, saliendo. Me fijo en la chica, que al final ha acabado en el probador de enfrente con un vestido dorado que la hace ver espectacular. ¿Vas a alguna fiesta? No te van a quitar los ojos de encima si te pones eso... Le tiendo la mano, dandole un beso en los nudillos en cuanto me tiende la suya. Soy Haley... y si, suelo estar haciendo fotos por el pueblo, y por el bosque en mi tiempo libre. La chica me suena, es verdad. Repasaré mis fotos cuando llegue a casa.

Escuché como el muchacho reía, me metí en el probador de en frente, no era el más grande pero no estaba mal. Me desbestí y me puse aquel maravilloso vestido. Me miré en el espejo. Valla era una preciosidad de vestido, y no estaba nada mal con el la verdad. Salí fuera para verme más de lejos, estuve mirandome y observanto las costuras y la forma durante unos minutos. Era perfecto y no podría hacerlo yo misma ese vestido estaba hecho con una de las máquinas de coser más potentes del mercado, sabía reconocer aquella delicada costura entre miles. Me podía hacer uno similar pero nunca ese era completamente perfecto.

El reflejo del muchacho de antes en el espejo me saco de mis pensamientos, y mucho más sus halagos. -No no voy a ninguna fiesta, y me parece que seras la unica persona que me verá con el, se me va un pelín de precio, como unos 1800$ - Sonreí. El joven fotógrafo se presento con un beso cortes en la mano. -Encantada Haley yo soy Malvina- Le sonreí y le plante dos besos, uno en cada mejilla.

-¿Y tu que te la quedas?- dije señalando la camisa- Te quedaba muy bien abierta claro, es como te la he podido ver- sonreí ante mis palabras algo picaronas.-Seguro que en negra te iría genial, si te pruebas alguna te puedo dar mi opinión profesional- dije poniendo un tono de voz serio, pero estaba claro que bromeaba. - A y por cierto gracias por eso que decias que no me iban a quitar los ojos de encima, al menos alguien me a visto con el, aunque creo que tu has apartado la mirada muy rápido- Bromee

Me metí en el probador para cambiarme de ropa. Cuando salí, fuí hasta uno de los estantes y deje allí el vestido pero no pude resistirme de acercarme a la caja donde estaba el tal Haley. -Oye-dije dandole un golpecito en la espalda- ¿porque no te pruebas una camisa negra?, estoy segura de que esta te quedara genial- dije cogiendo una camisa de los estantes.

Me quedo algo parado ante las palabras de la chica. Esta claro que no tiene pelos en la lengua, eso seguro. Logro reaccionar cuando se mete en el probador y me acerco a la caja aun suspirando. No me gusta gastar el dinero en ropa, pero siendo que tengo que ir a trabajar no puedo ir con ropa manchada o con agujeros. Tengo que estar minimamente presentable cuando paseo por el pueblo. Maldigo el momento en el que pensé en pasear a Ness sin cambiarme de ropa porque "total, nunca pasa nada". Algun ente superior estaba en mi contra, esta claro.
Espero a que la chica me atienda y mientras voy sacando la cartera de mi bolsillo, abriendola y rebuscando por unos cuantos billetes, los justos y necesarios. Me sobresalto al sentir un toque en mi espalda, aunque no lo dejo notar. O espero que no se haya notado al menos. No estoy acostumbrado al contacto físico. Giro la cabeza un poco y sonrío de medio lado al ver a la chica de antes. Malvina creo que ha dicho. Un nombre demasiado largo. Observo la camisa que me señala y alzo las cejas. ¿Es que acaso era un comercial oculto de la tienda o qué? Me temo que ya tengo una camisa negra... esta vez buscaba una blanca. Pero gracias. Saco los billetes y pago a la mujer que todavía esta esperando y me entrega la camisa nueva metida en una bolsa de cartón con el logotipo de la tienda bien en grande. Como si quien comprase allí tuviese que ir proclamandolo a los cuatro vientos. Un placer, Malvina. Espero que nos veamos por ahí. Le guiño un ojo y dedicandole una sonrisa salgo de la tienda dispuesto a volver directo a casa, aunque el olor de los frapuccinos de la cafetería ambulante puede conmigo y acabo acercandome a por uno.

