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Fiesta Anual de Storybrooke
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:: Storybrooke :: Ayuntamiento
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Re: Fiesta Anual de Storybrooke
Conocía a Aita porque sus trabajos estaban bastante unidos en algunos momentos, y la verdad era que el chico le caía bien. A ratos. En otros ratos simplemente le odiaba, sobre todo cuando mencionaba a su esposa, o le veía con ella. Aunque claro, ya procuraba que no se le notara demasiado. Ése era uno de esos momentos, y cuando le dijo que todavía no había podido ir a saludarla le dieron ganas de coger a Savannah y salir de allí rápidamente.
- Pues por ahí anda; antes la he visto con Grace y Willow… – Dijo señalando al lugar y disimulando. ¿Realmente era necesario saber dónde estaba en casa momento? A veces le parecía un poco extremo, pero no podía controlarse. Intento aparentar desinterés, no quería que los demás se dieran cuenta de su pequeña obsesión. – Estoy bien, si. Si todo el mundo está aquí reunido me lo puedo tomar como día de fiesta; si pasa algo ya estaré en el lugar de los hechos. – Se encogió de hombros, ante todo, él era un hombre práctico.
Se quedó mirando fijamente a Azula. ¿De verdad se quedaría toda la noche quietecita? No era muy propio de ella conociendo su historial. Intentó descifrar cualquier rastro de una idea loca en su cara, pero si la tenía, la chica sabía disimularlo perfectamente en sus facciones; lo normal sería que hubiera estado sonriendo pensando divertida en lo que vendría, o atenta a todos lados para usar el momento optimo, o controlando a sus compinches. Pero nada.
- Piensa que me tienes cerca. – Le dijo a la chica levantando una ceja. – Sabré de primera mano que eres la culpable. – La verdad lo decía en broma, las fiestas le aburrían y si Azula soltaba alguno de sus planes la cosa se pondría bastante divertida.
Sydney estaba como siempre que la veía, parecía que observara a todo el mundo calculando cuales iban a ser sus siguientes movimientos. Quizás le vendría bien para tener a Savannah localizada siempre; ¿en serio Robert? ¿tan lejos llegan tus celos?. Descartó rápidamente la idea dándose cuenta de lo tonto que sonaba eso, pero quizás para alguno de los casos le vendría bien su ayuda. Bien Robert, bien. Es una fiesta, se supone que no has de estar pensando en el trabajo, sino divertirte. Suspiró, realmente esperaba que Azula hiciera algo entretenido.
- ¿Qué tal tu Sydney? – La verdad era que al mujer le caía bien. - ¿Relajándote después de una día duro de trabajo?
- Pues por ahí anda; antes la he visto con Grace y Willow… – Dijo señalando al lugar y disimulando. ¿Realmente era necesario saber dónde estaba en casa momento? A veces le parecía un poco extremo, pero no podía controlarse. Intento aparentar desinterés, no quería que los demás se dieran cuenta de su pequeña obsesión. – Estoy bien, si. Si todo el mundo está aquí reunido me lo puedo tomar como día de fiesta; si pasa algo ya estaré en el lugar de los hechos. – Se encogió de hombros, ante todo, él era un hombre práctico.
Se quedó mirando fijamente a Azula. ¿De verdad se quedaría toda la noche quietecita? No era muy propio de ella conociendo su historial. Intentó descifrar cualquier rastro de una idea loca en su cara, pero si la tenía, la chica sabía disimularlo perfectamente en sus facciones; lo normal sería que hubiera estado sonriendo pensando divertida en lo que vendría, o atenta a todos lados para usar el momento optimo, o controlando a sus compinches. Pero nada.
- Piensa que me tienes cerca. – Le dijo a la chica levantando una ceja. – Sabré de primera mano que eres la culpable. – La verdad lo decía en broma, las fiestas le aburrían y si Azula soltaba alguno de sus planes la cosa se pondría bastante divertida.
Sydney estaba como siempre que la veía, parecía que observara a todo el mundo calculando cuales iban a ser sus siguientes movimientos. Quizás le vendría bien para tener a Savannah localizada siempre; ¿en serio Robert? ¿tan lejos llegan tus celos?. Descartó rápidamente la idea dándose cuenta de lo tonto que sonaba eso, pero quizás para alguno de los casos le vendría bien su ayuda. Bien Robert, bien. Es una fiesta, se supone que no has de estar pensando en el trabajo, sino divertirte. Suspiró, realmente esperaba que Azula hiciera algo entretenido.
