Trabajando o haciendo ver que lo hago {libre}

En este hospital no es que hubiera muchos accidentes, tenía suerte si trataba un par de traumas al dia, un accidente de coche, casi siempre a la salida de Storybrook, un golpe, un puñetazo en una pelea de bar, un martillazo en un dedo...
los chiquillos que normalmente se rompian jugando un brazo, una pierna, accidentes tipicos, nada impresionante, pero lo que si habia era mucho papeleo - Gilliam, pasamé el informe del Señor Robinson - la chica me acercó el informe - esta esperandola en la sala de trauma 5 - me contestó y le sonrei - ok , muchas gracias - me dirigí con paso rápido - Buenas tardes, Señor Robinson, que tenemos hoy? - le pregunté mirando el informe y al alzar la cabeza - Dios mio... - si, ya conocía sus meteduras de pata, pero esta uff... - como... se ha hecho eso? - tenía varios clavos clavados en la rodilla - una pistola para disparar clavos, se quedó atascada y... - frunci el ceño encogiendo la nariz y alzando la mano - vale vale, no me diga mas - me puse los guantes - no deberia usar esas cosas y menos usted, que no es por nada, pero deveria haber escarmentado ya, miré su informe - se lo puse al lado, su historial medico era el libro gordo de pepete - sabe como podría haber acabado? se le podria haber clavado uno de esos clavos en el ojo, podria haber perdido el ojo, tiene que pensar en las consecuencias antes de hacer estas cosas - le examiné la rodilla - tumbesé en la camilla con cuidado, voy a hacerle unas placas... - lo ayudé a tumbarse y me puse el chaleco de plomo, le meti una placa bajo la pierna y acerqué el fluoroscopio - no se mueva - le pedí mientras disparaba la maquina y sacaba las radiografias

Los hospitales jamas me habían sido cómodos, quizás porque nunca me había acostumbrado a ellos. Aun así me gustaba venir a veces a ayudar como voluntaria en lo que podía y también a dejar galletas a las enfermeras o a los pacientes del cuarto infantil. Esa era la razón que le había llevado allí en esa ocasión. Con la canasta de galletas recién horneadas en una mano y una sonrisa en la cara entre. De inmediato sentí las luces flourecentes rebotando contra mi falda color rosa pastel. Retire de ellas un par de arrugitas con mi mano libre y seguí con mi camino a través de los largos pasillos. Finalmente llegue a donde usualmente se encontraba la enfermera de guardia del cuarto infantil pero hoy curiosamente no había nadie. Coloque la cesta sobre el escritorio y espere. Cualquier otra persona simplemente habría entrado pero yo no lo hice. Mire mis zapatillas blancas y juguetee un poco con mi cabello mientras tarareaba una de las nuevas melodías que estaba componiendo.

El asunto del señor Robinson me llevó a meterlo en quirofano, anestasiarlo y sacarle los clavos que tenía en los huesos y en los musculos , tras vacunarlo del tetano y subirlo a observación mientras se despertaba de la anestesia, luego podría irse a casa tranquilamente aunque con muletas claro, por suerte no habia sufrido ningun daño interno que no se reparara en unas semanas, tenía siete vidas como los gatos, al bajar de observación y pasar por pediatria me encontré a una de las voluntarias - Hola, estas esperando a alguien? - un olorcito muy agradable me golpeó la nariz y casi me hace desmayar , mi estomago protestó porque no le había metido nada en cinco horas mas que agua - eso son... son galletas? galletas caseras? - casi babeé al preguntarlo

Mire a la doctora que acababa de aparecer por el pasillo. La conocía de vista de mis anteriores visitas y me parecía una mujer muy amable pero jamas me había detenido a hablar con ella. "Hola, si, justamente son galletas caseras, ¿quiere una?" dije abriendo la cesta para mostrarle las galletas.
Siempre me había parecido que el trabajo de un doctor era sumamente difícil, sin duda no debía estar equivocada, y la verdad es que la pobre se veía hambrienta y merecía un par de galletas. "Toma las que quieras, se te ve un poco cansada"

De todas formas siempre podría hacerles mas a los niños, no me importaba quedarme un poco tarde en casa horneando, amaba cocinar y adoraba hornear, ademas dado que trabajaba desde casa y tocaba el piano solo para ocasiones especiales tenia mucho tiempo libre sola en casa.

la verdad es que si que lo estoy, pero estoy mas cansada de andar para arriba y para abajo que por pasarme horas metida en el quirofano - Sonrei cuando me ofreció las galletas - normalmente no suelo hacer estas cosas, bueno, los cirujanos no suelen ir mendigando comida , mas bien lo hacen las enfermeras, ellas son las que se acaban comiendo los bombones de los pacientes - rei bromeando y miré las galletas cuando abrió la cesta- gracias, con una es suficiente, asi me quito el gusanillo, llevo mucho sin probar una - cogi una de ellas - vaya que buena pinta.. - probé un poco saboreandola y casi puse los ojos en blanco - que rica ! las has hecho tu? - sonrei dando otro mordisco

Le agradezco el cumplido con una sonrisa, alegre de que a ella parezcan gustarle. Me gusta ver a la gente sentirse un poco mejor gracias a mi, me hace pensar que estoy logrando un cambio pequeño pero notorio dentro de ellos. A veces me siento muy dada a ir por alli queriendo hacer a todo el mundo feliz, probablemente porque eso me hace feliz a mi también.