Me quede patidifusa cuando aquel chico, salió de allí con un simple guiño de ojo, no estaba acostumbrada a ese comportamiento de los hombres hacia mi persona. Es más, siempre solían ir tras de mí o coquetear, eso no hacía mal a nadie. Y digo poco, si esa proposición se la hubiera hecho a otro chico ahora estaría metido en el probador babeando y probandose aquella camisa, pero aquel Haley había hecho algo que jamás nadie había hecho, dejarme hay con la palabra en la boca y una curiosidad muy intrigante. Así que salí de la tienda sumida en mis pensamientos e ignorando los comentarios que hacía la dependienta. "Estoy perdiendo cualidades"- pensé mientras ladee un poco la cabeza.

Caminé durante un rato hasta que llegué a otra de las tiendas que quería visitar aquel día, heche un vistazo a los vestidos del escaparate no había gran cosa, pero seguro que si rebuscaba un poco había algo de provecho. Pero entonces vi reflejado en el cristal a ese muchacho que me había dejado un poco "soprenndida" por así decirlo. Estaba sentado en una mesa y con un café en las manos. No lo dude ni un segundo y me volví acercar a él.

Pensé una excusa en el trayecto y aunque no tuve mucho tiempo no fué tan mala como parecía. -Haley te debo un café- le dije- haber te he visto sin camiseta y ni siquiera nos hemos tomado nada, y a es hay que ponerle un buen remedio- Me senté a su lado, siempre había tenido mucho morro y hoy lo estaba demostrando con creces. -A mi pongame un batido de fresa helado con nata- le dije al camarero que se acercó. -¿sabes me causas cierta curiosidad y no se bien por que...quizas puedas resolver mis dudas? y así poner mi ego en su sitio la verdad que me lo has bajado mucho- bromee señalando hacia arriba. -¿porque no te gusto?- paré en seco y me autocorregí-quiero decir, e intentado ser simpatica y tu ni si quiera te has fijado en mi, me vas a tener que pagar el psiquiatra- reí

Espero pacientemente a que se vaya reduciendo la cola en la cafetería y en cuanto pago mi café y lo tengo en mis manos no puedo hacer mas que sonreir aspirando el aroma que este desprende. No soy muy asiduo a tomar nada en las cafeterías, me gusta el café que yo mismo preparo... pero boh, estos frapuccinos son de lo mejor del mundo. Tengo que volver a probar a ver si logro prepararlos. La última vez que lo intenté fué un completo desastre.
Nada mas darme la vuelta busco con la mirada una mesa vacía y por suerte doy con una. Me siento y dejo el café sobre la mesa, cruzando una pierna sobre la otra y observando la gente pasar por el centro. Hay de todo. Siempre está quien va de paseo, quien esta tan obcecado por las compras que va de un lado para otro como una peonza, quien tiene prisa y recuerda que tiene que comprar algo-muchas veces ni fijandose en lo que compra- y las niñas que no van a comprar nada pero se lo pasan bomba probandose toda la ropa que pueden.
Alzo la mirada cuando oigo mi nombre, algo confundido debo admitir. Pero cuando veo a la chica sentarse en la silla a mi lado en mi misma mesa se me aclara todo. La escucho sin perder detalle y sonrío de medio lado, relajado. Se la ve muy tranquila y actua con naturalidad, pero sus palabras demuestran que esta hecha un manojo de nervios por dentro. ¿Quizá frustración? Una lástima, no pensaba que alguien como yo podría afectarla asi. Bueno, debo decir que si me he fijado en ti, ¿o no te he alagado en los probadores? Acentúo un poco mas mi sonrisa cuando se queda parada, creo que se ha dado cuenta de ese detalle. Quizá se le había pasado por alto. Tomo mi taza de café con una sola mano y le doy un sorbo sin quitarle el ojo de encima. Vuelvo a recostarme en la silla y la miro. Siendo sincero, eres muy guapa... y muy joven. ¿Qué tendría?¿20? No puedo creerme que este diciendo algo asi en serio. Osea...¿ella intentaba gustarme? No tiene ningun sentido.

Le mire fijamentente mientras el camarero colocaba mi batido de fresa en la mesa. Era cierto el me había halagado en los probadores pero si le hubiera dicho eso de probarse la camisa negra a cualquier otro chico habría caido en mis redes en menos de 5 minutos. Pero este chico era diferente...No sabía porque pero el me parecía muy interesante y la verdad que su belleza ayudaba a que eso se incrementara.

Cuando dijo que era guapa y joven me choco un poco, vale el sería algo más mayor que yo pero la edad nunca había sido un impedimento para una persona como yo. -Si tengo casi 20...- le dí un sorbo al batido y le mire sonriente- pero sabes la edad es algo que no tiene importancia, un simple numero no tiene que regir el sentimiento de las personas, quiero decir, tu me pareces guapo y aunque me digas tu edad eso no cambiara, o puede que sí, pero siempre a mejor- Le guiñe un ojo mientras soltaba una pequeña carcajada. Observe que no hacía apenas una mueca parecía que aquel chico o no mostraba sentimientos o no los tenía y eso me gustaba aun más estaba decidida a buscarlos.