- ¿Qué tal tu Sydney? – La verdad era que al mujer le caía bien. - ¿Relajándote después de una día duro de trabajo?
Robert T. Monroe- Humanos
- Soy : Gastón
Mensajes : 56
Empleo /Ocio : Sheriff
Localización : En comisaría
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Fiesta Anual de Storybrooke
Acercarse a Mathew había sido todo un acierto esa noche porque con él era imposible parar de reír y a Michelle le encantaba reírse y pasarlo bien. No es que no fuera una muchacha seria porque cuando la situación lo requería podía serlo pero prefería reír y no ser una aburrida, soñar y estar siempre risueña. Las ocurrencias de Barlow no hacían más que dibujarle una sonrisa en el rostro aunque esperaba que no pensara que se estaba riendo de él, sino de lo que decía y hacía.
- ¿Ponérmelo? ¿Lo dices de verdad? –
A la rubia se le iluminaron los ojos ante la oferta de Matthew y no esperó a alargar los brazos para tomar el extravagante gorro del bombero. Lo giró unas cuantas veces contemplando todos sus ángulos y lo acarició disfrutando de su tacto suave y aterciopelado, pero en cuanto llego Everett dejó el gorro en paz colocándoselo sobre su rubia melena y respondiendo a su comentario. Luego Matthew mencionó algo que la joven no entendió porque no había estado prestando atención a su alrededor y ni se percató del impulso de Willow de besar al hombre que se había unido a ellos, por lo que se mantuvo callada hasta que sacó el tema de los cambios.
- Si recortan el menú a Matthew le dará un ataque – añadió ella a lo dicho por Everett. Ya se imaginaba al bombero hecho todo una furia por el hecho de que hubiese mucha menos comida en la próxima fiesta anual del pueblo y ella personalmente esperaba no estar presente. La joven sonreía imaginándose mil y una escenas en su cabecita mientras que los chicos continuaban hablando.
- Michelle, trabajo en el hostal – respondió estrechándole la mano al profesor - ¡Eh! Pues a mí me gusta sus sombreros, aunque este le queda mucho mejor a él – mentó quitándose el gorro y poniéndoselo nuevamente a Mathew.
Michelle se dio cuenta entonces de que Everett se había colocado papel de servilletas en los orificios de la nariz a causa de un sangrado nasal. ¿Cuándo había ocurrido eso? La muchacha lo miró con preocupación porque parecía ser que no paraba de sangrar e iba a decirle si no tendría que mirárselo cuando éste se despidió de ambos diciendo que no precisaría de su ayuda para regresar a casa, pero teniendo en cuenta su comentario anterior sobre los mapas la rubia dudaba de su palabra.
- Oye… creo que tu amigo no se encontraba demasiado bien ¿no deberías ir con él? –
No es que le hiciera mucha gracia el hecho de que Matthew se marchara porque estaba pasando un rato ameno con él pero los amigos eran lo primero y le dio la sensación de que Everett no estaba al cien por cien y no sólo por lo de su problema con la nariz. Tal vez necesitaba a un amigo con él.
- ¿Ponérmelo? ¿Lo dices de verdad? –
A la rubia se le iluminaron los ojos ante la oferta de Matthew y no esperó a alargar los brazos para tomar el extravagante gorro del bombero. Lo giró unas cuantas veces contemplando todos sus ángulos y lo acarició disfrutando de su tacto suave y aterciopelado, pero en cuanto llego Everett dejó el gorro en paz colocándoselo sobre su rubia melena y respondiendo a su comentario. Luego Matthew mencionó algo que la joven no entendió porque no había estado prestando atención a su alrededor y ni se percató del impulso de Willow de besar al hombre que se había unido a ellos, por lo que se mantuvo callada hasta que sacó el tema de los cambios.
- Si recortan el menú a Matthew le dará un ataque – añadió ella a lo dicho por Everett. Ya se imaginaba al bombero hecho todo una furia por el hecho de que hubiese mucha menos comida en la próxima fiesta anual del pueblo y ella personalmente esperaba no estar presente. La joven sonreía imaginándose mil y una escenas en su cabecita mientras que los chicos continuaban hablando.