Me reí por su comentario de las enfermeras, no me sorprendía que las pobres necesitaran una dosis de azúcar de vez en cuando y me hice una nota mental para traerles tartaletas un día de estos.
-Muchas gracias, si, la verdad es que las he hecho yo esta mañana-sin dejar de sonreír yo misma tome una de las galletas y la provee. Me había quedado muy bien.

rei - pues vaya manos que tienes, se te da muy bien - mordí otro trocito - a mis niñas les encantarian - sonreí - no tengo tiempo para hacerles galletas, en realidad no tengo casi ni tiempo para estar con ellas, casi cada noche me llaman por alguna emergencia y tengo que salir corriendo y traermelas medio dormidas , ahora mismo estan durmiendo en la guardería mi expresión cambió a algo tristona al pensarlo - soy una madre horrible - di otro bocado a la galleta con aquella amarga sensación de culpabilidad - deberia hacerles alguna tarta de vez en cuando, tampoco se tarda mucho no? - la miré - aunque llego tan agotada que se me cierran los ojos y no llego ni a la cama, me quedo dormida en el sofá , puede que lo intente en mi dia libre - sonrei levemente

"Muchas gracias, me gusta muchísimo cocinar y mi abuela me enseño muchas recetas aunque casi solo se me dan los postres" suelto un suspiro al pensar en mi abuela, quien sin duda fue de gran ayuda para mi en mas de un sentido. Me entristeció notar la forma en que el rostro de la doctora se tornaba triste mientras hablaba de sus hijas y del poco tiempo que pasaba con ellas "No creo que usted sea una horrible madre simplemente tiene que trabajar, mi madre también trabajaba mucho pero yo se que me quería. La cosa esta en saber organizar bien el tiempo" me dije a mi misma que quizás no debía estarme entrometiendo con la vida de aquella mujer pero me daba un poco de angustia el ver lo triste que parecía sentirse por la situación. Le sonreí alentadoramente cuando hablo de preparar una tarta "Pues si que es facil, deberia darse una oportunidad para intentarlo y tanto si lo logra como si no ¡es muy divertido el proceso!"

que tierna - sonrei con ternura al oirla hablar de su abuela, aunque por el modo en que habia suspirado me imaginé que ya no estaba con ella , le asentí a lo de organizarme - si, tengo que intentarlo, por ellas, son lo único que tengo y ellas son lo mas importante de mi vida es mas... - se me ocurrió una idea - mañana voy a tomarme el dia libre - entrecerré los ojos pensando - porqué no?, me deben dias - pensé - un monton de dias en realidad - sonrei porque la perspectiva de pasar el dia con mis hijas era algo que me hacia mucha ilusión logicamente - lo malo es que tengo varios post-operatorios y no me gusta dejarselos a cualquiera, pero avisaré que me llamen si algo se complica, de todas formas no voy a salir del pueblo, seguro que preparar una tarta les encanta y no precisamente porque disfruten comiendosela si no porque les encanta pringarse - reí - gracias - le acaricié el brazo en señal de agradecimiento - y tu a que te dedicas? estoy segura de que hijos no tienes aun, eres muy joven - sonrei

Me sonroje al escucharla llamarme tierna y aparte un poco la mirada avergonzada. Me encanto la forma en que sus ojos brillaron decididos a tener ese tiempo con sus hijas. En cierta forma había algo en las personas con hijos que me dejaba impresionada.
Mi relación con mi madre nunca había sido muy buena, supongo que porque ella nunca había estado muy presente en mi vida, pero yo la quería y en cierta forma no me gustaría que aquella amable doctora descuidara a sus hijitas por el trabajo, sobre todo cuando hablaba de ellas de forma tan dulce y amorosa. Le sonreí de vuelta cuando me acaricio el brazo y explique "Yo trabajo en casa, soy compositora y pianista y aquí en Storybrooks nunca hay mucho trabajo, a veces vendo mis partituras y toco en bodas o cosas por el estilo. Lastimosamente aun no tengo hijos pero me encantaría tenerlos...simplemente, no lo se, siempre he amado a los niños, antes quería volverme maestra de párvulo pero me enamore de la música y no pude dejarlo, aun así a veces ayudo con los niños pequeños del hospital o del colegio" me encogí un poco de hombros y juguetee con el vuelo de mi falda. "Supongo que debes amar mucho tu trabajo, por la forma en que hablas de los pacientes...me impresiona el trabajo que realizan en el hospital, sinceramente creo que yo jamas podría tener tanta energía para ir de aquí para allá con los pacientes"