-¿te gusta la nata?- le pregunte cogiendo un poco de mi batido con el dedo-Veía un programa de cocina cuando era pequeña y siempre decía que el olor de la nata trasmitía sensaciones desconocidas- Me acerque la nata a la narís y olí.- y tiene razón, mira pureba tu- acerque mi dedo hasta su cara y ....ZAS pringado de nata toda la nariz- sabía que ibas a picar-dije entrecarcajadas- Espero que no te halla molestado...quizas te parezco una cría...pero seguro que esta cria puede gustarte un poquito...-

No puedo evitar la carcajada al oirla, apoyando mis codos en la mesa y acercandome mas en su dirección, observandola. Resulta incluso divertida la idea de que esté interesandole a una chica como ella. Asi que veinte años...casi. Asi que serán diecinueve. Sonrío de medio lado observando el batido de fresa. Se nota que aqui los hacen naturales, pues pueden verse algunas de las semillas de las fresas. Me siento ligeramente alagado y a la vez extrañado porque este intentando ligar conmigo. No me cabe en la cabeza.
Me gasta la bromita con la nata, una bromita del todo infantil, sin duda, pero no me molesta. De hecho es algo extraño la de confianza que se toma esta chica. Extraño e inusual. Por suerte no soy una persona fácil de molestar. Si no te molesta la pregunta...¿puede saberse que interés tienes en gustarme? No me conoces de nada. ¿Es algun tipo de apuesta o simplemente que no soportas que un hombre no se interese en ti? Eso puede llegar a ser una idea realmente prepotente. Espero que no sea asi.
Un delicioso olor empezó a llenar el aire y me di cuenta de que en la misma cafetería también hacen crepes. Alguien había pedido uno y por eso huele tanto. Solo del olorcito me entran ganas de tomar uno, asi que llamo al camarero y le encargo uno de jamón serrano y queso, babeando solo con pensar en lo que estan a punto de servirme. Me temo que tendrás que permitirme que esta vez invite yo. En otra ocasión quizá podrás darme ese café que dices deberme.

Rió ante su pregunta de si todo eso era una apuesta o era la simple idea de no gustar a los hombres. A decir verdad si el hubiera sido otro tipo de chico quizás hubiera sido esa opción, pero el parecía diferente y quería gustarle porque el a mi me estaba empezando a gustar, y desde que tuve edad de pensar con coherencia siempre había creido que gustarle a una persona que a ti nunca te va a gustar era una gilipillez. -La verdad es que me pareces tan diferente que me llamas muchisimo la atención, me encantaría gustarte- Le sonreí como si aquellas palabras no tuvieran la importancia que tenían... -Eres muy sexy ¿sabes? hay con esa camisa que te queda genial que la llevas por ponerte algo, no eres de esos chicos que se colocan delante del armario y se pone a pensar que me pondre hoy. No tu eres del que coges lo primero que ves y te queda genial, y vas causando sensación sin apenas darte cuenta- Paré y le día otro sorbo al batido.

-¿Perdona?, no acepto para nada, te debo un café y te lo pagare y esa tortita de jamon también...-Alzo la mano llamando al camarero de nuevo- Y a mi pongame un gofre con don bolas de helado de stracciatella, con sirope de chocolate y también de chocolate blanco porfavor- El camarero se va algo sorprendido, soy delgadita sí, pero como muchisimo y todo lo que me apetece, pero claro hago deporte y mi metabolisto es así.

Miro de nuevo al chico intentando leer algo en aquella mirada que hacía que mi corazón se acelerace. Pero no veía absolutamente nada, sabía que era un chico especial y eso me encantaba...- Eres muy mono eh, me voy acercar más a ti espero que no te importe- Agarré mi silla y me coloqué cerca de el tan cerca que podía notar su brazo cerca del mio. -Hueles muy bien...- Me acerqué un poco a su cuello y olí. mi nariz lo rozo un poco, pero no vi que el se asaltase por eso- Valla que perfume usas me lo vas a tener que prestar asi me lo podré poner y acordarme siempre de tí, aunque me acordaría de todos modos- Reí de medio lado... Quizás la situación le estaba pareciendo un poco "agresiva" pero yo era así, y la verdad me lo estaba pasando muy bien. -Ah y no te afeites nunca, me encantas con esa barbita de dos días...-Se la toco con la mano acariciando su mejilla. -Eres tan mono- Me acerco a el y le planto un beso en la mejilla pero cerca de la comisura de sus labios.