- Michelle, trabajo en el hostal – respondió estrechándole la mano al profesor - ¡Eh! Pues a mí me gusta sus sombreros, aunque este le queda mucho mejor a él – mentó quitándose el gorro y poniéndoselo nuevamente a Mathew.
Michelle se dio cuenta entonces de que Everett se había colocado papel de servilletas en los orificios de la nariz a causa de un sangrado nasal. ¿Cuándo había ocurrido eso? La muchacha lo miró con preocupación porque parecía ser que no paraba de sangrar e iba a decirle si no tendría que mirárselo cuando éste se despidió de ambos diciendo que no precisaría de su ayuda para regresar a casa, pero teniendo en cuenta su comentario anterior sobre los mapas la rubia dudaba de su palabra.
- Oye… creo que tu amigo no se encontraba demasiado bien ¿no deberías ir con él? –
No es que le hiciera mucha gracia el hecho de que Matthew se marchara porque estaba pasando un rato ameno con él pero los amigos eran lo primero y le dio la sensación de que Everett no estaba al cien por cien y no sólo por lo de su problema con la nariz. Tal vez necesitaba a un amigo con él.
Michelle A. Evans- Heroínas
- Soy : Alicia Kingsleigh
Mensajes : 69
Empleo /Ocio : Dueña del hostal y el restaurante Granny's
Localización : Storybrooke
Fecha de inscripción : 27/06/2012
Re: Fiesta Anual de Storybrooke
Asintió enérgicamente ante las preguntas de Evans. La miró sonriente, entusiasmado de que su gorro causara tanto entusiasmo en los demás. Se sentía muy orgulloso de ellos, de todos y cada uno de los gorros que guardaba en su casa (aunque tenía tantos que era incapaz de recordarlos todos). No era solo que le sentaran bien, sino que además aprovechaba para guardar cosas dentro de estos, aunque su cabeza pareciera un melón. "Gr, melón…" pensó mientras se le había la boca agua. Se distrajo pensando en diferentes platos de comida con melón. Adoraba esa fruta. Entonces su gorro volvió a estar en su cabeza y recuperó la atención en la conversación durante unos segundos, los justos para escuchar las presentaciones de ambos.
Volvía a mirar los canapés mordiéndose el labio inferior, tratando de impedir que la saliva resbalara fuera de su boca. No importaba cuando comiera ni cuanta cantidad, porque siempre tenía hambre. Era como si la comida no lo llenara, como si nunca fuera suficiente. En el momento que comía se sentía lleno, pero momentos después volvía a sentirse vacío, como si no hubiera probado bocado en días. Llegó a temer estar enfermo, pero estaba completamente sano, no tenía nada. Y de nuevo se había distraído de la conversación y no había pillado casi nada de lo que habían dicho. Así que limitó a mirar a los demás y asentir frenéticamente. Podían insultarlo, que él no se enteraría. Fue entones cuando Everett empezó a sangrar y lo miró preocupado. Trató de tenderle una servilleta para ayudarlo, pero la única que tenía entre sus manos estaba manchada de su boca, de canapés y restos de chocolate de sus bombones de coco.
No quería que se fuera solo, porque Eve era muy propenso a perderse (vamos, casi siempre se perdía por no decir siempre) y además iba sangrando sin parar por la nariz. Podía darle un mareo de camino a casa. Y encima que tardaría en encontrar el camino, era muy posible que acabara tirado en algún banco sin saber a donde ir. Pero tampoco quería dejar sola a la rubia. Se divertía hablando con ella y le parecía muy simpática. Miró como su amigo salía de la sala y luego volvió a mirar a Michelle. Se encogió de hombros.
-Sí, creo que eso debería hacer. Pero tampoco quiero dejarte sola, que además me lo paso bien contigo -sonrió y luego frunció el entrecejo -Pero creo que sí, que tengo que ir con él. Ya es normal que se pierda, no quiero que se caiga por ahí por la pérdida de sangre y le pase algo. Lo siento, ya nos veremos otro día-.
Se acercó y le dio un beso en la mejilla, sonriente. Siguió el mismo camino que su mejor amigo y compañero de piso mientras seguía mirando a Michelle, despidiéndose agitando las manos con emoción. No se topó con Everett en todo el camino, incluso llegó al piso que compartían antes que él.
Volvía a mirar los canapés mordiéndose el labio inferior, tratando de impedir que la saliva resbalara fuera de su boca. No importaba cuando comiera ni cuanta cantidad, porque siempre tenía hambre. Era como si la comida no lo llenara, como si nunca fuera suficiente. En el momento que comía se sentía lleno, pero momentos después volvía a sentirse vacío, como si no hubiera probado bocado en días. Llegó a temer estar enfermo, pero estaba completamente sano, no tenía nada. Y de nuevo se había distraído de la conversación y no había pillado casi nada de lo que habían dicho. Así que limitó a mirar a los demás y asentir frenéticamente. Podían insultarlo, que él no se enteraría. Fue entones cuando Everett empezó a sangrar y lo miró preocupado. Trató de tenderle una servilleta para ayudarlo, pero la única que tenía entre sus manos estaba manchada de su boca, de canapés y restos de chocolate de sus bombones de coco.
No quería que se fuera solo, porque Eve era muy propenso a perderse (vamos, casi siempre se perdía por no decir siempre) y además iba sangrando sin parar por la nariz. Podía darle un mareo de camino a casa. Y encima que tardaría en encontrar el camino, era muy posible que acabara tirado en algún banco sin saber a donde ir. Pero tampoco quería dejar sola a la rubia. Se divertía hablando con ella y le parecía muy simpática. Miró como su amigo salía de la sala y luego volvió a mirar a Michelle. Se encogió de hombros.
-Sí, creo que eso debería hacer. Pero tampoco quiero dejarte sola, que además me lo paso bien contigo -sonrió y luego frunció el entrecejo -Pero creo que sí, que tengo que ir con él. Ya es normal que se pierda, no quiero que se caiga por ahí por la pérdida de sangre y le pase algo. Lo siento, ya nos veremos otro día-.
Se acercó y le dio un beso en la mejilla, sonriente. Siguió el mismo camino que su mejor amigo y compañero de piso mientras seguía mirando a Michelle, despidiéndose agitando las manos con emoción. No se topó con Everett en todo el camino, incluso llegó al piso que compartían antes que él.
Matthew J. Barlow- Humanos
- Soy : Aladdin
Mensajes : 60
Empleo /Ocio : Bombero
Fecha de inscripción : 30/06/2012
Re: Fiesta Anual de Storybrooke
Se abrazó con un poco más de fuerza a Savannah manteniendo sus ojos bien cerrados mientras se repetía que no iba a llorar, no ahí, que si lo iba a hacer tendría que ser esperando a llegar a su casa y conservar así un poquito de autorespeto. Era curioso, que mientras Grace le inspiraba un humor de leona embravecida lista para defenderla de cualquiera que osara hacer pasar un mal rato a la rubia de ojos delicados, mientras que Savannah solía ser la primera persona con la que buscaba refugio cuando algo lograba lastimarla lo suficiente como para borrarle la perpetua sonrisa del rostro.
Justo entonces sentía como otro par de brazos la rodeaban y escuchaba la voz de Felle. Trató de reír un poco, pero no pudo. Ojalá todo se redujera a que alguien se había puesto el mismo vestido que ella llevaba y con eso le hubiera robado un poco de protagonismo.
Era como si toda la vitalidad de su cuerpo le hubiera abandonado, y por eso cuando Savannah le separaba de ella para poder verla mejor se dejó mover como muñeca de trapo. Suspiró con pesar. Respirar hondo. Tranquilizarse. Ella tenía razón, por lo menos hasta salir de ahí. El escándalo dirigido hacia su persona le tenía sin cuidado pero no tenía porqué arruinarle la noche a todos los demás.
- ... que exploté y tomé valor y lo besé. Y él me mandó a volar. - Habiendo guardado ese secreto por años, ¿en realidad era de extrañar que con una sola frase le lograran destrozar?
- Y eso fue lo que pasó. - Volvió a suspirar y se encogió de hombros derrotada, mirando por un instante a cada una de sus amigas que estaban ahí reunidas con ella. Miró un instante hacia el piso, a los zapatos de tacón de reluciente color plata que había comprado justo para esa ocasión y el como se asomaban en la punta los dedos de sus pies con las uñas pintadas de rosado, todos los detalles que había cuidado para verse especialmente bonita y que de nada le habían servido.