No pude evitarlo, empezaba a ruborizarme tanto halago. Pura palabrería, estoy seguro. Nunca he creido en el amor a primera vista, aunque si en el encaprichamiento. Y por la forma en la que habla es mas bien lo segundo. Sigo pensando que esto es por una apuesta. ¿Qué sales ganando? La verdad es que ha acertado en eso de que no me paro dos veces a mirar que me pongo. Mi armario esta ocupado solamente por unos cuantos tejanos oscuros y algunas camisas de colores neutros, alguna azul, blancas, negras y grises. Asi coja lo que coja seguro que combina, por muy dormido que esté al vestirme.
Vale, vale, no voy a insistir. Tu pagas. No pienso ponerme a discutir con ello, aunque alucino al ver lo que se pide. ¿De verdad eso le cabe en un cuerpo tan pequeño? ¿Quieres decir que eso te cabrá en el cuerpo? Río levemente y vuelvo a echarme para atrás, mirandola. No es del todo desagradable la compañía. No acostumbro a estar acompañado. Sin embargo vuelve a sorprenderme cuando se acerca y empieza con el contacto físico sin cortarse un pelo. ¿Pero de donde sale esta chica? Tu no sabes lo que es la intimidad, ¿no? No quiero imaginar lo que debe ser tenerla en casa. Que miedo.
El camarero se acerca con el gofre que se ha pedido y casi me da una subida de azucar solo con verlo. Que cosa mas... bestia. Oye, no, ahora en serio. ¿Qué te has apostado?

Incredula lo miro, ¿de veras cree que todo esto es una apuesta? ¿no me puede gustar simplemente? Siempre he sido de ese tipo de personas que cuando ve a alguien y siente algo va a por ello, decidida ya que si no lo eres puedes perder muchas cosas de la vida. -No he apostado nada- me pongo algo más seria ya que me cuestiona. Quizás el tenga razón o no este acostumbrado... pero claro Malvina solo hay una. Me alejo un poco de el y alcanzo mi plato que a traido el camarero. Haley me pregunta sorprendido si eso me cabía en el cuerpo y asiento - y tanto que si... y por cierto si se lo que es intimidad... solo he tenido impulsos...siento si te e molestado-vuelvo alejarme de el... en aquel momento pienso en lo ridiculo de la situación El me estaba rechazando y además no paraba de decirme eso de una apuesta, ¿para que iba a apostar yo eso? era ridiculo...-Mira Haley esto no es ninguna apuesta me creas no o no... creo que no ha sido buena idea... y aunque me parezcas iteresante creo que lo mejor sera que me marche -- cojo una servilleta y le apunto unas cordenadas...no le daría mi movil pero si la dirección de mi parte favorita del bosque, muchas veces estaba alli.. y si a el le había despertado una mínima parte de curiosidad iría algun día y si no quizas el no era mi destino. Lo mire y se la tendí- Toma si me quieres volver a ver....quizas sea la mejor opción- Me saqué 20$ del bolsillo y lo puse en la mesa, el pedido no sería más de unos 15 asi que le di le sobra. -Adiós Haley-dije poniendome de pié- quizás otro día podamos coincidir.

Me marche de allí sin mirar atras. Si el me quería volver a ver podría hacerlo tenia esas cordenadas y no perdería la esperanza de que el iría algun día. Tenía algo que me gustaba y por ello tome aquella decisión.

Me quedo algo parado ante el repentino cambio de actitud de la chica. Lo ultimo que deseaba era herirla, fuera o no intencionadamente. Miré las coordenadas que ponía en la servilleta. ¿De verdad conocia las coordenadas de los lugares del bosque o me estaba tomando el pelo? Iba a necesitar una brújula y un mapa. Espera, espera. ¿De verdad estaba pensando eso?¿Estaba pensando en reunirme con aquella chiquilla descarada? Supongo que si. Lo haría tarde o temprano.
Termino tranquilamente con mi crepe, pensando y cuando el camarero vino pague la cuenta, dejandole lo que sobraba como propina. Se lo devolvería, estaba convencido de ello. Me estaba sintiendo realmente mal con la idea de haberle hecho daño. Recogí la bolsa con la camisa y me levaanté nada mas terminarme el crepe, saliendo en dirección a casa. Encuentro a Ness tumbada en su cama y tras dejar la camisa en el armario me siento a su lado, rascandole tras las orejas y observando las coordenadas de la servilleta. Desde luego Ness, no deberíamos salir del bosque.