- En fin... creo que... yo me voy a mi casa ya. - Se llevó una mano a la nuca e intentó sonreírles para no alarmarlas aunque no creía estarlo logrando muy bien. De cualquier manera ya estaba hecha su decisión y quedarse le haría sentir aún peor. Así que despidió de ellas ondeando la mano y se fue. Caminaría de regreso al taller, y se sacaría los zapatos a mitad del camino si era necesario, pero por lo pronto lo único que ella quería era estar sola.
Justo entonces sentía como otro par de brazos la rodeaban y escuchaba la voz de Felle. Trató de reír un poco, pero no pudo. Ojalá todo se redujera a que alguien se había puesto el mismo vestido que ella llevaba y con eso le hubiera robado un poco de protagonismo.
Era como si toda la vitalidad de su cuerpo le hubiera abandonado, y por eso cuando Savannah le separaba de ella para poder verla mejor se dejó mover como muñeca de trapo. Suspiró con pesar. Respirar hondo. Tranquilizarse. Ella tenía razón, por lo menos hasta salir de ahí. El escándalo dirigido hacia su persona le tenía sin cuidado pero no tenía porqué arruinarle la noche a todos los demás.
- ... que exploté y tomé valor y lo besé. Y él me mandó a volar. - Habiendo guardado ese secreto por años, ¿en realidad era de extrañar que con una sola frase le lograran destrozar?
- Y eso fue lo que pasó. - Volvió a suspirar y se encogió de hombros derrotada, mirando por un instante a cada una de sus amigas que estaban ahí reunidas con ella. Miró un instante hacia el piso, a los zapatos de tacón de reluciente color plata que había comprado justo para esa ocasión y el como se asomaban en la punta los dedos de sus pies con las uñas pintadas de rosado, todos los detalles que había cuidado para verse especialmente bonita y que de nada le habían servido.
- En fin... creo que... yo me voy a mi casa ya. - Se llevó una mano a la nuca e intentó sonreírles para no alarmarlas aunque no creía estarlo logrando muy bien. De cualquier manera ya estaba hecha su decisión y quedarse le haría sentir aún peor. Así que despidió de ellas ondeando la mano y se fue. Caminaría de regreso al taller, y se sacaría los zapatos a mitad del camino si era necesario, pero por lo pronto lo único que ella quería era estar sola.
Willow Swartz- Seres Mágicos
- Soy : Campanilla
Mensajes : 235
Empleo /Ocio : Técnica reparadora ordenadores
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Fiesta Anual de Storybrooke
La fiesta avanza y la conversación entre paula y yo también. Hay muchas cosas que aprendes sobre la gente cuando estás fuera del típico lugar donde la ves siempre. Al parecer su madre no le deja tener mascotas lo que al final me da una idea. no es la primera niña ni será la última a la que le pasa esto. Pero luego pensaré en como gestionarlo, tendría que hablar con la directora antes que con nadie si quiero adoptar una mascota para la clase, añadido a esto debe ser silenciosa, y no muy desordenada. Tras servirnos para ambos un poco más de todo, incluso de comer porque empieza a hacer hambre me agacho a su altura dándole un toque en la barriga con una de mis manos.
- Es muy tarde Paula, deberías dormir - Pasa de la media noche y no son horas para que los niños pequeños estén fuera de la cama. De todas formas parece ser la única que lo está porque no veo la cara de nadie más pero si de los padres que suelo conocerlos de cuando van a recoger a sus hijos. - Yo también me voy ya. Cuidate y nos vemos en clase el lunes - Le guiño un ojo esbozando una sonrisa antes de despedirme de ella con una caricia sobre su cabeza y marcharme de aquel lugar
- Es muy tarde Paula, deberías dormir - Pasa de la media noche y no son horas para que los niños pequeños estén fuera de la cama. De todas formas parece ser la única que lo está porque no veo la cara de nadie más pero si de los padres que suelo conocerlos de cuando van a recoger a sus hijos. - Yo también me voy ya. Cuidate y nos vemos en clase el lunes - Le guiño un ojo esbozando una sonrisa antes de despedirme de ella con una caricia sobre su cabeza y marcharme de aquel lugar
Sebastian J. Jones- Realeza
- Soy : Príncipe Philip / Profesor
Mensajes : 171
Empleo /Ocio : Profesor
Edad : 36
Fecha de inscripción : 29/06/2012
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